... Puede dejar al mundo confundido.
Alex estaba en su cuarto, Wooyoung sentado en la silla del piano con su mirada perdida y Nichkhun no podía creer en lo que estaba viendo (y escuchando). Nunca se hubiera imaginado que su odio por las sorpresas se acrecentaría, o su incredulidad ante las falsas excusas, o simplemente a lo irreal de ese momento.
–Alex es mi hijo y no voy a permitir que me lo quiten. De hecho no pueden, ese contrato nos llevaría a un lio judicial que lo dejaría rápidamente en un hogar de paso.
-¿Y crees que te lo puedes llevar así no más?- Wooyoung trataba de mantener su voz en un tono bajo para que Alex no se asustara – ¡Lo dejaste con dos desconocidos por casi un año! Y no hablo de juicios, no podemos ganarte, pero no es tan fácil como… llegar de sorpresa y esperar que nos vayamos como si nada hubiera pasado, es estúpido.
Camille se secó las lágrimas con un pañuelo, nunca esperó que su llegada fuera recibida con Alex corriendo para su habitación y encerrándose, sin una palabra de enfado, o una sonrisa de su parte. Incluso la sorpresa de los dos jóvenes parecía ser más real con sus expectativas que la reacción del pequeño.
-Eres una basura- Nichkhun murmuró lo que hacía mucho deseaba -¿Lo abandonas y luego llegas tan tranquila para amenazarnos?
Camille tragó saliva –Lo tenía que dejar, con Alex a mi lado jamás me hubieran dado ese trabajo como modelo.
-Claro, esa parece ser una razón bastante obvia para dejar a tu hijo- Wooyoung caminó hasta estar cerca de Nichkhun, este sabía que era más para controlarse y no hacer alguna locura.
-No puedes quejarte Jang, me enteré de tu situación y todo salió como querías- El estado de Camille la llevaba a defenderse con todo lo que pudiera, Nichkhun pensaba que había perdido la cabeza al querer tocar ese tema como si nada en frente del coreano – ¿No deberías estar contento con el resultado? Eres libre de tus padres.
La ira de los dos jóvenes parecía ser demasiada como para atacar a la joven, el rechazó de Alex había hecho demasiados estragos en ella y el silencio de Wooyoung ante su ataque demostraba que ninguno de los dos estaba preparado para su aparición tampoco. Incluso, habían llegado a pensar que Camille nunca regresaría.
-¿Podemos hablar con Alex? Ya que la pelea por su adopción es imposible, al menos debemos explicarle lo que está pasando- Nichkhun tomó aire mientras trataba de no explotar. Sus planes a futuro no contaban con este giro, su vida no había sido planeada sin el pequeño a su alrededor. Pero lo que estaba viviendo el niño ahora era más importante y le estaba preocupando demasiado no poder ayudarlo.
Camille se levantó y arregló su vestido –Claro, no los iba a echar apenas llegara. Woods me contó que se habían encariñado con Alex, así que tienen dos días para hablar, jugar o lo que sea para despedirse de él.
Antes de que la mujer partiera, Wooyoung fue hacia ella y la atrapó de un brazo –Jamás pensé encontrar a alguien peor que yo Camille, y no es algo que piense por lo que estás haciendo. En cuanto colgaste esa puta llamada hace ocho meses, deseaba decírtelo.
Camille se soltó rápidamente y salió del apartamento. Era difícil decir cuál de todos era el más afectado con la inesperada sorpresa que les esperaba después de ese soñado viaje al extranjero. Los dos jóvenes se miraron y cada uno pudo notar el desespero en el otro, ese sentimiento de pérdida que iban a vivir en el momento en el que hablaran con Alex. Ambos maldecían su suerte al saber que no podía pelear por su tenencia, sus errores los habían condenado a un momento irreal, donde ganar era imposible.
-¿Ya se fue?- Alex apareció ante los dos hombres abrazando a su koala favorito -¿Vuelven a ser mis tutores?
Wooyoung fue el primero en quebrarse e incapaz de darle la cara al niño fue hasta la cocina donde empezó a calentar agua. Alex lo siguió con la mirada en silencio, bajando su mirada con tristeza.
-Volverá pasado mañana- Nichkhun se arrodilló y trató de sonreír para calmar al pequeño – ¿No querías preguntarle donde estuvo?
-No. Ya no quiero, ella se fue y ahora estoy con ustedes- Alex empezó a llorar apretando con más fuerza el juguete –Yo no la quiero ¡No la quiero!
El tailandés no supo que decir ante el llanto del pequeño, incluso le era difícil comprender su dolor ya que pocas veces le preguntaron sobre Camille. Afortunadamente Wooyoung había terminado de preparar té y un poco más calmado logró ir hasta donde estaban los dos -¿Por qué no dormimos y mañana hablamos?
-Mi… mamá… - Alex siguió llorando –Yo… no quiero…
Fue un trabajo algo complicado lograr que el pequeño estuviera listo para ir a dormir. En medio de las preparaciones para alistar la habitación de Nichkhun, los susurros entre ambos y el cansancio del viaje, Alex se rindió. Desafortunadamente no los dos adultos.
-Hay que llamar a Minjun- Nichkhun miró al niño que dormía tranquilo en medio de los dos –No puedo creer que Camille apareció.
– Si no fuera por Alex la hubiera mandado a la mierda hace tanto- Wooyoung acarició la mejilla del tailandés para calmarse -Si no fuera por Alex muchas cosas serían diferentes- Los dos jóvenes se miraron en una triste complicidad, ambos entendían la importancia de ese niño en sus vidas; dejarlo ir, iba a costarles más que un simple llanto. Al final, el agotamiento los logró noquear, quienes sumidos en sus pensamientos, se quedaron dormidos tratando de ocultar sus lágrimas.