…Lo inteligentes que son los niños.
Nichkhun nunca había pensado en lo mucho que le disgustaban las sorpresas. Era cierto que a sus quince años dejó su fiesta de cumpleaños al ser recibido por un grupo de personas que en parte eran amigos y en otra solo desconocidos. Nunca se detuvo a reflexionar sobre ese asunto y lo dejó en un “Simplemente estaba cansado de que no pudiera hacer el tercer movimiento de esa estúpida sonata”. Nadie iba a saber que doce o trece años después, iba a tener un comportamiento similar al ver su piano blanco en medio de la sala de Camille, era toda una fortuna que Wooyoung hubiera desaparecido en la nada apenas escuchó las palabras de sorpresa que salieron inmediatamente de su boca.
-¿Se puede saber qué putas es esto?
Por irremediable que pareciera la situación fue el coreano quien le recordó la presencia de Alex –Luego no me reclames por su vocabulario y mi vasto conocimiento me dice que eso es un piano. Ahora si no sabes lo que es, creo que diré que acabas de perder todos tus años de práctica.
El tailandés cerró los ojos y tomó un poco de aire, era capaz de calmarse, no podía rebajarse a hacer pataletas como Wooyoung cada vez que algo salía mal ¿O sí?
-¿No querías tu piano?- La voz de Alex le hizo abrir los ojos, definitivamente no debía dejar que su ser cayera tan bajo. No, cuando los ojos azules del pequeño lo miraban confundido -¿Fue tu idea?- Un simple movimiento de cabeza le aseguró una noche más de vida a Wooyoung.
-¿Gracias?
-Tu sinceridad es tan apreciada, si no te gusta pues lo devolvemos a ese bunquer donde lo tenías escondido ¿Cómo carajos alguien puede guardar semejante instrumento para que muera entre el polvo?- Las horas de vida del otro joven estaban siendo descontadas una por una, pero Nichkhun era el mayor y como una persona sabía decidió ignorar esa irritante voz.
Observando un poco mejor el piano, el tailandés se encontró con la grata sorpresa de que este había sido arreglado en su totalidad. Con la experiencia que poseía de años de ensayo, se sentó frente a las teclas y empezó a tocar una tonada que debía bastar como agradecimiento para Alex por haber pensado en él. No iba a admitir que casi lloró cuando vio el piano, que dejó de respirar al roce de sus dedos con las teclas o que vio por algunos minutos la sonrisa de Wooyoung siguiendo su melodía.
Nichkhun no era amante de las sorpresas, pero como muchas otras cosas de su vida; parecía que esto también podía cambiar.
Alex había tenido razón en muchas cosas últimamente; que la leche estaba pasada, que Nichkhun se veía bien tocando el piano, que Martín se parecía a Dudley Dursley. Lo que el niño no esperaba era que él tuviera razón cuando pensó en que los dos jóvenes iban a pelear al enterarse del tema de su próxima clase.
-Si hubiéramos sabido que íbamos a verles las caras a esos padres de nuevo… -Wooyoung comió de su tostada y firmó la nota de la profesora -Es tu culpa por estar más pendiente de la ropa de esa señora.
Nichkhun rio mientras preparaba su maletín -¿Mía? El que comenzó a burlarse de la camiseta naranja del padre de esa niña de trenzas fuiste tú.
-¡Estaba aburrido!
-Si no quieren ir puedo decirle a la señorita Ferrer que están ocupados- Alex había pensado en eso el día anterior. Para él era también un poco extraño llevarlos a clase, aunque no entendía si eso era algo bueno o malo.
-¿No quieres que vayamos?- Nichkhun se acercó a la mesa y le robó la tostada a Wooyoung.
-No me digas que es vergüenza- Wooyoung cogió la sal y hecho un poco en el café al tailandés que no parecía muy contento con el gesto.
Alex enrojeció, no era esa la razón. Los trabajos de los jóvenes era algo que quería mostrar, los admiraba mucho. El problema estaba en que él debía presentarlos primero y no había olvidado ese momento incomodo en el carro después de decirle a Leo que ellos no eran sus papás. Minjun le había dicho que no estaba mal que los llamara así y también le explicó un poco todo lo que estaba pasando acerca de cómo podían llegar a ser padres de él.
-¿Alex?- La voz de Wooyoung lo hizo dejar la galleta que tenía en la mano – ¡Deja de estar en las nubes, luego duermes en la escuela!- El niño notó la sonrisa de Nichkhun cuando los ojos azules del pequeño pasaban de lado a lado asustado.
-¿Quién quieres que vaya?
–Dice para padres…- El niño cerró los ojos esperando algún reclamo o regaño de parte de los jóvenes, pero no hubo nada.
Al no haber respuesta, pudo ver la confusión en los dos –Pues… no tienes mucho de donde escoger y somos tus tutores, así que no creo que a la señorita Ferrer le importe.
-Podemos enviar un mensaje diciendo que no podemos ir. Es tu decisión Alex- La voz de Wooyoung no mostraba ninguna molestia. Al contrario, este le dedicó una simple sonrisa antes de ir a la cocina para lavar los platos. El desayuno continuó sin problemas y era hora del veredicto.
Nichkhun abrió la libreta, listo para escribir la nota -¿Entonces? ¿Uno o ninguno?
-¿Pueden ir los dos?
Los dos hombres se miraron en silencio -¿Podemos?- preguntó Nichkhun a un Wooyoung que estaba secándose las manos.
-Todo por no ir a esa reunión- Wooyoung le pasó la mochila a Alex, todo por no dar explicaciones sobre su relación con Nichkhun a la bestia de amigo que tenía.
Alex estaba muy feliz cuando tuvo que entregarle la libreta a la señorita Ferrer.
Debía existir algún mantra para calmarse ante la presencia de tantas parejas bien vestidas y mirando a unos mocosos como si fueran lo más divino del universo ¿Qué de bonito tenían todos esos niños con uniforme? Parecían estar en una escena de terror o algo parecido.
-Gracias a todos los padres de familia que vinieron- La señorita Ferrer estaba frente al tablero. Wooyoung nunca la había visto tan sonriente, aunque eso debía ser más porque en sus pocos encuentros, nunca trató de ocultar sus ganas de salir corriendo –Hoy es el día de presentaciones, ya trabajamos en las personales y ahora vamos a hacerlo con otras personas. Ustedes niños tienen que presentar a su papá o mamá, su nombre, edad, oficio, que le gusta y que no.
Una pequeña niña de cabello rojizo recogido en dos trenzas alzó la mano -¿Y si están los dos?
-Presentas a los dos- La niña se giró para buscar con una sonrisa a sus dos padres, cuyo color de cabello los hacía bastante fáciles de reconocer.
Al cabo de unas cuantas presentaciones la atención de Wooyoung comenzó a desaparecer. El último que había pasado era el señor Harrison, un médico y padre de uno de los mocosos que habían molestado a Alex en Halloween.
-Creo que no pensamos mucho esto- le murmuró Nichkhun tratando de alejarse de una señora cuya mirada hacía él no era muy inocente –Creo que cuidar niños hace algo con las hormonas.
Le costó mucho al coreano no reír ante la cara de molestia del otro –Martin, es tu turno- ambos jóvenes se detuvieron pendientes ante la persona que este llamara.
-Esta es mi mamá, su nombre es Hanna, tiene muchos años y es secretaria- Una mujer de cabello rubio, delgada y piel blanca saludó a la clase.
-¿Alguien tiene preguntas para la señora ….?- varias manos se levantaron y Hanna empezó a hablar de su trabajo. Los jóvenes por su lado estaban en shock.
-No lo puedo creer- Nichkhun fue el primero en hablar.
-Richard se lo tenía bien guardado. La otra señora que vino no es su mamá.
-Deben estar divorciados, por eso el que peleó fue el papá. ¿Crees que nos reconozca?
Los dos se miraron tratando de calmar sus sonrisas –No lo creo… ¿No estaba en el bar ese día verdad?
-Maldita sea ¿Cómo se atreve a estar con la mujer cuyo hijo le hace bullying a Alex?- Wooyoung susurró de mal genio. Sabía que Richard no era muy amigo del matoneo, así que si algún día salía el tema no le iba a importar su amistad.
-¿Richard sabe de Alex?
Wooyoung se quedó mirando al horizonte –Yo no le he dicho nada ¿Tu?
-Creo que se va a sorprender- Nichkhun trató de ahogar las risas de nuevo.
-Alex, es tu turno.
Los dos jóvenes se enderezaron cuando Alex fue por ellos, tomó sus manos después de mucho reflexionar. Cuando Wooyoung se vio frente a un número descomunal de niños y padres, se dio cuenta que las palabras de Nichkhun tenían más sentido del que debía “No habían pensado muy bien esto”.
-Ellos son Nichkhun y Wooyoung, mis… tutores. Nichkhun no es viejo, tiene 29 años y toca el piano muy bien, viene de un país que se llama Tailandia. Allá la comida es muy picante y a veces cuando cocina la hace así, pero es muy rica -Wooyoung tosió para esconder una risa -Wooyoung viene de Corea, tiene 27 años y es diseñador. Él sabe cómo hacer que las habitaciones se vean muy lindas y le gusta dibujar. Los tres estamos leyendo Harry Potter porque me dijeron que en los libros hablan de un Hifopigro y quiero saber qué es.
La presentación fue acompañada por aplausos y el coreano se preguntó si era porque sus padres estaban presentes o porque sabían que la presentación de Alex había sido perfecta.
-¡Excelente presentación Alex!- La señorita Ferrer lo felicitó y Wooyoung notó las mejillas sonrosadas del niño -¿Preguntas?
Varias manos se alzaron -¿Sabe tocar estrellita en piano?, ¿Dónde queda Tailandia?, mi hermana escucha grupos de Corea ¿Usted está en uno?, ¡Quiero comer lo que hace Nichkhun!, ¿Qué es un Hifopigro?
Los jóvenes no esperaban tantas preguntas y Wooyoung juró que hizo su mejor esfuerzo para dar respuestas que no mostraran su alto nivel de estrés.
-¿Qué es un tutor? - Un niño de cabello castaño alzó la mano bastante intrigado.
Nichkhun tomó la palabra –Es…
-Es como un papá- Alex había ganado la respuesta –Solo que se necesitan firmar muchos papeles para que les diga papá- Wooyoung juró que su corazón se había detenido por más de quince segundos y que las ganas de llorar eran más por el aroma a dulce del salón que por otra cosa –Woo y Khun me dijeron que no era bueno decir mentiras, así que quiero esperar a los papeles.
La señorita Ferrer debió notar la sorpresa de los jóvenes ya que fue ella quien los guio hacia sus lugares de antes para continuar con las presentaciones. Vale decir, que los dos jóvenes poco se acuerdan de los demás padres, sus miradas estuvieron fijas hasta el final de la clase en el rostro sonriente de Alex.