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Despedida de soltero por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Que les puedo decir... asi! Lo siento!! siempre pasa lo mismo... cuando más quiero escribir más cosas salen... ahora con un trabajo de casi tiempo completo quiero morir...

Supongo que eso tiene que ser así... Reitero: Ser un adulto apesta...

Bueno falta un cap más y adivinen quien saldra? jajajaja habra un premio para quien adivine ^^

y hare un pequeño concurso para que decidan quien representara un papel muy importante en ese fic, espero que puedan participar.

Ahora si, muchas gracias por esperar, se que soy una tortuga de lo peor...

Oh! pronto subire los proximos proyectos, muchas gracias a tod@s mis lectores, son mi inspiración diara.

 

 

"Era como la nieve... Hermosa... pero fría..."

 

Capítulo 7 La ciudad del pecado.

Dos días antes…

 

 

Rainbase

 

El gran arco de luces formando la espectacular entrada a la ciudad, los dejos atónitos cuando llegaron esa noche…

 

Esa ciudad les daba la bienvenida…

 

Era una sobre estimulación a los sentidos de manera muy sutil, con sus luces neón, buena música, llena de gente gozando de todo lo que ofrecía su población local.

 

Los grades casinos eran lo primero que destacaban en esa hermosa ciudad de luz, el oasis del temeroso desierto donde estaba ubicado, invitándolos a pasar una noche inolvidable en cada uno de sus rincones.

 

Las enormes fuentes iluminadas con cada danza que realizaban frente a los hoteles más costosos, fascinaban a más de uno, una belleza arquitectónica moderna y artística.

 

Toda la ciudad parecía estar de fiesta constantemente, tan animada, llena del ambiente más bohemio, te atrapaba en un segundo por toda su magnificencia.

 

La ciudad que nunca duerme… Era otro de sus tantos nombres. Y uno muy acertado.

 

Pero el mundo de las apuestas no era lo único que caracterizaba a la ciudad. Tenía entretenimiento para toda clase de gustos… y placeres.

 

Los más famosos espectáculos de todo el mundo eran presentados ahí: Grandes magos de la misteriosa magia, Increíbles espectáculos con los animales más majestuosos del mundo y demás eventos internacionales de mucha clase y fascinación artística.

 

Sin duda ese lugar era único… Mágico y atrayente.

 

Pronto llegaron al centro de la ciudad, el hotel que reservaron estaba en la zona más exclusiva.

 

Coliseum era el hotel más famoso de ahí, el más grande y por lo tanto el más costoso…

 

Su estructura en forma de coliseo romano con el más puro blanco en su construcción, daba la apariencia de ser traído desde la mismísima Italia.

 

Cada columna, cada estatua que adornaba el exterior, y las prodigiosas fuentes de agua cristalina iluminadas por la luz color azul cobalto dando la apariencia de ser un manantial de belleza helada, era simplemente hermoso.

 

El valet parking atendió de inmediato a los nuevos huéspedes del flamante convertible color metal, los cuatro amigos no dejaban de ver fascinados toda la ciudad y el famoso hotel.

 

Los primeros en bajar las maletas fueron Zoro y Sanji, seguidos de Law y Luffy para llegar por el gran recibidor del hotel.

 

Luces doradas, blancas y amarillas, alumbraban la fina alfombra roja para dar paso al gran recinto junto con las puertas de vidrio templado y estampado con suaves grecas doradas.

 

Y las estatuas custodiando la entrada junto a una más grande dentro con su propia fuente no tenia nombre.

 

En verdad, parecía un verdadero palacio de gran “Caesar”, un emperador romano con los más finos gustos y placeres dentro.

 

Sanji no podía evitar estar emocionado. Había muchas señoritas muy hermosas y jóvenes; todas ellas listas para disfrutar de la noche y la ciudad…

 

-Hola señoritas. - ya estaba coqueteando con ellas cuando llego Luffy a salvar la situación.

 

-¡¡Sanji!! ¡¡Date prisa!! – grito dando pequeños saltos señalando como Law y Zoro se adentraban riendo entre ellos como si compartieran algo.

 

¿Qué se traían esos dos?

 

En ese momento Sanji sintió algo raro… ¿Celos? Puff… para nada. ¿Cómo podría sentir celos de un marimo cerebro de alga y un cirujano de mierda que no sabía el significado de la palabra decencia?

 

-Disculpen bellas damas. – se despidió amablemente de las jovencitas que solo reían tímidamente.

 

Por alguna extraña razón le estaba molestando de sobre manera que esos dos no le dijeran nada sobre su actitud empalagosa con las mujeres, en especial Zoro.

 

Camino junto a Luffy para llegar a la recepción donde el peliverde y el moreno mayor estaban esperándolos con una extraña sonrisa en sus rostros.

 

En serio… ¿Qué coño se traían esos dos?

 

-Bienvenidos al hotel Coliseum. ¿Tienen reservación? – la chica rubia, recepcionista del lugar sonrió ampliamente dándoles la bienvenida.

 

Ese lugar era tan elegante, que hasta los empleados parecían modelos… y claro el primero en hablar fue Sanji como era la maldita costumbre con las mujeres hermosas.

 

-Si hermosa damisela. Tenemos una reservación a nombre del Chef Kuroashi Sanji. - empezó de nuevo con las sonrisas coquetas mostrando su caballerosidad nata.

 

-Bien, buscare en el sistema. – comentó la chica desviando la mirada sonrojada por la forma tan formal de hablar del chico rubio, además de ser el único de los cuatro que había hablado… hasta ahora.

 

-¡¿Chef Kuroashi Sanji?! – dijo casi riéndose por la frase mencionada por Sanji. – Cejillas… Eres el sous-chef…. No te pongas elegante. - dijo el peliverde mirándole por el rabillo del ojo.

 

Por un momento el rubio pensó que a Zoro le daba igual si estaba o no coqueteando con las chicas pero se equivoco, ahora estaba ciento por ciento seguro que solo buscaba molestarle junto Law que reía por lo bajo cuando dijo su verdadero puesto en el famoso restaurante de su familia.

 

-No es ponerse elegante marimo de mierda, es la verdad. – en un futuro próximo si sería chef ejecutivo y la chica alzo la mirada cuando Zoro dijo lo que dijo.

 

-Es solo un segundo al mando del chef real, no se emocione demasiado. - ahora el peliverde captaba la atención total de la bella recepcionista. - Y además si algún día es chef le aseguro que nunca lo vería salir de su “amada cocina” – eso si lo dijo con toda la intención para molestar a Sanji.

 

Zoro era un cabrón de primera si se lo proponía.

 

La recepcionista rubia solo sonrió para seguir buscando la reservación y alejarlos de su vista… podía notarse a kilómetros los raros celos de Zoro por el cocinero.

 

Pero como buen caballero Sanji saco un cigarrillo y no dijo nada… Ya se encargaría de vengarse del cabeza de alga que se metía en sus asuntos como un metiche cualquiera. No había notado como el espadachín estaba así o más celos que él cuando lo vio caminando con Law.

 

-¿Hay restaurantes por aquí? - de pronto, la tan esperada pregunta del único que solo podía pensar en comida salió disparada hacia la chica que solo se sorprendió por eso.

 

-¿A qué se refiere? – pregunto desconcertada para mirarlo sin dejar de sonreír.

 

Era más que obvio que los restaurantes abundaban en ese lugar por la zona turística que representaba, y había uno en cada esquina con tantas variedades de comida, que no sabrían por dónde empezar para probar las delicias culinarias traídas de tierras lejanas solo para los turistas de ese gran oasis.

 

-Que tengo hambre y no veo ningún lugar de comida aquí… - respondió como si fuera lo más obvio el pequeño pelinegro para mirar a la chica con cara de… “Moriré de hambre en cualquier momento”

 

Para Luffy estaba primero la comida y después todo lo demás.

 

En ese momento, los tres restantes: Zoro, Sanji y Law, negaron con la cabeza esperando que no hiciera un numerito ahí por la falta de comida si el hotel no cumplía con sus exigencias alimenticias.

 

No tenía remedio, la comida era la debilidad del pequeño Monkey D. Luffy.

 

-Tiene servicio a la habitación si desea comer en cualquier momento del día. - la chica solo respondió cálidamente para también dejar de mirarlo.

 

Si antes le pareció que el moreno de cabello verde y el rubio eran raros… ese chico de cabello oscuro lo era más.

 

-¡¡Genial! – grito emocionado Luffy para mirar a su alrededor y correr a la fuente que estaba a unos metros de ellos.

 

Lo mejor era dejarlo pasar de momento antes de salir a festejar como se había planeado desde un principio.

 

-Los puse en una suite de dos habitaciones en el doceavo piso. ¿Está bien? – confirmaba la reservación ajustándose al presupuesto que con el que habían hecho la previa orden un día antes.

 

Esperaba paciente la respuesta de los tres… bueno, cuatro chicos, porque en ese momento llego Luffy empapado por el agua de la fuente diciendo que sabia raro, y si la decisión que tomo fue la correcta o querían cambiarla.

 

-Suena perfecto para mí. - contesto rápidamente Law mirando a la chica con una pequeña sonrisa.

 

¿Qué clase de plan malvado estaba maquinando ese perverso cirujano de cabello oscuro y ojos metálicos? Solo Kid lo sabía y no estaba ahí para poder interpretarlo… una lástima.

 

-¿No tienen una villa disponible? - comento Zoro como el que no quiere la cosa.

 

Si ya estaban ahí, al menos quería pasarla bien aunque solo fuera un día.

 

Trafalgar alzo una ceja interrogante y Sanji le miro con el ceño fruncido…

 

-Marimo… Ni siquiera vamos a estar en la habitación… - dijo el rubio para seguir mirándolo mal.

 

-De hecho… - confirmo el moreno mayor intentando ahora descifrar que era lo pasaba por la mente de Roronoa cuando pedía esa villa.

 

Quizás el plan del espadachín era más divertido que el suyo, cuando fueran a dormir las escasas horas después de ir a beber y ver quien dormiría con quien para tomar la foto del recuerdo y presumirlas en la boda.

 

-No importa… Compartiremos las camas una noche… - el rubio le resto importancia al asunto y viera que no le afectaba en lo más mínimo estar una noche con cuatro hombre en la misma habitación.

 

Aunque a él le gustaría compartirla con Zoro al menos una vez…

 

-Si compartimos cama, yo pido quedarme con Zoro. Shishishishi. – se metió Luffy en la conversación abrazando al peliverde emocionado de una mini pijamada con sus amigos del alma.

 

Law intento no hacer una mueca de decepción al ver que el chico obsesionado con la comida no quería dormir con él y tendría que dormir con el cocinero… Pero pensándolo mejor, Sanji no sería tan mal compañero de cama. Podría sacar al homosexual oculto en lo más claro de su mente, quien sabe, todo era posible con una copas de más.

 

En ese momento que Luffy abrazaba a Zoro, al espadachín se le colorearon las mejillas tenuemente… pero no por el abrazo… si no porque no quería dormir con Luffy… él quería dormir solo en una cama… ¿Eso era pedir mucho?

 

-¿Estás de acuerdo, Zoro? - pregunto emocionado el menor viendo su cara con una gran sonrisa.

 

-No, no estoy de acuerdo. - comento para volver a su tono moreno de piel y quitarse a Luffy de un movimiento dejándolo sorprendido pero sin dejar de sonreír. - No compartiremos camas. ¿Qué tenemos doce años o qué coño? – termino de decir molesto para mirar la placa dorado donde ponía el nombre de la chica que se espanto por el tono de voz de Zoro.

 

Estaba vez, Law volvía a sonreír levemente por ver que sus planes de diversión fueron estropeados por el que menos pensó que se daría cuenta. Y hasta estaba dispuesto ayudarle a dar el paso con el cocinero pero…

 

-¿Miss… Valentine…? - dijo no muy seguro Zoro cuando pronuncio el nombre de la chica. - ¿Cuánto cuesta la villa? - quería esa fabulosa cama para el solo.

 

-Solo tenemos una villa dispone y cuesta 4,200 berrys la noche. - dijo la chica aun asustada.

 

-¿Es una habitación de lujo? - pregunto Luffy con estrellitas en sus ojos.

 

-De súper lujo. - confirmo la recepcionista.

 

No era por presumir pero, no por nada era el mejor hotel de la ciudad.

 

-Nos la quedamos. – sonrió el peliverde para después mirar a Sanji. - Dale tu tarjeta de crédito, cocinero.

 

Y ahí si que Law ya no podía aguantar la risa y se volteo por un momento con la declaración que hizo Roronoa.

 

Antes, cuando los dos entraban dejando a Luffy y a Sanji atrás, hicieron una pequeña apuesta de ver quién pagaría por todo de los tres: Zoro, Sanji y Luffy, obvio Law no pagaría nada porque era el invitado pero, ver la cara que puso el rubio cuando le dijo eso Zoro se las mato a todas y no podía parar de reír.

 

Sin duda, tomaría fotos del recuerdo para cuando volviera con su prometido-esposo Eustass Kid.

 

-No puedo darle la tarjeta… marimo de mierda… - susurro muy bajo Sanji para fulminarlo con la mirada y  que la chica no escuchara lo que le decía…

 

-Yo puedo poner algo de dinero. – ya más calmado, Law se ofreció pagar una parte de la villa sacando su cartera pero…

 

-¿Qué? No, invitamos nosotros Trafalgar. - interrumpió Zoro para mirar a Law y este captar de inmediato la indirecta de la apuesta volviendo a sonreír.

 

Era el juego más divertido… hacer enojar a Sanji y verlo explotar delante de una dama era el reto de la noche.

 

-Tú no entiendes o que… - esta vez Sanji le miro directo a la cara más que molesto sin dejar de susurrar con un odio indescriptible. – Nami~san vigila mis estados de cuenta… - eso último no lo dijo tan bajo como pensó.

 

-La tarjeta de crédito solo la usamos como garantía, y no se cargara nada hasta que dejen el hotel. - la chica había escuchado perfectamente el dilema y ella solo hizo su trabajo para ofrecerles la famosa villa de lujo.

 

-¡Perfecto! Gracias. – Zoro seguía sosteniéndole la mirada victorioso por dejar en ridículo al cocinero, porque en cierta parte se lo merecía. – Mañana arreglamos este asunto antes de salir. - no podía creer lo fácil que fue manipular a Sanji con eso.

 

Benditas mujeres

 

-Bien… - bufo molesto Sanji para sacar la tarjeta y sonreír un poco forzado a la recepcionista.

 

Maldito cerebro de alga cocida… su venganza sería más terrible y sin piedad por hacerle eso frente a una chica, y más por sacar el tema que tenía con Nami sobre su dinero y sus cuentas.

 

-Oi,Oi. – Luffy llamaba la atención de la rubia para que le mirara.

 

-¿Si? – decía la chica mirando como el menor se acercaba más como si quisiera decirle algo pero que nadie se enterara.

 

El primero en ver esto fue Law que frunció el ceño pero no dijo nada, después Sanji lo miro interrogante apagando el cigarrillo en el cenicero, que se consumió casi por completo sin siquiera probarlo del todo por la discusión de la forma de pago de la villa y al final Zoro porque sabía que sería una chorrada absurda como todo lo que preguntaba cuando no tenía nada que hacer.

 

-Creo que todos te lo preguntan a diario y… - Luffy se detuvo un momento cuando sintió las miradas de sus amigos puestas en él.

 

Trato de no inmutarse más y continuó…

 

-¿Por qué el agua de la fuente sabe raro? - al fin dijo para mirar a la chica.

 

-¿A qué se refiere? - no sabía en qué sentido lo decía, el agua de la fuente no era algo de lo que se quejaran los demás huéspedes o que probaran como lo había hecho Luffy.

 

-Es que sabe rara… como si estuviera muy limpia… - respondía como podía ruborizándose un poco por no saber cómo decir aquello.

 

-Debe ser por el cloro. - respondió con obviedad para sacar las tarjetas electrónicas de la habitación.

 

Zoro, Sanji y Law solo se quedaron algo atónitos por sus sonrojadas mejillas que lo hicieron ver sumamente tierno.

 

Luffy era una caja llena de mazapán y gatitos… así de simple.

 

 

 

Cuando llegarón a la habitación…

 

Zoro fue el primero que entro en la suite de lujo seguido de Luffy, Law y Sanji…

 

-¡Wow! – Luffy empezó a correr como loco por todo el cuarto alucinado de tanto lujo, con todas las comodidades incluido un pequeño jacuzzi en una de las esquinas del cuarto afuera de las habitaciones.

 

-¡Joder! – expreso Law al ver tanta cosa y tanto lujos en un solo cuarto, y eso no incluía las habitaciones que eran cuatro en total para que cada quien durmiera cómodamente. Pero lo que más le llamo la atención fue el mini bar que estaba más que servido con todas las más finas bebidas alcohólicas.

 

-¡Increible! – el último en entrar fue Sanji que tampoco daba crédito de los muchos lujos con que contaba la suite. Sillones estilo campestre exportados seguramente, el piano que no estaba por motivos decorativos y podía tocarse con deleite, porque él sabía tocar el piano y el espejo en el techo en medio de la sala en forma circular era… asombroso.

 

Pero lo más hermoso era lo que Zoro contemplaba…

 

El gran ventanal de la suite, donde se veía toda la ciudad iluminada por todos lados… era increíblemente hermoso… no había palabras para describir esa sensación tan magnífica de ver una gran ciudad como Rainbase.

 

-¿Es todo una sola suite? – pregunto Law para bajar su pequeña maleta y poner una mano sobre la barra del mini bar.

 

No se creía todo eso… Si se hubiera ido con Penguin y Shachi seguramente no estaría ni cerca de esto, con lo retacados que eran ambos, seguro estarían en algún lugar aburrido.

 

-¡¡Mira Torao!! – grito Luffy desde uno de los cuartos. - ¡¡La cama es enorme!! – estaba muy entusiasmado y seguramente brincando en sobre ella como un crió que a veces parecía.

 

Law negó con la cabeza pero con una sonrisa… estaba feliz a pesar de todo.

 

-Gracias… - dijo muy bajo pero los dos presentes, o sea Zoro y Sanji lo escucharon perfectamente. - ¿O debería decir… “Gracias Kuroashi-ya”? – rectifico sus palabras cuando el rubio lo miro por ese extraño agradecimiento.

 

Técnicamente Sanji había dado su tarjeta para asegurar la habitación, pagar los verdaderos gastos era otra cuestión que verían mañana.

 

-De nada Trafalgar… Es solo porque te quiero… pero matar… - dijo lo último en un susurro inaudible para ver como la cara de Law se sonrojaba por la rara declaración de cariño, que solo era de amistad, obviamente… ¿no?

 

Law y Sanji no se llevaban del todo mal… Cierto que tenían sus roces por el estúpido marimo de ver quien molestaba a quien y así hasta el aburrimiento pero, se comprendían en un nivel tolerable y quizás hasta pudo haber algo entre ellos cuando se conocieron por parte de Luffy… pero luego llego Kid y Zoro ya estaba tras los huesitos de Sanji y… en fin, cosas que pasan, gente que conocen…

 

-Muy bien, nenazas. Escojan un cuarto y vístanse. Salimos en treinta minutos. – ordeno Zoro sin dejar de mirar la ciudad. – Esta noche la ciudad es nuestra… - dijo convencido de que esta noche probaría cada gota de alcohol que la capital ofrecía.

 

Una noche que estaba seguro que jamás olvidarían.

 

Sanji se le quedo mirando a Zoro por un momento pensando en algo totalmente descabellado como que le gustaba el peliverde o algo así…

 

Negó con la cabeza para caminar al cuarto junto al que Luffy había escogido y ver a este que seguía brincando como loco diciendo que era la mejor cama del mundo.

 

Law también dejo su patético estado preguntándose cómo es que esas palabras le afectaban de esa rara forma. Escogió una de las dos últimas habitaciones disponibles, tenía que llamar a su prometido para avisarle que ya había llegado… y en parte ver como se lo estaba pasando.

 

 

 

En la habitación del rubio.

 

Sanji termino de darse una merecida ducha después de estar toda la tarde bajo los rayos del sol y porque mayormente la arena se había filtrado por sus finos cabellos rubios.

 

Eso era lo que necesitaba para estar con la máxima energía esa única noche de libertad, pasarla con sus amigos y darle la mejor despedida de soltero a Law…

 

No sabía si lo llevarían a un bar gay o a un club’s men… el moreno era algo delicado a la hora de escoger la diversión, o quizás era que nadie podía complacer sus caprichos excepto Eustass, todo era factible, pero eso sí, gustaría de las bellezas femeninas hasta hartarse.

 

Tomo su móvil para marcarle a su novia Nami…

 

-Me encantaría que vieras este lugar Nami~swan porque te encantaría. - le decía a su chica pelinaranja cuando salía del baño con una toalla atada a su cintura, acababa de salir de la ducha.

 

Escucho un raro suspiro que su novia hizo por el otro lado de la línea.

 

-Es muy rustico y pintoresco mi bella, pero nada se compara con tu belleza mi linda dama. - aseguro el rubio caminando hacia la cama del cuarto mirando la ventana que mostraba la hermosa ciudad nocturna.

 

El esplendor de aquella ciudad era hipnotizante.

 

-Ya sabes cómo es el campo, no hay televisores ni teléfonos, solo de esos radios antiguos para adornar el lugar, no tiene muchas comodidades... - describía el paisaje opuesto al que admiraba y tenía en su cuarto de hotel.

 

Esa habitación tenía todos los lujos dispones, incluyendo su propia pantalla plana, su baño personal con bañera, dos armarios grandes, la cama matrimonial, la pequeña heladera individual, incluso su propio escritorio personalizado para cualquier trabajo empresarial, y todo eso con la vista más espectacular de la ciudad.

 

Ahora entendía porque Zoro se quedo en la ventana.

 

Seguía aun con el roció del agua de la ducha para sacar su ropa de su maleta cuando Zoro entro en el cuarto de Sanji sin siquiera tocar.

 

El sonido de sus dorados pendientes alargados de su oído izquierdo lo delataron.

 

La primera impresión del peliverde fue: “Se ve aun mejor sin ropa”

 

Y la figura esbelta, delgada y clara del cuerpo de Sanji era un deleite.

 

Su cabello rubio algo desordenado, mojado con el aroma fresco de la menta del shampoo y cubriendo su ojo izquierdo de forma coqueta como siempre lo tenía pero ahora se veía mucho mejor.

 

Esa blanca piel a perlada por la fina capa del agua, con algunas gotillas resbalando por todo su torso para perderse en la toalla sobre su estrecha cintura. Podría verlo por horas y jamás se cansaría de comérselo con la mirada.

 

Pero sus pezones, esos rosados botones de dulce tentación estaban erizados por el frio del ambiente, llamándolo seductoramente a que comprobara su maravilloso sabor azucarado, si seguramente así seria y…

 

Sanji fulmino con la mirada a Zoro pero sonrojado tenuemente por comérselo con esos ojos salvajes y acostarse en su cama como si nada.

 

Zoro tampoco se quedaba atrás, esa camisa negra a medio abrochar, dejando a la vista esa cicatriz de su pecho le hacía ver jodidamente masculino.

 

Esos vaqueros oscuros hacían una excelente combinación, a pesar de ser holgados pero solo un poco para que marcara sus fuertes piernas haciendo juego con sus botines negros.

 

El espadachín también tenía lo suyo, pero a diferencia del cocinero, su piel morena quemada por el sol era perfecta para su fuerte físico de dios del Olimpo de una forma muy literal, tan marcado…

 

-¿Sanji-kun?

 

La voz de Nami lo saco de su extraña ensoñación.

 

Vio como Law también entraba en el cuarto mirándolo de arriba abajo sonriendo descaradamente por verlo en paños menores, y seguramente burlarse de él por tardar demasiado en arreglarse.

 

El cirujano también vestía formal con camisa blanca y pantalón oscuro, su estilo serio y refinado era muy similar al suyo.

 

-Perdona Nami~swan es que… - se detuvo por un momento al ver que los dos intrusos le miraban de más ya incomodándolo. – Estaba recordando el nombre de propietario del viñedo.

 

Con su único ojo visible color azul cielo les indico a Zoro y a Law esperarlo hasta que terminara la llamada y dejaran de mirarlo de una maldita vez.

 

-¿Y cómo se llama?

 

-Palacios Caesar… - invento rápidamente un nombre cuando vio el letrero de un hotel de enfrente que también era muy concurrido.

 

-¿Cómo la ensalada?

 

Ahí se notaba lo poco que sabía Nami sobre la comida y como la relacionaba…

 

Zoro lo siguió con la mirada y cuando sus ojos se volvieron a encontrar con los del cocinero hizo una seña al reloj de pulso que traía.

 

Era un claro: “Apúrate de una puta vez, no tenemos todo el tiempo del mundo”

 

-Bueno mi bella dama, tengo que dejarte… - Sanji no quería terminar la llamada con su novia. – Iremos a una cata de vinos.

 

Law, que yo no lo miraba, pero escuchaba todo lo que decía, negó con la cabeza por la vil mentira que le dijo a la mujer que era su “novia” y no inmutarse en eso.

 

-Bien Sanji-kun, diviértete…

 

-Lo intentare preciosa… ¡Espera! Te a…

 

Nami le había colgado.

 

¿Y esa era su novia?

 

-No voy a decir nada… Das lástima, cocinero… - dijo Zoro apartando la vista del rubio para encender el televisor sin importarle mucho en que canal estaba.

 

-¿Dónde está Luffy? - Sanji ignoro olímpicamente al peliverde para preguntar a Law sobre el paradero del único que no era un maldito metiche-fisgón-morboso como esos dos.

 

-Luffy-ya bajo un momento con la recepcionista, no tardara en subir. – en cierta parte Law compadecía a la chica que seguramente atosigaría con preguntas tontas.

 

Incluso el moreno mayor le dijo que lo acompañaría pero el menor se negó, dijo que eso formaba parte de la despedida y que le daría una sorpresa

 

Y eso quería Trafalgar, una gran sorpresa para su última noche como soltero.

 

-Bien… - confirmo Sanji para sacar algo de su maleta. - Quiero enseñarles algo.

 

Con una ligera sonrisa el rubio extendió la mano con una cajita negra abierta dejando ver algo brillante dentro.

 

Law miro sorprendido la pieza de fina joyería para tomarla. Se veía muy costosa, aun más que la suya, parecía antigua pero muy bien cuidada… Era un fino anillo de oro blanco con tres zafiros y un diamante en el centro.

 

-¡¿Qué coño es eso?! – Zoro no creía lo que sus ojos veían con enojo y quizás miedo.

 

-¿Tu qué crees marimo de mierda? – dijo Sanji en tono molesto para empezar a vestirse ahora que no lo miraban. No le gustaba que lo vieran fijamente.

 

-wow… - expreso escuetamente el moreno cirujano al verlo de distintos ángulos.

 

En verdad que parecía muy costoso por su raro color pálido y las numerosas joyas en el, parecía el anillo de una princesa… y una muy afortunada princesa.

 

-Si es lo que creo que es… Me parece un jodido error. – Zoro estaba molesto.

 

Su estúpido rubio, del cual se enamoro estaba por cometer el error más grande de su jodida vida y todo porque él jamás le dijo nada. Y no lo permitiría, de ninguna maldita manera… Sanji era suyo y de nadie más.

 

-Le pediré matrimonio a Nami~swan en tu boda, después de la ceremonia claro está. – al fin dijo esas palabras Sanji con una gran sonrisa.

 

Matrimonio… a Nami…

 

Era una puta mentira… tenía que serlo.

 

-Kuroashi-ya… ¿De verdad lo vas a hacer? – Law no se lo creía tampoco.

 

Siempre supo que Zoro y Sanji se gustaban, podía palparse en el maldito ambiente y ahora le decía que se casaría con la pelinaranja, no se lo esperaba.

 

Miro la sonrisa de Sanji que era de absoluta felicidad… quizás era lo mejor… Zoro no hacía nada por demostrarle algo y… el rubio tampoco.

 

-Muchas felicidades… - termino por decir Trafalgar para mirar de reojo al peliverde que seguía en la cama mirando a Sanji con el ceño fruncido.

 

¿Se le declararía al rubio en ese momento?

 

-Gracias, Trafalgar. – contesto el cocinero para ponerse los pantalones color arena y cubrir ya la mitad de su cuerpo.

 

-Es un anillo hermoso… - la verdad es que era una pieza única y Law comparaba la suya con esa

 

Claro que jamás tendría el mismo valor ni nada parecido.

 

Cuando Kid se lo puso, y le pidió casarse con él, ese anillo se volvió invaluable, jamás se lo quitaría.

 

-Era del viejo… Dijo que jamás pudo casarse con la mujer que el amaba pero que quizás yo tendría mejor suerte… Guardo ese anillo durante la guerra y durante todos sus viajes, es legítimo.

 

Ya estaba contando la historia de cómo es que ese anillo sería algo muy especial para esa persona que amara y…

 

-¡¡No entiendo!! - Zoro estallo al fin. - ¡¿No has entendido nada de lo que siempre te he dicho?! - reclamo para que le viera a la cara y le dijera que no era cierto, que no se casaría con… esa.

 

-Zoro… - le llamo Sanji extrañamente calmado. – Llevamos seis meses juntos… este es el siguiente paso, así funcionan las relaciones… Pero espera… Tú eres un experto en eso ¿Verdad?

 

La intención de herirlo era evidente… Si alguna vez pensó que le podría gustar a Zoro o algo así, jamás lo vio. No le decía nada que no fueran insultos y viceversa, por eso busco a Nami, una chica que por lo menos mostraba interés, en su dinero pero mostraba interés al fin y al cabo.

 

Sanji solo quería ser feliz, disfrutar de las cosas buenas y ese idiota tenía que aparecer en su ya de por si jodida vida para moverle su mundo y aparentar como que nada pasaba… eso era aun peor.

 

-En primer lugar… Eso es una jodida mentira. - lo dijo por eso de casare. Se levanto de la cama para seguir mirándolo mal. – Y en segunda… ¡Es una perra codiciosa! - ¿Por qué el estúpido cocinero no quería ver la verdad?

 

-Roronoa-ya… Es su prometida… - dijo en voz baja el cirujano para darle un codazo ahora que estaba junto a él de pie frente a la cama y al rubio.

 

No era que le importara que se matarán ahí por ser unos gilipollas pero…

 

Eran de alguna forma u otra… sus amigos y los de Luffy. Quería disfrutar de esa noche en paz. No tenía caso ir tan lejos para ver como se peleaban por ser unos idiotas  orgullosos y estúpidos.

 

-¡¿Qué?! ¡Es la verdad! ¡Sabes que solo digo la puta verdad! – Zoro ya le reclamaba a Law. – Además lo golpea. – afirmo sin escrúpulos bien como la cara se Sanji se ponía roja pero de coraje.

 

No le gustaba que hablaran así de una señorita aunque fuera la verdad.

 

Trafalgar solo suspiro para alejarse de Zoro.

 

Era oficial…

 

No podía interrumpir lo inevitable y acabarían por echarlos de hotel por el seguro desastre que dejarían después de pelearse como gatos callejeros. Ahora entendía las palabras de Luffy.

 

Reprimirse porque Zoro y Sanji estuvieran ahí…

 

-Solo fueron dos veces y me lo merecía… - la defendió Sanji. – Nami~swan tiene carácter, y eso lo respeto. – termino por ponerse su camisa azul celeste de mala gana antes de seguir con el calzado y golpear al marimo hasta que la palmara por hemorragia interna que le dejaría.

 

-¡Vaya, vaya! - el peliverde se cruzo de brazos. – Mira como lo niegas… - bufó irónico. – Sin mencionar que se cogió a un marinero.

 

Y Zoro puso el dedo en la herida.

 

-Roronoa-ya… - esta vez… Law decidió, que si se iban a matar, al menos lo entretuvieran con su pelea de niños chiquitos e inmaduros. - No era un marinero. Era el cantinero de un crucero, ya lo sabes. - y echo más leña al fuego.

 

-Por si no lo saben, pedazos de mierda… - Sanji ya estaba arreglado y listo para patear traseros. - Estoy aquí… y escucho todo lo que dicen. – empezó a tronar sus nudillos para fulminar con la mirada a Law y a Zoro.

 

Sería una “Triple amenaza”  Sanji vs Zoro vs Law.

 

¿Quién ganaría de los tres?

 

-Oi… - justo en ese preciso momento… - ¿Ya están listos? - había llegado la razón por la que esos todos estaban ahí.

 

-Luffy… ya estamos listos. – Zoro suspiro y miro a su amigo con una bolsa plástica llega de pastelitos y botanas que seguro había comprado en la tienda del hotel.

 

Law rió levemente para negar con la cabeza, ese moreno había llegado a calmar las aguas con tan solo su presencia y camino hacía a él para poner una mano sobre su hombro.

 

-Torao, ¿Quieres? - pregunto Luffy para mostrarle el contenido de la bosa y escogiera uno.

 

Era raro cuando Monkey D. Luffy ofrecía comida… y Law no desaprovecharía esta oportunidad.

 

Tomo uno al azar y salió por la puerta seguido de Zoro que le revolvió el cabello azabache regalándole una sonrisa, dejándolo con solo con Sanji.

 

-Sanji. - le llamo al rubio. - ¿Está todo bien? - podía percibir el raro ambiente, sentía que algo pasaba.

 

-Todo está perfecto Luffy. - dijo cuando vio la cajita negra el anillo sobre la cama, Law lo había dejado ahí antes de salir. – Todo está perfecto… - la tomo para guardarla en la bolsa de su saco que ya traía.

 

El pequeño moreno lo miro con la cabeza ladeada.

 

-Venga Luffy. – lo tomo por una mano para salir de su habitación. - Si dejamos a Trafalgar con el marimo seguro y lo pierde.

 

Al parecer el mal rato había pasado.

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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