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Notas del capitulo:

Hola chicas! Ya conteste sus reviews, sé que ya deben odiarme, pero como le dije a una chica jejej espero que sea poquito! Las quiere!


Espero les guste este nuevo capítulo!


A leer!

 


~*~


 


Aomine se encontraba impaciente, no habían pasado más de cinco minutos pero para el ya eran demasiados, kagami se habia mostrado abierto a contarle sobre el padre de Hyde, pero luego de ofrecerle una taza de café, no habia abierto la boca y solo sonreía en ocasiones. Todo indicaba que algo parecía recordar. Y eso de cierta manera también le tenía un poco molesto.


La idea de que kagami aun amara al padre de su hijo no dejaba de atormentarlo en su mente sin siquiera darse cuenta.


—¿Y bien? — presiono.


—Ah, lo siento — dijo con una cálida sonrisa para luego sorber su café —con  técnicamente me refería a que  Tatsuya ya no vive con nosotros. Veras nuestra relación es un tanto rara.


Kagami parecía estar ordenando las ideas. Pensando en que podía decir y que no, ya que no era como si le fuera a contar toda su vida a su jefe y se mostraba un poco incómodo.


—¿Aun sigues con él? — Preguntó tratando de no mostrar su verdadero interés — ohh vamos kagami, puedes confiar en mi — le dijo al ver su cara dudosa —tenemos hasta las tres para esperar a la chica que cuida a Hyde hablemos de algo.


—¿Así? Qué tal de ti — ataco sonriendo el pelirrojo y Aomine bufo.


—Apuesto a que sabes casi todo de mí, mi padre te informo bien.


—En eso tienes razón, mujeriego, irresponsable, despilfarrador de dinero un completo bueno para nada — Aomine se sonrojo de vergüenza. Fue así, pero ese hombre que tenía en frente en poco tiempo le habia motivado a cambiar y demostrarle a su padre que podía cambiar y tomarse en serio las cosas — Aunque eso fue lo que me dijo tu padre, puedo decirte que mi opinión sobre ti a cambiado.


—¿Así? ¿Qué piensas ahora?


—No te lo diré, no quiero subirte el ego — ambos rieron.


—¿Me dirás o no? ¿Aun sigues con el padre de Hyde? — fue su turno de sorber el café.


—La verdad es que no, nunca tuvimos una relación en si — kagami le vio fruncir el ceño y rio —así es, Tatsuya era mi mejor amigo, ambos siempre nos consideramos casi hermanos —  tomo café — Hyde es mi adoración pero puedo decirte que fue producto de la borrachera más grande que he tenido en mi vida. Realmente no sé cómo con Tatsuya llegamos a eso pero paso y en esa habitación esta la evidencia — volvió a sonreír.


Aomine estaba sorprendido, hablaba con tanta calidez de ese hombre, que no podía percibir si lo amaba o lo quería mucho.


 


—En ese tiempo solo nos reímos de la estupidez que habíamos hecho, pero ya luego de unos meses todo se fue al demonio estaba en estado, le conté y ninguno sabía qué hacer, mi padre es dueño de una reconocida empresa en Estados unidos al igual que la familia de Tatsuya. Debido a eso nuestras familias nunca se han tolerado. Cuando les contamos adivina como lo tomaron. Por primera vez se pusieron de acuerdo en algo.


—¿Casarse? — Pregunto Aomine y kagami rio negando.


—Abortarlo — Aomine iba por un sorbo de café pero la tasa volvió a la mesa sorprendido —. No me dejaron salir por una semana, supuse que Tatsuya estaba en la misma situación.  Hasta que un día mi padre dijo que íbamos a salir para librarnos del engendro como le llamaba.


Aomine podía decir que la alegría en kagami se notaba con solo mirarlo, no se habia puesto a pensar en que podría  haber algo que hiciera que sus ojos perdieran ese bonito brillo que tenía.


—Ese día estaba por subirme al auto cuando llego Tatsuya y me conto el acuerdo al que habían llegado nuestros padres, me dijo que después de todo era nuestro hijo. Pero que respetaría mi decisión. Yo no sabía si quería tenerlo pero de algo estaba seguro, no quería abortarlo.


Kagami se sonrojo y se disculpó pensando que estaba hablando de más.


—Para nada, continua — contesto sin evitar relucir su propio interés —si estas tan lejos y solo debo suponer que tu papa te dio la espalda — kagami asintió con tristeza.


—Me dijo que si no me subía al auto me olvidara de él y de todo lo que eso incluía —Kagami sonrió encogiéndose de hombros, ya no le importaba era feliz con su hijo. Pero en ese momento...


Aún recuerda su cuerpo vibrando de miedo e inseguridad de saber cuál sería  su futuro, conocía a su padre, desligarse de él le asustaba. Pero la mano calidad de Himuro luego de esa gentil sonrisa le dio la fuerza para reafirmar su decisión.


Caminaron así tomados de la mano por las solitarias calles hasta las tantas de la noche, en un abrir y cerrar de ojos habían quedado sin nada, solo ellos dos y una creatura en  camino. De tenerlo todo a no tener nada.


Sin embargo ninguno de los dos se hecho a morir y entre risas y sonrisas tristes idearon planes luego de llorar al ver el vaso lleno.


—Luego de un mes nos hicieron la vida imposible así que contactamos a un amigo que fue de intercambio a EE.UU y acepto ayudarnos después de regañarnos claro. Lo mejor era irnos. Venirnos a Japón nos pareció la mejor opción, aquí trabajamos los dos los primeros meses hasta que yo ya no pude hacerlo.


—Las has tenido difícil —contesto Aomine con pesar, pensando en todo lo que tuvo que pasar.


—La verdad es que sí, pero sabes ahora son solo buenos recuerdos, solo me alegra que ahora tenemos todo estable y Hyde no tuvo que pasar por ninguna necesidad.


Sí, algo se removió en Aomine al verlo sonreír, no sabía porque pero cada vez la encontraba más linda y reluciente.


—Pero y Tatsuya ¿Dónde está? ¿Te dejo?


—Bueno es que es complicado


—¿Porque?


—Veras, nosotros solo éramos amigos vivimos juntos y nos desvivimos por Hyde, pero era obvio que alguno de los dos encontraría pareja en algún momento.


—Ósea que te dejo — levantó un poco la vos enojado, “¿Cómo se habia atrevido?” kagami percibió la molestia y supuso que como cualquiera pensó mal de su amigo.


—Sí y no, mira Himuro también es un doncel, yo y Hyde no podíamos privarlo de su felicidad con su pareja, casi lo obligue a aceptar una cita con el chico, se notaba bueno y bastante serio, no cualquiera aquí acepta a un chico con hijos debes saberlo bien. El quiso conocerlo ¿y sabes? aunque le costó acepto nuestra relación, de primera desconfiaba mucho de mí. Hasta que un día le dije que se viniera a quedar a la casa y se diera cuenta como éramos realmente — reía al recordar esa semana.


—Creo que puedo comprender.


—Si himuro no es malo, siempre viene a ver a Hyde y mura también le ha tomado cariño, él también nos ayudó bastante, de alguna manera creo que los tres hemos estado bendecidos, es verdad que pasamos momentos difíciles, pero conocimos a mucha gente aquí que estuvo dispuesto a darnos una mano, hasta tu papá.


Aomine abrió sus ojos sorprendido al ver en ese rostro una expresión tan cálida ante la mención del viejo de su padre


—A ti — kagami se habia levantado retirando su tasa — ¿te gusta mi papa?


—Claro que sí, ¿a quién no? — Respondió ingenuamente — es agraciado, maduro pero con humor, muy Atractivo por cierto — decía mientras lavaba la losa. Aomine estaba que le daba  un ataque hasta que… —ya veo de donde lo sacaste.


Kagami dejo la losa aun lado y se dio vuelta sorprendiéndose por ver Aomine demasiado cerca con una sonrisita en sus labios.


—¿Te parezco atractivo? —kagami adquirió el color de su cabello en sus mejillas, ahora se daba cuenta de lo que habia dicho. Aomine está demasiado cerca, su olor le llegada tan nítido que se sentía desfallecer de alguna manera. Debía reconocerlo, tenía un rico aroma que se mezclaba con el varonil suyo y aquella loción de los mismos dioses. Aomine dio un paso más, dejando muy poca distancia. Él tampoco tenía muy clara la situación, pero la mirada de kagami le incitaba a romper esa distancia.


—Oto-chan


Esa vos les despertó de su letargo, Aomine se alejó carraspeando y kagami por segundos se quedó perdido mirando a su hijo refregándose sus ojitos.


 


~*~


 


Ninguno de los dos dijo algo por aquella situación. Llegada la hora ambos se habían despedido del pequeño. Y en el auto todo siguió con normalidad. Ambos de manera individual habían decidido borrar aquel extraño suceso sin darle mayor importancia.


Al llegar a la oficina todo seguía normal y tranquilo, no sabían si se habia dado cuenta de su ausencia pero pasadas las horas nadie les habia dicho nada así que supusieron que no.


Kagami estaba en su escritorio aun con las palabras en la boca.


—A… Aomine — dijo con vos firme a pesar del titubeo inicial.  El moreno levanto su mirada de la laptop y le vio un poco nervioso.


—¿Qué pasa?


—Muchas gracias — le dijo para luego bajar la vista y seguir con su trabajo.


Aomine habia sonreído casi con ternura por su reacción, a la distancia podía ver un simpático sonrojo que vanamente kagami habia querido ocultar.


Ambos seguían con su trabajo disfrutando de la grata compañía y el silencio. Hasta que como un torbellino entro su padre sin siquiera pedir permiso. Aomine bufo al verle y se estiro en su asiento. Kagami sudo frio al pensar que se habia enterado de su escapada y regañaría a Aomine por eso.


—Daiki — dijo con tono de ultratumba —¿En que habíamos quedado?


—¿Con que?


—Con tu departamento — dijo suspirando cansado mientras se sentaba en el gran sofá ya suponiendo la larga y nueva conversación que tendría con su hijo. Aomine volvió a bufar sabiendo a lo que se refería.


Kagami por otro lado se imaginó que algo debió haber hecho Aomine en su casa, para que ahora su padre viniera a regañarlo. ¿Tirar la casa por la ventana quizás?.


—¿Por qué aún sigue vacía?


—No sigue vacía, me compre una cama —una muy grande cabía mencionar 


—Recuerdo haberte dado el dinero suficiente para te compararas las cosas necesarias para amoblar tu departamento. ¿Gastaste el dinero? —aquello más que una pregunta era una afirmación de parte del mayor.


—No, aún sigue ahí, pero andar de compras no es lo mío, lo comprare por internet en algún momento.


—Pues date el tiempo o necesitas que te ponga una niñera en tu casa también.


El moreno estaba colérico y más aún al ver que kagami sonreía mientras fingía concentrarse en su trabajo. “maldito sexy pelirrojo, nadie se burlaba de él” la culpa también era de su padre. ¡Por favor ya era un hombre adulto! 


Su padre suspiro cansado y antes de retirarse miro al asistente. Kagami se paró y le miro asustado.


 —Sé que mañana es tu día libre pero podrías acompañar a mi hijo, no quiero nada de lujos innecesarios —mencionó mirando de reojo al moreno que estaba a punto de saltar el escritorio. Estaba claro su padre lo hacía apropósito —No, tu cállate. Agradece que te diera el dinero para eso O que ¿quieres que como toda persona trabajadora comprar tus cosas a punta de tu sueldo?


Al ver que el moreno no dijo nada y solo se sentó mal humorado, miro al pelirrojo esperando una respuesta


—Claro que si Aomine-sama


El hombre le dio una cálida sonrisa que sonrojo al pelirrojo antes de reverenciarlo. Sin duda el hombre era guapo.


Kagami miro al moreno y este estaba cruzado de brazos con un ceño tan fruncido que casi se hacia uno con su nariz.


—¿Qué?


Aomine se sentó y siguió con lo suyo. No sabía a qué se debía su molestia pero era claro que lo estaba. Ya era las 6 de la tarde y la jornada laboral se terminaba.


 Kagami habia encontrado prudente quedarse debido al incidente con Hyde aunque Aomine habia alegado lo contrario.


Ahora ambos  estaban en la entrada del departamento y kagami le miraba ceñudamente  mientras Aomine solo se hacia el leso.


Efectivamente el departamento estaba completamente vacío, y al ser tan grande pues este se veía peor, ni cortinas tenia. Ahora entendía la molestia del señor Aomine ahí no se podía vivir.


—Ah~ ¿está bien como a las 11 mañana?


 —Supongo


—Bueno ya me voy te llamare cuando venga cerca para que bajes.


—Está bien umm… —kagami se detuvo al percibir que algo quería decirle — nos vemos — kagami asintió. Realmente quería decirle que le avisara sobre el estado del pequeño. Pero aquellas palabras no pudieron salir de su boca.


 


~*~


 


  Ya era de mañana y kagami batallaba por despertar al niño enroscado en una frazada.


—Ohh vamos bebe hoy nos iremos de paseo — no era precisamente un paseo pero la salida quería que el niño la disfrutara y no estuviera rígido. Era bastante obediente pero quería que estuviera tranquilo esta vez.


Sus hermosos orbes rojizos se abrieron lentamente y sonrió a su adorado padre.


—¿Cómo te sientes? —le preguntaba a medida que ponía su frente sobre la del pequeño — veo que mejor —anda — le dio un beso en su mejilla — levántate si no quieres que te deje aquí.


Santo remedio Hyde se levantó de la cama y le grito a su padre que lo esperara, kagami solo rio ya fuera de la habitación.


 


~


 


—¿To-chan a donde iremos?   


—Primero iremos por mine-san ¿sí? — su vista seguía al a frente. Justo paso un semáforo en rojo y aprovecho para ver a su hijo con la mirada triste.


—Que pasa ¿no te agrada?


—¿Trabajas hoy? — dijo mirándole con tristeza y cierto reproche. Kagami sabía que los fines de semana eran sagrados para su hijo, era la única promesa que le mantenía después de dejarlo tanto tiempo solo.


—No, no trabajo, pero Aomine tiene que comprar unas cosas para su casa, lo acompañaremos a elegir  ya que él no sabe y luego de eso…


—¡No iremos los dos de compras! — Gritó más alegre levantando sus manitos.


Kagami sonrió y siguió conduciendo.   


Cuando llego por el moreno ya está afuera así que fue una parada corta. La conversación también fue amena. Aomine le habia preguntado al pequeño como se encontraba y luego de eso kagami se vio sorprendido de lo bien que parecían llevarse. Bueno… de su hijo lo sabía él era bastante sociable. Pero no habia imaginado que Aomine  se diera con los niños. Y afectivamente no eran su especialidad pero Hyde suponía que tenía su algo.


—¿Por dónde comenzamos? — Aomine se habia perdido en la imagen en frente. En el auto no lo habia notado pero ahora era diferente. Kagami vestía ropa casual que le daba un toque aún más juvenil, el pequeño en sus brazos solo mejoraba lo presente se veían tan lindo juntos que algo dentro de le dio una sensación de bastante calidez — ¿hey me estas escuchando?


—Sí, la verdad no sé por dónde empezar, si no tengo nada — dijo levantando sus hombros mientras se metía las manos a los bolsillos.


—mm Haber, veamos  — camino hasta un cajero y Aomine le siguió — pregunta el saldo.


Aomine le hiso caso y vio como el pelirrojo bajaba al menor diciéndole que no se soltara de su pantalón, saco la dichosa libreta que pareciera no dejara ni a sol ni a sombra junto con un lápiz.


Anoto la cantidad sorprendiéndose de que era bastante.


—Muy bien ahora a vitri…digo vamos a mirar — Aomine sonrió por aquel tierno sonrojo teniendo el insano deseo de desordenar eso cabellos. Sin embargos solo apretó los puños aun ocultos.


Llevaban rato viendo las tiendas más grandes, pero nada parecía agradarles, kagami parecía ver cosas basándose en los precios y en lo que estuviera acorde con el gran departamento y a la altura del moreno.


—Demonios no alcanza —decía sacando cuentas en su libreta, ya estaban fuera de las tiendas, Aomine sostenía a Hyde y  ambos miraban atentos al pelirrojo con el ceño fruncido. De pronto vio una tienda que tenía por nombre “Dulce hogar” y como logo algo que indicaba el sueño de una casa propia al nuevo matrimonio. Sí, la  pareja que estaba fuera de ella regalando folletos se veían bastante felices.


Esos folletos solo podían indicar una cosa y sus ojos brillaron ante su idea.


—Vengan —kagami tomo a Aomine del brazo y camino como si no fuera la cosa y muy amablemente tomo  el folleto que le entrego la novia y siguió caminando.  Sonrió intensamente al ver el contenido. Lo sabía. Sabía que este tipo de lugares siempre tenía descuentos por temporadas y aún más si compraban muchas cosas y ¿porque no aprovechar el eslogan?.


—Bien esto es lo que haremos…


—Kagami no creo que sea buena idea


—Ohh vamos Aomine en la guerra y en las compras todo se vale — Aomine suspiro  mirando al menor que se reía no sabiendo muy bien de qué, pero su padre se veía feliz.


Cuando entraron el moreno seguía cargando a Hyde teniendo al pelirrojo tomado fuertemente de su brazo le gustaba su cercanía, pero en este momento  se encontraba nervioso y no precisamente por tenerlo cerca.


Una bella chica de piel blanca y cabello gris se acercó a atenderlos con una elegancia casi irreal.


—¿Puedo ayudarlos en algo?


—Hola — le saludo alegremente el pelirrojo — la verdad es que si, con mi marido nos compramos hace poco nuestro nidito — dijo con una timidez fingida pero adorable ante la chica. Aomine quería morirse de la vergüenza se notaba que el lugar era caro por lo mismo no habia demasiada gente  pero estaban cerca del lugar de pago por lo que demasiada gente para su gusto habia escuchado aquello — y nos hace  falta todo.


—Oh claro entiendo — sonrió la joven — ¿todo, todo?


—Bueno tenemos lo principal, la cama matrimonial regalo mi adorable suegro por nuestra boda. Ya sabe eso no nos puede faltar — susurro a la joven. Ahora si Aomine quería morirse por que contarle tanto a la chica, no lo encontraba necesario. Tomo disimulada la mano de kagami mirándolo amenazadoramente.


—¿Amor viste algo que te gustara? —Definitivo iba a matarlo


—Oto-san — le dijo el menor uniéndose al juego — Esa mesa esta bonita — dijo con su tierna vocecita. El oto-san inicial lo habia descolocado pero luego suspiro, ya que~ les seguiría el juego.


—¿Te gusta esta Hyde? —  le preguntó bajándolo de su brazo. El pequeño corrió hacia la mesa de vidrio negro. La verdad es que era muy bonita.


—¿Te gusta Aomine?


A Aomine la habia gustado no lo iba a negar hasta que escucho a una pareja con un pequeño un poco menor a Hyde un poco más lejos viendo otra mesa de vidrio.


 


“—¿Amor te gusta esta?


—No lo sé parece ser una poco inestable para Hiro, preferiría una de madera más segura si no te molesta


—Claro que no amor miraremos otra”


 


—Si… — quedo pensativo, vio al menor queriéndose subir a una silla e inmediatamente fue por el para tomarlo en brazos. La pareja tenía razón. Era bastante inestable — pero, ¿y esa? igual esta bonita — dijo apuntando una de madera con vidrio en el centro.


Kagami la vio y anoto el precio, luego de eso, siguieron mirando, muebles, refrigerador, cocina, microondas, el sofá y unas cuantas cosas decorativas. Kagami miraba y le preguntaba si le gustaban. Aomine reconocía que tenía buen gusto. Aceptaba si le gustaba y le decía si no era así.


Al Final habia escogido todo ahí y efectivamente el descuento era considerable. Kagami se habia hecho cargo de todo con la vendedora.


—Tiene una linda familia — le comento el señor de la caja mientras miraba a lo lejos a kagami jugar con Hyde.


El moreno que le sonrió asintiendo mientras su mirada se perdía en los dos seres sonrientes de ojos similares. Era una bonita familia… lástima que él no pertenecía en ella.


Salía de la tienda con un sentimiento extraño. Que nuevamente ignoro.


—¿Todo bien?


—Sí, dijeron que el lunes estarían llevando las cosas.


—Qué bueno. No tendrás que esperar tanto. Lo mejor es que te quedo dinero —Aomine parecía perderse en todo el pelirrojo. Algo se formaba en su pecho que cada vez se le estaba haciendo imposible de ignorar  —quieres te vaya a dejar a tu departamento o ¿alguna parte? — le pregunto tomando al menor.


—Tu… ¿Tu que harás ahora?


—Tenemos planes con Hyde — Kagami lo dijo juguetonamente como algo confidencial con su hijo. Sin embargo para Aomine aquello habia sido una barrera para lo que habia pensado. Estaba claro que no era parte de ellos dos.


Se sorprendió ante su pensamiento y sonrió con ironía para sí mismo.


—Bueno no te preocupes entonces—sonrió —  tomare un taxi, muchas gracias. — y con una sonrisa se despidió. Le dio una pequeña caricia en el cabello del menor y se fue.


Kagami solo asintió. Sintió a su pequeño removerse entre sus brazos y lo bajo.


—¿Que quie…  —lo vio correr hasta al moreno.


—¡Mine-san acompáñanos! —grito estirando sus brazos para que Aomine lo tomara. Aomine quedo tan sorprendido que lo quedo mirando como si fuera la cosa más rara del mundo.


Kagami llego con el pequeño y lo tomo en brazos riendo apenado.


—Bebe. Aomine tiene cosas que hacer ¿verdad? — miro al moreno que aun seguía shockeado por ese pequeño de mirada heredada.


—¿No puede? —le pregunto Hyde mirando al moreno con tristeza. Aomine miro a kagami. Como preguntándole que rayos hacía. ¿Mentirle diciendo que no podía cuando si podía? ¿Y peor aún quería?


—Yo no tengo problemas Kagami, pero si te incomoda… — “rayos esto es complicado”


 Pensó el moreno rascando su cabeza. Kagami no tenía problemas solo pensaba que podía ser complicado para al moreno y estuviera aceptando solo por que se lo pedía un niño. Por otro lado si a su hijo tampoco le molestaba. Tampoco tenía problemas.


—Tampoco, bien ya que está decidido ¿dónde quieres ir? —el pequeño se removió de sus brazos nuevamente y apunto a aquella M amarilla gigante.


Kagami lo supuso y sonrió, tomo su mano y se dispuso a caminar seguido de Aomine.


Al llegar el pequeño miraba hacia todos lados. Le gustaba ir a comer al Mcdonald´s pues lo encontraba cálido y familiar; cabe mencionar también que el juguete también tenía mucho que ver. Siempre veía niños por todas partes siendo consentidos por sus padres. Miro hacia arriba mirando a su padre y luego al moreno. Con timidez pero con convicción a la vez tomo la morena mano.


Aomine ante el tierno acto sujeto su mano con firmeza, la sonrisa que le devolvió el pequeño la guardaría por siempre en su corazón.


 


~*~


 


Se les habia hecho tarde y  Hyde yacía dormido en los asiento traseros del auto. Luego de comer habían ido a jugar. Aomine no recordaba haberse divertido tanto como hoy. Los autitos chocadores habían sido el detonante de sacar a relucir su lado más infantil. El propio kagami le habia pedido a su hijo que esperara mientras le declaraba la guerra al moreno. Llegando a tener hasta una aglomeración de personas mirándolos con diversión.


—Lamento haberte arrastrado hoy — mencionó kagami con una sonrisa


—No te preocupes lo pase bien. Despídeme de Hyde


—Cla… — no alcanzo a terminar ya que el moreno le habia dado un beso en su mejilla al momento que se bajaba del auto.


—Nos vemos el lunes


Kagami asintió y hecho andar el auto.


Aomine entro a su desolado y vacío departamento llegando directamente a su cama para estirarse y mirar el techo. Ni lo frio de su departamento podría hacerle cambiar la calidez que sentía dentro de si.


Por otro lado kagami estaciono el auto y se quedó pensando en el gesto del moreno. Aun sintiendo el ardor en su mejilla. Una lágrima se escapó de sus bellos ojos. Tenía miedo pero era un miedo tan bello que lo hacía sentirse  muy confundido y por eso lloraba.


 


~*~


 


Ya estaban en la oficina comenzando una nueva semana laboral. Aomine de ves en cuando miraba al pelirrojo concentrado, para luego sumergirse en sus propios asuntos. La próxima semana tendría la reunión con Midorima y lo conocía bastante bien. Ese sujeto era un dignó empresario para la corta edad que tenía. Y él no se quedaba atrás pero si sabía que podría  estar en cierta desventaja al estar tanto tiempo alejado de todo lo que se refería a la empresa.


Se distrajo un momento al escuchar el teléfono de kagami.


—Si… espere un momento —bajo el teléfono y miro al moreno — una chica pregunta por ti y no quiere dar su nombre.


“No ahora por favor” pensó el moreno pensando quizás en cual de todas vendría a molestar ahora.


—No, que digan que estoy en una re…


No dijo nada más al ver a la susodicha entrando a la oficina. Si “y de todas tenía que ser ella” pensó el moreno.


—Necesito hablar contigo


—Pues que yo sepa no tenemos nada pendiente así que por favor retírate. — paso de ella volviendo a mirar sus papeles.


Kagami miraba atento a la chica ante semejante desplante. Se le hiso muy familiar. No habia podido ver su rostro pero ese cabello solo lo habia visto en una sola persona. La chica era de infarto poco dejaba a la imaginación y para gracia de ella tampoco se veía vulgar. Gozaba de unos ojos cielo nada más hermosos combinados con un cabello violeta tan oscuro que solo hacia resaltar su piel nieve. Ojos caídos que combinaban tan bien con la hermosa sonrisa que poseía.


La chica casi perfecta si no fuera por la miserable personalidad que tenía.


—Pero yo sí. Recuerdo haberte dicho que me llamaras.


—Yo también recuerdo haberte dicho que no lo haría.


—Qué raro no recuerdo eso.


Aomine bufo. La chica solo escuchaba lo que interesaba.


—Da igual, ahora te lo repito, no tengo nada que hablar contigo así que si me disculpas, vete que tengo mucho trabajo.  


—Vamos Daiki —hablo con vos melosa rodeando la mesa para descaradamente sentarse en la mesa dándole una tentadora vista de sus piernas a Aomine.


—Bueno creo que yo sobro aquí — dijo pesadamente kagami levantándose para irse.


—¡Espera Kagami! — le detuvo tomo a la chica del brazo y camino con ella junto a la puerta.


—Enserio lárgate— volvió a pedirle por las buenas.


La chica se topó con la mirada de kagami y sonrió. Kagami hiso lo mismo de manera prepotente. Después de todo si era ella.


—Vaya, vaya. ¿No te resulto con kise y ahora andas en busca de otro padre para tu bastardo?


—Mmm no soy como tu Rasha, mi hijo solo me necesita a mi — sonrió al ver que por un leve segundo la chica fruncía el ceño —  A la que no le resulto con Kise fue a ti ¿no es así? ¿Qué? ¿También trataste de encajárselo a Aomine?.


Aomine estaba de una pieza. Ambos se miraban de mala manera. El moreno no sabía si interferir o no. Kagami suspiro exageradamente


—Ahí que ver que los hombres de hoy en día se meten con cualquier porquería que les abra las piernas — miro a Aomine y luego a  la chica. Palabras duras y directas. Y es que no lograba controlarse cuando mencionaba a su hijo.  


Y el odio era mutuo, Rasha lo odiaba pues nunca parecía poder ganarle en una batalla verbal. Sus insultos nunca lograban afectar al pelirrojo y eso la sacaba de balance haciendo que exteriorizara su enojo.


Por segunda vez aquella mano femenina se hubiera detenido en su mejilla si Aomine no la hubiera detenido.


—Me cansaste — abrió la puerta y salió con la chica a rastras y sin ninguna delicadeza. Casi se la tiro a uno de los guardias —no la quiero volver a ver por aquí   ¡¿les queda claro?!


—Si señor.


Cuando volvió a la oficina tenía vergüenza y maldijo una y otra vez a Rasha por eso. Apenas ingreso se topó con Kagami.


—Yo…. Realmente lo siento Aomine, no debí meterme, lamento mucho si te ofendí con lo que dije no era mi intención… al menos no a ti —Aclaro el punto, pues obviamente quiso ofender a la chica.


Aomine soltó una carcajada olvidándose de su pena anterior y desordeno con cariño sus cabellos.


—Está bien, se lo merecía. Después de todo se metió con Hyde  —a el mismo le habia dado rabia cuando lo habia llamado bastardo.


Tocaron la puerta y luego apareció el peli celeste


—Kagami-kun, Aomine-sama lo necesita en su oficina.


—No ves que está ocupado kuroko, dile al viejo que no ira y si tanto quiere hablar con el que venga aquí—dijo molesto, no estaba ocupado pero no quería que pasara tiempo con ese viejo verde.


Kagami le miro sorprendido y kuroko también. El recién llegado le indico a kagami que ignorara aquel infantil arrebato y fuera donde lo llamaban.


—Volveré enseguida Aomine…san —agrego luego riendo nervioso.


Aomine sonrió al verle así. Y nuevamente tuvo esa sensación que llevaba ignorando y ya no se le apetecía.


—Espera kuroko necesito hablar contigo —le detuvo antes de que se fuera.


—…


Aomine parecía que tenía la boca cerrada con llave. Hasta que agobiado por lo que quería decir y no podía se hecho en el escritorio.


—¿Y bien?


—Necesito tu ayuda


—para que


—Es que… es que creo que me gusta alguien — kuroko  le quedo mirando como si le hubiera salido un tercer ojo. No tanto por lo que habia dicho si nos mas bien el cómo lo habia dicho.  Un susurro mál camuflado mientras parecía estar amurrado y le habia faltado poco para juntar sus dedos índices. Algo aborrecible para el moreno según kuroko.


—¿y…? —


—No sé qué hacer ahora


—¿Te estas escuchado? Has lo que siempre haces con las personas que te gustan y listo


—!¿Quieres que lo lleve a la cama?! — dijo horrorizado aquella proposición le haría acreedor de otro golpe por parte del pelirrojo. Sin mencionar que ni siquiera habia pensado en él y el pelirrojo en términos tan íntimos aun.


—… — kuroko quiso golpearse la cabeza con la pared — ¿Eso es lo que haces siempre?


—Bueno si son bonitas esa es mi meta


—¿Y ahora cual es la diferencia?


—Que no es una persona a la quiera llevar a la cama solamente, al menos no por ahora.


—¿Me estás hablando enserio? — y es que el peli celeste no podría dar  crédito a lo que escuchaba. El moreno asintió  —¿Quién es? Si así necesito investigarla — aquello podría ser grave muy bien lo sabía. Aomine jamás habia tenido relaciones serias por lo que si alguien lo haría caer más tonto no seria.  No permitiría cualquier aprovechada.


—Es… es Kagami


—¿Enserio?


—¡Bueno y ti en que idioma te hablo! — dijo ya exasperado y kuroko rio.


—Lo lamento pero por la larga lista de personas que han pasado por ti ninguna ha sido hombre que quieres que piense. Si es solo curiosidad te digo que lo olvides y dejes a kagami, no es alguien para un juego y ya — se puso serio — si quieres puedo buscar a alguien para…


Aomine golpeo la mesa furioso haciéndolo callar.


—Lárgate


—Daiki….


—Sé que no es alguien para tomar la ligera, por eso quiero hacer las cosas bien. Pero así como tú él puede tener esa misma idea sobre mí y eso… —volvió a sentarse —  me asusta.  


Kuroko sonrió con ternura al verlo así.


—Lo lamento, si quieres un concejo se sinceró. Dile lo que sientes y lo que pretendes con él. Siempre anteponiéndolo a él y su bienestar. Recuerda que antes que tú y suponiendo que el sintiera algo por ti. El siempre antepondrá a otra persona antes que a ti. ¿Eso está bien para ti?


—Claro que sí, es su hijo no puedo competir con el — sonriendo al recordar  aquella cabellera negra y mirada rojiza — pero si con cualquier otro para estar a su lado. — dijo con total determinación.


—Has madurado


—idiota


Ambos rieron. Para Aomine a pesar del mal rato la conversación si le habia servido. Ahora tenía una meta fija con nombre y apellido.


 


~*~


 


En la oficina kagami miraba un poco incómodo al señor detrás de su escritorio.


—Vamos necesito tu ayuda kagami.


—Yo no tengo problemas, pero con lo poco que conozco a su hijo estoy seguro que va negarse.


—Lo sé, pero ya tiene 26 y por su obstinación aun no puedo presentarlo como mi único heredero.


Y ahí estaba, el señor quería hacer una fiesta a lo grande para presentar. O más bien para presumir de su hijo en lo alto de la sociedad según kagami. Se notaba a kilómetros lo orgulloso que estaba de Aomine a pesar de los años de desliz que tuvo.


—Tratare de convérselo


—Sé que lo harás con tu poder de convencimiento, Sé que si  se lo digo yo será un no rotundo y necesito que lo haga de buena gana.


—Está bien — kagami solo sonrió  realmente señor le parecía un poco infantil.


Cuando el pelirrojo se retiró    el moreno miro el listado de invitados  en donde habia uno que tenía encerrado. Pensaba en si decía algo o solo dejaba que las cosas pasaran.


Desconocía que habia otro invitado que también provocaría un desastre.


Continuara…


 


 

Notas finales:

Ah! que tal?! Espero las haya gustado!!

Nos estamos leyendo prontito!

Las quiere

Reiga >w<


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