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HIELO por Huitzil

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Notas del capitulo:

:3 si, estoy feliz, mi inspiracion vuelve a cantaros, y como no, con esta hermosa pareja!!!!!! Hola a todas(o) que han llegado hasta aca, me encantan sus reviews, en serio los adoro :3 

Bueno my darlings me retiro los leo abajo ojala les guste tanto como a mi me gusto escribirlo. 

 

Podremos amar mucho a alguien, pero jamás le amaremos tanto como le podremos extrañar, si lo llegamos a perder algún día.

(anonimo)

- ¿Quién es el puerquito?-

Y el chico que le había vertido el refresco fue pateado contra la pared con tal fuerza que incluso Mycroft creyó que lo vio rebotar, cuando levanto la mirada no podía creer de quien se trataba.

OoOoO

*

*

 

QUITO CAPITULO.

*

*

*

 

-Hola hijo, ¿Qué tal estuvo partido?- pregunto una mujer con un delantal blanco y una radiante sonrisa en su rostro cansado, mientras se sostenia su enorme panza de embarazada.

- ¡Hola má! ¡Ganamos!-

Lestrade respondio tomando una pieza de pan y llevándosela directamente a la boca con ferocidad, tenía un hambre de los mil demonios y la devoro con rapidez.

- ¡Tranquila Salamandra, deja algo para los demás! Parece que nunca te damos de comer. - Exclamo su hermana mayor quien lo habia traido a la casa y entraba casi al mismo tiempo que él, llevándose las manos a la cintura.

- Lo lamento pero tengo hambre Roxana, no comi nada en todo el día, además te ayudo a no engordar.-

- ¡Te voy a…

Una chica rubia se acerco a Roxana tomándola de la mano con cariño y sonriéndole cálidamente. Los ojos verdes que poseía esa chica rubia eran realmente indesifrables y por asi decirlo poeticos. Con solo el tacto de su mano pudo impedir que Roxana la hermana mayor de Lestrade por cinco años, comenzara a discutir.

-Dejalo. El duendecillo tiene razón, además es un hombre, come más que las mujeres, debe estar muriéndose de hambre. Mi Johny es igual.-

-Gracias “Harriet”- murmuro Lestrade cruzándose de brazos - siempre eres muy amable, no como otras “brujas” que bajan a las tres de la mañana a comerse la comida, y se quejan de que me coma un simple pan.-

-¡Gregory Lestrade! Ahora si te rompo los dientes – exclamo enojada Roxana alzando un puño al aire, pero antes de que hiciera algo mas su madre embarazada se interpuso entre ellos y fulmino con su mirada “angelical” a su hijo.

- Compórtate y deja de ridiculizar a tu hermana delante de su novia, ya estas grande jovencito.- lo regaño sus madre – además vete a dar un baño antes de cenar, estas todo sucio y yo no te voy alimentar oliendo a tierra.- sugiro mas tranquila al ver los ojitos de perro regañado que su único hijo baron le hacia.

- Es el precio de la victoria ¿verdad campeón?-

-¡Papa!-

Exclamaron todos los presentes entusiasmados. El señor Lestrade se quitó la gabardina gris que traía y se aflojo la corbata evidentemente cansado.

- hola mi amor.- su madre se abrió paso con su enorme panza de seis meses y se acerco para darle un beso en la mejilla a su esposo con mucho cariño – llegas temprano.-

Greg no conocía a una pareja que se quisera tanto como sus padres y deseaba con todo el fervor con el que un niño de 13 años puede desear algo, tener un matrimonio asi de solido y hermoso como el de sus padres.

- Me escape un momento, tengo mucho trabajo; pero hoy se me antojo la comida casera que haces y como no he venido en buenos tres días a verlos, aquí estoy… ¿Cómo esta mi nena? ¿Se ha movido mucho?-

- Como si no hubiera un mañana.-

El padre de Greg abrazo a su esposa con mucho afecto, y acaricio la barriga de esta con el mismo cariño y cuidado que se le da a un objeto sumamente caro y valioso.

–     Es bueno estar en casa, con la familia.-

El hombre le dedico una sonrisa a sus hijos y a su esposa para tomar asiento en la mesa, suspirando fatigado, tomo un pan del sesto y antes de metérselo a la boca miro a una de sus hijas de la mano con su novia, sonrio internamente, pues nunca había visto a una de sus princesas tan felices en el amor - Por cierto Roxi ¿Para cuado la boda? No me la perdería por nada. ¿Sabes querida? pediré mis vacaciones cuando suceda. Estoy seguro que Harriet se vera divina de novia con ese largo vestido y su velo blanco... Lo siento hija a ti no te van los vestidos, lo supe desde que tenias cinco años. Corriendo de aquí para alla, trepando los muebles de la casa y los arboles de los vecinos con tu hermano jugando a Tarzan, mas que Jane parecias un mono con disfraz cuando usabas los bestido y siempre llorabas cuando no te vestia del capitán america, ¿recuerdas esa comida en el trabajo el como lloro hast…

-¡Papá!  Ya no sigas avergonzándome, ¡Mamá dile algo!

- Cielo, deja de poner en ridículo a tu hija, ya estas grande, ya ni por eso te cierras la boca… Qué raro, juraría que esto ya lo había dicho antes…-

La mujer castaña se dirigio a los trastes pensando en su pequeño dejavu. Harriet sonrio y Roxana enrojecio de cólera, pero fue tranquilizada por su novia mientras el cuarto se hundia en risas y bromas. Dos de las hermanas menores de Lestrade bajaron corriendo, vestidas con sus ridículos tutus de bailarinas.

- ¡Papi!

- ¡Muñecas!

Las pequeñas abrazaron a su padre con mucho cariño y se aferraron a su cuello sin intenciones de soltarle.

- Van a matar a su padre niñas.-

Las pequeñas no tenían intención de obedecer o escuchar a su madre y Greg no podia culparlas ya que el también quería abrazar a su padre con el mismo afán solo que no podia hacerlo porque le avergonzaba hacerlo delante de todas esas mujeres.

- ¿Ya saludaron a Harriet?- Pregunto el padre y las niñas se soltaron para dirigirse a la chica rubia y bombardearla de preguntas.

 -¿Donde esta John?, ¿Le diste mi regalo a John?, ¿Le gusto mas mi regalo cierto?, ¿Te mando mis dulces?, ¿Cuando vendra John?….- Las hermanas de Greg hablaban casi a la par y jalaban de los Jeans a la chica rubia.

- Papá…- Greg murmuro, desviando la mirada al suelo al recordar que había perdido la esclava de plata que su padre le había dado y aprovecho el momento de confucion para hablar sobre eso.

El susodicho miro a su hijo con la pieza de pan metida en la boca, no se esperaba que este le hablara y tragando rápidamente quizo contestarle sin embargo solo logro estar ahogándose con ella casi al instante por querer contestarle. Lestrade se tapo la boca antes de comenzar a reir por la imagen tan graciosa de su padre.

- Ay cariño… ya se de donde saco Gregy esa costumbre tan fea de atragantarse con el pan como si nunca comiera en su vida y para colmo, ni siquiera se han lavado las manos. De tal palo tal astilla.- murmuro la mujer acercándole a su esposo un vaso de agua evidentemente preocupada.

Más tranquilo el padre sonrio a su pequeño.

- ¿Que sucede Gregy-boy? ¿Problemas en el paraíso con la novia?-

- ¿Qué? ¡No!

- ¡Greg ya tiene novia! tiene novia y se besan y se tocan…- empezó a cantar ridículamente un de sus hermanas pequeñas bailando con ese tutu mientras que la otra le seguía el cuento.

- ¿Greg tiene novia? ¿Como se llama? ¿Cuantos años tiene? ¿Como es? ¿Es bonita como mamá?- otra hermana que era la que tenia un año menos que el chico bajaba las escaleras con un libro en la mano y una mirada llena de ingenuidad.

- ¡No! No se trata de una chica.- se defendió el peligris.

- Ah… bueno hijo, eso es diferente… Entonces es un chico, no tiene nada de malo, aunque dándote mi humilde punto de opinión a la que debes pedir consejos para conquistarlo es a tu madre, yo solo se de mujeres.-

Lestrade se enrojesio por la vergüenza que estaba pasando con su familia ¿porque sus padres tenían que ser tan liberales?

-       No!!!! Es algo…

-       ¡UN CHICO!- Habia gritado la hermana con el libro con una gran sonrisa en su rostro.

-       ¡No es un chico!

-        Ay dios mio, creo que Roxana y Lestrade cambiaron de gustos de alguna manera.- se quejo la madre llevándose una mano a la mejilla.

-       ¿Qué? ¡No! no es una persona.

-       Ya decía yo que Greg tenia muchas novias… era un intento por ocultar su homosexualidad.- rio con malicia Roxana.

 -¡Perdi la esclava en el partido!- Lestrade se paso una mano por la cabeza al notar como lo ultimo lo había dicho gritando logrando que un silencio se formara alrededor de ellos. Trago saliva nervioso - Es que, perdi la esclava de plata que me regalaste… lo siento se que era importante para ti y yo...-

Su padre miro seriamente a su hijo mientras todas sus hermanas con su madre guardaban silencio.

- Ven Gregory.- Ordeno aquel hombre con su gruesa voz, poniendo nervioso al muchacho quien se acerco preocupado. No era un secreto que aquella pulsera era muy valiosa también para su padre y sabia también que recibiría una larga platica sobre la responsabilidad, estaba pensando en el castigo que le darían cuando sintió como alguien le revolvía el cabello. –No importa hijo, las cosas materiales vienen y van. Discúlpate cuando tus manos se lleven la vida de alguien, o cuando aun pudiendo hacer algo no lo hayas echo. Eres el hombre de esta casa… cuento contigo para todo y eso incluye a tu mamá y a tus hermanas hasta las mas grandes ¿Entendiste?-

Los ojos de Lestrade se abrieron enormemente y sonrio nuevamente antes de abalanzarse a su padre con un abrazo.

- ¡Gracias papá! no te preocupes yo cuidare de mamá y de mis hermanas cuando no estes, te lo juro.-

-Bien, asi me gusta ahora… ve a tomar ese baño, te hace falta… y mucha…-

Todos rieron mientras Greg se sonrojaba y subia corriendo las escaleras para no ser molestado, además… ¡Se moria de hambre!

 ¿Quién diría que lo que hacia sonreir a Lestrade ahora eran los recuerdos de noches como esa? Cuando todo era calma, risas y bromas.

Después de eso el equipo de Lestrade perdió, no llego a semifinales, por si fuera poco a su padre lo cambiaron a otra ciudad por su trabajo de inspector.

Roxana necia ante el rompimiento con su novia y la extrema lejanía termino peleándose con sus padres por esa razón y huyo de casa con Harriet, no sin antes romperle el corazón a su familia. El padre de Lestrade era un hombre simpático, honesto, trabajador y muy positivo y era el mejor policía que Lestrade conocía hasta esa espantosa tarde.

Llego a su casa muy contento como de costumbre, le había costado mucho adaptarse en su otra secundaria, sin emabrgo se la estaba pasando muy bien, había conocido a una linda chica, y los chicos eran muy amables con él. Entro rápidamente para cambiarse cuando escucho un enorme lamento en la concina.

-       ¿Mama?

Su madre se encontraba recargada en la pequeña mesa que tenían dentro y se sostenia la cabeza con la mano, unas gotas resbalaban por sus ojos y caian en la mesa en el otro cuarto se escuchaba que su nueva hermanita estaba llorando, no tenia ni tres meses y la pequeña necesitaba de cuidados…

-       Mamá Ninfe esta llorando… ¿Mamá que tienes?

La mujer no se inmuto y continúo llorando desconsoladamente, no notando a su pequeño hijo que la veía asustado o los ruidos de su hija en la lejanía, esa mujer no oia nada. El chico fue a ver a su hermana Ninfe y la cargo en sus brazos, le cambio el pañal y la arrullo cantándole una dulce canción, pero la niña seguía inquieta, no podía calmarla, algo malo pasaba y de mil escenarios posible Lestrade tenía uno que le martilleaba la cabeza. Cuando la pequeña se durmió.- (intento de dormir) volvió a ir con su mamá, y esta seguía en el mismo lugar sin la nocion del tiempo, como una estatua o decoración de la cocina. Asustado el castaño insistió una tras otra vez para que su madre le contestara, con el mismo resultado, el mismo maldito resultado, el silencio, hasta que en un ataque de nervios Lestrade sacudió a su madre, esperando que el mayor miedo que en su cabeza maquinaba no fuera mas que eso…. Un miedo más.

- ¡Mamá! ¿Qué te pasa?- La señora Lestrade volteo a ver a su hijo saliendo de ese trance, se noto claramente como a la señora castaña le costaba mucho trabajo hablar sin soltar al llanto, se aclaro la garganta y se le llenaron de lagrimas los ojos.

- ¡Oh hijo mio!- se quejo en un llanto desgarrador que ya no pudo aguardar - A caba de venir el sargento... tu papá… Tom… él esta… – La mujer no pudo decir mas pues el nudo en su garganta se lo impidió y no tuvo que hacerlo para que el chico lo desifrara. Lestrade se congelo, sintió como la sangre se le hiba del cuerpo, sintió un amargo sabor de boca, sus manos cayeron a un costado, apretó los dientes con impotencia… No podía ser verdad, no era posible. Ahora si que el viejo la había hecho a lo grande. Lestrade aun no terminaba de procesar la información cuando su madre limpiándose la nariz, sin esperar a que su hijo dijera algo, continuo simplemente para confirmarse a ella misma que no era una mentira - Trato de detener un robo en una tienda y le dispararon por miseros quinientos pesos ¡Dios!, ¿Por qué? ¡Esta muerto! Tu padre esta muerto…-

- ¡No! ¡Callate!- la interrumpio Lestrade.- Me estas mintiendo, deja de mentir.

-¡No estoy mintiendo!

- ¡Si lo haces! El viejo no esta muerto, esta trabajando, él esta en el trabajo y vendrá en la noche.- Lestrade tenia el ceño fruncido y respiraba nerviosamente, a lo lejos su hermana Ninfe se acababa de levantar y comenzaba a llorar, pero eso parecía no importale ya al chico - ¡Papá vendrá! – aseguro aun mas herido.

- Lestrade- la mujer tomo de los hombros a su hijo para calmarlo y este trato de safarse.

- Sueltame, voy a ir a buscarlo ¡El no puede hacernos esto! ¡Simplemente no puede!

- ¡Tu padre esta muerto!-

- Maldita sea ¡Que no!-

- ¡LESTRADE!- la madre de Greg levanto la voz sorprendiendo a su hijo y lo atrajo a su pecho – Esta muerto hijo… no hay error, y no eres al único que le duele.-

- No mamá… papá no pudo morir…- Lestrade abrazo a su madre con todo el cariño que un hijo le puede brindar mientras dejaba salir las lagrimas de sus ojos, se aferro a la blusa de su madre como si fuera su único salvavidas, su única esperanza, su mundo se estaba viniendo abajo y el no sabia como pararlo. – papá no puede estar muerto, no puede…

Esa tarde fue terrible. Sus hermanas lloraron cantaros, se negaban a este hecho al igual que él, incluso una se desmayo cuando se entero. Aun recordaba el funeral, todas las personas habían sido muy amables y en verdad cuando el ataúd de su padre estaba recibiendo el ultimo adiós con un  fuerte aplauzo el tuvo que morderse la lengua para no volver a llorar. La tristeza, el dolor, todo… tan palpable y su mala fortuna no se conformo con eso, tiempo más tarde se entero que no tenían para comer. Su madre no tenía dinero para mantenerlos y ni que pensar en continuar con sus estudios en la secundaria.

Lestrade no era del chico que se quedaba sentando lamentando su suerte; sin premeditarlo más tiempo, se consiguió un trabajo en la ciudad nueva, claro, a su edad, no tenia ganas de cargar pesadas cajas con legumbres mas no tenia alternativa puesto que a su viejo se le había ocurrido sacrificarse sin pensar que tenia una hija de ya tres meses y medio, y seis bocas mas que alimentar. Tal vez el trabjuo le caia mal a su cuerpo y lo resentia pero el dinero le caia de maravilla. Su padre le habia encargado su casa, a su familia y el cumpliría con su papel aunque debiera de sacrificar algunas cosas.

Pasaron buenos tres años, el ya tenia dieciséis y continuaba trabajando de cargador en la tienda comercial. Su apariencia de niño bueno había cambiado totalmente, ya no era aquel chico peinado correctamente con pantalones limpios y camisas fajadas. Ahora parecía más un vago con todas esas perforaciones en el labio, ceja y oidos, ese cigarrillo tras la oreja, esas camisas con logos de grupos de rock y esos jeans rotos. Si… había cambiado del exterior pero continuaba siendo aquel chico dulce que ayudaba a las personas.

-¡Buenos días Lestrade! Madrugando como siempre cariño - Saludo una vieja señora de piel de color al chico.

- Hola señora Gordon, hoy me toca dobletear turnos. ¿Cómo esta su esposo?-

-Borracho como siempre. Oye cielo… ¿es cierto que se van a mudar?

- Volvemos a Londres señora Gordon, mamá enfermó y solamente en Londres están las atenciones para curar su cáncer.-

- Se les va a extrañar tanto, ustedes son una familia tan correcta y sobre todo tú.  Eres un buen niño Greg, dios te ampare y ya no trabajes tanto, dobletear turno te hara mal, ah y ¡Que se recupere pronto tu mami!.-

- Gracias por los deseos señora Gordon. Voy tarde me tengo que ir, ¡hasta pronto!-

Lestrade siguió su camino, menos mal que no le habia dicho a la entrometida señora Gordon que en lugar de dobletear turno iba a triplicar para poder tener un par de centavos mas para comprar los medicamentos de su madre.

OoOoO

Llegaron a Londres por la noche, justamente cuando cumplia diecisiete años ¡Que nostalgia volver a la gran ciudad! Gracias al cielo y a su insistente madre, Lestrade reanudo sus estudios en una secundaria abierta que le permitia trabajar y estudiar, y tan solo perdió un año de escuela. Ahora en Londres quizás podría encontrarse un trabajo mejor y terminar sus estudios en la preparatoria aunque no se podría decir lo mismo de la vivienda. No podían quedarse en su casa de antes por que no tenían el suficiente dinero para vivir en una calle de clase media… ahora tenían que estar en un mediocre departamento, con goteras y en un barrio de la clase pobre, pero aun asi Lestrade se prometio a si mismo no fallarle a su madre ni a sus hermanas y sacarlas adelante.

Obscuridad… tristeza… Lestrade estaba parado en la obscuridad y miraba perplejo a esa llama de fuego rojo que bailaba conteniendo un gran frio en su interior, no sabia como explicarlo, o como es que lo sabia pero ahí estaba parado… esperando a despertar de ese sueño. Desde que habían llegado a Londres había tenido ese extraño sueño, pesadillas y extraños recuerdos constantes de su pasado lo asaltaban, desde la vecina que lloraba cuando era niño, hasta su primer novia, su primer chocolate, el café de la estación Burns, a su padre adicto al café, incluso recordó al niño pelirrojo que ayudo en esa escuela y el nerviosismo que sintió al hablar con él, el como su corazón inquieto bombeaba sangre al cerebro, en esa misma escuela para ricos bastardos donde había perdido la esclava que su padre le regalo…

OoOoOoO

Se levanto, los rayos de sol golpearon directamente su cara y se removio entre las cobijas.

- ¡Greg!-

- Hummmmm….- respondio con pereza a esa voz lejana que le gritaba desde la ventana, ¿Quién osaba a levantarle en una mañana como esta? cuando de la nada Lestrade abrio los ojos enormemente al darse cuenta de la hora.

-¡Joder, Se me ha hecho tarde!- exclamo levantándose de un golpe de la cama, empezo a caminar y gritar por todos lados, mientras se lavaba los dientes trataba de peinarse y mientras trataba de peinarse comenzaba a arreglar sus cosas y mientras arreglaba sus cosas se ponía zapatos.

- ¡Gregory!

- ¡Ya voy!

Un chico rubio y sonrisa tranquila esperaba en el recibidor a Lestrade, tenia los ojos mas azules que Lestrade había mirado, tan llenos de vida y estaba seguro que Jean quería con él, aun que jamas lo admitiera abiertamente. Se detuvo cuando escucho que “ese” amigo hablaba con su hermana.

- Feliz cumpleaños Jean.-

Jean Lestrade se había sonrojado y bajado la mirada antes de agradecer. Lestrade había mirado como la chica pensaba en comenzar una platica y antes de otra cosa, como su deber, Lestrade tomo todas su fuerza de voluntad.- (bueno… si era un poco celoso, pero solo era para cuidarlas)  asi que hizo lo que cualquier hermano preocupado y prudente haría. Interrumpir.

-Gracias por no levantarme.- dijo fingiendose mal humorado

- estuve gritándote por casi una hora, no es mi culpa que en tu otra vida hayas sido un huron dormilon.-

Lestrade le golpeo el brazo a su amigo sin mucha fuerza y empezó a reírse.

- Ya vámonos. Cuida la casa y a mamá Jean, no olvides pasar por…

- Ya vete Greg, yo se mis obligaciones.- contesto su hermana empujando a su molesto hermano.

- Hasta al rato.- dijo Lestrade tomando sus cosas, saliendo  junto a su amigo corriendo.

- Si que eres  muy protector con tus hermanas, eres un good-boy.-

Dijo el chico rubio corriendo tras el peligris, se habían hecho amigos prácticamente desde que la familia de Lestrade llego de nuevo a Londres y trabajaban juntos en el mismo lugar de “mensajeros”

- Gracias Steven.- respondio enseguida.

- El jefe nos va a matar, trae a sus muchachos hoy de mal humor.-

Lestrade sonrio y respondio como de costumbre con un “no pasa nada” para continuar corriendo, ¿Quién diría que Lestrade se hiciera amigo de Steven Gerard? ¡Si! Ese mismo Steven Gerard al que le dio una paliza en la cancha de futbol y vestidores… Bueno que al principio si que le había regañado por haber tratado de asfixiar a un niño, y valla que le reprendio por su coducta depredadora pero, Gerard solo era un muchacho con problemas, como todos los demás y Lestrade cuando lo vio en esas calles, tirado y lleno de lodo, no dudo en ayudarlo. Al parecer su familia había descubierto que Gerard era gay, no sabia muy bien la historia puesto que se habían utilizado varias redes sociales para informar a los demás, con fotos y videos de él viendo videos porno gay, tocándose en la escuela, acosando chicos y claro, después de ser la burla de todos y de haber sido expulsado de la misma por sus faltasn, no quedo de mas, su padre machista lo corrió de su casa. Gerard no tenia muchas cosas, por asi decirlo no tenia nada, era como un perro salvaje y a Lestrade no lo pensó dos veces para ayudarlo, alcabo ya había pagado por sus faltas con la sociedad y merecia una segunda oportunidad ya que, Todos merecemos una segunda oportunidad. Ademas gracias a Gerrard había conseguido una linda novia y un buen trabajo de mensajero de narcotraficantes, no es que se sintiera orgulloso por ello, pero cuando menos pagaban mas y trabajaba menos. No soportaba a esas personas pero tampoco se entrometia con ellas pues por el momento eran las que le daban dinero y tiempo para estar con su madre e internamente eso Greg lo agradecia.

- Llegan tarde. Ustedes no aprenderán hasta que les corten las pelotas y se las cuelguen en la cabeza.- gruño un hombre alto cuidando una puerta de metal en un desván.

- Es mi culpa Raul, es que…-

- No me importan tus escusas huron,  el trabajo ¿Lo hicieron?-

Gerrard le entrego un sobre al sujeto y Lestrade por igual, el hombre reviso el interior de cada sobre, los guardo y les entrego sus pagas a cada uno, no era mucho pero cada uno estaba conforme con eso.

- El jefe los espera a dentro.- dijo el hombre cuando esos dos chicos se disponían a irse.

Lestrade cerro la boca y se dirigio junto a su amigo hacia el interior de la bodega. Ambos escucharon claramente los gritos de un hombre y no pensaron en correr para ver que pasaba. El “jefe” golpeaba a un sujeto fuertemente, parecía que ya tenia las costillas rotas, el brazo destrozado, su rostro no parecía humano por tantas magulladuras. Alrededor del hombre se había formado un gran charco de sangre.

Steven miro horrorizado la escena sin poderse mover iba a darse la vuelta y hacer lo que cualquier otro chico normal haría, irse sin hacer ruido, sin embargo…

-¡Suficiente!- grito Lestrade acercándose al “jefe” con rapidez, Steven quizo detenerlo mas no fue lo suficientemente rápido como para reaccionar - ¡Detengase!-

Lestrade era como su padre un cabezota sin remedio y aunque su vida era una mierda.- (tanto que trabajaba para las personas equivocadas) jamas había visto tal muestra de brutalidad e inhumanidad en una sola persona. No permitiría que los derechos humanos de ese hombre que estaba tirado fueran ultrajados de esa manera. Se acerco y detuvo con su antebrazo el golpe con el tubo que su “jefe” iba a lanzar al sujeto moribundo.

-  Suficiente.-

-       ¿Pero quien cojones eres? Maldita rata.- el “jefe” quien era un hombre robusto y gordo, de piel blanca y cabeza rapada. Tomo el tubo con mas fuerzas mirando al chico que tenia enfrente. Lo reconocia, era el chiquillo de los “mandados” pero no entendia que hacia ahí o porque le hablaba de esa forma, por instinto y por la frustración que tenia y, para demostrar su poderío, sin meditarlo mucho tiempo le dio un rodillaso en el estomago al muchacho que lo dejo sin aire. Lo empujo tirándolo al suelo.

Lestrade comenzó a toser, menos mal que no había desayunado.- (mala costumbre) por que sino estuviera regresando todo, vio con pesar como el sujeto alto iba a proseguir con su tarea. Temblando y resistiéndose al dolor lo jalo del pantalon, revolcándose de dolor aun en suelo y sin soltarse con la otra mano el estomago.

-        Dije que es… suficiente, d-dejelo en paz.-

Ordeno desafiando al hombre con la mirada, y con un hilo de saliva en la comisura de su boca y antes de cualquier cosa Gerrard intervino cuando vio que el “jefe” estaba dispuesto a propinarle una buena paliza a su amigo.

-       ¡Tio! – grito el rubio – No le hagas nada por favor, el solo – el “jefe” se giro para donde estaba Gerrard y le propino un buen puñetazo en el rostro rompiéndole la nariz y tirándolo al suelo.

-       Aquí no soy tu tio.- dijo tirando el tubo – ¡Saquen a estos niños de aquí! Pero ¡Rapido! Llevenselos a la celda de castigo y denles una lección.-

Los subordinados de aquel hombre obedecieron rápidamente, llevaron a los dos adolecentes a una celda a rrastras y los dejaron caer al suelo como si de animales se tratasen.

-       De espaldas.-

Ordeno uno de ellos, No era la primera vez que Lestrade era castigado por una falta en aquel lugar, asi que temblando y con dificultad se puso de pie. No era necesario ni chitar en estos momentos porque tanto como Steven y él lo sabían, eso solo los enojaba más.

Fueron diez dolorosos latigazos sobre la espalda que tuvieron que aguantar. Lestrade no se arrepentia de haber hecho lo que hizo de lo único de lo que se arrepentia era el no haber podido ayudar al hombre e involucrar a su amigo en esto.

Cayo la tarde y los dejaron.- (abandonaron) en el puerto de la ciudad.

-       Eres un idiota Lestrade.-

Murmuro Steven con la voz quebrada sin poderse mover del lugar donde los habían aventado.

-       Tú eres aun más idiota. Pudiste no hacer nada y aun asi…

-       Te debo mucho Gregory, era lo menos que podía hacer, pero eso no quita que seas un idiota, un loco idiota, masoquista, hijo de perra.-

Lestrade miro el cielo azul de la tarde más tranquilo, mientras soltaba una gran carcajada.

- cuidado porque de quien estas hablando es mi madre y ella no es una perra.-

- No. Tu eres adoptado Greg, solo que tu familia no te lo quiere decir.- bromeo el rubio tratando de incorporarse – No lo vuelvas hacer, mi tio no hizo nada por el momento, pero no dudes que ganas no le faltaron.-

- Lo siento, es que…

- No me importa cuantas veces me tengan que apalear por tu culpa, sin emabrago Lestrade… si te pasara algo mas, es decir, fuiste el único que me acepto cuando nadie mas lo hizo, incluso cuando te enteraste de mis preferencias sexuales, no te importo, ni siquiera te molesto.

- ¿Por que tendría que molestarme?

- Por que a todos los demás les molesto, pero ese no es punto quiero que me hagas un favor…

Lestrade se sento para ver directamente a los ojos Steven, sabia que su amigo nunca le pedia algo y mucho menos algo, todo lo contrario, era él, el mismísimo Lestrade quien se la pasaba pidiéndole favores a todas horas.

- Esta bien lo que quieras- Contesto Greg después de un rato de silencio.

- Quiero que escojas mas sabiamente tus peleas – Lestrade en seguida puso su cara de Poker, esa cara graciosa que hacia cuando no entendia nada – Se que eres un defensor de los débiles, pero recuerda que eres humano, que te puede pasar algo. Desde ahora quiero que me prometas que no te entrometeras en una pelea que no puedas ganar.-

Greg se quedo perplejo, no podia prometer algo asi, porque bueno… ¡Dios! ¡Era el!, El no pensaba en meterse en problemas, solamente se metia y ya. Sin embargo estando a punto de decirle a Steven que “no” miro en esos ojos la preocupación que los embargaba y con mucho pesar respondio.

- Esta bien te prometo que me pensare dos veces antes de meterme en un buen lio; pero no te prometo no meterme.-

Con gran satisfacción el rubio sonrio victorioso.

- Eso es mas de lo que esperaba oir de ti y me basta para que te cuides un poco mas.-

Se quedaron en silencio, tratando de recuperar el aliento, hoy si que les había tocado sufrir por igual y como dolían los castigos y mas si eston venían con un latigo incluido.

- aun no le compro su pastel a Jean.- murmuro Greg, tratando de ignorar el dolor de su espalda, parecía que cada herida le palpitaba y era como si tuviera hierro hirviendo en esta.

-       Se hace tarde, no creo que alcances a comprar un buen pastel… puedo prestarte mi moto, pero tendras que cuidarla como tu vida misma y por su puesto curar mis heridas primero.-

-       Como siempre Steven, será un placer.- respondio Lestrade dibujando una gran sonrisa en su rostro.

OoOoOoO

Ahora con un par de calmantes, un par de muchos cigarrillos ambos chicos se sentían mejor. Al parecer ya se estaban volviendo expertos en soportar el dolor y en curar heridas como las que les infringían en el trabajo sin recurrir a un doctor. Steven aprovecho para decirle a Lestrade que el también quería darle algo a Jean pero que buscaría por su cuenta, eso si, no se marcho hasta recomendarle a su amigo una pastelería que conocía en donde hacían unos pasteles deliciosos. Por su antigua casa, en el barrio de los ricos y acomodados por ahí se cocinaban “los pasteles de los dioses” Recordo Lestrade montado en la moto dirigiéndose a la dirección que le había brindado Steven.

-       Avenida Strom 1338, 1338, debe estar por… ¡ahí esta!-

 Lestrade desendio de la moto y encuanto entro a la tienda se sientio tan fuera de lugar, todo en ese lugar valia mas de lo que podría tener en toda su vida, era pequeño, pero exageradamente lujoso. La encargada lo miro con ojos de terror y las personas le rehuían como si fuera algún vagabundo con la peste bubónica u algo asi.

- Buenas tardes señora, quiero un pastel.-

La señora del mostrador fruncio un poco el ceño.

- Son muy caros, no creo que te puedas costear uno, aunque… No muy lejos de aquí hay otra pastelería y...

- No. No he preguntado el precio y la verdad no me importa, solo quiero que me de un pastel, el mas rico de todos por favor.- Lestrade sonrio y se llevo inseguro las manos a su chamarra negra.

- Bueno, tengo este que…

- Es para una niña, va hacer su cumpleaños.- interrumpio Lestrade al ver que la señora del mostrador quería enseñarle uno de esos pasteles grandes de boda o ¿seria que las fiestas infantiles eran tan exageradas con los ricos? Ese pastel era enorme, y el solo quería algo pequeño y humilde, algo asi como un pequeño pastel – Solo un pastel rico como, ¡Como ese! - El joven vio un pastel de cubierta blanca y chocolate rayado en la superficie adornado por fresas, de solo verlo se le hizo la boca agua.

- ¿Estas seguro que tienes el dinero para pagarme?-

Lestrade le sonrio a la mujer, levanto las cejas y se recargo en el mostrador.

- Pruebeme.-

¡Al fin salía de esa tienda! Y ¡el bendito pastel! Le había salido carísimo, ¡No debio de haberle dicho a la señora “pruébeme” ¡hasta parecía que le había aumentado un cero de mas a su cuenta! cuando se entero del precio creyo que era sobre exagerado, es decir…. Si estas personas pagaban tanto por un pastel, ¿Cuánto no pagarían por un lujo más tentador? Ricos bastardos, mas les valia que verdaderamente ese maldito pastel supiera a gloria porque sino… habría sido un desperdicio de dinero. Aunque… por otro lado si el pastel estaba tan rico bien valia comprar hasta tres para su hermana. Seguramente estaría muy contenta al verlo llegar y se sentarían en la mesa juanto a su madre y hermanas apagarían las velas y cenarían con un buen vaso de leche contando viejas historias.

Caminaba feliz de la vida, si… hoy era uno de esos buenos días que empiezan mal pero que extrañamente terminan bi…. Lestrade desvio la mirada un grupo de chicos de su edad se reian a carcajadas “¿Pero que es tan gracioso?” curioso el castaño se acerco para ver mejor. Las personas que por ahí transitaban solo desviaban la mirada de lo que a Lestrade le parecía una infamia, un abuso de poder.

En medio de ese grupo de niños había uno dándole la espalda, de cabellos rojizos, piel palida y cuerpo rechoncho, lo sentía algo asi como un dejavu ya que ese niño se le hacia un poco familiar.

 Los chicos que seguramente no eran más grandes que él, se burlaban del chico obeso como si fuera lo más normal del mundo. Todos portando el mismo uniforme, todos con ese aire de superioridad.

Lestrade apretó la bolsa donde estaba el pastel indignado, iba a detener lo que estaban haciendo pero en automatico recordó la promesa que le había hecho a su amigo hace no mas de un par de horas. Se giro para ignorar aquella pelea, no quería más problemas de los que ya tenia. Comenzó a caminar en dirección a su moto, no estaba muy lejos algo asi mas o menos de unos seis metros de distancia; ademas si las personas podían hacer como si nada al ver como una bola de montoneros agredían a un niño seguramente para Lestrade seria mas sencillo, era lo correcto, es lo que toda persona normal haría, ¡si! ¡Gerard estaría orgulloso por su sabia decisión! Tendría que contárselo, recibiría una labanza, esta haciendo lo que era mejor para él, su fuerza de voluntad era inquebrantable, solida y fuerte como el hacero, entonces… ¿Por qué en lugar de ir a la moto estaba caminando en dirección a su muerte sugura? “valla voluntad la mia”- Penso Lestrade suspirando.

Escucho claramente como uno de ellos hablaba - Que bien te vez puerquito.-  todos comenzaron a reírse, entre mas se acerco Greg vio como el chico pelirrojo estaba bañado de refresco y lo que lo hizo enojar mas fueron aquellas risas sonoras. ¡Esos niños si que necesitaba una buena paliza! Por mero instinto y al ver que eran básicamente seis contra uno y que se armaria una buena pelea.- (Como a las muchas en las que ya había participado) se acerco al actor del “gracioso” chiste y le propino una patada en el trasero tan fuerte que el pequeño diablo reboto con la pared.

- ¿Quién es el puerquito?-

Pregunto con una sonrisa salvaje en el rostro, mirando la sorpresa de cada uno de los presentes – ¿A caso seras tu? Aunque pareces mas a una rata que a otra cosa – dijo mirando fijamente al chico mas próximo al pelirrojo.

De la nada Gregory Lestrade cruzo mirada con el chico al cual estaban molestando y se quedo un momento en blanco, no recordaba haber visto a ese niño pero aquella mirada le dejo congelado, era fría y llena de odio. Todo su cuerpo se estremecio al sentirse analizado por los ojos azules mas hermosos que en su vida jamas había visto ¿o si?....

Notas finales:

¡Que tal? bueno si que lo he hecho mas largo que ningun otro cap. supongo, ademas, Steven amigo de Letsrade! la que se va armar! :v ojala Mycroft no sea celoso, digo el gobierno britanico, que diga futuro gobierno britanico debe aprender a controlar sus sentimientos. Me mato matar al papá de Greg, me caia muy bien :v 

- que pasara despues?

- tu escribiste esto!

- que nervios!!!

- que?

- dios, ojala no tarde en actualizar.

- pero...

- voy a ir a amenzarme a mi misma para actualizar pronto

- . . .

- gracias por leer!!!!!!!!!!!!! 


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