-Disculpe Kyo-san- habló Kusakabe entrando a la oficina de Hibari- sé que pidió que no lo molestaran pero esto es urgente
-Que es lo que ocurre ahora- Hibari, quien se encontraba sentado tras su escritorio revisando unos documentos, dirigió su atención al de peinado extravagante y le dirigió una mirada de esas que decían “Si no es algo verdaderamente importante, más vale que te prepares”
-L-Lo que sucede es que…
-Cuanto tiempo Hibari- habló una morena de cabello peli azul irrumpiendo en la oficina
- Lal Mirch-san le dije que esper…
-Y yo te dije que nada me impediría ver a Hibari
-Kusakabe- llamo el pelinegro de ojos azul metálico
El asistente se tensó al escuchar el tono de voz en su jefe ya que eso solo indicaba una cosa: Hibari Kyoya estaba por matar a alguien.
-S-Sí, Kyo-san
-Puedes irte, yo me encargo de esto
-C-Como usted diga, con su permiso- hizo una reverencia y salió de la oficina del presidente de la compañía dejándolo a este y a su “invitada” completamente solos
-Al fin solos- la despampanante mujer sonrió de lado- dime ¿porque no has contestado mis llamadas ni mis mensajes?
-Parece que tienes problemas de memoria ¿no te dije ya hace casi un mes que dejaras de buscarme?
-Y yo te dije que ningún hombre osaba rechazarme, Hibari – la morena cambió su expresión a una llena de determinación
-¿Qué es lo que quieres para que desaparezcas de mi vida de una vez? ¿otra sesión de sexo? ¿o es que acaso tu carrera de modelo va tan mal que necesitas dinero?
-¡I-Idiota! ¡¿No entiendes que lo único que quiero es estar contigo?! No comprendo porqué terminaste nuestra relación de un día para el otro, dime… ¿acaso hay otra mujer?
-Primero, nosotros nunca tuvimos algo parecido a una relación, fue solo simple sexo
-C-Cómo dices…
-Y segundo- Hibari la miró fijamente- si existiera otra mujer eso solo me concierne a mí
Tomó el teléfono de su escritorio y le sonrió de forma sarcástica a la modelo.
-Pensé haber sido claro desde que nos conocimos, no creo haberte dado motivos para que pensaras que éramos novios, nunca me declaré ni dije algo parecido a un “te quiero”- comenzó a apretar los botones del aparato telefónico- Nuestra plática termina aquí, espero que te haya quedado claro el no volver a fastidiarme y mucho menos se te ocurra regresar a mi empresa, ahora vete si no quieres que llame a otra persona para que te acompañe a la salida
- No puedes hacer esto conmigo
- Te doy tres segundos para que te largues de aquí
- Tú…- Lal miró con odio al pelinegro- te arrepentirás por esto - fue lo último que dijo para luego salir de la oficina
Maldición, pero que fastidio- suspiró, miró el reloj que indicaban las 6:30pm y se recargó en el respaldar de su asiento- ¿este día puede ser aún más molesto?
Se escuchó la puerta abrirse nuevamente, lo que hizo que el pelinegro dirigiera la vista hacia allí.
-Hey, Hibari- habló un moreno sonriente- ¿Esa mujer tan enojada que acaba de salir no era la modelo Lal Mirch? ¿Acaso es tu novia?
Realmente este día sí pudo ser más molesto…. estúpido autoproclamado amigo de la infancia
- Qué es lo que haces aquí, Yamamoto
-Te venía a entregar las nuevas propuestas de afiliación, pero antes responde a mi pregunta ¿es o no es tu novia?
-Tsk- chasqueó la lengua fastidiado, sabía que el divertido moreno no se iría de su oficina hasta que le contase todo lo sucedido
Maldita sea- pensó mientras observaba al gerente de la empresa sentarse en uno de los sofás de cuero negro que había en su oficina
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-Colonello-san, si quiere lo puedo ayudar con las compras que tiene que hacer hoy, como mi cliente usual llega todavía a las 9 pm tendré tiempo para alistarme
-¿En serio Fuuta?- le sonrió- gracias, entonces vámonos de una vez, tenemos que regresar antes de las 8:00 pm
-Claro- el castaño sonrió
-Bien, entonces te dejo a cargo hasta que regrese, Emma, asegúrate de que todos los chicos estén listos hasta antes de las ocho- dijo Colonello dirigiéndose al pelirrojo
-Está bien, no te preocupes, me encargaré de todo
-Gracias- dicho esto el rubio y Fuuta salieron del edificio
Emma suspiró y tomó su celular para llamar a cierto castaño, ya que este aún no se aparecía por allí y ya eran las 6:30 pm
-Hola- contestó Tsuna- estoy por llegar, díselo a Colonello por favor
-Está bien, Tsuna, pero Colonello fue con Fuuta a comprar algunas cosas que están por acabarse al supermercado, ya sabes, licores y demás
-Entiendo, bueno en menos de 5 minutos estoy allí ¿ok?
-Ok - Emma colgó y guardó su celular
-Ahora iré a ver cómo están los demás muchachos- se dijo para subir luego al segundo piso del lugar
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Pasaron 10 minutos y Tsuna al fin llegó a su lugar de trabajo, corrió hacia el segundo piso ya que tenía que ducharse y cambiarse de ropa, actividades en las cuales se demoraba mucho.
Se dirigía hacia el cuarto que siempre usaba para atender a sus clientes cuando una voz conocida lo detuvo en medio del pasillo.
-Hey, Tsuna, llegas atrasado de nuevo ¿qué sucedió esta vez?
-Hola, Ryohei- le sonrió- pues sí, el profesor se tomó más de media hora explicando el nuevo trabajo que nos dejó para la semana que viene, lo que significa que estaré muy ocupado- suspiro cansinamente
-No te preocupes- el peliblanco le sonrió- sé que podrás con todo
-Ojala
-Bueno, no te quito más tiempo, iré a ver a Kikyo- acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja con delicadeza- ya ves que es nuevo aquí y no sabe bien donde está la lencería y demás prendas
-Ok, yo iré a ducharme lo más rápido que pueda, nos vemos –respondió para luego seguir su camino
-Ya te dije que no acepto menores de edad, regresa a la casa de tu mamá y deja de fastidiar- habló un señor con el ceño fruncido cerrándole la puerta de su panadería fuertemente
-No puede ser - el menor se sentó en la acera y observó el periódico en sus manos- este era el último de los lugares donde ofrecían empleo ¿qué es lo que voy a hacer ahora?
Lambo estuvo por media hora sentado allí sin saber ni siquiera adonde ir, se estaba comenzando a asustar y no pudo evitar que pequeñas lágrimas rodasen por sus mejillas.
-Chico ¿te encuentras bien? – preguntó cierto castaño con una amable sonrisa
- Yo -Lambo se limpió las lágrimas y levantó la mirada hacia el chico que le habló - no… no lo estoy… no tengo a donde ir y nadie me da empleo
-Se ve que no eres mayor de edad, es obvio que no te darán empleo, niño- esta vez habló un rubio alto quien cargaba varias bolsas que al parecer contenían bebidas y algunas otros alimentos
- Es verdad, no lo soy, pero si no consigo empleo – los ojos de Lambo volvieron a amenazar con dejar salir lágrimas- ¿cómo sobreviviré?
-Tsk… ¿por qué será que no puedo dejar a ningún chico en esta situación?- dijo Colonello
- Porque así es, Colonello-san- Fuuta sonrió tiernamente
-Cuál es tu nombre, chico- preguntó el rubio
-L-Lambo
-Bien, Lambo, vendrás con nosotros- Colonello se sacó la casaca que llevaba y se la dio a Fuuta- pónsela y vámonos rápido que ya casi son las ocho
-Entendido
El castaño le colocó la prenda al adolescente y este un poco dudoso siguió al castaño
-E-Etto por qué ustedes…
-Ni yo mismo lo sé, lo único que sé es que no puedo dejarte en la calle, al menos por hoy- le respondió el rubio, quien caminaba delante del menor y de Fuuta
-Yo… gracias- Lambo abrazó su pequeña valija contar su pecho y continuó caminando
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