Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un frágil corazón ha sido lastimado por chibibeast

[Reviews - 104]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Holi!

Aparte de este cap, subí un one shot que andaba ganas de escribir desde hace rato c: No lo imagines, hazlo

Al principio este cap no me convencía pero conforme iba avanzando logró convencerme cx

-Diga YO quien al leer el 2do cap (que vendría siendo el primero) creyó que todo sería color rosa xD

-Uruha se refiere en masculino al bebé hasta antes de conocer su género (ya les di una pista xD).

-Si sólo menciono nombre de un personaje y no lo describo no es importante.

-Las menciones referente al embrazo: hay reales e inventadas por mí, lo que encuentren más loco es mío :’v

¡AVISO! DEBIDO A QUE HOY EMPEZARON LOS EXAMENES, ME VEO EN LA NECESIDAD DE PAUSAR MIS DOS FICS EN PROCESO DURANTE 2 SEMANAS, LUEGO DE ESE TIEMPO VOLVERAN A SER ACTUALIZADOS, ESPERENLOS.

Eres como una tormenta contra mi ventana

Disculpen cualquier error ortográfico y si algo les parece incoherente me lo dicen, ¿sí?

¡A leer!

Siento como si estuviera cayendo en el vacío, lo único a mi alrededor es oscuridad tan profunda y espesa, una luz me cega por un instante y la oscuridad desaparece, siendo reemplazada por una habitación que conozco muy bien: es el comedor donde vi por última vez a Akira; veo nuestra discusión como si fuera un espectador de ese momento y no estando yo ahí, veo mis lágrimas caer y siento de nuevo ese gran dolor en mi corazón.

 

La escena cambia, ahora observó lo que pasó en mi última semana de trabajo: las náuseas al despertar, los mareos y desmayos en los pasillos, las carreras para llegar al baño y vomitar, inclusive escucho los cuchicheos de los demás empleados referente a mi estado; otra escena, yo complaciendo mis extraños antojos a altas horas de la noche o madrugada, caminando solo por las áridas calles e indefenso, expuesto al peligro, ¿quién iba a propiciarme mi tan anhelado antojo si no era yo mismo el que iba por ello? pero había ocasiones en las que debía aguantar hambre por miedo a que nos sucediera algo.

 

Una nueva escena, la visita a mis padres: la explicación de mi madre, la furia y asco de mi padre, sus despiadadas frases aunado a esos tres golpes que me propinó; lo último que recuerdo es ser arrojado fuera de la casa y… sentir algo cálido entre mis piernas.

 

Abro los ojos asustado, pero un destello demasiado claro hace que vuelva a cerrarlos y me maree, llevo una de mis manos hacia mi cabeza, duele mucho, cubro mis ojos con mi otra mano y dejo salir un quejido.

 

─ Veo que ya despertó. Tranquilo. ─ escucho una suave y aguda voz a mi lado derecho, descubro mi rostro despacio, intentando acostumbrarme a la luz, veo a una chica con el típico traje de enfermera que me sonríe ─ Iré por un doctor, regreso en un momento. ─ sale de la habitación dejándome sólo.

 

¿Enfermera? ¿Doctor? Estoy en un hospital, pero ¿cómo llegué aquí?

 

Abro mis ojos desmesuradamente al comprender mi situación, llevo mis manos rápidamente hacia mi abdomen, no sé qué busco si mi vientre aun es plano, no podría saber si aún mi hijo está adentro o no, pero recuerdo que leí en una revista de maternidad que cuando se sufre un aborto se siente un vacío escalofriante; yo no siento nada de eso y estoy preocupado, ¿qué le pasó a mi bebé?

 

Escucho la puerta ser abierta, un doctor algo anciano entra acompañado por la enfermera que estaba aquí cuando desperté.

 

─ ¿Qué le pasó a mi hijo? ¿Está bien? ¡Dígame, por favor! ─ mi preocupación se exterioriza y mis lágrimas se acumulan, la enfermera se acerca.

 

─ Tranquilícese. Deje que el doctor le explique la situación, por favor. ─ vuelve a recostarme a la cama, ya que yo hacía el amago de levantarme por no obtener respuesta.

 

─ Primero que nada… ¿Recuerda qué fue lo que le sucedió? ─ el doctor se acerca y me ve serio.

 

─ Por supuesto que lo recuerdo. ─ presiono las sábanas entre mis puños ─ Mi padre me golpeó y arrojó fuera de casa. ─

 

Apunta algo en una libreta que no había notado que traía. ─ Está consciente de lo que sucedió. Le realizaré un chequeo general y luego hablaremos sobre su embarazo, ¿bien? ─ no espera a que yo responda, yo sólo quiero saber de mi hijo; entre él y la enfermera ayudan a sentarme, abre un poco la bata que me identifica como paciente, lo suficiente como para posar su estetoscopio sobre mi pecho, está frío y hace que un escalofrío recorra mi espalda.

 

Revisa mi pecho, espalada, rostro y abdomen, cierra mi bata y me hace acostar de nuevo, con sus dedos presiona mi vientre, preguntando si me duele, respondo que no hasta que toca mi costado derecho, agarro su muñeca y la aparto un poco, duele bastante; lo suelto, levanta de ese lado la bata y vemos un mancha ligeramente amoratada, “Debe ser el golpe que me dio mi padre”, la regresa a su lugar.  

 

─ Sus lesiones no son graves, pero hay que tener cuidado con esa de su abdomen. Si esa magulladura se expande, significará problemas. ─ me dice serio y vuelve a apuntar en su libreta ─ Con respecto al embrión… ─ “Al fin, sabré algo de mi bebé.” ─ hay buenas y malas noticias. ─ “Maldición, no dé rodeos y hable.” ─ ¿Sintió punzadas en el vientre alguna vez? ─ asiento en afirmación ─ Eso es debido al agotamiento físico y estrés al que estuvo expuesto, de ahora en adelante trate de evitarlos. La buena noticia es que tanto usted como su bebé se encuentran bien. ─ suspiro aliviado y llevo mis manos a mi vientre, siento mi cuerpo ligero ─ Sufrió una amenaza de aborto. ─ lo veo asustado y mi cuerpo vuelve a tensarse ─ Pero gracias a que una persona llamó a una ambulancia, llegó a tiempo al hospital para evitar que abortara, hicimos todo lo posible para salvarlos a ambos. La mala noticia es que quedarán secuelas, debido al esfuerzo que realiza el “útero” para recuperar al producto y llevar la gestación a término queda debilitado. Cualquier alteración, ya sea: una emoción fuerte, falta de proteínas/ vitaminas/ suplementos, algún factor interno o externo al cuerpo que perturbe el proceso, puede significar la pérdida del producto; en palabras simples: si no se cuida de aquí en adelante podría sufrir un aborto espontáneo y en esos casos no hay nada que se pueda hacer. ─

 

─ Entonces, ¿mi bebé sigue en peligro? ─ digo con voz débil, no puedo creerlo.

 

─ Sólo si no tiene el debido cuidado. Durante los primeros tres meses del embarazo se experimenta sangrado con o sin cólicos abdominales, esos síntomas indican la posibilidad de una amenaza de aborto, en la mayoría de los embarazos femeninos y masculinos es un episodio que ocurre de manera natural, varios los superan pero otros no. ─

 

Me siento muy mal, es mi culpa el que mi hijo esté en peligro, yo fui quién se expuso sin tomar medidas al ir con mis progenitores sabiendo que padre es una persona agresiva, por haberlo enfrentado y ser un debilucho que no puede defenderse ni hacer nada por sí mismo. Mis lágrimas fluyen raudas por mis mejillas, una de mis manos cubre mi boca para evitar que salgan sollozos mientras la otra abraza mi abdomen… “Lo siento, mi amor. Mi niño, lamento haberte hecho daño.” 

 

─ Es mi culpa… Es mi culpa… ─ repito una y otra vez, ahogado en mi angustia ─ No quiero perderlo, no quiero. ─

 

La enfermera que se ha mantenido en silencio, desde que el doctor comenzó a hablar, se agacha a mi altura y me dice frases de ánimo.

 

─ Su hijo estará bien, no conozco su situación, pero lo estará porque usted se encargará de que así sea, siga las indicaciones que se le den para llevar un embarazo saludable, haga todo lo que esté a su alcance para mantenerse sano, ¿hará lo que sea por tener a su bebé en brazos, no es así? ─

 

Asentí. ─ Muchas gracias. ─ susurro, aunque mis lágrimas seguían descendiendo, mi corazón se llenó de calidez al escuchar sus palabras.

 

─ No hay de qué. ─ sonríe y vuelve al lado del doctor.

 

─ Para llevar un embarazo saludable debe evitar factores dañinos como: el alcohol, la ingesta alta en cafeína y las radiografías. Le daré una prescripción con vitaminas prenatales y ácido fólico que deberá tomar durante el embarazo, esto puede disminuir la posibilidad de una nueva amenaza. ─ se escucha un sonido raro que proviene de la ropa del doctor, saca un aparatito, creo que es un localizador ─ La enfermera estará cuidándolo por un tiempo, ella se encargará de lo que necesite y le explicará si hay algo que no haya entendido. ─ dice mientras avanza hacia la puerta y luego sale.

 

La enfermera se presenta, su nombre es Nagisa, me habla sobre más precauciones que deberé tener, luego nos entretenemos hablando de otros temas, no tengo que responder preguntas incomodas, ya que no me pregunta sobre el padre de mi bebé ni nada por el estilo, sólo sobre gustos y opiniones. De vez en cuando sale a atender a otros pacientes y regresa conmigo, no sé por qué pero es una compañía agradable.

 

De repente recuerdo que mencionaron que una persona llamó a la ambulancia, me preguntó si sabrán quién es para así agradecerle.

 

─ Nagisa. ¿Sabes quién me ayudó? ─ se acerca a mí, ya que estaba revisando unas cosas un poco alejada.

 

─ La verdad, no lo sé. Los paramédicos sólo dijeron que habían llamado y cuando llegaron un hombre estaba contigo, les dio tu identificación junto a tus pertenecías, que por cierto están por allá. ─ apunta hacia una esquina de la habitación, las había olvidado por completo ─ Y se fue. ─

 

─ Ya veo, gracias. ─ tal vez a ese hombre no le agradan lo hombres con capacidades como las mías y se apiadó de mí al verme en mal estado.

 

Pasadas un par de horas el doctor regresa y me dice que deberé quedarme en observación durante cuatro días, como máximo… al menos tendré dónde dormir, aunque sea por poco tiempo.

 

 

 

 

 

*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n*n

 

 

 

 

 

Ya pasaron los cuatro días que debía permanecer en el hospital, Nagisa está ayudándome a guardar algunos objetos que utilicé durante mi estadía, me dan una fecha para volver a chequeo mensual para saber sobre el desarrollo de mi bebé, luego me acompaña hacia la salida y me recomienda un lugar dónde podría alquilar durante un tiempo hasta que encuentre algo mejor; nos despedimos hasta que sea el día de la consulta y me desea buena suerte.

 

Camino un tramo arrastrando mis maletas, detengo un taxi, subo y doy la dirección del local en donde pienso alquilar. Al llegar, noto que es un pequeño complejo de apartamentos, son apenas dos pisos y no son nada lujosos, no necesito lujos sino comodidad; entro en una pequeña recepción y una amable ancianita me atiende, arreglamos las fechas de los pagos y me da la llave de la que sería mi habitación a partir de ahora.

 

Al entrar a mi habitación asignada, dejo las maletas a un lado de la puerta, tuve que subir unas gradas que se encuentran afuera a un lado del pequeño complejo, recorro la habitación con la vista, es pequeña sólo cuenta con una cama de una plaza, una mesita de noche con una lamparita y un escritorio con su silla, más allá se encuentra un armario con el suficiente espacio para que cupiera casi toda mi ropa.

 

En la pared frente a la puerta hay una ventana, me acerco y la abro, el aire roza mi rostro y mece mis cabellos, se siente fresco y me relaja; me aparto de ahí y voy a sentarme en la cama, es suave, me acuesto… es muy cómoda, cierro los ojos un momento y varios pensamientos rondan mi mente.

 

La justificación que dio mi madre para mi estado a un no la termino de comprender, fue algo totalmente irresponsable, pero ya nada se puede hacer.

 

Tengo que buscar un empleo, el dinero que guardo en algún momento se terminará.

 

Debo buscar un lugar más grande donde vivir, aquí no caben más cosas de las que ya hay y un bebé ocupa muchas, además necesita una cuna, no podría dormir conmigo.

 

Me pregunto qué estarán haciendo los chicos y Akira, los extraño mucho, me siento perdido sin nadie a mi lado, ellos fueron mi apoyo durante muchos años y ahora estoy solo velando no sólo por mi vida.

 

Estoy muy triste, nada bueno ha pasado desde que me enteré de mi estado, tal vez Akira tiene razón y fue una mala decisión quedarme con el bebé… ¿Pero qué demonios estoy pensando? ¿Me arrepiento de guardar una vida en mi cuerpo? ¿Qué clase de padre sería si niego a mi propia sangre? ¿Qué clase de ser humano sería si le quitara la vida al ser que se desarrolla dentro de mí?

 

Eso es inhumano, las personas que hacen eso son los verdaderos monstruos, que lastiman a cualquiera por procurar su bienestar sin pensar en nada más, prefiero tener una vida escasa de lujos pero con la comodidad y suficiente comida para que mi nene y yo sobrevivamos, no me importa si después de su nacimiento tengo que partirme la espalda para darle una buena vida y educación; no me importa porque él o ella se merece todo, todo lo que quiera tener, yo se lo daré, trabajaré duro para que tengamos una buena y grata vida.

 

Sonrío, sí, mi bebé será feliz a mi lado y yo seré feliz al lado de mi bebé.

 

 

 

 

 

*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*x*

 

 

 

 

 

3 meses de embarazo…

 

Al día siguiente que llegué a donde vivo me ofrecí a ayudar a la ancianita en alguno de los quehaceres que ella realiza y ella aceptó, desde ese día la ayudo con los clientes, trato de no realizar ningún sobreesfuerzo y de no mantenerme mucho de pie; mi vientre ahora es un poco notable, una pequeña bolita que apenas sobresale entre mi ropa, he ganado algo de peso, siempre antes de terminar de vestirme me detengo frente al espejo a ver cuánto ha crecido y a veces le hablo, me dijeron que es bueno comunicarse durante la gestación y resulta divertido.

 

 Al mes de haber llegado le tuve que contar a la señora Fumiko (así se llama la dueña) sobre mi estado, creí que me pediría que me fuera, pero no fue así, ella me sonrió y felicitó, me dijo que si necesitaba algo o si necesitaba algún consejo puedo pedírselo a ella, me sentí tan bien al saber que contaba con la ayuda de esa amable anciana que lloré, lloré sobre su hombro al abrazarme y lloré aún más cuando le tuve la suficiente confianza para contarle todo por lo que había pasado hasta ese momento; hablar sobre lo mal que lo había pasado desde antes y después de llegar a Kanagawa me hizo sentir como si me quitaran una gran presión, hablamos bastante sobre mi situación y me ofreció su apoyo, es una gran mujer.

 

Hay tareas que ni ella ni yo podemos realizar, es entonces que pedimos ayuda a algunos de los ocupantes, unos se niegan diciendo que yo también soy hombre y bien podría hacerlo, otros nos prestan ayuda de manera muy cortés, son pocos los ocupantes que saben sobre mi estado hasta el momento me llevo bien con ellos y no me rechazan, hombres y mujeres que me ven como lo que soy: una persona.

 

Es como si mi vida estuviera tomando un curso diferente al anterior, como si se dirigiera a una nueva dirección donde todo estará bien, donde la calma reinará, donde habrá unos fuertes y protectores brazos que rodearan mi cuerpo y el de mi nene, donde habrá personas que nos protegerán.

 

Hoy toca el chequeo mensual, sólo una vez he ido fuera de fecha pero resultó ser falsa alarma, el mismo doctor es el que me ha atendido, a Nagisa (la enfermera) la veo por los pasillos del hospital, la señora Fumiko se ofrece a acompañarme, uno de sus nietos cuidará del complejo. Llegamos al hospital, esperamos a que me atendieran por alrededor de quince minutos, entramos al consultorio, me realizaron las mismas revisiones: la presión arterial, mi aumento de peso, mi organismo en general hasta pasar a la ecografía.

 

La primera vez que lo vi lloré con mocos y todo, al escuchar los latidos de su corazoncito lloré todavía más, una calidez me abarcó y sentí tanta paz, sonreí tan amplio como no lo había hecho en lo que me parecieron años.

 

Estoy emocionado, es la segunda vez que lo veo, es tan pequeñito y su corazoncito late tan acelerado, la imagen que muestra el ecógrafo no es muy nítida pero se diferencia entre la oscuridad, puedo ver sus  manitos y piernas empezando apenas a tomar forma; estoy seguro que será muy lindo o linda.

 

─ Oh, vaya. Esto es algo inesperado. ─ escucho decir al doctor, tiene la mirada fija en la pantalla y mueve el aparatito de un lado a otro sobre mi vientre.

 

─ ¿Qué pasa, hay algo malo? ─ me preocupa.

 

─ Calma, Kouyou. Espera a que él te diga, no saques tus propias conclusiones. ─ la señora Fumiko está a mi lado también viendo la pantalla.

 

─ Oh, pequeño travieso. Estabas bien escondido, ¿eh? ─ le habla a la pantalla, luego voltea hacia nosotros ─ Esto es una sorpresa. Felicidades, Takashima… tendrás gemelos. ─

 

GemelosGemelos… ser repetía en mi mente como un eco, ¿es real lo que escucho? ¿No lo he imaginado?

 

─ ¿Gemelos? ─ las lágrimas se desbordan de mis ojos, estoy tan contento, no sólo tengo la alegría de tener un hijo sino que ahora ha aumentado, tendré dos, un par de hermosos gemelitos, mis amores ─ ¡Gemelos! ¡Fumiko-san tendré gemelos! ─ le digo eufórico y sollozando, en la pantalla se pueden ver ahora, desde otro ángulo, un par de cabecitas.

 

Rio con regocijo, lleno de gozo, ahora tengo otra razón más para esforzarme el doble en darles una vida digna a mi par de angelitos… a mis amores.

 

La vida me ha dado tan magnifico regalo. 

 

 

 

 

 

TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT TcT

 

 

 

 

 

5 meses de embarazo…

 

He aumentado mucho de peso, ahora mi vientre está tan grande y más notable, no aparenta los meses que son, se ve más grande. Mis angelitos son muy inquietas, se mueven tanto que a veces creo juegan a ver quién patea más fuerte o hacen que sienta un extraño cosquilleo que me hace reír bajito, en la última cita me dijeron su género… son dos niñas, unas hermosas y tiernas gemelitas; he tratado de no deprimirme cuando Akira viene a mis recuerdos pero es difícil, ya que llevo también una parte de él dentro de mí, cuando me deprimo le hablo a mis angelitos, les cuento cómo es su padre, los momentos que viví con él y los chicos, les digo que no deben odiarlo por no estar a nuestro lado porque yo no lo hago.

 

Ha habido sueños en los que aparece Akira aquí, buscándome y pidiendo que vuelva con él pero no sé qué respuesta le doy porque antes de que responda despierto por las ganas de ir al baño o por algún antojo, luego quedo pensando en cuál sería mi respuesta si él de verdad me encontrara y me pidiera volver; no creo darle una respuesta sino hacerle una pregunta… ¿Me quieres sólo a mí o a mí junto con mis hijas? Mis hijas son lo que más me importan, si no las acepta a ellas entonces no hay nada.

 

Cambio el rumbo de mis pensamientos, hay alguien que me tiene bastante preocupado y es la señora Fumiko, enfermó hace unas semanas y su familia ha venido a visitarla, ellos viven muy lejos por eso no la visitan seguido pero sí se preocupan; salgo de mi habitación, que es donde he pasado la mañana, y me dirijo a la habitación de la señora Fumiko para saber cómo se encuentra, me cuesta bajar las gradas por lo grande de mi abdomen pero logro hacerlo sin ningún percance, mi mano izquierda sobre mi barriga y mi derecha agarrada del barandal.

 

Al llegar a su habitación noto que hay varias personas que salen cargando cajas, uno de los familiares de la señora Fumiko se acerca a mí.

 

─ ¿Tú debes ser Takashima, no? ─ su mirada me pone nervioso, ve mi barriga y pongo ambas manos sobre ella en un acto reflejo.

 

─ S-Sí. ─ trago saliva ─ ¿Qué pasa? ¿Por qué sacan las cosas de la señora Fumiko? ─ me atrevo a preguntar.

 

─ Como sabrás, mi madre no se encuentra bien, así que decidimos llevarla a casa para que la familia cuide de ella. ─

 

─ Me parece bien, pero ¿qué pasará con este lugar? ─

 

─ Ya se les ha dado el aviso a todos los inquilinos que deben desalojar el complejo en un período de 48 horas. ─ lo dice tan serio y frío.

 

─ ¿Q-Qué? Pero es muy poco tiempo para buscar otro lugar. ─ esto está mal, ¿adónde se supone que iré?

 

─ No me interesa. Encontraron este lugar, pueden encontrar otro. ─ se da la vuelta y entra a la habitación.

 

No creo que me deje entrar a despedirme de Fumiko-san, así que yo regreso a paso lento y con la vista baja a (la que pronto dejará de ser) mi habitación, con dificultad subo las gradas, ya en la habitación empiezo a recoger todas mis cosas y lo poco que he comprado para mis bebés, las guardo en las mismas dos maletas con las que llegué; es mejor que me vaya ahora porque tengo el presentimiento de que si ese hombre me vuelve a ver, me arrastrará hasta la calle. El problema es… ¿Cómo descender las gradas sin caer con todo y maletas? con complicaciones logro subir y bajar solo, ahora cargando algo no creo que sea buena idea.

 

Estoy en el segundo piso devanándome el cerebro, pensando en cómo bajar cuando escucho pasos detrás de mí, se trata de una de las familias que viven arriba también: una mujer, un hombre y dos varoncitos con dos años de edad de diferencia; los dos niños se acercan a tomar mis maletas y bajan con ellas.

 

─ Déjenos ayudarle, Takashima-san. ─ dicen los niños al unísono.

 

─ Takashima-san, permítame ayudarle a bajar. ─ afirmo con la cabeza, el hombre pasa una de sus manos por mi cintura y con la otra sujeta mi brazo izquierdo, descendemos sin problemas.

 

─ Se los agradezco mucho. ─ realizo una leve inclinación con la cabeza.

 

─ No hay de qué. Adiós, Takashima-san. ─ se despiden los cuatro y se van.

 

Al parecer no fui el único en pensar irme antes, veo a los demás inquilinos salir cargando su equipaje y otros objetos.

 

Emprendo marcha hacia ningún lugar fijo, con la vista el suelo y arrastrando mi equipaje, trato de detener las lágrimas que quieren desbordase de mis ojos; otra vez sin un lugar donde pasar la noche, sin nadie a mi lado… solo con mis angelitos.

 

Voy tan metido en mi mente pensando a dónde podría ir que no advierto que estoy en una de las calles más concurridas, me veo indefenso y hay alguien que se aprovecha. Arrebatan una de mis maletas y salen corriendo a toda velocidad, por lo sorpresa no reacciono al instante pero cuando lo hago grito, no puedo correr me afectaría mucho, pido ayuda pero nadie voltea siquiera a verme… “¿Es enserio? ¿Todos aquí son tan mente cerrada que se niegan a prestar ayuda a alguien que la necesita?”

 

No me queda otra opción que intentar seguirlos arrastrando la única maleta que me queda, no van muy lejos, hay demasiada gente que les impide el paso, debido a la multitud chocan unos con otros, troto pero al avanzar unos cinco metros mi respiración empieza a fallar, mis pies duelen, me mareo y mi vientre punza; me detengo a recuperar el aliento, me doy por vencido, no puedo hacer nada por recobrar mi maleta, allí guarde la mayoría de la ropita de mis angelitos y los medicamentos que debo consumir, mi vista se nubla y lloro… “¿A caso estoy destinado a sufrir? ¿Mi felicidad tiene un límite de tiempo?... ¿No merezco ser feliz?”

 

Mi piernas no soportan más y caigo al piso suavemente apoyado en mis rodillas intentando no lastimarme, acomodo la maleta muy cerca de mí rodeándola con un brazo por si intentan llevársela también y cubro mi rostro mojado por las lágrimas con mi otra mano. Ya no lo soporto, no soporto vivir de esta manera… “Akira… Akira…” lo llamo, sé que no aparecerá y me llevará a casa como cuando éramos niños y siempre me protegía, sé que no hay nadie que pueda sacarme del abismo en que el siento que caigo, sé que…

 

─ Disculpa. ¿Esto es tuyo, cierto? ─ descubro levemente mi rostro al escuchar una voz rasposa, mi maleta está frente a mí, estiro mi mano para tomarla y asiento en respuesta.

 

─ Muchas gracias. ─ digo con la voz quebrada por el llanto, mis mejillas siguen mojándose, levanto por completo el rostro, un hombre de cabello negro con algunas canas esparcidas, sus ojos son pardos y se nota la experiencia de los años, entra en mi campo de visión y me sonríe.

 

¿De verdad mi vida podría tomar una dirección que no conduzca al dolor? 

Notas finales:

Pobre Uruha ú3ù

Desde un principio estaba planeado que fueran gemelos y de género femenino.

¡No me maten! Les prometo que el patito dejará de sufrir dentro de poco, enserio.

El señor del final sí es importante.

Nos leemos dentro de dos semanas, sólo vendré a responder rw, si es que hay u.u


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).