Sentía el cálido cuerpo del mayor preciando sobre el suyo, sus cálidos labios recorrer su cuello, los cristales fríos acabaron cayendo en la alfombra, de la piel verde salía un ligero vapor a lo largo de un rastro de saliva, sentía es escozor que era producto de la saliva humana ahora presente en su abdomen, era una sensación dolorosa pero excitante a la vez, llevo sus manos a uno de los brazos del sofá donde estaba empezando a calentarse el ambiente.
Se escuchaban los ligeros roces de ambos pantalones, Zim dio un respingo cuando sintió el miembro tan duro como una roca, perteneciente a Dib, sobre una de sus piernas, hace un buen rato que Zim no había parado de dar gemidos a los 4 vientos , y este mismo se tornó más azul por la vergüenza causada. Sería una tontería preguntar por qué el humano estaba tan prendido como un perro el celo. Zim no tenía idea de cómo actuar en esta situación, no era normal, el jamás estuvo en algo que estuviese fuera de su control, él es un irken, una poderosa raza…un ejemplar bajo las caricias de un humano, su humano…
Mando al diablo su orgullo aquello que ahora sentía era mejor que cualquier reconocimiento irken, entrelazo sus dedos desnudos por la cabellera del mayor de estatura quien se acercó a la cabeza de este
Zim… ¿estás listo?
¿Listo? ¿Para qué?
El humano enrojeció mas a tales preguntas, “inocencia”, simple y sencillamente, sonrió con algo de picardía y se acercó nuevamente al alíen
Para recibir todo mi amor…
¡Zim siempre está listo!…supongo humano…
Se podía apreciar la duda a con lo que se refería su pareja, pero decidió tomar el camino y dejarse llevar por las caricias.
Una mano se coló debajo de los pantalones del menor, apretando con delicadeza un glúteo, moviéndolo de manera lasciva, saco de ese lugar la mano y empezó a presionar la entrada del alíen sobre la tela dando una deliciosa tortura para el menor de estatura.
Dib… ¡ha!~ ¡aaah!~ Dib… ¿q-que haces…ahhh?
Shhh…-poso la cabeza en ese espacio entre la cabeza y el hombro- solo relájate, veras que esto te gustara…
Tu…Dib… esta duro… ¿q-que…ahhh esta…tan duro…?
¿Quieres averiguarlo?-dijo con una voz ligera y ronca, estremeciendo a l cuerpo debajo de el –
Se separó lentamente, desabotonando en el camino su pantalón deshaciéndose de la bragueta que lo aprisionaba, se apreciaba un bulto que era contenido por esa tela gris algo humedecida
El irken percibió un aroma, un aroma que le hizo brillar ambos orbes, se acercó al bulto tomando de la orilla del bóxer jalándola y arrastrándola con lentitud asía abajo, Dib solo podía morderse el labio inferior, sintiendo que si su amante seguía con esa lentitud se correría apenas descubriese su miembro por completo; Zim abrió los ojos como un par de orbitas al ver su glande que tenía un tamaño bastante dotado para un chico como Dib, ¿porque tendría esa punta tan redondeada y una pequeña abertura que emanaba un líquido y ese aroma tan delicioso? Sin pensar lo que hacía el menor llevo sus dedos a la punta dando caricias que pareciera que el humano disfrutaba, el éxtasis de su rostro era inconfundible, se acercó a su labios y empezó siendo un beso casto y suave , temiendo por casi comerse uno al otro, danzando con sus lenguas lenta y sensualmente.
Toma las caderas del menor levantándolas con agilidad, deshaciéndose de sus pantalones ajustados, que ahora que sentía la textura era como una licra negra algo grupo con varios botones con desconocida funcionalidad, fue sencillo ya que prácticamente se loa saco de un tirón
Hubo unos segundos de silencio
Estaba con la vista centrada en la “ropa interior tan interesante de su alíen, esta era como una delicada membrana semitransparente que tenía varios conductos de aire y ciertas líneas luminosas en verde, sus caderas se veían preciosas y delicadas, con “pecas” en ambos lados justo como hombros y mejillas.
¿Qué tanto miras mi parte inferior humano? –dijo algo confundido Zim, ya que pareciese como si nunca hubiese visto la anatomía de un irken, aunque fuese obvio.
Tus caderas… ¿siempre has sido así de curvilíneo?- esa pregunta salió sin ningún tipo de vergüenza
Los demás machos irken se burlaban de mí, siempre tuve esta pinta de una fémina, pero como soy Zim no deje que esas lagartijas inferiores siguieran heheh~
¿Qué hiciste con ellos?
Digamos que descubrir el agua le sirvió a Zim
Al humano le pasaron varias escenas de una masacre irken causada por Zim, la segunda masacre según tenía entendido.
Jalo lentamente aquella membrana que cubría sus caderas, sintiendo una sensación de descargas y seda entre los dedos al tacto. Otra vez esos segundos de duda que fijaba nuevamente esa parte
Zim… ¿estás seguro de que eres macho?
¡Por si puesto que lo soy!
Dib decidió no tomar mucho en cuanta la afirmación anterior, llevo un par de dedos a esa cavidad que tenía una gran similitud a la parte baja de una mujer humana tratando de meterlos hay, pero había algo que obstruía el paso, pero eso no evito que Zim encorvara la espalda asía arriba
a-ha… ¿Qué…tratas….ahhh…
Es que tu vagina… esta tapada…
¿Mi qué? ZIM NO ES UNA HEMBRA HUMANA ESA COSA ES MI RENDI- no termino de gritarle al humano por una “lengua” salió de su escondite con mucho líquido manchando la mano del humano.
El líquido tenía una tonalidad violeta que daba un arma medio dulce y fresco, por curiosidad Dib probo lo que se había quedado en su mano.
Eres delicioso Zim…
Las mejillas del nombrado seguían que se ahogaban en azul profundo, volvió y levanto las caderas de Zim, aprovechando el líquido resbaloso introdujo un dedo dentro de su irken, ante la acción el pequeño debajo se retorcía del placer aprovechando que estaba distraído metió un segundo intruso en su interior, el menor se sentía en el cosmos con esa sensación de ligereza y flotando ni siquiera se enteró cuando un tercer intromizor estaba con los otros 2 preparándolo para lo que venía a continuación.
Levanto al irken sentándose en la cama y sin previo aviso ni cuidado lo penetro de una sola estocada quedando sentado
AAAAH!~ -el dolor y el placer se mezclaban y la hacían dar vueltas la cabeza, una nueva y satisfactoria sensación que estaría dispuesto a repetir una y otra vez. EL chico empezó a moverse mientras que el alíen se sostenía de sus hombros sincronizándose al momento de cada embestida
No se quitaban la mirada uno del otro, ambas lenguas danzaban jugueteando dentro de la cavidad del otro. El ritmo se aceleró sintiéndose contraído por el cuerpo enzima suyo, se acercó más al respaldo del sofá estampando al de piel verde contra el colocando cando cada mano a los lados de su cuerpo sudando como nunca pensó poder sudar.
La velocidad aumentaba y los cabellos azabaches del humano estaban pegados a su frente por el sudor y el calor, se les había olvidado el fio y la lluvia del exterior, los lentes abandonados en el piso estaba empañados por el calor de la habitación.
Mieras en la habitación de abajo un pequeño robotito tenía los circuitos revueltos con tanta acción que veía desde una tableta que al parecer era la cámara de la sala principal
¡Huuuuu! ¡Mary y el amo tendrán bebes! ¡Yay!
Regresando a la calentura de la habitación ambos individuos estaban casi llegando al clímax, el movimiento le había dormido las piernas a Zim dándole tanto placer al no poder resistirse
Se miraron uno al otro llegando al mismo tiempo a ese punto jadeante y gratando al insonoro el nombre el otro.
Terminaron acostándose sobre el sofá Zim fue el primero en caer dormido, Dib beso su frente mientras dirigía mirada afuera de la ventana
Papa… Quizá no te de nietos… pero…soy feliz…
El manto negro cabria todo el cielo, dando una noche hermosa…para Dib… y a su chico…a el…