... Que sea con Harry Potter.
-El... pe…perrrro esta..estaba- Era la quinta vez que Alex intentaba leer esa línea y Wooyoung como hombre de paciencia, ya estaba cansado de que la historia siguiera igual.
-En serio ¿Cómo te puedes aprender las canciones de ese hipogrifo y no el sonido de las letras?
Nichkhun le lanzó una servilleta desde la cocina y sonrió cuando dio en el blanco -¿Cómo es que te enfermas el día en que Taecyeon pide que lo ayudes a buscar el traje para la boda?
-No te incumbe… además es día libre. Puedo hacer lo que quiera.
-Si no aprende ese párrafo, tendremos que ir al colegio de nuevo y como estoy ocupado te tocará ir solo- Wooyoung tenía que encontrar la forma de vencer la manipulación psicológica del tailandés, tal vez si descubría que eso era un delito… -¿Otra vez al conservatorio?
-¿Algún problema?
-No, me agrada que utilices tu trabajo duro para pagarme.
Nichkhun terminó su desayuno asesinando lentamente a Wooyoung con su mirada.
-Khun… Nichkhun- Alex llamó al mayor de todos todavía con el libro abierto -¿Qué es un hifopifro?
Los dos jóvenes se miraron tratando de no reír –Eso lo sabrás cuando leas Harry Potter- Wooyoung le señaló de nuevo el libro del perro y Alex volvió a repetir la misma línea.
A la hora y solo con dos frases avanzadas (o tal vez más, no estaba escuchando a Alex), Wooyoung se rindió -¿Tiene que ser ese cuento?
-No- Alex bajó la mirada apenado.
El coreano se puso de pie -Si quieres saber que es un hipogrifo- Alex asintió –Debes tener la colección de Harry Potter- obviamente el plan del joven era salir corriendo de ese apartamento antes de volverse loco.
-Y…- El niño tragó saliva –El piano.
Wooyoung no entendió muy bien el pedido del pequeño – ¿Quieres un piano? ¡No te voy a comprar eso!- Alex fue hasta su habitación y a los pocos minutos apareció con un cochinito frente al joven.
-¿Eso es para el piano? No alcanza.
-Khun… Nichkhun, él tiene un piano.
-¿Quieres el piano de Nichkhun?- Wooyoung estaba cada vez más confundido, en verdad tenía que enseñarle a Alex a no hablar en código.
El niño negó con la cabeza –Para que practique… tiene una presentación, él me dijo que podía ir a verlo pero no tiene su piano.
Wooyoung recordó que el estúpido tailandés tenía guardado el instrumento en un depósito -¿Piensas pagar el depósito con esto?- movió el marranito y noto que tenía varias monedas dentro.
-Yo… yo quiero escuchar el piano- el rostro de Alex estaba como un tomate.
Wooyoung puso la alcancía bajo el brazo -Para eso necesitamos un camión de…-Recordó que había alguien con los contactos de las empresas de mudanzas –Alex- el niño lo miro fijamente –Después de esto tendrás que leer toda la primer página de la piedra filosofal.
-¡Alex! Hace mucho tiempo que no te veía ¿Has crecido? – Taecyeon hablaba mucho más fuerte que de costumbre, invitó a pasar al niño que rápidamente fue a saludar a Minjun -¿Tu no estabas enfermo?
-Me cure de milagro- Wooyoung no hizo ningún esfuerzo en seguir con la mentira y sin esperar el permiso de su amigo entró al apartamento. Minjun lo saludó desde la sala donde tenía su portátil encendido –Hola Kim ¿Cómo estás?
El psicólogo se levantó y Alex se quedó en la sala –Bastante impresionado con tu visita ¿Qué tal tu vida de niñero?
-Cállate Kim, ahora me toca cuidar de dos mocosos- Los dos hombres miraron hacia la sala donde Taecyeon escuchaba con atención y exageraba sus gestos ante el relato de Alex sobre la presentación de Marvin – ¡Taec!
Las risas de la sala se detuvieron -¿Dime Woo?
-Woo… ¿Tienes lo que te pedí?- Alex ahogó una carcajada por el chiste.
Taec sonrió de mala gana –Si, ¿Para qué lo necesitas?
-Tu traje no cabría en mi carro- Esta vez fue Minjun quien no pudo contener las carcajadas.
Wooyoung y Alex seguían practicando la lectura mientras que el sastre terminaba de tomar las medidas del arquitecto –Menos mal fuimos primero a la librería, jamás pensé que me demoraría tanto por un jodido smoking.
-Yo me vi la película- Alex siguió mirando el libro –pero solo la primera ¿Es esta verdad?
El coreano asintió –No importa lo que digan, siempre me gustará más leer los libros.
-¿Por qué?
-Porque lo que te imaginas es único e irrepetible, puedes jugar con cada escenario como tú deseas. Las películas solo sirven para darte la música y resumir lo que leíste.
Alex asintió -¿No voy a ver la del higropifo?
-Eres muy pequeño todavía, más adelante hacemos maratón hasta la 3.
-¿Con Khun… Nichkhun?
Wooyoung frunció el ceño, no era la primera vez que Alex le decía así -¿Por qué simplemente no dices Khun?
El rostro de Alex se encendió y sus ojos azules se abrieron como platos -¿Puedo?
-No creo que le moleste.
-¿Y puedo decirte Woo, como Taecyeon lo hace?
El coreano sonrió –Claro, yo te seguiré diciendo Alex. Me gusta tu nombre.
Las mejillas del niño se encendieron más y bajó la vista sonriente.
-¿Qué les parece?- Taecyeon apareció ante ellos con un traje negro y corbatín. Era algo simple, costoso y que hacía ver endemoniadamente bien al estúpido arquitecto.
-Pareces un pingüino gigante, pero a Minjun le gustará- Wooyoung cerró el libro -¿Algo qué decir Alex?
El niño sonrió –Si pareces un pingüino.
Wooyoung trató de esconderse en algún lugar cuando las carcajadas de Taecyeon soltaron la faja que llevaba puesta.
-¿Qué hacemos en un depósito Woo?- Taecyeon bajó del camión y tomó de la mano a Alex -¿No tendrás gustos raros y tienes una guarida llena de juguetes?
-¿Juguetes?- Alex preguntó mirando al arquitecto -¿Tienes juguetes?
Wooyoung sonrió y fue hasta el número 30 –Si… pero no puedes jugar con ellos hasta que tengas 18 y para tu información Taec, no los tengo guardados en un depósito.
Cuando el dueño del lugar abrió la puerta, una nube de polvo los hizo retroceder. Taecyeon exclamó un “wow” y Alex se quedó mirando en silencio el único objeto que ocupaba el lugar.
-Hace un año que estaba aquí, no había pagado el arriendo desde hacía tres meses y lo íbamos a subastar por abandono. Hubiera sido una gran pérdida- El dueño le pasó las llaves a Wooyoung y este se acercó lentamente al instrumento que en otras condiciones debía ser hermoso. Abrió el portillo y acarició levemente las teclas ¿Cuántas veces Nichkhun las habrá tocado? ¿Cuántas veces este le recordaba sus metas y su fracaso?
-¿De quién es?- Taecyeon se acercó y observó el piano con atención –Esta algo sucio, pero debe valer bastante.
-Es de Khun- Alex se acercó sonriente -¡Ahora puede practicar!
Wooyoung trató de esquivar la mirada de curiosidad de su amigo. No estaba listo para contar su vida sentimental y menos bajo ese montón de polvo –Vamos a pagar y buscar a alguien que lo limpie.
Los tres salieron del lugar y Woyoung podía jurar que Taecyeon estaba sonriendo de oreja a oreja mientras caminaban.