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mi alfa, mi tigre. por yuki666

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Notas del capitulo:

hola!!! la verdad este capitulo ni me dejo dormir, leanlo y mas abajo por favor siganse con la nota...

*publica el capitulo y corre a esconderse*

 

Akashi Seijuro abrió la puerta de su habitación, se desnudó y camino hasta su enorme cama adoselada y permitió que su aura felina perfumara el aire del lugar.

Aquella era la única manera  en que Kouki se calmara lo suficiente para permitir que solo él se le acercara, su esposo tenía que comer y aquel era el objetivo de su visita.

Un omega con cachorros recién nacidos era lo más peligroso que podría haber en todo el mundo, lo decía en serio.

Pese a que Kouki era noble, tierno y bastante tímido y retraído en su día a día desde hace 8 años que se habían conocido en la universidad, la maternidad había sacado su parte más salvaje y protectora y no había permitido que nadie, excepto él se le acercara, bajo ciertas condiciones (estar desnudo era una de ellas).

Y eso había sido reciente, aun recordaba la noche en que había dado a luz, cinco días  atrás, Kouki había estado ansioso, había corrido a todo el personal de limpieza de la casa y había acomodado su colchón spring air King size en el suelo, Akashi sabía que estaba por parir y le había ofrecido internarlo en el mejor hospital, con la más alta tecnología y los mejores médicos del país incluso rentar todo un piso para el solo… pero el chihuahua le había gruñido molesto, con su enorme panza gestante había entrado en su habitación y se había mantenido solo, descansando su cuerpo para el trabajo de parto de dos niños que habían concebido con mucho amor.

Fue hasta que los dolores fueron muy intensos que a Akashi se le había permitido acompañarle, Kouki estaba acostado boca arriba, desnudo, con las piernas abiertas y su pequeño canal dilatado y listo.

Akashi pensó que el cuerpo de un omega era precioso, maravilloso, fuerte y se enamoró aún más de su pareja.

Durante el parto se abría un pequeño canal entre el ano y los testículos que daba paso a los cachorros gestantes, el estrecho pasaje se abrió mientras Kouki pujaba, le ayudo a guiar al pequeño cachorro y despues lo limpio, le pinzo el cordón y se lo acerco a su omega, pasaron 25 minutos más para que las contracciones volvieran a reiniciar y naciera su segundo hijo.

En cuanto ambos niños habían nacido, el instinto de Akashi se liberó y el león lamio a su pareja y sus cachorros dejándoles limpios, Kouki no quería sabanas o cobertores que olieran a otras personas, así que se había acercado a los tres y con su enorme cuerpo adornado por un bonito pelaje color miel y una enorme melena rojiza le había dado el confort y el calor necesario para que pasaran la noche.

Había sido bellísimo verlos amamantándose de su pareja, y su corazón se hincho de orgullo cuando le había permitido regresar a su forma humana y le había besado mientras Kouki cargaba un niño y el al otro…

Pero toda la magia había terminado en cuestión de horas… y Kouki se había vuelto celoso, posesivo y sobreprotector a más no poder. ¡Él era el padre! Tenía derecho a estar con sus cachorros… pero Midorima, su amigo universitario le había explicado que era un proceso normal por el que pasaban los omegas ante la descompensación hormonal, sería cuestión de dos semanas que los instintos caninos fueran suprimidos por el humano y Kouki permitiría que se acercaran otras personas a sus bebes.

Afortunadamente el colchón había regresado a su cama y Kouki descansaba en ella, coloco la charola con comida en la mesita de noche y aprecio la desnudez de su pareja.

Para tener una semana de parido estaba bien… muy bien.

Su abdomen había quedado marcado por algunas estrías, aun le faltaba mucho para volver a tener el tono muscular que había tenido antes del embarazo y su pecho estaba muy apenas inflamado por la lactancia, sus cachorros estaban en su forma de león, internamente se congratuló por haberle atinado como todo un semental a dos machos, leones en la primera preña. Acostumbrado a siempre dar lo mejor de sí y obtener los mejores resultados eso garantizaría que el imperio Akashi continuara en su línea familiar por muchos años. Por su puesto no trataría a sus hijos como lo había hecho su padre con él, pero los educaría de manera tal que entendieran su responsabilidad como hijos suyos para con la sociedad.

Aunque una leoncita o incluso una pequeña chihuahua no hubiera estado mal.

-te traje comida…- susurro para no despertar a sus hijos y no sobresaltar los nervios excitables de su pareja. Kouki abrió los ojos, permaneció quieto, acostado, viéndole fijamente y al ver a sus bebes cerquita de el relajo un poco su cuerpo.

Akashi extendió la mano para ayudarle a incorporarse, tras dudarlo un poco Kouki acepto su ayuda y se sentó en la orilla de la cama. Todo era muy confuso para él, la psique de su chihuahua y la suya se habían fusionado de tal manera que el mundo  se dividía en “sus cachorros” y los “otros” Akashi, su alfa, su esposo, su amante y el padre de sus hijos no entraba en ninguna categoría, no sabía muy bien qué hacer con él, le tenía miedo, le tenía amor, recordaba con claridad que Akashi siempre había sido un caballero con él, era respetuoso, tierno a su manera, seductor, le gustaba salirse con la suya y solamente sonreía para el… pero no podía evitarlo.

Su cuerpo fue recorrido por un fuerte escalofrió y Akashi apretó su mano como gesto de apoyo.

-¿quieres que me valla?- la calidez de aquellas palabras… Kouki aprecio el gesto, verifico que sus cachorros continuaran dormidos y se puso de pie.

-me quiero bañar…- el primer día Akashi había limpiado su cuerpo y el de sus cachorros, los siguientes había regresado de manera intermitente a su forma canina  y se había limpiado así mismo y a sus cachorros, lo que lo había cansado mucho, por muy vergonzoso que fuera su forma animal era por lo mucho unos 20 cm y 1 kilo más grande que sus crías, limpiarlos había sido una misión titánica. Ahora realmente deseaba sentir el agua caliente en su cuerpo.

Los dos caminaron al baño y Akashi puso a llenar la tina, el agua caliente creo volutas de vapor que dio cierta intimidad al momento.

-sin shampoo… solo…- Kouki no quería oler a nada que no fuera a sus cachorros, solo quería sumergir su cuerpo en el agua caliente para relajar sus músculos cansados.

Akashi le ayudo a introducirse a la tina, con un pequeño balde remojo su cabello, sentado en la orilla de la enorme tina.

-es raro…- susurro Kouki inclinado hacia enfrente, con las piernas flexionadas hacia su pecho, abrazando sus rodillas.

-te amo… te juro que te sigo amando pero no tolero pensar que te acerques a mis cachorros…-

Akashi le escucho con infinita paciencia, continuo mojando su cabello, sin tocarle directamente.

-es normal… Shintaro dice que es un desajuste hormonal por los niños… en un par de semanas estarás bien… pero Kouki…-

Akashi se hinco en el suelo para que ambas miradas se encontraran, la roja de Akashi con la caramelo de Kouki.

-nunca le haría daño a los cachorros y menos aún a ti así que esperare… cuando estés listo volveré a tocarte, y poder abrazar a los niños…-

Los labios del pequeño chihuahua temblaron, así era siempre, Akashi siempre hablaba de manera directa, sin temor a decir sus verdaderos sentimientos, con la mirada más honesta que podría encontrar sobre la faz de la tierra.

-te extraño…- susurro Furihata…- y un par de lágrimas rodo por sus mejillas.

Akashi nunca había logrado soportar el dolor que sentía cuando Kouki lloraba, se inclinó un poco y beso cual pluma en la piel los labios de su pareja.

Se quedó ahí, expectante a la respuesta de su pareja… le podía rechazar, incluso lo podía atacar… dejo que fuera Kouki el que tomara libre acción a lo que siguiera.

Para placer suyo el chihuahua profundizo el beso, acaricio sus mejillas y le invito a meterse a la tina con él. No había mucha diferencia de estaturas entre ambos en su forma humana así que cabían perfectamente, Akashi sentado en el frio mármol y Kouki a horcajadas contra él.

Se besaron íntimamente, Akashi tuvo que contenerse mucho, tenía sus bastantes semanas de abstinencia como para no dejarse quitar el ardor que tenía, sin embargo Kouki no permitió que le tocara en su intimidad, explicándole que el pequeño canal por el que habían nacido sus cachorros aun no cerraba.

Le daba pena.

Y el león supo que muy lentamente todo volvería a la normalidad. Probablemente todavía no podría convivir tanto con sus cachorros, no compartía cama con su pareja y este no usaba ropa o cosas que cambiaran su olor… pero le estaba tocando… y eso era bastante mejoría.

Kouki había terminado de comer, había alimentado a sus cachorros y yacía profundamente dormido cuando la muy inesperada llamada de Shintaro entro en su celular.

Felicitándolo por su reciente paternidad y disculpándose por molestarlo de manera tan inoportuna  el médico le explico una situación interesante en la que le estaba pidiendo ayuda.

Cuando Shintaro pedía ayuda Akashi no podía negarse, era algo así como “su mejor” amigo, y lo haría… despues de todo era un león, y le gustaba presumir sus poderes.

Notas finales:

ok... por si no se dieron cuenta... en este capitulo el que sale es el akashi original.. tenia que usar este puesto que como dije en capitulos anteriores es un honor para un alfa el protege y amar con locura a su omega y todos sabemos que el absoluto no es ni romantico ni tierno... no se preocupen, saldra el absoluto pero no con furihata.

opte por poner a estos dos de unos 27 años (de la edad de shintaro) por que se me hizo bonito.

un perrito y un leon se me hizo bien cosito!!! xD

como saben cualquier hembra del reino animal al parir se vuelve el animal mas peligroso del mundo, en este caso furihata no confia ni en su sombra! textual! pero despues seran una familia chiquita y feliz.

me agrada bastante la idea de que los hombres amamantaran :3 y que tengan un parto natural asi que ... si ofendi sensibilidades pues sorry,

soy muy nueva en esta shipp asi que si la cague lo siento...

y si... a Akashi le gusta jactarse cuando las cosas salen bien y bonitas como a el le gustan

se aceptan jitomatazos...

 


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