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50 Sombras de Park. (ChanBaek, BaekYeol) por firelights

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La llama de la vela quema demasiado. Parpadea y fluctúa con el aire abrasador, un
aire que no alivia el calor. Las suaves alas de gasa se baten de un lado a otro en la
oscuridad, rociando de escamas polvorientas el círculo de luz. Me esfuerzo por
resistir, pero me atrae. Luego todo es muy luminoso y vuelo demasiado cerca del
sol, deslumbrada por la luz, abrasándome y derritiéndome de calor, agotado de intentar mantenerme en el aire. Estoy ardiendo. El calor es asfixiante, sofocante.
Me despierta.
Abro los ojos y me encuentro abrazado por Park ChanYeol. Me envuelve como
el patriota victorioso lo hace en su bandera. Está profundamente dormido, con la
cabeza en mi pecho, el brazo por encima de mí, estrechándome contra su cuerpo,
con una pierna echada por encima de las mías. Me asfixia con el calor de su
cuerpo, y me pesa. Me tomo un momento para digerir que aún está en mi cama y
dormido como un tronco, y que ya hay luz fuera, luz de día. Ha pasado la noche
entera conmigo.
Tengo el brazo derecho extendido, sin duda en busca de algún sitio fresco y,
mientras proceso el hecho de que aún está conmigo, se me ocurre que puedo
tocarlo. Está dormido. Tímidamente, levanto la mano y paseo las yemas de los
dedos por su espalda. Oigo un gruñido gutural de angustia, y se revuelve. Me
acaricia el pecho con la nariz e inspira hondo mientras se despierta. Sus ojos grises,
soñolientos y parpadeantes, se topan con los míos por debajo de su mata de pelo
alborotado.
—Buenos días —masculla, y frunce el ceño—. Dios, hasta mientras duermo me
siento atraído por ti.
Se mueve despacio, despegando sus extremidades de mí mientras se orienta.
Noto su erección contra mi cadera. Percibe mi cara de asombro y me dedica una
sonrisa lenta y sensual.
—Mmm, esto promete, pero creo que deberíamos esperar al domingo.
Se inclina hacia delante y me acaricia la oreja con la nariz.
Me ruborizo, aunque ya estoy rojo como un tomate por su calor corporal.
—Estás ardiendo —susurro.
—Tú tampoco te quedas corto —me susurra él, y se aprieta contra mi cuerpo,
sugerente.
Me sonrojo aún más. No me refería a eso. Se incorpora sobre un codo y me mira,
divertido. Se inclina y, para mi sorpresa, me planta un suave beso en los labios.
—¿Has dormido bien? —me pregunta.
Asiento con la cabeza, mirándolo, y me doy cuenta de que he dormido muy bien
salvo por la última media hora, en la que tenía demasiado calor.
—Yo también. —Frunce el ceño—. Sí, muy bien. —Arquea la ceja, a la vez
sorprendido y confuso—. ¿Qué hora es?
Miro el despertador.
—Son las siete y media.
—Las siete y media… ¡mierda! —Salta de la cama y se pone los vaqueros.
Ahora me toca a mí sonreír divertido mientras me incorporo. Park ChanYeol
llega tarde y está nervioso. Esto es algo que no he visto antes. De pronto caigo en la
cuenta de que el trasero ya no me duele.
—Eres muy mala influencia para mí. Tengo una reunión. Tengo que irme. Debo
estar en Portland a las ocho. ¿Te estás riendo de mí?
—Sí.
Sonríe.
—Llego tarde. Yo nunca llego tarde. También esto es una novedad, señor Byun.
Se pone la americana, se agacha y me coge la cabeza con ambas manos
—El domingo —dice, y la palabra está preñada de una promesa tácita.
Las entrañas se me expanden y luego se contraen de deliciosa expectación. La
sensación es exquisita.
Madre mía, si mi cabeza pudiera estar a la altura de mi cuerpo. Se inclina y me
da un beso rápido. Coge sus cosas de la mesita y los zapatos, que no se pone.
—Kris vendrá a encargarse de tu Escarabajo. Lo dije en serio. No lo cojas. Te
veo en mi casa el domingo. Te diré la hora por correo.
Y, como un torbellino, desaparece.
Park ChanYeol ha pasado la noche conmigo, y me siento descansado. Y no ha
habido sexo, solo hemos hecho la cucharita. Me dijo que nunca había dormido con
nadie, pero ya ha dormido tres veces conmigo. Sonrío y salgo despacio de la cama.
Estoy más animado de lo que he estado en las últimas veinticuatro horas o así. Me
dirijo a la cocina; necesito una taza de té.
Después de desayunar, me ducho y me visto rápidamente para mi último día en
Clayton’s. Es el fin de una era: adiós a los señores Clayton, a la universidad, a
Vancouver, a mi piso, a mi Escarabajo. Echo un vistazo al cacharro: son las 07:52.
Tengo tiempo.


De: Byun BaekHyun
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:05
Para: Park ChanYeol
Asunto: Asalto y agresión: efectos secundarios

Querido señor Park: Querías saber por qué me sentí confundido después de que
me… ¿qué eufemismo utilizo: me dieras unos azotes, me castigaras, me pegaras,
me agredieras? Pues bien, durante todo el inquietante episodio, me sentí
humillado, degradado y ultrajado. Y para mayor vergüenza, tienes razón, estaba
excitado, y eso era algo que no esperaba. Como bien sabes, todo lo sexual es nuevo
para mí. Ojalá tuviera más experiencia y, en consecuencia, estuviera más
preparado. Me extrañó que me excitara.Lo que realmente me preocupó fue cómo
me sentí después. Y eso es más difícil de explicar con palabras. Me hizo feliz que tú
lo fueras. Me alivió que no fuera tan doloroso como había pensado que sería. Y
mientras estuve tumbado entre tus brazos, me sentí… pleno. Pero esa sensación me
incomoda mucho, incluso hace que me sienta culpable. No me encaja y, en
consecuencia, me confunde. ¿Responde eso a tu pregunta?
Espero que el mundo de
las fusiones y adquisiciones esté siendo tan estimulante como siempre, y que no
hayas llegado demasiado tarde.
Gracias por quedarte conmigo.

Baek


De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:24
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Libere su mente

Interesante, aunque el asunto del mensaje sea algo exagerado, señor Byun. Respondiendo a su pregunta: yo diría «azotes», y eso es lo que fueron.
• ¿Así que se sintió humillado, degradado, injuriado y agredido? ¡Es tan Tess
Durbeyfield…! Si no recuerdo mal, fue usted el que optó por la corrupción. ¿De verdad se siente así o cree que debería sentirse así? Son dos cosas muy distintas.
Si es así como se siente, ¿cree que podría intentar abrazar esas sensaciones y
digerirlas, por mí? Eso es lo que haría un sumiso.
• Agradezco su inexperiencia.
La valoro, y estoy empezando a entender lo que significa. En pocas palabras:
significa que es mío en todos los sentidos.
• Sí, estaba excitado, lo que a su vez me
excitó a mí; no hay nada malo en eso.
• «Feliz» es un adjetivo que apenas alcanza a
expresar lo que sentí. «Extasiado» se aproxima más.
•Los azotes de castigo duelen
bastante más que los sensuales, así que nunca le dolerá más de eso, salvo, claro,
que cometa alguna infracción importante, en cuyo caso me serviré de algún
instrumento para castigarlo. Luego me dolía mucho la mano. Pero me gusta.
• También yo me sentí pleno, más de lo que jamás podrías imaginar.
• No malgaste sus energías con sentimientos de culpa y pecado. Somos mayores de edad y lo que
hagamos a puerta cerrada es cosa nuestra. Debe liberar su mente y escuchar a su
cuerpo.
• El mundo de las fusiones y adquisiciones no es ni mucho menos tan
estimulante como usted, señor Byun.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.


Oh, Dios… «mío en todos los sentidos». Se me entrecorta la respiración.


De: Byun BaekHyun
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:26
Para: Park ChanYeol
Asunto: Mayores de edad

¿No estás en una reunión? Me alegro mucho de que te doliera la mano. Y, si
escuchara a mi cuerpo, ahora mismo estaría en Alaska.

Baek

P.D.: Me pensaré lo de abrazar esas sensaciones.


De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:35
Para: Byun BaekHyun
Asunto: No ha llamado a la poli

Joven Byun: Ya que lo pregunta, estoy en una reunión, hablando del mercado de
futuros. Por si no lo recuerda, se acercó a mí sabiendo muy bien lo que iba a hacer.
En ningún momento me pidió que parara; no utilizó ninguna palabra de
seguridad. Es adulto; toma sus propias decisiones. Sinceramente, espero con ilusión
la próxima vez que se me caliente la mano. Es evidente que no está escuchando a la
parte correcta de su cuerpo. En Alaska hace mucho frío y no es un buen escondite.
Lo encontraría. Puedo rastrear su móvil, ¿recuerda? Váyase a trabajar.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.


Miro ceñudo la pantalla. Tiene razón, claro. Yo decido. Mmm. ¿Dirá en serio lo de
ir a buscarme? ¿Debería optar por escaparme una temporada? Contemplo un
instante la posibilidad de aceptar el ofrecimiento de mi madre.

Le doy a «Responder».


De: Byun BaekHyun
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:36
Para: Park ChanYeol
Asunto: Acosador

¿Has buscado ayuda profesional para esa tendencia al acoso?

Baek


De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:38
Para: Byun BaekHyun
Asunto: ¿Acosador, yo?

Le pago al eminente doctor Flynn una pequeña fortuna para que se ocupe de mi
tendencia al acoso y de las otras. Vete a trabajar.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.


De: Byun BaekHyun
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:40
Para: Park ChanYeol
Asunto: Charlatanes caros

Si me lo permites, te sugiero que busques una segunda opinión. No estoy seguro de
que el doctor Flynn sea muy eficiente.

Joven Byun


De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:43
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Segundas opiniones

Te lo permita o no, no es asunto tuyo, pero el doctor Flynn es la segunda
opinión. Vas a tener que acelerar en tu coche nuevo y ponerte en peligro
innecesariamente. Creo que eso va contra las normas. VETE A TRABAJAR.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc


De: Byun BaekHyun
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:47
Para: Park ChanYeol
Asunto: MAYÚSCULAS CHILLONAS

Como soy el blanco de tu tendencia al acoso, creo que sí es asunto mío. No he
firmado aún, así que las normas me la repampinflan. Y no entro hasta las nueve y media.

Joven Byun

 

De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:49
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Lingüística descriptiva

¿«Repampinflan»? Dudo mucho que eso venga en el diccionario.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.


De: Byun BaekHyun
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:52
Para: Park ChanYeol
Asunto: Lingüística descriptiva

Sale después de «acosador» y de «controlador obsesivo». Y la lingüística
descriptiva está dentro de mis límites infranqueables. ¿Me dejas en paz de una vez?
Me gustaría irme a trabajar en mi coche nuevo.

Baek


De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 08:56
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Jovenes difíciles pero divertidas

Me escuece la palma de la mano.
Conduzca con cuidado, señor Byun.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.

 

Es una gozada conducir el Audi. Tiene dirección asistida. Wanda, mi Escarabajo,
no tiene nada de eso, así que se acabó el único ejercicio físico que hacía al día, que
era el de conducir. Ah, pero, según las normas de ChanYeol, tendré que lidiar con
un entrenador personal. Frunzo el ceño. Odio hacer ejercicio.
Mientras conduzco, trato de analizar los correos que hemos intercambiado. A
veces es un hijo de puta condescendiente. Luego pienso en Grace y me siento
culpable. Claro que ella no lo parió. Sí, soy adulto, gracias por recordármelo, Park ChanYeol, y yo
decido. El problema es que yo solo quiero a ChanYeol, no todo su… bagaje, y ahora
mismo tiene la bodega completa de un 747. ¿Que me relaje y lo acepte, como un
sumiso? Dije que lo intentaría, pero es muchísimo pedir.
Me meto en el aparcamiento de Clayton’s.
Mientras entro, caigo en que me
cuesta creer que hoy sea mi último día. Por suerte, hay jaleo en la tienda y el
tiempo pasa rápido. A la hora de comer, el señor Clayton me llama desde el
almacén. Está al lado de un mensajero en moto.
—¿Señor Byun? —pregunta el mensajero.
Miro intrigado al señor Clayton, que se encoge de hombros, tan perplejo como
yo. Se me cae el alma a los pies. ¿Qué me habrá mandado ChanYeol ahora? Firmo
el albarán del paquetito y lo abro enseguida. Es una BlackBerry. Se me desploma el
ánimo por completo. La enciendo.


De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 11:15.
Para: Byun BaekHyun
Asunto: BlackBerry PRESTADA

Quiero poder localizarte a todas horas y, como esta es la forma de comunicación
con la que más te sinceras, he pensado que necesitabas una BlackBerry.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holding, INC.


De: Byun BaekHyun
Fecha: 27 de mayo de 2017 13:22
Para: Park ChanYeol
Asunto: Consumismo desenfrenado

Me parece que te hace falta llamar al doctor Flynn ahora mismo. Tu tendencia al
acoso se está descontrolando. Estoy en el trabajo. Te mando un correo cuando
llegue a casa.Gracias por este otro cacharrito. No me equivocaba cuando te dije que
eres un consumista compulsivo. ¿Por qué haces esto?

Baek

 

De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 13:24
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Muy sagaz para ser tan joven

Una muy buena puntualización, como de costumbre, señor Byun. El doctor
Flynn está de vacaciones. Y hago esto porque puedo.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.


Me meto el cacharrito en el bolsillo, y ya lo odio. Escribir a ChanYeol me resulta
adictivo, pero se supone que estoy trabajando. Me vibra una vez en el trasero
—qué propio, me digo con ironía—, pero me armo de valor y lo ignoro.
A las cuatro, los señores Clayton reúnen a los demás empleados de la tienda y,
con un discurso emotivo y embarazoso, me entregan un cheque por importe de
trescientos dólares. En ese momento, se amontonan en mi interior los
acontecimientos de las tres últimas semanas: exámenes, graduación,
multimillonarios jodidos e intensos, desfloramiento, límites tolerables e
infranqueables, cuartos de juego sin consolas, paseos en helicóptero, y el hecho de
que mañana me mudo.
Asombrosamente, logro mantener la compostura. Mi
subconsciente está pasmado. Abrazo con fuerza a los Clayton. Han sido unos jefes
amables y generosos, y los echaré de menos.
Kyung está saliendo del coche cuando llego a casa.
—¿Qué es eso? —pregunta acusador, señalando el Audi.
No puedo resistirme.
—Un coche —espeto. Entrecierra los ojos y, por un momento, me pregunto si
también él me va a tumbar en sus rodillas—. Mi regalo de graduación —digo con
fingido desenfado.
Sí, me regalan coches caros todos los días. Se queda boquiabierto.
—Ese capullo generoso y arrogante, ¿no?
Asiento con la cabeza.
—He intentado rechazarlo, pero, francamente, es inútil esforzarse.
Kyung frunce los labios.
—No me extraña que estés abrumado. He visto que al final se quedó.
—Sí.

Sonrío melancólico.
—¿Terminamos de empaquetar?
Asiento y lo sigo dentro. Miro el correo de ChanYeol.


De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 13:40
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Domingo

¿Quedamos el domingo a la una? La doctora te esperará en el Escala a la una y media.
Yo me voy a Seattle ahora.
Confío en que la mudanza vaya bien, y estoy deseando que llegue el domingo.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.

Madre mía, como si hablara del tiempo. Decido contestarle cuando hayamos
terminado de empaquetar. Tan pronto resulta divertidísimo como se pone en plan
formal e insoportable. Cuesta seguirlo. La verdad, es como si le hubiera enviado
un correo a un empleado. Para fastidiar, pongo los ojos en blanco y me voy a
empaquetar con Kyung.
Kyung y yo estamos en la cocina cuando alguien llama a la puerta. Veo a Kris en el
porche, impoluto con su traje. Detecto vestigios de su pasado militar en el corte de
pelo al cero, su físico cuidado y su mirada fría.
—Señor Byun —dice—, he venido a por su coche.
—Ah, sí, claro. Pasa, iré a por las llaves.
Seguramente esto va mucho más allá de la llamada del deber. Vuelvo a
preguntarme en qué consistirá exactamente el trabajo de Kris. Le doy las llaves y
nos acercamos en medio de un silencio incómodo —para mí— al Escarabajo azul
claro. Abro la puerta y saco la linterna de la guantera. Ya está. No llevo ninguna
otra cosa personal dentro de Wanda. Adiós, Wanda. Gracias. Acaricio su techo
mientras cierro la puerta del copiloto.
—¿Cuánto tiempo llevas trabajando para el señor Park? —le pregunto.
—Cuatro años, señor Byun.
De pronto siento una necesidad irrefrenable de bombardearlo a preguntas. Lo
que debe saber este hombre de ChanYeol, todos sus secretos. Claro que
probablemente habrá firmado un acuerdo de confidencialidad. Lo miro nervioso.
Tiene la misma expresión taciturna de Mark, y me empieza a caer bien.

—Es un buen hombre, señor Byun —dice, y sonríe.
Luego se despide con un gesto, sube a mi coche y se aleja en él.
El piso, el Escarabajo, los Clayton… todo ha cambiado ya. Meneo la cabeza
mientras vuelvo a entrar en casa. Y el mayor cambio de todos es Park ChanYeol.
Kris piensa que es «un buen hombre». ¿Puedo creerle?
A las ocho, cenamos comida china con SeHun. Hemos terminado. Ya lo hemos
empaquetado todo y estamos listos para el traslado. SeHun trae varias botellas de
cerveza; Kyung y yo nos sentamos en el sofá, él se sienta en el suelo, con las piernas
cruzadas, entre los dos. Vemos telebasura, bebemos cerveza y, a medida que va
avanzando la noche y la cerveza va haciendo efecto, bulliciosos y emotivos, vamos
rescatando recuerdos. Han sido cuatro años estupendos.
Mi relación con SeHun ha vuelto a la normalidad, olvidado ya el conato de beso.
Bueno, lo he metido debajo de la alfombra en la que está tumbado el dios que
llevo dentro, comiendo uvas y tamborileando con los dedos, esperando con
impaciencia el domingo. Llaman a la puerta y el corazón se me sube a la boca.
¿Será…?
Abre Kyung y JongIn prácticamente lo coge en volandas. Lo envuelve en un abrazo
hollywoodiense que enseguida se convierte en un apasionado estrujón europeo.
Por favor, marchaos a un hotel. SeHun y yo nos miramos. Me espanta su falta de
pudor.

—¿Nos vamos al bar? —le pregunto a SeHun, que asiente enérgicamente.
A los dos nos incomoda demasiado el erotismo desenfrenado que se despliega
ante nosotros. Kyung me mira, sonrojado y con los ojos brillantes.
—SeHun y yo vamos a tomar algo.
Le pongo los ojos en blanco. ¡Ja! Aún puedo poner los ojos en blanco cuando me
plazca.
—Vale.
Sonríe.
—Hola, JongIn. Adiós, JongIn.
Me guiña uno de sus enormes ojos azules, y SeHun y yo salimos por la puerta,
riendo como dos adolescentes.
Mientras bajamos la calle despacio en dirección al bar, me cojo del brazo de SeHun.
Dios, es una persona tan normal. No había sabido valorarlo hasta ahora.
—Vendrás de todas formas a la inauguración de mi exposición, ¿verdad?

—Desde luego, SeHun. ¿Cuándo es?
—El 9 de junio.
—¿En qué día cae?
De repente me entra el pánico.
—Es jueves.
—Sí, sin problema… ¿Y tú vendrás a vernos a Seattle?
—Tratad de impedírmelo.
Sonríe.

Es tarde cuando vuelvo del bar. No veo a Kyung ni a JongIn por ninguna parte, pero los
oigo. Madre mía. Espero no ser tan escandaloso. Sé que ChanYeol no lo es. Me
ruborizo de pensarlo y huyo a mi habitación. Tras un abrazo breve y por suerte
nada embarazoso, SeHun se ha ido. No sé cuándo volveré a verlo, probablemente en
la exposición de sus fotografías; aún me asombra que por fin haya conseguido
exponer. Lo echaré de menos, y echaré de menos su encanto pueril. No he sido
capaz de contarle lo del Escarabajo. Sé que se pondrá frenético cuando se entere, y
con un tío que se me enfade tengo más que suficiente. Ya en mi cuarto, echo un ojo
al cacharro infernal y, por supuesto, tengo correo de ChanYeol.

 

De: Park ChanYeol
Fecha: 27 de mayo de 2017 22:14
Para: Byun BaekHyun
Asunto: ¿Dónde estás?

«Estoy en el trabajo. Te mando un correo cuando llegue a casa.» ¿Aún sigues en el
trabajo, o es que has empaquetado el teléfono, la BlackBerry y el
MacBook? Llámame o me veré obligado a llamar a JongIn.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc

Maldita sea… SeHun… mierda.
Cojo el teléfono. Cinco llamadas perdidas y un mensaje de voz. Tímidamente,
escucho el mensaje. Es ChanYeol.
«Me parece que tienes que aprender a lidiar con mis expectativas. No soy un
hombre paciente. Si me dices que te pondrás en contacto conmigo cuando termines
de trabajar, ten la decencia de hacerlo. De lo contrario, me preocupo, y no es una
emoción con la que esté familiarizado, por lo que no la llevo bien. Llámame.»
Mierda, mierda. ¿Es que nunca me va a dar un respiro? Miro ceñudo el teléfono.
Me asfixia. Con una honda sensación de miedo en la boca del estómago, localizo su
número y pulso la tecla de llamada. Mientras espero a que conteste, se me sube el
corazón a la boca. Seguramente le encantaría darme una paliza de cincuenta mil
demonios. La idea me deprime.

—Hola —dice en voz baja, y su tono me descoloca, porque me lo esperaba
furibundo, pero el caso es que suena aliviado.
—Hola —susurro.
—Me tenías preocupado.
—Lo sé. Siento no haberte respondido, pero estoy bien.
Hace una pausa breve.
—¿Lo has pasado bien esta noche? —me pregunta de lo más comedido.
—Sí. Hemos terminado de empaquetar y Kyung y yo hemos cenado comida china
con SeHun.
Aprieto los ojos con fuerza al mencionar a SeHun. ChanYeol no dice nada.
—¿Qué tal tú? —le pregunto para llenar el repentino silencio abismal y
ensordecedor.
No pienso consentir que haga que me sienta culpable por lo de SeHun.
Por fin, suspira.
—He asistido a una cena con fines benéficos. Aburridísima. Me he ido en cuanto he podido.
Lo noto tan triste y resignado que se me encoge el corazón. Lo recuerdo hace
algunas noches, sentado al piano de su enorme salón, acompañado por la
insoportable melancolía agridulce de la música que tocaba.
—Ojalá estuvieras aquí —susurro, porque de pronto quiero abrazarlo.
Consolarlo. Aunque no me deje. Necesito tenerlo cerca.
—¿En serio? —susurra mansamente.
Madre mía. Si no parece él; se me eriza el cuero cabelludo de repentina
aprensión.
—Sí —le digo.
Al cabo de una eternidad, suspira.
—¿Nos veremos el domingo?
—Sí, el domingo —susurro, y un escalofrío me recorre el cuerpo entero.
—Buenas noches.

—Buenas noches, señor.
Mi apelativo lo pilla desprevenido, lo sé por su hondo suspiro.
—Buena suerte con la mudanza de mañana, BaekHyun.
Su voz es suave, y los dos nos quedamos pegados al teléfono como adolescentes,
sin querer colgar.
—Cuelga tú —le susurro.
Por fin, noto que sonríe.
—No, cuelga tú.
Ahora sé que está sonriendo.
—No quiero.
—Yo tampoco.
—¿Estabas enfadado conmigo?
—Sí.
—¿Todavía lo estás?
—No.
—Entonces, ¿no me vas a castigar?
—No. Yo soy de aquí te pillo, aquí te mato.
—Ya lo he notado.
—Ya puede colgar, joven Byun.
—¿En serio quiere que lo haga, señor?
—Vete a la cama, BaekHyun.
—Sí, señor.
Ninguno de los dos cuelga.
—¿Alguna vez crees que serás capaz de hacer lo que te digan?
Parece divertido y exasperado a la vez.
—Puede. Lo sabremos después del domingo.
Y pulso la tecla de colgar.

 

JongIn admira su obra. Nos ha reconectado la tele al satélite del piso de Pike Place
Market. Kyung y yo nos tiramos al sofá, riendo como bobos, impresionados por su
habilidad con el taladro eléctrico. La tele de plasma queda rara sobre el fondo de
ladrillo visto del almacén reconvertido, pero ya me acostumbraré.
—¿Ves, nene? Fácil.
Le dedica una sonrisa de dientes blanquísimos a Kyung y él casi literalmente se
derrite en el sofá.
Les pongo los ojos en blanco a los dos.
—Me encantaría quedarme, nene, pero mi hermana ha vuelto de París y esta
noche tengo cena familiar ineludible.
—¿No puedes pasarte luego? —pregunta Kyung tímidamente, con una dulzura
impropia de él.
Me levanto y me acerco a la zona de la cocina fingiendo que voy a
desempaquetar una de las cajas. Se van a poner pegajosos.
—A ver si me puedo escapar —promete.
—Bajo contigo—dice Kyung sonriendo.
—Hasta luego, Baek —se despide JongIn con una amplia sonrisa.
—Adiós, JongIn. Saluda a ChanYeol de mi parte.
—¿Solo saludar? —Arquea las cejas como insinuando algo.
—Sí.
Me guiña el ojo y me pongo colorado mientras él sale del piso con Kyung.
JongIn es un encanto, muy distinto de ChanYeol. Es agradable, abierto, cariñoso,
muy cariñoso, demasiado cariñoso, con Kyung. No se quitan las manos de encima el
uno al otro; lo cierto es que llega a resultar violento… y yo me pongo verde de
envidia.
Kyung vuelve unos veinte minutos después con pizza; nos sentamos, rodeados de
cajas, en nuestro nuevo y diáfano espacio, y nos la comemos directamente de la
caja. La verdad es que el padre de Kyung se ha portado. El piso no es un palacio,
pero sí lo bastante grande: tres dormitorios y un salón inmenso con vistas a Pike
Place Market. Son todo suelos de madera maciza y ladrillo rojo, y las superficies de
la cocina son de hormigón pulido, muy práctico, muy actual. A los dos nos encanta
el hecho de que vamos a estar en pleno centro de la ciudad.
A las ocho suena el interfono. Kyung da un bote y a mí se me sube el corazón a la
boca.

—Un paquete, señor Byun, señor Do.
La decepción corre de forma libre e inesperada por mis venas. No es ChanYeol.
—Segundo piso, apartamento dos.
Kyung abre al mensajero. El chico sostiene una botella de
champán con un globo en forma de helicóptero atado a ella. KyungSoo lo despide con
una sonrisa deslumbrante y me lee la tarjeta.

Jovenes:
Buena suerte en su nuevo hogar.
Park ChanYeol

Kyung mueve la cabeza en señal de desaprobación.
—¿Es que no puede poner solo «de ChanYeol»? ¿Y qué es este globo tan raro en
forma de helicóptero?
—Charlie Tango.
—¿Qué?
—ChanYeol me llevó a Seattle en su helicóptero.
Me encojo de hombros.
Kyung me mira boquiabierto. Debo decir que me encantan estas ocasiones, porque
son pocas: Do KyungSoo, mudo y pasmado. Me doy el gustazo de disfrutar
del instante.
—Pues sí, tiene helicóptero y lo pilota él —digo orgulloso.
—Cómo no… Ese capullo indecentemente rico tiene helicóptero. ¿Por qué no me
lo habías contado?
Kyung me mira acusador, pero sonríe, cabeceando con incredulidad.

—He tenido demasiadas cosas en la cabeza últimamente.
Frunce el ceño.
—¿Te las apañarás solo mientras estoy fuera?
—Claro —respondo tranquilizador.
Ciudad nueva, en paro… un novio de lo más rarito.
—¿Le has dado nuestra dirección?
—No, pero el acoso es una de sus especialidades —barrunto sin darle
importancia.
Kyung frunce aún más el ceño.
—Por qué será que no me sorprende. Me inquieta, Baek. Por lo menos el
champán es bueno, y está frío.
Por supuesto, solo ChanYeol enviaría champán frío, o le pediría a su secretaria
que lo hiciera… o igual a Kris. Lo abrimos allí mismo y localizamos nuestras
tazas; son lo último que hemos empaquetado.
—Bollinger Grande Année Rosé 1999, una añada excelente.
Sonrío a Kyung y brindamos.
Me despierto temprano en la mañana de un domingo gris después de una noche
de sueño asombrosamente reparador, y me quedo tumbado mirando fijamente mis
cajas. Deberías ir desempaquetando tus cosas, me regaña mi subconsciente,
juntando y frunciendo sus labios de arpía. No, hoy es el día. El dios que llevo
dentro está fuera de sí, dando saltitos primero con un pie y luego con el otro.
La
expectación, pesada y portentosa, se cierne sobre mi cabeza como una oscura nube
de tormenta tropical. Siento las mariposas en el estómago, además del dolor más
oscuro, carnal y cautivador que me produce el tratar de imaginar qué me hará.
Luego, claro, tengo que firmar ese condenado contrato… ¿o no? Oigo el sonido de
correo entrante en el cacharro infernal, que está en el suelo junto a la cama.

De: Park ChanYeol
Fecha: 29 de mayo de 2017 08:04
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Mi vida en cifras

Si vienes en coche, vas a necesitar este código de acceso para el garaje subterráneo
del Escala: 146963.
Aparca en la plaza 5: es una de las mías.El código del ascensor: 1880.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.

 

De: Byun BaekHyun
Fecha: 29 de mayo de 2017 08:08
Para: Park ChanYeol
Asunto: Una añada excelente

Sí, señor. Entendido. Gracias por el champán y el globo de Charlie Tango, que
tengo atado a mi cama.

Baek


De:Park ChanYeol
Fecha: 29 de mayo de 2017 08:11
Para: Byun BaekHyun
Asunto: Envidia

De nada. No llegues tarde. Afortunado Charlie Tango.

Park ChanYeol
Presidente de Park Enterprises Holdings, Inc.

Pongo los ojos en blanco ante lo dominante que es, pero la última línea me hace
sonreír. Me dirijo al baño, preguntándome si JongIn volvería anoche y
esforzándome por controlar los nervios.
Justo a las 12.55 h entro en el garaje del
Escala y aparco en la plaza 5. ¿Cuántas plazas tiene? El Audi SUV está ahí, el R8 y
dos Audi SUV más pequeños. Compruebo cómo llevo el pelo en el espejito iluminado de la visera de mi asiento. En el Escarabajo no tenía.
¡Ánimo! El dios que llevo dentro agita los pompones; lo tengo en modo
animador. En el reflejo infinito de espejos del ascensor me miro el traje color azul. La última vez que me lo puse
ChanYeol quiso quitármelo enseguida. Me excito al recordarlo. Qué sensación tan
deliciosa… y luego recupero el aliento. Llevo la ropa interior que Kris me
compró. Me sonrojo al imaginar a ese hombre de pelo rapado recorrer los pasillos
de TopMan. Se abren las puertas y me
encuentro en el vestíbulo del apartamento número uno.
Cuando salgo del ascensor, veo a Kris delante de la puerta de doble hoja.
—Buenas tardes, señor Byun —dice.
—Llámame Baek, por favor.
—Baek.
Sonríe.
—El señor Park lo espera.
Apuesto a que sí.
ChanYeol está sentado en el sofá del salón, leyendo la prensa del domingo. Alza
la vista cuando Kris me hace pasar. La estancia es exactamente como la
recordaba; aunque solo hace una semana que estuve aquí, me parece que haga
mucho más. ChanYeol parece tranquilo y sereno; de hecho, está divino. Viste
vaqueros y una camisa suelta de lino blanco; no lleva zapatos ni calcetines. Tiene el
pelo revuelto y despeinado, y en sus ojos hay un brillo malicioso. Se levanta y se
acerca despacio a mí, con una sonrisa satisfecha en esos labios tan bien esculpidos.
Yo sigo inmóvil a la puerta del salón, paralizado por su belleza y la dulce
expectación ante lo que se avecina. La corriente que hay entre nosotros está ahí,
encendiéndose lentamente en mi vientre, atrayéndome hacia él.
—Mmm… ese traje —murmura complacido mientras me examina de arriba
abajo—. Bienvenido de nuevo, señor Byun —susurra y, cogiéndome de la
barbilla, se inclina y me deposita un beso suave en la boca.
El contacto de sus labios y los míos resuena por todo mi cuerpo. Se me
entrecorta la respiración.
—Hola —respondo ruborizándome.
—Llegas puntual. Me gusta la puntualidad. Ven. —Me coge de la mano y me
lleva al sofá—. Quiero enseñarte algo —dice mientras nos sentamos.
Me pasa el Seattle Times. En la página ocho, hay una fotografía de los dos en la
ceremonia de graduación. Madre mía. Salgo en el periódico. Leo el pie de foto.
Park ChanYeol y su amigo en la ceremonia de graduación de la Universidad Estatal de
Washington, en Vancouver.
Me echo a reír.
—Así que ahora soy tu «amigo».
—Eso parece. Y sale en el periódico, así que será cierto.
Sonríe satisfecho.
Está sentado a mi lado, completamente vuelto hacia mí, con una pierna metida
debajo de la otra. Alarga la mano y me coloca un mechón del flequillo hacia la derecha con el índice. Mi cuerpo revive con sus caricias, ansioso y expectante.
—Entonces, BaekHyun, ahora tienes mucho más claro cuál es mi rollo que la otra
vez que estuviste aquí.
—Sí.
¿Adónde pretende llegar?

—Y aun así has vuelto.
Asiento tímidamente con la cabeza y sus ojos se encienden. Mueve la cabeza,
como si le costara digerir la idea.
—¿Has comido? —me pregunta de repente.
Mierda.
—No.
—¿Tienes hambre?
Se está esforzando por no parecer enfadado.
—De comida, no —susurro, y se le inflan las aletas de la nariz.
Se inclina hacia delante y me susurra al oído.
—Tan impaciente como siempre, señor Byun. ¿Te cuento un secreto? Yo
también. Pero la doctora Greene no tardará en llegar. —Se incorpora—. Deberías
comer algo —me reprende moderadamente.
Se me enfría la sangre hasta ahora encendida. Madre mía, la visita médica. Lo
había olvidado.
—Háblame de la doctora Greene —digo para distraernos a los dos.
—Es la mejor especialista en su campo de Seattle. ¿Qué más
puedo decir?
Se encoge de hombros.
—Pensaba que me iba a atender «tu» doctor.
—Creo que es preferible que te vea un especialista, ¿no? —me dice con
suavidad.
Asiento. Madre mía, si de verdad es la mejor en su campo y la ha citado para que
venga a verme en domingo, ¡a la hora de comer!, no quiero ni imaginarme la pasta
que le habrá costado. ChanYeol frunce el ceño de pronto, como si hubiera
recordado algo desagradable.
—BaekHyun, a mi madre le gustaría que vinieras a cenar esta noche. Tengo
entendido que JongIn se lo va a pedir a Kyung también. No sé si te apetece. A mí se
me hace raro presentarte a mi familia.
¿Raro? ¿Por qué?

—¿Te avergüenzas de mí? —digo sin poder disimular que estoy dolido.
—Por supuesto que no —contesta poniendo los ojos en blanco.
—¿Y por qué se te hace raro?
—Porque no lo he hecho nunca.
—¿Por qué tú si puedes poner los ojos en blanco y yo no?
Me mira extrañado.
—No me he dado cuenta de que lo hacía.
—Tampoco yo, por lo general —espeto.
ChanYeol me mira furioso, estupefacto. Kris aparece en la puerta.
—Ha llegado la doctora Greene, señor.
—Acompáñala a la habitación del joven Byun.
¡La habitación del joven Byun!
—¿Preparado para las pruebas? —me pregunta mientras se pone
de pie y me tiende la mano.
—No irás a venir tú también, ¿no? —pregunto espantado.
Se echa a reír.
—Pagaría un buen dinero por mirar, créeme, BaekHyun, pero no creo que a la
doctora le pareciera bien.
Acepto la mano que me tiende, y ChanYeol tira de mí hacia él y me besa
apasionadamente. Me aferro a sus brazos, sorprendido. Me sostiene la cabeza con
la mano hundida en mi pelo y me atrae hacia él, pegando su frente a la mía.
—Cuánto me alegro de que hayas venido —susurra—. Estoy impaciente por
desnudarte.

Notas finales:


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