...Confesarse en una rueda de la fortuna.
Nichkhun y Wooyoung jamás pensaron que había algo más aburrido que la película de los miserables. Sus opiniones cambiaron al ver a niños correr de lado a lado vestidos todos con disfraces tan comunes (no que Alex fuera la excepción, habían 5 vaqueros comiendo dulces frente a ellos) y haciendo ruido como si desearan dejar sordos a todos los adultos presentes. Era increíble el simplemente optar con ver de nuevo a Huge Jackman cantar, al menos él era todo un espectáculo para la vista.
-Esa señora parece que se quedó en los 70’s- Nichkhun le señaló al coreano una mujer en sus treinta con un leguins rosa y una camisa azul que parecía sacada de un viejo video de Madonna. Con la necesidad de hacer algo para no comenzar a golpearse la cabeza, decidieron pasar el tiempo viendo a los padres conversar entre ellos, incapaces de sentir atracción alguna para socializar sin alcohol, prefirieron quedarse solos en una esquina. El problema surgió cuando se dieron cuenta que lo que ellos hacían por gusto y obligación para seguir viviendo vestidos con buen gusto, Alex lo hacía porque sus compañeros lo ignoraban sin arrepentimiento.
La gota que derramo su paciencia fue cuando empujaron al niño después de que la maestra los había llamado para tomar un trozo de pastel y la porción de este se había caído sobre el disfraz.
-Lamento lo sucedido- Un hombre de unos cuarenta años se les acercó –Manuel ama el dulce y no debió darse cuenta que su hijo estaba en la fila.
Wooyoung miró fijamente al sujeto; cabello oscuro, camiseta polo, pantalones costosos y gafas de sol. Uno de esos trabajadores de clase media-alta que siempre iban a embriagarse y buscar amantes en los bares -¿Por qué se está disculpando?- Nichkhun bajó su vaso con soda, sonriendo hacia el padre de familia -¿No debería ser su hijo quien se disculpe con Alex? Él fue quien se quedó sin torta por su culpa.
El padre tragó saliva –Es un niño no sabía lo que hacía.
-Yo estoy seguro que estos mocosos no son tan estúpidos como parecen. Me bastó con verlos esconder el sombrero de Alex mientras contaba cuando “jugaban” a las escondidas.
Nichkhun tomó el brazo de Wooyoung señalando a Alex que los miraba con crema sobre su ropa.
-¿Está todo bien?- La señorita Ferrer se acercó al trio que estaba demasiado tenso.
-Si- Nichkhun se apresuró a hablar antes de que el otro formará un escándalo –pero tenemos que irnos, le prometimos a Alex que lo llevaríamos a un parque.
¿Un parque?- Alex preguntó totalmente sorprendido.
Wooyoung sonrió –Si, era una sorpresa. Ese disfraz fue bastante difícil de conseguir como para solo mostrarlo en este lugar- despidiéndose de la profesora el coreano tomó la mano de Alex y los tres salieron de la escuela.
-Mentir está mal- Alex soltó la mano de Wooyoung en cuanto salieron, el joven miro al niño y sonrió-¿Quién dijo que estábamos mintiendo?
Nichkhun había aprendido dos cosas ese día, una que Wooyoung era un ser de cuidado cuando se metían con lo suyo y otro que su límite eran tres montañas rusas (Todas escogidas exclusivamente por el coreano para él, ya que Alex era muy pequeño para montar.) La dicha del diseñador no disminuyó cuando lo vió salir del baño tras dejar en el retrete todos los dulces que había comido en la escuela –Ya me cansé, el próximo lo escoge Alex- el pequeño por su parte, parecía estar en el paraíso comiendo un algodón de azúcar mientras miraba confundido a los dos jóvenes.
-Alex- Wooyoung llamó al niño que dejo caer su algodón del susto -¿Por qué lo tiraste?- el joven parecía confundido con la acción del pequeño. Alex recogió el algodón.
-¿Qué crees que vas a hacer? ¿Comer eso?- Nichkhun le preguntó viendo como la tez del niño empalidecía –Si no quieres podías haberlo dicho, aunque no comiste mucho antes ¿Estas bien?
Alex asintió rápidamente y fue a tirar el algodón de azúcar con tristeza. Wooyoung olvidó lo que iba a decir y le preguntó al niño a donde quería ir, sonriendo con malicia al ver la mirada de pánico que Nichkhun le daba.
-La rueda- Alex respondió con voz queda.
-¿La rueda de la fortuna?- Nichkhun hizo un grito de victoria y felicitó al pequeño por su elección
–Solo eres un gallina Horvejkul- Wooyoung le extendió la mano a Alex –Tienes suerte de que el vaquero se haya dado cuenta de eso.
La rueda de la fortuna que tenía el parque no era tan grande como la de Chicago o la de Japón (que había visitado en su juventud) pero era lo bastante alta y acogedora para disfrutar del paseo. Wooyoung no era una persona de parqués o paseos familiares, le impresionó ver como Alex era tratado como si tuviera algún tipo de enfermedad contagiosa por esos otros mocosos y recordó que él había hecho algo parecido. Era ilógico el número de disculpas que le debía a ese niño.
-Esto es muy cliché- Nichkhun comentó mirando hacia el horizonte.
Wooyoung sonrió con ironía -Es cliché si lo haces para tener se… para besar a alguien- Alex los observó con curiosidad –Si algún día tienes novia, tráela a este lugar y te confiesas. Nada mejor que un cliché como estos- el coreano le dijo a Alex que encogió sus hombros.
-Las niñas son aburridas.
Los dos jóvenes rieron al unísono y luego se calmaron al notar que Alex apartaba su mirada de ellos –Mira Alex- Nichkhun le habló tratando de parecer serio –Más adelante te darás cuenta que eso no es cierto.
Wooyoung lo golpeó –Ese es el concejo más aburrido que he escuchado..
-¡Cállate! Tú le dijiste que debía confesarse con un cliché, pensé que eras alguien más creativo.
Los dos jóvenes siguieron su discusión ante el asombro de Alex que jamás los había visto hablar sin insultarse el uno al otro.
-Este juego es solo para menores de diez años- Nichkhun le dijo al pequeño que estaba a punto de llorar.
Wooyoung se arrodilló ante él –Si no quieres subir, no lo hagas. De todas formas el sentir que vuelas un avión… y subir y bajar… parece demasiado aburrido- Nichkhun le dio una patada al ver que no ayudaba.
Alex tragó saliva y vio el juego que era una clase de rueda con aviones -¿Ustedes van a estar?
-Abajo, si- Nichkhun lo tranquilizó –Puedes saludarnos cada vez que nos veas.
-o hacer una mueca, todo es válido en el aire- las palabras de Wooyoung hicieron reír al pequeño.
-¿Lo prometen?
Los dos jóvenes le sonrieron –Si, pero si no montas ahora, no lo harás nunca.
Alex se apresuró a seguir al joven encargado del juego y se montó en un avión morado. Los dos jóvenes siguieron con atención que el niño tuviera todas las medidas de seguridad y no pudieron evitar la felicidad que sintieron al ver a Alex sostener el manubrio con fuerza mientras era elevado.
-Nunca había subido en estos aparatos- Wooyoung dijo mientras saludaba a Alex con una mueca.
Nichkhun desvió la mirada del juego por unos instantes -¿Es tu primera vez en una feria?
El coreano asintió –Mis padres creían que era una pérdida de tiempo y que mis estudios eran más importantes.
-Yo fui con mi primera novia.
-¿Pasó lo del beso?
-No, dijo que no se sentía preparada.
Wooyoung dejó de mirar el juego -¿Tenían la edad de Alex ?
-No, teníamos quince- ambos regresaron su atención al juego y Nichkhun saltó haciendo que el niño riera.
-Perdió su oportunidad- el tailandés decidió ignorar en esos momentos las palabras de Wooyoung.
Alex ya estaba listo para ir a la cama, después de cenar con pizza, comer un helado y ver una película que Wooyoung clasificó como “para nunca repetir.” El niño no les había dicho gran cosa después de su visita a la feria, aunque si sentía menos miedo hacia ellos. No parecían ser tan malos después de todo; Nichkhun era desordenado y bastante serio, pero siempre sabía lo que Alex estaba pensando, además le gustaba mucho cuando tarareaba canciones de vez cuando. Wooyoung era más extraño, gritaba de vez en cuando y todas sus preguntas eran muy raras, pero nunca lo había dejado solo de nuevo, cocinaba muy bien (menos picante que Nichkhun) y le gustaba ayudar con los rompecabezas.
Esa noche quería escuchar de nuevo el libro que le habían leído por primera vez (el cual se había convertido en su preferido). Al ver a Nichkhun disfrutar de un partido y a Wooyoung en su computador desistió de su idea; no quería molestarlos.
-¿Qué llevas ahí?- La pregunta del tailandés hizo que el otro joven dejará su computador por unos instantes -¿Ya te vas a dormir?- la voz de Wooyoung hizo que este soltara el libro, no entendía por qué pero aunque sabía que no eran malos, tenía miedo que ellos se cansaran de él.
Wooyoung se levantó y tomó el libro entre sus manos –Este cuento… ¿Es el de esta noche? ¿Ya te cepillaste los dientes?
Alex asintió –No deben leerlo si no quieren.
-Vamos- Nichkhun se levantó –Mañana es lo de la galería y debes descansar- Wooyoung lo acostó en la cama y lo arropó encendiendo la luz para que el otro leyera.
La voz del tailandés era suave y a Alex le gustaba mucho, al igual que el cuento.
-Buenas noches Alex- Wooyoung se acercó para prender la lámpara de noche que le habían comprado.
-Buenas noches Wooyoung- al niño también le gustaba la voz de Wooyoung, pero más, cuando cantaba.
Nichkhun le dejó el libro –Descansa Alex- el niño se despidió y recordó que su mamá siempre le besaba las mejillas por la noche. Él había prometido no llorar para no molestar a sus tutores, pero ese día parecía incapaz de cumplir con su palabra.
-Esa historia es una mentira- Wooyoung habló desde el comedor mientras que Nichkhun seguía con interés el partido de tenis.
-Los cuentos de niños no son realistas, los perros hablan, existe Hogwarts, la posibilidad de dragones…
Wooyoung lo miro de mala gana –No te metas con Harry Potter y no hablaba de eso… ese cuento es como si le dijeran que Camille llegará por él con un regalo y Alex la perdonará por dejarlo.
Nichkhun se sorprendió ante esas palabras, no era muy común el ver al coreano hablar de Alex y mucho menos de Camille -¿Te preocupa lo que sienta el niño?
-Me preocupa que se ilusione. Eso es como crear falsas expectativas de que siempre debemos esperar a los que nos dejan como malditos perros.
El tailandés rio –Es solo una historia y creo que es buena para un niño de seis años cuyo temor más grande es quedarse solo- Ambos recordaron como Alex empezaba a llorar tan pronto sentía que no había nadie en casa –A veces creo que mostrar un poco más de sensibilidad no estaría tan mal Jang.
-¿Tú qué sabes de eso? Ni si quiera te aprendes los nombres con quienes te acuestas.
-Richard necesita cuidar su lengua y eso a ti no te interesa- Nichkhun trató de regresar su atención al juego, no tenía ganas (ni quería) pelear con el coreano.
-Es muy fácil saber eso sin necesidad de habar con Richard, el único que conociste por nombre fue a Max y lo estas evadiendo como si tuviera la peste. Además, ¿Para qué debo mostrar lo que siento ante alguien que jamás volveré a ver? Es una pérdida de tiempo.
Nichkhun que ya estaba prestando nula atención al partido sonrió -¿Entonces qué pasaría si estas con alguien que sabes volverás a ver? ¿Crees que cometerías el cliché de enamorarte?
-¿Tu no?- Wooyoung se levantó y fue hacía él.
Los labios del coreano estaban a centímetros de los suyos y su colonia embriagaba sus sentidos. Nichkhun no estaba muy seguro de que eso fuera una buena idea, había muchas cosas que se interponían en el sentido de ver lo que iban a hacer como un “simple beso” pero llevaba noches imaginando a Wooyoung besándolo y aunque el fuera el único que cayera en el cliché; valía la pena arriesgarse.
Con su brazo terminó de acercar al coreano y sintió como su corazón se detenía ante el contacto. La experiencia de ambos hacía que fueran expertos para transmitir lo que deseaban, jamás esperó comenzar con algo tan sencillo con Wooyoung como un simple juego de labios, que con el tiempo fue creciendo en calor y caricias. Las manos del coreano iban y venía por su pecho, espalda y cuello. Nichkhun sin quedar atrás, acariciaba el cabello del coreano mientras trataba de mantener su cordura.
El llanto de Alex los detuvo, sus respiraciones estaban entrecortadas y el calor del momento en sus mejillas (y otros lugares). Sin decir palabra alguna, ambos fueron hasta la habitación de Alex, el niño estaba escondido entre sus sabanas tratando de calmar sus sollozos.
-¿Alex?
-¿Estas bien?
El niño no salía de su escondite, Wooyoung se acercó hasta él donde se sentó tarareando una canción. Cuando por fin salió, los dos vieron como este sostenía el cuento y la foto de Camille –Te… Tengo miedo…- los sollozos parecían querer convertirse en llanto de nuevo.
-¿Duermes conmigo?- Nichkhun le ofreció, sintiéndose agotado física y psicológicamente. Esperando que con esto lograría que el niño durmiera en paz.
-¿Con los dos?- Alex preguntó con sus ojos azules en Wooyoung quien no pudo dejar de mirar con sopresa al pequeño. Si no hubiera sido por el estúpido (y tierno, tenía que ser justo) rostro de Alex se hubiera negado.
-Solo si es en mi cama, no confío en la habitación de Nichkhun.
El tailandés tragó saliva, él había sido el de la propuesta así. Aunque no prometía poder dormir tan bien al tener a Wooyoung al lado. Aunque seguramente tampoco podía negarse ante tal oportunidad.