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Andrógino por Hacchiko

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Notas del capitulo:

Holo, sweeties (¿?)

 

¿Quién me extrañó eue? Bueno. Preparen golosinas y ese rollo (palabra para designar cosas, alimentos, objetos, palabras o temas del mismo estilo. Ejemplo: golosinas, sodas, palomitas, chocolates, con eso me refiero a “ese rollo”. Gracias. Fin del breve comunicado y aclaración que me dio flojera dejar para el final. Gracias de nuevo. Beshosh. Muacks).

 

Bueno, este capítulo.. eh, bueno, me sentí medio identificada en un par de cositas. No sé. Me dio feelings. Espero les guste mucho, igual que con los otros capítulos, le puse mucho cariño y esjuerzo (con /j/ porque es más intenso que “esfuerzo” con /f/ de “foca”. Fin de comunicado. Beshosh).

 

Oh, chicos, antes de empezar, tengo una idea. Todavía falta un tiempecito, pero tengo una idea. Faltan dos meses y cacho, así que creo que podemos hacerlo. El 24 de JunioAndrógino cumplirá su segundo año. Sí. Qué rápido :’) Así que me gustaría “festejarlo” a mi estilo, solo que ahora un poco diferente. ¿Cuál es el máximo de comentarios que ustedes creen que Andrógino podría lograr de aquí a su cumpleaños? (Qué larga pregunta). Yo creo que sí podríamos alcanzar 200 o más, así que, aquí están las condiciones. ¿Quieren doble capítulo?



    • Si para el 24 de Junio logramos llegar a 200 comentarios, habrá CAPÍTULO DOBLE.

 

    • Si no... pos no.(Veamos qué tan lejos podemos llegar O:!).



Cosas importantes:



    • ¿Qué es el QUESTION TIME? Son sugerencias de lo que podrías agregar a tu comentario para el fanfic y mostrar tus opiniones. Por lo tanto, no es obligatorio contestarlo o responder todas las preguntas (aunque me haría inmensamente feliz que las respondieran todas). Cada question time es totalmente punto y aparte en cada capítulo, solo pregunto opiniones sobre el capítulo en curso, por lo tanto, si x cosa ocurrió en el capítulo 7, no te lo voy a preguntar en el 12 y viceversa.

 

    • Todos tenemos valor, y tenemos derecho a expresarnos. Eso quiere decir que, en caso de que quieras dejar tu valioso y hermoso comentario, por favor, te suplico, no pongas «soy un asco pero aquí voy»/«Te hice una biblia, perdona por escribir tanto» ni nada parecido. En cuanto pienses que eres un asco, tú mismo te lo estás creyendo, y eso, mi querido lector, no es cierto.

 

    • NO IMPORTA LO LARGO QUE SEA TU COMENTARIO, LO ACEPTARÉ CON MUCHO AMOR. AMO LEER, así que, mientras más largo y extenso, más feliz me haces♥.



Creo que eso es todo. (Creo). Muchísimas gracias por apoyarme, por leer, esperar y comentar. Espero les guste tanto o más –mucho, mucho más- que los anteriores, y si pueden, dejen amor con comentarios.

 

Besos y abrazos psicológicos♥

 

att’Hacchi♥!

Andrógino

Semana 21: Filmando décimo episodio.

Capítulo 27: Esperanza

 

 

 

-¡Aigoo! ¡Son tan lindos! ¡Puppy! Cómprame estos, ¿sí? ¡Por fis! ¡Por fis! –insistía el ahora pelinegro haciendo todas las caras tiernas que podía. Esos pantalones eran hermosos y debían ser suyos. Sí o sí.

 

 

No obstante, quien lo acompañaba, Kim Jong Hyun, quien, hasta ese momento, tomaba su mano en esos momentos, necesitó una sola mirada para cerrar sus ojos y negar. Key, quien acababa de soltarlo para unir sus manos bajo su mentón y darle más peso a su súplica, en cuanto vio la negativa de su acompañante, su sonrisa cayó, sus cejas se alzaron y detuvo cada mínimo brinquito, exigiendo con su sorprendida mirada, una explicación. Y que sea inmediata.

 

 

-No te quedan. –dijo con simpleza. La señorita que los atendía estaba a unos pasos de ellos y tuvo que cubrir su boca para esconder su risita. A Ki Bum no le agradó en absoluto.

 

 

-¿Qué dices? –preguntó con demasiada seriedad, casi en tono de advertencia.

 

 

-Ki Bum, conozco tu cuerpo. Esas cosas –explicó señalando con su mentón a su cadera, aunque en realidad se refería a sus nalgas.- No caben ahí. –terminó apuntando al lindo pantalón blanco frente a ellos.- Es al menos dos tallas menos de lo que tú usas.

 

 

-¡Aish! Conozco mi cuerpo y sé perfectamente que mis cosas caben ahí. –renegó usando el mismo método del otro antes de tomar la prenda por el gancho y dirigirse a los vestidores, sin embargo, Jong, adivinando su reacción, lo tomó del codo.

 

 

-Bummie, no lo hagas. Te vas a lastimar. –el otro, con el orgullo pisoteado, apartó su mano y continuó su camino. Bling bling se limitó a suspirar mientras iba a las sillas que se encontraban fuera de los cubículos pero dentro de la zona para probarse la ropa.

 

 

Ki Bum, en cambio, una vez dentro, se puso a pelear con la prenda, la cual, no quería subir de sus muslos. ¡Malditos pantalones preciosos! ¿Por qué no comprendían que su destino era envolver las piernas de Kim Ki Bum “Todopoderoso” Key? Éste brincó queriendo ayudar a que la ropa se deslizara, pero ésta no quería ceder. Usó todos los trucos que pudo aprenderse hasta que por fin, el pantalón subió a donde correspondía. Ahora el problema estaba en cerrar el botón, o siquiera deslizar el cierre. Cansado, con calor y una ligera capa de sudor, despeinó su cabello con ambas manos. ¡¿Por qué demonios era tan difícil?! Inspiró y exhaló enojado.

 

 

-Bummie, déjalos. Si se rompen, los tendremos que pagar. Mejor elige otra cosa. Yo la compraré. -sugería desde afuera, sentado en la banca, suplicando en su mente porque Ki Bum viera a través de su propio orgullo la luz de la cordura. Ocurría muy a menudo que su cerebro se nublaba por tonterías de este estilo. En esos momentos, solo podía rogar que se "recuperara".

 

 

-¡Te dije que me quedan y te lo probaré! –gritó dando una pisotada fuerte, arrepintiéndose al instante. Estaba descalzo, por lo que le dolió bastante la planta de su pie. Enojado, se cruzó de brazos, esperando a que la ira se bajara un poco. Pasados unos segundos, un toque en su puerta llamó su atención.

 

 

-Bummie, ¿me dejas entrar? –iba a gritarle que no, pero una vocecita en su interior lo detuvo. Pensó unos segundos y finalmente abrió la puerta, volviendo a su posición berrinchuda con los brazos cruzados.

 

 

-¿Vienes a reírte de mí? –el vocalista sonrió negando con la cabeza antes de llevar sus manos a las mejillas de este.

 

 

-Quería decirte que no te sientas mal. Esos pantalones se miran demasiado chicos.

 

 

-Aish… ¿me estás llamando “gordo”? –cuestionó sintiendo que su ira volvía a crecer, pero de nuevo, la sonrisa del otro le confundió.

 

 

-No. A decir verdad, me encantas tal y como estás. –el enojo desapareció de golpe dejando dudas, su rostro lo reflejaba demasiado bien. Jong continuó.- No me gustan las personas que son demasiado delgadas, nunca tienen de dónde agarrar. En cambio, contigo, puedo hacer esto. –sus manos soltaron sus cachetes para irse a sus caderas, las cuales, acarició en círculos leves. Luego acercó su rostro al oído izquierdo del rapero para murmurar algo en un volumen que apenas pudo escuchar.- Y muchas cosas más. –Ki Bum bajó la mirada sonriendo con un rubor marcado. Jong Hyun se separó un par de pasos sonriente.- ¿Qué dices? ¿Regresamos esos pantalones feos y continuamos en otra tienda? -Key asintió animado antes de que Jjong juntara sus narices y saliera de ahí cerrando la puerta.

 

 

Era su segundo día juntos aunque su relación no tenía un nombre como tal. Al menos, no todavía. Pasaban la mayor parte del tiempo juntos, caminaban juntos, compraban juntos, hablaban juntos, comían juntos, dormían juntos (las últimas dos noches, Key iba a escondidas a la cama del otro), veían televisión juntos... su relación había vuelto y era mucho más fuerte que nunca, sin embargo, no sabían cómo llamarla. Sí. A Key le gustaba Jong Hyun, y sí, a Jong Hyun le gustaba Key, pero, ¿y luego? Además, había otro detalle. Corea... No, toda Asia tenía un pequeño tabú. La mentalidad en Asia era algo demasiado... estricta, por así decirlo. Si una pareja heterosexual casada no podía besarse de “piquito” en plena calle, por puro respeto a las personas, ¿por qué podría hacerlo una pareja homosexual? Tampoco podía obligar a Key a que se disfrazara de chica para ser extremadamente cariñoso con él en público (o al revés). No. Si alguien, un fanático o en la empresa, un compañero, un cantante o incluso, sus mismos compañeros, alguien, quien sea, llegaba a enterarse, Kim Ki Bum y Kim Jong Hyun estarían muertos. Porque en Asia, la homosexualidad no existía y no era correcta. ¿Qué importaba que vivieran en pleno siglo XXI? No importaba lo que la sociedad asiática dijera o lo que se hablaba en televisión sobre ellos. En las calles, entre sus ciudadanos, entre el público y la sociedad en sí, una pareja del mismo género no era bien visto. Hombre con hombre, mujer con mujer, no.

 

 

¿Qué dirían sus fans? ¿Qué pensaría la empresa? ¿Cómo reaccionarían sus conocidos si lo supieran? No. Nadie podía saberlo. Ni siquiera sus amigos o familiares, y no importaba que los hubieran ayudado a estar juntos. Ni Min Ho, ni Tae Min, ni Onew, ni su mánager, ni el presidente, ni los otros grupos, ni sus padres, nadie debía saberlo. Era una lástima, pero así tenía que ser. Por más ridículo que sonara, la empresa podía caer en crisis si alguno de sus protegidos se volvía o revelaba que era abiertamente gay.

 

 

Key, tras colocarse su propio pantalón, salió a colgar el otro, tomó la mano de Jong y salieron a la siguiente tienda. La simple sensación de sus manos unidas era suficiente para él, porque aunque fuera difícil de creer, aún no se besaban. No, no. La inspiración no había llegado a ellos, y a pesar de que había momentos en los que las ganas de comerse al otro con puros besos y mordiscos los sofocaba, sentían que no era el momento. Era muy prematuro aún. De alguna manera, la sensación de que todo se arruinaría seguía persistente en ellos, así que decidieron ser muy, muy cuidadosos en cada aspecto. Eso incluía los besos.

 

 

Entraron a un local donde vendían helados de distintos tipos y sabores, ordenaron y mientras esperaban, se pusieron a conversar. Key estaba curioso pero animado, más que eso, contento. No podía olvidar las palabras de Jong Hyun en el vestidor que, a pesar de que no fueran totalmente “románticas”, habían conmovido a la diva, recordándole que Bling Bling sí que era atento con él. Cuando los platos de helado estuvieron frente a ellos, probaron en cucharadas pequeñas, saboreando sus elecciones, y ya cuando llevaban la mitad de sus postres, Key habló.

 

 

-¿Te gustan mis pompis? –Jjong al oírle, llevó la cuchara a su boca y sonrió divertido. Antes, Key le habría golpeado por siquiera pensar en sus pompis. Ahora, muy seguido le preguntaba sobre sí mismo. Que si le gustaban sus ojos, que si le gustaba su boca, que si sus manos eran bonitas, que si sus pies no eran deformes, que si él no era bonito (¡y vaya que lo era!), que si él no era muy enfadoso, que si su voz le hartaba, entre otras cosas. El vocalista rió leve antes de responder bastante serio (aunque ese puchero y sus ojos entrecerrados arruinaban su seriedad).

 

 

-A veces solo pienso en apretarlas. –Ki Bum, avergonzado pero divertido por su contestación, llevó la cuchara a sus labios.- ¿Te gustan las mías?

 

 

-Pero si tú no tienes. –renegó, provocando que el otro frunciera su ceño fingiendo enojo.- Es broma, Puppy, es broma. Me encantan. –afirmó antes de acercarse y murmurar en su oído con sensualidad.- A veces solo quiero agarrarlas. –Jong tragó fuerte. De pronto, hacía mucho calor. Kibummie se separó como si nada hubiera pasado para comer del postre del vocalista.

 

 

-¿No tienes calor? –el pelinegro negó.

 

 

-En realidad, creo que me está dando frío. –mintió utilizando un tono seductor, al tiempo que frotaba sus manos en sus brazos.

 

 

-¿En serio? Lástima que no traje mi sudadera. –le siguió el juego fingiendo una voz quejumbrosa.- ¿Te servirán de algo mis brazos? –Ki Bum no pudo esconder su sonrisa juguetona mientras desviaba su mirada.

 

 

-Podría conformarme con eso.

 

 

Jong no esperó a que lo repitiera. Deslizó su trasero por el sillón circular hasta colocarse a la derecha de su Bummie, estiró su brazo sobre los hombros del contrario y lo acercó a su cuerpo. Oh, sí. Dulce calor humano con olor a fresas. Ki Bum sentía su rostro arder de emoción. ¿Cuánto había esperado por eso? No lo sabía, pero no lo desperdiciaría, así que se puso a disfrutar de la calidez en los brazos de Jong, que por cierto, no estaban tan huesudos. Curioso, volteó a ver el brazo derecho del cantante, con el cual estaba llevando la nieve a su boca. Qué raro. A pesar de que la diferencia no era tan marcada, Key podía notarla.

 

 

-¿Estás haciendo ejercicio?

 

 

La sonrisa del contrario creció, orgulloso. Oh, sí, bendito gimnasio, estaba dando sus frutos. Fingió no darse cuenta mientras tomaba más helado, sin embargo, un pequeño “ahh”, le hizo voltear a su acompañante, percatándose de que éste mantenía su boca abierta y estiraba muy leve su cuello. Sonrió al deducir que Ki Bum quería ser alimentado. Cumplió su deseo llevando la cuchara a los labios del otro. Segundos después, Key hizo lo mismo con él, dándole a probar de su pedido en la boca con cariño.

 

 

Pequeños detalles, pequeñas sonrisas y dulces alegrías que debían permanecer como una amistad, como un secreto.

 

 

 

 

 

-¿Vendrás a casa?

 

 

Tae Min, al oír la pregunta de su hermano a través del celular, suspiró. Sí, ese era el plan inicial. Sí, eso quería hacer y lo habría hecho si no fuera por la cita con Min Ho. ¿Por qué? Ahora todo estaba tan bien entre ellos que si Tae se iba a casa, no solo sus amigos sospecharían, también lo harían sus padres y no podía permitirse eso. Exhaló. Se lo había dicho a Onew Oppa porque sintió que era lo más correcto. Ahora lo mejor, según su percepción, era quedarse. Si hasta Key volvió a hablarle al tonto de Jong Hyun, ¿por qué Tae Min tendría que seguir aislado de Min Ho? Negó con la cabeza antes de hablar.

 

 

-No, Hyung. Ya lo pensé bien y no es necesario. Perdóname por causarte problemas. –dijo dando una reverencia a su mayor que, a pesar de que no podía verlo, adivinaba sus movimientos a la perfección.

 

 

-Entonces explícame qué está pasando. ¿Te sientes mal? ¿Te hicieron algo? Dime, Minnie, puedo hacerme cargo, puedo ir por ti, tú solo dime qué necesitas y lo haré. –insistió su hermano mayor, delatando lo preocupado que estaba por Tae Min. De nuevo, negó.

 

 

-No, estoy bien, gracias. –iba a decir algo más, pero decidió no hacerlo.- Me tengo que ir. Gracias, Hyung, te quiero mucho.

 

 

-Y yo a ti, Minnie. Cualquier cosa, me llamas.

 

 

-Lo haré. –prometió antes de colgar.

 

 

Tae Min creyó que de verdad lo había convencido. En serio. Sin embargo, una hora después descubrió lo equivocado que estaba, ya que al escuchar el timbre y atender la puerta, vio a su hermano mayor del otro lado. Oh, cielos. Tae estaba en shock. ¿Qué hacía él ahí? No pudo hablar. Su preocupación aumentó, ¿sus padres sospechaban? ¿Se lo llevarían? Estático, quiso preguntarle qué quería, qué hacía ahí, no obstante, ni su voz, ni su cuerpo obedecieron. En su lugar, Ki Bum fue con ellos tras notar lo mucho que se estaba tardando la pequeña en llegar.

 

 

-Tae, ¿quién es? –preguntó antes de llegar a la entrada, sorprendiéndose también.- Oh, Hyung, no sabía que vendría. –voltea con la menor que seguía en shock.- Yah, ¿por qué no nos dijiste que vendría tu hermano? –regañó aunque Tae Min continuaba incapaz de mencionar palabra alguna. Ki Bum, suspirando, se hizo a un lado para dejar pasar a Tae Sun, quien, en la entrada se quitó los zapatos. Key, luego de cerrar la puerta y jalar a la niña con él, lo siguió.

 

 

-Busco a Onew. ¿Se encuentra en casa? –Jong Hyun, quien iba bajando las escaleras, volteó hacia ellos, curioso al reconocer la voz de Tae Sun.

 

 

-Oh, Hyung. ¿Cómo estás?

 

 

-Bien, gracias, ¿y Onew? –apenas iba a contestar cuando el mencionado salió de la cocina con un vaso de agua, sorprendiéndose al igual que los otros tres con la aparición del mayor.

 

 

-¿Yo qué? –soltó al oír su nombre, sin embargo, tras pensar un poco y darse cuenta de lo maleducado que estaba siendo, hizo una pronunciada reverencia y al incorporarse, volvió a hablar.- Lo siento, Hyung. ¿Me buscabas? –el mayor asintió, sin embargo, Tae, reaccionando, corrió hasta quedar frente a Jin Ki, con ambos bracitos estirados a los lados, mirando a su hermano.

 

 

-¡O-Oppa! ¿No me buscas a mí? ¿No te estás confundiendo? Yo soy tu herman... –se cortó al darse cuenta de que estaba a punto de equivocarse de palabras y se corrigió.- Hermana, ¿no me estás buscando a mí? –el de cabello oscuro negó antes de dirigir su vista hacia el castaño.

 

 

-Onew, ¿podemos hablar? –el aludido asintió. Pasaron unos segundos y Tae Sun volvió a hablar.- En privado. –mas nadie se movía, como si no captaran (o no quisieran entender) la indirecta.

 

 

-¿Quieres que vayamos a otro lugar, Hyung? –el Lee mayor asintió con una sonrisa por ser comprendido. De nuevo, Tae exclamó.

 

 

-¡Alto ahí! ¿No puedes decirme de qué van a hablar? ¡Merezco saberlo! ¡Eres mi Oppa y tengo derechos!

 

 

-Lo siento, Minnie. Debo hablar con Onew en privado. –Tae Min negó frenética antes de lanzarse de rodillas y aferrarse a la pantorrilla de su hermano.

 

 

-¡No te dejaré ir si no me dices de qué hablarán! –medio minuto de silencio. Luego, Onew empezó a caminar dando una indicación con la cabeza a Tae Sun para que lo siguiera. Éste, sin problema, caminó, arrastrando a Tae, quien se dejaba llevar sin importarle lo sucio que fuera a quedar su trasero. Al llegar a la entrada, el mayor tomó a la pequeña y la acostó en el sillón.

 

 

-Quédate ahí y pórtate bien. Oppa volverá en un rato. –ordenó usando su índice como amenaza.

 

 

-Key, Jong. Cuiden de Tae. –ambos asintieron viendo cómo los mayores se ponían los zapatos y se retiraban de la casa.

 

 

 

 

 

Sulli era muy afortunada. Bastante. A sus catorce años, ya era parte de una empresa y estaba entrenando para volverse una idol. Era sociable, bonita, joven (niña, en realidad), tenía bonito cuerpo, personalidad encantadora y sobre todo, un "novio". Uno muy guapo, alto y carismático, tan apuesto, tan amable, tan perfecto que ni ella podía creer lo afortunada que era. Desde el primer día que lo vio, sintió su inocente corazón repiquetear por él diciendo “éste es, elígelo, a éste, este guapo de aquí, éste de la linda sonrisa y ojos enormes, anda”. Jamás creyó que Choi pondría sus ojos en ella. Él tenía dieciocho años, ya tenía su propio grupo y por supuesto, era popular. ¿Por qué, entonces, se fijaría en una niña como ella? No tenía busto, su actitud aún era infantil, no usaba tacones y no tenía algo espectacular que pudiera identificarla, además, no se conocían mucho tampoco.

 

 

Llevaba cerca de un mes conociéndolo. De ese tiempo, tres semanas era lo que llevaban de pareja, ya que no podía llamarlo “noviazgo”, no si nadie podía saberlo. Ni siquiera sus amigas sabían de eso, lo cual le ponía triste. Quería hablarlo con sus conocidos y familiares, que Min Ho se hiciera cercano a sus amigas, que sus padres lo aceptaran como uno de ellos. Quería ser más para Min Ho que una novia, quería ser especial para él y no era de extrañarse, después de todo, Choi Min Ho era su primer novio. Era natural que quisiera ser todo para él.

 

 

Sus mejillas enrojecieron cuando lo reconoció a larga distancia, alzando su brazo para que le reconociera. Sulli, contenta, corrió lo que quedaba entre ellos para alcanzarlo y paró a un paso de él. Este, sonriendo, estiró su mano, ofreciéndosela, y ella, con emoción, la aceptó. Caminaron por la plaza viendo entre los locales, cosas que llamaban su atención. Ropa, mochilas, zapatos, juguetes, anuncios, lentes. Sulli, entusiasmada, se confió y atrapó el brazo del otro para rodearlo con los suyos como hacían las parejas en las películas, como ella siempre soñaba poder realizarlo cuando tuviera un novio. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Debería hablar o quedarse callada? ¿De qué debería hablar? ¿Lo hartaría? ¿Lo relajaría? ¿Lo divertiría? ¿Qué tanto le gustaba a Min Ho estar con ella? ¿Él también se emocionaba como ella cuando estaban juntos? ¿Él también se ponía nervioso cuando la miraba? Tantas preguntas en tan corto tiempo. Tan inexperta pero ansiosa por saber todo, no quería equivocarse. Lástima que no existiera una guía para ser la novia perfecta.

 

 

Tras ir al cine, y después,  subir al enorme carrusel que en el centro de la plaza que era un símbolo de la misma por ser el más grande en esa área; fueron a un restaurante de comida mexicana, la favorita de Sulli. Ella, sin poder evitarlo, escogió la mesa, tomó un menú y le hizo señas a Min Ho para que se sentara. Fue ahí cuando Choi Jin Ri se dio cuenta de que había algo diferente. Min Ho, por lo general, le sonreía mucho, le decía cosas bonitas, la consentía, la llevaba a lugares divertidos, le pagaba todo, sin embargo, era demasiado... parcial. Nunca mostraba más emoción de la necesaria, ni se salía del papel del “hombre perfecto”, no borraba su sonrisa y aunque platicaba con ella, y mostrara su interés, nunca llevaba más del 30% de la conversación. Era como si en lugar de una pareja, fueran... amigos. En esta ocasión, Sulli notó una luz distinta en los ojos de su acompañante, pero algo en su interior, esa voz, le dijo que fingiera demencia. ¿Qué podía pasar si fingía que no lo sabía? Nada, solo atrasaría el momento, sin embargo, esos escasos dos minutos extra con Choi Min Ho eran gratos para ella.

 

 

-Sulli, necesito decirte algo. –la nombrada masticó rápido y se secó con una servilleta. Era su último bocado y por esa frase, le supo amargo. La menor asintió con una sonrisa fingida.

 

 

-Dime, Oppa. Te escucho. –Min Ho sintió una punzada. Le sorprendía lo perfecta* que podía ser Sulli. Incluso, podría haber sido su chica ideal. Los únicos dos errores serían su edad (trece años) y que su corazón ya estaba ocupado. Le dolía el hecho de ser el primer novio de Sulli, pues se había encariñado con ella, pero no quería que aquello profundizara. Necesitaba hacer que ella despertara y se olvidara de él a pesar de que no quería hacerla sufrir.

 

 

-Sulli, yo... –hizo una larga pausa. Sentía demasiada culpa. Él la había ilusionado pensando que podría reemplazar a Tae y olvidarla, consiguiendo a una chica parecida. Grave error, ahora le estaba costando un corazón roto, uno que no merecía ser magullado ni menospreciado.- Te quiero. –ella parpadeó ladeando su rostro, luego volvió a sonreír.

 

 

-Yo también, Oppa.

 

 

-No. –negó, haciendo que ella mostrara confusión en su carita infantil.- Yo te quiero, pero no de la manera que te gustaría. –esperó unos segundos, inhalando profundo.- Te quiero como la hermana menor que me habría gustado tener. –la sonrisa de la contraria tembló, pero se mantuvo, mientras ella se esforzaba por no dejar ir las lágrimas que nacían en sus brillantes ojos.- Por eso, no puedo seguir con esto. –ella miró su plato sin borrar su vacilante sonrisa.

 

 

-Pero... –inspiró.- Pero, Oppa. –volvió a verlo a los ojos.- No entiendo. Tú dijiste... –no pudo continuar, apretó sus ojos, liberando un par de gotas.

 

 

-Sé lo que dije, y de verdad lo siento, pero no puedo quererte más que como una hermana. –ella se encorvó cubriendo su boca.- Lo siento, Sulli. De verdad lo intenté, pero no puedo. –repitió sintiendo que sus ojos se humedecían, en reflejo a lo que la pequeña sentía. Porque él, aunque no lo pareciera, se sentía peor. Por su culpa, alguien inocente estaba sufriendo.- Quiero que seas feliz, y para cualquier cosa que ocupes... –una gota rodó por su mejilla.- Puedes avisarme, Sulli.

 

 

-¿Por eso...? –inspiró intentando abrir sus ojos.- ¿Por eso me trajiste? –cuestionó refiriéndose al restaurante.

 

 

-Sé que te duele, así que pensé... –bajó la mirada. Sabía que darle su comida favorita no iba a hacer más alegre su día. Sulli, comprendiendo el plan de Min Ho, aumentó el tamaño de su sonrisa a pesar de que la verdad le dolía bastante.

 

 

-¿Hice...? –tragó duro.- ¿Hice algo malo, Oppa? ¿Soy mala novia? –el contrario, culpable, negó con la cabeza, atreviéndose a levantar la cabeza al mismo tiempo que ella.

 

 

Ella se sorprendió al ver al otro llorando. No tanto como ella, pero sí estaba soltando un par de lágrimas, al parecer, también le dolía. Conmovida, sonrió y estiró su mano hacia él, limpiando el único rastro de su llanto.

 

 

-No, créeme que no. Si pudiera elegir la persona que me gusta, te elegiría a ti, pero no puedo. –la sonrisa de ella tembló.

 

 

-No llores, Oppa. Lo superaré. Lo prometo. –anunció haciendo que el otro abriera sus ojos.- Solo concédeme tres condiciones.

 

 

-¿Cuáles? –preguntó con interés.

 

 

-Uno. Quiero que esta cita sea como las demás. No te pongas triste y finge que es como las otras. –el mayor asintió.- Dos. Quiero un último abrazo, y tres. –hizo una pausa antes de sonreír.- Prométeme que harás todo para ser feliz. –su sonrisa lo contagió y volvió a asentir.

 

 

-De acuerdo. -fue todo lo que dijo antes de pagar la cuenta y volver a caminar por la zona.

 

 

 

 

 

Estaba tan tranquilamente viendo una película en la sala. Apenas iba a dar el primer sorbo a su vaso cuando notó su celular encenderse con un breve pitido y un corto zumbido. Oh, un mensaje. Curioso, estiró el brazo izquierdo mientras bebía, desbloqueó la pantalla táctil y picó el aviso. Se quedó quieto unos segundos analizando el breve texto y el icono de una imagen adjunta.

 

 

“¿Tan rápido te cambió?”

 

 

Tranquilo, hizo click en el icono. Era una imagen tomada dos minutos antes. En ella estaba Onew caminando a un costado de un chico un poco más alto de cabello oscuro. Muy cerca y Onew mostraba una sonrisa muy radiante. Despreocupado, bloqueó la pantalla y dejó el teléfono de lado, dando otro sorbo a su bebida. Pensando tranquilamente. Vio cinco minutos más de su película antes de apagar la televisión, tomar las llaves y salir de ahí.

 

 

 

 

 

-Voy a hacer la comida. –avisó Key y luego señaló a su secretamente amante.- Vigila a Tae.

 

 

-Oppa, estoy aquí. –se quejó Minnie, acostada en el sillón justo a la izquierda de Jong.

 

 

-Lo sé. Por eso lo digo. –explicó antes de ir a la cocina. Jong suspiró juntando las piernas con algo ansiedad. Ansiedad que Tae Min notó.

 

 

-Hyung, ¿pasa algo? –el otro, sin poder aguantar más, giró hacia Tae.

 

 

-Voy al baño rapidito, pero no te muevas, ¿eh? –y corrió al del primer piso, el que se encontraba al final del pasillo.

 

 

Minnie, sonriente, corrió a la entrada, se puso los zapatos y al abrir la puerta se tapó la boca para no gritar del susto. Frente a él estaba un chico alto de cabello negro con el puño alzado, a punto de tocar la puerta. Tae parpadeó un par de veces. Lo había visto antes pero no recordaba de dónde. El otro, nervioso, sonrió leve.

 

 

-Hola, disculpa, ¿está Onew? –Minnie alzó una ceja. ¿Qué acaso ahora era popular o qué?

 

 

-Acaba de salir. –explica y casi al instante se le ocurre una idea. Sonriendo, tomó el hombro del otro, sorprendiéndolo.- ¿Tienes auto? –el mayor asintió algo incómodo.- Sé dónde está Onew Oppa, llévame con él y podrás verlo.

 

 

-Puedo hablar con él en otro momento si está ocupado, así que...

 

 

-Por favor. –pidió uniendo sus manitas, poniéndolo más nervioso.

 

 

-¿Tae Min? –escucharon dentro de la casa. La nombrada, con miedo, cerró la puerta, tomó el brazo del alto y corrió hacia el único automóvil que veía cerca. Joon, no muy seguro del plan de la niña, se dejó llevar y subió al auto del lado del conductor.

 

 

Manejaron por varias calles mientras Tae se quejaba de su hermano, ¿por qué fue a hablar con Onew si ella estaba ahí? Tae no podía entenderlo, así que prefirió seguir hablando de lo raro que había sido Tae Sun al llegar de esa manera e irse con Onew sin explicar nada más que “necesito hablar en privado con Onew”. ¡Aish! ¡¿Pero de qué?! Sin perder mucho tiempo, le explicó a Joon el lugar donde creía que estaban esos dos. Conociéndolos, los llevaría a uno de sus restaurantes favoritos que, sorprendentemente, terminó siendo en el que tuvieron su primera cita. Joon al darse cuenta de que ellos dos podrían estar ahí, no le agradó nada. Es decir, no tenía derecho a enojarse, después de todo, solo “fingían” ser novios. Además de que llevaban tres semanas. Tres semanas no era mucho, casi no lo conocía y pues, pues… Dio un manotazo al volante, asustando a Tae, antes de voltear hacia ella.

 

 

-Bájate. –ordenó enojado. Ese Lee Jin Ki se las pagaría. ¿Qué importaba si era su novio falso? ¡Seguía siendo su novio, y por tanto, merecía respeto! ¡Y además era su superior! ¡Tantito peor!

 

 

Minnie, algo cohibida y atenta al ceño fruncido de su acompañante, entró al local con él siguiéndola. Secretamente, buscaron, escondiéndose y dieron con la mesa. No estaba muy escondida, estaba del lado de una ventana que no se alcanzaba a ver desde donde estacionaron el auto. Ambos se miraron y asintieron antes de irse a sentar en una de las mesas cercanas colocando los menús frente a ellos para esconder sus caras.

 

 

-Y ahora, ¿qué hacemos? –murmuró Joon hacia Tae, quien observaba por un costado de su menú a su hermano. No era una calidad perfecta de audición, pero alcanzaba a identificar lo que decían, giró a su acompañante y puso un dedo en sus propios labios para que el otro guardara silencio.

 

 

-Tú ordena algo y ahorita te digo de qué hablan. –el mayor asintió antes de ir a pedir algo. Cierto. ¿Qué pedirían? Él no tenía hambre. Se regresó sin hacer ruido y le preguntó en voz baja.

 

 

-¿Qué quieres de comer? –ella se sobresaltó al oír su voz. ¿Que no ya se había ido?- Es que no tengo hambre. –explicó.

 

 

-Entonces pídeme un combo personal. –buscó en sus bolsillos y recordó que no tenía dinero. Se quejó en voz baja antes de girar hacia él.- Mejor no, de todas maneras no tengo hambre. –mintió, aunque no había terminado de hablar cuando su estómago rugió. Ella rió avergonzada.- En serio, estoy bien.

 

 

-Te compraré algo. –solucionó antes de irse a la fila. Tae tomó su brazo, reteniéndolo.

 

 

-No, Hyung, en serio... –Joon, extrañado ladeó un poco su cabeza uniendo sus cejas.

 

 

-¿Me dijiste “Hyung”? –Tae abrió sus ojos al darse cuenta de su error.- Pero eres una chica, ¿no? –Minnie lo vio con la boca abierta sin saber qué decirle, entonces lo empujó suavemente.

 

 

-¿S-sabes qué? Un buen pollo sería muy rico, ¡tengo tanta hambre! –dijo rápido para que se alejara.- Prometo que te pagaré después. –y lo volvió empujar hasta que el otro se movió por cuenta propia. Tae suspiró. Demonios, lo que le faltaba. Bueno, el pelinegro alto era un amigo de Onew, ¿no? Y Onew aseguraba que ya tenía la respuesta, así que no diría nada pero… ¿y si le contaba a alguien más? Cielos, cielos, cielos, empezó a asustarse. Todo estaba arruinado por su culpa. Una simple palabra. Fue entonces que unas frases en la conversación que (se supone) estaba espiando, llamaron su atención. Volvió a esconderse tras el menú.

 

 

-Hyung, no hay nada de qué preocuparse. –aseguró Jin Ki bebiendo de su soda por el popote.

 

 

-Minnie nunca me ha ocultado nada y últimamente... –exhaló.- Me preocupa, anda actuando extraño. No sé qué pasa.

 

 

-Tal vez es porque está creciendo. –intentó calmarle con una sonrisa.- Ya ve que muchos cambiamos mientras crecemos, además, creo que le gusta alguien. –Tae Sun recargó sus labios en el sorbete sonriendo. Sí, sabía que a Tae le gustaba alguien pero nunca se enteró si ocurrió algo o se declaró. En realidad, ahora que lo pensaba, ya no le había vuelto a hablar de eso. Sí, ahí debía estar el problema. Volvió al mundo cuando sintió la mano del otro sobre la suya en una muestra de apoyo.- De todas maneras, sólo nos queda una semana. –Tae reaccionó con eso. ¿Una semana? Siete días más. Bajó el menú desconcertada. Una semana.

 

 

-Tienes razón. Exageré. –admitió llevando su cabello hacia atrás con la izquierda.- Pero es que... –exhaló.- Es mucho tiempo separados y siento que me estoy volviendo loco. De por sí, los seis meses por mi viaje a Japón, sentí que eran demasiado. –volvió a suspirar, ahora un poco más relajado.- Lamento si causé molestias. –Jin Ki negó con su cabeza.

 

 

-Para nada, Hyung. Es bueno volver a verlo. –alegó con una radiante sonrisa.

 

 

-Por cierto, ¿cómo se ha portado Min Ho? –Tae Min frunció sus cejas. ¿Qué tenía que ver Min Ho en todo esto?

 

 

-Bien, aunque Tae no lo quiere cerca. O bueno, eso hasta hace un par de días. –se corrige.- No sé qué ocurrió ahí, -mintió.- Pero creo que tuvieron una discusión fuerte. Llevaban unas... –calculó mentalmente.- Unas dos semanas o tres evitándose. Tae escapaba en cuanto él se acercaba y quién sabe qué hicieron el otro día que ahora ya hasta se hablan como si nada hubiera pasado.

 

 

-Qué raro. –comentó más para sí que para el otro. Enchuecó su boca viendo sus manos. ¿Qué habría pasado? Se mordió el labio inferior y trató de unir las escasas pistas con lo que el líder acababa de platicarle.- Bueno, supongo que... –se detuvo al reconocer a Tae Min en la mesa contigua.- ¡Tae! –exclamó haciendo que el cantante y la mencionada voltearan sorprendidos. Oh, cielos. Justo en ese momento, llegaba Joon con un plato.

 

 

-Oye, ¿qué soda quieres? –Jin Ki al verlo, también le llamó de forma quejumbrosa.

 

 

-¡Hyung! –el aludido al oírlo apretó los ojos, frustrado. Oh, cielos. Tae Sun y Onew les dedicaron a los cómplices una mirada reprobatoria. Jin Ki inclinó su cabeza hacia su superior.- Me retiro primero, Hyung. Nos vemos después, cuídese. –dijo poniéndose de pie y caminando hacia el pelinegro alto.

 

 

-Igualmente, Onew, gracias por tu tiempo. –contestó imitando su inclinación.

 

 

Jin Ki tomó la mano de su novio falso y se fueron de ahí caminando. Una vez que llegaron al parque dio media vuelta y se cruzó de brazos. No estaba contento y Joon no era bueno con las disculpas. No. No se iba a disculpar. Al menos no ahora, no obstante, le entregó un papelito. Jin Ki, extrañado, lo leyó. Era un recibo. Vuelve su mirada hacia él, alzando la ceja.

 

 

-Súmalo a los diez wons que me debes. –explica rápido. Onew asiente aceptando el castigo antes de volver a cruzarse de brazos. Duran unos segundos callados y finalmente, Jin Ki habla.

 

 

-Yah, ¿por qué hiciste eso? –preguntó después de concluir que el otro no diría nada.

 

 

-Porque ella tenía hambre pero no dinero.

 

 

-Eso no. –alega.- ¿Por qué viniste y por qué trajiste a Tae?

 

 

-Soy tu novio falso. Merezco respeto. –el menor alzó una ceja. ¿Eh?- Si me vas a ser infiel, al menos espérate a terminar conmigo.

 

 

-¿Quién le está siendo infiel a quién? –cuestionó aunque no necesitaba explicaciones. Había entendido perfectamente lo que quería decir.

 

 

-¿Por qué te estás viendo con otro chico cuando yo soy tu no-vi-o? –interrogó señalando cada sonido dividido de la última palabra antes de cruzar sus brazos.

 

 

-Porque él es el hermano de Tae, la niña con la que me fuiste a espiar. Él solo estaba preguntándome cómo están yendo las cosas con ella en casa. –explicó. Joon se quedó en “la niña”.

 

 

La niña, la niña, la niña, la niña. Ella, ella, ella. Pero... ¿no acababa de decirle “Hyung”? Parpadeó un par de veces, confundido. Ella... No, sí. Onew, al percatarse de que estaba siendo ignorado, chasqueó los dedos, haciendo que el otro respingara sorprendido.

 

 

-¿Ocurre algo? –el otro negó.- Hyung, no te estoy “engañando” si eso es lo que crees. No me estoy viendo con nadie más que contigo, ¿de acuerdo? No necesitas espiarme, te lo aseguro. –el pelinegro desvió la mirada sin creerle. De pronto, saltó al sentir un roce en la comisura de sus labios. Asustado, llevó la mano ahí volteando a ver a Jin Ki.

 

 

-Yah, ¿qué haces? –vio a su alrededor, aliviándose de que no hubiera nadie prestando atención.- Eso no se hace, mocoso. Pudieron habernos visto. –regañó en murmuros.

 

 

-Pero no nos vieron. ¿Cuál es el problema? –el de ojos delineados iba a quejarse cuando se dio cuenta de que esas fueron sus mismas palabras cuando se besaron por primera vez. Onew sonrió radiante cuando se percató de que el otro comprendió el mensaje.

 

 

-Aish... No lo vuelvas a hacer. –reprendió el mayor.- Copión. –agregó yéndose a su auto mientras Onew reía bajito. Cuando estuvieron frente a su coche, Joon volteó hacia él.- ¿Quién dijiste que es esa niña? –Jin Ki alzó sus cejas, extrañado.

 

 

-Tae, la nueva integrante temporal de SHINee. Es la que te dije que una semana debe ser tratada como chica y otra, como chico. –Joon parpadeó recordando cuando le llamó “Hyung”. Negó, prefiriendo no decir nada. Sonrió.

 

 

-¿Quieres que hagamos algo juntos... –se acerca y le murmura en el oído.- Novio? –el cantante sonríe por su pregunta antes de aceptar.

 

 

 

 

 

Tae llamó a casa para avisar que estaba bien y que su hermano estaba acompañándola. Ya más tarde, después de conversar y fingir que no escuchó nada, Tae Sun la llevó a casa, se despidió de los demás chicos y se retiró. Tae Sun no era un chico de regaños, lo máximo que llegaba a hacer era la mirada reprobatoria y un leve discurso de “no debes hacer esto porque...”, sin embargo, aun cuando llegaba a hacer eso, Tae Min sentía que lo decepcionaba, por lo que Tae Sun le compraba algo, le daba unas palabras de cariño y ánimos y la consentía un poco más. Era su única (o) hermana (o), por lo que no le costaba mimarla. Al día siguiente, SHINee tuvo una reunión en la empresa con el presidente, Tae Young e In Ha. Después de saludar, conversar y decirles de las nuevas cartas que tenían, comenzaron con lo más importante.

 

 

-La próxima semana será el último capítulo. –anunció el presidente. Min Ho, Key y Jong Hyun mostraron su sorpresa. Onew fingió algo de desconcierto pero Tae no supo expresar nada porque ya lo sabía.

 

 

-¿Qué? Pero eso significa... –dijo Ki Bum, interrumpido por In Ha.

 

 

-¿Que será su última semana con Tae? Sí. En cuanto el último capítulo sea filmado, el contrato termina, Tae tomará sus cosas y se irá a su casa.

 

 

-Pero apenas llevamos nueve capítulos, ¿no? –cuestionó Jong Hyun.

 

 

-Diez. Serán once en total. –explicó Tae Young.

 

 

-¿Y por qué el número impar?

 

 

-Porque nos gusta ser diferentes, Jong. –respondió In Ha con un gesto infantil.

 

 

-Hemos decidido que el último episodio sea filmado en la empresa para que tenga un toque dramático. –explicó el presidente.- El escenario tendrá luces y una mesa con un botón rojo para que contesten. Se les hará la pregunta “¿cuál es el género real de Tae?” y por turnos, tocarán el botón diciendo lo que, en base a su experiencia e intuición fueron concluyendo. ¿De acuerdo? –los cinco asintieron.- Entonces, Tae Min dirá la verdadera respuesta. Para esto, necesitamos hacer un nuevo anuncio, así las personas que no estaban interesadas en ver el programa completo, verán el resultado y ganaremos más audiencia. Habrá un maratón la siguiente semana de los capítulos que faltan antes de subir el último episodio. -todos asintieron en silencio, y después, la vocecita de Tae se oyó con algo de timidez.

 

 

-Después de que el programa termine, ¿podré visitarlos? –el gesto de los tres se volvió incómodo.

 

 

-Tae, emm... –intentó explicar Tae Young, ya que él fue el primero en hablarle antes que toda la empresa.- Tae, como no eres un miembro oficial y tampoco de la empresa, me refiero a cantante, bailarín, comediante, rapero, actor… Siendo que no eres parte oficial de SM Entertainment, dudo que sea posible. SHINee tiene su propio horario, como podrás comprobar, por lo que a veces estarán en la empresa, a veces en otro show, a veces en Japón... –levanta los brazos.- La probabilidad de que puedas visitarlos se reduce a las oportunidades en las que los encuentres en casa en el día. Como no eres un trabajador de la SM, no puedes venir a visitarlos aquí y tampoco puedes irrumpir en otra empresa o en un concierto a menos que pagues el boleto. –explicó lo más suave que pudo, a pesar de eso, la decepción era palpable en su carita.- Lo siento.

 

 

-Tae, ¿estás lista? –cuestionó In Ha, recibiendo un leve asentimiento.- Antes de que esto termine, quiero que sepas que ha sido un gran placer conocerte.

 

 

-Aish, solo lo dices porque el show es un éxito.

 

 

-¡Aishh! Cállate. –reprendió a Tae Young antes de continuar.- Gracias por toda tu participación, eres la persona más bonita con la que he trabajado. –todos rieron con lo último.- Te voy a extrañar, ¿ya decidiste qué quieres ser de grande? –Minnie cabeceó en negativa.- ¡Entonces enfócate con nosotros! Piénsalo, si optas por ser modelo, cantante o actor, habrá muchas oportunidades de verte por aquí en la empresa. –la niña rió.

 

 

-Omo, gracias, Sunbae. –dio otro corto asentimiento.

 

 

-Y solo para que lo sepas, yo sí creo que seas un chico. –todos volvieron a reír. Tae Young pensó un poco antes de comentar.

 

 

-Prefiero guardar mi opinión hasta el último, cuando el show ya se esté presentando.

 

 

-Lo sabrán en el siguiente capítulo. –anunció Tae como si estuviera cerrando un episodio, causando más risas en el lugar.

 

 

-Pueden llamar a sus familiares para que estén en el público. La familia de Tae estará aquí. -los demás asintieron.- Bien, entonces, es todo. Pueden retirarse. –los presentes se levantaron, hicieron una reverencia agradeciendo y salieron de la habitación. Todos excepto Onew, quien se acercó al presidente.

 

 

-Señor. –hizo una reverencia.- Quiero hablar con usted de algo importante. –In Ha y Tae Young se acercaron curiosos. Jin Ki, tras darle una mirada a cada uno, volvió con el presidente.- A solas. –aclaró. El par comprendió la indirecta y se retiraron inconformes.

 

 

 

 

 

-Tae. –la mencionada volteó, percatándose de que Min Ho le había hablado. Éste esperó unos segundos, viendo cómo Key y Jong se alejaban platicando sobre la próxima semana y la ropa que mejor podría quedarle a Ki Bum. Cuando no hubo nadie cerca, habló.- Quiero hablar contigo. –ella asintió. También necesitaba hablar con él.

 

 

-Claro.

 

 

-Vamos a otro lugar.

 

 

Curiosa, ladeó el rostro pensándolo y aceptó. Salieron de la empresa, siendo Min Ho quien tomaba su mano para guiarla. Estuvieron todo el camino callados mientras Tae Min se preguntaba a dónde iban o de qué hablarían, no obstante, cuando pasaron por la florería donde ella compró la margarita, Tae se escondió en la espalda de Choi. No quería que la reconocieran. Por suerte, no se detuvieron y siguieron de frente unas cuadras más, tomaron un taxi, duraron otro tiempo más callados y bajaron donde Min Ho indicó, agradeciendo y pagando lo que correspondía. Cuando tocaron piso, Tae no comprendió a dónde llegaron. Miró la boutique pero no sabía qué hacían allí. Miró su pantalón. ¿Acaso su ropa era fea? El mayor se puso frente a ella y tomó sus hombros.

 

 

-Respira profundo. –Minnie obedeció, captando el olor a calle, del humo que dejó el taxi que los acababa de abandonar. Entrecerró los ojos sin saber en qué pensar, iba a voltear pero Choi la mantuvo.- Esto es para que no digas que soy un mal Oppa, ¿de acuerdo? –ella asintió.- Uno, dos... –hizo que ella girara.- ¡Tres!

 

 

Se quedó pasmada sin creer lo que veía. Por unos segundos solo escuchó su corazoncito latir muy fuerte. Mucho. Parpadeó un par de veces, sintiendo una extraña energía subir y subir, y subir. Una sonrisa empezó a crecer lentamente. Comenzaba a creerlo. Por fin, empezó a saltar gritando de emoción. El acuario. Contenta, giró a verlo.

 

 

-¡El acuario, Oppa, el acuario! –exclamó sin poder dejar de sonreír ni de brincar. No lo dejó hablar, tomó su mano y corrió a la entrada. ¡Era el acuario! ¡Por fin estaba a punto de entrar al acuario!

 

 

Min Ho, sonriendo, pagó las dos entradas y continuaron su camino. Dentro, había un reglamento, se detuvieron a leerlo, y continuaron. Le sudaban tanto las manos y su estómago tenía un vacío enorme que le hacía sentir emocionada. Avanzaron por los enormes pasillos. Había varias personas tomando fotografías. En el reglamento decía que no debían usar flash ni luces, pues podían aturdir a los animales. Tae corrió a los pilares, cada uno tenía en sus cuatro lados distintas tarjetas con información de cada pez. Grandes, chicos, de distintos colores, formas, dietas, hábitats y características, Tae quería verlos a todos al mismo tiempo, a pesar de que Min Ho le había dicho que no había prisa.

 

 

Las horas pasaron, Tae Min no se quería ir de ahí, adoraba el túnel, a pesar del tiburón que insistía con chocar su nariz contra el muro transparente. Azul. Tanto azul. Minnie se acercaba todo lo posible a las paredes como si pudiera atravesarlas y tocar los pececitos. Ni Tae Min ni Min Ho podían dejar de sonreír. La primera, por ser su primera vez en el lugar que tanto tiempo estuvo insistiendo con ir. El segundo, por lograr hacer a Taeminnie tan terriblemente feliz. Después de ver su sonrisa, sentía que podría hacer cualquier cosa. Incluso, si Tae Min lo rechazaba, podría estar satisfecho con haberle dado tanta alegría en un día.

 

 

Cuando el pasillo bajo el túnel estuvo casi vacío, y las personas restantes estuvieron lejos de ellos, Min Ho se puso junto a Tae, esperando a que dejara de imitar a los animales inflando sus mejillas y parando sus labios, esperando a que, en medio de toda esa alegría se diera cuenta de que estaba con ella. Cuando Minnie, con las manos en sus mejillas alzó su cabecita viendo a la mantarraya alejarse, volteó con Min Ho sonriente, apenas podían verse sus ojos de lo enorme que sonreía.

 

 

-Gracias, Oppa. Muchas gracias. Muchas, muchas, muchas gracias. No sé cómo agradecerte. –insistió sintiendo un leve rubor. Sentía su pecho tan inflado que apenas podía hablar. ¿Cómo puede ser alguien tan feliz en tan poco tiempo? Luego recordó que Min Ho estaba ocupado, que tenía una novia perfecta, que para que él fuera así de feliz (si no es que más) debía renunciar a él, y su rostro se puso serio.

 

 

-No es necesario. Casi es tu cumpleaños. –recordó.- Quería hacerte feliz. –Minnie, sorprendida, parpadeó un par de veces.

 

 

-Pero es hasta el próximo mes. –aclaró.

 

 

-El 18, ¿cierto? –ella asintió.

 

 

-¿Estudiaste mis datos o qué? –bromeó causando que el otro se avergonzara por sonar tan acosador a pesar de ser un dato trivial.

 

 

-Lo siento, eso fue raro. –rió volteando a otro lado.

 

 

-No te preocupes. –dijo la menor sonriendo.- ¿Qué querías decirme? –silencio. La timidez inundó a Choi como el agua. Cohibido, inspiró profundo, haciendo una mueca por el olor a aromatizante en el suelo del pasillo. Luego volvió hacia ella, avanzó hasta quedar a un paso de distancia, obteniendo una mirada extrañada de sus enormes ojos abiertos. Tomó sus manos y se armó de valor.

 

 

-Me gustas.

 

 

Tae se quedó mirándolo. ¿Qué? Parpadeó un par de veces. Lo había dicho claro y firme, no había forma de que se equivocara pero... ¿No estaba saliendo con alguien? Tragó duro. Sus manos quemaban y había un fuerte tambor incesante en sus oídos. La frase le había emocionado tanto, sus mariposas volaban desquiciadas en su estómago, pero no podía aceptar sus sentimientos. No. Estaba con alguien más. Sin embargo… ¿Cuándo se volvería a presentar una oportunidad así? Además, a Tae Min también le gustaba mucho Min Ho. Tragó antes de preguntar.

 

 

-¿Estás seguro? –Choi no entendió la pregunta. Parpadeó extrañado antes de asentir.- ¿No te gusta nadie más? ¿No estás saliendo con nadie más? –Min Ho sacudió la cabeza.

 

 

-No. Eres la única persona que me gusta. ¿Por qué saldría con alguien más si estoy contigo?

 

 

Tae pensó por un par de segundos. No estaba segura. Su corazón había sido roto antes, hacía pocos días. ¿Y si estaba mintiendo? No. Min Ho no mentía. Min Ho era honesto y noble, jamás jugaría con las personas. Aún así, estaba dudando. Mucho. Bastante. Sus párpados estaban temblando. Estaba confundida. Quería aceptar, quería decir que sí, quería estar con él y disfrutar de sus abrazos y besos, pero... ¿Y si solo era una ilusión? Bajó la mirada, meditando. Vio a su alrededor. Solo había tres personas en todo el túnel y estaban demasiado lejos como para oírles. Minnie miró sus tennis. No vestía ropa femenina. Bueno, sí. En su medida. Un pantalón, tenis y una camiseta azul. Tenía una gorra y unos lentes de sol colgados en el cuello de su camiseta. No llevaba maquillaje ni accesorios de niña. Sus uñas estaban naturales, no tenía pendientes, ni collares y sus pulseras era unisex. ¿Min Ho pensaba que era una chica? Levantó su mirada para preguntarle.

 

 

-Min Ho.

 

 

Las palabras quedaron en su garganta al sentir un roce en sus labios. Min Ho le estaba besando. Sin pedirle permiso o dar un aviso. Solo estaba uniendo sus besos. Su corazón se volvió loco, su cara se encendió, poniéndose roja hasta las orejas, sus temblorosas manos ascendieron hasta colocarlas en el rostro del otro y Min Ho, por un momento creyó que lo separaría, pero no. Minnie se puso de puntitas para responderle, cerrando sus ojos.

 

 

Min Ho le gustaba demasiado como para decirle que no. Una vez más, confiaría ciegamente en él. ¿Qué podría pasar si dejaba que sus palabras se convirtieran en ley para él?

 

 

 

 

 

Continuará...

 

 

Notas finales:

1* Solo para que comprendan un poco a mi versión de Sulli, les hablaré un poco de mí. ¿Qué tengo que ver yo en este momento? Bien. Yo nunca en mis 20 años he tenido novio. Nunca, never, jamás, forever. Nunca. Sin embargo, yo me imagino que si fuera a tener un novio, estaría en las mismas que Sulli. A pesar de que yo he visto muchas películas cursilonas, doramas, series, he leído fanfics y que escriba fanfics, todo eso es muy fantasioso, y aunque mis amigas me platiquen cosas de sus noviazgos, yo no puedo tomarlo como ejemplo. Aquí viene uno: Acaban de discutir. La amiga se enoja porque ve a su novio hablando con otra chica y le dice que no quiere verlo. Lo que ella hizo fue romper con él. ¿Qué habría hecho yo? Para mí, lo más lógico es hablar con el novio. ¿Para qué hacer el problema más grande si no lo vi haciendo nada malo? Solo estaba hablando. ¿Acaso le dio un lengüetazo? ¿Le orinó encima como los perros con los hidrantes para marcar su propiedad? Eh, no. Solo le preguntó que cómo estaba. El explotar de esa manera habla bastante de ti, como que tienes mucha desconfianza, eres insegura y probablemente, tienes baja autoestima, tanta, que no te consideras suficiente para él. Muchos dicen que “¿y si se encuentran a escondidas? ¿y si es la otra novia y te está engañando?” Bueno pues eso lo veré con él, ¿no? Yo en todo momento, cuando veo un dorama, hago corajes, porque se me hace tonto cómo reaccionan. Ejemplos, Heartstrings, Secret Garden, Surpluss Princess, The Heirs, Escalera al cielo… Blablabla. No entraré en detalles. La actitud de Sulli aquí es como de una persona inexperta, y sonará algo pretencioso, pero es como yo estaría. ¿Debería hacer esto? ¿Le dará vergüenza? Y sí, también muestra demasiada inseguridad, pero al menos no se lo estaría tachando al novio o a la gente a mi alrededor, yo creo que es mejor preguntarme a mí misma qué hago que andar publicando en Facebook que él es tonto, que lo odio, que ojalá nunca lo hubiera conocido, que ya rompimos, que me puso el cuerno… ¿Para qué? No entiendo a las chicas de hoy en día. Ah, pero claro, yo soy la rara. Bien hecho, Hacchi. Bien hecho.

 

2* Otro trauma de su autora. Nunca he ido a un acuario. Y sí, sé que en los acuarios (o al menos, este que describí) se supone está todo cerrado, sin embargo, el agua fluye. Debe fluir o se pudre. El agua, como en las piscinas (o eso es lo que creo) debe estarse cambiando y claro, hay ciertos lugares por los que pasa el agua, que por cierto, supongo yo que es salada por los animales marinos. El agua salada tiene un olor muy fuerte, por lo que yo creo que cerca de lugar ha de apestar regacho, no obstante, no puse nada relacionado al olor porque, como ya mencioné, no estoy segura. Los de agua dulce o de otros ambientes están en acuarios más chiquitos, dentro de la zona o en otros lugares. Insisto, esto salió de mi imaginación, así que si alguien ha visitado acuarios cerrados, avíseme para corregir esto D:!

 

¡QUESTION TIME!

 

• ¿Parte favorita?

 

• ¿Se les hizo corto o largo el capítulo?

 

• ¿A quién le gustó la escena JongKey con los pantalones feos que se negaron a su destino alrededor de las hermosas piernas de Key? ¿A alguien le gustó el soborno de Jong? ("Te compraré otros, baby", maldito consentidor :’c).

 

• ¿Les gustó que Key por fin notara que el otro va al gimnasio? (Según yo, esos cambios no se notan hasta muuucho tiempo después, pero pues, Key ni siquiera lo volteaba a ver, así que, pff).

 

• ¿Qué opinan de mi versión de Sulli? ¿Mi breve-nada-breve aclaración les hizo reflexionar algo o se lo saltaron porque da flojera leer tanta letra? La verdad no entiendo cómo es que dos palabras para mí significan veinte renglones ._.

 

• ¿Se esperaban la ruptura del MinSul tan pronto? ¿Cómo creían que sería su ruptura? ¿Se imaginaban a Min Ho cruel o incómodo? ¿Cómo se lo imaginaban?

 

• ¿Sabían que, el capítulo pasado me equivoqué y no borré la parte de Onew donde le chismosea a Min Ho que Tae se iba? En serio. Iba a poner que Tae hacía un berrinche y que sí se iba a ir, pero al final lo cambié y se me olvidó borrar eso. Gracias a ese pequeño error se me ocurrió una escena mucho mejor. Gracias ;D! Ah, pero volviendo a las preguntas, ¿quién extrañaba a Tae Sun?

 

• En específico, ¿de qué creían que hablarían Tae Sun y Onew? (Es decir, si ponen “de Tae”, aclaren bien de qué xD).

 

• ¿Les gustó el trabajo en equipo de Joon y Tae Min? (Que en realidad no hicieron nada porque Tae Sun es demasiado listo y logró encontrar a Tae que había bajado el menú)

 

• ¿Quién más había captado el error de Tae Min? (“Hyung…”) Aquí un pequeño dato. En otro capítulo, Tae Min se equivoca le dice a alguien “Hyung” cuando debió decirle “Oppa” debido a un shock. Quienes quieran confirmarlo, capítulo 21 :v y si logran encontrar el error a propósitamente puesto por mí que nadie más vio… Coméntenlo en ese capítulo xD! (Ay, qué ingeniosa soy).

 

• ¿Alguien creía que Lee Joon iba a quedarse sentado, a pesar de que acababa de recibir una imagen de su novio falso saliendo con otro? ¿Quién creen que haya sido la persona que se lo envió?

 

• ¿Quién se sorprendió al saber que solo les queda un capítulo de su programa? (Ojo, un capítulo del show que están filmando, no del fanfic. Al fanfic todavía le quedan un par).

 

• ¿Esperaban que Joon le cobrara a Onew? (No sé, por ahí leí que es medio tacañón el chico).

 

• ¿De qué creen que vaya a hablar Onew con el presidenteichon? (Perdón, mi english anda bien loquisho).

 

• ¿Quién ha ido a un acuario? ¿Quién quiere compartir su experiencia con Hacchi?

 

• ¿Les gustó la cita 2min? ¿Esperaban que Min Ho se declarara tan rápido? (Salió de último momento).

 

• ¿Creen que Tae Min haya ido demasiado rápido al aceptar los sentimientos de Min Ho? ¿Ustedes dirían que sí, si estuvieran en el lugar de Tae? ¿Creen que estuvo mal aceptarlo?

 

• ¿Cómo creen que se llame el  show?

 

 

 

¡Muchísimas gracias a todos! Espero les haya gustado mucho, mucho más que los anteriores. Muchos besos y abrazos psicológicos♥!

 

att’Hacchi♥!


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