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El cortesano, el noble y el príncipe. por Maby de Sagitario

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Notas del capitulo:

Capítulo 30, en este Camus y Milo resuelven sus problemas.

 

Charla de Camus y Milo.

Flashback.

Después de tomar su cena, Milo decidió que debía buscar a Camus y oír su versión para sacar una conclusión correcta.

Dejó la calidez y el confort de la alcoba para dirigir sus pasos a la habitación de huéspedes, a esa hora sólo había silencio y quietud en la casa. Pasó por la habitación del abuelo de Camus quién no soportaba hasta respirar el mismo aire que Seraphina la cual como se sabía se instaló como dueña y señora, el viejo Conde clausuró su alcoba yéndose con la documentación en que se cuestionaba la legitimidad de los Marqueses de Vlad; al llegar a la de Dégel, la puerta estaba entreabierta pues un aroma salía del mismo.

Camus lo esperaba con la puerta abierta.

r13;Milor13;dijo con alivior13;te esperaba.

El joven se detuvo ante su esposo quién le permitió el paso, para Camus eso era una buena señal.

r13;¡ Buenas noches Camus!r13;saludó.

r13;no seas tan formal.

r13;vine a escucharte, quiero oír tu verdadr13;tomó asiento en una silla de cedror13;sin omisiones ni palabras rebuscadas.

Tenía esa oportunidad y no quería desaprovecharla.

Cerró la puerta mientras tomaba asiento frente a Milo quién aguardaba expectante, Camus tomó sus manos que no fueron apartadas. Desde que estalló aquel problema, nadie en aquella casa quería recibir a nobles que pretendían averiguar la vida ajena, Dégel pasaba malhumorado y hasta discutía muy seguido con Seraphina.

r13;¿ qué sucede con lo de tu madre?r13;preguntó Milo como primer punto.

Camus adoptó una actitud seria, hablar de ella debía ser un asunto por demás delicado porque por un lado al ser su madre debía hablar con respeto aunque no lo haya querido y por el otro estaba el hecho de que había armado todas esas patrañadas sólo por el único fin de obtener estatus.

r13;mi padre si la amó, ella tenía ese deseo de ser una Condesa más no quería embarazarser13;iba a continuar pero la voz cargada de veneno de su padre se oyó en el pasillo.

r13;¡ qué te importa! preocúpate de dejar de asechar a ellos dos... Kardia es mi...

r13;un vulgar y deslenguado condecito de quién carajos sear13;dijo Seraphinar13;si quieres más hijos, te los doy contenta. Camus es varón y no tendrá descendencia.

En eso estaba equivocada...

r13;no necesito más hijosr13;Dégel escupió las palabras con desagrador13;perdí tres en el pasado y el que me diste vive por mis cuidados durante su niñez, esta familia no desaparecerá...

Camus y Milo estaban seguros que oyeron un bufido de incorfomidad de Seraphina.

r13;sabesr13;dijo ya recuperadar13;si yo hubiera tenido gemelos....

r13;estoy harto de tus acososr13;cerró la puerta con violencia.

El pasillo quedó en absoluto silencio, Camus entrecerró los ojos y dejaba caer sus hombros, Milo creyó ver un atisbo de fragilidad que amenazaba con desbordarse, se sintió mal por lo oído, más quería saber los motivos de porqué su amado esposo le ocultó su antiguo romance con Hyoga.

El malhumor de Dégel lo orillaba a permanecer lejos, nadie excepto los de esa casa sabían que cuando él se ponía así, era mejor estar a cien metros pues era capaz de zaherir, ofender y desquitarse.

r13;está furiosor13;analizó Milo.

r13;ahora me interesa nosotros dosr13;cambio de tema su esposor13;después hablaré con mi padre.

Le contó la historia de su padre con sus anteriores hijos y esposas, la historia de su nacimiento y el posterior abandono de su madre a horas de nacido, le contó además que apenas se convirtió en adolescente Dégel no dejó que Krest tomara partido en su educación que lo envió a educarse junto con Shaka quién en esos momentos era el heredero de Asmita.

r13;¿ porqué tu padre no quería que tu abuelo opinara también sobre tu crianza?r13;preguntó extrañado Milo.

r13;porque a palabras de mi padre, mi abuelo es demasiado estricto y frío, adora las alianzas poderosas y su palabra es ley entre sus hijos.

r13;ahr13;musitó Milo.

r13;sólo había una cosa en que ambos coincidían.... detestar a Hyogar13;comentó Camus.

Y Krest y Dégel tenía razones de sobra para odiar al atractivo y otrora amante de Saga y antiguo poderoso entre los más jóvenes de la corte, su origen.

r13;¿porqué dejaste de querer a Hyoga, Camus?r13;preguntó Milo queriendo ya cerrar ese capítulo.

r13;porque me enamoré de tir13;respondió sin titubearr13;o aún dudas de mi amor por ti Milo.

El soberano de Antares sintió verguenza ante el tono de Camus, sonaba acusador y por primera vez sintió que había juzgado equivocadamente a su consorte real, se echó para atrás pero luego recuperó su postura inicial. Posó la vista sobre su dedo anular desprovisto de su anillo de bodas y luego corrió la vista al dedo de Camus y vió que lo tenía puesto así mismo el dije que le entregó el día de su boda, mientras él dudaba del verdadero amor de Camus, este se aferraba a una pronta reconciliación.

r13;mi anillo...

r13;Milo... necesito decirte que me equivoqué al ocultarte lo de Hyoga....

r13;¡ no! yo me equivoqué... debí escucharte pero preferí dejarme envenar por " ella" y ahora me siento un imbécilr13;ocultó su mirada bajo su flequillor13;¡ perdóname Camus!

r13;no hay nada que perdonarter13;lo rodeó con su brazo a la vez que aspiraba el aroma de sus cabellosr13;yo fui quién te ocultó pensando que jamás lo sabrías, sin embargo estoy más aliviado pues viniste a oírme.

Despúes de ese breve diálogo, Milo se quedó en aquella habitación así que apenas amaneció envió a Yato con el mensaje de que regresaría a Antares con Camus, ya que el territorio no debía pasar mucho tiempo sin sus gobernantes así mismo para estar lejos de todo el problema.

Fin flahsback.

*****************************

Su meditación se vio interrumpida cuando notó una ligera alteración en el ambiente del Monasterio real en el que siempre reinaba la tranquilidad, tuvo la ligera impresión de que nada sería igual después.

—Shaka—el Abad se presentó con serio semblante—alguien quiere verte.

Ahogó una exclamación de sorpresa al ver de quién se trataba, alguien que formó parte de la realeza de Indrapaths y que fue muy querido por él.

—¡Buenos días Shaka!—saludó.

Esos cobaltos eran inconfundibles, esa voz gruesa y casi rasposa, él lo miraba con tranquilidad.

—¿Deuteros?—preguntó inseguro de no estar viendo un fantasma.

Con una forzada reverencia, el Abad se retiró dejándolos solos, Deuteros entró a grandes zancadas a la habitación del joven que se puso de pie, Deuteros no esperaba un recibimiento efusivo, suficiente con que Shaka lo viera.

—pero t-tu...

—es una larga historia, mi joven cuñado.

No iba a ser fácil explicar el porqué estaba vivo, si para la corte y el resto de súbditos estaba oficialmente muerto. La otra parte de la historia que se ignoraba era que aquellos bandidos que lo atacaron fueron enviados de parte de una persona de Giudecca para el cual Deuteros representaba una amenaza; las heridas de este sanaron sin embargo, hubo un noble de Indrapaths que sabía de esa emboscada por lo que planeó armar todo ese teatro de la muerte del consorte de Asmita para salvaguardarlo de otro atentado con el único afán de crear guerra entre ambos reinos, guerra a la cual ambos reyes se oponían en especial, Deuteros.

—para algunos nobles soy valioso, Shaka—dijo el moreno al finalizar su explicación—no me pidas que te revele su nombre, es un secreto de estado para mi.

—¿ y Asmita?—cuestionó el rubio señalándolo con el dedo—cree que estás muerto, que han profanado tu cuerpo y hasta ordenó una investigación.

Algunos mechones azules sobresalían del resto de cabello aún oscuro.

—pronto Asmita renunciará, todos lo saben hasta el comerciante de aceites que él dejará el trono a los D'Acuario, no sin antes firmar el tratado de paz con Giudecca el cual es una farsa—hizo una pausa mirando la reacción de su cuñado—ellos quieren guerra y por eso trataron de matarme porque no acepté enviar tropas, Asmita cree que con ese tratado ellos no nos atacaran.

Shaka ató cabos, recordó el ataque al cuartel del ejército semanas atrás en la cual Kanon salió herido, quién lo hizo pretendía encender la guerra obligando a salir al ejército a luchar, pero como no respondieron, se inventaron el cuento del tratado.

—Asmita... sabrá porqué pasó esto, sin embargo debes estar tranquilo pues yo mismo se lo diré personalmente.

—no sé qué decir—murmuró Shaka conmocionado por toda la información recibida.

—debo marcharme, dispongo de poco tiempo...

Por un lado se alegraba de saberlo vivo, por el otro le preocupaba sobre cómo reaccionaría Asmita cuando lo supiera.

—para el resto, tú no me has visto—dijo—esta charla jamás sucedió.

—claro.

Antes de decir algo más, Deuteros ya se había ido tal como llegó, sólo las últimas palabras que dijo quedaron flotando en el ambiente como un recordatorio de ese secreto.

******************************

—mira Cid—Regulus se había aparecido en el lugar donde este pasaba sus tardes—si no le dices a mi tío lo que sientes, te saldrán canas.

El mencionado se sobresaltó al ver al menor de los sobrinos de Sisifo merodeando ese lugar, frunció el ceño dándole a entender que fuera más discreto.

—¿aún no llega Aioria?—cambió de tema.

—no me cambies de tema—se sentó frente suyo—sé muy bien que babeas por mi adorado tío; Aioros no puede ayudarte porque prefiere convencerse de que está confundido con respecto a su prometida y Aioria planea su fuga con Kanon por no casarse con Marín... ¿ linda novela verdad?

—¿qué?—musitó confuso ante la palabrería del muchacho.

—sólo yo puedo ayudarte—ensanchó su sonrisa que estremeció al mayor.

El Cid carraspeó incómodo, se suponía que nadie sabía su interés por Sisifo, pero al parecer un adolescente curioso como Regulus lo sabía muy bien, es que claro ignoraba que este se escapaba todos los días por el pasillo secreto de su casa y parece que era otra revista de chismes que se la sabía todas.

—¿c-como lo sabes?

—visito todo lugar que hay aquí, hasta me he colado en el ejército e incluso he entrado a tu casa, todos los días entro a este lugar disfrazado—se cruzó de brazos—pero como estás distraído pensando en que color son exactamente los ojos de mi tío no te das cuenta.

—muchacho...

—bueno—fingió un bostezo—me voy debo visitar al refugio de gatos, quiero otro gato claro sin que el envidioso de Aioria cuando regrese me lo quiera quitar.

—¿cómo vas ayudarme?

Regulus se anotó un triunfo con el estoico Cid.

—haré que mi tío te visite más, ahora está algo solo, mis primos como sabes están... fuera de las cosas.

Asintió.

—cuídate.

Jamás pensó depender de un adolescente con respecto a sus sentimientos.

—siento que hubiera hecho un trato con....

**************************

—mi maldita fortuna está disminuyendo.

—¿recién te das cuenta rubio oxigenado?—dijo Ikky sentado con los brazos cruzados—pagando tanto dinero por saber sobre tu ex, te está dejando pobre.

Shun los oía sin proferir comentario alguno, las acciones de Hyoga estaban pasándole factura, eso sin contar que estaba a punto de perder su lugar en la corte y su rango.

—pero aún tengo algo que me dejó Sage—dijo optimista.

—el cual te alcanzaría para vivir seis meses—comentó Ikky.

—hermano sé más amable—pidió Shun.

—nadie mandó a este a obsesionarse con el poder ni con Camus, todos saben que fuiste amante hasta de Saga—así era Ikky tan amable con Hyoga.

Shun negó, su hermano siempre era brusco en su trato aunque no podía negar que con Esmeralda era sutil que hasta a veces lo desconocía.

—y aunque me quede sin un peso, no me abandonarán ¿ verdad?—preguntó temeroso el rubio.

—mira rubiete—dijo Ikky—preocúpate de ahorrar para tu vejez y aunque te quedes sin nada, Shun te arrastrará con nosotros a donde sea.

Se sintió aliviado, sin embargo recordó que contaba con Issac, el cual le había prometido hasta casarse con él si se quedaba sin nada. Extrañamente sintió que sus problemas financieros terminarían si aceptaba a Issac.

Ikky se fue a donde Esmeralda dejando solos a Shun y Hyoga, el primero muriendo por decirle sus sentimientos a su amigo.

—¿qué piensas pequeño?—preguntó Hyoga.

—eh.... yo quería....

Palideció.

—¿qué pasa? ¿estás enfermo? llamaré a Mime....

—¡ No!—tomó su mano con fuerza—yo sólo quería decirte que tú....

—Shun estás raro.

Su boca quedó aprisionada por la de Shun que no aguantó más y quiso decirle sus sentimientos por medio de un beso, se asustó cuando Hyoga no seguía el movimiento de sus labios, se apartó pensando que se había precipitado.

—¿por qué lo hiciste?

—lo siento—se levantó y sin dar explicaciones se marchó dejando con muchas dudas a Hyoga.

—¿ acaso tú....?

 

 

Notas finales:

Comenten sin problemas n.n


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