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La Infiltrada. por fxctheworld

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Notas del capitulo:

Y por fin el pasado de Yugi revelado D: Disfrutenlo <3

Ya cuando estuve un poco más tranquila, nos levantamos para ir a un parque cerca y así contarle la historia.


Cuando llegamos, por fin me armé de valor para confesar mi pasado.


- Verás, ese chico, Yusei el era... - Tomé aire antes de hablar.- Mi novio en mi viejo instituto, ahora es mi ex. - Arrugué mi falda con rencor.- Y aquella chica es Aki, su novia, ellos me hicieron la vida miserable.


Yami sólo me prestaba atención, mientras rodeaba mi cuerpo con su brazo estrechándome contra el.


- Me traicionó de la peor manera...


Hace un año atrás.


- ¡Yusei, buenos días! - Saludó una chica de cabellos tricolores, caminando hacia un chico de estatura alta, cabellos color negro con unas rayas amarillas y ojos azules.


- Yugi, buenos días. - Sonrió el chico al ver a su novia. Sí. Como escucharon, Fudo Yusei era el novio de la chica más aplicada del salón, en pocas palabras la nerd.


Pero lo más extraño, era que ella no tenía nada de nerd en lo físico o emocional, naturalmente los nerds o las nerds, se vestían de una forma extraña o iban desarregladas, mientras que Yugi era una chica tierna, hermosa, simpática y sobre todo amigable.


Quizá sea por eso que Yusei fijó su vista en ella.


Ellos estaban por cumplir un año de relación, sólo faltaban unos días para dicha fecha importante.


- ¿Nos vamos? - Preguntó el ojiazul.


La chica asintió y ambos se fueron al colegio tomados de la mano.


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- ¿Así que Yusei le esta poniendo el cuerno a su novia?


- ¡Sí, me lo dijo una fuente confiable! Además que se rumorea por toda la escuela.


- Oh dios mío, pobre Yugi.


- Siento más lastima por la otra chica, que por esa idiota.


Hablaron un grupo de chicas quienes se encontraban en el salón de clases del Instituto, habían escuchado rumores que Yusei Fudo tenía una novia de fueras, y que Yugi sólo era un juego.


- Muero por ver la cara de Yugi cuando se entere. - Dijo una chica de cabellos rojos.


- Seguro y sale llorando. - Afirmó otra chica, de cabellos verdes.


Todas rieron burlonas, pero se callaron al instante que vieron la pareja entrar al aula, tomados de la mano. Yugi volteo a verlas con una sonrisa.


- Hola chicas. - Saludó la tricolor, pero ellas sólo la ignoraron yendo hacía afuera, no sin antes dirigirle una mirada divertida a Yusei y salir. Yugi se vio confundida. - ¿Qué les pasa?


Él se encogió de hombros.- No lo sé, vamos a sentarnos.


Ella asintió tomando asiento justo a lado de la ventana, mientras que Yusei lo tomaba a lado de ella.


- Yusei, pasado mañana es nuestro aniversario. ¿Qué te gustaría que te regalara? - Volteo Yugi para ver a su novio, sonriendo levemente.


Él le devolvió el gesto tomando sus manos y mirándola a los ojos. - Cariño, no necesito que me des un regalo, con que estés en mi vida y nunca te alejes de mi basta.


Este beso cortamente los labios de la chica, provocando que se ruborizara.


Amaba verla tan inocente, esa era una de las cosas que amaba de su personalidad.


Yugi tomó el rostro de su novio para besarlo nuevamente, pero duró un poco más de lo previsto.


Hasta que oyeron que alguien los llamaba.


- Disculpen jovencitos, no quiero interrumpir su encuentro amoroso pero el aula de clases no es sitio para besarse. - Vociferó el profesor de física, llamando la atención de la pareja quienes de inmediato se separaron avergonzados y con un notable rubor en sus mejillas.


- Lo siento mucho profesor. - Se disculpó Yugi poniéndose de pie e inclinando su cabeza. Lo cual imitó su novio también disculpándose.


- Esta bien Srta. Mutou, sólo porque es la mejor de la clase, siéntense.


Ellos hicieron caso omiso.


Yugi sintió como algo le oprimía el pecho, como una especie de presagio que estaba por suceder. Pero era un presagio malo, no entendía el motivo del cual se sentía así.


No tenía que pasar nada, se supone que en unos días cumplía un año de relación con él. ¿Qué habría de pasar?


Pero se tranquilizo un poco, cuando Yusei notó cierta tensión en ella tomándola de la mano entrelazando sus dedos mientras le sonreía cálidamente.


Ella intentó sonreírle, pero sólo consiguió hacer una mueca en su rostro.


- Muy bien alumnos, hoy tenemos una nueva alumna, espero que todos sean amables con ella. - Todos asintieron.- Puedes pasar a presentarte.


Indicó el profesor a la chica, quien en seguida entró al aula, mostrando un aire de superioridad. Mirando a cierta chica de cabello tricolor.


Yugi de inmediato se sintió amenazada, con sólo mirarla presintió que algo malo pasaría.


- Soy Akiza Izinski, pero me pueden decir Aki, mucho gusto. - Se presentó la chica, haciendo una leve reverencia.


Los chicos del salón de inmediato pusieron cara de idiotas al verla, y no era de esperarse. Aquella chica era hermosa, sobre todo por el físico que poseía.


Yugi se sobresalto cuando Yusei apretó fuertemente su mano, causándole un severo dolor. Volteo a verlo el porque de su acción. Al hacerlo notó que el ojiazul tenía una mirada seria y penetrante ante aquella chica ¿Por qué? es que acaso... ¿Ya la conocía?


Pero lo que la sobresalto más, fue que por un momento sintió miedo.


- Puedes sentarte donde gustes, Aki. - Indicó el profesor volviendo al pizarrón para anotar. La pelirroja asintió sin vacilar para dirigirse al lugar que quería, a lado derecho de Yusei.


Este se zafó del agarre de Yugi para volver a la vista al frente, ella confundida retiró su mano de ahí y comenzar a escribir.


.


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Habían acabado las clases, todos empezaban a irse directo a sus casas.


- Yusei ¿podrías acompañarme a mi casa hoy? - Le pidió de favor la chica a su novio, quien la miró sonriendo pero luego se tornó serio.


- Lo siento Yugi, no podré hoy. - Contestó así de simple, colocándose la chaqueta.


- Pero...


- Tengo cosas que hacer. - Interrumpió la oración de Yugi, ella por alguna razón volteo a ver a Aki quien le sonreía, pero no una sonrisa amigable... si no una llena de odio en ella.


Yugi solo agacho su cabeza asintiendo, nunca la había rechazado. Nunca, y ha estado actuando raro desde que llegó la chica nueva, inclusive varios del salón le dirigieron una mirada burlona a la tricolor. Nuevamente sintió esa punzada en su corazón.


Tomó sus cosas mientras salía corriendo del salón y de la escuela dirigiéndose a su casa.


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- ¡Estoy en casa! - Gritó Yugi entrando a su casa.- Hola, padre. - Saludó a la foto que había de su padre con ella abrazados.


Desde que murió siempre hacía eso al llegar a casa. Al presentir que no había nadie en casa, suspiró y tomó la fotografía de su padre.


- Papá, estoy preocupada. ¿Sabes? hoy entró una chica nueva a mi salón, pero... sentí como un presentimiento malo sobre ella, además que Yusei se comportó conmigo de una manera extraña. - Murmuró haciendo una ligera mueca de disgusto. Aunque sonará raro, Yugi siempre le contaba cada cosa a su padre, después de haber fallecido cuando era una niña. - Sólo espero que todo salga bien el Viernes...


Su conversación fue interrumpida por el sonido de su celular, se emocionó al instante pensando que era Yusei, pero al ver el número de desconcertó.


Un número desconocido le mandó un mensaje.


Es tu fin, zorrita.


Ignoró dicho mensaje bloqueando el número de su celular para después guardarlo.


Nuevamente ese dolor en su pecho resurgió, tenía un feo presentimiento.


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Nuestra pequeña tricolor estaba de camino en la escuela a pie, pero esta vez venía sola.


Yusei no había pasado por ella a su casa, y pensó que tal vez se lo encontraría de camino al Instituto, pero no fue así.


Ya había llegado a su destino, se acomodó la mochila con la intención de entrar, pero...


- ¡Quítate que estorbas!


Gritó Aki empujando a Yugi, quien cayó al suelo raspándose ligeramente las rodillas. Miró a la pelirroja quien le sonreía burlonamente entrando al colegio.


Ignoró todo eso para ponerse de pie y entrar.


Su sorpresa fue enorme cuando encontró a Yusei en el aula sentando en su lugar, con los ojos cerrados frunciendo ligeramente el ceño.


Yugi trató de controlarse en no ir a gritarle y armar una escena, así que con toda la amabilidad del mundo se acercó al ojiazul y decirle.


- ¿Por qué no pasaste por mi ahora, Yusei?


- Tenía que arreglar algunos asuntos.


Nuevamente respondió seco.


- Aja ¿Cómo cuales? - Volvió a preguntar la tricolor cruzándose brazos, el como respuesta se encogió de hombros restándole importancia. - ¡Respóndeme..!


- ¡Yusei, gracias por traerme hoy! - Gritó Aki abrazando al mencionado por el cuello, interrumpiendo el reclamo de Yugi.


Esta se vio confusa, el pánico se apodero de ella.


- ¿Qué? - Preguntó aturdida viendo a Yusei, pero este no se limito ni a mirarla.


- ¿No lo sabías? Yusei amablemente pasaba por donde mi casa y decidió traerme hasta aquí en su D-Wheel ¡Fue genial! - Alardeo la pelirroja aferrándose más al chico. - ¡Y luego ayer me dio un paseo por todo Domino!


La respiración de la chica se aceleró, sintió que le faltaba el aire, esto no podía pasarle a ella, no ahora.


- Yugi yo... - Intentó hablar el pelinegro, pero Yugi lo interrumpió.


- No quiero oír nada de ti, permiso.


Ella con las pocas energías que tenía se levantó de su sitio para salir corriendo de ahí e irse para los jardines y analizar todo. Pero antes, escuchó como una risa resonaba por los pasillos.


No era posible que el prefiriera la chica nueva, quizá entendería si sólo quería apoyarla, pero literalmente le estaba mintiendo para salir con ella.


- Definitivamente hoy no iré a clases, no mientras ellos estén ahí.


Murmuró la chica antes de ocultar su rostro entre sus rodillas.


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El día de escuela nuevamente había pasado volando, Yugi quiso irse lo más pronto posible, pero una compañera de su salón la tomó del brazo.


- ¡Oye, a donde me llevas! - Preguntó la chica corriendo junto con la compañera.


- Tienes que ver esto, no puedo permitir que sigan engañándote. - Respondió la chica siéndole sincera, Yugi se mostró confundida, pero no dijo nada.


Sólo se dejó guiar por ella a la azotea del colegio, al llegar el mundo se le derrumbó encima.


Su corazón se hacía pedazos con tan sólo ver dicha escena, sus ojos amatistas comenzaron a aguadarse.


Yusei le había dado un ramo de rosas a Aki, mientras este estaba arrodillado, era más que obvio lo que pretendía pedirle.


- No... - Murmuró la chica agachando su cabeza, mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas mojándolas.- ¡¿Por qué?! - Levantó su vista para encarar a su "novio" no sin antes proporcionarle una bofetada, que seguro le dejaría marca. - ¡¿Por qué Yusei, por qué!?


El apartó la vista ocultando sus ojos por su copete.


- Yo te diré la razón cariño, el y yo éramos novios en Tokyo. Pero el se mudó a esta ciudad hace dos años, prometimos volver a vernos y... míranos aquí. - Sonrió triunfante.- Lo que nunca creí, es que se haya conseguido una diversión como tú, siendo tan idiota y tan nerd. Tú sólo te entrometiste en nuestra relación.


Se escucharon abucheos por parte de los alumnos del colegio.


Yugi abrió sus ojos dejando escapar más lágrimas de sus ojos mirando a Yusei. - ¿Eso es cierto? - Al ver que no recibía respuesta, decidió gritarle con toda sus fuerzas.- ¡Contéstame, eres un poco hombre!


De pronto, sintió como era empujada al suelo por la persona menos inesperada para ella, su novio, no, su ex. La había empujado al suelo, mientras su mirada se tornaba escalofriante.


- Claro que es cierto, ¿en verdad creíste que me había enamorado de ti? - Río con ironía.- Sí que eres patética, sólo te utilice como mi juguete en lo que llegaba mi verdadera novia. - Habló el pelinegro rodeando a Aki de la cintura, mientras apuntaba con su dedo índice a Yugi.- ¡Tú no eres más que una maldita zorra!


Crack.


En ese momento su corazón se había roto en miles de pedacitos, todos los mo¡entos que habían pasado juntos... los besos, las risas, todo.


Había sido una vil y asquerosa mentira, sólo había sido su juguete.


Le dolía en lo más profundo de su corazón, no daba crédito a lo que estaba pasando.


- ¡Escuchen todos! - Gritó Aki, llamando la atención de los individuos que estaban ahí presenciando dicho acto, y quienes se burlaban de la chica.- Ella ya no es Yugi Muto, ahora es la zorrita.


Todos inmediato empezaron a reír, abuchear y a ponerle sobrenombres a la tricolor quien sólo seguía llorando en silencio.


- ¡Eres una patética!


- ¡Zorra!


Yugi se levantó del suelo mirando a todos, tratando de ser fuerte.


- ¡Basta, yo no hice nada! - Se defendió, tratado de no verse invulnerable.


Aki nuevamente empujó a la chica al suelo.- Eres tan patética, miren todos ¡Yugi la zorra patética!


Yugi se levantó tratando de escapar de l multitud, pero le impidieron el paso.


- ¡¡Déjenme en paz!!


Gritó golpeando a un chico y así escapar, lo cual dio resultado y empezó a correr con todas sus fuerzas lejos de ahí. Nuevamente las lágrimas se apoderaron de ella.


Sucia, traicionada, utilizada.


Eran las tres palabras que lograban identificar su estado de ánimo en estos momentos.


El cielo estaba claramente nublado, dando señal de que llovería y así fue.


Las gotas de lluvia comenzaron a resonar por toda la ciudad, dando a la huida de muchas personas para refugiarse.


Excepto una chica tricolor, quien seguía corriendo a toda velocidad. Nadie se daba cuenta si lloraba o sólo era la lluvia.


Pero en realidad, eran sus lágrimas quienes estaban siendo sustituidas por las gotas de lluvia, limpiándolas.


No se fijo por donde iba, al dar la vuelta por una esquina, sintió como chocaba con alguien ocasionando que su paraguas cayera.


Ella estaba por caer, pero la persona la tomó de la mano antes que se mojase.


- Lo siento. - Habló entrecortadamente la chica, nublada por sus ojos lloros. Así que no distinguió a la persona.


- Dime ¿te encuentras bien? - Habló una voz ronca, llevaba un abrigo encima, un gorro y unos lentes de sol. Este al percatarse que la chica estaba llorando, tomó el paraguas para cubrirlo a los dos.


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Los dos se encontraban ahora mismo en el parque, bajo un árbol. Yugi, por alguna razón estaba con ese sujeto extraño y desconocido, pero por su voz no sintió que fuera mala persona.


- Creo que al preguntarte que pasó ¿empeore más las cosas no? - Preguntó aquel chico, Yugi negó con la cabeza.- Entiendo. Sólo quiero que sepas, que sea cual sea tu situación, debes ser fuerte. No importa lo que pase, las princesas nunca lloran ¿entendido?


El chico limpió la ultima lagrima que estaba por salir del ojo de la chica, ella al sentir su toque sintió algo cálido dentro de ella, sonrió mirando aquel chico, quien todavía no se quitaba sus ropas extrañas.


- Lamento causarle tantas molestias. - Inclinó su cabeza a modo de disculpa, el como agradecimiento le revolvió un poco el cabello riendo suavemente.


-No te preocupes, bueno, adiós. - Dijo dándose la vuelta, pero no sin antes decirle algo a la tricolor.- Recuerda, una mujer nunca debe llorar, mucho menos por un hombre que no te merece. - Dicho esto abrió su paraguas y retirarse de ahí.


- ¡Muchas gracias! - Exclamó la chica, la verdad es que el tipo había sido muy amable con ella. Algo brillante llamó su atención, una especie de medallón.


Ella lo tomó, era rectangular y unas iniciales grabadas en ella. No logró distinguir bien, pero juraría que había una "A" grabada, las demás estaban borradas.


Ella, al ver que era de oro quiso devolvérselo, quizá sería importante. - ¡Oye, se te cayó esto..! - Pero era demasiado tarde, no había rastro alguno de él, suspiro decepcionada.- Lo cuidaré, hasta el día en que te vuelva a ver...


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Notas finales:

¿Quienes odian a Yusei y Aki?


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