Al final cuando Michael vino a casa yo aún no había acabado el proyecto de química para un concurso que organizaba el instituto, así que Michael se puso a leer un libro en mi cama mientras yo estaba en la computadora.
Las notas me estaban yendo bastante bien, aunque pareciera que era un caso perdido, estudiaba y sacaba unas puntuaciones bastante altas, incluso tenía excelentes en matemáticas y química. Y mira que a veces no estudiaba porque me pasaba el día con Ian.
Ian…
¿Cómo le estaría yendo con el abogado?
De golpe el móvil me sobresaltó, lo cogí y le hice una señal a Michael y el me lo devolvió como diciéndome que no me preocupara que saliera a hablar tranquilo, salí fuera el pasillo para hablar con él.
"¿Ian?"
"Hola Jon…llamaba para decirte que está algo complicado lo del divorcio…" su voz estaba algo seria y la sangre de mi cuerpo comenzó a bombear con violencia.
"¿Cómo?"
"Verás Janet está poniendo muchas pegas en el asunto y sus condiciones son muy altas…podría perder el piso y muchas más cosas…y se esta haciendo muy complicado…"
"Entonces…¿Me estás insinuando que no te vas divorciar?" mi voz temblaba.
"Si que me voy a divorciar…pero no sé cuando Jon, estas cosas necesitan tiempo y más si tienes a una mujer manipuladora como Janet…entiéndelo."
"¡No, estoy harto! ¿Se puede saber quien carajo te piensas? ¡Estoy arto de aguantar esta situación!" me comencé a mover nervioso y a morderme las uñas, no podía aceptar que después de hacerme tantas ilusiones con lo del divorcio, de poder ser una pareja normal y vivir tranquilos los dos, todo me saliera mal, quizá lo estaba pagando con Ian pero mi furia era demasiado grande.
"Oye Jon que yo no tengo la culpa, si quieres habla tu con Janet ¿ok? Pero las cosas no se arreglaran a base de pataletas de niño pequeño ¿entiendes? Tienes que tener paciencia y ser algo más maduro en estos momentos."
"Mira…ya aguanté suficiente…" no paraba de caminar por todo el pasillo nervioso.
"¿Estas insinuando que quieres acabar? Por que si tan poco te importo me parece perfecto Jon." la voz de Ian se notaba nerviosa y en su tono se podía notar enojo.
"No, sabes que no es que no me importes...pero entiéndeme..." me moví hacia los lados y me pasé la mano por mi cabello pesadamente.
"¡Entiéndeme tu a mi también! Este proceso es largo y complicado y tenemos que negociar, tenemos un montón de papeleo y trámites que realizar con mi abogado y el suyo. Y ahora tú me retraes las cosas y me sales con esto Jon. Solo te estoy pidiendo un poco de paciencia, no te estoy diciendo que no pueda divorciarme caray, simplemente que de un día para otro no se puede hacer todo, así que deja de comportarte como un crío." suspiró y mi cabeza ya no podía más.
"¡Dios! ¡¿Ahora resulta que la culpa es mía?! ¿Sabes que? ¡Déjame ya carajo!" y en un momento de enojo le colgué el teléfono, me quedé en silencio mirando el vacío perdiéndome en él. Dios, le había colgado de esa manera tan grotesca, e Ian no tenía la culpa…¿Por qué había actuado así? ¡Mierda! Siempre iba cagándola. Mis manos temblaban y un sudor frío recorría mi frente.
"Jon…" oí como la puerta se abría y le miré, notaba los ojos llorosos y como los nervios se apoderaban de todo mi cuerpo. "¿Estas bien? He oído gritos y..."
"No pasa nada...tranquilo..." sonreí tristemente, y suspiré. "Michael... si no te es molestia... ¿podrías dejarme solo? Estoy algo cansado..." me estaba aguantando las ganas de romper a llorar, pero si lo hacía, Michael se preocuparía aún más y no quería darle más problemas.
Hacia poco que tenía un tipo de 'rollo' con su profesor particular y no quería liarle más, él ya estaba bastante preocupado por su problema.
No es que no confiara en él, era mi mejor amigo, pero si se lo contaba ahora seguro que me derrumbaría y prefería explicárselo cuando estuviera más calmado.
"Si tranquilo..." Michael se acercó a mí y me abrazó, le correspondí el abrazo con fuerza, rodeándole fuertemente con mis brazos, conteniendo las lágrimas. "...Cualquier cosa llámame...¿ok?"
"Ok...gracias Michael eres un sol..." le besé la frente como siempre hacia e intenté calmarme un poco, no debía dejar que los nervios me sobrepasaran.
"Nos vemos." nos separamos lentamente y me sonrió, cogió sus cosas y se fue, quedándome solo en esa casa y pensando en mi habitación.
Me moría de ganas de contarle a Michael mi historia con Ian, pero no sabía como se lo tomaría o si realmente acabaríamos bien Ian y yo.
Eran las nueve de la noche cuando el timbre de mi casa volvió a sonar en ese día, me levanté pesadamente del sofá y caminé nervioso hacia la puerta, quizá era Ian…
Debía pedirle perdón, decirle que había pagado con él todo lo ocurrido.
Pero al abrir la puerta me encontré con el mismísimo demonio, y para mi desgracia usaba carmín rojo.
"Buenas noches." Su voz era calmada, pero su mirada era amenazante.
"Señora Parker…¿En qué puedo ayudarla?" sonreí cordialmente y me atusé el cabello, estaba nervioso, no creo que su mujer me hiciera una visita de cortesía.
"No te hagas el despistado niñato." Su tono se volvió algo más contundente, abrí los ojos desmesuradamente. "…el cuento que me vendiste el primer día que nos conocimos fue mentira. Tu nunca trabajaste haciendo prácticas en la empresa de Ian y mucho menos tienes la edad para hacerlas…"
"…" me quedé callado escuchándola, obte por ser algo frío y me apoye en el marco de la puerta cruzándome de brazos.
"Contrate a un detective des de hace mucho tiempo, quizá más de cuatro meses…me parecía extraño que mi marido estuviera tan calmado y que fuera a la empresa siempre con una sonrisa cada mañana…" Janet se encendió un cigarro y yo la observé impasible. "…¿y que descubro? Que mi marido se lo monta con un menor y encima un niño como tú."
"Si no tiene nada más que decirme, es tarde y quiero prepararme la cena."
"Espérate Jon Schnierder." Abrí los ojos desmesuradamente al escuchar como se había enterado de mi nombre y apellido. "…eres hijo de un hombre de negocios muy importante, cuando le llamé y le pregunté por ti, me dijo que no eras su hijo pero bueno, así que me espetó con amargura que no se haría cargo de nada…"
Eso fue un golpe bajo.
"Vuelvo a decirle que si no tiene nada más que decirme que se largue ya." Apreté los puños y suspiré.
"Tan solo te digo que dejes en paz a Ian, por tu culpa ha pedido el divorcio y encima ahora todo el mundo va hablar de eso, mi reputación se puede ver afectada, así que simplemente olvídate de él y punto. Te puedo dar el dinero que quieras…" me daba rabia, era una mujer que se mostraba tan impasible a todo, con esa sonrisa de cara a la galería, esa elegancia…ese olor a femme fatale.
"Mire señora Parker…no me interesa su dinero…y haré lo que a mi me salga de los cojones ¿entiende? Y ahora váyase que me está molestando."
"No puedes hacer como si no ocurriera nada chiquillo." Le dio una calada a su cigarro y expulsó el humo mirándome a los ojos, desafiante, como un gato enojado.
"Como según usted soy un niñato…y los niños tienen la capacidad de olvidar las cosas…no sé de que me está hablando, incluso no sé quién es usted, así que buenas noches señora." Puse un tono irónico y cerré la puerta de golpe, suspirando fuertemente, todo mi cuerpo temblaba y no pude evitar caer sentado detrás de la puerta.
Oí el motor del coche de esa mujer alejarse y cogí el teléfono lentamente, marcando el número de Ian.
"Ian…por favor…ven, siento lo de antes, pero…" no pude evitar ponerme a llorar. "…necesito que vengas, por favor." Sollocé y me pasé la mano por el rostro. "…cuando escuches el mensaje llámame y dime si vas a venir…adiós, te quiero."
Colgué y eché la cabeza hacia atrás, intentando calmarme.
Amaneció y no tenía respuestas de Ian, me levanté con pesadez de la cama y mientras desayunaba no podía evitar recordar cada palabra de Janet, en ningún momento se mostró alterada, al contrario, parecía que lo tenía todo bajo control y que por mucho que pasara no perdía la calma.
Me mordí las uñas con desesperación, no sabía si decirle a Ian que Janet había venido no sabía si debía contárselo…
Pasaron dos días y no recibí respuesta alguna de Ian, le dejé dos o tres mensajes en el contestador y no me contestaba, cada vez estaba más nervioso e incluso enojado.
Y en esa mañana ya era la segunda botella de licor que abría con pesadez, tragué en seco y al oír el timbre me quedé quieto mirando la puerta, no tenía ganas de recibir a nadie. Al cabo de un rato volvió a sonar pero esta vez mas insistidamente, suspiré con pesadez y me levanté del suelo, agarrándome ligeramente de la pared, el alcohol me había subido a la cabeza, abrí sin mirar por la mirilla y me quedé parado delante de la puerta con la mirada fija en el suelo.
"Jon…"
Esa voz…esa voz que me gustaba tanto…
Levanté el rostro agarrando la botella con fuerza, hasta encontrarme con la mirada color café de Ian.
"Anda…vaya por dónde te dignas a pasarte por aquí." Ironicé, me aparté de la puerta y le hice una reverencia. "…pase, pase…como si fuera su casa señor Parker." Di un bufido con exasperación y entré en la casa seguido por Ian que me miraba algo molesto, me tambaleé e iba a caer de morros en el suelo cuando mi bombón me agarró y me llevó hasta el sofá.
"Apestas a alcohol…¿Eso es lo que sabes hacer? ¿Huír bebiendo?"
"¡Pues si! ¡Porque desde que tengo uso de razón lo hago! ¡Des de qué escucho como mi padre me llama enfermo por teléfono! ¡Desde que te llamo hecho una mierda y tardas tres días en hacer acto de presencia! ¡Felicidades! Me has encontrado hecho una mierda…" le grité y él me miraba estupefacto, hacia tiempo que no nos peleábamos de ese modo.
"Jon…serénate un poco, yo estaba ocupado con lo del papeleo y me mosqueó bastante tu actitud, no escuché el mensaje en mi celular hasta ayer por la noche." Me miró como si le diera lástima.
"¡No me tengo que serenar! ¡Maldita sea Ian!" me levanté y dejé la botella en la mesa. "¡Sé que me comporté como un crío pero también tienes que entender tu que esto es nuevo para mi! ¡Nunca me enamoré de alguien que ya esta casado! Y me dirás…tú te lo buscaste. ¡Pues si! ¡Pero es que tampoco puedo dejar de quererte! ¡Maldita sea!" le di un golpetazo a la puerta y noté como empezaba a llorar.
Ian se levantó y me abrazó por detrás, apreté con fuerza mis manos y nos quedamos en silencio los dos.
"…Cuando estés más sereno, llámame, ahora ebrio como estás no creo que pienses mucho las cosas. Ve a dormir a tu habitación yo limpiaré este desastre de botellas y ropa por todos lados ¿ok?" Ian suspiró fuertemente, supongo, que estaba intentando no perder la paciencia, estaba actuando como un verdadero crío.
"No quiero…" me deshice de sus brazos y me agaché a coger una botella de cerveza cuando noté otra vez esos brazos fuertes agarrándome, pero esta vez me llevaban como si fuera un saco de patatas. "¡Eh! ¡Bájame!"
"Hasta que no pares de decir gilipolleces no." Comenzó a subir las escaleras conmigo encima y abrió la puerta de mi habitación con el pie, yo intentaba bajarme pero Ian era mucho más fuerte que yo, me tiró en la cama y le miré enojado. "Y ahora escúchame bien Jon, te vas a dormir de una puta vez y vas a dejar de actuar como un crío. Así que duérmete." Me tiró una almohada en el rostro antes de que pudiera contestar y cerró la puerta.
"Maldita sea…" me quedé mirando el techo, pero no aguanté mucho más despierto, el alcohol me había subido en la cabeza y el sueño me invadía.
Me desperté con un terrible dolor de cabeza, miré hacia los lados, la habitación estaba perfectamente ordenada, la ropa encima de la mesa, todos los papeles arrugados que había tirado por el suelo en la papelera, que había tirado con violencia en un momento de enojo cuando no podía concentrarme por lo de Ian e incluso me había dejado encima de la mesilla de noche un vaso de agua con dos pastillas para el dolor de cabeza.
Las cogí sin pensar y me las tomé, me quité la ropa que apestaba a alcohol y me metí en la ducha, oía ruido en la cocina por lo que deduce que Ian estaría cocinando, miré la hora, eran las diez de la noche. Me vestí rápido con el pijama y bajé las escaleras poco a poco.
El salón también estaba ya ordenado y las botellas de alcohol vacías habían desaparecido del suelo, me acerqué silenciosamente a la cocina y vi como Ian estaba sentado en la silla del comedor leyendo el diario, me senté delante suyo aún sin mirarle a los ojos.
"Vaya…te has despertado…" su voz era seria y algo enojada. Asentí con miedo sin atreverme a mirarle. "Mírame Jon."
"…" Tragué en seco y le miré.
"Ahora vamos a hablar como dos personas adultas…y no quiero pataletas."
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