Un par de días después Sasuke Uchiha regreso a la hacienda rusa, su jet aterrizo a un par de kilómetros de la hacienda donde varios sub jefes de la mafia akatsuki le esperaban, al bajar del jet y caminar por el pequeño aeropuerto privado las cabezas de los subjefes de akatsuki se inclinaban ante el poder del gran Sasuke Uchiha, estaban orgullosos de pertenecer a una organización tan poderosa, en sus rostros se notaban sonrisas de codicia, buscaban ganarse el favor del gran jefe Sasuke Uchiha, en algunos rostros había envidia, cosa que el pelinegro noto muy fácilmente, a medida caminaba hacia una lista imaginaria, tendría que eliminarlos, llegado a este punto cualquier pequeña amenaza era algo a tomar en cuenta, debía erradicar cualquier peligro, hacerse un imperio donde él y en especial Naruto estuvieran a salvo.
- ¿lo notaste? – pregunto Suigetsu quien caminaba al lado derecho de Sasuke, mientras miraba a aquellas personas quienes probablemente intentarian derrocarlos en un futuro
- me di cuenta – respondió Sasuke pasándose una mano por la melena azabache
- ¿masacre? – pregunto Karin sonriente, se acomodó con cuidado las gafas
- aun no – respondió Sasuke - ¿tienes sed tan pronto Karin? – pregunto Sasuke con una macabra sonrisa – creía que sería suficiente con algo tan exótico como el presidente de una potencia
- follate a un guardia y aguanta – dijo Suigetsu mirando a la pelirroja
- ya lo hice… - dijo Karin en un suspiro, Suigetsu la miro sorprendido
- ¿en qué momento? – pregunto el peliblanco – hemos estado trabajando todo este tiempo sin separarnos
- pues… los copilotos a veces abandonan sus puestos - Karin miro con una sonrisa pícara a Suigetsu quien se la devolvió – por cierto Sasuke hay que despedirlo, cuando me le insinué el tipo se levantó enseguida, necesitamos más profesionales que piensen con la cabeza de arriba – dijo la pelirroja, Sasuke rio, estaban entrando a un automóvil blindado para ir a la hacienda
- por cierto estas muy sonriente – menciono Suigetsu
- es porque va a ver al rubio – dijo Karin quitándose los tacones – dios como matan estas cosas… - murmuro arrojándolos por la ventana para después sacar unas botas militares de un bolso y empezárselas a poner, Sasuke seguía con aquella pequeña sonrisa, Suigetsu miro su reloj
- son las cuatro de la tarde – dijo el peliblanco – el rubio no vuelve hasta las siete… - la sonrisa de Sasuke se borró
- ¡ves! – Karin señalo a Sasuke – ¡ya lo deprimiste! ¿Sabes hace cuanto no sonríe así?
- desde el día que nos fuimos cuando se folló al rubio – respondió Suigetsu
- pues si … - dijo Karin, en ese momento un aura aterradora reinó en el auto, un instinto asesino, Sasuke miraba a sus dos subordinados muy enojado
- nos callamos – dijeron Karin y Suigetsu levantando ambas manos en señal de rendición
…
Pain miraba la clase de cocina desde la parte de atrás sin ningún interés, no quería estar allí, era aburrido, pero era su trabajo y con todo lo aburrido que era, el que Sasuke Uchiha dejara en sus manos a lo único que le importa en realidad significaba que confiaba en el
Pero seguía siendo aburrido…
Ese día había estado muy nublado, varias sirvientas de la hacienda habían luchado una dura batalla para que Naruto dejara su supuesto traje de chef a un lado y se pusiera ropa abrigadora, las sirvientas vencieron y el rubio con un puchero salió hecho una bola de ropa y abrigos rumbo a sus clases de cocina, Pain miro a la maestra dando indicaciones mientras los estudiantes le seguían, debía admitir que las clases eran buenas, hasta el, quien ni siquiera prestaba atención a lo que la maestra decía había aprendido muchas cosas, miro a Naruto quien cortaba algunas verduras, el chico ya estaba entrando a los nueve meses de embarazo pero aun así no se estaba quieto, aunque se pasaba el día viendo series, las veía en una laptop mientras caminaba de un lado al otro, lo cual era mala idea teniendo en cuenta la gran cantidad de escaleras, desniveles y alfombras, los videojuegos que jugaba el rubio eran más de lo mismo pues a este le gustaba mucho la realidad virtual, Pain solo podía descansar cuando el rubio decidía leer libros, Naruto podía pasar horas leyendo sin moverse ni un ápice y eso le facilitaba la jornada, miro la hora en su celular, eran las cinco de la tarde, su jefe Uchiha ya debía haber llegado a la hacienda, volvió a mirar a Naruto quien seguía concentrado en sus clases de cocina, Pain ya había visto algo de aquel comportamiento que nunca creyó ver en alguien como Sasuke Uchiha, aquel de la llamada aun le resultaba alguien completamente distinto al gran jefe de la mafia.
En ese momento el celular de Pain sonó, él contestó rápidamente.
- ¿Pain? –preguntó la voz al otro lado del teléfono – habla Suigetsu, trae al paquete a la hacienda rápido, si este tipo no ve al rubio en los próximos 5 minutos le dará algo… o más bien nos hará algo – y colgó, Pain miro a la maestra quien seguía explicando, se acercó a Naruto y le susurro
- el jefe llegó y quiere verlo – Naruto miró a Pain, luego miró lo que estaba haciendo
- pues que espere a que acabe la clase ttebayo – respondió Naruto, Pain volvió a ubicarse en la parte de atrás del salón y le envió un mensaje a Suigetsu
“él ha dicho que volverá en cuanto acabe la clase”
La contestación llego rápido, Pain abrió el mensaje y se quedó algo confundido pues en este solo decía
“estamos muertos…”
Al acabar la clase sin perder tiempo partieron rumbo a la hacienda, Naruto como siempre cayo dormido en cuanto los vehículos arrancaron, el viaje fue como siempre largo por aquella oscura carretera, a las siete quince entraron en los terrenos de la hacienda, a las siete cuarenta llegaron a la casa principal la cual estaba llena de vehículos, guardaespaldas y sobretodo los altos mandos de la mafia, se les veía el ambiente festivo, seguro por la enorme muestra de poder que su jefe, el jefe de la mafia, Sasuke Uchiha, había hecho, estados unidos estaba hecho un desastre desde entonces, todo ese desastre había sido causado por una sola persona, y aquello para los que pertenecían a la organización era motivo de celebración, ahora la trinidad de la mafia gobernaría, los akatsuki serían temidos y respetados , para los cabecillas de la mafia no había nada mejor, mientras se mantuvieran de lado de Sasuke Uchiha serían protegidos.
Las tres camionetas blindadas que servían de escolta para Naruto se estacionaron frente a la mansión principal, todas las miradas de posaron en ellas, Pain bajó del asiento del copiloto y fue a abrirle la puerta a Naruto, entonces de entre la gente apareció Karin corriendo
- tenemos que llevar al rubio con Sasuke ¡rápido! – dijo la pelirroja abriendo la puerta del copiloto, dentro Naruto dormía profundamente ajeno a todo
- ¿sucedió algo? – pregunto Pain, era raro ver a Karin tan desesperada
- hubo un error durante la misión – dijo Karin susurrando para evitar que los subjefes mafiosos que se encontraban ahí le escucharan – el equipo táctico falló, creían haber apagado todas las cámaras y micrófonos de la casa blanca pero un par se quedaron encendidos, ahora está todo en manos de estados unidos pero, no es tan grave, el informante nos los envió
- ¿Qué contienen? – pregunto Pain preocupado
- solo aparecen el equipo táctico en los videos aunque no creo que haya problemas ya que llevaban las máscaras – dijo Karin pensativa – el problema está en los audios, aparecen todas nuestras voces, tenemos suerte que en aquella habitación no habían micrófonos, si no nuestras identidades hubieran sido reveladas
- ¡¿Cómo?!
- mientras nos burlábamos de Trump, Sasuke dijo que nosotros éramos la trinidad – dijo Karin, Pain escuchaba atento – si hubiéramos estado en el pasillo en ese momento nuestras identidades hubieran salido a la luz y eso sería muy problemático, ¡Sasuke está furioso!, les está dando una paliza al equipo táctico, no hemos podido detenerle, por eso necesitamos a Naruto
- ¡es peligroso llevar al señor Uchiha con el jefe! – dijo Pain algo preocupado por el rubio – el jefe Uchiha puede hacerle daño – Karin miro a Pain con una ligera sonrisa
- no lo conoces – dijo Karin riendo
- es verdad – Karin y Pain voltearon sorprendidos y miraron a Naruto quien salía de la camioneta blindada con mucha dificultad gracias a su enorme barriga y los kilos de ropa y bufandas que llevaba encima – no me conoces…ni tu ni ese teme
Todos los cabecillas de la mafia miraron extrañados como el mejor soldado del equipo táctico y un miembro de la trinidad seguían a un doncel rubio embarazado con kilos de abrigos puestos rumbo al interior de la mansión, Naruto caminó hacia donde suponía estaba Sasuke, en el despacho principal, lugar que su esposo usaba como centro de operaciones, se dirigió al lugar siendo seguido en silencio por Karin y Pain, al llegar a la puerta del despacho de escuchaban muchos golpes secos, entraron, Sasuke estaba ahí, con una camisa blanca manchada de sangre ajena, estaba golpeando brutalmente a Suigetsu quien ya no se podía defender, Sasuke era demasiado fuerte, en el suelo estaban los demás miembros del equipo táctico llenos de sangre, no se podían levantar, con mucho esfuerzo lograban mantenerse consientes, pues querían ver sus últimos momentos, cuando Sasuke los matara al fin, ahora si, Karin se encontraba nerviosa, jamás había visto a Sasuke tan enojado, la pelirroja estaba a punto de derramar lágrimas, Pain estaba con los ojos bien abiertos asustado de su jefe Uchiha, Sasuke de un puñetazo mando a Suigetsu contra la pared, este se golpeó la espalda con un sonido sordo, gruño y cayó al suelo de sentón, Suigetsu miro a Sasuke con terror, el pelinegro caminaba hacia el lleno de sangre, parecía un verdadero demonio.
Sasuke iba a darle otro puñetazo a Suigetsu pero entonces alguien se interpuso, Sasuke detuvo su mano antes de golpear a esa persona
- NARUTO… ¡APARTATE! – gritó Sasuke encolerizado, Naruto estaba frente a el mirándolo a los ojos con el ceño fruncido
- no – respondió Naruto retando a Sasuke con la mirada
- ¡TE HE DICHO QUE TE APARTES DOBE! – gritó Sasuke pero Naruto ni siquiera tembló, el rubio se mantuvo firme mirándolo
- ¡Karin debemos sacar a Naruto de aquí! – dijo Pain quien empezó a correr hacia ellos pero Karin le detuvo
- ¡NARUTO QUITATE DE EN MEDIO! – gritó Sasuke, Naruto se cruzó de brazos y se mantuvo en su sitio mirando a Sasuke con el ceño fruncido, los miembros del equipo táctico miraban preocupados por la seguridad del rubio, por otro lado aún no se creían que alguien fuera capaz de enfrentarse así a Sasuke Uchiha - ¿ACASO NO ESCUCHAS?
- te estoy escuchando bien teme – respondió Naruto – y por favor…¡¡DEJA DE GRITAR GRAN IDIOTA ME ESTAS DANDO DOLOR DE CABEZA!! – todos los presentes estaban pasmados, Naruto le había gritado a Sasuke Uchiha, ahora si temieron por la seguridad del rubio, Sasuke era quien estaba más sorprendido, aunque por un lado era de esperarse conociendo el carácter de Naruto
- ¡¡TKS!! – Sasuke pateo una mesa a un lado estampándola contra la pared y haciendo que esta se rompiera, se pasó la mano por el cabello, miro a Naruto con los labios fruncidos, Naruto seguía de pie en el mismo lugar, el rubio señalo la puerta enojado, Sasuke caminó y salió de la habitación estrellando la puerta del despacho
- este teme y sus rabietas – dijo Naruto una vez Sasuke se fue, los presentes no podían con la sorpresa, Karin y Suigetsu quienes ya conocían la forma en la que Sasuke cambiaba en presencia de Naruto tampoco podían creer lo que estaban presenciando – Karin ¿podrías llamar a Orochimaru? – la pelirroja asintió aún pasmada por lo que acababa de ver, salió de la habitación a buscar al hombre serpiente – Pain, ayúdame por favor- dijo Naruto quitándose los enormes abrigos y bufandas para después ayudar a uno de los muy heridos miembros del equipo táctico a acostarse en el sillón quien con voz adolorida y quebrada agradeció la ayuda
- ¿A dónde habrá ido el jefe Uchiha? – pregunto Pain a Naruto mientras ayudaba a Suigetsu a ponerse de pie
- posiblemente al cuarto a romper más cosas para desahogarse ttebayo – respondió Naruto ayudando a sentarse en un sillón a otro miembro del equipo táctico, el rubio hizo una pausa durante un momento – si ese teme toca mis mangas lo matare… – dijo Naruto apretando el puño, todos le creyeron, si su jefe Uchiha tocaba esos mangas Suigetsu, Pain y los demás miembros del equipo táctico estaban seguros que no viviría para contarlo.
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