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Andrógino por Hacchiko

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Notas del capitulo:

Hey, babies♥

 

Este es el último capítulo. Bueno, al menos, de la primera parte. ¿Cómo se sienten? Espero que les guste mucho, preparen pañuelos los que sean sensibles y disfruten esta última entrega. Gracias a todos por leer, esperar y comentar, todo su apoyo es bien recibido. (Al final está el link de la siguiente parte ;).

 

Muchos besos y abrazos psicológicos♥

 

att’Hacchi♥!

Andrógino

Semana 22: Filmando undécimo episodio.

Capítulo 30: Adiós

 

 

 

Al atardecer, cuando ya estaban a mitad de la película, Jong Hyun comentó que tenía hambre y que el refrigerador estaba vacío. Onew decidió aprovechar la situación y dijo que iría a caminar afuera a pesar de la preocupación de sus Dongsaengs. Iría en auto de todas maneras, fue su única explicación. Jin Ki con anteojos de armazón grueso oscuro y cristal sin aumento, una gorra, short y tenis, salió en la camioneta de SHINee dirigiéndose a su restaurante de pollo frito favorito. Cualquier otro día pudo haber marcado desde casa para que lo llevaran a domicilio, sin embargo, necesitaba hacer algo sin sus amigos presentes y eso implicaba ir él mismo.

 

 

Entró por la puerta principal en la tienda vacía a punto de cerrar, caminó con seguridad por los pasillos al notar que quien buscaba no estaba en su usual lugar. Lo encontró casi al final de la tienda con unas llaves, solo que éste tardó varios segundos en separar su vista del suelo. Una vez que su rostro se alzó, la sorpresa se reflejó en él, y después, una repentina alegría que crecía poco a poco sin importarle que Jin Ki permaneciera inmutable, empujándolo instintivamente a trotar hacia el menor. Con una gran sonrisa que intentó esconder, habló.

 

 

-Onew, estás aquí. –recalcó lo obvio sin percatarse hasta que analizó lo que acababa de decir. Rió tontamente antes de sacudir su cabeza.- Disculpa, es lógico que estás aquí. –comentó señalándolo con un ademán de su mano.- Es que pensé que no volvería a verte, pero...

 

 

-En realidad… -interrumpió, llamando la atención del otro, quien disminuyó su emocionada sonrisa, sustituyéndola por expectativa. Jin Ki, sin hacer más gestos, alzó su puño con lentitud, con los dedos hacia abajo como si fuera a darle algo. Joon, al captar el mensaje, abrió su palma hacia arriba y un semblante de confusión cubrió su rostro al ver caer en ella dos monedas de cinco wons cada una. Sin comprender, acercó su mano a él y miró de cerca el dinero.- Ya no te debo nada. –el pelinegro alzó su mirada y de pronto comprendió. Negó con la cabeza extendiendo su puño.

 

 

-Olvídalo, no lo quiero.

 

 

-Es lo que debo, lo de la hamburguesa ya lo pagué. –Joon sacudió su cabeza con más fuerza, sintiendo su pecho muy lleno.

 

 

-Dije que no lo quiero. –refutó.

 

 

-Sí, sí lo quieres.

 

 

-No si con eso te pierdo. –el castaño cerró sus ojos. No conocía por completo al mayor, sin embargo, sabía que eso iba a contestar.

 

 

-Lo siento, pero no puedo confiar en ti.

 

 

-Dame una oportunidad, Jin Ki. –pidió con la voz un poco más alta.

 

 

-No, gracias. Ya no quiero verte. –iba a dar media vuelta, pero el otro no se lo permitió, jaló su brazo y lo obligó a mirarlo.

 

 

-Espera, sé que lo eché a perder pero... -buscó desesperadamente una razón, una sola razón por la que debía quedarse, no obstante, como nada se le hizo lo suficientemente importante, solo negó con un nudo en la garganta y continuó.- Me gustas mucho. Solo dame una oportunidad y te demostraré...

 

 

-Lo siento. -se deshizo de su agarre con algo de fuerza mientras se reprendía mentalmente. Aissh, mejor hubiera mandado a alguien, porque en ese momento se debatía entre perdonarlo y darle una oportunidad, o ignorarlo e irse. Algo dudativo, prefirió la segunda opción. No podía ceder, y aunque en ese momento su corazón estaba acelerado bricando de felicidad por las palabras del otro, ignoró sus tontas emociones, dio media vuelta y lo dejó ahí llorando en una tienda abandonada.

 

 

 

 

 

MIÉRCOLES (último día)

 

 

Era el día de la verdad. Tae Min lo sabía desde el momento en que abrió sus ojos y no estaba preparado para eso. El gran vacío en su estómago hormigueaba con intensidad, terminarían el episodio, empacaría y se iría a casa, sin embargo, intentó que eso no le afectara. O al menos, no aparentarlo. Con calma, se vistió y bajó a la cocina encontrándose a los demás. Min Ho y Key cocinaban mientras Onew se servía té en una taza, y Jong Hyun jugaba en su teléfono. Al momento que él entró a la habitación, todos voltearon a verle y tras unos segundos, volvieron a sus actividades. Estaban muy callados, pero a Tae no le molestaba. De cualquier manera, no sabía de qué hablarles, estaba muy concentrado con la idea de que pronto se iría de ahí.

 

 

-Buenos días. -saludó Ki Bum cantando con la intención de alegrar un poco el ambiente.

 

 

-Buenos días.

 

 

-¡Te hicimos panqueques! -festejó Ki Bum con una sonrisa mientras le daba el plato.

 

 

Tae agradeció mientras se dirigía a la mesa un tanto meditativo. Debería dejar de pensar en eso para tener un alegre último episodio. En el resto del desayuno, no mencionaron su despedida ni nada relacionado al show, en lugar de eso, actuaron como si se tratara de otro día normal.

 

 

Al salir para dirigirse a la empresa, se toparon con publicidad a la que no habían puesto atención ni se habían enterado. En cada cuadra había inmensos carteles anunciando su programa. En algunos salía el grupo completo, en pares, en tres o individuales. Era sorprendente porque no se habían percatado de nada. ¿Desde cuándo eran tan populares? Tae no pudo contener sus risas al ver la gente señalando emocionada a la camioneta en la que iban. Es decir, era usual desde que se unió al grupo, no obstante, al inicio eran dos o tres quienes los reconocían, ahora se trataba de grupos enteros.

 

 

Tae podía sentir que su piel se enchinaba, incluso se estremecía en algunas zonas por las ansias. Estaba entre la emoción, la felicidad, la melancolía y los nervios. A decir verdad, tenía miedo de arruinarlo en grande, después de todo, estaría en televisión nacional. Sí, apenas esa mañana su manager les dijo que toda la nación vería el estreno del cierre debido a su colosal éxito. Tanta fama... ¿y ellos no se habían dado cuenta? Si la semana pasada, sin disfraz, gafas ni peluca salieron y no pasó nada, sin embargo, comprendió la altura de su éxito cuando Ki Bum le mostró un video de Inglaterra con imágenes de ellos. La nota hablaba, según el experto hablador de inglés "La llave todopoderosa que todo abre", su programa tenía un punto que era la duda del momento: ¿hombre o mujer? No solo eso, sino que el noticiero se encargó de investigar su música y datos principales de ellos, además de recomendarlos.

 

 

Tae Min no sabía si sentirse "halagado" por llegar tan lejos, u ofendido porque ni en China, ni en Asia, ni en Europa la gente identificaba su género. Bufó, ya casi terminaba todo, así que, ¿qué más da? Como quien dice, la fama es efímera.

 

 

Al llegar a la empresa, reporteros inundaban el lugar con sus cámaras, flashes, grabadoras, micrófonos y libretas. Guardias de seguridad acudieron al rescate de los chicos, quienes se inclinaron y saludaron sin detenerse en su camino. Las preguntas que lograban identificar entre tanto grito eran sobre la relación de los chicos con Tae a pesar de su secreto. Les habría encantado responderla, pero debido a instrucciones de su manager, no debían hacerlo.

 

 

Una vez que llegaron, subieron directamente a camerinos para que los profesionales hicieran su trabajo y al finalizar se dirigieron al set de grabación en vivo. In Ha estaba gritando órdenes a diestra y siniestra, preparando todo para el momento final. En cuanto los vio, una sonrisa despertó y se aproximó a ellos para saludarlos.

 

 

-¡Ya los extrañaba! -bromeó causando risas en los otros.- ¿Están todos listos?

 

 

-Algo así. -respondió Jong Hyun.

 

 

-Solo recuerden: sonrían mucho, digan todo lo que les agrada de Tae y no olviden abrazarle mucho. La gente ama esos gestos de "nunca nos volveremos a ver".

 

 

Explicó antes de darle una palmada al hombro de Min Ho, recordarles que faltaban quince minutos y dirigirse a otro lado gritando a un par de subordinados. Los chicos voltearon hacia Tae a quien no le había caído bien el mensaje. Gestos de "nunca nos volveremos a ver", ¿eh? Como si leyeran su mente, decidieron animarle.

 

 

-Lo dice porque no vio de cerca nuestra amistad, Tae. -el mencionado volteó hacia Onew.- Sabemos que no te puedes quedar para siempre y te extrañaremos, pero en algún momento nos veremos.

 

 

-Además, los shows de este estilo ganan más si ven que los participantes son muy emotivos. -continuó Key.- Él solo lo comentaba para que no tengamos control de nuestras emociones. -Jong Hyun recargó su cabeza en el hombro del otro soltando un chillido pequeño. Oh, estaba empezando a llorar.- O bien, no tanto. -se corrigió mientras palmeaba la espalda de su amigo.

 

 

-Entonc-

 

 

Tae no pudo ni empezar una frase cuando una mujer tropezó con él y ambos cayeron, siendo Tae el más afectado al verse bañado de frappe. A lo lejos oyeron a In Ha gritando mientras se acercaba a ver cómo estaban. Su desesperación se hizo notable cuando los miró, vio al cielo y contó hasta veinte, buscando calmarse. Cuando Tae y la mujer se pudieron levantar con ayuda de sus amigos y parte del staff, In Ha señaló a la fémina.

 

 

-Limpia todo esto y consígueme otro frappe. -indicó a otro del staff.- Llévate a Tae a camerinos. Asegúrate de quitarle eso de encima, darle una ropa bonita limpia y que lo maquillen de nuevo. -ordenó y se fue de nuevo.

 

 

El hombre, apenado pero presuroso, se inclinó repetidas veces mientras guiaba a Tae a camerinos, después lo dejó solo para buscar a los maquillistas. Minnie, aunque le hubiera gustado, no podía escoger su propio conjunto, ya que se arriesgaba a salirse del concepto de sus compañeros. Tampoco podía hacer nada por su maquillaje ya que no sabía las reglas ni cómo aplicarlo. Resignado, se quedó a esperar.

 

 

Cuando por fin pudo quitarse el café congelado de su cuerpo, cambiarse de ropa y ser maquillado, vio el reloj y notó que faltaban cuatro minutos para salir a grabar. Aun así, en el momento en que Tae ya estaba abrochando su pantalón, alguien entró a la habitación. Tae Min, extrañado, giró y se encontró con quien menos esperaba.

 

 

-Hyung.

 

 

El nombrado, nervioso, miraba al suelo pensando en cómo decirlo. Finalmente, alzó la cabeza y se acercó a Tae Min, quien cerró la camisa de botones que le acababan de dar.

 

 

-Tae Min...

 

 

-Se supone que aún no sabes mi nombre. -regañó sin emoción alguna. Los directivos habían sido muy claros con eso.

 

 

-Lo siento. -inclinó su cabeza un poco, lo volvió a ver y se acercó otro paso.- Sé que arruiné las cosas y que ya no hay esperanza entre nosotros pero quiero... quiero explicarte.

 

 

Tae Min no mostró ninguna señal de negación o aceptación, por lo que Min Ho no supo si era una indirecta para que siguiera o se largara. Aún así, continuó.

 

 

-Tenía miedo.

 

 

Igual que él, quiso decirle, mas Tae Min continuó callado.

 

 

-Mi padre no quería que fuera cantante. Me dijo que si lograba un promedio excelente me permitiría intentarlo. Fue extraño cuando me dijo que estaba orgulloso de mí aunque no le gustara lo que estaba haciendo.

 

 

Min Ho nunca fue bueno con los discursos, y a pesar de que estaba haciendo un gran esfuerzo, Tae Min no le veía sentido a lo que decía.

 

 

-Mi papá es un orgullo para la nación porque fue un futbolista destacado y ahora es entrenador de fútbol soccer. Mi hermano fue uno de los más inteligentes de su escuela, y yo... –hizo otra pausa.- Yo en cambio, no tengo ninguna habilidad especial. No llego a notas altas, ni soy bueno bailando, tampoco tenía una memoria asombrosa como la de Key... –se quedó pensando.- Por eso, cuando mi padre me dijo que estaba orgulloso, me sentí... –miró sus manos buscando cómo expresarlo.- Me sentí honrado. Dudo que le hubiera encantado saber que me gusta un chico.

 

 

Tae Min, extrañado, alzó la cabeza y enfocó su vista en él, sin embargo, al recordar que aún no decía su género en televisión, volvió a ignorarlo. Choi, al notar su reacción, sonrió sin importarle averiguar qué parte de su última frase le hizo voltear.

 

 

-Sé que no me creerás pero... –se mordió los labios y volvió a hablar.- Me gustas desde la primera vez que te vi, solo que no estaba listo para salir con un chico. –dijo tímido en un murmuro, después enfrentó su mirada.- Y aunque tengo mis sospechas, sigo sin estar listo para saber si eres un chico o para intentar salir con uno. –infló sus mejillas analizando sus siguientes palabras. Sentía que, de alguna manera, la última oportunidad se le estaba escapando de los dedos como arena de desierto.- El problema es que ya no tengo tiempo, y tú tampoco.

 

 

Cerró sus ojos mientras peinaba su cabello hacia atrás con su mano derecha, sin darse cuenta de que Tae Min estaba observándolo con atención, cuestionándose sin parar si debería decirle algo, si debería declararse él también, si debería ignorarlo, si debería decirle que se alejara... ¿Qué debería hacer?

 

 

-En tres minutos grabaremos el último capítulo, todo terminará y no tendrás que volver a verme. –la idea hizo que sus ojos picaran. Oh, cielos, ¿desde cuándo era tan sensible? Todavía no se creía que había llorado cuando terminó con Sulli.- Antes de que esta… -hizo un círculo con las manos.- “Burbuja” de ensueño termine, nos digas lo que realmente eres y volvamos a la realidad, quiero pedirte un favor.

 

 

Bueno, al menos Tae Min ahora sabía que de todo ese discurso había un propósito (que seguía sin saber cuál era). No obstante, al notar que Min Ho estaba más cerca, retrocedió, recargándose en el buró para poner más distancia entre ellos. El rapero detuvo su caminar, al parecer, estaba invadiendo demasiado su espacio personal.

 

 

-No voy a obligarte a nada. –prometió un poco ofendido. Si Tae estaba huyendo, era porque lo tenía en un alto nivel de desconfianza, ¿no? El menor asintió rápido.

 

 

-Solo dime qué quieres.

 

 

-Yo... –metafóricamente, su lengua estaba enredada. Ahora que estaba tan cerca, sentía como si su petición fuera demasiado… patética. Sacudió la cabeza, los regañarían si se tardaban mucho.- Quiero un beso.

 

 

… ¿Qué? Tae Min tardó unos segundos en asimilar sus palabras, luego arrugó el entrecejo. ¿Qué? Hizo un puchero confuso. ¿Qué acababa de decir? Inspiró a punto de hablar, solo que no supo cómo formular sus ideas. Abrió la boca y volvió a su puchero sin entender.

 

 

-¿Qué? Pero dijiste que... –y hasta ahí llegó.

 

 

No supo defenderse. En ese momento pudo identificar una melodía al fondo de su cabeza, justo donde nadie más la escuchaba. Una que a pesar de serle familiar, no había captado con tanta agudeza hasta ahora. Justo cuando necesitaba distraerse, esa canción lo empujó a concentrare en el rostro del otro, no. Aquella melodía sonaba tan… Min Ho, quien esperaba con paciencia aunque los segundos disminuyeran a gran velocidad. El alto retrocedió unos pasos, comprendiendo la indirecta indeseada. O al menos, una indirecta que Tae no planeaba ni quería hacer.

 

 

-Entiendo. Lo siento, estoy presionándote. –suspiró dando media vuelta para después dirigirse a la puerta con un imaginario peso extra encima y el dolor de ser rechazado.

 

 

-Está bien. –arrugó una ceja y levantó la otra. Extrañado, giró y volvió sus ojos hacia él.

 

 

-¿Qué?

 

 

-Lo haré.

 

 

-¿Seguro? No quiero que te sientas presionado.

 

 

-Entonces dime porqué.

 

 

Su corazón latió a gran velocidad en su cabeza mientras contaba los segundos que tardaba en obtener aquella valiosa respuesta. Choi parpadeó dos, tres veces, estudiando la cara del otro, buscando si quedaban esperanzas para lo que sea que hubiera entre ellos. Aunque sea una pequeña gota de amistad, un trozo de hilo deshecho. Sin embargo, al percatarse de que estaba tardando demasiado, respondió.

 

 

-Para quedarme con un recuerdo de lo que fue una fantasía. –Minnie, incrédulo, aflojó la expresión en su rostro.

 

 

Así que también había sido una fantasía para él. Se separó del tocador y caminó hacia él con lentitud, no por el miedo, sino por la timidez. Min Ho, aunque le hubiera lastimado y despedazado sus ilusiones, daba esa atmósfera de seguridad. Tae Min estaba seguro de que podría saltar desde la montaña más alta solo por petición suya. Tan grande era su confianza en él aún tras sus decepciones. En cambio, su timidez había crecido. ¿No era tonto por caer de nuevo en sus palabras? A Tae Min no le importaba ser el rey de los tontos, de nuevo, la melodía sonó en su mente mientras ponía sus manos en el torso de Choi y éste, sin poder creerlo, se inclinó para unir sus labios de la única forma que conocía.

 

 

Porque Tae Min era el dueño de la boca que estrenó la suya, y aunque él ya hubiese estado con Sulli, nada podía superar la euforia que corría por su cuerpo en escalofríos al conectarse nuevamente con él. Rodeó sus cachetes con ambas manos y separó sus labios para abarcar más terreno, haciendo a Tae Min brincar de la sorpresa sin saber cómo responder; imitó su movimiento y después volvió a poner su puchero en alto, dejándose hacer, ya que, al ser el tercer beso intencional con él, seguía siendo un novato.

 

 

Tae Min sintió que subía a las nubes, no, más alto todavía, hasta las estrellas, sin embargo, una angustia se filtró en su destruido corazón: Min Ho no lo aceptaría por ser un hombre. Este ya era el adiós a una oportunidad de ser algo. No pudo evitar apretar sus labios al caer en cuenta de la realidad. Por eso Min Ho mencionó que sería un recuerdo a lo que fue una fantasía. Tae Min era una fantasía porque no tenía género, y para él podía ser una chica si él quisiera. La petición era porque su sueño terminaba, tal y como él había dicho, en cuanto dijera la verdad. Juntó sus cejas con dolor. Min Ho no podía quererle con la misma intensidad que él, no a menos de que él fuera una chica.

 

 

Cuando Min Ho acabó el contacto, Tae bajó su barbilla al piso, dispuesto a no permitir que viera su sufrimiento.

 

 

-Vete.

 

 

Fue todo lo que pidió mientras le daba la espalda. Choi, obediente, fue a la puerta y al salir, dio un último vistazo al espejo frente al tocador, presenciando cómo la cara de Minnie se destruía antes de ser cubierta por sus manos y sentarse en la silla, sollozando rendido. El alto, a pesar de sentirse mal, decidió darle un último momento a solas y se dirigió al set de filmación, limpiando los leves rastros de lágrimas que quedaron en sus ojos. No fue de extrañarse cuando Ki Bum con una caminata furibunda se aproximó a él y a unos centímetros de su cara, le habló entre dientes.

 

 

-¿Dónde estabas?

 

 

-No te importa.

 

 

-Si le hiciste algo, no te perdonaré.

 

 

-Gracias, supongo. –respondió yéndose por un lado de él para llegar a Onew, sin preocuparse por el enojo que creció en Ki Bum.

 

 

-¿Y Tae? –preguntó preocupado.

 

 

-Buscando otra camisa. –mintió y al darse cuenta de que no era suficiente, agregó acelerado:- No le quedó la otra.

 

 

-Min Ho. –el nombrado volteó encontrándose con In Ha apresurado.- Quedan treinta segundos, ¿dónde está Tae?

 

 

-Necesita diez minutos más. –los ojos de los presentes se abrieron impactados.

 

 

-¡¿Qué?! –exclamó el director mostrando su estupefacción.

 

 

-Está ocupado. Al parecer el hielo le trajo malos recuerdos.

 

 

In Ha, parpadeando tupido, volteó y se fue a buscar (a gritos) a la señorita torpe que retrasó todo, dando después, el aviso al resto de que agregaran distracciones en el capítulo por diez minutos más, solo para asegurarse de que no hubiera más contratiempos. Min Ho, en cambio, no respondió ninguna de las dudas que sus compañeros realizaron en todo el micro-receso.

 

 

 

 

 

Para la hora del show, Tae estuvo listo, aunque tuvo que ahorrarse la pena al pedirle a la señorita que volviera a maquillarle, sin embargo, no quiso explicarle por qué su maquillaje estaba estropeado, tan solo se disculpó muchas veces y expresó la pena que sentía por hacer que repitiera su trabajo. Al instante en que las cámaras se encendieron y el conductor los presentó, las dramáticas sillas giraron para que saludaran uno por uno.

 

 

El set estaba adornado de azul con grandes signos de interrogación plateados, Onew, Key, Min Ho y Jong Hyun se encontraban frente a una mesa individual. La sección en vivo solo duraría una media hora, si acaso, ya que solo era para aumentar el suspenso en el episodio. Cuando llegó la hora de la verdad, Tae Min  fijó sus ojos en Min Ho, meditando de nuevo en el beso reciente y su conversación. Después, se concentró, volviendo a la realidad.

 

 

-Entonces, Tae, ¿estás listo para la respuesta de tus compañeros? –el nombrado giró hacia el delgado hombre y sonrió asintiendo.- Dinos, ¿qué crees que digan? –cubrió su boca con su dorso, riendo de nervios. Min Ho suspiró atento a los gestos de Tae Min, sin importarle ya si era hombre o mujer. Era tarde, pero al fin había aceptado que de cualquier manera, Tae seguía siendo Tae. Lo había comprobado en el camerino, cuando sus bocas se reencontraron.

 

 

-Bueno, espero que el tiempo que estuvimos viviendo bajo el mismo techo haya servido para hacernos cercanos, y que tantas horas conviviendo hayan sido suficientes para encontrar la respuesta correcta. Honestamente, yo creo que sí podrán superar este reto.

 

 

-Omo, pareces muy confiado.

 

 

-Lo estoy. -aseguró.

 

 

-Oh, pero recuerden lo que pasará si se equivocan. -avisó al público obteniendo múltiples aspiraciones intrigadas.- Quienes fallen en esta prueba, quedarán fuera de SHINee.

 

 

Más respuestas preocupadas por los espectadores, entre ellos, Tae Min ocultó una mueca angustiada. De verdad esperaba porque sus amigos acertaran.

 

 

-¿Listo, Tae? -de nuevo, asintió y el presentador se volteó a las mesas, empezando por el líder.- Chicos, pase lo que pase, ustedes son talentosos y confío en que todo saldrá bien.

 

 

"Sí, claro" fue lo que ellos pensaron.

 

 

-Onew Ssi, ¿crees que Tae sea un hombre o una mujer?

 

 

El nombrado tenía la respuesta, estaba seguro de ello, pero como In Ha les había instruido, debía esperar para generar más tensión en el público. Contó mentalmente hasta el siete y respondió.

 

 

-Hombre.

 

 

-¿Key Ssi? -igual que el líder, esperó y fingió un toque de indecisión.

 

 

-Hombre.

 

 

-¿Min Ho Ssi? -suspiró inflando sus mejillas y observó a Tae una vez más. De nuevo, era una fantasía a la que ya no podría regresar. Ya no deseaba que fuera una mujer, en absoluto, por lo que no dudó en contestar.

 

 

-Hombre.

 

 

-¿Jong Hyun Ssi?

 

 

-Mujer.

 

 

Tres pares de ojos se abrieron descomunalmente y sus cabezas giraron como las de las muñecas en películas de horror. ¿Qué? Ki Bum tuvo el fuerte impulsó de gritarle "¡idiota, es un chico!", no obstante un pellizco en su muslo le hizo girar. Era Onew, que tranquilo le habló en voz baja muy discretamente.

 

 

-Estás en televisión. Contrólate.

 

 

¿Controlarse? ¡Jong Hyun acababa de equivocarse! ¡Lo sacarían de SHINee! Volvió a ver a su amante con angustiosas ganas de llorar. Onew, al notarlo, tomó su mano para tranquilizarlo. Al menos así Ki Bum no correría a abrazar a Jong Hyun. Min Ho, extrañado, negaba leve con la cabeza, ¡estúpido, voltea! ¿Qué iban a hacer? Jong Hyun era su amigo e imaginarlo fuera del grupo le hacía sentirse mareado.

 

 

-Oh, tres contra uno. ¿Quién tendrá la razón? ¿Quién estará afuera? ¡Esto y más después de comerciales! –esperaron tres segundos antes de que el usual “¡corte!” se escuchara y todos, a excepción de los chicos se movieran. El conductor le dio una palmada en el hombro a Tae Min, con una gran sonrisa.- Estoy ansioso por saber la respuesta. –comentó y se fue por un vaso de agua. Solo tenían cinco minutos de descanso antes de seguir.

 

 

Quería con todas sus fuerzas hacer algo para que Jong Hyun no saliera, pero no podía mentir a la nación entera, mucho menos arriesgar a sus otros tres amigos. Quedó petrificado hasta que oyó la cuenta regresiva del director para continuar. Tae se dio una mental cachetada para centrarse en lo que estaban haciendo aunque temblara de miedo por su amigo. El conductor, con su usual actitud animada, saludó al público y resumió brevemente los últimos segundos antes del comercial. Con su profesional sonrisa, volvió hacia el menor.

 

 

-Tae, ¿podrías sacarnos de dudas? –y le cedió el micrófono. El mencionado, inspirando profundo, se preparó para hablar tal y como In Ha le había dicho: con rodeos. Mientras más tardara, más público.

 

 

-Mi nombre completo es Lee Tae Min, tengo 14 años de edad. Nací el 18 de Julio en 1995, en Dongbong-gu, Seúl. Mi tipo de sangre es B, mido 1.43 cm, me gustan los banana milk y la carne. Mi ídolo es Michael Jackson, mi actriz favorita es Emma Watson y yo...

 

 

Se mordió los labios mirando fijamente la cámara, ignorando que su familia y las de los chicos, la abuela de Ki Bum, los padres de Onew, las familias de Min Ho y Jong Hyun, los grupos de la SM, JYP, YG y otras empresas, la mayor parte de Corea del Sur, algunos países de Europa, América y seguidores extranjeros que miraban el programa por internet, todos lo observaban, esperando a que hablara para cobrar sus apuestas y presumir que ellos lo sabían desde el principio. El presidente, In Ha y Tae Young esperaban con impaciencia a que Tae dijera la palabra clave.

 

-Soy un chico.

 

 

En el mundo estallaron los gritos de victoria junto con las expresiones de confusión y negación, sobre todo por quienes apostaron y perdieron. Al menos, no era el caso de la abuela de Key, quien presumía su vasta sabiduría con los padres de su nieto. Ella lo supo desde que miró a la criaturita. “Éste definitivamente es niño, y es ciego quien no lo note” había asegurado. Incluso cuando los chicos la despidieron, ella murmuró con confianza al oído de Tae “serás un chico fuerte, lo sé”, obteniendo un sorprendido "¿cómo lo supo?". Oh, sí, nadie engañaba a la abuela. Miró el reloj y decidió que cuando el show terminara, tomaría el primer tren e iría a casa de una vecina para cobrar su dinero apostado.

 

 

Mientras, en el show en vivo, el público hizo su usual sonido de intriga y empezaron a tomar más fotos junto con los periodistas. El conductor, sorprendido, tomó otro micrófono y comentó un par de cosas, para dar risa a los espectadores.

 

 

-Damas y caballeros, hubo una persona en SHINee que respondió incorrectamente.

 

 

Las blingers que estaban viendo el programa y las familias de SHINee no dudaron en chillar por el aludido.

 

 

-Kim Jong Hyun. -el mencionado alzó sus ojos llorosos a la cámara. Había fallado.- Las reglas fueron claras. –el aludido tragó antes de morder su labio, esperando con miedo sus siguientes palabras. Ya no había nada que hacer.- Quedas fuera.

 

 

El joven Kim bajó la cabeza al tiempo que Onew jalaba el brazo de Key y con el otro cubría su boca, provocando que ambos cayeran. No obstante, la mayoría de las cámaras estaban centradas en el vocalista, por lo que su pequeña caída no fue filmada por las pantallas principales. En el suelo, Ki Bum mordió la mano de su superior mientras pataleaba, quería ir con Jong Hyun, necesitaba ir con él, pero su Hyung no se lo permitía. ¡¿Qué demonios pasaba con él?!

 

 

-No vayas con él. –le dijo al oído. Key sintió que se paralizaba. Algo estaban tramando. Onew jamás se comportaría de forma tan helada, mucho menos con Jong Hyun conociendo lo sensible que era.- Confía en mí. –pidió y Ki Bum obedeció. Una vez que se quedó quieto, ambos se levantaron y se volvieron a sentar, impactados por lo que pasó medio segundo después.

 

 

Tae Min, Min Ho y los recién ensillados abrieron su boca exageradamente al ver que sobre la cabeza de Kim Jong Hyun cayeron kilos de espagueti. ¿Eh? El cantante, al sentir algo pesado y viscoso sobre él, brincó en la silla. Después cayó salsa de tomate, dejándolo rojo y sucio. Cuando terminó, múltiples albóndigas bombardeadas a distintos tiempos rebotaron en su cabeza, haciéndolo saltar en su propia silla por cada ataque. Por último, tres globos explotaron desde el techo, bañándolo de harina y confeti. ¿Qué? Eso no fue todo, sino que cuando todo hubo finalizado y no hubo más ataques contra el confundido artista, el conductor dio un brinco y gritó algo que dejó impactados a los demás.

 

 

-¡Fuera del grupo de los que acertaron en SHINee y no recibirán castigo!

 

 

… ¿Qué? Jong Hyun se quitó la mezcla que descansaba sobre sus ojos, y sintió un extraño deja vú. Ah, sí. Él estaba cuando bañaron de rojo a Taem, y aunque éste se mostraba impactado por todo lo que le tiraron a Jong, no estaba asustado. No. Para nada. Principalmente, porque en esta ocasión, Tae Min no era el que estaba cubierto de sustancia roja. No. Tae Min solo estaba… impactado. Fuera… ¿de qué?

 

 

-Oh, pero no se sientan mal, chicos, también hay para ustedes.

 

 

Min Ho, Ki Bum y Onew, todavía con la boca abierta, miraron al techo y en cuanto distinguieron fideos acercándose, gritaron y brincaron de la silla alejándose lo más rápido posible de ahí, escondiéndose atrás de Tae. Jong Hyun, por su parte, recibió doble ración. Ki Bum, cuando por fin pudo reaccionar, volvió con el conductor.

 

 

-Yah. –se quejó.- Jong Hyun seguirá en SHINee, ¿sí o no?

 

 

-Ese es un muy interesante cuestionamiento debido a que su honorable compañero… -un largo silencio con tambores de fondo que solo desesperaban más a la diva.- ¡Se queda!

 

 

Los cuatro gritaron emocionados y corrieron hacia su sucio amigo para quitarlo de la silla y abrazarlo con fuerza, sin importarle la sensación de mezclas viscosas en su cuerpo o su olor. Después de festejar y agradecer a todos, dieron por terminado el show pasando a una pequeña sección en la que los cinco dejaban un mensaje, de SHINee para Tae Min y viceversa, no obstante, al ser en directo, no lo verían hasta la retransmisión. Al finalizar la sección, pasaron el último video musical que fue una edición especial de su primera canción, “Replay”, con Tae Min y un nuevo solo de baile improvisado para él y en los créditos pusieron de fondo algunas escenas eliminadas o editadas.

 

 

Cuando estuvieron fuera de cámara, el director les explicó que jamás fue su plan eliminar a alguien de SHINee, solo era una táctica para llamar la atención, por eso le había pedido a Jong Hyun que dijera lo contrario a lo que dijera la mayoría. El único que estaba enterado era Onew, ya que si le hubiera dicho su plan a los cuatro, difícilmente se habría visto real.

 

 

Luego de irse a limpiar (o en el caso de Jong Hyun, bañarse), cambiarse, de unos abrazos y agradecimientos a quienes participaron, salieron del set. En el camino, varios artistas llegaron a despedirlos, sobre todo a Tae Min, sabiendo que era la última vez que lo verían dentro de la empresa, sin embargo, cuando estuvieron en la entrada de la empresa, notaron que faltaba alguien.

 

 

-¿Y Min Ho? –preguntó Jin Ki un poco preocupado. No se había dado cuenta de que no los acompañaba. Los demás buscaron con la vista hasta que Tae Young los alcanzó.

 

 

-Disculpen. –se inclinó.- In Ha dijo que necesitaba hablar con Min Ho, que podían irse adelantando. –a los cuatro les pareció extraño y no dudaron en preguntar.

 

 

-¿No se va a despedir de Tae Min? –cuestionó Jong Hyun lo que el maknae meditaba.

 

 

-Dijo que ya se despidió.

 

 

Oh, así que ese beso también era despedida, ¿eh? De haberlo sabido, se habría empeñado en que durara más.

 

 

-Ah, de acuerdo, gracias. –contestó Onew, aún sin creerle mucho, esperando a que su manager llegara en la camioneta.

 

 

-Tae Min. –llamó Tae Young acercándose al nombrado con una sonrisa.- Sé lo que sientes. Piensas que la pubertad es demasiado cruel contigo y que nunca llegará, ni te hará crecer lo suficiente o te dejará con una apariencia demasiado femenina. –el menor parpadeó curioso, sintiéndose identificado.- Sé de lo que hablo, solo mira esto. –dijo dándole una fotografía vieja con una niña delgada de diez años en pantalones con cabello rizado y muy esponjado.- Ese soy yo. –sorprendido, volteó hacia su superior.

 

 

-Omo, ¿es en serio? –el mayor asintió sonriente.

 

 

-La adolescencia es un asco, pero todos tenemos que aprender a soportarla hasta que pase. Todavía puedes crecer, y cuando menos te des cuenta, las hormonas harán el resto del trabajo. Ya lo verás. –aseguró antes de recibir un afectuoso abrazo del maknae.- Cuando me necesites, sabes donde buscarme. –al separarse, Tae Min asintió.

 

 

-Muchas gracias, Hyung, lo extrañaré.

 

 

-Yo igual, Tae Min. De verdad fue un placer trabajar contigo.

 

 

El claxon del auto los hizo reaccionar, el bailarín se despidió por última vez de su superior y subió con sus amigos. En el camino, Tae Min habló con los chicos intentando distraerse, no tener que enfrentar todavía que al llegar empacaría y partiría de lo que en un par de meses se había convertido su hogar, alejándose de quienes se habían convertido en sus mejores amigos. Deseaba tanto no tener que irse.

 

 

 

 

 

Cobarde. Idiota. Llorón. Tonto. Traidor. Inútil. Gallina. Débil. Vergüenza. Poco hombre. Cobarde. Cobarde. Cobarde. Mil sinónimos y ofensas similares aparecían como desfile en su cabeza. No quería ir con ellos. No quería despedirse. No quería decirle adiós. Encerrado en los camerinos, mirando sus manos, esperaba a que pasara el suficiente tiempo para poder ir a casa y no tener que ver a Tae Min. Una vez más secó las gotas que resbalaban de sus ojos. Estaba cansado pero no sabía qué más hacer. Lo había hecho sufrir tanto y le tocaba a él pagar eso.

 

 

Miró el espejo que anteriormente estaba lleno de cartas de sus amigos en la empresa, pero como Tae se las había llevado el día anterior, ahora tenía notitas que el maknae había pegado infantilmente con garabatos, consejos y palabras de aliento. Aquellas habían estado regadas por su habitación las últimas semanas y ahora las había llevado al set para animarse a sí mismo por su última grabación.

 

 

“Sé fuerte”, “no olvides sonreír”, “esfuérzate mucho”, “eres talentoso”, y más oraciones daban un mantra de seguridad. Min Ho sonrió al distinguir unas caritas felices, y brincó en la silla al oír que la puerta se abría. Cielos, sería muy raro que lo encontraran admirando el espejo frente al que se sentaba Taem, sin embargo, no tuvo tiempo de fingir que estaba haciendo otra cosa, por lo que solo jugueteó con sus dedos, ignorando su leve rubor.

 

 

-Min Ho. –llamó In Ha con voz suave al entrar, captando su atención.- Ten, olvidaste esto aquí anteayer. –el mencionado frunció su ceño al ver su sudadera en mano de su superior y sonrió al recordar que, en efecto, aquel día había llegado con ella para un comercial sobre un celular nuevo que saldría a la venta. Respetuosamente, se inclinó y agradeció con una sonrisa mientras aceptaba la prenda.- ¿Estás seguro de que estás bien? Puedo acompañarte si gustas. –ofreció con el mismo tono suave al notar sus ojos brillantes. El rapero negó inspirando.

 

 

-No, gracias, Hyung. Estoy bien. –el mayor, sin insistir, se inclinó y salió de la habitación dejándolo solo.

 

 

Así que ahí estaba, ¿eh? No hacía frío, pero por algún motivo, quiso ponérsela. Se miró en el espejo recordando la última vez que fue al parque con Tae Min, el día que festejaron su cumpleaños por adelantado y ellos tuvieron una cita. No pudo evitar sonreír al recordar que el maknae le había mencionado en un momento del día que le gustaba esa sudadera en específico. Mordió su labio a la vez que un nudo se formaba en su garganta, y con la mente en las nubes, metió sus manos en los bolsillos, extrañándose al percibir un papel duro en uno de ellos. Arrugó las cejas al no recordar haber guardado nada en ellos y con curiosidad, lo sacó para abrirlo. Sus cejas se levantaron, sus ojos se abrieron y el nudo que había estado creciendo en él explotó sacándole varias lágrimas.

 

 

Era su letra. Era menos de una oración, pero el mensaje era... De nuevo comparó la letra con la de las notas pegadas en el espejo. Sí, sin duda alguna, era su letra. Necesitaba hablar con él. Decidido, miró a todos lados sin saber qué hacer, hasta que tomó su teléfono y con pasos temblorosos se apresuró por los pasillos. Empujó a varias personas, estaba seguro de eso, mas no tenía tiempo. Tae estaba yéndose. Rogaba porque lo esperara. Escuchó a lo lejos a su superior gritándole, preguntando qué pasaba y él solo le regresó un simple “gracias”. Corrió mientras llamaba por teléfono, percatándose de que nadie contestaba. ¡Cielos! ¿Cómo era que ni Ki Bum ni Jong Hyun, que eran los que siempre estaban pegados al celular, no respondieran? Llamó a Onew y a su manager. El primero no respondió, y el segundo dijo que ya no estaba ahí.

 

 

Acelerado, vio por la banqueta. La casa no quedaba muy lejos, pero cada segundo era valioso. Desesperado, buscó a lo lejos algún taxi fallando miserablemente. Rendido ante la idea, decidió correr con todas sus fuerzas.

 

 

Él era atlético, él iba al gimnasio, él amaba los deportes, más aún el fútbol, que era más correr que patear. Siempre perdía contra su hermano, por eso prometió esforzarse aún más para superarlo. Ahora más que nunca debía superar esa promesa, ser más veloz que el viento y las luces, no le importaba que pareciera un loco o que le estuvieran tomando fotos por verse tan ansioso. ¿Cuál era la prisa de Choi Min Ho que ni siquiera podía esperar a un taxi? Aún quedaban un par de cuadras, pero él debía ser más rápido y alcanzar a Minnie.

 

 

¿Cuánto tiempo llevaba esa nota en su bolsillo? No lo sabía, pero la idea era clara. Tae Min había estado dispuesto a darle una oportunidad más. A pesar de haber arruinado las dos anteriores, de haberle defraudado, de lastimarle una y otra vez, quebrar sus esperanzas… Aún así, Lee Tae Min estaba dispuesto a aceptarlo. De haberlo sabido, le habría pedido, más que un beso, un “más que amigos”, más que “súper amigos”, más que “súper mega ultra” amigos. ¿Cómo pudo echarlo a perder todo? Ese instante, a tres minutos de irse a filmar, cuando lo encontró a punto de abotonar su camisa y le dio un extenso discurso. Cuando, al irse, lo vio llorar frente al espejo porque le había dicho que no podía estar con un hombre. Cuando, de nuevo, lo utilizó para obtener un último beso del mejor sueño que había tenido en toda su vida. Cuando, al verlo en el set, se dio cuenta de que era el idiota más grande del mundo por no atreverse a ser su “más que súper ultra mejor amigo”, por no atreverse a ser la decepción ni la humillación de su familia para estar con quien le gustaba, con quien podría ser su persona ideal, su persona favorita en el mundo.

 

 

Una vez Tae Min le había dicho “eres mi persona favorita en el mundo” cuando aún eran amigos. Min Ho jamás pensó que aquella pequeña frase pudiera tener tanto sentido ahora. Debía alcanzar a Tae Min.

 

 

Su piel se enchinó de emoción al ver a la casa en la siguiente cuadra, aún había esperanza de que Tae siguiera ahí. Sin perder más tiempo, aceleró y entró sin quitarse los zapatos, volteando desesperado a todas partes gritando su nombre, buscándolo.

 

 

-¡Tae Min!

 

 

Volvió a gritar sin escuchar a sus amigos. Finalmente, cuando no hubo rastro de él en la cocina, ni en la sala, ni en el patio de atrás, caminó a las escaleras, pero fue interrumpido.

 

 

-Min Ho. –volvió a llamar Onew, logrando frenarlo con su voz. El aludido lo vio sentado en el sillón en medio de Key y Jong Hyun.

 

 

-Eww. ¿Por qué estás tan sudado? ¿Y por qué traes una sudadera? ¡Está haciendo calor! –se quejó Ki Bum.

 

 

-¿Dónde está Tae Min? –fue todo lo que preguntó. Jong Hyun, quien estaba viendo la televisión, volteó a verlo, sorprendiéndose al encontrarlo agitado, con su sudadera mal acomodada y mucho sudor. Sin embargo, el fue el siguiente en hablarle, ahora con suavidad.

 

 

-Min Ho, Tae Min ya se fue.

 

 

Su mundo se derrumbó. ¿Qué? Se tambaleó un poco, sintiéndose agotado de repente. Él… no. No. Balbuceó sin decir nada coherente, señalando la puerta. No pudo haberse ido ya. Su angustia se expresó en su cara, y llevó su mano a su frente, suspirando con necesidad. ¿Ya no estaba? Parpadeó tupido, intentando borrar las lágrimas que querían escapar.

 

 

-¿Cuándo?

 

 

-Hace una hora, casi. –explicó el líder con seriedad.

 

 

-¿No dijiste que ya te habías despedido? –rezongó Ki Bum con desdén, recibiendo un codazo de su novio.

 

 

-Sí, pero… pero… -apretó los ojos sin poder explicarse.- Necesito hablar con él. –buscó soluciones en el piso moviendo sus ojos con rapidez.- ¿No tienen su teléfono? O, o, un correo o algo para hablar con él.

 

 

-Min Ho. –giró a su izquierda, brincando del susto al toparse con su líder. ¿Cuándo había llegado a su lado? Todo le daba vueltas, su cabeza palpitaba y su estómago estaba revuelto.- Tae Min no quiere hablar contigo.

 

 

-¿Qué? –su respiración de entrecortó. No, no es cierto, la nota. La nota.

 

 

-Dijo que ya le habías dicho lo que tenías que decir. –interfirió Ki Bum recargando su barbilla en el respaldo del sillón.

 

 

-Mentira. –murmuró sin creerle. Estos días, Ki Bum había sido su bruja, por lo que no creía ni una sola palabra de lo que decía.

 

 

-Es cierto. –aseguró Jong con seriedad.- Yo lo escuché.

 

 

-Y yo. –Min Ho volvió con su amigo castaño.- Lo siento, Min Ho, pero Taem dijo que necesitaba alejarse un tiempo de SHINee y todo lo que pasó aquí.

 

 

El alto bajó la mirada, sintiéndose sin oxígeno. Así que eso dijo. Era comprensible, ¿quién querría tolerar a un tonto que solo le hacía sufrir? Apretó la mano en la que llevaba el papelito y asintió.

 

 

-Entiendo. –contestó en voz baja, apenas audible para Onew. El menor de los cuatro suspiró y volvió a asentir.- Estaré arriba.

 

 

Sin más explicaciones, se quitó los tennis y los tiró sin cuidado en el rellano de la entrada. Subió las escaleras en silencio, ignorando los murmullos de sus amigos y se encerró en la habitación que compartía con Onew. Se sentó en la cama, respiró un par de veces, parpadeando cada vez más rápido hasta que no pudo más, apretó sus ojos, mordió sus labios y se quedó llorando por lo tonto que había sido, mientras repetía en su mente una y otra vez el mensaje de la nota

 

 

“Aún me gustas”.

 

 

 

 

 

¿Continuará?

 

 

Notas finales:

De nuevo, quiero agradecerles a todos por su apoyo, muchas gracias. Este es mi primer fanfic, aún estoy sorprendida de haber obtenido tantas respuestas positivas, este “viaje” me ha sido gratificante y estoy feliz de terminarla, aunque siento algo de nostalgia porque ya no actualizaré más de esta parte, ya no habrá Andrógino, sino Hombre, que es la segunda parte. En cuanto la suba, cambiaré las notas para ponerles el link de la historia. Espero que la disfruten mucho más que la primera, pero que sigan recordándola con el cariño que yo le tuve al escribirla. Ahora, el último y más nostálgico, dibisdibístico de todos…

 

¡QUESTION TIME!

 

• ¡Parte favorita! (*Pueden poner más de una).

 

• ¿Qué sintieron con la escena ya-no-JoOnew? ¿Creen que vuelva a salir Joon?

 

• ¿Esperaban que el programa tuviera tanto éxito?

 

• ¿Se esperaban un último beso 2min? ¿Cómo se sintieron con la declaración de Min Ho? (Me gustas desde la primera vez que te vi, solo que no estaba listo para salir con un chico. […] Y aunque tengo mis sospechas, sigo sin estar listo.”)

 

• ¿Cuál creen que fue la canción que escuchó Tae Min mientras besaba a Min Ho?

 

• ¿Qué pensaron que diría cada uno? ¿Ustedes acertaron?

 

• ¿Esperaban que Jong Hyun dijera “mujer”?

 

• ¿Quién pensó que de verdad sacarían a Jong Hyun de SHINee?

 

• ¿Qué opinan del castigo que le dieron por equivocarse?

 

• ¿Qué opinan de Ki Tae Young?

 

• ¿Esperaban que Min Ho no se despidiera?

 

• ¿Alguien sospechaba que había olvidado la sudadera ahí?

 

• ¿Esperaban que Min Ho alcanzara a Tae?

 

• ¿Qué pensaban que decía la nota?

 

• ¿Están listos para la siguiente parte?

 

 

 

Muchas gracias a todos por su apoyo, por leer, comentar y esperar. Me divertí mucho escribiendo este fanfic y siempre tendrá mi cariño como cada cosa que disfruto hacer. Pueden leer la segunda parte de esta historia haciendo clic aquí. Muchos, muchos besos y abrazos psicológicos.

 

att’Hacchi♥!


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