Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Erase una vez... mi historia por Killary

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Respira profundo, respira tranquilo

Sabes que estoy aquí… Esperando

Mantente fuerte, quédate

No tienes que temer… Te espero

Te veré  pronto, nos vemos pronto

¿Cómo pudo un corazón como el tuyo amar a un corazón como el mío?

¿Cómo podía vivir antes?

¿Cómo pude ser tan ciego?

Tú abriste mis ojos

(Heart Like Yours – Willamette Stone)

 

 

 

39. Cuando el amor no es suficiente

 

 

 

Siento que me ahogo… ¿Dónde estoy? Mis ojos sólo ven sombras a mí alrededor… Intento moverme pero no puedo… Mis manos están atadas…No, no, ¡No!… Me desespero, forcejeo, quiero salir de aquí… Quiero gritar y no puedo, tengo algo dentro de la boca que no me deja hablar, ni respirar… Oigo voces lejanas, murmullos… Me tocan y no quiero… ¡No quiero!... Me sacudo con la poca fuerza que me queda… Me llena el dolor de golpe… Me duele todo… Siento nauseas… Intento vomitar… Me cogen, me impiden levantarme… “Cálmate, tranquilo” me parece escuchar… Cómo voy a estar tranquilo, ¡quiero que me liberen! Me elevo… de pronto estoy sentado. Las voces siguen intentando calmarme… El dolor me aturde… Siento que expulso, entre arcadas, lo que impedía que llene de oxigeno mis pulmones. Vomito todo lo que llevo dentro y más. Hasta caer agotado. Me colocan algo en la cara con cuidado, estoy tan cansado que no hago nada para impedirlo. No me presiona ni me impide respirar así que sólo me concentro en inhalar y exhalar.  Cierro los ojos, me dejo llevar. Mientras mis sentidos empiezan a adormecerse de nuevo, escucho una voz que conozco bien. “Estoy aquí” me susurra… ¿Eres tú? Quiero preguntar. Pero la inconsciencia me atrapa de nuevo. Y yo simplemente… me dejo atrapar.

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

Estoy sentado junto a la cama de Iván. Luego de que con esfuerzo pudiéramos quitarle el respirador. No fue fácil. Cuando despertó estaba desorientado. Por más que tratamos de calmarlo, él no nos entendía. Al final después de quitarle el aparato, por fin se quedó dormido de nuevo.

 

 

Le pedí a Gabriel trasladarlo a una habitación unipersonal en cuidados intermedios. Me ayudo a convencer a los demás y al final lo conseguimos. Tuve que decirles que era un amigo de muchos años… No sé si se lo creyeron del todo pero… Lo importante es que ya estaba aquí, junto a él.

 

 

También esto ayudo a lograr que Gustavo viera a Iván, aunque sea unos minutos. Eso lo tranquilizó mucho. Ahora que sólo respiraba a través de una mascarilla de oxígeno, que ya no tenía las manos atadas ni tantos aparatos a su alrededor, era una visión mucho más alentadora. Le expliqué que aun dormiría mucho porque estaba saliendo del trauma y de la operación y que eso ayudaba a su cuerpo a recuperarse. Que necesitaba estar en reposo y que poco a poco iría mejorando. Le pedí que fuera a casa de Javier a descansar. Pero terco como es, se negó. Al final lo llevé a una habitación de la residencia médica y lo obligué a descansar. Me dijo que no estaba cansado, que quería seguir aunque sea sentado fuera en la sala de espera, que estaba preocupado, además que su novio llegaría en unas horas… Me dijo tantas cosas pero en cuanto logré que se recostara un momento, sus ojos se cerraron y cayó profundamente dormido.  Sonreí al verlo dormir. Me recordaba al Gustavo adolescente que conocí. Cogí su chaqueta y la colgué en la silla junto a la cama. Lo cubrí con una manta y salí rumbo a la habitación de Iván.

 

 

Me encontré nuevamente con Gabriel en el pasillo.  Estaba parado con un folio en las manos. Parece una historia clínica.

 

—Tenemos que hablar. — Me dijo apenas llegué a su lado.

 

— ¿Tiene que ser en este momento? Iba hacía la habitación de…

 

—Tiene que ser ahora. — Me tomo del brazo y me llevó hacía una sala de exámenes vacía. Entramos y cerró la puerta. — ¿Sabes qué es esto? — Preguntó enseñándome lo que tenía en las manos.

 

— ¿Una historia clínica muy muy gorda? — Le dije tratando de bromear para relajarlo. Pero él seguía mirándome muy serio.

 

—Es la historia del muchacho. La historia antigua. ¿Sabes de lo que te hablo? — Lo miré rendido. Di un gran suspiro.

 

—Sí.

 

— ¿Sabes? ¿Y cómo puedes estar tan tranquilo? ¿Sabes lo que hizo?... ¿Sabes quién es su padre?...

 

—Lo sé, se todo sobre él. — Su mirada incrédula se vislumbró un momento antes de convertirse en una reprobatoria.

 

—No te entiendo…

 

— ¿Alguien más vio eso?

 

—Aun no. Acababa de llegar y yo la he tomado.

 

—Por favor… No hace falta que alguien más la vea… No tiene nada relevante…

 

— ¿Te estás escuchando?

 

—Por favor Gabriel… Es mayor de edad y su familia no pinta nada en su vida hace mucho. Y si has leído todo, sabrás que es mejor mantenerlo lejos de ellos. — Lo vi dudar un poco pero al final terminó accediendo.

 

—Está bien. Pero ya mismo me cuentas de qué va todo.

 

 

Creo que ya no me queda de otra. No quiero que nadie más sepa sobre su pasado. Ya bastante mal lo ha tratado  la vida. No le hará nada de bien remover esa etapa tan dolorosa otra vez. Me senté abatido en uno de los bancos y empecé a relatarle todo.

 

 

La cara de Gabriel se mantenía inmutable a medida que iba contándole como se habían dado las cosas. Trato de resumir todo lo más que puedo. Y trato también de ser lo más claro para que entendiera. Para que me entendiera.

 

 

Cuando termino de hablar, ambos nos quedamos mirando. Un silencio casi insoportable se instaló entre nosotros. Quería que me dijera algo. Quizá esperaba que me mandase a la mierda, que me dijese que estaba loco, enfermo, no sé.  Pero Gabriel seguía allí, parado y con el rostro inescrutable.

 

 

Los minutos pasaban. Me sentía incómodo. Tenía ganas de pararme e irme. Pero seguía aquí esperando que Gabriel hablara.

 

—No voy a juzgarte. — Dijo por fin. — Me ha sorprendido todo esto que me has contado pero… Es tu vida y creo que eres capaz de saber lo que realmente quieres. No voy a decir que te entiendo porque realmente… No lo hago.  Pero como te dije, es tu vida y no voy a interferir… Sólo quiero que sepas… — Puso una mano en mi hombro y me sonrió. — Que decidas lo que decidas al final… Tienes mi apoyo.

 

—Gracias… — Sólo pude responderle, me sentía sorprendido por sus palabras.  A pesar de ser amigos muchos años no imaginé que me diría algo así. Él había estado en mi matrimonio. Conocía a Sandra, a mi hija, a mis padres... Aunque creo que pasé algo por alto… Gabriel conocía a mi familia pero sobre todo… me conocía a mí. Se debió de dar cuenta por todo lo que pasaba. Le devolví la sonrisa.

 

—Llévate esto y ve que haces con ella. Desaparece lo que debas desaparecer y devuélvela sin que te vean. Y ten cuidado. — Me dio la historia clínica mientras yo asentía a lo que me dijo.

 

—No te preocupes. De veras Gabriel, muchas gracias…

 

—No las des, para eso estamos los amigos…

 

 

Gabriel abandono la sala mientras y yo me quedaba desapareciendo hojas de la historia clínica de Iván. Supongo que se darían por perdidas. La verdad era tan antigua que podía darse el caso.

 

 

Una vez que terminé de guardarme todo lo que me pareció importante desaparecer, oculté el folio entre mi bata y salí con cuidado de no ser visto. Felizmente a esa hora el personal estaba haciendo su ronda y no había nadie cerca. Y para más suerte, no había nadie en la estación de enfermeras. Así que con disimulo coloqué el documento en el lugar donde estaban todos los folios de los pacientes.

 

 

Me giré y presuroso fui a la habitación de Iván. Al entrar me encontré con una de las enfermeras que acababa de atenderlo.

 

—Buenas noches doctor Zúñiga.

 

—Buenas noches licenciada. ¿Cómo se encuentra el paciente?

 

—Despertó hace un rato, mientras le colocaba el tratamiento, aun intranquilo preguntándome dónde estaba. Le he explicado que está en el hospital pero creo que aún no procesa muy bien la información. Tuve que colocarle el sedante nuevamente porque empezaba a alterarse.

 

—Gracias. Me quedaré a vigilarlo por si despierta de nuevo. No se preocupe. — Me miró extrañada antes de salir.

 

—Está bien, con permiso.

 

 

Cuando hubo cerrado la puerta, jalé la silla que estaba en la habitación, colocándola al lado de la cama y me senté. Tomé su mano entre las mías con cuidado de no mover su brazo porque llevaba la intravenosa en el.  Lo observé. Dormía profundamente producto del sedante que le aplicaron.

 

 

Aquí, ahora, con su mano entre las mías me doy cuenta que no me arrepiento de nada de lo que estoy haciendo. Había tomado mi decisión y la mantendría hasta el final. Mucha gente no lo entenderá pero la verdad que no me importa. Ya no me importa. Lo amo y haría de este amor mi fortaleza.  Enfrentaría las cosas de acuerdo a como se presenten.

 

 

Iván se removió inquieto y yo aumente la presión del agarre mientras le susurraba palabras tranquilizadoras. Como si pudiera escucharme y reconocer mi voz, suspiró y poco a poco se fue relajando.  Me sentí aliviado al sentir su respiración y sus latidos acompasarse de nuevo. Me acerqué y bese el dorso de su mano con cuidado.

 

 

Estoy aquí.

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

— ¿Carlos? — Pregunté incrédulo.

 

—Pensé que no me recordarías. — Me dijo con una gran sonrisa. — Bueno, con estas fachas tampoco la tenías  fácil. — Se señaló el rostro donde mostraba algunos golpes.

 

— ¿Qué haces aquí? — La pregunta se escapó de mis labios. La verdad no debería importarme. Es más, debería alejarme de él. No me trae buenos recuerdos.

 

—Que sorpresa verte aquí, Jair. — Un tipo de cabellos negros y ojos grises me saludó. Lo miré tratando de recordarlo. Creo que iba también al instituto con nosotros…

 

—Hola, que tal. — No logro acordarme de quien es. Respondí sólo por no ser mal educado. Sin apretón de manos ni nada. Mis ojos volvieron a pasearse por el lugar. Gustavo ¿a qué hora piensas aparecer?

 

—Es Alex, estudiamos juntos en el instituto… Quizá no lo recuerdes. — Intervino Carlos. — Es mi pareja…

 

—... Pareja… — Repetí, sintiéndome estúpido al instante. Alex rio con ganas viendo la cara de asombro que llevaba.

 

—Carlos, voy a dar una vuelta a ver si encuentro a Freddy. — Le dijo. Me sorprendí al escucharle decir eso… No puede ser la misma persona, ¿o sí?...

 

— ¿Freddy?... — Dije inconscientemente.

 

—Sí, el doctor Freddy Zúñiga, ¿lo conoces? — El tipo pelinegro me preguntó, curioso.

 

—Si…

 

— ¿También lo estás esperando?

 

—No… Bueno si… — Joder, que mierda tengo que dar explicaciones. — Y ustedes ¿para qué lo buscan?

 

—Porque anoche trajimos a un muchacho herido y queremos saber cómo sigue… — Dijo despreocupadamente dando un vistazo hacía la estación de enfermeras. — Ya vuelvo, voy a preguntar si saben algo. — Giró y se alejó de nosotros. Carlos se sentó a mi lado y me removí incomodo en mi asiento.

 

—Jair…

 

—No tenemos nada de que conversar.

 

— ¿Sigues con eso? — Un dejo de fastidio se dejó escuchar en su voz. Luego suspiró cansadamente. — Está bien, lo siento. Solo quiero hablar.

 

—No es necesario…

 

—Déjame terminar. — Me cortó autoritario. — Sólo quiero pedirte disculpas. Sé que me porté como un total cabrón contigo… Era chico e inmaduro… No quiero justificarme, sólo quiero hacer lo correcto.  Crees… ¿Crees que puedas perdonarme?

 

—Yo… — ¿Puedo perdonarlo?... Han pasado años de eso.

 

—Por favor… Realmente lo necesito... — No puedo vivir sangrando por el pasado. Si quiero disfrutar plenamente mi presente y abrazar mi futuro, tengo que dejar el pasado atrás. Sin rencor. Sin resentimientos. ¿Puedo hacerlo? Cerrar esa puerta para siempre. Y no volver a mirarla. Creo que ya di la vuelta a la página. Seguí con mi vida… Entonces… ¿Puedo decir que sí, que está perdonado?... ¿Es cierto eso de que el tiempo lo cura todo?...

 

—Carlos, eso ya quedó en el pasado. Ya te he perdonado hace mucho. — Sentí más ligera el alma cuando pronuncié esas simples palabras.  Me sonrió y le devolví la sonrisa.

 

— ¿Podremos ser amigos? — Preguntó esperanzado.

 

—No lo sé… Podríamos intentarlo.

 

—Ah Joder, no sabes el peso que me quitas de encima. Gracias… — Echó la cabeza para atrás, inhalando sonoramente.

 

 

Justo en ese instante Gustavo apareció por uno de los pasillos. Me buscó con la mirada y cuando me encontró, frunció el ceño al ver con quien estaba. A grandes pasos se acercó a mí. Me tomó del brazo bruscamente y me jalo hacía él.

 

— ¿Qué haces con ese? — Preguntó furioso. Lo miré con asombro. ¿Qué mosca le había picado? Me removí disimuladamente tratando de soltarme de su agarre.

 

— ¿Qué te pasa? — Murmuré avergonzado de su comportamiento. Podía sentir la mirada de Carlos sobre nosotros.

 

—Hola… Gustavo, ¿verdad? — Saludó. — Me da gusto ver que siguen juntos.

 

—Carlos... — Respondió el saludo sin siquiera mirarlo. No apartaba sus furiosos ojos de mí. Empecé a cabrearme. Estaba harto de esta mierda.

 

—Gustavo... Carlos está aquí con…

 

—Alex. Estoy aquí con Alex… Es mi pareja. — Terminó de decir. Al escuchar eso, Gus dejó de mirarme para voltear la vista hacía Carlos.

 

— ¿Qué?... — Aproveché su confusión para liberarme y di un paso alejándome.

 

—Sí, pareja,  pedazo de estúpido. — Escupí colérico. — Discúlpame. — Le dije a Carlos  apartándome de ellos y saliendo del lugar. Gustavo me siguió enseguida.

 

 

Salí hacia el estacionamiento con Gus llamándome. Me alcanzó y tomándome del brazo me detuvo.

 

— ¡Suéltame! — Aparté mi brazo de un tirón. Vi el miedo en su mirada.

 

—Jair… no quise…

 

— ¿No quisiste qué? ¿Portarte como un imbécil?

 

—Lo siento, de verdad…

 

—Estoy cansado  Gustavo. — Sus ojos me miraban llenos de arrepentimiento. Tenía las manos a los lados en puños. — A pesar de todo lo que hago o digo tú sigues sin confiar en mí…

 

—No digas eso… Confío en ti…

 

—No lo haces.  ¡Nunca se cómo te sientes en realidad! Sólo cuando discutimos sueltas un poco lo que llevas dentro…

 

—No es así…

 

— ¡Lo es! Mírate ahora… Estabas celoso, ¿no? ¿Y por qué? — Giró el rostro hacia un lado apretando más los puños. — Porque sabes que te estas portando como un gilipollas… Y temes que me aburra ¿verdad?

 

— ¡¿Y es así?! ¿Te aburriste ya de mí?

 

— ¿Eso buscas? ¡¿Qué me aburra?!

 

— ¡No! Joder Jair sabes que no es eso…

 

— ¡Te he demostrado de todas las maneras posibles que te amo! Y aun así… sigues dudando.

 

—Yo…

 

—Lo que pasa es que no sabes lo que realmente sientes…

 

—Te amo…

 

—Creo que necesitas poner en claro tus sentimientos.

 

— ¿No me escuchaste? ¡He dicho que te amo! ¡No necesito poner en claro nada!

 

—Voy a ver cómo está Iván y me regreso en seguida a casa. Será mejor así.

 

— ¡No! — Me tomó fuertemente de la muñeca. — ¡Te amo! Maldita sea, te amo…

 

— ¿Estás seguro? ¿No lo confundirás con costumbre o dependencia? — Me dolía decir todo aquello. Pero no aguantaba más.

 

— ¿Qué mierda dices? ¡Estoy seguro!…

 

—Una semana será suficiente para poner en orden tus ideas… y las mías. — Mis palabras más iban dirigidas a mí mismo, como intentando convencerme de que eso era necesario. Su mirada dolida se clavó en mí.

 

— ¿Dudas de lo que sientes por  mí? — Preguntó abatido, en un susurro.

 

—Dudo de lo que tú sientes por mí…

 

—Jair…

 

—Gustavo, por favor…

 

—Jair… no… — Su voz era casi un agónico susurro.

 

 

Nos quedamos viendo largamente. Aguantando las ganas de echarme a llorar. Sus ojos vidriosos me decían que estaba igual. Poco a poco fue soltando la presión de mi muñeca hasta que pude liberar mi brazo.

 

—Está bien. — Dijo resignadamente luego de varios angustiantes minutos. Tuve ganas de abrazarlo y decirle que no, que estaba equivocado, que había dicho esto en un ataque de rabia… Pero me contuve. No puedo… Deja de arrastrarte Jair.

 

 

Caminamos de vuelta en silencio. Cuando entramos vimos a Carlos y Alex hablando con Freddy. Nos acercamos presurosos. Lo saludé y le pregunté cómo estaba Iván. Me contó que estaba mejorando y me llevó a verlo. Aunque sólo pude estar en la habitación un momento, el ver a Iván dormir tranquilamente me calmó. Ahora podía regresar a casa con la seguridad que pronto estaría bien.

 

 

Increíblemente Iván era el mismo muchacho que habían traído Carlos y Alex. Es decir que ellos le habían salvado la vida. El destino es bien puto. Pero sabe lo que hace.

 

 

Antes de marcharme recordé que esto ya lo habíamos vivido un par de años atrás. Yo pidiéndole que nos demos un tiempo, él asegurándome que me amaba. Aquella ocasión fue por el mal entendido con Iván. Ahora era diferente. Gustavo estaba diferente. Desde que falleció su madre no era el mismo. Sé que trataba de comportarse igual pero yo lo conocía demasiado bien. Me dije que él solo necesitaba tiempo. Que volvería a ser el mismo. Pero pasaron los días, los meses… Y nada cambiaba. La negativa al principio de viajar a estudiar. Las discusiones que eso generó.  Luego el haber aceptado solo porque creyó que lo iba a dejar. Me pregunto si eso es lo que realmente quiere… ¿O se siente obligado? Igual, dejó el trabajo para poder prepararse para la audición. Sin embargo empezaron las excusas para alargar la partida. Y yo allí, insistiendo, animando, apoyando… Diciéndole que lo amo con locura, demostrándoselo con cada gesto,  sonriendo y besándole con pasión… Haciéndole el amor… Y él… ¿Se ha dado cuenta siquiera de lo que estoy dejando a un lado? ¿Qué he puesto mis planes y proyectos en espera?... Lo amo. Dios sabe que lo amo con cada célula de mi cuerpo. No imagino una vida sin él. No podría. Pero… quiero que él me ame igual… Me lo dice, que me ama, que  soy su vida, que soy su todo… ¿Por qué no puedo creerlo? ¿Por qué ahora dudo tanto?... ¿Por qué no me llenan las palabras?... Quiero más… Lo quiero todo…  ¿Por qué siento ahora que el amor no es suficiente?

 

 

Me despedí de Carlos y su novio. De Freddy. Y de Gustavo.  Sentía una tristeza oprimirme el pecho. Sentí que me rompía por dentro. Pero no iba a retroceder. Le di un beso en la mejilla y salí de allí.

 

 

No miré atrás ni una vez.

 

 

 

Notas finales:

Un cap q parece de relleno. Pero cerré algunas cosas alli. Carlos x fin le pidio perdon a Jair. Era algo q venia arrastrando. El cachorro no podía vivir con el rencor clavado. Y tmb no iba a dejarlo de arrastrado. Jair tiene su caracter. Y Gustavo o espabila o se queda pelando patatas. Sobre Iván no se asusten q no voy a desarrollar su historia. Solo es una referencia para futuro.

Joder demasiadas explicaciones... Sera q vamos en la recta final :)

 

Maripositas multicolores llenas de miel para tod@s


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).