¿Muerto? eso era simplemente imposible, si apenas hace unos días había estado en mi departamento, tan solo había pasado una semana desde que me había dado cuenta de su existencia en este mundo, desde que lo conocí. Al escuchar las palabras de ese hombre sentí que el aire de los pulmones se fue de mi cuerpo dejándome un mareo y nauseas que me provocaban ganas de vomitar, mis piernas temblaban dificultándome el mantenerme de pie, el dolor en mi pecho pasaba de sentir mi corazón en un frenético bombardeo a ya no sentirlo con vida en segundos; los pensamientos en mi cabeza se nublaron como si un vidrio se hubiera empañado evitando que pudiera pensar con claridad.
- ¿Cómo paso? - pregunte angustiado y esperanzado de escuchar que no era verdad.
-Sr no se preocupe con esos detalles; eso ya no importa- Me decía tratando de quitarle importancia a la muerte de Sasuke ¿Cómo pretendía hacer algo así?
- ¿COMO? - Grite encolerizado pues mi autocontrol se escapaba a cada segundo haciendo que la rabia me dominara, lo volví a tomar del cuello de la camisa y esta vez lo estrelle con la pared, el hombre suspiro con pesadez al ver mi reacción, parecía algo intimidado, pero no era precisamente por mí.
-No estaba enfermo, si eso es lo que está pensando. -Dijo empujando mis manos para que lo soltara, pero sin lograrlo.
- ¿Enfermo? - repetí entendiendo el porqué de su nerviosismo y ganas de cambiar de tema la verdad era que lo quería mantener oculto, si se sentía amenazado era precisamente porque si las personas pensaban que uno de sus donceles había muerto por algún tipo de enfermedad contagiosa su clientela se le iría y podría meterse en enormes problemas.
- ¿Entonces cómo? - volví a preguntar
-Eso no importa, usted no corre riesgo alguno se lo aseguro, ES MAS MIRE le obsequio una noche con este doncel – me decía algo intranquilo y sin tratar de zafarse de mi agarre y señalando al doncel que había confundido inicialmente con Sasuke.
-Importa – Repetí amenazante -A no ser que deba de ir por la policía y contarles lo que paso para que investiguen.
-Estaría perdiendo su tiempo no hice nada incorrecto, él era mi esclavo- lo que él decía era cierto lamentablemente los donceles al nacer automáticamente se convertían en esclavos, no importaban para nada, no tenían ninguna clase de derecho, se les podía matar, golpear, violar y todo esto sin ninguna consecuencia legal; por eso representaban gran fuente de ingresos para hombres como este.
Al pensar en eso volví a sentir ese dolor en el estómago y es que tan solo razonar en la miserable vida que ha de haber tenido Sasuke y que ahora había terminado en manos tan despiadadas y asquerosas.
-Seguro no es bueno para el negocio que se te cuestione como tus donceles mueren.
-bien, se lo diré, pero no lo haga público, estos chismes no son buenos para el negocio, usted entiende verdad. - sonreía maliciosamente haciéndome un ademan para que lo soltara.
¿Y bien? Pregunte esperando que hablara después de soltarlo.
- Vera a Sasuke lo tuve que sacrificar-me decía acomodándose la ropa.
- ¿Sacrificar? -Repetí con rabia.
- Ataco a unos clientes al parecer se volvió loco.
-El no haría eso- recrimine.
-Sr usted no conocía a ese pequeño rebelde- decía con una cara de desagrado.
Pero él estaba equivocado porque yo si lo conocía, pude darme cuenta por su mirada que a pesar de la vida que llevaba aún mantenía un corazón inocente, jamás trato de desobedecer cuando estuvo en mi casa, nunca vi malicia, más bien estaba aterrado, recordé su cuerpo temblar bajo mi peso, sus suplicas al pensar que estaba a disgusto, no este proxeneta estaba…
-Mientes-dije con rencor
- ¿Por qué lo haría? -Se encogió de hombros- Ellos amenazaron con ir con la policía, no tuve otra opción que sacrificarlo.
Estaba escuchando lo que el hombre decía, pero no podía entender lo que estaba pasando, como si fuera una realidad alterna mi cabeza estaba llegando a un punto en que no podía razonar ni escuchar bien lo que me decían, una tristeza enorme me invado al escuchar lo que ese hombre trataba de explicar lo habían sacrificado como un vil perro, cuanto miedo debió a ver sentido ese doncel, la angustia y la culpa me invadían.
- ¿Sufrió? - pregunte por la culpa horrible que me invadía, ese día que lo deje vi en sus ojos que me suplicaba para no dejarlo de nuevo en las manos de Orochimaru, pero yo solo le di la espalda y ahora estaba muerto si tan solo yo…
-Sr eso ya no importa- contesto evadiendo la pregunta, claro que había sufrido seguramente lo habían matado a golpes.
- ¿a qué clientes ataco? -pregunte ya sin animo
-Eso no lo puedo decir-
-No Estoy para juegos- Repetí con los ojos rojos -solo dime y me iré a no ser que quieras que esta vez llame a la policía les diga que no tienes bien entrenados a tus donceles ¿Qué Hace el gobierno en esos casos? - Pregunte sarcástico- seguro te dejan sin ninguno que puedas vender, y los impuestos que tendrás que pagar. Jajá -reí sarcásticamente - eso imaginando que tengas todo en orden con tu negocio.
-Se llaman Sugetsu y Jugo- repitió sin expresión algún más sus ojos estaban llenos de ira seguramente ya estaba pasando el límite de su paciencia con tanta amenaza.
Pero al escuchar esos nombres recordé esa maldita noche en la que nunca debí dejar a Sasuke…
-Sasuke ¿qué te crees haciéndonos esperar? – dijo el más animado de ese par, su cabello estaba más largo de lo normal y parecía que había adoptado la moda más reciente y tenía pintado el cabello de celeste.
-Nos vamos Sugetsu- El pelirrojo giro la cabeza para señalar el camino al auto viejo en el que venían.
- ¿Pelirrojo y cabello azul? -Pregunte tratando de confirmar su identidad pues mi recuerdo era vago.
- ¿los conoce? - pregunto confuso a mi reacción.
- no … pero pronto lo hare- dije caminando de prisa pues en ese momento solo había algo en lo que podía pesar con claridad y eso era venganza les daría a esos malditos el mismo trato que le habían dado a Sasuke, porque si era verdad que no pude protegerlo cuando estaba con vida, al menos haría algo respecto a su muerte.