...Siempre será mejor que un lunes.
Se suponía que esa noche era para dejar salir la bestia que tenía guardada desde hacía semanas, se suponía que todo iba a girar en torno a él terminando en la cama del maestro de la galería. Se suponía que Nichkhun esa noche iba a alejar su mente de esos malditos sentimientos hacia el coreano con tequila, música y sexo… si, Nichkhun suponía muchas cosas para esa noche libre, menos que sus planes se verían frustrados con la aparición de Wooyoung en ese mismo bar; seduciendo a una mujer de cabello corto, jean pegados y una blusa que poco dejaba a la imaginación. El tailandés nunca esperó seducir a alguien para entrar en el juego de Wooyoung y ahora lo único que le interesaba, era molestar al otro que no paraba de mirarlo desde el hombro de su “conocida” mientras movía su mano por la espalda de ella.
Se suponía que Nichkhun nunca había tenido un ataque de celos.
-No te ves del tipo que sigue sus instintos sin conquistar primero.
Xander jugaba con los botones de su camisa, desabotonándolos uno a uno. En otro momento, lugar y circunstancias el tailandés le hubiera seguido el juego hasta terminar en el baño sin pantalones, demostrándole al coreano que no era ningún cobarde y podía estar con conocidos sin huir. Lamentablemente, lo único que pasaba por su mente era la imagen del otro recibiendo un trato parecido al que Xander le ofrecía, por otra persona, cuyo nombre esperaba nunca conocer.
-Te sorprenderías mucho de saber lo mucho que me desconoces- si el coreano quería guerra, la iba a tener.
Centrando un mínimo porcentaje de atención en el pintor, lo hizo beber de su tequila hasta que unas gotas se resbalaron por su mentón. Notando que la atención de su enemigo estaba en él, se apresuró a lamerlas antes de que se escaparan.
La mirada negra de Wooyoung le dio a entender que había cumplido su cometido. Lo que no esperaba era que Xander se infiltrará en sus planes y empezara a hacer movimiento no calculados. La mano del pintor lo aprisionó y con un empujón lo llevó hasta su boca donde incapaz de confrontarlo se dejó guiar por su lengua en una maniobra que pensó, lo llevarían a la victoria.
No fue así.
Del otro lado del bar, el coreano había empezado a hacer algo parecido, solo que más sutil; recorriendo con sus labios el cuello de la mujer y haciendo suya esa boca desconocida que solo lograba que el interior de Nichkhun se escociera más de rabia. Aumentando la dificultad de su maniobra de ataque o en otras palabras, intentando que Xander no lo llevara tan deprisa al baño. Una mano lo detuvo a medio camino.
-¿Qué se supone que haces?- La voz de Wooyoung lo hizo soltar a su acompañante.
-¿Qué es lo que tú haces?
Los dos jóvenes se miraron fijamente en una lucha que ninguno estaba dispuesto a dejar. Esta no me la ganas Jang Wooyoung. Tal vez era por ese ardor, el sentir la mano del coreano o el tequila lo que le hizo pensar en la victoria.
-Hola Woo- Xander lo saludó recostado en la pared -¿Te importa? Khun y yo tenemos cosas que hacer…
Wooyoung podía haber realizado toda una simulación de las mejores muertes de SAW en su mente cuando vio al pintor -¿En serio?- la voz del coreano no ocultaba su molestia y Nichkhun pensó en una forma de disimular su sonrisa –No me importa.
-Woo ¿Qué haces?- la mujer de cabello corto apareció borrando todo trazó de felicidad del tailandés. El coreano lo dejó como si por primera vez se hubiera percatado de sus actos; nunca en su vida Nichkhun pensó que las ganas de golpear a ese imbécil regresarían.
Los ojos de Wooyoung se fijaron en su acompañante por unos segundos –La verdad… no lo sé.
Fue en cuestión de segundos o tal vez un minuto lo que le tomó a Nichkhun darse cuenta que la persona que lo estaba besando no era el pintor, o la chica de los jeans ajustados u otra persona del bar; sino Wooyoung; sus labios lo devoraban con fervor, su lengua jugueteaba con la suya y sus manos no dejaban mover su rostro con la libertad deseada. No contó el tiempo en que estuvieron así, o todo lo que su estómago realizaba en su interior (tal vez era hora de dejar de mezclar el tequila con bebidas extrañas) pero los ojos del coreano mirándolo fijamente con su respiración entrecortada, valía la victoria que acababa de tener.
-Eres un maldito estúpido- Nichkhun trató de recuperar su aliento mientras lo acercaba.
-Vete a la…- Wooyoung no tuvo tiempo de terminar antes de que el tailandés decidiera cobrar su premio.
Costó mucho trabajo no terminar desnudos en el taxi antes de que llegaran al apartamento ¿Quién necesitaba hoteles cuando vivían bajo el mismo techo? Wooyoung fue el encargado de mantener la cordura entre ambos cuando el taxista tosió por décima vez, el celador los miró como si fueran un espanto y el vecino (cuyo nombre no se acordaron) recibió un merecido insulto de parte de los jóvenes, más de parte de Wooyoung, pero al tailandés eso era lo último que le importaba en ese momento.
Wooyoung maldijo todo lo que cubría el perfecto cuerpo de Nichkhun, desde la camisa hasta esas malditas medias de Mickey Mouse, sobretodo cuando las caricias y la necesidad le indicaron que no había tiempo para quitárselas. Con una sonrisa recíproca, decidieron que era hora de tener un poco más de acción.
-¿Dónde están?
-En el primer cajón.
-¿Quieres?- El rostro sudoroso de Nichkhun le estaba haciendo perder toda la razón.
-Hay que aprovechar que estabas listo para estar con ese idiota de Xander.
El tailandés rio –Si mañana no puedo caminar, te juro que pondré a Marvin a todo volumen y tiraré todo el puto helado a la basura- La advertencia de Nichkhun lo hizo pensar por un momento sobre su capacidad de sobrevivir a la voz de esa criatura todo el día son una pizca de azúcar. El sentir que su paciencia estaba al límite en ese momento, le impidió reflexionar por más tiempo.
Rápidamente tomó el lubricante y los condones, Nichkhun ya estaba en con sus manos contra la cabecera de la cama y su espalda era mucho más interesante cuando estaba desnuda. Si, era ahora o nunca… hasta que su teléfono sonó. Ambos se detuvieron por un momento. Ese estúpido de Taecyeon podía irse a comer… luego Wooyoung recordó que todos sus conocidos sabían que llamarlo un sábado por la noche era buscar ser insultado por un mes sin restricciones.
El gemido de Nichkhun le hizo proseguir y esta vez fue el otro celular el que sonó… por varios minutos en el que el ritmo que estaba tratando de llevar se veía detenido por los tonos de sus celulares, Wooyoung tuvo que rendirse para contestar a quien deseaba morir antes de tiempo. No sin antes hacer que el otro gimiera de nuevo (ganándose una patada).
-¿Aló?- Trató de contestar con voz seria, haciendo que Ncihkhun riera, a lo que respondió con una nalgada y por ende recibiera una segunda patada.
-¿Wooyoung?- Era la voz de Andrea, Woyoung miro su pantalla y comprobó que no estaba teniendo alucinaciones –En verdad lamento molestarte, estaba segura que los niños dormían pero un ruido me despertó y acabo de ver a Alex en la sala llorando en silencio.
El coreano hizo todo lo posible para no maldecir su suerte, Nichkhun que lo miraba desde el hombro se dio cuenta de que algo pasaba -¿Quién es?- le susurró.
-¿Qué está haciendo?
-Nada… ahora está sentado en la sala, pero no quiere ir al dormitorio. Ni siquiera me habla, en verdad estoy muy preocupada por él.
-Ya vamos para allá.
Wooyoung se dejó caer en la cama y Nichkhun quien seguía con esa estúpida cara de confusión seguía buscando una respuesta–Alex tuvo un terror nocturno.
El tailandés suspiró –Te lo dije.
-Cállate... pensé que ese hibrido de dragón y jirafa más la ingesta de comida chatarra lo iba agotar.
-Qué perspicaz- Nichkhun le pasó una camisa y ambos empezaron a vestirse.
El viaje hasta la casa de Andrea, que vivía en los suburbios, fue mucho más incómodo de lo esperado. Ambos trataban de no comenzar alguna conversación, el calor se había disipado con la llamada y ahora ese estúpido silencio que trataba de aplastar el auto de Wooyoung no parecía disminuir de tamaño. Nichkhun nunca estuvo tan feliz como cuando llegaron al hogar de los Blair.
-Hola Andrea, sentimos mucho incomodarte a estas horas- la mujer los recibió envuelta en una bata mucho más recatada que sus atuendos deportivos. Afortunadamente el tailandés no había olvidado sus modales, lo que hizo que Wooyoung fingiera una sonrisa y dijera algo parecido. Al escuchar la voz de los jóvenes, sintió un empujón en sus piernas: Alex había corrido hacía ellos, estaba pálido y sus grandes ojos azules estaban a punto de llorar.
-¿Estas bien?- el coreano se acercó a Alex y este asintió en silencio. Nichkhun lo alzó todavía con su mente algo nublada pero recordando las palabras de Minjun sobre como los terrores eran algo que pasaba con el tiempo y disminuían si el niño dormía con estímulos que lo relajara. Haciendo de la hipótesis de Wooyoung un total fracaso –Creo que la pijamada terminó. Otro día puedes visitarnos para hacer los pancakes ¿Te parece?- El niño miro a Andrea que asintió levemente.
-¿Quieres venir con nosotros vaquero?
Los dos jóvenes nunca olvidarían el rostro de felicidad de Alex y su llanto después de que escuchó la pregunta.
-Perdón.
-¿Por qué?- Wooyoung le preguntó al niño sin despegar los ojos de la carretera.
-Por molestarlos.
-Eso se soluciona limpiando el cuarto de Nichkhun
El tailandés le pegó en la cabeza al otro joven –No le hagas caso a este maniaco del orden. Las pijamadas no son para todos.
-Yo nunca tuve una- Wooyoung sonrió.
-Tu infancia es todo un drama- Nichkhun comentó con sarcasmo -¿Compro boletos para ver a Marvin y te llevo a jugar con Taecyeon?
El resto del trayecto estuvo acompañado por un discurso en coreano que nadie entendió, aunque era seguro que estaba repleto de insultos desconocidos y que al menos, habían hecho reír a Alex.
-Pero Woo… - Alex se sonrojó –Wooyoung tiene razón, tu cuarto es muy sucio Nichkhun.
Las carcajadas del coreano y las felicitaciones para el pequeño no terminaron hasta que regresaron al apartamento.