Yugi se quedó toda la tarde consolando a Yami hasta que el se quedó sumamente dormido en sus brazos ya que estaban acostados en la cama del mayor. Yugi acarició sus cabellos besando la frente del mismo levantándose cuidadosamente de la cama y entrando a su habitación.
Ahora tenía que pedirle los trabajos a Ryu, habían pasado horas que dejo a un lado las clases para estar con Yami, aún seguía incrédula por lo que le reveló sobre su padre.
A simple vista se veía un hombre amable y respetuoso, pero al darse cuenta de lo que dijo su novio sobre su propio padre, sentía escalofríos.
─ ¿Cómo es posible que su padre haya sido capaz de hacer eso? ─ Murmuró tomando su mochila saliendo silenciosamente de la habitación rumbo a la habitación de su amigo Ryu.
En todo el camino no dejaba de pensar el porque Yusei estaba justamente en este Internado, donde precisamente estaba ella estudiando.
¿Y si se dio cuenta?
¿Y si alguien se lo dijo?
No, imposible. Nadie a excepción de Yami sabía su secreto y confiaba plenamente en el que no diría nada a nadie.
Camino hasta llegar a la habitación de Ryu, toco dos veces la puerta esperando respuesta del otro lado.
Pero no oía respuesta por parte de su amigo. ─ Que raro... ¿estará oyendo música? ─ Pensó unos segundos, hasta que se armo de valor y entrar a la alcoba. Encontrándose con una imagen algo... rara y que definitivamente la sorprendió al máximo.
─ Yu...Yugi-kun... ─ Murmuró su amigo, supuestamente. ─ No es lo que parece... ─ Tartamudeo apenas en un hilo de voz.
Mientras que otra cabellera blanca un tanto parecida a la de su amigo, estaba al frente acorralando a Ryu con ambas manos. Se giró mirándolo con una mirada sombría entrecerrando los ojos.
─ Largo, niño.
─ Y-yo... no quise.. ¡Lo siento!
─ Yugi-kun ¡Espera!
Pero era demasiado tarde, ya había salido de la habitación azotando la puerta dejando caer sus útiles al suelo.
No es posible... ¡Ryu, es... una chica también!
Se repetía una y otra vez mientras corría lejos de las habitaciones sin fijarse por donde iba. No estaba para nada asustada, estaba aun sorprendida. En una especie de shock, creía que ella era la única chica infiltrada en este Internado de hombres, pero al parecer no.
Ella estaba ahí apenas cubierta con un sostén y su pantalón del colegio siendo carcomida por la mirada pícara de Bakura.
Uno de sus amigos, o amiga de ahora en adelante tenía el mismo secreto que ella.
Y al parecer, su compañero de cuarto era Bakura.
Según los rumores que se merodeaban en el Internado el era un chico demasiado pesado con todos, incluso era un chico demasiado entrometido.
Ahora que lo pensaba había hecho mal en dejarla sola ahí con ese tipo, pero había algo que no concordaba.
Al momento de entrar en la habitación y ver a su amiga, pudo notar que no ponía oposición alguna ante el trato de Bakura, incluso recordó haber visto un sonrojo en las mejillas de Ryu.
¡Pero seguía preocupada! ese tipo podría violarla en su estado físico.
─ ¿Qué hago? no puedo llamar a alguien y pedirle ayuda para salvar a Ryu, eso la perjudicaría ¿Qué hago? ─ Se preguntó con una enorme preocupación, sin darse cuenta había llegado a la fuente del Internado, éste brillaba mientras el agua caía en chorros.
─ Yugi-kun. ─ Murmuró Ryu atrás suyo, tenía puesto un suéter rojo un poco holgado.
─ ¡Ryu! ¿Estas bien? ¿Bakura no te hizo algo? sí es así puedo ayudarte...
Pero fue interrumpida por la albina
─ Yugi, tranquila él no me hizo nada. ─ Río con suavidad notando la exaltación de la tricolor.
─ Menos mal... ─ Al darse cuenta de como la llamó la vio a la cara. ─ espera, ¿me dijiste ella? ─ Preguntó curiosa, pero sumamente nerviosa.
─ Sí. ─ Sonrió ampliamente, pero luego cambio su semblante por uno preocupado. ─ Oh ¿Es que acaso tu no eres una chica...?
Preguntó con temor dando dos pasos hacía atrás, pero Yugi dio un paso adelante. Miró hacia los dos lados asegurándose que no hubiera nadie. Al comprobarlo, inhalo aire y luego lo expulsó para tomar valor.
No entendía el porque sentirse nerviosa, si de todas formas Ryu era del mismo sexo que ella ¿Por qué temer?
Quizá era todavía un temor de su pasado y que le volviesen a fallar como hace un año, aunque podía ver en los ojos de Ryu que era de total confianza.
─ Ven, vamos a la colina y ahí aclaramos todo ─ Ryu asintió siendo guiada por Yugi.
Ya era costumbre suya venir a este sitio cuando necesitaba relajarse y aclarar su mente. Cuando llegaron ambas se sentaron recargándose en el árbol que había justo en la colina.
Era ya de noche, y se veían las estrellar alumbrar dicho lugar. Ni siquiera los faros lograban llegar hasta aquí, por esto amaba este lugar Yugi.
Era único.
─ Entonces... ¿Tú porqué estas aquí Yugi? ─ Preguntó después de un largo rato de silencio incómodo.
Yugi se abrazó a si misma, empezaba a hacer mucho frío.
─ Es la mejor escuela a un Nivel Académico increíble ¿Quién no querría estar en esta escuela? ─ Contestó con un gran tono de sarcasmo, que Ryu logró notar, sólo sonrió.
─ Así que por eso estas aquí.
─ También por que... ─ Murmuró elevando sus rodillas a la altura de su barbilla sujetándolas con sus manos. ─ Mamá no tiene dinero suficiente para pagar una escuela Privada, aunque es escritora eso no es suficiente. ─ Respondió casi en un hilo de voz. ─ ni siquiera con la tienda de mi abuelo basta, son muy caras las escuelas hoy en día. Y este Internado no es de paga, aunque sea una escuela de Gobierno aún así es la mejor de todo Domino y de Japón, además que esta escuela es como una ayuda para enviarte a una de las mejores Universidades de Estados Unidos, Harvard.
─ Tienes razón, todos los que llegan ahí tienen el futuro asegurado.
─ Mi sueño es ser una gran Arquitecta, siempre me apasionó dibujar muchos edificios y lugares extraordinarios, además las Matemáticas son como mi adoración, desde que mi papá falleció ese ha sido mi sueño, seguir con su legado.
─ Yugi... lo siento, por lo de tu padre. ─ Puso una mano en el hombro de la tricolor, ella sólo se giró para sonreírle ampliamente.
─ No te preocupes, me he sobrepuesto al dolor. ─ Rascó su nuca quitando el nerviosismo que empezaba a sentirse en sus manos. ─ Por eso decidí entrar aquí y disfrazarme de chico.
─ ¿Sabes? tu y yo tenemos casi los mismos propósitos. ─ Murmuró Ryu viendo hacía arriba, Yugi la vio curiosa.
─ ¿En serio?
─ Sí, aunque no lo creas te envidio mucho Yugi. ─ La tricolor se quedó desconcertada ante la confesión ladeando su cabeza, la albina al notarlo río un poco. ─ Tu tienes al menos a tu madre, los míos murieron cuando yo tenía sólo dos años.
─ No tienes que contarme esto...
─ Quiero hacerlo. ─ Contestó rápidamente antes que terminase. ─ Era el cumpleaños de mamá y mi padre decidió invitarla a una cena romántica en el Restaurante más lujoso de la ciudad, dejándome al cuidado de mi abuela y abuelo. ─ Tomó una bocanada de aire antes de hablar, pues su voz comenzó a quebrarse. ─ Ellos venían pasando en una curva peligrosa, cerca de una acantilado al dar la vuelta un hombre borracho venía a toda velocidad y chocó contra el automóvil de mis padres, perdiendo el equilibro y cayendo de esa acantilado llevándolos... a su muerte.
Ryu no pudo soportarlo más se abalanzó hacía Yugi abrazándolo con fuerza derramando sus lágrimas de su dolor que había estado guardando desde hace varios años.
La tricolor sólo pudo abrazar a su amiga con fuerza, comprendía exactamente su dolor. Sólo que la muerte de su padre fue más trágica y más traumática.
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─ Así que dices que te gusta ¿Aquella chica llamada Yugi Mutou? ─ Habló Seto tecleando en su laptop como si fuera una máquina.
─ Siempre me ha gustado, y no pienso volver a dejarla ir por mi cobardía. ─ Exasperó frustrado lanzando hacía la pared el libro de Química. ─ Sé que cuando me vio hoy sintió miedo, lo sentí al instante que entré al aula.
─ Es lo típico, la traicionaste de la peor manera. ─ Vociferó. ─ Ahora cállate que no me concentro.
─ Mal humorado. ─ Contestó apoyando su barbilla en su mano. ─ Además, es complicado la situación que tengo con Aki, lo hice por el bien de Yugi...
─ Sí sí, para protegerla.
─ Exacto, no sabes lo peligrosa que es.
─ Créeme, conozco a su padre y sé que es capaz de todo. ─ Nuevamente tecleó. ─ Te conviene estar de mi lado, puedo zafarte de esa mujer y así estarás con tu querida ojona.
─ ¡Kaiba! cuida tus palabras. ─ Amenazó apuntándolo con su dedo índice, este lo aparto.
─ Por favor Yusei, sabes que yo tengo otros intereses.
─ Ah sí, olvidé que estas loco por tu propio primo, sí que estas enfermo Kaiba.
Contestó irónico.
─ Mis propósitos con él, son diferentes.
─ ¿Cuáles? ¿Acostarte con él? ─ Preguntó obvio, ganándose un golpe en la quijada.
─ ¡No seas idiota, Fudo! ¡Poder, quiero el maldito poder que el posee al ser el único heredero de la compañía Halakti!
Yusei se levantó limpiando la sangre su labio.
─¿Qué? ¿No era que su padre era el propietario de esta escuela nada más?
─ Sí, pero además mi padre y su padre son hermanos, lo que ocasiona que sus padres le heredaran una empresa a ambos; Kaiba y Halakti, las más poderosas del mundo. El padre de Yami no podía encargarse de la empresa al ser un borracho, por eso mejor decidió encargarse de esta escuela y darle a Yami cuando se casase la empresa y eso sería su sustento para vivir. ─ Sonrió mostrando su dentadura y sus ojos llenos de ambición.─ Y yo quiero ese poder, la empresa Kaiba y la empresa Halakti ¿Te imaginas cuanto poder podría poseer? Todo el mundo estaría en la palma de mi mano, y quiero que tu novia Yugi salga de la vida de Yami, para eso estas tu, la volverás a recuperar.
─ Olvidas un detalle, ella no querrá acercarse a mi sabiendo que soy el hombre que le hizo daño por un año, menos Halakti que está al pendiente de ella como un puto guardaespaldas.
─ Por Yami no te preocupes, de eso me encargo yo.
─ Olvidas otro detalle.
─ ¿La pelirroja? ella no será un obstáculo, ¿Por qué crees que he estado escribiendo todo este rato?
─ No me digas que... ─ Habló en un hilo de voz, suponiendo el plan de Seto.─ No lo creo ¿Acaso tú..?
─ Así es, Akiza Izinski no será un obstáculo en tu vida.
Seto oprimió nuevamente una tecla de su computador, una sonrisa sádica apareció en su rostro cerrando la computadora de golpe. Yusei sintió un escalofrió y un mal sabor en su boca de sólo imaginar lo que habría hecho Seto Kaiba con Aki.
El plan ha dado comienzo, Yugi y Yami están en la mira de Seto y Yusei.