VI: La curiosidad mató al gato
Era una verdad indiscutible que Sakura estaba enamorada de Sasuke. Y era aún más indiscutible que el mismo Sasuke no supiera la razón de ello.
Él nunca fue más amable con ella de lo que fue con cualquier otro. Le hablaba lo necesario y sólo porque era ella quien iniciaba la escueta y efímera «charla», si podría llamársele así. Nunca buscaba que sus ojos hicieran contacto, a pesar de ser consciente de que los irises esmeralda lo seguían siempre que ambos estuvieran circundando el mismo lugar.
Sakura se sentaba un lugar atrás de él en el salón de clases, lo que implicaba que buscara cualquier excusa para llamar su atención. Desde hace algún tiempo, había comenzado a utilizar de manera excesiva un perfume dulzón, que no hacía más que provocar náuseas en él. Sasuke tampoco se mordía la lengua a la hora de ser él cuando cruzaba palabras con ella. Mas la ironía y el hiriente sarcasmo parecían no surtir efecto alguno en la férrea e incomprensible determinación de la joven.
Ese día en particular, la osada Haruno Sakura se decidió por fin a hacer algo que hace tiempo deseaba: seguir a Sasuke luego de clases. Bien sabían ella y otras muchachas que Sasuke no tomaba el sendero directo a su casa luego del colegio, pero hasta ese día, ninguna se había animado a averiguar adónde iba y por qué, mucho menos quién ocasionaba que el atractivo muchacho se desviara tanto de su camino.
Fue sigilosa en sus pasos y muy precavida; por sí sola era una gran proeza haber conseguido seguir tanto a Uchiha Sasuke sin que éste se diera cuenta. Y la sonrisa prevaleció en sus labios pintados de suave brillo rosa hasta que vio detenerse en una esquina al dueño de sus sueños.
La duda creció cuando, dos minutos después, arribó otro muchacho, cuyo uniforme le indicó de inmediato que estudiaba en el colegio al otro lado de la ciudad. Con suspicacia, los ojos esmeraldas recorrieron de pies a cabeza al recién llegado. Era casi de la misma altura de Sasuke, de cabello dorado alborotado, enormes y expresivos ojos azules, y sonrisa radiante. Se preguntó brevemente qué hacía Sasuke con un joven que a la distancia se mostraba completamente diferente a él. De por sí, en su colegio, Uchiha apenas y tenía amigos, a los cuales podía enumerar con una sola mano; y que resultara tener amistad con uno de otro colegio y que además a simple vista se mostraba demasiado extrovertido le resultaba sospechoso.
Los vio charlar animadamente, incluso alcanzó a divisar una sonrisa en Sasuke cuando éste volteó el rostro hacia la izquierda, aparentemente para fastidiar e ignorar a su compañía. Y por el posterior berrinche del desconocido, supo que lo consiguió.
En tanto, Sasuke tenía completo conocimiento de la presencia de Sakura, oculta tras un poste de luz a pocos metros de distancia, y no pensaba en nada más que en la perfecta oportunidad para terminar de una vez con el constante acoso que sufría de su mano.
—Tenemos visitas —dijo con una sonrisa torcida y desviando la mirada hacia atrás, como si pudiera verla pese a no voltear la cabeza.
Naruto estuvo a punto de mirar de forma nada disimulada hacia la espalda de Sasuke, buscando explicación a tal confesión, pero su intención fue truncada por un par de manos que lo tomaron de las mejillas para luego descender hasta la nuca, acariciando el inicio de sus cabellos dorados. Sasuke soltó una ligera risa cargada de intensiones dudosas antes de inclinarse sobre los labios de Naruto para sellarlos con un beso que no dejaba paso a la duda sobre qué relación los unía.
Mientras tanto, Sakura casi se cayó de la impresión. Literalmente, había tenido que sujetarse con todas sus fuerzas del poste donde estaba oculta, sintiendo que las piernas le cimbraban y el aire se le escapaba del cuerpo. ¿Acaso estaba viendo bien? ¿No estaría soñando? Reprimió el impulso de jalarse una mejilla para comprobar si dormía o no.
No. No era un sueño. Uchiha Sasuke realmente estaba besando a un chico. Un chico que le correspondía sin dudar.
Sin poder quitarles la mirada, lo único en lo que Sakura pensaba era en que nunca había visto a Sasuke comportarse así con otros, y no hacía alusión sólo al beso. Pero, claro, era obvio que Naruto no entraba en la categoría de otros.
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