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The Time por Ash_Ashford

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The Time.

Capítulo 8. Desorden.

Miércoles 8:30 am

Law odiaba la clase de ética y sociedad. La odiaba de principio a fin; la maestra que la impartía, los valores escritos en una cartulina al lado del pizarrón (que le daba un aura infantil al salón), los vídeos de reflexión, tener que memorizar leyes que todo el mundo rompía, observar las caras de sus compañeros afligirse cuando se trataban temas delicados como violaciones, maltrato animal, hambruna, etc… Odiaba ese ambiente de “Es tan cierto, de ahora en adelante seré una nueva persona, cambiaré el mundo” cuando realmente nada cambiaba; ni las personas, ni el planeta. Nunca nada cambiaba.

“Hipócritas” –pensó. Asqueado de tanta “positividad” Law pidió salir al baño, aunque realmente quería salir de ahí. Se escabulló por la parte contraria a las ventanas de su salón (no quería que algún curioso igual de aburrido que él lo delatara por un poco de entretenimiento) y caminó recto, miró su reloj 8:35 a.m. hacía tres minutos que había salido del aula. No tardaría más de otros siete. Se dirigió a una máquina expendedora cuando escuchó un cuchicheo; provenía de un salón que en suposición debería estar vacío (la clase que normalmente lo ocupaba se encontraba en educación física), el oji-gris sin hacer mucho caso se dirigió a la máquina expendedora.

:-¡SI! ¡Así los idiotas de Paradise nos dejaran en paz! –Escuchó decir a una voz conocida. Law pensó de inmediato en la molesta risa, los ojos gigantes y el carácter completamente irritante de cierto monito. Sin pensarlo más abrió la puerta de golpe.

:-Kidd-ya, estoy dentro.

~~~*~~~

Miércoles 7:00 am

Crocodile había elegido el apodo Sir. Crocodile en Facebook con la esperanza de que sus alumnos no pudieran encontrarle, pero de dar su nombre de cuenta a alguien más, lo pudieran encontrar fácilmente.

Así que sufrió una gran sorpresa cuando abrió la solicitud de amistad.

Donquixote Doflamingo quiere ser tu amigo”.

Mil pensamientos inundaron la mente de Crocodile: “¿Por qué? ¿Será una broma? Objetivos mal intencionados ¿Aceptar? Ignorar. Si acepto mis empleados los sabrán. Me considerarían no digno para mi cargo. Despedirlos a todos y contratar a nuevos empleados, no la escuela colapsaría. ¿Desde cuándo? Tortura ¿Será su cuenta de verdad?” El cocodrilo, algo inquieto toco el nombre de la cuenta, el perfil se abrió de inmediato, toco las fotos y las pasó con rapidez; era él, el auténtico Donquixote Doflamingo quería ser su amigo. La última foto la había subido hacía un día más o menos, en ella se veía a Doflamingo, junto a otros dos hombres (Crocodile sabía que trabajaban en Paradise) en una calle, junto a un ostentoso auto. Doflamingo llevaba la misma ropa que en el vídeo. “¡El vídeo!” –recordó de pronto el pelinegro, algo en su cabeza hizo clic, ahora todo encajaba. Miró su reloj 7:15 a.m. tomaría una decisión al final del día, ahora, tenía que ir a trabajar.

9:45 am

El cocodrilo estaba sentado detrás de su escritorio mientras revisaba las propuestas de los maestros, el resto de los empleados y el consejo estudiantil para el festival deportivo que estaba cerca de celebrarse. El pelinegro fumaba un puro, en aparecía estaba relajado, pero por dentro, sus pensamientos eran un total desorden. De repente la puerta se abrió de golpe. Crocodile levanto la vista de prisa, desconcertado. En el umbral se erguía una figura alta, con un estrafalario abrigo de plumas rosas. Doflamingo parecía bastante molesto. Detrás de él se podía observar a un preocupado Bentham quien no tenía ni idea de que hacer, y, aún más atrás, podía ver en parte los cuerpos de sus tres prefectos: Katakuri, Cracker y Smoothie quienes poco más que Bentham podían hacer, pues era una ley no escrita que el único que podía golpear a un director, era el otro director.

:-Maldito cocodrilo –dijo Doflamingo con voz áspera y una sonrisa macabra.

:-Estúpida ave, más te vale que la puerta no este rota o tendrás que pagarla.

:-Diles que no se metan –exigió Doflamingo haciendo un ademan hacia la puerta.

:-Bentham, déjanos solos, que todo el personal siga con sus actividades. –El delgado peli-negro asintió y cerró la puerta.- Muy bien será mejor que te expliques. –La vena en la frente de Doflamingo se hinchó.

:-¿Qué yo me explique? Tus putos mocosos son los que deberían explicarse. –Crocodile comenzaba a perder la paciencia.

:-¿En serio? Porque yo no los veo invadiendo propiedad privada ni rompiendo puertas ajenas.

:-Supongo que tampoco los ves grafiteando paredes. –Crocodile meditó en silencio un breve momento.

:-¿Tienes pruebas?

:-Los grafitis dicen New World Win.

Mierda, realmente los idiotas de sus alumnos habían hecho algo gordo.

:-Eso no significa nada.

:-Crocodile, no, Sir. Crocodile dejemos esto claro. Si tus putos mocosos no limpian mi escuela, tu maldito trasero aparecerá en millones de páginas porno.

:-Idiota, en ese vídeo también sale tu rostro.

:-No sólo existe el vídeo, imbécil. –El peli-negro empalideció- Quiero todo limpio para mañana en la mañana –Doflamingo estaba a punto de irse, pero volvió en sus pasos y le dio un beso a Crocodile.

:-¡¿Qué haces idiota?!

:-Fu fu fu, así me gustas más.

~~~*~~~

Después de que el pelinegro aceptara la solicitud, había hablado bastante de cosas sin importancia con el rubio; el carácter de la profesora Hancock, los memes del mes, la competitividad en los diferentes clubes, etc… hasta que Cavendish toco una fibra sensible.

Cavendish: Jajaja, si es tan extraño, hablando de eso me enteré de algo.

Usopp: ¿Qué?

C: Dicen que el capitán del equipo de fútbol es gay.

Un nudo se formó en el estómago del Narigudo. Gay. Usopp giró la cabeza a ambos lados para cerciorarse de que nadie lo estuviera observando, como si la mera palabra fuera un delito. No estaba seguro de que responder ¿burlarse? ¿Defender al capitán? ¿Mostrarse indiferente? La cabeza del narizón estaba a punto de colapsar cuando apareció: Cavendish está escribiendo.

C: Sinceramente no le veo nada de malo, pero hay un montón de chicas que lo acosan o chicos que lo molestan y eso me irrita.

:-Ufff –Usopp suspiró aliviado.

U: Entiendo, la gente puede ser muy molesta de vez en cuando. Yo tampoco le veo nada de malo.

C: Si, no toda la gente puede ser respetuosa. Como sea tengo un ensayo que hacer, fue agradable hablar contigo Usopp.

U: Hasta luego^^

Cavendish se desconectó y el peli-negro respiró hondo mientras sonreía. El día hubiera sido una mierda si no fuera por la intervención del rubio.

Del otro lado de la pantalla el rubio reía perversamente; su plan continuaba con éxito.

7:20 am

Cavendish se había levantado temprano, se había bañado, depilado, cambiado, peinado, perfumado, desayunado y lavando los dientes. Estaba más que listo para continuar su estrategia.

El día anterior, sin que nadie lo viera, había seguido al tal Usopp sin que nadie lo notase.

“Así que, aquí es donde vive, no es la gran cosa” –pensó, mientras anotaba en una pequeña libreta “nivel económico medio

:-Buenas tardes –lo había saludado alguien- ¿se le ofrece algo? –Cuando el rubio giró su cara para contestar se topó con un esqueleto hablándole.

:-¡Ahhh! ¡Soy demasiado hermoso para morir! –Gritó mientras se alejaba.

:-Esa horrible imagen se quedará en mi mente para siempre –dijo mientras se ponía la mochila- pero bueno, hoy va a ser un gran día.

El oji-azul tomó un autobús que lo llevaba desde su casa hasta una parada cerca de la casa de su víctima. Bajó de este a las 7:37 a.m. y se puso a observar a las personas que por ahí pasaban, hasta que a lo lejos vislumbró al narigudo. Espero escondido pacientemente a que este se acercara y una vez lo hubo rebasado Cavendish comenzó a caminar detrás de él. Decidió que utilizar la técnica “te empujo accidentalmente para que veas lo guapote que soy y me des tu número” sería propicio; así pues acelero su marcha y empujo “accidentalmente” al narigudo, este volteó algo molesto.

:-Oh, lo siento, ¿te hice daño? –Preguntó el rubio con delicadeza. Usopp parecía confundido.

:-No, no, estoy bien.

:-Oh, Usopp, vaya coincidencia ¿vives por aquí? –Cuestionó en mayor, continuando con su caminata.

:-Amm bueno, más o menos, bueno, sí, sí, vivo cerca de aquí. ¿Tú también?

:-No, no, vine a hacer un mandado por parte de mi abuela. Aunque me gustaría vivir por aquí, esta parte de la ciudad es muy artística.

:-Si, a mí también me gusta. –El peli-negro parecía desilusionado.

:-Pero que grosero soy, ni siquiera te he saludado. Buenos días.

:-Jaja, hola. –El peli-negro levantó una mano para saludarlo, Cavendish observó que llevaba una bolsa.

:-¿Qué es eso?

:-¿Esto?, ah es mi bastidor, para artes.

:-¿Qué vas a pintar?

:-Un bodegón, la naturaleza muerta no es mi fuerte, pero bueno.

:-¿Qué es tu fuerte entonces?

:-Los retratos. Me fascina hacerlos. Siento como si reflejara la humanidad de las personas, sus emociones, sueños, miedos, todo. Es darle vida al lienzo.

:-Wow, que apasionado. ¿Crees que algún día podrías pintarme? –Usopp guardó silencio- digo, si es que no tienes…

:-Me encantaría pintarte –El pelinegro contestó con un frenesí y una energía muy contrastantes a su actitud tímida que tomaba frente al rubio. Eso sorprendió al oji-azul. Ambos jóvenes estaban acercándose a la entrada de Paradise.

:-Me alegro que quieras hacerlo, tú dime cuando y posaré para ti.

:-Vale, entonces yo te aviso.

:-Claro, tengo que irme, quiero llegar temprano. Nos vemos. –Diciendo esto, justo al lado de la entrada, Cavendish se inclinó y beso la mejilla de Usopp.

Al pelinegro se le paró el corazón.

:-Hasta luego –dijo el peli-negro en un aullido casi inaudible mientras corría a toda velocidad a su salón.

~~~*~~~

Miércoles 11:00 am

El aura en la escuela Paradise era de guerra. Se había armado mucho revuelo después de que todo el mundo hubiera visto los grafitis; muchos querían ir a New World y quemar las aulas, otros tantos sugerían una demanda. El patio estaba atiborrado de gente furiosa, confusa y triste, tanto era el alboroto que para mitigarlo, Aokiji había tenido que reproducir el sonido más molesto que sus gruesos labios le permitieron en el micrófono de los altavoces, advirtiendo que no pararía hasta que todos volvieran a sus aulas. Sorpresivamente funcionó.

Al término de la segunda hora Zoro, Luffy y Nami se adelantaron a comprar algo mientras Usopp y Sanji se quedaron recogiendo las cosas de todos, pues después tocaba club; era una estrategia que utilizaban desde inicios de curso, y había funcionado bastante bien.

:-¿Vas a decirme qué pasó esta mañana? Antes de que Zoro y Luffy llegaran.

:-¿Eh? A eso, lo que pasa es que el gran God Usopp se encontró con una jauría de perros salvajes, entonces tuve que correr por mi vida, luego, cuando finalmente los perdí, me topé con un brillante zafiro, era bastante grande ahora que lo recuerdo, pero el zafiro…

:-Usopp.

:-¿Qué? No interrumpas cuando…

:-Cuando quieras hablar sobre ello aquí estaré.

:-Joder, no entiendo como nunca caes en mis mentiras, si son tan buenas.

:-Jajaa, claro. –Ambos jóvenes terminaron de meter todo dentro de las respectivas mochilas y morrales, ahora se encaminaban a la cafetería.- ¿Quién crees qué hizo los grafitis?

:-New World, ¿quién más?

:-Sí, obvio, pero, ¿quién? ¿Por qué?

:-Mira, sinceramente creo que fue el tal Kidd, que curioso que no puede matar a Luffy y unos días después pasa esto.

:-Sí, yo también pensé en él. Que idiota.

Entraron a la cafetería, vieron a Robin y Nami sentadas y se acercaron. Al poco rato llegaron Zoro, Franky y Luffy cargando varias órdenes de comida. El almuerzo transcurrió entre teorías sobre los grafitis, bromas, peleas (la mayoría de parte del rubio y el peli-verde) y carcajadas. Cinco minutos antes de que el receso acabara los altavoces sonaron de nuevo, ahora con la voz del director.

:-Bueno días a todos, bueno serían excelentes días si a alguien no se le hubiera ocurrido grafitear la escuela, fu fu fu fu. Eso es exactamente de lo que quería hablarles, terminando el receso diríjanse al patio. Aclararé un poco los hechos ocurridos, después de eso podrán retirarse a sus clubs o talleres. Y recuerden: Ustedes son parte de una institución de elite, no dejen que incidentes tan tontos como este los provoquen.

~~~*~~~

Y efectivamente, después de la plática todos se dirigieron a sus clases. Todos, excepto cierta mata de césped.

12:10 pm

Sanji estaba cocinando a buen ritmo; tenía la salsa cociéndose en un fogón, unas croquetas estaban friéndose mientras el empanizaba otras, todo a una velocidad increíble y sin descuidar nada. Quiso saber la hora, giró su cabeza en dirección a la puerta (pues arriba de esta estaba el reloj), de reojo observo una figura con algo verde parada en el umbral de la puerta y luego vio el reloj; 12:00 p.m., si continuaba con su ritmo actual tal vez alcanzaría a hacer un poco más. Paro en seco y volvió a ver la puerta.

:-¿Marimo? –preguntó, para luego volver al fogón y voltear las croquetas que estaban en la sartén.

Zoro llevaba ahí apenas medio minuto, pero ya todos habían notado su presencia, luego de que el estúpido cocinero dijera su nombre la maestra se acercó a él.

:-¿Se le ofrece algo?

:-Ah, es que soy nuevo, busco dónde está el equipo de básquetbol.

:-Mmm Sanji, ¿le conoces? –preguntó la maestra

:-Sí, va en mi clase –contestó el rubio mientras vaciaba la ya cocida salsa en un recipiente plástico.

:-Excelente, llévalo a la cancha de básquetbol por favor.

:-Eh, pero ¿y mis croquetas?

:-Yo me encargo, por favor, Sanji-kun♥

:-Ahhhh Shakky-swan♥♥ un favor suyo es una orden para este caballero. –Dicho esto el rubio salió del aula dando saltitos.

12:09 pm

Estaban fuera de la cancha de básquetbol.

:-Tsk Jodido Marimo, si venias hacia aquí hubieras seguido a Luffy.

:-¡Cállate! Además no vine aquí primero, tuve que ir a administración para inscribirme en el club.

:-No entiendo porque elegiste básquetbol, apuesto a que eres capaz de confundirte de cesta.

:-Entonces apostemos –la respuesta del peli-verde sorprendió a Sanji, ya que este esperaba un insulto.

:-Vale, me quedo otros cinco minutos, si en ese tiempo no encestas a la canasta correcta –el rubio hizo una pausa para pensar en un castigo- te pinto un bigote y tienes que dejarlo por el resto del día.

:-¿No pudiste pensar en algo mejor?

:-Silencio

:-Jajaja, vale, pero si encesto, tendrás que hacer me un bento –Zoro giró su cara para mostrarle una media sonrisa llena de seguridad al rubio, y se marchó sin esperar respuesta.

El Marimo tardó un minuto en hablar con el entrenador, este tardo otros tres en hablar con el resto del grupo, sólo un minuto más. El partido de práctica inició. Un chico alto de pelo gris tomo el balón, este lo pasó a Luffy, quien rápidamente se escabulló en la cancha, pasó el balón a Zoro, el peli-verde burló a un grandulón de cabello naranja y lanzó el balón. Sanji no creía lo que sus ojos veían.

~~~*~~~

10:00 am

Kidd, Apoo, Killer y Law estaban sentados en el suelo, con el director frente a ellos.

:-Y, ¿cuál era el plan? Genios. –preguntó Crocodile, con un tono de voz neutro, pero que emanaba coraje. Nadie respondió.- Así que no había plan, entonces ¡¿Me pueden explicar por qué demonios grafitearon Paradise?!

:-Señor, nosotros –Apoo cometió el error de hablar.

:-¡¿USTEDES QUÉ?! ¡¿PENSARON QUE SERÍA BUENA IDEA?! ¡PEDAZOS DE IMBESILES! ¡¿Qué se supone que…

En algún momento del sermón de Crocodile la mente de Law se desconectó. Empezó a analizar la situación y concluyo que, en realidad Crocodile tenía razón. ¿Por qué hacer algo tan estúpido? Salir de clases para ir a grafitear la escuela de al lado sin un plan para tan siquiera deshacerse de las latas. Tampoco idearon los tiempos, ni lo que escribirían, en ese momento no importaba. Nada importaba. Pocas veces en su vida había cometido fallos tan básicos. Si una semana antes se lo hubieran propuesto, jamás los habrían encontrado, o, hubiese declinado la oferta. No tenía sentido que entonces, esa mañana hubiera aceptado sin pensarlo debidamente. Buscando una razón, Trafalgar se encontró con un par de ojos grandes, una cicatriz debajo del ojo izquierdo, una sonrisa amplia que siempre tenía una carcajada en su interior. Claro, él tenía la culpa. Fue su exasperante forma de ser combinado con la poca paciencia (y cambios hormonales) de Law lo que le hizo hacer tal tontería. Ahora el oji-gris estaba aún más enojado.

Cuando Law volvió en sí, Crocodile ya se había marchado.

:-Tsk ponernos a cortar todo el césped y luego pintar de nuevo Paradise… que asco –dijo el rubio del grupo.

:-Valió la pena –contestó un pelirrojo orgulloso.

:-Sí

:-¿Pero de qué hablan?, por supuesto que no. –Negó Apoo resignado

El oji-gris revisó la información. Podar New World por haber grafiteado Paradise.

Pudo haber sido peor” –pensó

07:00 p.m.

En efecto, había sido peor. Después de que las clases acabaran podaron el pasto. TODO el pasto. Luego, cuando estaban a punto de irse Katakuri los interceptó

:-Mr. 0 dijo que les asignara el castigo que yo quisiera, así que vayan y laven los baños. TODOS.

Después de lavarlos, fue Smoothie quien les dio otros castigo: quitar los chicles de debajo de las mesas de la cafetería. Posteriormente y para rematar fue Cracker, cuyo castigo dictaminó cambiar bombillas, sin embargo era una tarea más delicada, pues se trataban de lámparas alargadas y finas, cuatro en cada salón, de diez salones.

Para el final del día el buen humor (de por si casi inexistente) de Law había desaparecido por completo, y tal vez por los próximos años.

Los cuatro jóvenes caminaban (o más bien se arrastraban) hacia la salida, cuando Trafalgar se dio cuenta de que su estúpido maletín no estaba con él. Mierda.

:-Váyanse sin mí. –Dijo mientras corría de regreso al salón. Los demás gritaron algo pero Law no les hizo caso.

Llegó al salón, tomo su jodido maletín y se dirigió a la puerta trasera, pues es la que más cerca le quedaba; le importaba cuatro tarros de pepinillos si estaba cerrada, encontraría la forma de salir.

Miércoles 7:10 pm

Cuando finalmente consiguió saltar la barda (le costó mucho porque no le quedaban fuerzas) vislumbró una figura en el callejón.

:-Hola, Torao.

Notas finales:

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