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Curiosamente unidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Johan cada vez dominado por sus sentimientos y sus impulsos. Gabriel descubrirá cosas...
Caminaba a paso ligero, tenia que irse con su padre a ver a su hermano, y antes devolverle la ropa a Johan, se apresuró y haciendo memoria de por donde pasaron el día que llovía tanto consiguió dar con la casa. Vio un hombre alto y delgado de cabello negro, se acercó casi con miedo al ver que abría la puerta con unas llaves.

"Ho-hola…"

"¿Eh?" el hombre se volteó, ojos azules, cristalinos como el agua. Seguramente, el padre de Johan. "Hola…¿te conozco?"

"No, soy amigo de Johan…venía a devolverle una ropa que me prestó."

"Ah, gracias, ahora le llamo estará en el ordenador…"

"No, no hace falta." Erick negó con la cabeza. "…no se tome tantas molestias."

"Si no es molestia, este hijo mío es un despiste. ¡Johan baja ahora mismo! ¡Un amigo ha venido a verte!" el hombre lo llamó des de la escalera y le dio una palmadita en la espalda al moreno para reconfortarlo. "…¿de verdad te dejó ropa? Porque eres chiquitín a comparación de él…"

Se rió débilmente. "…es que nos pilló una buena tormenta…"

"¿Quién es?" Johan bajó con unos pantalones de deporte y una camiseta de tirantes. "…oh, pasa, pasa…"

"Esto…tengo algo de prisa así que no puedo entretenerme mucho." El moreno entró y subió las escaleras siguiendo a su amigo, se volteó y le dio una sonrisa agradable al padre que tras devolverle la sonrisa se fue. "…es muy agradable tu padre…"

"…" Entraron en la habitación y Erick se quedó mirando por la ventana como la última vez, sintió unos brazos abrazándole des de atrás y el corazón se le desbocó. "…pensaba que estabas enojado…"

"E-esto…yo no estaba enojado…somos amigos ¿no?" pasó sus manos casi con miedo por los antebrazos de su 'amigo' y los acarició levemente. Sin saber porque se estaba sintiendo cómodo entre ellos. Se puso rojo…¿Cómo podía pensar eso? Los aparto ligeramente sin parecer brusco. "…toma la ropa."

Mala elección al voltearse se encontró con el rostro serio de Johan, sus ojos azules brillaban entre la poca luz que entraba en la habitación, demasiado cerca de su rostro. Su mirada era seria y una corriente eléctrica recorrió su cuerpo…le miraba diferente.

"Gracias." Agarró la bolsa con ropa y se volteó a dejarla en la cama, Erick se fue hacia la puerta y suspiró intentando calmarse. "¿Te vas ya?"

"Mi padre me esta esperando así que…" miró de reojo a Johan y al voltearse para abrir la puerta de la habitación una mano le agarró de la muñeca volteándole, abrió los ojos desmesuradamente.

Otra vez… peligrosamente, demasiado…cerca.

Se quedó contra la pared, mirando los ojos cristalinos del castaño y con la boca entreabierta, sin saber muy bien que decir. En el fondo no le desagradaba estar atrapado entre esos dos fuertes brazos que había en cada lado de su cuerpo, no le desagradaba esa faceta de Johan tan atrevida.

¿Seria así con su novia?

"No sé que me está ocurriendo últimamente…"

"¿Johan?" inconscientemente le levantó el rostro por el mentón, y las miradas volvieron a cruzarse, el más bajo se estremeció ligeramente y se sonrojó.

Estaba perdiendo el control. Ese cuerpo tan delicado, los labios entreabiertos, esa mirada ingenua clavándose en él. No quería que viera esa faceta suya… pero la hacia aflorar con tanta facilidad…

Pasó una de sus manos por su nuca acariciando los cabellos negros azabache y vio como Erick se sonrojaba bastante…tan lindo, tan adorable. La sangre le corría por las venas y su mente no pensaba en nada, tan solo sus ojos memorizaban cada rasgo de su rostro.

Apretó su cuerpo musculado contra el más delgado y después de tenerle acorralado se inclinó besándole, sus labios carnosos eran tibios al contacto, notó como al principio Erick no se movía pero sus manos intentaban apartarle por el pecho. Una parte de él sonreía triunfante, sabía que tenía mucha más fuerza que el moreno.

Agarró con una de sus manos ambas muñecas hacia arriba y su otra mano acariciándole la cintura intentando profundizar el beso, sabía que después de eso Erick no le miraría nunca más a la cara…

Pero…Dios sus labios…

Se sorprendió al notar como Erick contestaba al beso tímidamente y su corazón ya no podía palpitar más rápido, soltó sus muñecas y los delicados brazos le rodearon por el cuello para luego pasarlos por su espalda y presionarlo más contra él, el castaño se aferró al cuerpo y acariciando una de las piernas de Erick la subió y la enroscó en su cintura, profundizando el beso.

Sus lenguas se encontraron y el beso se volvió más húmedo, más apasionado, era como una droga, no podía separarse de esos carnosos labios, sus respiraciones entremezcladas, al separarse le mordía los labios para volver a atrapar esa boca y encontrarse con esa deliciosa lengua que le daba juego.

El beso se rompió por falta de aire y Erick abrió los ojos sonrojadísimo, llevaba el pelo alborotado y respiraba agitado, Johan le miraba con deseo y sus ojos parecía que le desnudaran.

"…me-me tengo que ir…" abrió la puerta de golpe y se fue antes de que las manos de Johan pudieran atraparle por segunda vez. Bajó las escaleras tras de él, su madre se asomó por el pasillo. "…adiós señora."

"Adiós Erick…" sonrió cordialmente pero le extraño ver a el amigo de su hijo tan sonrojado, parecía que hubiera salido de una sauna. Se encogió de hombros y entró en la cocina.

Johan le volvió a agarrar del brazo parándole.

"Erick espera…"

"Déjalo…" abrió la puerta sin mirar a Johan, este miró a su alrededor y volvió a agarrar el rostro de Erick para besarle pero este se apartó rápido. "…me tengo que ir." Y tras decir esto se fue como alma que llevaba el diablo.

"¡Mierda!" se pasó las manos por el rostro.

¿Cómo había podido llegar a pasar?

Se quedó parado en el pasillo…no, ya sabía que pasaría, aunque no quiso darse cuenta hasta ahora.

A veces ser Escorpio le perdía…
















Subió las escaleras, tenía que ir a trabajar pero para su sorpresa se encontró la cafetería cerrada, subió hacia el piso de su jefe que estaba justamente al lado de la cafetería. La puerta estaba ajustada por lo que dedujo que se había dormido y estaba a punto de salir. Entró silenciosamente y se dirigió hacia la sala encontrándose con Henry de espaldas, poniéndose la camisa. Al voltearse pudo ver una enorme cicatriz en su pecho y se quedó callado mirando.

"Perdón…me extrañó ver la cafetería cerrada así que vine…" sabía que era de mala educación pero los ojos se le iban todo el rato hacia la cicatriz.

"No pasa nada… tuve que ir a hacer una visita a una persona…" sonrió y se encendió un cigarro dándole una larga calada. Notó que Gabriel le miraba el pecho. "…¿Es fea esta cicatriz, verdad?"

"Ah…lo siento soy un maleducado." Gabriel ladeó la cabeza y agachó la mirada.

"Todos los niños pequeños acostumbran a serlo." Sonrió melancólico y se ató los botones de la camisa. Vio como el castaño ponía morros. "…es broma baby, esta cicatriz fue por un accidente de tráfico."

"Oh…lo siento."

"Tranquilo, pasó hace mucho tiempo. Mi mujer falleció en ese accidente." Henry sonrió y Gabriel se quedó completamente callado sin saber que decir. "…¿y esa cara baby? Ya te dije que pasó hace mucho tiempo…"

"¿Cuántos años tienes Henry?" se apoyó en la pared mirando a su jefe que acababa de recoger las cosas.

"Veintisiete. Ella murió cuando yo tenia veinte, nos casamos muy jóvenes ¿verdad?" le hizo un gesto al castaño para que le siguiera y este asintió saliendo del apartamento y bajando por las escaleras. "…los jueves acostumbro a ir a visitar su tumba así que no abro hasta las siete."

"Ah…ok, lo tendré en cuenta." Sonrió y abrieron la puerta de la cafetería.

"Ahora me toca a mi preguntar…"

"¿Uhm? Vaya esto parece un concurso de a ver quién la acierta." Gabriel se pasó las manos por el cabello y se sentó en la barra delante de su jefe que le miraba con una sonrisa torcida. "…me das miedo con esa sonrisa."

"¿Qué ocurre con cierto pelirrojo que viene aquí a menudo? Las miradas entre vosotros no sé si son de odio o de deseo…" se rió y Gabriel chasqueó la lengua apoyándose sobre sus manos.

"Nada importante…estuvimos saliendo de escondidas. Nadie lo sabía, solo corrían algunos rumores pero nadie los creía ya que; ¿Cómo podía ser que Anthony el chico más popular estuviera con un tío afeminado teniendo a todo un harén de chicas que se moría por él?" sacó la lengua de modo infantil. "…no quería una relación basada en tener que ir a sitios que no nos vieran… y como él no quería decirlo decidí que no valía la pena."

"¿De verdad?" Henry enarcó una ceja y el castaño le miró sorprendido. "Yo creo que te importa demasiado aún ese chico…no digo que estuviera bien que no quisiera destapar vuestra relación…pero…"

"Pero nada Henry, se acabó. Ya está. No habrá nada más, nunca." Le agarró el cigarro de los labios y le dio una calada para después apagarlo. "…alguien que no fue capaz de acallar rumores y dejar que cuando me vean por la calle me digan puta…no vale la pena. Y quizá me cuesta odiarle…pero tampoco quiero caer rendido a sus brazos."

"Quizá él no pidió eso…quizá los rumores los propagó otra persona."

"¿¡Quién más?! ¡Si nadie sabía de nuestra relación por el amor de Dios!" se levantó nervioso y miró al rubio que impasible le observaba. "…no fue capaz ni de ser fiel…¿Qué tipo de novio tenia? Cada vez me doy más cuenta de lo estúpido que fui."

La puerta se abrió y comenzaron a entrar clientes.

"Un cliente…" Henry suspiró y después de bostezas miró a Gabriel que le miraba fijamente. "…con el tiempo se descubren cosas baby…"

Vio como Erick entraba en Mouse y como respiraba agitado. Gabriel sorprendido suspiró para tranquilizarse y le pidió permiso a Henry para hablar con él que estaba algo nervioso, y preocupantemente rojo. Henry se encogió de hombros y como no había mucha gente le dio permiso al castaño. Se sentó delante del ojiverde que nervioso bebía de su vaso de jugo.


"A ver mi niño lindo…¿Qué ocurrió? ¿Te atacó el lobo de camino a casa de la abuela?" Gabriel ironizó y Erick se puso aún más rojo. "Uy…esto tiene pinta de ser muy interesante." Sonrió triunfante y Erick se movió nervioso de la silla. "…venga dispara."

"Me-me besó…" Erick se quedó mirando lo interesante que era el vaso de jugo.

"¿Te besó? ¿Quién?" Gabriel se cruzó de brazos y se apoyó en la mesa mirando a su amigo que continuaba igual de rojo que un semáforo.

"Jo-johan…" lo soltó tan bajo que casi no se escuchó. Al no recibir respuesta levantó la mirada encontrándose con la cara de su amigo que le miraba entre divertido y sorprendido. "¡Di algo!"

"¡Joder!" sonrió y miró atento a Erick que miraba hacia todos lados nervioso. "¡Eso es lo que digo! ¡Joder! ¿Qué suerte, no?"

"¡Gabriel! ¿Cómo que suerte? ¿No se te ocurre decir otra cosa?" Erick miró a su amigo nervioso.

"Bueno…pero es que ha sido una sorpresa…no sabía que a Johan le gustan los chicos…"

"¡Eh! Yo no he dicho que le gusten los chicos…de echo me besó pero tiene novia…cosa que no entiendo." Miró a los ojos a Gabriel.

"Pues eso si que es complicado…pero la pregunta es…bueno, de echo son dos. Primera: ¿contestaste al beso?" sonrió pícaramente.

"…" se quedó callado y aún más rojo, si es que se podía claro.

"Tu silencio me indica que si." El castaño se atusó los cabellos y tras suspirar volvió a mirar a los ojos a Erick. "…Y la segunda pregunta y quizá la más importante; ¿A ti te gusta Johan?"

"No-no lo sé…es que nunca me ha pasado esto, a ver, con chicas si…he estado saliendo con alguna pero eran criaturadas, y ahora…nunca me había parado a pensar en Johan 'de ese modo'…es más nunca pensé que disfrutaría un beso…con un chico." Se agarró la cabeza con ambas manos. "¡Arghh! No sé que hacer…¿cómo le miro a la cara otra vez?"

"Yo de ti…le diría que no le tome importancia. Ponte a pensar, quizá fue un impulso nada más…y tampoco puede besarte teniendo novia…"

"Lo sé…No sé…tuve que decirle a mi padre que me encontraba mal y no fui a ver a mi hermano…estaba demasiado alterado…" se frotó los ojos con las manos. "…No entiendo porque tuvo que pasar…yo estaba bien, amigos, nos divertíamos juntos y empezaba a conocerle…"

"Las cosas a veces suceden sin que las puedas parar…" miró hacia la ventana viendo como un porsche negro aparcaba delante de la cafetería, de él bajó Anthony con un cigarro en los labios. El cabello largo recogido en una coleta alta, algunos mechones por el rostro. Pantalón negro, camiseta roja y chaqueta negra, sus ojos café le estaban observando. Sonrió amargamente y volvió la vista hacia su amigo. "…a veces no puedes evitarlas…y te rindes ante ellas, te lo aseguro."

"Entonces no sé que hacer…" miró preocupado a Gabriel.

"No hagas nada…lo que tenga que ocurrir ocurrirá igualmente, es dejar pasar el tiempo y ya verás como todo irá sucediendo poco a poco, ya sea para bien o para mal."

"Siento haberte molestado…estabas trabajando, al final Henry me cogerá manía." Sonrió ya más tranquilo.

"Bah, aunque parezca un tirano…es buen tío." Sintió una mano pellizcándole de la mejilla. "¡Auch, auch!"

"¿Quién es un tirano?" Henry le levantó y le dio con un trapo en el trasero. "¡A trabajar holgazán!"

"Si, si…nos vemos Erick."

"Okay… toma lo que cuesta el jugo." Erick sacó de sus bolsillos algunas monedas.

"No te preocupes chiquillo, invita la casa." El rubio le guiñó el ojo y se fue otra vez tras la barra, el moreno se despidió de ellos y al abrir la puerta se encontró con el pecho de Anthony.

"Hola…¿vienes a tomar algo?"

"Si…¿tu ya te vas?" Anthony vio como Erick pasaba por debajo de su brazo y sonrió.

"Si…vine a hablar con Gabriel el chico que trabaja como camarero, me voy que tengo que ir a casa, nos vemos Anthony."

"Ok…adiós Erick." Se despidieron y entró en la cafetería sentándose en una de las mesas.

Como siempre, observando a Gabriel.
Notas finales: Hola de nuevo mis queridos/as lectores/as! n_n

Espero que este capitulo os haya gustado! Intento ser lo más puntual posible en actualizar U.U

Muchas gracias a todos los que leen y comentan!
Nos vemos en el próximo capitulo que espero que sea pronto ^^

Besos y cuídense.

Dejen comentarios, opiniones, muchas gracas n_n

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