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Sueños y Pesadillas - 2PM por InLo90

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Explotó.

 

Una cosa siempre iba a ser tener una pesadilla y otra muy diferente, el vivirla. Cuando Alex les había hablado de una fiesta, los dos jóvenes habían acordado que lo mejor sería llevarlo a ese lugar donde había juegos, comida y todos los servicios eran dados por extraños cuyo trabajo era hacerles la vida más fácil en esas ocasiones. Nunca olvidarían lo equivocados que estaban, Alex había terminado invitando a toda la clase de pintura, algunos compañeros de la escuela y los trabajadores se habían limitado a hacer su trabajo sin encargarse de esos pequeños demonios enloquecidos de soda, dulces y tarta.

Wooyoung jamás había agradecido tanto la ayuda de alguien hasta ese momento. Nunca se imaginó ver a Andrea como un ser humano formidable en todas sus capacidades al ser capaz de controlar una fiesta con más de cinco niños y menos que detrás de esa apariencia de semidioses bien dotados, la pareja Hwang- Lee sería capaz de optar por un trozo de su amistad cuando aparecieron con actividades interesantes para calmar a ese grupo de enanos con alta azúcar, luchando por destronar a Taec; que de hecho estaba haciendo su mejor papel de amigo en ese momento, o simplemente sacando ese mocoso interior del que Minjun se desentendía mientras hablaba con los padres de Leo.

-Ya no podrás negarte a ser su padrino de bodas- Nichkhun se acercó a él con un pedazo de tarta, viendo como el arquitecto, lideraba al inmenso grupo de niños en la búsqueda del tesoro intergaláctico.

Robando el tenedor del tailandés y sirviéndose sin permiso, Wooyoung masticó de mala gana el postre. Un marciano traía los dulces que un día antes habían comprado para la ocasión y Junho alzaba una ceja al ver a María empujando a todos los niños para llegar de primera.

-¿Cuánta comida van a dar?-Chansung se sentó en la mesa de ellos, luciendo espectacular con su camiseta suelta y sus jeans ajustados. Totalmente orgulloso de la fuerza de su hija, algo que su esposo no aprobaba demasiado –Es del tipo antiguo, de esos que piensan que las niñas tienen que ser femeninas, jugar con Barbies y bla, bla , bla.

-¿Tu no?- Nichkhun sacó otro tenedor para no dejarle todo el postre a Wooyoung.

El chico rio –No, si estoy tratando de convencerlo que la deje entrar a estudiar Taekwondo. Dijo que le pedirá eso a papá Noel.

-Un gay conservador, que interesante- El diseñador tomó de su soda, alentado de no ser ese pobre muchacho atacado por bestias salvajes.

Nichkhun le quitó la soda para beber de ella –Pues Junho debe recapacitar. María acaba de vencer a 15 niños y uno… dos adultos- Taecyeon acababa de caer sobre los dulces.

Era increíble para Wooyoung verse en una conversación tan trivial, sin alcohol a su alrededor o música alta y hablando de niños. Se sentía orgulloso de no verse como un fracasado en ese momento, de estar disfrutando de ver a Alex jugar con sus amigos y sobretodo de saber, que todo eso lo había logrado con la ayuda de Nichkhun (cuyo conocimiento sobre fiestas infantiles era la causa del  éxito de esa tarde.)

Bastó cinco horas, tres bolsas de dulces, muchas sodas, 30 dólares en juegos y muchas actividades para cansar al grupo. Ahora Alex miraba con una amplia sonrisa todos sus regalos, pero sobretodo a quienes se lo habían dado.

-Muchas gracias por la invitación. Es la primera vez que Leo pasa el tiempo con tantos niños sin crear problemas- Andrea se acercó dándoles un beso en la mejilla como despedida –Espero su respuesta sobre la cena, Junho me dijo que iba a venir y obviamente Minjun y su pareja también están invitados (le pedí una cita para Leo)- El señor Blair, que era un conservador firme se despidió formalmente.

Chansung y Junho que cargaba a María dormida también se acercaron –Gracias por todo, nos vemos en la galería. Te llamaré para lo del estudio, Wooyoung. Espero que te guste el regalo de Mari – Alex asintió con sus mejillas sonrosadas.

Cuando solo quedaron con Taecyeon y Minjun. El joven coreano pudo volverse a sentar.

-Nunca pensé que esto iba a ser más agotador que una noche de…- La tos fingida del arquitecto lo calló señalando a Alex–de videojuegos.

Los tres adultos rieron por la cara de confusión del pequeño.

-Nosotros también debemos irnos, tengo que pasar los datos de una consulta y Taecyeon necesita un baño.

-¿Por qué?

-Estas pegajoso- El psicologo y Wooyoung respondieron al mismo tiempo.

 

Ya en el carro Alex pidió que le dejaran el muñeco de Marvin cortesía de Leo y su mamá. Todavía con algo de energía cantó en voz baja las canciones de ese mamarracho.

-¿Te gustó la fiesta?- El niño dejó de jugar y miró a Nichkhun sonriente.

- ¡Si, mucho! ¡Gracias Khun, gracias Woo!

Wooyoung vio por un momento el retrovisor –La meta  era que te divirtieras. Así que con mucho gusto.

Era muy raro para Nichkhun el estar viviendo ese momento, ya que sabía que para el otro, esa experiencia también había sido única. Jamás iba a comprender en totalidad el grado de rigidez con el cual había sido criado Wooyoung, pero le molestaba mucho el simple hecho de ver que su niñez tenía más malos recuerdos que otra cosa. Se sintió agradecido de poder darle un vistazo de lo que era dejarse ir, de disfrutar las cosas simples. No era nada fácil acostumbrarse a su vida en pareja, pero sentía que iba por buen camino.

-¿Pasa algo?- Wooyoung preguntó por el breve silencio que tomó el ambiente.

Nichkhun sabía que si le decía que estaba feliz porque lo había visto ser feliz en un ambiente normal el otro iba a negarlo rotundamente hasta lograr una pelea entre ambos. Era mejor no luchar contra eso por ahora –Vinieron quince de ellos- El coreano le dio la razón y no paró de hablar de la fiesta hasta que llegaron al apartamento.

 

Era la segunda persona a la cual Nichkhun le iba a dar una sorpresa, él, enemigo número uno de estas, ahora estaba entrando en pánico por la reacción de Alex ante el regalo de cumpleaños que habían planeado con Wooyoung (quien para acrecentar su ira, estaba mucho más tranquilo que él.)

-La fiesta fue algo que planeamos pero queríamos darte otro regalo- El coreano se paró en frente de la habitación de Alex quien sostenía la mayor parte de sus regalos entre sus brazos.

–Esperamos que sea de tu agrado- Nichkhun le ayudó a sostener los más delicados por miedo a que los dejara caer.

El niño miro a los dos jóvenes algo extrañado y con duda abrió la puerta de su habitación. Como lo había esperado el tailandés esta había dejado caer todos sus juguetes -¿Te gusta?

Un largo silencio acompañó esa pregunta, Alex observaba con atención cada detalle de su nueva habitación. Las paredes ahora estaban pintadas de un azul en degrade, donde la parte más oscura llegaba al techo que estaba adornado con cientos de estrellas fluorescentes que formaban una enorme galaxia, de este colgaban pequeñas lámparas redondas que iluminaban a la perfección la oscuridad del lugar. Lo que antes era una pequeña librera, ahora era un gran mueble con una pequeña escalera. Todos sus libros estaban bien organizados, además de sus pinturas. Al lado de este, había un caballete mediano, perfecto para su estatura. Sus muñecos y juguetes estaban al otro lado de la habitación,  las pegatinas que siempre miraba antes de dormir formaban en la parte más alta de esa pared  el nombre de Alex. Les había costado tres días de mentiras al par donde le dijeron que necesitaban cambiar su cama y una complicada convivencia compartiendo habitación para lograr la remodelación del cuarto.

Los dos hombres intercambiaron mirada de susto – ¿No le gustó?- susurró Nichkhun a lo que Wooyoung  se encogió de hombros. Alex seguía recorriendo cada rincón apretando su ropa, acariciando cada cosa levemente.

-¿Esto es para mí?- la voz del niño era queda. Sus ojos se detuvieron en el espacio en blanco que había en la cabecera de su nueva cama, donde la foto de su madre ahora estaba enmarcada sobre la mesita de noche.

-Sí, la otra habitación era muy oscura y ya que te gustan tanto las estrellas, pensé que esta decoración te iba a agradar- Aunque Wooyoung quería parecer seguro, se notaba a leguas que estaba muriéndose de los nervios -¿No te gusta?

Nichkhun entró a la habitación maravillándose de nuevo al ver como esta parecía ser un universo. Era la primera vez que veía el trabajo del coreano y no tuvo duda de la razón por la cual obtenía tantos contratos: el lugar era totalmente mágico.

-¿Lo hiciste tú?- Alex bajó la mirada haciéndole temer al tailandés lo peor, tal vez debieron haberle consultado antes al niño sobre el cambio.

-Ambos. Nichkhun también ayudó.

Un fuerte empujón hizo retroceder al tailandés que cuando salió de su sorpresa vio a Alex abrazándolo fuertemente –Gracias Nichkhun –Seguidas a sus palabras, el pequeño fue hacía Wooyoung que tampoco supo cómo responder al gesto.

-Gracias Wooyoung.

El llanto de Alex mojaba la camisa del coreano, el tailandés se acercó para calmarlo y el otro joven también trató de hacer lo mismo. La mirada del coreano en ese momento sería algo inolvidable y mucho más el acto de aquella vez, este se arrodilló ante el pequeño y con suavidad llevó su cabeza hasta su hombro: era la primera vez que Wooyoung abrazaba a Alex. Dejándose guiar por el momento, Nichkhun no quiso quedarse atrás y también se arrodillo para compartirlo.

-Feliz cumpleaños Alex- los dos jóvenes susurraron tratando de no llorar.

 

-¿Por qué ese espacio está sin pintar?- Preguntó Alex cuyas manos no dejaban la de los jóvenes.

-Es para ti, tú debes llenarlo con lo que desees y cuando quieras- Wooyoung estaba mucho más tranquilo que hacía unos minutos. El gesto, las palabras y el llanto de Alex lo habían regresado a su niñez. Rara vez pensaba en esta, no le gustaba recordar las cosas que le dolían y su corazón todavía estaba algo inquieto al verse a él como un padre, nunca le habían agradado los niños, siempre había huido a esa idea de tener que cuidar a alguien y más al saber que su experiencia no era de gran ayuda. Todo se quebró cuando se vio actuando como ese tipo de familia de las que siempre tuvo celos.

Al final, el juego, las golosinas y las sorpresas lograron agotar la energía de Alex. Después de leer algunas páginas de Harry Potter, ambos jóvenes le desearon las buenas noches.

-Khun, Woo.

Los dos giraron antes de cerrar la puerta, las estrellas del techo brillaban tenuemente haciendo innecesaria la luz de guardia.

-Los quiero mucho.

Ese había sido el golpe final para él.

-¿Wooyoung?

No recordaba la última vez que había llorado por algo, esa había sido una de las acciones que se había prohibido hacer. Esa época emocional la vivió cuando se vio obligado a cumplir con su estúpida promesa, cuando reto a su padre y se alejó de él para cumplir su verdadero sueño. Hacía tanto que no escuchaba esas palabras, que no recordaba lo mucho que las extrañaba. Nichkhun le pasó un vaso de agua, el tailandés lo había guiado hasta el sillón donde con mucha paciencia esperó a que este se calmara.

-Soy una basura. Yo no soy apto para cuidar de él, no merece un fracaso… yo no…  no es justo ilusionarlo con una mentira.

-¿Estás seguro qué es eso?- Los ojos cafés de Nichkhun lo miraban fijamente –Vas a creer que es estúpido, pero me siento igual. Tal vez no hasta ese punto donde me crea una basura, pero si en el otro donde entro en pánico porque quiero cuidarlo de verdad.

Wooyoung notó que el tailandés también estaba llorando.

-¿Si nos quiere es porque hemos hecho las cosas bien, verdad?- El coreano secó sus lágrimas, la respuesta era obvia. Nichkhun era un excelente padre; atento, cuidadoso, detallista en cosas que a él ni le interesaban. Tan diferente a lo que él era.

-  Yo vi como diseñabas su habitación, pensabas en cada objeto, forma y color que esperabas le gustaba ¿En verdad lo que te asusta es ilusionarlo o ilusionarte?

Había tantas cosas que habían cambiado en esos últimos días: El sentirse reconfortado por las palabras de Nichkhun, desear un abrazo de su parte, tener  miedo por la reacción de un niño, llorar por tres palabras, pensar tantas veces en sus padres, un sinfín de sensaciones que detestaba se unían una tras otra. Era claro que hacía mucho Wooyoung  ya no solo pensaba en ser padre por obligación, que su novio (tenía que trabajar en decirle así) tenía razón y que ahora muchos de sus miedos antiguos ahora pasaban a ser deseos e ilusiones.

-Me alegra saber que no soy el único- el coreano acarició el rostro de Nichkhun suavemente. Algún día esas palabras que habían sonado tan sinceras por Alex, se las dedicaría a él; cuando pudiera afrontar ese estúpido miedo.

Notas finales:

Una hermosa fiesta de cumpleaños se merece un momento muy especial. Deseo la nueva habitación de Alex por cierto. Las cosas ya van tomando un rumbo claro entre los tres y se avecina la navidad :D

 

Comentar es comer un ponquecito de chocolate.

 

*Leyendo Chihayafuru y pensandolos como siempre*

 

Lore~


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