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Mi Profesor Favorito [Ryuga x Kyoya] por Midori-Hikari1312

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Notas del capitulo:

Hola gente bonita!!! *-*

 

Volví con su nuevo cap!! *^*

 

Perdón el retraso, estoy sin internet aún y tengo que buscar la forma de poder tener internet al menos 10 minutos para poder actualizarles, lo normal de todas las semanas :v

 

Primero que todo, les agradezco muchísimo a las personas que estuvieron comentando esta semana pasada, me dieron mucha fuerza para continuar el fanfics con más entusiasmo del que ya tenía<3

 

Lo de la semana pasada fue más bien un pequeño impulso de rabia que tenía acumulada y creo que salió cuando me empecé a dar cuenta de que tanto lectores como comentarios estaba bajando, pero muchas gracias a las personas que aún con tanto problema siguen leyendo mis capítulos aunque no estén comentando nwn

 

Ok, ya basta de labia, hora de leer!! *u*


Perdón por los errores u.u

-Kyoya-

El muy ligero brillo de la habitación te hizo abrir los ojos despertándote molestamente. Tu sueño era realmente liviano a decir verdad, ya que normalmente suele despertarte por el brillo del sol iluminado toda una habitación a primera hora del día.

Te levantaste un poco y te sentaste en la cama con una ligera incomodidad en la parte inferior de tu cuerpo. T cubriste la boca al bostezar y luego frotaste tus ojos para tratar de que tu visión se enfocará mejor. Palpáste un poco la cama para tratar de encontrar tus lentes, pero lo que encontraste fue otra cosa que te dejo muy sorprendido: una persona. Miraste asustado la ancha espalda que tenía al lado, era un hombre. Tomaste las sábanas cubriendo tu cuerpo inconsciente, dándote cuenta de que estabas desnudo y con muchos moretones sobre tu cuerpo haciendo que te alteraras más. Estarías mintiendo si decías que no reconocías esa espalda, ese gran tatuaje de dragón era demasiado conocido para ti, a pesar de que sólo lo viste una vez

-¿Q-Qué demonios pasó anoche…?- te preguntaste en voz baja muy alterado, luego una a una fueron fluyendo por tu mente las imágenes de la noche anterior, cada frase, caricia, beso y mordida aún estaban frescas en tu mente y se iban repitiendo en tu cabeza dejándote atónito y avergonzado de que todo lo que había sucedido. Escondiste el rostro entre tus rodillas y te abrazaste a ellas sin poder soportar la vergüenza que estabas sintiéndo, seguramente tus mejillas estaban tan rojas que te podían confundir con un tomate y lentamente sentiste tus ojos llenarse de lágrimas. ¿Cómo es que fuiste tan débil como para dejarte llevar por ese niño? Ese no eras tú, no podías ser tú. No podías creerte que la noche anterior tu estuviste gimiendo el nombre de ese niño con desespero como toda una…

Alzaste tu cabeza limpiándo tus lágrimas, ya era suficiente de tanto lamento, además, estabas comportandote demasiado infantil para tu edad y no te lo permitirías, debías ser rápido y salir de ahí lo antes posible. Te paralizaste por completo cuando sentiste como el cuerpo a tu lado se removió haciendo crujir la cama. Te quedaste viendo detenidamente cada movimiento que había al despertar. Ryuga gruñó un poco colocando ambas manos sobre la cama con la intención de  tratar de levantarse, y después cayó nuevamente dando un largo suspiro. “Perezoso” fue lo que cruzó por tu mente al verlo de esa forma, pero recordarte que debías irte de ahí. Estuviste a punto de levantar cuando los brazos de Ryuga sé agarraron a tu cintura y tu cabeza descansa en tu vientre, suspiró con cansancio y te moviste incómodo.

-Buenos días…-habló con desgano sin moverse un sentimiento, y por estar recién despertado escuchaste su voz más gruesa de lo usual- ¿Ya te ibas?- susurró aferrándose más a ti y sin mirarte.

-S-Si…- respondiste aún incómodo.

Para que ocultarlo, estaba muy incómodo, esa era la palabra perfecta para describir lo que sentías en ese momento, mucho más por el hecho de que la noche anterior ambos habían tenido sexo.

-Ryuga, debo irme- trataste de apartarlo pero éste término por tumbarte de nuevo a la cama colocándose sobre ti abrazándote.

-No…- sentenció aún adormilado sin dejar de abrazarte. Pasaba una de sus manos con lentitud sobre tu cabeza relajante un poco. Tal vez esa era su intención, pero en tu cabeza no se alejaba la sensación de que todo eso no debía ser así.

-Ryuga...Esto es un error - dijiste con firmeza tomándolo de los hombros y alejándolo un poco para poder verlo a los ojos- Por favor entiendelo...Todo lo que pasó ayer, fue un error, no debía pasar…- explicabas detenidamente, y aunque eras tú el que trataba de hacerle entender, incluso a ti te dolía lo que le estabas diciendole, tal vez tu mente piense que estuvo mal, pero tu corazón dictaba otra cosa-¿Lo entiendes?- le preguntaste al ver como el bajaba la mirada decepcionado.

-Si…- susurró apenado, suspiraste entristecido por tu reacción y luego el colocó su frente sobre tu pecho sorprendiéndote por su repentina acción- Pero fue el mejor error de mi vida…- dicho este volvió a abrazarte con más fuerza y tu intentaste alejarlo sin éxito.

Estuvieron así por unos segundos, Ryuga levantó su rostro y se te quedó viendo detenidamente, lo miraste extrañado y estuviste a punto de decir algo cuando de nuevo él se atrevió a besarte. Antes estabas seguro de que cuando te besaba y sentías un extraño mareo era todo culpa del alcohol, pero ahora que estás completamente sobrio, no sabes que te sucede cuando te besa, te cabeza da vueltas y lo único que pasa por tu cabeza es Ryuga. Sin poder evitarlo, colocaste tus manos alrededor de su cuello correspondiendo su beso que poco a poco de fue tornando más húmedo y pasional. Sentiste las manos de Ryuga recorrer tu espalda lentamente, no le diste mucha importancia hasta que sentiste que estaba bajando demasiado, y tu aún seguías desnudo.

-¿Mgh?... R-Ryuga, Basta- te separaste para tomar tus manos y pegarlas en su propio pecho- No es momento para cosas como esas, es muy temprano - le dijiste tratando de levantarte de nuevo y él te acorralo en la cama sonriendote.

-Siento que estás más preocupado de que es muy temprano, y no de lo que estaba pensado hacerte...- su sonrisa te puso nervioso, como siempre el pensamiento de que un chico con una sonrisa como esa debía de ser ilegal. Era demasiado perfecto.

-L-Lo de ayer fue un error. Ya pasó y no hay nada que podamos hacer- desviaste tu mirada- Pero ya no volverá a pasar...- sentenciaste en un suspiro.

-Oh, yo te aseguro que si…- Ryuga volvió a poner su cuerpo en medio de tus piernas, y como aun estabas desnudo, por vergüenza lo abrazarte con tu piensas para que el no viera más de lo debido. Tu acción terminó por sacarle una sonrisa de satisfacción- Yo me aseguraré de que vuelva a pasar…- susurró en tu oído haciendote estremecerse el sentir tu aliento cálido cerca de tu nuca- Una y otra vez...Tantas veces yo quiera…- mordió ligeramente tu cuello.

-N-No…- colocaste tus manos en su pecho evitando que se acerque más y Ryuga pasó su lengua lentamente por tu oreja, sentiste como sus caderas se pegaban más a las tuyas logrando que su ambomen descubierto de frote levemente contra tu miembro desnudo. Mordiste tu labio para evitar que un jadeo escapara de tu garganta y que Ryuga se diera cuenta de que ahora estabas excitandote, pero ya era tarde.

Supusiste que Ryuga había sentido tu miembro endurecido rozar su vientre por lo que no dudó en comenzar a frotarse contra ti.

Sus movimientos estaban volviendote loco. Tu mente estaba nublada y sólo podías pensar en Ryuga, sentir tu miembro cubierto por su pantalón rozar tu trasero con descaro, sentir su abdomen formado tu miembro prácticamente masturbarte, sus manos en tus caderas haciendo que los movientos sean más bruscos y sentir su saliendo cálido en tu cuello.

Por un momento, él se detuvo. Colocó su frente en tu pecho y luego escuchaste un extraño sonido que identificaste como el zipper de su pantalón, te sorprendiste cuando tomó ambas de tus manos y las llevó hasta su vientre, haciéndote tomar entre tus manos ambos miembros. Al sentir lo cálido de ambas pieles unidas entre tus manos te hizo estremecer al igual que te puso más nervioso, por lo que casi de inmediato quisiste apartar tus manos de ese luego siendo detenido por las manos de Ryuga, quien para evitar que soltaras sus miembros volvió a amarrar tus manos con su cinturón, igual que la noche anterior.

-Parece que te gusta que use esto, porque aún no quieres aprender…Pero ya me encargaré de eso luego...-la voz tan gruesa y autoritaria que utilizó para decir eso, hizo temblar tu cuerpo de pies a cabeza. Inmediatamente Ryuga comenzó a mover sus caderas contra las tuyas logrando masturbarlos de esa forma tan extraña. Se sentía raro tener entre tus manos el miembro de Ryuga y el tuyo juntos frotándose entre sí. Sus movimientos eran torpes las mayoría de las veces, debía ser difícil moverse de esa forma pero no podías dudar que eso se sentir muy bien.

Sentiste los dedos de Ryuga acariciar tu mejilla haciéndote abrir los ojos para verlo y darte cuenta que él hacia lo mismo. Su mirada estaba fija en la tuya, tenía una expresión de cansancio y placer, su aliento cálido daba de lleno en tu cara haciendo que sus respiraciones se mezclaran. Él pego su frente contra la tuya y se dejó llevar por las sensaciones. Cerraste tus ojos concentrándose en cada movimiento que Ryuga hacía con sus caderas, cada vez se volvían más rápidos y cortos, sentías las manos de Ryuga apretar sus muslos con fuerza al tratar de abrir más tus piernas para acomodarde mejor ente ellas, tus gemidos de había vuelto más fuertes y constantes y sus jadeos al igual que los tuyos tuvieron de tono, ambos estaban disfrutándolo mucho.

-Usa...más tus manos…- ordenó contra tu oído sin detenerse. No entendiste muy bien lo que quiso decir, por lo que tú mismo decidiste improvisar. Con sus dedos apretaste un poco más ambos miembros y instintivamente ambos suspiraron al unísono. Se sentía apretado y necesitabas más de esa sensación. Volviste a ejercer fuerza con sus manos logrando más presión en ambos miembros y de nuevo los jadeos de hicieron más prolongados. Sentías las lágrimas llenar tus ojos nuevamente sin que tu pidieras detenerlo, te sentías a punto de llegar a tu límite y ni siquiera podías decircelo a Ryuga, tus cuerdas vocales estaban demasiado ocupadas emitiendo sonidos obscenos para hablar.

En un momento dado Ryuga capturó tus labios en un beso ardiente, sus lenguas luchaban por ver quien tenía en control y la tuya perdió por mucho dejándose hacer completamente al igual que a tu cuerpo, y momentos después dando un fuerte gemido, que fue callado por los labios del otro, ambos llegaron al final.

Sus respiraciones estaban aceleradas, tu cuerpo estaba entumecido y posiblemente el de Ryuga también. Sentías la pegajosa sensación del semen de ambos sobre tus manos, brazos y estómago, se sentía caliente y al mismo tiempo era asqueroso. Ryuga soltó tus manos que nuevamente tenía una notaria marca roja en las muñecas. Te quedaste recostado sobre la cama tratando de regularizar tu respiración sin mover tus manos de donde estaban por miedo a que el semen de dispersara, eso era responsabilidad de Ryuga, el debía hacerse cargo de eso.

Efectivamente segundos después sentiste un pañuelo pasarte por tu estómago retirando los restos de semen del lugar, para luego darte el objeto y que tu mismo limpiaras los restos de tus manos.

-Hay que vestirnos…-te susurró antes de darte un pequeño beso en la mejilla, él te dio la espalda para tratar de encontrar su camisa y sin poder evitarlo colocaste una de tus manos sobre de mejilla sorprendido de lo que acababa de hacer. Envuelto entre sábanas, te levantaste y caminaste a paso lento hasta el baño, aún permanecía la incomodidad que habías tenido en la mañana.

-Eso se ve lindo…- escuchaste la voz de Ryuga refiriéndose a las sábanas.

-Calla…-dijiste sin mirarlo antes de entrar al baño dejando la sábana hecha un embrollo fuera del cuarto de baño.

Diste un fuerte suspiro al sentirse a salvo de esa constante mirada sobre tu cuerpo. Notaste que sobre el lavado encontraban tus lentes perfectamente acomodados, probablemente los olvidaste ahí justo antes de que…Sacudiste tu cabeza alejando esos vergonzosos recuerdos de tu cabeza y proseguiste a limpiar tu cuerpo, no se sentía para nada agradable la pegajosa sensación del semen mezclado con el sudor de tu piel.

 

~Ryuga~

 

Cuando Kyoya entró al baño y te encontraste nuevamente sólo te tiraste a la cama sin muchas ganas de moverte. Estabas cansado, y era obvio, estuvieran casi toda la noche haciéndolo, y obviamente Kyoya lo único que hizo fue gemir y deleitarte con todas esas adorables caras y reacciones que hizo por cada cosa que le hacías, era lo único que te impulsaba a seguir moviéndote, eras adicto a su salida, a sus labios, a escuchar como gemía tu nombre al correrse o cuando se le escapaba ocasionalmente por estar tan perdido en el placer. Todo de él era una clase de droga para ti.

Escuchaste de nuevo la puerta del baño abrirse y no te dio la fuerza para levantar siquiera la mirada, estabas muy perezoso en días como ese.

-¿Aún no estas vestido?- escuchaste a Kyoya preguntar al verte aun tirado en la cama sin tu camisa puerta.

-Me dio flojera…- dijste apenas entendible pues tu cara estaba contra el colchón de la cama.

-Perezoso…- suspiró Kyoya con cierto tono divertido al hablar.

Volteaste tu cabeza para verlo feo por la forma en la que te llamo, porque aunque era verdad eso, no era necesario repetirlo. Sin moverte, seguiste con la mirada cada movimiento que hacía Kyoya al pasearse por la habitación buscando su ropa, notaste que de su cabello pequeñas gotas de agua bajaban haciendo que los mechones de su frente de quedarán pegados en ella, era gracioso ver su cabello empapado, pues las puntas tan alborotabas que siempre solía tener, estaban en una extraña forma dando la impresión de estar decaídas, como un pequeño perro cuando es regalando por su dueño. Cuando al fin tuvo toda su ropa en mano, estuvo a punto dejar caer de nuevo la sábana que seguía cubriendo su cuerpo, pero volteó a verte frunciendo el ceño.

-¿Podrías...Ver hacía otro lado?- te preguntó incómodo al tener tu mirada fija en él ansioso por ver esa espléndida piel de la cual te sientes dueño.

-...He visto cada parte de ese hermoso cuerpo tuyo. No hay necesidad de sentiese avergonzado por algo como vestirte frente a mí. Además, jamás me cansaría de verte sin ropa. Nunca. Y si alguna vez llegará a pasar pues….No, no va a pasar- dijiste volviendo a mirarlo de arriba a abajo ansioso de que esa estorbosa tela desienda lentamente por su cuerpo dejando al descubierto todos sus atributos.

Kyoya se quedó pensando un poco lo que acababas de decir, parecía tratar de averiguar si de verdad tus palabras llegaban a tener sentido en ese momento, pero luego se encogió de hombros y se encaminó nuevamente hacia el baño encerrándose antes de que tu pidieras llegar hasta la puerta para evitar eso.

Suspiraste derrotado pues sabías que insistirle para que te abriera era completamente inútil, por lo que decidiste dejarlo solo el tiempo que el deseara, tal vez aún no se acostumbraba a todos eso, era demasiado pronto para él.

Al final, te vestiste y saliste de la habitación con teléfono en mano. La hora que marcaba era las 11:37 AM, era bastante tarde la verdad, pero como era sábado, no importabs mucho. Caminaste por una par de pasillo para llegar a la sala de estar, donde todo estaba hecho un desastre, había vasos por toda lados, comida, basura, incluso tal vez una que otra prenda de ropa. Suspiraste para tratar de relajarte, al menos nada estaba roto, y si hubieran robado algo, no ha de ser muy valioso, tu mismo te aseguraste de guardar bajo llave cada una de las cosas de valor que pueda haber por la casa, especialmente el cuadro de tu madre que se encontraba sobre la puerta principal. Mirando hacia ese mismo lugar notando que había un papel pegado a ésta. Esquivaste una que otra cosa que estaba en el suelo para poder llegar hasta ella y tomaste la nota.

 

Hola Bro.

Dormiste bien, Bro?

 

Este bolígrafo es azul :P

Gingka estuvo aquí~ ;)

Gingka, Basta :v El bolígrafo es negro -.-

Deja de escribir y dame un beshito~ u3u



-¿Es enserio, Tsubasa?- preguntaste fastidiado de tanta estupidez. Aún no se te olvida lo que te hizo la noche anterior.

 

Hey, bro.

La lista de favores que me debes se está alargando.

Deberías agradeverme que despertaste con la casa vacía, ya que cuando yo lo hice habían al menos 10 personas durmiendo en el suelo.

Espero hayas disfrutado mucho tu fiesta de cumpleaños al igual que todos tus “regalos”

Como te dije me debes no una, soñó muchas.

Nos vemos el lunes en la escuela.

Mándame saludos a Kyoya de nuestra parte.

Bye~

 

Arrugaste el papel y lo lanzaste hacia cualquier lugar de la casa. Chequeaste la hora en tu teléfono de nuevo, tenías hambre y ya casi era hora de comer, además de que las empleadas ya debían de estar por llegar para comenzar a limpiar todo. De inmediato tu teléfono comenzó a brillar y marcaba el número de…¿Kyoya?

-¿Si?- preguntaste poniendo el teléfono en tu oreja.

-¿Dónde demonios estás?- preguntó con una voz que parecía bastante alterada.

-¿Me extrañaste?- le preguntaste comenzando a caminar de nuevo hacia la habitación.

-¿Quién lo haría?- jurarías que acababa de voltear la mirada, aunque no lo estaban viendo- No tengo buen sentido de la orientación, si salgo ahora voy a perderme de inmediato. Ven a buscarme, quiero irme a casa- pidió y luego soltó un suspiro.

-Pero quiero quedarme más tiempo contigo...Quiero volver a hacerte mío- susurraste contra el micrófono del celular y lograste escuchar un jadeo de parte de Kyoya.

-Y-Ya dejate de tonterías, ven a buscarme - dijo y sin dejarte responder siquiera comenzaste a escuchar el “Bip” repetitivo dando por terminada la llamada. Reíste bajo mirando el teléfono y seguíste caminando hacía tu habitación.

Cuando llegaste lo primero que viste fue a Kyoya frente a la puerta mirándote enojado con sus brazos cruzados y su pié derecho se movio inquieto.

-Tardaste…- susurró sin moverse.

-Oh perdón mi cielo, te prometo no volver a hacerlo - dijiste sarcástico acercándote a el hasta quedar frente a frente.

-Suficiente con eso- dijo fastidiado - Andando…- caminó hacia la puerta y tu fuiste tras de él bajando lentamente tu mirada por su cuerpo hasta quedarse en el cautivador movimiento de sus caderas al caminar- Se lo que estás haciendo, así que detente - exigió sin voltear a verte.

-Es que eres irresistible…- te acercaste más a él para susurrarle al su oído.

Ese fue el fin de su conversación, ya que después de eso tuviste que tomar la delantera para poder guiar a Kyoya hasta la sala principal.

-¿Qué pasó aquí...?- preguntó sorprendido de tanto desastre.

-Una fiesta con mucho alcohol, adolescentes y mucha música a altas horas le madrugada no es una buena combinación para mantener tu casa ordenada- respondiste llendo hasta la cocina siendo segundo por Kyoya, todo estaba ordenado, ya que esa también era una de las cosas que cerraste antes de que todo comenzara.

-¿Quieres café?- preguntaste sacando el cartón de jugo de la nevera.

-¿A las 12 del medio día?- preguntó irónico.

-Cierto- dijste y tomaste directamente del cartón de jugo antes de dejarlo sobre el mesón y quedarte viendo a Kyoya detenidamente el cual se quedó algo incómodo por tu mirada.

-Y-Yo mejor ya me voy…- susurró llendo hasta la puerta de la cocina y saliendo por ellas, sólo un par de segundos después saliste de la cocina y tomaste a Kyoya rápidamente para abrazarlo cuando estaba casi frente a la puerta principal. Tus brazos lo sostenían con firmeza y tu rostro se encontraba en el hueco del cuello y la clavícula aspirando el embriagante olor de Kyoya que se mezclaba ligeramente con el olor del shapoo que siempre usas. Momentáneamente Kyoya terminó por corresponder el abrazo acariciando tímidamente tus espalda con sus dedos casi como si tratara de encontrar sobre la ropa los rasguños que anteriormente había hecho delirando de placer. Suspiraste sobre su cuello al sentir sus leves caricias en esa zona tan lastimada, en tus momentos de excitación los rasguños se sentía bien, pero ahora sólo ardían.

-Te quiero, Sensei…- susuraste para el. Ya era una costumbre para ti decirle de esa forma, era como tu forma especial de llamarlo, aunque lo haces más que todo para molestarlo la mayoría de las veces.

Kyoya se quedó callado sin saber que responder ante tu repetida confesión, posiblemente sus mejillas hallan adquirido un color rojo fuerte y sus ojos tengan esa hermoso brillo de vergüenza al sentirse incómodo por la situación. Quisiste alzar tu cabeza para poder verlo a los ojos y burlarte mentalmente de su vulnerabilidad, pero el no te lo permitió. Te abrazó más fuerte contra su pecho evitando que pudieras verle. Esta vez no pudiste contener una pequeña risa y volviste a acurrucarse escondido en tu cuello. Momentos después Kyoya ya no te sostenía con tanta fuerza, así que no dudaste en alzar tu cabeza y verlo fijamente, él se quedó quieto haciendo lo mismo. Era adorable ver cómo el tenía que alzar mucho su cabeza para verte a la cara y tu tenias que agacharte un poco para poder abrazarlo o besarlo cómodamente.

Besarte su frente repentinamente notando como sus mejillas lentamente adquirían un hermoso color rojo y su rostro demostraba completa vergüenza mientras que con sus sus manos cubría su frente mirándote avergonzado. Reíste de nuevo tomando las manos de Kyoya retirándolas de donde estaban, te encorbaste un poco para estar más cerca de su rostro, viste como, por la cercanía, Kyoya entrecerraba sus ojos y abría ligeramente sus labios esperando ser besaso. No sabias si eso lo hacía intencional o de verdad el no se daba cuenta de que había eso cada vez que de verdad deseaba un beso. Estuviste a punto de besarlo cuando repentinamente la puerta principal se abrió dejando ver a una de las empleadas que al ver la escena simplemente se sonrojo mucho y volvió a cerrar la puerta de golpe. Ambos se quedaron callado unos segundos más mkrando la puerta por donde anteriormente la chica había salido.

-Que oportuno…- susuraste con ironía mirando hacia la puerta, te apartaste un poco y miraste a Kyoya, quien parecía inquieto mifanod hacía otro lado y jugando con sus manos- ¿Sucede algo?- preguntaste colocando tu mano derecha sobre tu hombre izquierdo y el pareció sorprenderse ante tu acción.

-No…- susurró caminado hacia la puerta siendo seguido por ti.

-¿Cómo te vas?- preguntaste.

-Gingka debe estar por llegar, me llamó antes de llamarte yo a ti- respondió sin mirarte.

-Muy bien, pues entonces nos vemos el Lunes - le sonreiste apunto de tomar la perilla de la puerta cuando sentiste un repentino jalón; era Kyoya  quién tomó el cuello de la camiseta que llevabas para acerté encorvar de nuevo y él poder robarte un beso. No te dio tiempo ni de corresponderlo cuando, veloz como un rayo, salio por la puerta con su cara completamente roja.

Te quedaste viendo la puerta cerrada frente a ti completamente confundido de lo que acababa de pasar. Por eso Kyoya estaba tan inquieto, el sólo quería un beso de “despedida” y tu no fuiste lo suficientemente observador para darte cuenta de eso.

Con tus manos tapaste tu cara al sentir la arder. Como ese chico podía ser tan lindo como para hacerte sentir así de alegre y conmovido hasta el punto de haberte hecho sonrojar por completo por algo tal simple como un beso.

-¿Sucede algo, Joven Ryuga?- preguntó la misma chica que antes había llegado sin avisar junto con sus compañeros de trabajo quienes te miraban extrañados.

-No pasa nada, estoy bien. Sólo... comiencen con su trabajo y cuando puedan hagan la comida, muero de hambre- ordenaste a lo que todos asintieron y de inmediato comenzaron con sus labores. Tu subiste a tu habitación con una estúpida sonrisa en tu rostro aún pensando en todo lo que le debió de haber costado a Kyoya tener la fuerza de voluntad para poder robarte un beso, era adorable.

Al llevar a la habitación viste como toda la cama estaba muy deshecha, evidencia de la noche que habías tenido con él. Tiraste todas las sábanas al suelo y fuiste por unas nuevas, tu mismo ordenaste tu cama y al terminar te recostaste en ella mirando el techo. Acariciaste tus labios con lentitud tal como lo hiciste la primera vez que besarte a Kyoya, estaban tan feliz y nervioso en ese momento, era como si hubieras tenido tu primer beso de nuevo, y eso había sido hace mucho tiempo.

Una pequeña sonrisa se dibujó un tus labios sin poder evitarlo, definitivamente ese hombre te tenía completamente enamorado de él.


No puedes esperar a que sea lunes para poder volver a verlo. Eso sería interesante.

Notas finales:

Qué les pareció el cap de hoy? *-*

 

Quieren matarme por haberles asustado y pensar que de verdad no subiría más capítulos de “Mi Profesor Favorito”??

 

O me aman por volver?? QwQ

 

Si gustan pueden dejar un pequeño comentario de su opinión xD

 

Siempre serán bien recibidos ;)

Les agradezco mucho por leerte c:

 

Nos leemos la semana que viene!! *-*

 

Nos vemos >wo


Besos <3


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