...El perdón.
Nichkhun estaba sentado en frente de su piano, tocando cada tecla con suavidad. Imaginando como sería su vida si Wooyoung no hubiera firmado el contrato con Camille, viendose vivir en tranquilidad con Alex sentado en la sala, leyendo uno de los libros que hasta ahora no habían tocado mientras disfrutaba del aroma de la especias proveniente del ramen del tailandés. Obviamente eso no pasaba de ser una vil utopía, teniendo en cuenta que el tailandés nunca hubiera intentado actuar como un padre sin la presencia de Wooyoung presionándolo para cumplir el contrato y en este momento lo más realista era que Nichkhun estuviera en la calle con todo albergado pagando la fianza de ese contrato al estúpido de Woods. Las teclas sonaban tan vacías en ese silencio que reinaba en el apartamento, se preguntaba tantas cosas, muchas demasiado innecesarias, tristes y fuera de lugar con el antiguo Nichkhun y esa filosofía que lo había ayudado a mantenerse intacto dese que llegó de su país.
Para su gran lastima, la conversación con Minjun había terminado con el desarrollo que el tailandés trató de evitar esas últimas semanas; trayendo a su lamentable estado de incredulidad la respuesta más clara para poder seguir adelante, y es que no podía negar que Wooyoung había hecho muchas cosas innecesarias, por no decir estúpidas, si lo que este deseaba era restregarle una “nueva pareja” a su padre. Se sentía patético, esperándolo sentado sobre el piano que le recordaba su primer fracaso y su más grande logro; aferrándose torpemente a una ilusión que semanas antes había decidido dejar.
-¿Nichkhun?
La voz de Wooyoung detuvo los monótonos golpes a la tecla de sol, que llevaban horas resonando en la sala. Ese fuerte acento le hizo olvidar la razón por la cual había ido al apartamento, el concejo de Minjun y sus ganas de encararlo; incluso lo dejó sin palabras, haciendo totalmente innecesario el torpe discurso que en ese tiempo de espera logró formar para gritarle unas cuantas verdades y poder seguir su vida en paz. Ahora estaba desprotegido ante el coreano, con su mente en blanco, incapaz de verlo como tanto lo había esperado a causa de la falta de luz, respiró un poco al saber que si solo esa silueta envuelta en la poca luz que llegaba de la ventana era capaz de dañar todos sus planes; el ver el ser completo de Wooyoung acabaría con el poco orgullo que le quedaba al estar como un idiota reteniendo sus excusas y lamentos por haber desaparecido tan de repente.
Desafortunadamente últimamente la fuerza del joven tailandés parecía haber disminuido en gran número, porque ese maldito desespero por ver algo más que su sombra, esa necesidad de escuchar su voz decir algo diferente a su nombre acabó con lo único que había prometido jamás haría frente a Wooyoung: Rendirse por completo, y es que nadie podía culparlo. Nichkhun había extrañado al coreano mucho más de lo que cualquiera (incluso él) podía haberse imaginado.
-Woo…
El coreano empezó a deshacerse de sus guantes y bufanda, tal vez en un intento nada agradable de ignorar la presencia de Nichkhun-Alex esta con Minjun y Taec. Si deseas verlo, los puedo llamar para que vayas.
-Ya lo sé.
El rostro del joven no pareció sorprenderse con esa información, en silencio colgó su abrigo y como si eso fuera lo único que espera decirle después de todo ese tiempo sin verse, fue hacía su habitación. Como si la presencia de Nichkhun no hubiera causado el mismo caos en él.
-¿No vas a decir nada más?-Nichkhun apretó la madera de su piano con fuerza, no podían acabar de nuevo sin decirse nada, sin reclamos o una conversación decente.
-Creo que ya lo hemos dicho todo, soy una basura ¿No? Una simple copia de mi padre.
El ruido de las teclas ser golpeadas con fuerza hizo que Wooyoung se detuviera. Era suficiente para el tailandés, él que siempre trataba de presionar por las cosas, de dejar que el destino siguiera su curso sin poner problema alguno; no podía aceptar que Wooyoung se rindiera tan fácilmente y mucho menos con él - ¿Entonces significa que tengo razón?
Wooyoung seguía dándole la espalda, como odiaba esa actitud de él; siempre abierto con sus comentarios y cerrado completamente cuando tenía que enfrentarse seriamente a los demás.
-¡Responde!
-¡Esas fueron tus palabras! ¿ O Acaso decir lo contrario va cambiar algo?
Definitivamente Nichkhun no estaba en el mejor estado para controlar su ira, incapaz de golpearlo fue hacía Wooyoung buscando un gesto honesto de su parte para sentir que esa conversación tenía algún sentido. Tenerlo cerca, sentir el aroma de su colonia; saber que esos malditos labios no eran capaces de rendirse ante él, de darle al menos una muestra de arrepentimiento; si, Nichkhun no estaba en el estado zen que hubiera dejado pero eso solo hizo acrecentar sus ganas de acabar con el orgullo de Wooyoung. Aprovechando su fuerza lo acorraló contra la pared y sin pensarlo dos veces (por primera vez) lo besó con furia, si tenía que atacarlo por lo bajo, lo haría pero no iba a perder sin antes apaciguar su necesidad de probar por última vez la dulce boca de su ex. Obviamente el gesto y la necesidad no fueron del todo reciprocas, pero la duda en los gestos del coreano le dio esperanzas sobre la efectividad de su ataque, tal vez él no era el único que se había sentido como una mierda desde principio de año, sintió un fuerte dolor en su labio inferior y se apartó de Wooyoung cuya respiración estaba igual de agitada a la suya.
-Claro que pueden cambiar. Esa noche no te escuché…
-¿Y ahora si lo harás?
Por primera vez en semanas el tailandés vio el rostro de Wooyoung, estaba más pálido que de costumbre, sus ojos ya no mostraban esa malicia que tanto le atraía; ahora estaban llenos de ira y dolor. Detestaba verlo así, se odiaba por no actuar con la decisión que horas antes logró llevar su cuerpo al apartamento, detesto su inestabilidad en ese momento y no poder ser ese alguien que calmara la tensión; desde su encuentro con Wooyoung siempre intentó ser más maduro, generar algo de equilibrio entre sus estupideces reciprocas. Obviamente había fallado y lo peor era que no se lamentaba.
–Si volviste por Alex, solo dime. Pagaré la fianza de ese maldito contrato y puedes quedarte con él hasta que Taec llené los papeles de tenencia- Wooyoung se apartó molesto.
Nichkhun golpeó la pared imaginando que alguna parte del coreano estaba allí, era increíble como Wooyoung era capaz de seguir con su lamentable papel de mártir hasta el final; incluso con el tailandés casi estando de rodillas ante él-¿Crees que en verdad vine por esa mierda? ¿Tanto te cuesta creer que estoy aquí por ti?- la espalda tensa de Wooyoung y sus puños cerrados lo hicieron calmarse un poco; al menos ahora el coreano parecía dispuesto a escuchar y ser escuchado –Minjun ya me contó todo.
-Ese hijo de…
-Es difícil entenderte Wooyoung ¿Cómo esperabas que reaccionara después de escucharte hablar de nosotros como si fuéramos unas fichas de ajedrez? ¿Acaso no confías en mí o nunca lo hiciste y al final todo fue parte de tu glorioso plan? Porque si fue así, te felicito. Te salió a la perfección y hasta yo me lo creí.
El rostro del coreano ahora lo miraba fijamente, sus ojos cafés abiertos e incapaces de ocultar su sorpresa ante las preguntas del tailandés. No era la mejor forma de hacerlo reaccionar, de hecho su plan era preguntar todo con un poco más de sutileza y Nichkhun no podía evitar sentir un poco de alegría al saber que sus palabras si habían afectado al joven.
-¿Tu qué crees?- Wooyoung preguntó con una voz reseca y un tono que si no fuera por su oído entrenado no hubiera escuchado.
-¡No lo sé, por eso te lo pregunto! ¿Eres una mierda o no? ¡Es algo sencillo de responder!
Wooyoung lo empujó haciéndolo golpearse con la pared, su voz estaba entrecortada – ¡Claro que no es verdad! ¿Crees que hubiera sido capaz de verle la cara de victoria de mi padre después de que me arrodillé para luego verte salir con un hijo de… y además seguir esperándote como un imbécil después de todo?
Ese había sido un knock out que aunque lo veía venir, nunca pensó que doliera tanto. –Solo di que lo sientes- Nichkhun tal vez no esperaba escuchar esas palabras exactas. En ese putno, sabía que su discusión llegaría a un punto muerto donde nada real sería dicho, dudo sobre su decisión de buscar a Wooyoung de nuevo, era obcio que Alex estaría en buenas manos y que como último acto idiota, este pagaría su fianza. Lo único que lo retenía era esa mirada de angustia del coreano, sus brazos temblorosos deteniéndolo contra la pared; Ncihkhu era un estúpido si estaba esperando ganar esa última batalla con Wooyoung.
-Jamás me sentí como una basura hasta esa noche ¿En verdad solo necesitas que te diga algo tan simple?- Las uñas de Wooyoung rozaron contra la pared, su aliento golpeaba levemente el rostro del tailandés y este entendió que esas simples palabras si habían sido suficientes, era un estúpido por dejar que el coreano se hubiera convertido en alguien tan importante para él.
Todavía con el calor del momento, la ira que poco se calmaba y sintiendo los estragos en su cuerpo de la (demasiada) decidió dejar todo el poco zen que le quedaba e ir por lo único que podía apaciguar sus necesidades y de paso comunicar todas esas otras cosas que las palabras miserablemente lograron. Atrapó a Wooyoung entre sus brazos y le dio la vuelta, hasta el momento el de la culpa era él e iba a aprovechar su estado de shock, deleitándose de su estado de poder, atrapó de nuevo sus labios, esta vez sin sentir alguna resistencia; al contrario, las caricias del coreano mostraban esa misma ira, el deseo desmesurado que lo había consumido hasta llevarlo a aquella estúpida necesidad de Wooyoung, que había estado enloqueciendo a Nichkhun.
Sintiendo que si iban a otro lugar todo desaparecería como una cruel pesadilla, apretó con su cuerpo al coreano quien tembló ante el frio roce de la pared; entre mordisco, aruños y maldiciones ambos se deshicieron de su ropa. El calor aumentaba con cada roce de piel que era más como un apuro por sentir al otro de nuevo, llevándolos a olvidarlo todo y concentrarse simplemente en el placer que no parecía disminuir. No hubo tiempo de preparaciones o palabras de amor, el instinto animal de ambos se había despertado y los gemidos ahogados de Wooyoung que trataba de mantener su equilibrio mientras que Nichkhun lo penetraba era la muestra del desmesurado deseo. Cuando el estar de pie ya no fue una opción, el roce de la alfombra quemando su piel en cada embestida no disminuyeron las ansias de los jóvenes que no se detuvieron hasta que sintieron que sus cuerpos magullados se rendían ante el más penetrante de los orgasmos.
Todavía en el piso, Nichkhun se sintió incapaz de alejarse de la espalda de Wooyoung, había extrañado el aroma de su colonia mezclada con el sudor, su cuerpo tonificado, la aspereza de sus manos recorrer su cuerpo. Sintió al coreano dar la vuelta y sus dedos acariciaron su rostro con una suavidad que antes parecía haberse esfumado, ahora era él quien se mostraba sumiso cuando sus labios lo buscaron desesperadamente, entregándole un beso alejado de aquella ira desenfrenada, degustó un poco de la sangre que brotaba por su labio roto y se dejó llevar por ese otro sentimiento que tanto le había hecho falta y acababa con todas sus dudas.
- No quiero que resultes herido por culpa de mi familia, no lo mereces.
-Me dolió más que tú no dijeras nada. No soy tan débil, las palabras de tu padre nunca me afectaran de la forma en que él desea. Solo que aunque no soy fanático de los dramas, no vuelvas a ocultar los tuyos.
-Lo sé, por eso fui por ti... sé que es estúpido hacer reclamos pero después de verte con ese tipo solo quería matarte y pues soy bueno para empeorar la escenas- Wooyoung acarició la espalda de Nichkhun haciéndolo temblar. Era estúpido sentirse feliz al saber que al joven si le había dolido lo que el tailandés nunca quiso volver a repetir. El frio del invierno por fin logró colarse hasta los cuerpos de los jóvenes, haciendo que el calor que compartían fuera insuficiente para refugiarse de las corrientes de aire. Nichkhun los levantó no sin antes aprovechar para tocar todo lo que pudiera en el acto.
–Perdón por eso, yo… en verdad lo siento.
-¿Te gustó?
El tailandés rio levemente –¿En serio?- las cejas levantadas del coreano mostraban que la pregunta no era una broma –No y estoy seguro que no deseo repetir algo así- Fue difícil llegar a la habitación de Wooyoung mientras intentaban ir por una segunda ronda, un poco menos salvaje y el coreano se aseguró de que Nichkhun entendiera la gravedad de su estupidez.
Le había hecho falta el calor de Wooyoung a su lado, esas semanas lejos de todos casi lo habían enloquecido y sin embargo esa sensación parecía estar bastante lejana en esos momentos. Wooyoung parecía haber vivido algo parecido pues pese a su cansancio sus labios todavía jugueteaban con el cuello del tailandés, pero Nichkhun había decidido que la conversación sobre su futuro no podía pasar de esa madrugada. Necesitaba enterarse de todos los planes del coreano antes de seguir, definitivamente no iba a aceptar ese tipo de sorpresas despedazar su vida de nuevo.
-¿Qué vas a hacer con Sora?
Wooyoung se detuvo -Si ese niño es mío, no la puedo dejar sola.
-¿Entonces?- le fue difícil ocultar su molestia ante la respuesta del coreano, aceptar que Wooyoung iba a tener un hijo con una mujer que desconocía no iba a ser nada fácil, pero tampoco podía aceptar que este la dejara a la deriva.
El coreano sonrió y se sentó –Ya hablé con ella y no esta en Japón como creían mis padres- el joven dudo un poco antes de continuar –Esta en Bangkok… con una amiga.
Nichkhun lo miro sorprendido pero no dijo nada, Bangkok, un hijo y una prometida (o ex prometida) desconocida. Tal vez el mejor combo de su vida.
-Le dije que aceptaría la paternidad más no un matrimonio. Estuvo más que de acuerdo pero me pidió que le diera un trabajo digno para poder luego mostrarle a los demás que no había fracasado con sus metas.
Esa mujer sonaba como la versión femenina de Wooyoung y eso asustó un poco a Nichkhun que todavía estaba digiriendo la parte del perdón -¿Ya le conseguiste trabajo?
-Le daré la gerencia de mi empresa.
Que Wooyoung cediera de tal forma su única victoria ante sus padres y la muestra física de su más grande sueño, era un gesto que Nichkhun estaba segura, el señor Jang nunca iba a entender -¿Estás seguro? – Nichkhun nunca esperó que el otro sacrificaría tanto, él por ejemplo nunca hubiera dejado su piano.
-Sí, Sora no merece perder todo por lo que luchó. Confío en ella- Un suspiró calmó el rostro de Wooyoung -Ahora…- El coreano miró a Nichkhun y sonrió levemente -¿Tu qué piensas hacer?
Esa pregunta tenía una respuesta demasiado obvia y bastante simple teniendo en cuenta los planes de Wooyoung –Ir por una ducha, luego ir a donde Minjun, esquivar los golpes de Taecyeon, recoger a Alex y pedirle perdón. Por cierto, hoy te toca cocinar y limpiar el corredor.
Wooyoung no parecía esperar tales palabras, su mano se había detenido en el pecho del tailandés y sus ojos vidriosos no dejaban de mirarlo como si este se hubiera convertido en alguna clase de monstruo con varios ojos y muchas cabezas. Un suspiro de alivio hizo que este entrara en carcajadas, mientras rodeaba todo el rostro de Nichkhun a besos que contenían de vez en cuando un “gracias” y algunas lágrimas.
-Hace poco compré un libro de comida italiana, una pizza casera será suficiente para alviar el dolor que te dejara la paliza de Taec.
-Idiota.
-Soy su padrino de bodas y mejor amigo, tengo muchos beneficios para recibir algo más que algunos insultos.
Los dos jóvenes rieron y Nichkhun aprovechó para secar las lágrimas de Wooyoung, encerrándolo en un abrazo del cual no lo iba a soltar hasta que alguna alarma los despertara de ese sueño.