Despertar esa mañana fue diferente, no había un despertador molesto fastidiándolo, ni su malhumor habitual e incluso había podido dormir maravillosamente la noche anterior.
No hubo pesadillas ni nada por el estilo y todo gracias a Sehun que lo había dejado acurrucarse entre sus protectores brazos y lo había arrullado como si fuese un niño pequeño pero en esos momentos luego de despertar lo primero que notó fue que Sehun no estaba a su lado y en su lugar había una hoja de papel y sobre ella estaban Hun y Han.
«Buenos días, estaré algo ocupado por eso te dejó a los pequeños para que cuiden de ti»
Sin duda encontraba divertido lo que esa nota ponía y no pudo detener la sonrisa que se formó en sus labios, Sehun de verdad parecía el mismo chico de diecisiete años que conoció once años atrás.
Miró a todos lados indeciso sobre que hacer hasta que se decidió por volver a acomodarse en la cama mirando a Han el ciervo y a Hun el lobo, ya ni siquiera recordaba como se le había ocurrido hacerlos, lo único que recordaba de eso era que se había lastimado mucho con la aguja y que había querido darle algo especial a Sehun.
Pero... ¿por qué un lobo y un ciervo?, se preguntó a sí mismo mientras los miraba con mayor atención.
Los lobos aullaban para la Luna aunque Hun era especial y aullaba para las estrellas, también le gustaban los lobos y probablemente esa era la mejor explicación que iba a encontrar, Han en cambio era un ciervo porque eso significaba Lu, su madre también le había dicho que tenía los ojos de uno de esos animalitos al igual que Sehun.
Ambos eran pequeñitos y estaban algo sucios ya, Han estaba algo roto también y era irónico porque justo así sentía Luhan, acarició al pequeño muñeco con las yemas de sus dedos y sin saber como la imagen de Sehun haciendo justo eso mismo cada vez que quería recordarlo llegó a su mente.
-Si tan sólo pudieras hablarme Han, si tan sólo pudiese decirme por todo lo que Sehun pasó todo ese tiempo que estuvimos lejos-murmuró.
Pero Han no hablaba y probablemente sí comenzara a hacerlo Luhan simplemente consideraría que su condición había empeorado al considerar su estado actual.
Un par de suaves golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, dejó salir un "adelante" y segundos después un moreno rubio con la sonrisa más falsa que hubiese visto entró a la habitación.
-Buenos días-lo saludó más por obligación que por ganas.
-Hola-musitó en respuesta.
-¿Cómo te sientes?-preguntó con falso interés.
-Mejor, gracias-respondió decidiendo seguirle el juego un poco más.
-Que bien-sonrió tenso.
Un silencio incómodo reinó entre los dos que ni siquiera se atrevían a mirarse y Luhan de verdad intentaba entender que era lo que Kai pretendía con toda aquella fingida amabilidad y preocupación que estaba intentando demostrar.
-¿Quieres que pida el desayuno o algo?-preguntó.
-Suena bien-se encogió de hombros.
-Bueno… ¿y qué te gustaría comer?-preguntó.
-¿Dónde está Sehun?-ignoró su pregunta e hizo una pregunta también.
-Ah…bueno él está en su estudio, está muy ocupado, se le juntó el trabajo y eso-respondió poniendo la mejor sonrisa que pudo mostrarle hasta ese momento.
-Ya veo-murmuró mirando de nuevo a Han y Hun.
-Son muy bonitos-comentó Kai llamando nuevamente su atención-Sehun alguna vez me dejo ver al pequeño Han, él siempre estaba diciendo que era su tesoro porque su pequeña estrella se lo había obsequiado.
Luhan esbozó una pequeña sonrisa al escuchar aquello y asintió sin apartar sus ojos de ambos pequeños muñequitos, Hun también lo había acompañado a todos lados y de alguna forma siempre había sentido que Sehun iba con él, incluso lo había acompañado cuando conoció a Wu.
Ese día su voz racional, a la cual había aprendido a ignorar, no dejaba de decirle que no lo hiciera, que era mala idea y que seguramente iba a lamentarlo pero no le prestó ninguna atención y simplemente bajó del auto y entró a aquel restaurante tomado de la mano de Shu Jin que ese día lo había presentado como su próxima pareja o eso se había propuesto el mayor hasta que su tío le prohibió tocarlo.
-¿Por qué finges que te caigo bien hoy?-preguntó Luhan sin más rodeos.
Kai se tensó visiblemente mientras hacía a su cerebro trabajar rápidamente pensando un buen argumento para negar las palabras de Luhan pero lo único que llegaba a su mente era que ya estaba cansado y que si Luhan se había dado cuenta ya que no lo soportaba no valía la pena seguir fingiendo más.
-Porque Sehun me lo ha pedido-admitió.
-¿Únicamente por eso?-cuestionó.
-Sí, probablemente a ti realmente no te importe lo que Sehun sienta o quiera pero a mí sí y por eso intento hacer que todo esto sea más llevadero para él-explicó.
-¿Quién te ha dicho a ti que Sehun no me importa?-inquirió con molestia.
-Ay por favor-resopló-A ti no te importa y si lo hace lo escondes muy bien-masculló.
-Tú no sabes nada-afirmó mucho más enojado.
-¿No sé nada?-preguntó con un tono irónico-Soy yo quien lo ha cuidado durante estos once años, soy yo quien ha estado ahí para él, quien limpió todas sus lágrimas porque su ángel ya no estaba, quien lo detuvo de hacer una estupidez, quien se esforzó por sacarlo adelante para que no se perdiera durante el camino, yo he sido más que su amigo y me da rabia ver como tú que se supone deberías amarlo con todo el corazón no dejas de lastimarlo, tú no lo quieres y de hecho creo que no quieres a nadie-escupió con rencor.
Luhan, que en otro momento lo hubiese callado sin esfuerzo, en esa ocasión no dijo nada, ¿de que servía de cualquier forma?, Kai tenía razón, hasta ahora él no sabía hacer otra cosa que no fuera daño, no podía defenderse por mucho que quisiera.
-¿Estas enamorado de él no es así?-preguntó seriamente.
-¿Para que quieres saber, acaso te harás a un lado si respondo que sí?-cuestionó.
-Sí-susurró.
-¿Qué?-musitó asombrado, de todo lo que se pudo esperar eso era lo último que esperaba.
-Es que Sehun se merece ser feliz y no arrastrar con una carga como yo, sé que antes te había dicho que no te quería cerca de él pero tú tienes razón, yo no voy a poder hacerlo feliz y es por eso que si hay alguien bueno que lo haga realmente feliz yo estoy dispuesto a desaparecer de su vida-aseguró.
-Tú…
-Yo únicamente te pido que lo cuides y lo hagas tan feliz como yo no fui capaz de hacerlo, yo…-pausó, su voz estaba quebrándose y no podía llorar frente a Kai-A Sehun le gustan muchas cosas sabes, tiene muchos pasatiempos y supongo que con los años ha agregado más así que intenta compartirlos con él…no lo dejes hacer nada que haya visto en un tutorial en internet porque seguramente hará un desastre-rió al recordar su primer desayuno-Cuando éramos más jóvenes le gustaba pasear en bicicleta así que si pudieras lograr que lo volviera hacer sería genial, no le gustan los lugares concurridos así que si van a salir no vayan a donde haya muchas gente, él tiene un secreto que sé que va a revelarte cuando esté listo así que por favor no vayas a reírte o llamarlo loco y espera porque de verdad que él podrá probarte que no miente, también debes hacer algo para que Suho y él vuelvan a ser cercanos, no me gusta que le guarde rencor pero yo no podría ayudarlo cuando ni siquiera puedo perdonarme a mí mismo y…creo que eso sería todo-sonrió dolorosamente, sintiendo las punzadas de dolor que le provocaban estar entregándole lo que más quería a otro pero valía la pena por ese sentimiento de paz que crecía un poco más.
-Tú…-murmuró todavía asombrado Kai-Eres un idiota-bufó.
Luhan lo miró sin comprender, no entendía porque le llamaba de esa forma si él estaba haciendo algo que le estaba doliendo mucho y el imbécil rubio artificial debería estar muy agradecido por eso y no burlándose.
-No importa si decides dejarme el camino libre porque no servirá de nada, Sehun no renunciara a ti por mucho que yo o cualquier otro se esfuerce, él te adora y la verdad es que no lo amo, no de esa forma por lo menos-explicó.
-Pero…
-Al principio yo realmente llegué a pensar que estaba enamorado de él pero me di cuenta que no era de él sino que quería para mí todo ese amor que tenía para ti, ya sabes, quería que me quisieran así-explicó soltando un dramático suspiro-Él siempre estaba hablando de ti y a mí me enojaba porque Luhan había hecho esto, Luhan era así, Luhan tenía la más bonita de las sonrisas, Luhan tenía los más precioso ojos, Luhan era muy inteligente, Luhan esto y aquello, era de verdad un fastidio y no negare que me sentía muy celoso por eso, él a mí apenas me decía dos palabras pero a la hora de hablar de ti no podía callarlo y me enojaba-suspiró-Tal vez por eso pensé que era amor y eso-suspiró.
-Entonces tú no…
-Yo pude haberme aprovechado de Sehun, ese día el estaba borracho y tan confundido que yo hubiese conseguido lo que venía buscando, él en ningún momento luchó o puso alguna objeción y de hecho estaba correspondiéndome pero entonces…él me llamó Luhan-sonrió algo dolido-Y mentiría si digo que no me dolió porque lo hizo, me golpeo en el orgullo pero también me hizo entender que lo que yo quería era imposible porque por mucho que yo fuese a esforzarme nunca sería tú, Sehun jamás iba a aceptarme porque no era su Luhan además de que seguramente de haber hecho algo más esa noche Sehun y yo no seriamos amigos-murmuró.
-De cualquier forma…
-Es hermoso esto que haces Luhan pero no servirá porque Sehun jamás va a querer a nadie que no seas tú y lo sabes, todos lo sabemos, yo te pido que lo pienses bien y si aun así tú ya no lo quieres deja de darle tantas vueltas y termínalo de una buena vez-aconsejó-Iré por tu desayuno, Puchi, digo...Baekhyun llagara pronto-sonrió honestamente en esa ocasión y lo vio asentir.
-¿Podrías conseguir mi celular?-preguntó.
-Claro-asintió-Oh, casi lo olvido, él fin de semana es su cumpleaños y sería genial que estuvieras con él ese día y un consejo más, si decides que esto vale la pena y que quieres realmente intentarlo deja de mostrarte como no eres, no como Lucifer ni como el fantasma del pasado que todos quieren ver, sino sólo como el Luhan que únicamente tú conoces-dijo para finalmente salir de la habitación.
-El Luhan que sólo yo conozco-susurró para sí mismo.
*****
No tenía miedo, eso se dijo a sí mismo cuando las enormes puertas de gruesa manera de aquella habitación se abrieron, su mirada rápidamente se fijó en la de Wu que aunque le sonreía no reflejaba más que odio hacia él.
Dos mujeres muy hermosas lo acompañaban pero se marcharon luego de un movimiento de mano que Wu hizo, miró primero a Hoya que había sido su guía hasta ese momento y luego a él que lo miraba inmutable desde su lugar.
-Déjenme a solas con el señor Oh y que nadie nos moleste-ordenó.
Hoya pareció tensarse pero igual obedeció y salió de ahí cerrando las puertas tras él, Sehun lo había observado hacer todo aquello y volvió su mirada a Wu al escucharlo carraspear, su sonrisa no se iba aunque seguramente pronto lo haría.
-Tomé asiento señor Oh-indicó señalando una de las sillas frente a su escritorio.
Sehun obedeció ocupando uno de los asientos frente a él, él no volvió a pronunciar palabra alguna y simplemente sacó algo de uno de los cajones de su escritorio, Sehun pronto supo de que se trataba, una fuerte cantidad de dinero fue puesta frente a él, no sabía que era lo que aquel hombre pretendía pero si planeaba comprarlo estaba muy equivocado.
-Supongo que con eso será suficiente para que se mantenga lejos de Luhan-sonrió ampliamente.
-No quiero su dinero-masculló con desprecio.
La sonrisa que Wu portaba se borró entonces, una expresión de odio fue lo que se mostró en su rostro pero pronto desapareció y la sonrisa volvió nuevamente, sus brazos se movieron y dejó sus codos sobre el escritorio con sus manos entrelazadas frente a él.
-¿Le parece poco esto?-señaló el dinero-¿Cuánto quiere entonces?
-Nada, no quiero su sucio dinero-escupió con asco.
-¿Qué quiere entonces?-cuestionó Wu manteniendo su sonrisa a la fuerza mientras apretaba sus manos con fuerza.
-Quiero que deje en paz a Luhan-soltó sin rodeos.
-¿Disculpe?-inquirió con cierta diversión en su tono de voz.
-¿Qué no me ha escuchado ya?-masculló entre dientes.
-¿Quién carajos se ha creído usted para venir a mi casa a decirme lo que tengo que hacer?-preguntó y entonces definitivamente su sonrisa se había ido.
-El hombre que protegerá a Luhan de usted y de cualquier otro que intente hacerle daño-sentenció.
-¡¿Hacerle daño?!-soltó furioso-¡Mi diamante es una de las personas que yo más quiero y jamás le haría daño!
-¡¿Quererlo?!-bufó-¡¿Y qué clase de retorcido amor es ese que lo tortura y lo hace experimentar miedo?!-inquirió-¡Aléjese de Luhan, no vuelva a acercarse a él o haré que se arrepienta!-advirtió provocando que Wu se echara a reír con ganas.
-¿Y qué podrías hacer tú, un insignificante hombre que ni siquiera puede enfrentarse a su padre?-preguntó con burla-Luhan necesita a un hombre hecho y derecho, no un patético intento de hombre que ni siquiera puede defenderse a sí mismo.
Sehun apretó los puños y los dientes, sabía que ese maldito hombre tenía razón pero no podía rendirse, no así, no frente a ese hombre porque no le tenía miedo y no iba a dejar que siguiera jodiendole la vida a Luhan.
-¿Y cree que me interesa lo que un hombre tan rastrero y despreciable piense de mí?-preguntó con sorna-No voy a dejar que siga arruinándole la vida a mi Luhan-sentención.
-¡LUHAN ES MÍO!-gritó rabioso, no iba a dejar a ese niño arrebatarle a Luhan, no a SU Luhan.
-¿Suyo?-sonrió irónico-¿Es por eso que él dice que no está a su lado por voluntad propia, que únicamente lo necesita?
-¡MIENTES!-gritó una vez más.
Lo vio ponerse de pie amenazadoramente pero no se movió aun cuando lo vio mirarlo como si quisiera matarlo y tal vez estaba buscándose que lo hiciera pero no le importaba, porque de una manera u otra iba a conseguir que Luhan estuviera libre de ese hombre.
Wu se sintió aun más furioso al ver la sonrisa mordaz de ese mocoso ensancharse, iba a matarlo, definitivamente iba a matarlo, logró recuperar la calma y volvió a ocupar su sitió como si nada hubiese pasado.
-¿Qué tanto estas dispuesto a hacer para que deje a Luhan libre, como tú dices?-preguntó.
Era una trampa y lo sabía pero le daba igual, lo haría de cualquier forma porque se trataba de él, era por Luhan y no le importaban las consecuencias de sus decisiones o lo que pudiera pasarle, estaba decidido a continuar adelante.
-Lo que sea-respondió sin dudarlo.
-¿Y si el precio de su libertad es tu miserable vida?-cuestionó.
-¿Le parece que he venido hasta aquí para dudar?, sea el precio que sea yo voy a pagarlo-dijo con firmeza.
-Tenemos un trató entonces señor Oh-sonrió triunfante, no iba a tener a Luhan, no ese hombre que valía absolutamente nada, no iba dejarlo tenerlo.
*****
La sonrisa inmensa de Baekhyun comenzaba a irritarlo pero no quería pedirle que se fuera, quería hablar con él y tal vez quería darle las gracias por siempre estar a su lado a pesar de lo idiota que había estado siendo con él.
-¿Cuándo volverás al trabajo?-preguntó Baekhyun con un puchero-Te echo de menos y me aburro sin ti-murmuró de forma infantil.
-No lo sé-murmuró.
-Si es por la señora Lian ya no debes preocuparte de nada-aseguró recibiendo una mirada confusa de su parte-Tal vez no deba decirte pero Sehun fue a decirle que si no iba aquedarse de brazos cruzados si volvía a meterse contigo-susurró con cierta emoción.
Luhan se sorprendió al escuchar eso, no lo sabía y tampoco sabía cómo sentir ante eso, o sí, sí sabía pero no podía expresarlo como quisiera, dos golpes en la puerta le indicaron que Kai iba a entrar, lo miró hasta que llegó a su lado y le extendió su celular.
-Aquí tienes tu teléfono-sonrió.
-Gracias-murmuró.
Notó cierta tensión entre su peli rosa amigo y le moreno pero decidió no comentar nada concentrándose sólo en las 250 llamadas perdidas que tenía de Wu Jian Hao y si lo conocía bien sabía que las primeras cien llamadas eran para gritarle que debía volver o iba a pagárselas, las siguientes 100 serían para disculparse y las 50 restantes no tenía ni idea para que serían.
Vio también que había que había 16 llamadas de Shu Jin y finalmente un mensaje de Hoya, eso era raro y repentinamente tenía un maldito mal presentimiento, abrió rápidamente el mensaje de Hoya mirando impaciente la pantalla.
De: Hoya
Para: Luhan
Le advertí sobre su novio, el muy suicida esta aquí y nada buena pasara.
Luhan dejó caer entonces su celular y le envió una mirada alarmada a Kai que repentinamente se puso demasiado nervioso.
-¿Do-dónde está Sehun?-le preguntó rogando porque le volviera a decir que estaba en su estudio.
-E-está en…
-¡No vayas a mentirme!-advirtió histérico.
-E-en una cita con Wu-respondió finalmente.
No, no, no y no.
Fueron sus últimos pensamientos antes de que se levantara a toda velocidad de la cama y corriera hacia la puerta, al diablo el hecho de estar enfermo, de vestir solo su un pijama, de arriesgarse a que Wu decidiera matarlo a él en lugar de a Sehun, tenía que llegar a tiempo.