Tetsuya tardo un par de segundos en darse cuenta que algo malo estaba pasando a su alrededor.
Se incorporó en el sillón de su sala, donde se había quedado dormido sin darse cuenta, hacia la media noche los dos se habían rendido que Alexa regresaría por Taiga, así que Tetsuya dispuso acostar al niño en su cama y el usar el sofá.
Miro su hogar...
Espanto la modorra del sueño tallándose los ojos y casi de manera inmediata un fuerte escalofrío recorrió su cuerpo… no estaba solo.
Todas las luces estaban apagadas, olfateo un poco y finalmente supo el origen de su agitación.
Taiga yacía de pie, mirándole detenidamente desde el dintel de la puerta de su recamara. Aquello no hubiera mortificado a Tetsuya si hubiera sido el niño pequeño de 10 años el que le estuviera viendo… pero ahí, amenazadoramente estaba el tigre… un tigre adulto, acechándolo en la oscuridad.
Con movimientos lentos y medidos se puso de pie, dio un paso suave rumbo a su cocina pero el enorme gato gruño en advertencia.
Tetsu sabía que ni su forma humana, ni su forma animal, ni su posición como omega a punto de entrar en celo le daban ventaja alguna.
Sus piernas perdieron fuerza y en cuanto sus rodillas tocaron el suelo el tigre camino hacia él, con la cabeza gacha, oliéndole, reconociendo a su pareja.
La cabeza anaranjada se acercó tanto a él que pudo sentir la caliente respiración chocando contra su rostro.
-¿Taiga?... –susurro Tetsuya con el corazón en la garganta… tenía miedo, estaba fascinado por la belleza del gatote, sus ojos y su presencia dominante le sometían en su lugar, estaba excitado… sexualmente excitado.
-regresa… no puedes estar así…- tener a su pareja adulto no era bueno para Tetsuya, con el niño sabia lidiar, lograba reprimirse… un tigre adulto solo estimulaba más sus hormonas alborotadas.
-vamos Taiga… regresa… vuelve…-
Los dientes del enorme felino se clavaron en su hombro, Tetsuya gimió fuertemente y supo que estaba sangrando cuando el líquido carmesí escurrió por su pecho lampiño. Así como lo había herido el tigre comenzó a lamer la piel lastimada, la saliva de un cambia formas era altamente curativa, sus heridas cicatrizaron rápidamente… pero Taiga no dejo de lamer.
Tetsuya estaba perdido… sabía de antemano que no tenía la fuerza necesaria para alejarse mucho tiempo de su pareja, que la compulsión de un alfa era muy fuerte para ser tolerada por un omega, una parte de él estaba llorando… era débil, tan débil que se quería entregar en ese momento a su pareja.
Sintió un poco de frio cuando toda la parte superior de su pijama fue desgarrada, las pequeñas lesiones que provocaba involuntariamente el tigre eran lamidas y curadas prontamente, su piel estaba encendida por estar en un contacto tan íntimo con su pareja.
-Taiga… ya no más… yo… yo… - Tetsu jadeo cuando su pareja le rodeo, coloco su enorme garra en la parte media de su espalda y aplico su peso para inclinar su pecho hasta el suelo y dejar su culo al aire… se quería morir… era tan vergonzoso… tan… tan…
Los colmillos mordisquearon y arrancaron la tela, no tardo mucho tiempo para que Tetsuya sintiera todo su cuerpo desnudo y expuesto, quería cubrirse, quería moverse y negarse… quería… quería…
-uuhh oh!!! – se sorprendió cuando la enorme lengua lamio toda su raja, desde el coxis hasta la sensible puntita de su pene. El apéndice húmedo, rasposo y suave al mismo tiempo le acaricio tantas veces que Tetsuya, pese a que ya no estaba siendo sometido por la enorme pata del felino continuo en su posición, empalándose contra la lengua, gimiendo con deseo… deseando… él deseaba…
Cuando Taiga flexiono sus rodillas acomodándose detrás de él supo que ya no habría marcha atrás, respiro profundo, por más preparación, por más estimulación… la copula con un alfa felino en su verdadera forma rara vez era tolerada por un omega en su forma humana… en el caso de Tetsu supo que incluso su pequeño husky no lo aguantaría.
Abrió sus piernas tanto como pudo, Taiga se posiciono detrás de él y mordió su cuello asegurándose de que su presa no escaparía, cuando el tigre entro en el Tetsu grito como nunca en su vida. Dolía, dolía mucho y no podía hacer nada para revelarse.
Taiga era grande y su interior al ser rasgado por la fisiología natural del tigre comenzó a sangrar. **
Trato de calmar su agitado corazón, araño la alfombra hasta arrancarse las uñas, respiro y respiro tratando de no perder la conciencia, el sudor bañaba todo su cuerpo y su mente iba y venía entre el dolor de ser tomado por su pareja y la satisfacción de ser tomado por su pareja.
Taiga se movió por eternos 2 minutos dentro de él, la sangre bañaba sus piernas y sus rodillas no le aguantaron más desplomándose en el suelo como muñeca rota.
Su pareja había tomado lo que él hubiera dado libremente…
Sollozo muchos minutos despues de salir del shock y se ovillo en el suelo tratando de calmarse.
Taiga no tardo en lamer la herida que había provocado en el hombro y para horror y placer de Tetsuya también lamio su intimidad, todo, hasta curarle, limpiarlo y volverlo a excitar…
Eso se repitió 3 veces más en la madrugada… y fue hasta que Tetsuya se desmayó que finalmente Taiga tomo los cobertores de la cama de su pareja, los ahueco a manera de un bonito nido donde coloco al peliazul y le resguardo con su enorme cuerpo…
Era suyo… suyo… suyo y nadie se lo quitaría.
Alexa abrió los ojos llena de alarma al sentir la presencia de un alfa cerca de su hogar. Riko yacía profundamente dormida resguardada bajo sus brazos, se puso de pie con cuidado a no despertarla y salió de la habitación tratando de determinar la cercanía del alfa que osaba estar cerca de su hogar.
También era un tigre… y uno muy fuerte. Sus instintos por proteger a su manada bullían tanto que estaba por perder su apariencia humana.
Fue la somnolienta y suave voz de Riko la que le trajo de vuelta, su pequeña compañera, con sueño en la voz y en el rostro la observaba desde la entrada a su habitación envuelta en una sábana… debía estar muy somnolienta para haber tomado precisamente la sabana en la que yacía la evidencia ya seca de que había sido virgen.
Enternecida por el gesto Alex camino hasta ella, movió la sabana a manera de cubrir la sangre y la guio a su cama.
-descansa nena… voy por Taiga…- comenzó a vestirse y Riko debía estar realmente cansada puesto que volvió a dormirse con una sonrisa tonta en su bonita y joven cara.
Aprovecharía eso para verificar el lugar. Era tarde… o probablemente muy temprano… esperaba que Tetsuya la disculpara por haberse quedado dormida, las 7 de la mañana superaba la solicitud que había hecho la noche anterior.
Apenas salió del elevador todos sus instintos la impulsaron a liberar su tigre… respiro profundamente, manteniendo a la bestia lo suficientemente cerca para que saliera en caso de ser verdaderamente necesario… nunca había sentido una presencia tan dominante, tan fuerte, tan abrumadora.
Camino hasta el departamento de Tetsuya y todos sus temores se aumentaron… no podía ser… una gota de sudor corrió por su sien, aguanto la respiración y trago sintiendo repentinamente seca la garganta.
Con mucho cuidado cogió el duplicado que bien sabia estaba debajo del tapete, abrió la puerta del hogar… un poco, sin hacer ruido solo para asomarse y ver si adentro estaba alguien que amenazara la vida de su hermano y su vecino… o si Taiga era la amenaza.
Sus ojos se abrieron totalmente sorprendidos al ver ahí, en medio de la habitación a Tetsu inconsciente, desnudo, pálido y marcado, cerca de él, proporcionándole calor y resguardándolo celosamente estaba Taiga, en su forma de tigre, quien al verla gruño, mordió el cuello de Tetsuya y camino con el rumbo a la habitación, como si fuera una madre transportando una cría.
Alexa cerró la puerta y suprimió un grito de terror…
¿Estaba muerto? ¿Taiga lo había matado? ¿Qué había pasado? Corrió por las escaleras hasta su hogar y entro como tornado buscando su teléfono.
Riko salió somnolienta pero espantada y gloriosamente desnuda para encontrarse con ella.
-¿Qué paso?- cuestiono tratando de buscar una forma de ayudarla.
¿Qué había pasado?...
Alexa se quedó atónita un par de segundos y fue hasta que Riko le dio un ligero golpecito en la mejilla y uso su compulsión para calmarla que pudo reaccionar. ***
-Taiga libero su tigre y ataco a Tetsu…-
Los ojos grandotes de la castaña casi saltan de sus cuencas. Sin embargo reacciono con mayor velocidad que su pareja y tomo su celular, reviso en la agenda, Himuro no contesto en su teléfono, corrió a la habitación, tomo su propio celular y marco a Atsushi… tampoco contesto.
Llamo al negocio familiar del oso y finalmente pudo localizarle.