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Mi pequeño cachorro por Reiga

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Notas del capitulo:

Hola chicas!! Primero… Espero que cada una haya tenido unas bonitas fiestas junto a su seres queridos, Espero que este año sea más bonito y mejor para ustedes! Las quiere mucho!!

Ahora!! No me linchen que ya vine >u< !! Espero  que les guste este nuevo cap, muchas gracias por leerme  y seguir apoyándome con sus lindos comentarios!

 

Nota!: Como este fics ya está avanzado, no lo subiré a otra plataforma. PERO!, (Por si acaso) si llegado el caso la página volviera a tener problemas como el que pasamos hace poco y yo aún no he terminado este fics. Lo subiré a wattpad bajo el nombre de (Reigayue)

 

Ahora si a leer!!!

 

 

Un olor que no tenía muy claro llegaba a su nariz, era tan agradable y tranquilizador que lo incitaba a abrir los ojos y aferrarse a esa sensación.

No era el olor a sangre mesclada con humedad teniendo consigo la sensación de estar perdido sin una salida acompañado del miedo de estar en aquel lugar oscuro. Sus ojos se abrieron de golpe al recordar en donde aún debía de estar.

“Yukio”  grito de golpe asustándose al darse cuenta que de su boca no salió ningún sonido y solo sintió un inmenso dolor.

–Tranquiló, Taiga, no hables – escucho la vos melodiosa de su hermano, sus ojos miraron los llorosos celestes que le miraban con inmensa alegría al momento que lo abrazaba con sumo cuidado, detrás de él se encontraba Himuro mirándolo de la misma manera, mientras lloraba entre feliz y algo que no pudo descifrar.

–Perdóname –salió de la boca de su hermano mayor y lo comprendió, alzo su mano derecha, sintiendo un dolor punzante en ella. Ignoro el malestar para tomar del brazo y atraer a su tonto hermano. Himuro abrazo a los dos despacio.

Abrió la boca, quería hablar preguntar tantas cosas pero le daba miedo sentir ese dolor otra vez.

–¿Donde… esta yuki? – su vos salió ronca y sin fuerza pero se escuchó, y solo sintió una tirantes molesta pero soportable.

Sus hermanos al escuchar el nombre del pequeño mostraron una preocupación que para kagami no pasó desapercibida, sus dientes y puños se apretaron dejando ver en su mirada el miedo de saber que algo malo le hubiera pasado a su amigo del alma.

–Tranquilízate, yuki está bien – le dijo kuroko tocando su hombro para impedir que este se moviera con intención de levantarse de la cama.

–¿Donde esta… que fue lo que paso?, ¿dónde está Aomine? Y Shiro, ¿los chicos están bien?… ¿Takao? Mayu… ¿cómo esta mayu?

Cada recuerdo volvía aparecerse en su mente desde que esa tromba de lobos se les atravesara en el camino. Sus manos las llevó a su cabeza apretándola con fuerza. Su mente y su corazón querían respuestas que al parecer sus hermanos no querían darle.

–¿Puedes calmarte? – le pidió con preocupación kuroko, quitando esa manos que torturaban su cabeza – te lo contaremos todo.

Desde que no supieron nada más de kagami y kasamatsu le contaron todo, el rostro de kagami paso por diferentes expresiones, tristeza al saber del estado crítico en el que estuvo Mayuzumi, rabia e impotencia al saber del ataque  hacia su propia manada, pero se tranquilizó en cuanto escucho que todos estaban bien. Total sorpresa al saber de la prima de Aomine y  que gracias a ella su manada estaba bien y sobre todo habían podido dar con ellos prontamente. Sin duda quería conocerla. Total alegría al saber del cambio de Takao. Suspiro y se sintió tranquilo al saber que el tormento de ese pelinegro que adoraba ya no existía más.

–Y yukio, por favor no me asusten ¿él está bien?, ¿Aomine… donde está, porque no está aquí conmigo?

–Él está bien, Aomine también – dijo  Himuro para darle tranquilidad al pelirrojo.

–Veras… no sé cómo decirlo… Pero yuki-chan es una cambia formas como nosotros – dijo simple ante el rostro desconcertado de kagami.

–¿Cómo?

–Bueno, no como nosotros más bien como Takao, es un Halcón y no uno cualquiera es un halcón puramente blanco, sinceramente aún no tenemos idea del porque no cambio antes, tampoco por qué no nos dimos cuenta, creemos que estuvo sellado por algún motivo, pero despertó ahora al ver a su pareja lastimada.

–¿Kise? – su mente estaba procesando todo, tratando de no alterarse.

–Resulto muy lastimado pero está estable – se apresuró a contestar –  yuki al cambiar se desmayó. Era su primer cambio y a una edad tardía, el dolor que debe haber sentido debió ser horrible.

Su mirada cayó al pensar en aquello, en lo asustado que debió estar su amigo.

–¿Cuantos días llevo durmiendo?

–Dos días, Aomine no se ha separado de tu lado es mas en cualquier momento debe estar por llegar –dijo kuroko sonriendo. Pero fue algo tan vago que no convenció a kagami.

Y en su mirada estuvo todo, no preguntaría solo quería que le terminaran de contar todo.

La pelea se dio finalizada con la jauría de halcones revoloteando desesperados, muchos  lobos lastimados escaparon y otros no dieron por la labor dando su rendición.

 Kasamatsu habia caído rendido al lado de su amigo que habia terminado por perder la conciencia también. El gimoteo de Kise fue lamentable cuando nefastamente intento llegar hacia su pareja. Aomine le hablaba pero no lograba escucharlo, lo único que deseaba era llegar donde su adorado humano.

Aomine prácticamente destrozo a ambos lobos sin embargo se habia asegurado de dejar a Shiro con vida por el momento, pero inútil para hacer cualquier cosa. Algo de razón le quedaba y sabía que lo necesitaban según Karin.

La imagen enfrente era horrible y aun no entendía cómo fue que permitió que  las cosas sucedieran así. Cambio y tomo a su pareja con la suavidad de la que era merecedor, mientras miraba con preocupación a uno de sus mejores amigos, Lo sentía no tardarían en llegar sus camaradas a su lado.

EL padre de kagami permanecía impotente mirando a su cachorro sin embargo no fue capaz de dar un solo paso para pedirle a ese hombre que le entregara a su hijo. Sabia de sobra que Aomine se lo negaría y no de buena manera. Kuroko también lo supo así que solo se lamentó en silencio mirando con dolor a su hermanito.

Takao habia entrado revoloteando desesperado, asustado y  confundido, cuando su vista dio con kagami algo fallo y fue como un ave lastimada nuevamente yéndose a pique. Ese niño al que le habia jurado lealtad  no se movía y temió lo peor, su cambio se dio dejando ver las lágrimas que escurrían por sus ojos. Se sentía mal, kagami le habia salvado y el no habia podido hacer nada por él. Busco con su vista aquel pequeño similar a él, solo encontrando un bulto blanco entremedio de ropas y a su lado un lobo blanco dañado gimoteando pero no por dolor en sus heridas si no por el ave que yacía inconsciente.

“¿Yukio?” se preguntó mentalmente abriendo sus ojos a más no poder para acercarse corriendo, tomo con cuidado al ave. La opresión llegaba a su pecho nuevamente. Lo reviso y notaba que estaba bien no tenía daños. Pero la pregunta “¿de cómo podía ser posible?” seguía en su mente, lo acuno en sus brazos dándole calor, sintiendo algo cálido en su propio pecho.

Midorima y Akashi llegaron inmediatamente al lado de Kise y suspiraron tranquilos cuando le vieron levantarse torpemente mientras forzada un doloroso cambio.

Akashi habia acunado su mejilla como una padre dando la aprobación a su hijo. El chico lo habia hecho bien. Midorima también poso su brazo en su hombro y le sonrió.

—Salgamos de aquí— ordenó Aomine levantando a su pareja tratando de siquiera moverla, midorima se encargó de tomar a Kise que no le quitaba la vista de preocupación al ave en brazos de Takao.

—No te preocupes él está bien— le dijo el pelinegro. Todo necesitaban respuestas pero nadie podría darlas.

Aomine le ordeno a Imayoshi y Haizaki que se encargaran de shiro. Pero todo quedo en absoluto silencio cuando una risa desquiciada se dejó escuchar.

—Te arrepentirás de esto Alfa de Teiko— tosió y su rostro se descompuso de dolor pero aun así volvió a mirar retante al moreno. —Me encargaré de reclamarlo y hacerlo mío, lo es desde que tenía seis años, Esto no se quedara así — Dijo ahora en serio mirando fijamente al moreno que no se inmuto sin embargo su cuerpo vibraba y sus ojos flameaban de furia.

Ahora si era personal y esto afectaba directamente a él y su pareja, Al carajo el concejo. Camino hasta el padre de kagami y le dio a su hijo con suma delicadeza mientras le mirada con amor.

 —Salgan de aquí — les ordeno al hombre pelirrojo y dos de sus centinelas, “ustedes también” se dirigió a Midorima  que llevaba en la espalda a Kise. El peli verde Tomo de la mano a Takao y se dispuso a salir de la cueva seguido por Akashi que de la cintura guio fuera a Kuroko, que miraba un tanto asustado al moreno.

Aomine se quedó solo con Imayoshi y Haizaki, les sonrió a sus compañeros y se cruzó de brazos. Ambos pelinegros sonrieron ante el juguete nuevo otorgado por su alfa, aquello era un honor y lo recibían con gusto. El mal nacido iba a pagar haberse metido con la pareja de su alfa y la manada. Caminaron  gruñendo al rededor, asustando a la presa y deleitándose con tu temor.

Fuera de la cueva solo se escuchó el ladrido lloroso y lastimero de un lobo que era destrozado hasta que la vida se le fuera.

 

–Luego de eso las cosas han estado tranquilas, no hubo bajas y aparte de ti y Kise nadie estuvo grave… Hasta hoy – dijo lo último un poco inseguro el peli celeste.

–¿Qué quieres decir con eso?

–Veras Yukio no ha vuelto a cambiar, tampoco podemos saber qué es lo que está pensando, asumimos que es porque no sabe. No debe estar siendo fácil para él. O bien donde estuvo mucho tiempo sellado su halcón se niega a  cambiar.

–Pero… Quiero verlo –dijo preocupado, apenas hiso ademan de levantarse sintió la tirantes en su cuello y la torpeza de sus manos.

–Quédate acostado, Taiga – le ordenó  himuro parándose he impidiendo el cometido de su hermano.

–No me crean idiota sé que algo está pasando y no quieren decírmelo – ambos hermanos mayores cruzaron miradas y suspiraron, odiaban lo perspicaz que podía ser kagami.

–Está bien – dijo kuroko – esta mañana llegaron unos hombres de una manda de halcones, no vienen con agresividad pero piden llevarse a yukio, dicen que pueden ayudarlo y que estará mejor con ellos, el halcón blanco ya es una especie casi extinta y dicen poder protegerlo.

Eso sí era un bomba de tiempo, maldijo todo lo que se lo ocurrió por maldecir, hace nada le habían dicho que toda su manada estaba bien y que se habían desasido de Shiro y ahora aparecían unos imbéciles que se creían con el derecho de llevarse a su amigo. No lo iba a permitir.

 

“Al carajo con todo”

 

Se destapo y se levantó, bruscamente. Y mejor que ni Kuroko ni Himuro le dijeran algo. Los mayores solo suspiraron con resignación mientras le seguían el paso, fuera de la habitación estaba sakurai. La felicidad lo embargo al ver a kagami despierto, kagami le vio y le sonrió cuando vio que sus ojitos se aguaban.

Pero siguió su camino, Sakurai lo comprendió y le siguió el paso junto a Kuroko y Himuro, la casa estaba vacía así que sin más fue a la afueras topándose con la manda completa, aquello parecía ser una batalla verbal que parecía detonar en cualquier momento.

Muchos vieron con alegría y otros con preocupación, tanto Akashi como murasakibara miraron a sus parejas como diciéndoles “No se suponían que deberían impedir que este se estuviera ahí” ambos solo se encogieron de hombros.

Kagami caminaba con cautela mientras le daban el paso silenciosamente. No quería que los que estaban en frente lo vieran, algo le decía que Aomine no estaría feliz de verlo ahí.

–Bastantes agallas tienen para venir a meterse a una manada de lobos – dijo en tono amenazante el rubio con su pareja en sus manos, estaba enojado ante la amenaza de que le separan de su Kasamatsu. EL halcón blanco se encontraba en su manos asustado y buscando refugio en sus brazos. 

A kagami se le hiso difícil imaginarse a su amigo buscando refugio de esa manera así que supuso que el ave estaba actuando por puro instinto. A su lado le sorprendió ver aun Takao totalmente molesto su ceño se encontraba fruncido, parecía que tenía ganas de pelear era midorima quien le detenía.

Aomine  se mantenía neutral, sabía que no tenía el derecho de oponerse completamente, si bien cierto Yukio era pareja de Kise, este no podía reclamarlo aún, menos en el estado de yukio. Como alfa tampoco era mucho pues kasamatsu no estaba bajo su cuidado legalmente por así decirlo. Y los halcones tenían razones válidas, para querer llevárselo.

La decisión al final era de Kasamatsu, pero que hacer ¿si este no podía decidir?

–Sabes bien que no queremos pelear, el resultado sería obvio, solo estamos ofreciendo nuestra ayuda, tampoco queremos quietártelo, pero podría pasar un tiempo con nosotros y…

–No, ya les dije ¡váyanse! – ordeno Kise, apretando sus dientes de la impotencia, su rostro estaba pálido y al contenerse tanto sus músculos dolían, su estómago aún no estaba totalmente recuperado y estaba comenzando a doler.

–No te creas con derechos sobre el – dijo uno de los que estaba atrás del hombre que hablaba con vehemencia.

–Ustedes menos – dijo  kagami, llamando la atención d todos. Aomine en cuanto lo vio se le lleno el rostro de felicidad pero al segundo miro a los hermanos de su pareja con reproche, recibiendo una mirada de “¿qué?” – y en cuanto a él – apuntando al rubio – es su pareja y Yuki ya lo habia aceptado – dijo para asombro de todos, pues el mismo Kise les habia dicho que aún no se lo decía –así que dudo que su decisión sea irse. En ningún lugar estará mejor que aquí, y si es porque somos lobos, Takao es uno de ustedes, él lo ayudara en lo que sea necesario

El pelinegro sonrió con gracia y fue para ganarse al lado de su alfa.

EL hombre miro con curiosidad al pelirrojo, que vestía solo unos shorest rojos, polera negra, descalzo, su cuello estaba cubierto de vendas al igual que su muñecas. El joven parecía tener su propia sequito de guardaespaldas, es más parecía que la manada completa estaba a su pendiente. Y se sorprendió al ver que el halcón de nombre Takao habia reconocido a un lobo como alfa.

–¿Quién eres tú? – preguntó con respeto a pesar que lo habia tuteado, tuvo curiosidad por ese joven que le hablaba con madures, pero apenas avanzo un paso, Aomine se acercó.  –¿No que eras tú el alfa? – preguntó mirando esta vez al moreno mirándolo con desconfianza

–Soy su pareja – contesto kagami, muy seguro causando que el pecho de Aomine se inflara de orgullo. Pudiendo ver el asombro que aquella revelación causo en el clan de halcones.

Se podía notar una clara división en esa manada un tanto peculiar.

De pronto yukio comenzó a removerse de los brazos de Kise así que este lo dejo en el piso. Bajo la atenta mirada de todos los presentes. El ave caminaba de manera tierna donde estaban sus amigos y se quedó mirando desde abajo a kagami. Quien le sonrió y se agacho para tomarlo en brazos. Miro atento esos ojos pudiendo ver a su amigo en su interior.

–Haremos un trato, tanto ustedes como nosotros queremos lo mejor para él. Si en una semana no podemos hacerlo cambiar o nos damos cuenta que no podemos ayudarlo para su crecimiento como halcón lo dejaremos ir con ustedes, pero solo si Kise está de acuerdo con ello también.

Era razonable, y ambos estuvieron de acuerdo, y llegado el caso el rubio se iría con él, en eso no habia cambio.

Los halcones se fueron con elegancia y dando una reverencia en agradecimiento ante el trato hecho.

Kagami dio un suspiro casando. Hasta que se puso nervioso, toda su espalda vibro ante la mirada penetrante detrás de él, se volteo y se topó con esos ojos azulinos y contenidos.

–¿Vas a regañarme? – le dijo con reproche y cierta infantilidad, no. Él no  quería que Aomine le regañara, quería que le abrasara y le besara. Que le reconfortara con sus fuertes brazos.

Kise le quito a su pareja de las manos a kagami  antes de que Aomine se lo llevara estilo nupcial he ignorando sus regaños. Sakurai iba a seguirlos pero imayoshi le tomo de la mano impidiéndoselo.

–No te preocupes ellos necesitan su tiempo a solas. Ya podremos mimar al pequeño luego –le dijo con una sonrisa, y es que ahora sí, todo estaba bien, al final la pareja de su alfa habia despertado y sentían que las cosas de a poquito irían recuperando el transcurso normal que nunca debió cambiar.

 

~*~

 

Ya dentro de la habitación, Aomine deposito suavemente a kagami en la cama. Este le miraba atento. Se notaba Triste.

–¿Aomine? – el moreno se sentó a su lado.

–Perdóname – salió de su boca sorprendiendo al pelirrojo –nunca debiste pasar por esto… nunca debí permitir que pasaras por esto Taiga… sabes – se detuvo mientras tomaba la mano de kagami y le miraba fijamente y con dolor –Tenia tanto miedo de perderte, no sé qué hubiera hecho si…

No pudo decir más, kagami no se lo permitió, un poco brusco se acercó a su labios y le estampo lo labios encima, quería acallar todas sus lamentaciones, sus manos se fueron a  su mejillas incitándolo a que lo besara como lo hacía.

Quería que Aomine lo besara de tal manera que con solo eso le arrancara el alma. Aquel deseo llego como una oleada a su pareja, así que tomándolo de la cintura lo acerco a su cuerpo, pero tampoco quería lastimarlo así que suavemente fue recortándolo en la cama y posicionándose sobre el para besarlo como dios manda, sus morenos labios volvían a posarse sobre los suyos, dando pequeños piquitos tiernos por todo sus rostro.

Kagami cerró los ojos y se dejó querer, mimar y consentir, el miedo que habia sentido al no volver estar así con Aomine lo reflejo en pequeñas lagrimas que salían por sus ojos y que gentilmente Aomine se dedicó a secar con sus labios.

–También tuve miedo – dijo abrasando al moreno –Pero estuve tranquilo porque sabía que irías por mí.

Aomine volvía a levantarse mirando esos ojos llorosos pero alegres, y sonrió, después de tres tortuosos días sonreía con alegría. Y nada le impidió que esta ves besara como era debido a su pequeño cachorro.

Sus labios fueron gentiles al impacto y con delicadeza los abrió a la par del más bajo, para un encuentro mutuo de lenguas que se habían extrañado, ambos se perdieron en un beso lento pero que cada vez más perdía la inocencia por parte de Aomine. Su lengua parecía querer atravesarlo.

Un gimoteo dejo salir de  sus labios y Aomine se alejó disculpándose. Kagami aun resentía sus heridas y el habia sido un poco brusco.

–¿Estas bien? ¿Duele? – preguntó tomando sus manos y acariciando sus muñecas vendadas

Kagami se encontraba un poco enrojecido y avergonzado, si gimió… no habia sido de dolor claro que no. Su lengua habia sido succionada tan lujuriosa y necesitadamente que no evito gemir ante ese gesto que le hiso sentir que se derretía en todo su cuerpo. Y si, su pareja era un baka por no reconocer un gemido de dolor como uno de completo placer y arruinar el momento.

–Estoy bien, no duele, solo es molesto y pica – se volvió a sentar  llevando una mano a su cuello, pero Aomine lo detuvo antes de que llegara.

–No la toques – sonrió –Harasawa quedo sorprendido por lo bien que se regenera tu piel, así que no vayas a entorpecer el proceso rascándote.

–Ok – dijo como niño chiquito ante la orden, Aomine sonrió mientras su mano acariciaba su mejilla.

Y kagami volvía a perderse en ese hombre que le cambio la vida, y sonrió en contestación. Acercándose a él y deteniéndose casi sobre sus labios.

–Bésame – demando, y exigió, aquello no fue un pedido sino una orden en toda la palabra.

–Pídemelo por favor– lo molesto Aomine acariciando levemente sus labios con los propios.

–Sueña idiota – le dijo antes de abrasarlo y besarlo con fuerza. Ambos nuevamente sumergiéndose en un beso que seguramente si tendría fin, volvería  iniciar.

 

~*~

 

Fuera de la habitación tanto himuro como kuroko tenía la oreja pegada a la puerta deleitándose con los detalles en primera fila. Un poco más atrás Akashi y Murasakibara suspiraban con cansancio, no habia remedio con ellos. Apenas el par de  hermanos se alejaron de las puertas fueron hacia el comedor donde los más cercanos se encontraban.

Kuroko los miro a todo y alzo el pulgar en alto dando a entender que todo estaba bien entre sus líderes. Los cuchicheos alegres no se dejaron esperar.

–Ahora solo nos quedas tu halcón mañoso  que cambies y dejes de preocuparnos – dijo Kise tomando al ave que dormía plácidamente en sus brazos.

–Ya verás que si, por ahora anda, ve a descansar y yo le cuidare – le dijo Takao pidiéndole  a Yukio. Kise acaricio sus suaves plumas  antes de dejarlo en manos confiables y fue guiado por Midorima hacia su habitación.

La manda completa por fin podía descansar. Definitivamente el ánimo era diferente, los cachorros de la manada también lo sentían, ahora jugaban entre ellos y corrían en tranquilidad por su propia manada.

 

~*~

 

–¿Estas feliz? – murasakibara venia ingresando a su habitación junto con una buena ración de comida, para su pelinegro.

–Si – le sonrió con su ojito feliz –¿Tanta comida? – pregunto asombrado de la gran bandeja de emparedados y dulces.

–Claro, recuerda que debemos comer por dos de ahora en adelante

–¿Debemos? – rio

–Bueno, tu por dos, pero yo como soy tu pareja y te amo te acompañare como se debe en todo el proceso – decía infantilmente mientras depositaba la bandeja en la cama.

–¿Enserio estas feliz  con esto? – pregunto temeroso, después de que harasawa habia  confirmado su estado no habían podido hablarlo bien.

EL peli morado sonrió y se acercó a su pareja tomando su mano. Lo guio hasta un sofá que se encontraba a un lado del ventanal, sentándose el para luego sentar a Himuro en sus piernas.

–Esto como lo llamas es nuestro hijo, el primero de los muchos que espero tener contigo… ¿acaso tu no estas feliz? – acariciaba su estamago y espalda con tranquilidad.

–Lo estoy, solo que esperaba conocernos más antes de ya sabes…

–Bueno en todo caso no es tu culpa tampoco ya que fui yo prácticamente el que te violo – dijo riendo ante el sonrojo de su lobito.

–Yo tampoco puse mucha resistencia

–Sí, pero me aproveche de tu celo, podría haberlo impedido y no lo hice. Aunque no me arrepiento tampoco debo decirte. Y que producto de aquello venga nuestro primer cachorro pues un motivo más para estar feliz.

Ahí himuro dejo salir una carcajada, amaba lo sincero que era. Abrazo a su grandote por el cuello y le beso con ganas reprimidas. Se sentía más tranquilo y seguro ahora, él bebe sería bienvenido por ambos padres y estaba seguro de que también seria amado por su nueva manada.

La lengua del pelinegro se coló en aquella boca, besándolo con gula, casi con hambre, se levantó y posiciono a horcajadas encima de Mura que jadeo ante el evidente contacto que muy apropósito provoco su sensual  pareja, sus manos de manera autómata se fueron a  su piernas recorriéndolas con sensualidad. Su dedos se abrían queriendo abarcar un poco más de esas piel de la que era total dueño.

–Cariño… la co… mida – himuro no le dejaba hablar ante  la insistencia del beso

–Eso puede esperar Atsushi yo no.

–Pues como diga mi pareja será –menciono entretenido tomando a su chico desde el trasero para levantarse con él y guiarlo hasta la cama. Ambos mirándose  emocionados y a la expectativa de lo que vendría.

 

~

 

Himuro abría sus ojos paulatinamente notando de inmediato lo tarde que debía ser, su pareja yacía plácidamente dormida a su lado y no evito sonreír y besar su pecho antes de levantarse.

Camino hacia el ventanal para cerrar las cortinas. Así en la mañana el sol nos les pegaría tan fuerte. Pero se sorprendió al ver a Takao fuera de la casona mirando el cielo.

Se abrigo y salió a su encuentro.

–¿Qué haces aquí afuera tan tarde? – Takao le miro y sonrió – ¿hay algo que está molestando? … ¿es por lo de tu padre? – pregunto con sutileza.

Ya todos se habían enterado que Shiro no habia respetado el trato. Se suponía que Takao se iría con ellos a cambio de dejar tranquila la manada, pero en cuanto se habia alejando un poco ataco la manada con el único objetivó de acabar con su padre.

–No te voy a negar que me duele, era mi padre después de todo, pero… no es eso lo que me tiene preocupado. Sino Yukio

–¿Yuki-chan? – pregunto curioso obteniendo un asentimiento y un momento de silencio

–Himuro, ¿cómo diferencias el sentimientos que tienes hacia Mura como el que tienes de tus hermanos?

–No te entiendo

–Tengo el presentimiento de que yukio podría ser algo mío, nos parecemos, todos pensamos que podía ser una coincidencia pues él era humano, pero ahora no estoy tan convencido, es una halcón blanco, mi padre también lo era.

–Takao…

–Lose, es arriesgado lo que estoy diciendo, pero es posible

–¿Porque estas tan seguro? – Takao le miro y le indicó alejarse un poco para hablar con tranquilidad

–Veras…hace mucho tiempo atrás mi mamá me conto  el por qué mi papá cambio su actitud hacia nosotros, mi padre al ser de un clan poderoso de halcones blancos lo comprometieron con mi madre que  era la hija de otro clan. Pero no era su pareja, él se rindió con encontrarla así que acepto el compromiso. Mi madre a pesar de que  tampoco era su pareja se enamoró así que también acepto  y con el tiempo me tuvieron  a mí, estuvo frustrado al darse cuenta de que no seguí su linaje y por ello se negó a tener más hijos o intentarlo siquiera. Todo seguía normal hasta que comenzó hacer más irritante, había semanas en las que desaparecía y no decía a donde se iba, solo volvía aún más enojado y se desquitaba conmigo y mi madre.

Himuro le miraba y se daba cuenta de la impotencia con la que hablaba.

–Hasta que llego el día que le confesó a mi madre que habia encontrado a su pareja, una humana que recién se habia contraído matrimonio, papá le conto lo que era pero ella no acepto y le rechazo, papá no pudo con saber que estaba siendo de otro hombre y la tomo por la fuerza, ahí termino por romper el lazo si es que alguna vez existió por parte de ella. Pasó el tiempo y no volvió a buscarla. Cuando quiso volver por ella se enteró que producto de esa violación ella habia quedado embarazada, pero que por culpa de eso habia perdido a su marido misma razón por la que el niño no llego a nacer, le dijo que lo había abortado…

Himuro camino hasta él y le abrazo cuando lagrimas caían por su rostro, sintiendo pena por lo que un ser como Takao tenía que cargar y más encima portar una sonrisa sincera en el rostro

–¿Que paso con ella?

–La mato, era su legítimo primogénito y le quito la vida, su rabia fue tan grande que apenas salió de su boca que lo habia abortado la mato.

–Dios… ¿y piensas que Yuki-chan puede ser ese niño?

–Sí, son muchas coincidencias entre ellos el tiempo

–La verdad es que hasta yo lo creo, cabe la posibilidad de que le haya mentido a tu padre.

–También lo creo por eso le conté a kagetora y estuvo dispuesto ayudarme. Necesito descartar esa posibilidad.

—Estoy de acuerdo, no puedes quedarte con eso, pero no quiero que te ilusiones —Takao rio con nostalgia

—No te mentiré de que me agrada la idea, pero sabes… tampoco me gustaría saber que es hijo de un hombre como mi…

—Ya no pienses más en eso —se adelantó himuro al ver que el rencor se acumulaba en la boca del ave al hablar de su padre — ve con  midorima y recuerda – le dijo antes de que se fuera – Tanto tu como yuki- chan ya no están solos, nosotros somos su familia ahora.

Esos ojitos platinados volvían a aguarse pero no de pena sino de infinita alegría. Tenía la certeza y convicción de aquellas palabras.

–Gracias.

 

~*~

 

El pelinegro ingresaba silenciosamente a la habitación que compartía con su adorado peli verde, se quitó los zapatos y se aligeró un poco de  ropa, apretaba los labios para no hacer ni el más mínimo ruido, levanto las sabanas con cautela y …

–¿A dónde fuiste?

–Al baño – dijo sin pensar

–Y no te gusta el de la habitación

–Punto para ti – sonrió el pelinegro por no haber pensado en eso.

–Puedo saber en dónde estaba mi mentiroso halcón a esta hora  –Takao se volteo en la cama para quedar frente a Midorima.

–No soy  mentiroso, solo quedaba más corto decir que  salí a tomar aire y me quede un rato conversando con himuro.

“¿Que acaso no era lo mismo?” se preguntó midorima. Sabía que algo estaba preocupando a su chico pero también sabía que Takao se lo diría cuando estuviera seguro

–Ven aquí, mañana será un largo día.

El pelinegro sonrió, también era consciente de que midorima estaba al tanto de sus incertidumbres, pero aun así no le presionaba y esperaría por él.

A pesar de la mala situación y del ejemplo que le dieron sus padres el siempre deseo encontrar a su pareja, siempre pensó que él no pasaría por eso. Pecaba de iluso al pensar en el hombre perfecto para él, pero le gustaba pensar que existía, y que no le importaría si no era de la misma especie.

Y no se habia equivocado, Midorima era eso y  más para él, todo lo que habia pasado no era nada con la felicidad de tener al peli verde a su lado.

–Soy feliz – susurro, mientras sus ojos se cerraban pero muy consciente de lo que decía.

–¿Lo eres? – preguntó acunándolo en sus brazos.

–Lo soy – afirmó. El sueño le vencía y Midorima sonrió. Que mejor que el tener la certeza de que tu pareja era feliz a tu lado, algo que habia tomado como propósito de vida. Lo estaba cumpliendo y se encargaría de seguirlo haciendo minuto a minuto.

 

~*~

 

Y como en lo que les pareció una eternidad por fin tenían la tranquilidad casi completa. Kise yacía dormido en su cama descansando pero con la seguridad de que su halcón lo hacía al lado suyo, y es que estaba complacido, el ave no podía volar y no se hallaba en otros brazos que no sea en los de él o un poco en los de Takao. Bien lo habia demostrado en esos dos días.

Fuera de la casa y bastante lejos de a lo que la manada se refería, se encontraba otra pareja caminando en silencio. Sus manos entrelazadas le transmitían el calor necesario a la otra para soportar el frio viento queriendo amedrentarlos.

–Kuroko, ¿no tienes frio? – dijo preocupado el pelirrojo al sentir un pequeño espasmo en su pareja llevo su mano libre a la mejilla del menor notando lo fría que se encontraba –será mejor que volvamos.

–Para nada… sigamos – sonrió guiando de nuevo a su pareja

–¿Adónde exactamente?

No hubo respuesta, kuroko caminaba despacio mirando en detalle cada lugar por el que pasaban. Y Akashi creí que a su pequeño solo le habia entrado las ganas de salir a dar una paseo ahora que su hermano habia despertado ya no se encontraba tenso y que mejor que salir a caminar bajo la luz de la luna, la noche estaba hermosa, algo fría pero hermosa y digna de admirar en conjunto así que solo se limitó a apretar esa mano y seguir caminando sin rumbo aparente.

Sin embargo las intenciones de kuroko eran muy diferentes. Se encontraba nervioso y expectante a la vez que estaba tratando de reprimirse para que Akashi no se diera cuenta de sus  verdaderas intenciones y deseos.

Hasta que dio con el lugar, aquel que su hermano le habia mencionado. Definitivamente el lago bajo el cielo nocturno le daba un toque casi mágico.

–¿Aquí querías llegar? – preguntó mirando el sitio, no lo visitaba muy a menudo pues sabía que a su alfa le gustaba frecuentarlo cuando quería estar solo y en total tranquilidad.

–Es muy bonito… ¿qué tal si nos bañamos? – Akashi encontró que la pregunta estaba demás pues  su peli celeste ya se estaba quitando el chaleco.

–No creo que sea buena idea, kuroko hace frio – de nuevo encontraba que su advertencia era innecesaria, a su pequeño ya se le habia metido la idea. Suspiro yendo por sus ropas, apenas toda vestimenta  abandono su torso sintió la fresca brisa palparle el cuerpo. Fue tembloroso a su pantalón, y cuando levantó la vista vio a kuroko ya en el lago con solo el torso hacia arriba a la vista.

–Me hare viejo esperándote Sei – gritó divertido, esa alegría le contagio el alma al mayor que sonrió en respuesta.

Quedando solo en unos bóxer negros con la pretina rojiza comenzó a caminar, sintiendo el agua fría en los pies. Con cada paso que daba, el agua más abarcaba, hasta llegar  a sus caderas.

–¿Tetsu? – Iba tan concentrado en el agua y por donde pisar que no se percató de la ausencia del menor – ¡Kuroko!

El peli celeste sumergió de las aguas dándole el susto de su vida al mayor. Se hubiera hundido si no fuera porque alcanzó a boletarse y afirmarse con las manos.

–No me asuste así – le dijo incorporándose bajo la risa casi escandalosa de su pareja.

–Anda sei no te enojes – dijo casi sobre sus labios mientras sus brazos recorrían su espalda hasta llegar a su cuello y cabello.

Kuroko inicio un beso lento y casi tierno, donde solo labios con labios se saboreaban. Las manos de seijuro fueron a esa fina cintura para arrimarlo sobre si mientras kuroko enredaba sus piernas en su cuerpo. Avanzó unos pasos hasta que el agua les llego al pecho.

El beso se intensificaba, haciéndose cada más necesitado sus bocas se abrían hambrientas de más contacto, al igual que las manos. Kuroko recorría su espalda y se apresaba más a ese cuerpo.

Akashi acariciaba su espalda de arriba hacia abajo paseándola por sus hombros y tallando su cuello para hacer más presión. Juntas fueron descendiendo hacia ese redondo trasero para apretarlo y acariciarlo hasta saciarse.

Casi se le fue el alma al descubrir que su adoración no traía su ropa interior y estaba pegado a su cuerpo completamente desnudo.

–Kuroko – dijo en medio del beso, recibiendo un jadeo de él ante el tacto de sus manos en su parte trasera intima.

Kuroko con todo el valor del que era capaz, llevo unas de sus manos al bóxer y alejándose un poco lo bajo para liberar el miembro duro de su pareja. Enseguida volvió a apegarse a su cuerpo. Con la diferencia de que ahora ambos miembros podían sentirse, la fricción le daba una nueva ola de calor y placer que contrarrestaba completamente con la frialdad del agua.

–Sei~ – gemía en medio del  beso el menor

Y ahora todo tenía sentido para el mayor, el deseo de kuroko era fuerte y dominante, sonrió al haber caído en la trampa del lobo literalmente.

–Salgamos del agua – dijo con su tono cargado de placer, mientras caminada hacia la orilla con kuroko en brazos.

Con delicadeza lo sentó en el pasto, luego fue por sus ropas e improviso una cama.

–Preferiría que volviéramos a nuestra habitación – sin embargo el silencio le indicó que no era lo que su pequeño quería. – ven aquí ¿no tienes frio?

No, no lo tenía para nada, pero tampoco era  como si pudiera decirle que estaba caliente y deseoso de tener su primera vez con él.

Akashi opto por dejar las preocupaciones de lado y tomar ese valor que le demostraba su pareja como un buen ejemplo ante lo que su cuerpo le imploraba también. Al diablo si hacia frio o no. No era lo suficiente como para aplacar y acallar sus partes íntimas que se jactaban y se reían en su cara por su sinceridad.

De un jalón Akashi lo dejo recostado sobre sus ropas, y le miro a detalle como si fuera una deidad, su cuerpo pulcramente blanquecino era bien formado a pesar de su fineza, las gotas, que resbalaban por su cuerpo y cabello, le daban un toque sensual que le incitaban junto con esa mirada segura y cargada de placer.

—Eres hermoso –susurro sobre sus labios antes de besarlos nuevamente mientras depositaba todo su cuerpo y peso sobre kuroko que enseguida lo recibió abrasándolo y abriendo con un poco de timidez sus piernas para darle un mejor acceso.

Sus miembros seguían con ese rose embriagante, sensual y recatado. Akashi se alejó un poco para comenzar a besar cada espacio de piel, comenzando por su cuello mientras su manos deambulaban desde arriba hacia abajo, tanteado su cintura recorriendo sus costados y deteniéndose en su pecho.

Su lengua lamia su quijada, hasta llegar a sus labios meter su lengua caliente y volver a sacarla para seguir con el recorrido teniendo como meta esos erectos botones, con la yema de sus dedos tironeó uno hasta hacer gemir a su dueño, La mordida en el otro lo hiso lagrimear de placer y dolor del cual no se quejó.

Akashi seguía con su ritual de conocer a detalle cada parte de ese cuerpo, sus manos viajaban por sus piernas, sintiéndolas temblar cada vez que pasaba cerca de sus zonas más privadas.

—¿Estás seguro? —preguntó tomando con sus manos ese trozo de carne que parecía  a punto de explotar

—Muy… Seguro ah~ —jadeo al sentir esa caliente lengua sobre su pene, ese musculo se paseaba de arriba hacia abajo cubriendo de lado a lado, sus piernas desfallecieron cuando la boca de seijuro se metió por completo su erecto miembro, las succiones se hicieron frenéticas con la ayuda de sus manos, no fue necesario mucho tiempo, para que se corriera con todo en la boca de su amante.

—Lo… lo siento — se sonrojo de la venganza y llevo sus manos a su cara para ocultar su rostro, se concentró tanto en el placer que estaba recibiendo que simplemente se corrió por que lo habia deseado, no se percató del gigante hecho de que lo haría en la boca de Akashi.

—¿Porque? — pregunto con una leve risita mientras sacaba su lengua y lamia el flácido amigo que habia perdido tamaño

—¡No hagas eso! —le grito al ver como succionaba su miembro y lamia los rastros blancos que rodeaban la zona —dios — expreso al ver como su miembro retomaba tamaño, y Akashi sonreía complacido.

—Kuroko quiero que te relajes, no voy a mentirte te dolerá, y es probable que no deje de dolerte, pero no será solo eso lo que sentirás te lo aseguro.

Kuroko vibro de pies a cabeza, lo sabía pero no por eso dejaba de sentir un poco de miedo, pero ni eso apaciguaba las ganas de seguir adelante. Sonrió, quería darle la tranquilidad y seguridad a su pareja de que confiaba en él.

Akashi asintió volviéndolo a besar, siendo abrazado temblorosamente, ante a la expectativa. Su miembro chorreaba líquido pre seminal, así que se masturbo hasta el punto de tomar bastante de si para con ello comenzar la lubricación.

Kuroko jadeo al sentir esa mano recorrer su zona escondida, y gimió cuando sintió un dedo abrirse paso. Aquel individuo entro entero y salió de la misma manera para repetir la acción, los besos lujuriosos carentes de toda decencia. Lo hacían perderse en otro mundo, esos jadeos roncos de Akashi ingresaban a su oído y lo hacían perderse en la demencia.

Ni siquiera noto cuando tres dedos chapoteaban en su interior, moviéndose de manera circular, de adentro y hacia afuera y se abrían explorando su apretado interior.

—Aka…shi ngh~

—Voy a entrar — dicho y hecho, entro de un solo movimiento causando un grito ahogado del menor que cerró los ojos y apretó los labios para que el grito de lo que era solo dolor no saliera de su boca.

Sus paredes internas se abrieron, ante algo caliente que le atravesaba y quemaba, la puntada le habia llegado hasta la cabeza. Dolía no solo un poco sino mucho, pero sentía al mismo tiempo que le gustaba, después de todo era Akashi quien estaba dentro de él, llenando su interior. Sus manos fueron a su estómago sintiendo que desde ahí provenía esa unión que habia deseado desde que lo habia visto.

La nebulosa de dolor se disipaba para darse cuenta de esas gentiles manos acariciarles los costados mientras le besaba y el respondía, esperando y aguardando que el menor le diera una señal de continuar.

Sus caderas se movieron dolorosamente, sintiendo inmediatamente como el miembro de Akashi se salía y volvía a entrar, rasgando y golpeando su interior.

Llevaban un rato con embestidas lentas  y ya no era solo dolor, habia algo más que lo incitaba a gemir, jadear y gritar por más. El dolor no desaparecía pero era soportablemente placentero

—Akashi soy tuyo — decía afirmando cegado de amor y placer entre arremetida y arremetida. Ante esa afirmación la mirada de Akashi cambio a una dorada furiosa. Sus garras crecieron y se incrustaron en esa cadera, mientras con fuerza impulsaba su pelvis para dar con toda su fuerza en el interior de su amado.

 

“Lo eres… mío, solo mío, desde ahora, mi eterna pareja kuroko Tetsuya”

 

Profeso en su mente al momento mismo en que mordía el cuello de kuroko y  expulsaba su semen creando el nudo de apareamiento, aquel proceso que kuroko en un gemido gutural no pudo resistir. Su cuerpo entero se tensó al sentir el dolor que aquello le provocó cayendo a la mullida ropa.

Después de un par de minutos la calma llego a Akashi  que relajo sus músculos y saco su miembro de ese cálido interior. Deleitándose con el color blanquecino mezclado con la certeza de aquella virginidad que le pertenecía solo a él.

Beso y lamio la zona mordida y luego lamio con amor y ternura esas marcas que involuntariamente habia hecho en las caderas de kuroko

Con un  “te amo” un “perdóname” un  “desde ahora siempre junto mi pequeño” y una sonrisa pintada  lo acompaño en su sueño.

 

~*~

 

La mañana se hacía presente nuevamente y para muchos los recibió la sorpresa agradable de que se encontraban solos. Sus parejas como bien lo recordaban eran madrugadoras y al sentir nuevamente esa felicidad solitaria y mañanera no les quedo más que bostezar y sonreír.

La cocina volvía a llenarse de sonrisas y chichicheos como si aquello que vivieron no  hubiera sucedido jamás.

—¿Qué haremos con  Yuki-chan? ¿Tienes alguna idea Kasu? —Preguntó himuro viendo como el halcón depositaba dos pelotitas en las manos de su alfa. Ahora era el quien debía usarlas. Quiso refunfuñar, pero al verse ignorado guardo silencio.

—La verdad no estoy muy seguro, cuando tenemos el primer cambio, lo primero que hacen nuestras madres es calmarnos, debido a que la vista se desenfoca, y no equilibramos nuestro peso, cuando eso queda listo, lo siguiente es trabajar con nuestras alas, El cuerpo necesita soltarse y sentirse seguro. Ya saben un ave que no vuela no sirve, yukio debería haberlo intentado al menos una vez…

—Pero lo hemos visto se lo pasa pegado a Kise y ni siquiera hace el intento —dijo Sakurai acotando con pose pensativa.

—¿Han intentado hablarle? — preguntó kagami mordiendo una gran hamburguesa que le habia preparado el castaño.

—Si pero no hay respuesta de ninguna manera, simplemente se centra en Kise y nos ignora.

—Para mí que esta solo siendo malcriado, hay que tomarlo y llevarlo  a un lugar alto y de ahí lanzarlo a ver si no vuela — Dijo como toda broma el pelirrojo. Pero se quedó en silencio al ver una mueca curiosa en Takao

—Bueno, no es mala idea también lo habia pensado, es algo normal, lo que si hay que hacer es separarlo de Kise, para que no sienta esa protección a la que se aferró. —Decía Takao muy seguro.

—Bien  entonces está decidido nuestro siguiente plan es el secuestro de yukio. A todo esto ¿dónde está kuroko? —

—Lo vi llegar esta mañana con Akashi, lo más seguro es que duerma todo el día — dijo el pelinegro feliz — así que es mejor dejarlo tranquilo.

Kagami sonrió al percibir una segunda intención en esa frase, tampoco habia pasado desapercibido esa mirada picara que ambos pelinegros se dedicaron y un suspiro del castaño al saber de otra pareja consolidaba la relación.

 

Después de comer y teniendo un desayuno ameno, se dispusieron a arreglar todo y dejar impecable para cuando los holgazanes se levantaran y buscaran algo que comer.

Como unos viles ladrones entraron a la habitación del rubio que para ternura de los presentes dormía plácidamente con Yukio en la curvatura de su cuello.

Himuro y Takao fueron los responsables de sacarlo de ahí sin hacer el más mínimo ruido, himuro tomaba el ave con cuidado mientras Takao parecía tararear una canción de cuna. Sakurai se comía las uñas afuera deseando que Kise no despertara.

Cuando iban victoriosamente por la puerta y listos para emprender la fuga y cantar victoria Kise los llamo con calma y seriedad fingida.

—¿Que hacen? — dijo bajando el tono ante la cara de terror de sakurai para que guardara silencio. La idea estaba en no despertar a kasamatsu.

Los chicos salieron de la habitación e ingreso kagami para explicarle el plan, al cual no tuvo objeción. Le daba gracia a actitud infantil con la que tomaban las cosas. Y le llenaba de alegría ver que a pesar de todo nada habia cambiado.

—Pero vayan con escolta no salgan solos.

—No te preocupes, Moriyama Imayoshi, Haizaki y Reo irán con nosotros, solo nos alejaremos un poco al bosque.

Kise asintió. Comprendiendo la diferencia, hace unos días habría alegado que no  la necesitaban, pero ahora el solo lo habia pedido. Le entristecía que aquello hubiera cambiado por el miedo.

—¿Cómo te sientes? — preguntó kagami al ver en detalle las zonas ventadas del rubio.

—Bien, mi estómago está delicado pero se recupera, pronto estará completamente sano.

—Muchas gracias — dejo salir kagami, llamando la atención extrañada de Kise — por ir por Yukio y por mi

Kise sonrió con calidez.

—De nada, ahora solo ve con cuidado y tráeme a  Yukio de vuelta

—Claro que sí, ese idiota se las vera conmigo — gritó ya desde la puerta, causando una risa dolorosa en el rubio. Es que solo con respirar un poco fuerte le causaba dolor.

 

~*~

 

En el bosque apenas yukio abrió los ojos busco al rubio y al no encontrarlo revoloteo asustado, los chicos realmente se asombraron al ver la intensidad y desesperación con la yukio miraba hacia todos lados, sus alas de desplegaban con firmeza en los brazos de Takao queriéndose separarse. Al hacerlo fue a parar al piso, pero aun así de su pico salían fuertes sonidos.

Sus alas tomaban fuerza y porte dándole altura.

—¿Qué le pasa? — fue la pregunta de kagami al ver al ave volando y mirando un lugar fijo antes de emprender un fuerte y decidido vuelo.

—Espera… —  alcanzo a gritar Takao antes de cambiar para salir a la siga de yukio. Himuro ya no sabía ni que pensar, cambio y kagami se subió en su lomo para correr y no perderle la vista al par de halcones.

Al ver que se dirigían a la casona, no pararon hasta ver que el albino entraba a la casa por una de las ventanas del segundo piso. No tuvieron que sumar mucho para saber a dónde se dirigía.

Aomine y los demás que estaba en el comedor   se quedaron mirado sorprendido como sus parejas irrumpían en la casa corriendo, sin decir palabra.

—¿Qué demonios están haciendo ahora? —preguntó Akashi divertido con un batido en su mano. Aomine y mura se levantaron para ir en busca de sus irresponsables parejas. Midorima solo sonrío para seguirlos y al pasar por al lado de Akashi pronunciar un “Adiós paz”

Llegaron como una tromba a la habitación de Kise casi cayendo uno sobre otro. Miraron como Yukio se encontraba encima del velador a un lado de la cama mirando con extremo cuidado, al rubio que dormía plácidamente. Sus alas se movieron en contra de los metiches como un regaño que por fin Takao comprendió.

—¡Ya veo! — dijo alegre como si hubiera descubierto algo muy importante

—¿Qué? —Preguntó en un susurro el castaño sobre Takao, no entendía absolutamente nada

—Lo está cuidado… nosotros confiamos mucho en nuestros sentidos sobre todo nuestra vista, Kise es su pareja y  está débil… ¿lo estás cuidando no es así? —preguntó ahora dirigiéndose al halcón.

Quien elegantemente asintió antes de volver a fijar su vista en el rubio.

—Si ya terminaron de jugar les sugiero que los dejen tranquilos — los sermoneo Aomine.

 

~

 

—¿Entonces? —preguntaron los demás una vez estando en el gran comedor, para saber La conjetura final.

—Nada, no tenemos de que preocuparnos  yukio cambiara cuando sienta que Kise se encuentra totalmente bien. — el pelinegro parecía querer saltar de alegría, le llenada de orgullo la actitud de Kasamatsu.

—¿Y necesitaban secuestrarlo para saber eso? — Pregunto Moriyama, quien habia que tenido que correr desde temprano por culpa de ellos.

—Secuestrar es una palabra fea — dijo horrorizado el pelirrojo antes de reírse.

—Sí, solo lo pedimos prestado — le acompaño himuro riéndose con complicidad — y vaya gruñón que nos salió.

—Es obstinado —le siguió Takao — él tiene la culpa — decía seriamente.

—Deberíamos castigarlo por preocuparnos — dijo sakurai siguiéndoles el hilo.

Los chicos suspiraron ante un nuevo teatro para no recibir un regaño por el escándalo que habían armado tan temprano. Después de todo, así eran sus parejas.

 

~*~

 

En la habitación, Kise seguía durmiendo. Pero de apoco esa respiración fue cambiando volviéndose un poco alterada, su cuerpo tiritaba lentamente. Y de a poco elevaba su temperatura. Sus mejillas enrojecidas y ese leve sudor termino por alterar al ave que voló para colocarse a un lado de la cama.

Su cuerpo poco a poco fue cambiando. Sentía esa necesidad  su cuerpo crecía y las plumas desaparecían, un cambio doloroso. Pero era más importante mantener silencio que gritar por ello.

En el suelo respiro hondamente, Dolía y dolía bastante, pero una pulsación en su pecho le hiso levantarse con preocupación y mirar al rubio, su mano toco su frente y noto su alta temperatura, tomo lo primero que encontró para ponérselo e ir por paños mojados al baño.

Así estuvo un buen rato hasta que logro estabilizarlo, sus manos viajaban de manera autómata por su rostro y acariciaban ese dorado  cabello que tanto le gustaba.

—Kise —susurro.

El rubio abrió sus ojos y le regalo una sonrisa aquel sueño que estaba teniendo. Tomo esa mano en su mejilla y la beso antes de pedirle un deseo.

 

“Quédate conmigo Kasamatsu”

 

~*~

 

Un examen hecho y una respuesta a su consultor dada y solo tres presentes que sabían la verdad.

—¿Se lo dirás?

 

Continuara…

Notas finales:

 

Wiii!!, les gusto!!?? No lo deje mal!! Por fin vino  algo de calma! Lindas espero de todo corazón que les haya gustado este cap.! Sino ammm XD esperare atenta a sus comentarios!

 Ya pronto viene el siguiente

Capítulo 12 “Hay un cumpleaños que celebrar”  ¬w¬

 

Que esten teniendo un buen inicio de año!! <3 

 

~Lamento los errores~


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