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Nada cambiará lo que siento por ti por chibibeast

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Notas del capitulo:

(10/02/2016)

Hey yo~

Es de madrugada y ya llegué (?)

Aunque los res del cap 2 no superaron por mucho al los del cap 1 (sólo uno más), aquí les traigo el cap 3 ggg~

Ayer realicé el examen de Sistemas Operativos, así que estoy triste, deprimida y soy capaz de estrellar la cabeza contra la pared.

No sé qué jodido me pasó por la cabeza cuando escribí esta parte, Reita quedó como el típico uke de facciones y manías dulzonas empalagosas (?) Lo hubiese cambiado, pero la escena perdería la gracia.

Adv: Si no les gusta Reita con la personalidad sumamente diferente a la del real (la que usted piensan que él tiene, porque nadie sabe cómo es en realidad) y extremadamente "aniñado", o salen del fic o continúan. Decisión suya xp

No sé si llamar a "eso" Fanservice O,o

Ya sabrán a lo que me refiero xD

Imaginenlos con el look de Pledge, excepto que Kai no lleva el cabello largo, es como un tiempo luego de haber lanzado el Maxi-single.

Después de los *=*=*=*=*=* han pasado tres meses desde -aquel día- ( U know)

¡A leer!

Los otros tres sólo se dedicaron una mirada cómplice, sabían que ellos dos sentían algo el uno por el otro, pero todavía no se atrevían a decirse; ellos les darían un empujoncito, que sería otro día, ya que temían que el bajista volviera a desmayarse.

─ Vamos a la cafetería.─ sugirió Ruki.

─ No. Akira debe comer saludable para recuperar energías, no un bentō.─ frunció el ceño mientras ayudaba a Reita a quitarse las prendas de encima y levantarse del sofá.

─ Kai tiene razón.─ apoyó Aoi, todos pensaban en un buen lugar.

─ ¡Ya sé!─ exclamó Uruha─ Hay un local a unas cuantas cuadras de aquí, sirven comida deliciosas, además de ser saludable.

Emprendieron marcha hacia dicho local, llegaron, se sentaron, les dieron el menú y se concentraron en lo que pedirían.

Reita estaba indeciso, todo lo que veía se le antojaba, lo que le parecía extraño porque hasta esa mañana no tenía mucho apetito y casi cualquier comida le provocaba náuseas. Pensó en aprovechar esa oportunidad, tal vez luego no quisiera probar bocado.

Al momento de ordenar, los cuatro hombres miraban atónitos al rubio y una camarera apuntaba lo más rápido que podía todo lo que el rubio pedía. Al final ordenó 5 platillos diferentes, pero lo más sorprendente era que contenían vegetales. Reita no replicó ni se quejó por eso, de hecho comía con una media sonrisa que se notaba en la comisura de sus labios cada que abría la boca o masticaba, detuvo un instante su atragantamiento de comida para virar la vista hacia sus compañeros de banda que lo veían atentamente y casi con la boca abierta.

─ ¿Qué?─ preguntó con la boca llenada, desconcertado, tragó─ ¿Tengo algo en la cara?─ pasó una mano “limpiando” donde creía estaba sucio─ ¿Ya?─ no obtuvo respuesta─ ¿Qué tanto me ven, tarados?─ exasperado, dejó de comer y cruzó los brazos sobre su pecho.

─ Es que…─ empezó el pelinegro guitarrista─ ¿No es un sueño, verdad? Díganme, ¿esto es real?─ apuntó perplejo la comida del bajista.

─ Yo… creo que sí.─ respondió el rubio vocal.

Silencio.

Reita sentía un tic en su ceja izquierda, estaba empezando a enojarse. Las miradas asombradas de sus compañeros sobre sus acciones le incomodaban bastante y sentía raro ser el único consumiendo lo dispuesto en la mesa, ellos no habían tocado siquiera los palillos.

─ ¡Ustedes cuarteto de zoquetes!─ espabilaron y prestaron atención al hombre ceñudo frente a ellos─ ¡O comienzan a tragar lo que hay en sus malditos platos o me lo como yo y ustedes pagan por todo!─ amenazó, sonrió de lado cuando recibió quejas como respuesta a la amenaza y comenzaron a comer para evitar que cumpliera.

Tomó de nueva cuenta los palillos e inició un nuevo atragantamiento, esta vez sin importarle que lo estuviesen viendo; los demás comían a una velocidad moderada dedicándose miradas extrañadas por el comportamiento tan cambiante de su bajista.

─ Taka.─ el vocal atendió el llamado─ ¿Te comerás eso?─ vio lo que el bajista apuntaba, luego vio los platos vacíos frente al otro rubio─ ¿Podrías dármelo? Por favor, Taka-chan.─ pensaba negarse a la petición, pero Reita le estaba haciendo pucherito… ¡Reita estaba haciendo un puchero, que lo hacía ver tan endemoniadamente tierno! Algo dentro de su cabeza hizo corto circuito, sentía tan caliente sobre sus pómulos y como si humo saliera de sus oídos. Asintió afirmando, no pudiéndole negar nada a esa cara tan tierna─ Gracias, Taka-chan.─ esa sonrisa tan linda que le dio lo cohibió y lo hizo encogerse en el asiento.

─ De nada, Aki-chan.─ susurró, agachando la mirada a su propio plato.

─ Yuu.─ el aludido volteó. 

─ ¿Qué?─ con tono desconfiado.

─ ¿Te comerás eso?─ apuntó lo que quería del plato.

─ Sí. ¿Por qué?─ no entendía qué pretendía Reita.

─ ¿Podrías dármelo? Por favor. Oh, gran Yuu.─ dio en el punto débil del pelinegro: su ego.
─ Eh… Yo…─ asintió tragando saliva, no podía negarse a tal petición hecha con una voz tan suave y tímida por parte del bajista, además de ese piquito estirado y ojos brillantes con los que lo veía.
─ Gracias, todo poderoso Yuu.─ agarró lo que quería y le sonrió, lo que causó un aumento de temperatura en el rostro del pelinegro y que sintiera como si la cabeza le fuese a explotar. Aoi sólo volvió a asentir apartando la mirada.

─ Yutaka.─ el líder levantó la vista de su plato.
─ ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿La comida no te gustó?─ preguntó de corrido, asombrándose al ver los platos vacíos sobre la mesa.

─ No es eso. Estaba deliciosa.─ puso sus manos en el borde la mesa y bajo la cabeza.

─ Entonces, ¿Cuál es el problema?─ “Esto es raro”, pensaba Kai.

─ ¿Te comerás eso?─ señaló lo que pedía.

─ Eh, no. ¿Lo quieres?─ ofreció. Ofrecimiento que el bajista no desaprovechó.

─ ¿En verdad me lo das?─ levantó la cabeza con ojitos brillantes y esperanzados.

─ Claro.─ agarró con los palillos lo que quería y lo tendió en dirección al rubio, pero este en vez de tomarlo con sus propios palillos, se apoyó en la mesa y se estiró haciendo que Kai le diera de comer en la boca. El líder no podía creerlo, se quedó con el brazo extendido viendo cómo Reita le sonreía en agradecimiento de manera sutil y con cierta mirada que no supo descifrar, sintió raro en el pecho, de igual manera le regresó la sonrisa con hoyuelo incluido y volvió la atención a la comida.
─ Kouyou.─ pretendió engatusar a su amigo de décadas.  

─ Sabes que conmigo eso no funciona, Akira.─ Uruha había visto todo lo que el rubio había hecho para que sus compañeros le convidaran de sus alimentos, conocía los trucos sucios de su tonto amigo, estaba tan acostumbrado a eso que ya se creía inmune.

─ Kou.─ lo llamaba con voz aniñada, lo que causó que un escalofrío recorriera la columna del guitarrista.

─ Deja de hacer eso, me crearás un trauma con esa voz tan grave queriendo imitar a un niño.─ siguió comiendo como si nada.

Reita gruño en respuesta. No solía usar esos trucos muy seguido, esa era la especialidad de Ruki. Sabía que una de las debilidades de sus compañeros eran las caritas bobas que él les ponía a veces, funcionaban bien, excepto con Uruha; tanto tiempo de conocerse y usar ambos las mismas artimañas, en ocasiones, los habían hecho inmunes el uno al otro. Suspiró con fastidio, no conseguiría nada de ese castaño con boca peculiar.

─ Al menos podrías dejarme tomar de tu agua, ¿no? Yo ya no tengo. 

─ No. Pide que te traigan una. 

─ Bien.─ hizo una mueca y llamó a una mesera para que le llevara agua.

Estuvieron una hora aproximadamente en el local, no se encontraban lejos de la compañía por eso decidieron ir y regresar caminando, no llevaron sus pertenencias por si tenían otro percance igual al de la sala de ensayos.

Cuando cada uno decidió partir a su hogar, Kai se ofreció a escoltar a Reita hasta su apartamento y asegurarse que cenara alimentos de verdad, no sólo dulces o algún servicio de “comida” rápida. Acordaron ensayar al día siguiente.

 

 


*=*=*=*

 

 


 
Cada día se sentía más cansado, con mucha hambre, tenía antojos de lo más extraños, dormía mucho o a veces poco; bebía mucha agua, lo que lo hacía ir seguido al baño. Las náuseas matutinas o a cualquier hora del día, debido a ciertos olores seguían presentes. Los mareos y pérdida de conciencia habían disminuido y los cambios de humor estaban a la orden del día.

Ya ni él mismo se comprendía. A sus alimentos los acompañaban vegetales, sin embargo lo más extraño e inquietante era que sus preciados Kit-Kat le causaban asco… ¡Él amaba el chocolate y ahora no podía comerlo! Se deprimía por eso.

Notaba sus caderas más anchas. ¡Antes no tenía caderas anchas ¿Por qué ahora sí?! No entendía nada, no sabía por qué su cuerpo cambiaba. ¿Era porque comía mucho? Intentó dejar de hacerlo, pero la comida se le hacía tan irresistible, más aún si incluían vegetales. ¿Se debía a que ya no hacía ejercicio? Es que se sentía muy cansado, no le daban ganas ni de levantarse de la cama o bañarse o asistir a los ensayos y sesiones de fotos o ya de plano hasta parpadear le cansaba. ¿Por qué le dolía la espalda? Trataba de dormir boca arriba, pero siempre despertaba hecho 'bolita' y acurrucado entre las sábanas. 

A veces sentía algo extraño moverse en su vientre que le causaba una sensación de cosquillas, reía bajito cuando eso pasaba. Subió bastante de peso desde la última vez que les hicieron un chequeo físico por parte de la compañía, a él no le preocupaba pero a Ruki sí. Porque ya casi sus trajes no le cerraban, forzaban la tela para que cerrara o le agregaban un trozo demás.

Una ligera curva sobresalía en su abdomen, sólo él la ha visto, no quería que Aoi le anduviera diciendo “gordito” o “pachoncito” como ya lo llamó una vez, sus mofletes estaban abultados más que antes, le gustaban sus cachetitos rechonchos, se le hacían graciosos; cada que pasaba frente a algún espejo en su apartamento se quedaba haciendo muecas y reía.

A sus amigos les ponía nerviosos su comportamiento: cambios de ánimo, hábitos y aumento de peso. Lo contrario a él, porque se hacía una idea de lo que pasaba. Entonces ¿por qué tanto drama y preguntas innecesarias que sólo ocupan espacio? Precisamente por eso, porque era un dramático y le gustaba cuestionarse lo que fuese. 

Lo que le preocupaba era otra cosa o mejor dicho, alguien.

Ese día no se sentía para nada bien, recostado en su cama y cubierto hasta la cabeza con las sábanas, acariciaba su abdomen. Los mareos y arcadas iban y venían, cuando se sentaba en la cama e intentaba levantarse su estómago dejaba de revolverse para dar paso a la sensación de estar dentro de una máquina centrífuga, que lo devolvía a la almohada. Era un puto ciclo, que ya lo tenía harto; las ganas de orinar le ganaron, se levantó veloz e intentando no caer u orinarse en el camino llegó hasta el dichoso baño donde tuvo que hacer sus necesidades sentado, así le resultaba fácil. Terminó lo que tenía que hacer y se dejó caer de nuevo sobre esa superficie tan mullida y cómoda, se envolvió en la calidez de ésta cayendo, dormido al instante.

Algo importante olvidó esa mañana, no fue a la compañía ni avisó que no llegaría.

Notas finales:

Soy amante de las mejillas regordetas uwu y Reita las tiene xD

En las notas del inicio me refería precisamente a la escena en la que Reita, un poco más y en vez de pedir, casi les arrebata la comida lol

No pidan explicación de cómo le alcanzó tanto el estómago :v

Uruha insensible, no le da al pobre desnutrido lo que quiere (?)

Bueno, creo que es todo ggg~

Ah! Esta es la última actualización de la semana, dije que sería dos veces y , pues, esta es la segunda. Tal vez el Sábado le dé el cap 4 :3

Nos leemos~


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