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aunque tenga que encerrarte por valeeop

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En auto en el que iba se estacionó frente a la mansión rusa de la trinidad de la mafia, se sentía nervioso, había estado preparándose por ocho años para asumir el puesto, no iba a negarlo, la trinidad había cumplido con su parte, apenas aceptó le entregaron enseguida un enorme apartamento en el centro de la ciudad, un auto y al día siguiente pudo empezar a asistir a las clases de cocina en la más prestigiosa escuela de estados unidos, aparte de eso le pasaban dinero mensualmente con el que fácilmente podía darse la gran vida y enviaron a varios especialistas para tratar los dolores de su abuela, también estaban los maestros particulares, uno de los requisitos para obtener el puesto de chef era hablar tres idiomas, ruso, japonés e inglés, por ello profesores particulares fueron contratados para enseñarle tales idiomas a él, a su prima Sara y a su abuela quienes también se esforzaron mucho, ellas sabían en que estaban metidas pues David nunca le guardaba secretos, al terminar sus estudios viajó a la hacienda rusa donde el viviría y trabajaría mientras su abuela y su prima vivían en Moscú, la ciudad que quedaba a más o menos a dos horas de la hacienda.

Bajó del auto nervioso con maleta en mano, aún no conocía a la trinidad, ni siquiera sus nombres, sabía que las identidades de sus ahora jefes era el más alto secreto de la mafia, un guardia tomó su maleta para llevarla adentro, todas las caras le eran desconocidas y la verdad se sentía intimidado con tantos hombre armados alrededor, entonces fue capaz de reconocer dos rostros, aquellos quienes le habían contratado, hizo una reverencia a modo de saludo

- ha pasado mucho tiempo Karin-sama…Suigetsu-sama – saludó hablando en japonés, tenía entendido que la trinidad y la familia de la cabeza de la mafia eran de konoha y casi siempre hablaban en japonés por lo que manejar ese idioma era clave

- veo que has practicado correctamente – dijo Suigetsu sonriendo satisfecho con los resultados, el chico manejaba la etiqueta adecuada

- así es, estoy listo para conocer a la gran trinidad de la mafia – respondió con voz recta organizando las palabras de la forma más correcta posible

- pero si a nosotros ya nos conoces – dijo Karin riendo y evaluando su reacción, David se sorprendió mucho, aquellos dos formaban parte de la trinidad, respiró calmadamente manteniendo la compostura y guardando la calma

- en tal caso debo agradecerles por la oportunidad que me han ofrecido, estoy en mi deber de informales que estoy a su entero servicio y tienen mi lealtad absoluta – dijo David manteniendo la reverencia

- muy bien – aplaudieron Karin y Suigetsu

- así al menos tendrás posibilidades de sobrevivir a nuestro jefe – dijo Karin sonriendo, David levantó la cabeza mirándola – puede que llegaras en mal momento porque el gran jefe está de un humor de perros pero estarás bien

- agradezco sus palabras Karin-sama – dijo David agachando ligeramente la cabeza

- el jefe se llama Sasuke Uchiha, dirígete a él como jefe Uchiha, su esposo se llama Sora Uchiha, al comienzo dirígete como señor Uchiha pero estoy más que seguro que te pedirá que le llames por su nombre al cabo de un tiempo, a Eiji Uchiha, el hijo del jefe llámale joven señor – explicó Suigetsu, David asintió

- ella es Miriam la ama de llaves de la mansión, ella te llevará con el jefe, nosotros tenemos cosas que hacer así que nos vemos – dijo Karin señalando a una señora de aproximadamente cuarenta años vestida de sirvienta antes de salir corriendo con Suigetsu y entrar a un auto que arrancó prácticamente cuando cerraron la puerta

- han huido – dijo la mujer sonriendo, David le miró curioso – ellos son los culpables de que el jefe Uchiha esté de mal humor, al parecer cometieron un error y al jefe no le gustan los errores

David vio como la mujer empezó a caminar dentro de la mansión asi que le siguió, al cruzar las enormes puertas custodiadas por guardias armados entraron a una lujosa mansión con apariencia de un palacio, si por fuera ya se veía gigantesca por dentro era como otro mundo, David se sintió intimidado, recorrió con sus ojos cafés el lugar mientras con su mano acomodaba mejor sus cabellos castaños, estaba nervioso

- ¿Qué tipo de personas son los jefes? – preguntó con un tono bajo que Miriam pudo escuchar

- Karin-sama y Suigetsu-sama son los subjefes, son muy amables mientras mantengas el respeto hacia ellos, pero como su puesto lo indica son personas con un lado muy oscuro…imagino que te habrán mostrado el video de las ratas al hacerte la oferta – David asintió sintiendo como las bilis amenazaba por subir por su garganta, la mujer sonrió – mientras sepas comportarte de la manera adecuada ellos te trataran de maravilla, un caso aparte es el jefe uchiha y el joven amo, con ellos no te puedes tomar ningún tipo de confianzas solo limítate a hacer tu trabajo a la perfección – la mujer entró a uno de los pasillos seguida por David – se puede decir que de tal palo tal astilla…después está el esposo del jefe Uchiha, Na…Sora Uchiha, él es muy amable y cariñoso podrás llevarte muy bien con él – se detuvieron frente a una enorme puerta – esta es una de las salas de estar, ahí está el jefe y su hijo, solo preséntate adecuadamente y sal lo más pronto que puedas, ya casi es hora de la cena y debes empezar a cocinar, te esperare aquí – Miriam abrió la puerta y David entró nervioso, aunque no hacía calor una gota de sudor resbaló por su sien al ver aquellos oscuros ojos que le miraban sin piedad, a un par de metros sentado en un imponente sillón estaba el jefe de la trinidad, Sasuke Uchiha vestido completamente de negro, con unos papeles en la mano que posiblemente estaba leyendo, los ojos azabache le examinaron con minuciosidad, entonces David cayó en cuenta de la segunda mirada que se cernía sobre él, un niño, posiblemente el hijo de Sasuke Uchiha, no, era el hijo de Sasuke Uchiha, aquella postura, aquella forma de mirar como si te fuera a matar en cualquier momento era inconfundible, era su viva imagen, su misma mirada solo que de un tono azul.

Sin perder más tiempo hizo una reverencia de noventa grados

- jefe Sasuke Uchiha es un honor, me llamo David Medina Sandoval, tengo 29 años, he venido a cumplir con mi deber y a ofrecerle mi más pura lealtad, le juro que no se arrepentirá de darme esta oportunidad

- eso espero… - dijo el azabache serio, con la boca en una perfecta línea recta, David seguía estático manteniendo la reverencia, escuchó unos pasos que se dirigían hacia él, eran muy livianos, debía ser el hijo de Sasuke

- ¿me estas ignorando? – escuchó una voz infantil demasiado seria para un niño – yo también estoy aquí… - sonaba como si lo fuera a apuñalar, David se puso firme

- por supuesto que no joven amo, es un honor conocerle a usted también – dijo David en un japonés perfecto y elegante como el que había usado anterior mente para presentarse, miraba al frente donde podía distinguir una sonrisa bastante tenebrosa en Sasuke Uchiha, el niño sonrió con burla y volvió a sentarse, David había evitado hacer mucho contacto visual con el infante

- puedes retirarte – dijo Eiji sentándose de nuevo en el sofá

- con su permiso… - dijo David volviendo a hacer una reverencia para después salir, en cuanto cerró la puerta se sintió a salvo en el pasillo, suspiro profundamente dejando libre el aire que había estado conteniendo sin darse cuenta, apenas se tranquilizó fue capaz de ver como la señora Mirian le miraba preocupada

- ¿estás bien? – preguntó la señora acariciándole la espalda

- jamás pensé que un niño me intimidara tanto – dijo el pelicastaño riendo de forma nerviosa tratando de calmarse a si mismo – era como si me fuera a clavar un cuchillo de un momento a otro…

- él es como su padre – dijo la mujer empezando a caminar, David le siguió escuchándola atentamente – quizá sea cosa de genes o por las cosas que le rodean y ve – David miró la espalda de la señora con curiosidad queriendo conocer más al respecto – el chico ve a diario como su papá golpea a su padre – la piel de David se puso de gallina al imaginarse la escena, un indefenso doncel a manos de aquella máquina de matar que con un puñetazo podía mandarte al otro mundo

El resto del camino fue silencioso, cruzaron los laberinticos pasillos de la hacienda rusa y tardaron un par de minutos en llegar a la puerta de la cocina

- yo me tengo que retirar – informó la sirvienta haciendo una ligera reverencia – dentro de media hora debe estar lista la cena – después de decir eso desapareció por los pasillos

- media hora… - repitió David preocupado y nervioso, era muy poco el tiempo que tenía, sabía que esta iba a ser más bien una evaluación de su cocina y que debía dar la mejor primera impresión, abrió la puerta de la cocina y entró a esta

- ¡bienvenido! – alguien le saludó haciendo que pegara un salto del susto - ¿te asusté dattebayo?

- me sorprendiste… - susurró David avergonzado desviando la mirada, desde pequeño había sido muy asustadizo, una vez se calmó miró a la persona que le había recibido de aquella manera, era un doncel, bastante lindo de cabello rubio y ojos azules, durante unos instantes se fijó en las curiosas marcas en las mejillas del rubio

- lo se – dijo el rubio, David salió de su ensoñación y le miró, llevaba un suéter naranja, jeans y un delantal de cocina – soy una belleza ttebayo – el rubio sonrió, David no pudo evitar sonrojarse un poco, lo había pillado – me llamo Naruto y seré tu asistente, un gusto – se presentó el rubio tendiéndole la mano, David aceptó el gesto

- soy David y el gusto es mío – respondió presentándose, Naruto sonrió

- bueno ya tendremos tiempo para hablar después, debemos cocinar – dijo el rubio arremangándose el suéter – solo dime que debo hacer dattebayo – el rubio le regalo a David una dulce sonrisa tranquilizadora que le dio confianza al castaño, entonces empezaron a cocinar, David era todo un experto y el rubio seguía sus indicaciones al pie de la letra, gracias a esto lograron terminar a tiempo la comida, satisfechos sonrieron, Naruto le dio un par de palmadas a David quién avergonzado sonrió, en ese momento unas sirvientas entraron acomodando los platos para servirlos en la mesa – ve con ellas – le dijo Naruto – yo serviré los postres, debes estar presente en tu debut dattebayo – dijo el rubio sonriendo – tienes que estar ahí para que te feliciten por la buena comida

- bien iré – dijo David decidido formándose detrás de las sirvientas, salieron en fila al comedor, David estaba más que nervioso, las miradas se cernían sobre él, se quedó a un lado firme mientras las sirvientas ponían los platos, observó como estaban organizados los comensales, como era de esperarse, Sasuke Uchiha a la cabeza de la mesa, a su derecha estaba Suigetsu y al lado de este Karin, a su izquierda estaba solo Eiji sentado, todos empezaron a comer usando la etiqueta y los más finos modales, el silencio era sepulcral, las manos de David se pusieron frías por los nervios, sus nervios alcanzaron límites insospechados en el momento que notó un arma de fuego sobre la mesa, cerca de Sasuke Uchiha, cuando la trinidad y el hijo de Sasuke terminaron de comer Karin empezó a aplaudir despacio

- muy bien no me has defraudado – felicitó la pelirroja, David vio como Suigetsu asentía y no pudo evitar sonreír de forma inconsciente, hizo una ligera reverencia

- me alegro que haya sido de su gusto – dijo David, las sirvientas empezaron a recoger los platos

-espero que no baje la calidad al pasar el tiempo – fue el comentario de Sasuke, su hijo asintió, entonces David recordó las palabras de Miriam

“el chico ve a diario como su papá golpea a su padre”

Quizá por eso el esposo de Sasuke Uchiha no se encontraba en la mesa, David tragó fuerte, de la nada vio como Sasuke hacia un gesto con su copa, eso significaba que quería más vino y que quería que el chef se lo sirviera, David tomó la botella de vino y se acercó al jefe Uchiha a paso lento tratando de mantener la compostura, tratando de ser perfecto, pero en cuanto empezó a servir sus nervios le ganaron, inclinó mucho la botella y el vino empapó la negra camisa de Sasuke Uchiha, este enseguida tiró la copa a un lado haciéndola trizas y se levantó furibundo dispuesto a matar a alguien, David asustado retrocedió un par de pasos mientras Sasuke se le acercaba, pidió ayuda con la mirada a Karin y a Suigetsu quienes hacían caso o miso de lo que sucedía, Eiji miraba lo que acontecía con una sonrisa , durante unos instantes el castaño pudo ver como los ojos de aquella bestia cambiaban a un color rojo mientras levantaba el puño dispuesto a golpearle.

Notas finales:

Gente estoy de cumpleaños así que espero sus felicitaciones jeje Si quieren ver la imagen de David vallan a mi facebook: ValeeOp Himeko . espero que les halla gustado él capitulo y si quieren él siguiente comenten y denle apoyo a la historia, de ustedes depende si él siguiente lo publico ahora, mas tarde, mañana o nunca jeje bye


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