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[Im]Perfecto. -Marshall x Gumball- por Midori-Hikari1312

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Muy tranquilo estaba el pelirosa a la hora del receso, sentado en la banda bajo un árbol hermoso y grande leyendo tranquilamente, estaba tranquilo con el resultado de su examen de matemáticas, estaba seguro de que aprobaría con honores, como siempre. Ya no le sorprendía, no le importaba, él sólo quería seguir leyendo sus libro y tratar de vivir una vida medianamente normal, un hermoso libro de literalmente clásica siempre lo hacía viajar a otro mundo, adentrarse en las palabras y vivir sus historias y aventura dentro de su propia cabeza.

Su lectura fue interumpida por Flint, quien llegó a el con una expresión extraña y algo dificultosa de decifrar.

—¿Pasa algo? ¿Tan mal saliste el examen, amigo mío?— preguntó con una sonrisa amable, molestar o ser odioso no era lo suyo, pero al ver que la mirada de Flame no cambiaba y evitaba verlo a la cara, lo preocupó— ¿Flint?

—Gumall hay...Alguien que quiere verte— dijo con incomodidad— Ya sabes, ese que te dio el collar que llevas hoy...

—¿Lo sabias?— preguntó cerrado el libro y tomando el collar con la punta de sus dedos.

—Gumball te conozco, sé que las cosas como estas son por él, tú no eres el estilo "femenino"— lo miró preocupado y el pelirrosa suspiró  sobandose el puente de la nariz— No tienes por que ocultarse  y las cosas, sabes que tarde o temprano  a las sabré, sé cómo son tus padres pero hablaremos de esto  y más tarde. Está en la entrada del instituto, sé precavido, ya llamó mucha a atención...

—Si, Muchas gracias Flint.
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Realmente tardó un monto en llegar al instituto de su "princesa", pero no le importaban, le gustaba andar en su patineta, haciendo algunas acrobacias, saltando de un lugar a otro, bajando por escaleras empinadas y deslizarse por pequeña filos de bancas o barandales y aterrizar perfectamente como solo el sabía hacerlo, tantos años de práctica le había servido para algo, no era productivo ni constructivo, pero para él era más que suficiente.

Cuando por fin llegó frente al instituto, estaba emocionado, quería ver esas cabellera rosa, quería volver a ver su mirada de enfado y volver a hacerlo sonrojar, que inflara sus cachetes como un pequeño hamster y frustrarlo con sus palabras sucias y mal intensionadas . Al estar soñando despierto sólo tarareaba la misma canción una y otra vez, pero su emoción cayó al suelo como ave disparada al encontrarse el mismo ansiano en frente del instituto, haciéndole detener su Stake de repente y escondiendo en una esquina.

—Parece que ambos íbamos al mismo lado, lo hubiera insultado menos y que me diera el aventón— bromeó con burla para si mismo. El hombre solo está a ahí, parado frente a su auto de brazos cruzados, tenía unos lentes de sol, se veía tan bien que le daba envidia, al mismo tiempo que le molestaba lo creído que se veía con ellos. Marshall quiso ir a molestarlo, ponerdele en frente y ser lo que mejor le sale: ser insoportable, pero algo lo detuvo, esa extravagante cabellera color rosa lo distrajo, camino tranquilamente hacia el hombre y se le paró en frente, éste se quitó los lentes al verlo y lo recibió con una gran sonrisa.

—¿Gumball...?
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—Mi príncipe~ — dijo el albino con emoción quitándose los lentes oscuros, Gumball sonrió muy tímidamente, sólo por hacerlo, estar con ese hombre lo tenía realmente incómodo. El hombro estiro su mano hacia el chico, este entendió y se la dió recibiendo de su parte un pequeño beso en su mano.

—Ice...Eh... Gunto en verte ¿Qué haces así?— retiró su mano de la de él y la colocó detrás de su espaldas, limpiandola con su ropa de la forma más disimulada posible— No... No esperaba verte.

—Vine a verte, Príncipe, ¿no es obvio?— dió un paso más cerca de él y Gumball apartó el rostro aún con una sonrisa incomoda. Demasiado cerca para su gusto— Me gusta lo que hiciste con tu cabello, te queda muy bien...— acarició su nuca muy delicadamente con uno de sus dedos y Gumball se tensó.

—G-Gracias, fue di-dificil convencer a papá, pero valio la pena— respiró hondo cuando el de cabello largo aparto su mano— ¿Me decías, Ice?

—Ah, si. Quería cerciorarme de que te gustó mi regalo, y lo estás llevando ahora, eso me hace feliz— alzó su mano otra vez hasta la cabeza del chico, acariciándolo con tranquilidad, bajo hasta el collar albrededor del cuello del pequeño, y lo alzó ligeramente con una sonrisa orgullosa— Te queda perfecto— dijo viéndolo a los ojos, Gumball agrando un poco más su sonrisa y sintió como la mano del hombre bajaba por su brazo lentamente.

— M-Me alagas, Ice, pero ¿no pudiste haberlo hecho en casa? Estoy en la escuela— dijo dando un ligero paso atrás, el hombre estaba tan metido en su felicidad que no parecía darse cuenta de lo incómodo que estaba a "su príncipe".

— ¿Está mal? Después de todo eres mío, Príncipe— ladeó la cabeza con una sonrisa, Gumball tuvo un muy pequeño tic en el ojo izquierdo, nuevamente estaba tratandolo como un objeto y era una de las cosas que más le molestaba de ese hombre.

—No, no está mal, Ice, Pero... Llamas mucho la atención ¿entiendes? No quiero que empiecen a tratarme direrente cuando sepan que te conozco, es todo. Las personas no entiendes lo que somos por eso no quiero confundirlos— dijo de forma sutíl, el hombre de le quedó viendo durante unos segundos y luego sonrió, Gumball volteó a ver al instituto, encontrando a unos cuantos chicos curioseando cerca, tan disimulado como su cuerpo le permitiera fue alejándose de la entrada.

—Tienes razón, no fue mi intensión molestarte, Gumball— volvió va tratar de acercarse.

—No hay problema, ya te lo dije, ja ja...— siguió retrocediendo lentamenter03;— Si quieres ya puedes irte, f-fue un lindo gesto venir a verme, pero...

—¿Quieres que venga por ti al salir, príncipe?— preguntó interrumpiendo sus palabras, Gumball había terminado pegado a la pared al costado de la entrada, Ice lo había estado siguiendo y lo acorralo poniéndolo aún más nervioso.

—N-No hay problema, el chófer siempre viene por mi, N-No quiero ser una molestia— su voz se volvió un poco más aguda por la incomodidad.

—No eres ninguna molestia Príncipe, quiero consentirte un rato, salir a comer algo o... Tal vez ir a mi casa luego...

—No, Ice, ya hablamos de esto, por favor— su mirada cambio a una alterada y un poco asqueada, su nerviosismo se había estumado— Nada de estar solos hasta la boda, ese fue el trató, debes respetarme. Mamá y papá dijeron estrictamente que...

—Vamos Prince, solo serár03; por hoy, por qué retrasar lo que de una u otra forma llegará?— volvió a acercarse quedando demasiado cerca de su rostro— Prometo ser gentil, eres lo más preciado que tengo, My Prince...

—Ice, no estoy listo, entiéndeme.

—La boda es en dos meses, no es necesario esperar tanto.

—Yo quiero hacerlo, así que por favor ya no insistas— de cruzó de brazos con la mirada gacha, el mayor se separó pelliscandose el puente de la nariz y moviendolo el pie derecho rápidamente— No estoy listo...

—Eso ya lo dijiste.

—¿Qué? ¿Ahora vas a enojarte conmigo por algo como esto?

—No lo sé, Mira que no lo sé, porque me parece realmente inmaduro de tu parte el no querer tener sexo con tu futuro esposo— se señalo a si mismo.

—Por favor, abstente de decir esas cochinadas en frente mío, el sexo no es un tema de que pueda habla en cualquier momento como si me preguntaras la hora.

—Eres demasiado correcto, mi niño— tomó el collar de cuarzo y lo jaló hacia el, terminando por robarle un beso al pequeño, uno brusco y en parte morboso, Gumball se separó casi al instante cubriéndose la boca y con las mejillas rojas — Esperaré. Sólo porque quiero atesorar el momento en el pueda arrebatarte esa inocencia, y así seas...Menos correcto de lo que ya eres— lo soltó volviendo a colocarse los lentes, caminar hasta su auto y se montó en el, volviendo a arrancar tan rápidos como lo había hecho tiempo atrás.

—Por que todos quieren arrebatarme algo que está en mi por naturaleza...— Gumball se quedó quieto unos segundos, aún con el bochorno a mil. Se limpió los labios con la manga de su camina con algo de fuerza, por alguna extraña razón las palabras del albino le hicieron tener unas ganas de llorar inmensas. Cerró los ojos con fuerza al notar sus lágrimas luchar por salir, no quería, no quería parecer un débil niñato sin obsiones de vida como realmente era, no quería que todo parada de ese modo.

— Necesito un jugo...— murmuró para si mismo sin abrir sus ojos. Se paró la sman la por el cabello peinandose hacia atrás y suspiró otra vez.

—Hey...

—¡Ah!— saltó a un lado completamente espantado cuando escucho esa voz, volteó rápidamente a quien hablo, encontrándose con el pelinegro con una mirada difícil de entender, parecía molesto, frío, apenados, asqueado y necesitado—¿M-Marshall Lee?— lo miró sorprendido mientras se secaba una lágrima que descendía por su mejilla— Es...Raro verte otra vez ¿Que haces aquí? ¿Viniste por alguien?— preguntó rápidamente, más para distraerlos de lo que realmente pasabaen su cabeza.

— Nada interesante...— se metió su mano libre en unos de sus bolsillos, al analizarlo fue que se dió cuenta de que llevaba un Stake— Se que no me incumbe, pero ¿Quién era ese sujeto?

—E-Él... Él es...— jugó con sus dedos nervioso.

—Prine, ¿ya se fue tu prometi...do?— Flint dejó de hablar al notar al azabache frente a su amigo— ¿Me perdí de algo?

— ¿Ese maldito ansiano es tu prometido?— Preguntó casi con asco— Que ridículo, sinceramente esperaba otra respuesta— se cruzó de brazos, algo difícil teniendo aún el Stake.

—Marshall, por favor te pido que no hables así ni de mí ni de él, ese no es tu asunto, esto es mi vida, así que por favor te suplico que no preguntes nada.

— ¿Preguntar qué? ¿Cómo es capas que soportes eso? ¿La supuesta "emoción" que mostrarte cuando lo viste frente a si? ¿Te gusta acaso? Por qué se nota a kilómetros que no es así y aún así te dejas besar— casi parecía que en cualquier momento iba a comenzar a escupir fueron por la boca, y su mirada enojadas era aterradora, mucho más con sus ojos rojos.

—Ah...Yo creo que mejor me voy...— Flint fue detenido por Gumball, quien lo había jalado de su chaqueta.

—¿De...Desde cuando estás aquí?

— Lo suficientemente para saber que eres un perro.

—¿Disculpa?— dijeron el pelirrojo y el pelirosa al mismo tiempo.

—Si, ya sabes, te llaman y le mueves la cola a un cualquiera. Hasta tienes tu propio collar, que lindo— dijo con fastidio— Jamás pensé que fuera de esa forma. Yo sinceramen-

El ardor de su cara lo hizo detenerse al igual que terminó mirando a la carretera, se escuchó claramente el sonido de la mano del pelirosa chocando contra la cara de Marshall con fuerza. El mayor volteó a ver a Gumball, tenía sus ojos inyectados con odio y decepción, se llevó la mano a la cara, posiblemente ahora tendría la marca de sus dedos perfectamente marcada.

—Dije que no opinaras, tu no sabes nada sobre mi,ni mi vida, ni todo lo que tengo que sufrir cada día a causa de mi estatus social, así que cállate y por favor vete, no quiere verte más— agitó un poco su mano, su palma roja por el golpe recien dado. Dió media vuelta y caminó dentro otra vez, seguido por Flint, que quedó exactamente igual a Abader: tieso y sin palabras. 

Al allarse solo Marshall bajo la mirada hasta el suelo y se quedó pensando ¿Realmente fue buena idea llamarlo así? Los celos lo estaban consumiendo, se suponía que su princesa era suya y de nadie más, mucho menos de un maldito viejo verde que solo quería llevarlo a la cama y aprovecharse de ni juvenil y anulada expresión. Por muy egoísta que fuera, eso sólo podía hacerlo el mismo.
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—Gumball. Gumball espérame.

—Flint por favor te pido que me dejes sólo.

—No, tienes que escucharme— se colocó frente a él deteniendo le el paso— ¿Cálmate si?

—¡No puedo hacerlo! Él es tan... Irritante...— se cruzó de brazos apartando la mirada.— ¿Cómo osa decirme algo así? Él no sabe nada mi vida.

—Es verdad, no sabe nada, pero seguro no es su culpa, a mi parecer estaba ardiendo en celos, más de lo que alguna vez lo ví...

—¿Celos? !Ja! ¿Cómo puede sentir celos por mi ahora? nos conocíamos ayer.

—Gumball mírame, hablo en serio cuando te digo que Marshall está celoso de ese hombre, solamente tú no lo notas.

— ¿Pero de qué lado estás? Lo defiendes más a él que a mí que soy tu mejor amigo ¡acaba de llamarme prostituta!

—Estoy de tu lado, pero conozco a Marshall y se que hace estupidez como está molesto...Vamos a clases ¿si? Cuando te calmes hablaremos mejor sobre esto— se dio la vuelta pero si caminar, esperando a que Prince también lo haciera y comenzaron a caminar juntos a él aula, con la mirada de varios alumnos sobre ellos, pero sólo debían ignorarlos, los de su "situación económica" suelen ser muy chismoso y crueles respecto a temas como esos, había sólo que dejarlo pasar.

Marshall seguir afueras, recapitulando lo que había hecho y arrepintiendose de haberse dejado llevar por sus celos iracundos, se pasó la mano por el rostro frotándolo un par de veces, apenas se conocían y ya la había cagado con Prince, a pesar de en serio querer algo lindo con él, debía ahora pensar bien como recuperar, aunque la verdad nunca lo tuvo, sólo era cuestión de tiempo para tenerlo en sus brazos y hacerlo feliz.

Gumball se quedó pensando un rato, aún en clases y no prestaba atención a la expresión. No quería ver a Ice, le era incómodo, y era posible que ignorara su petición y realmente se aparezca otra vez en frente él Instituto para llevarlo a su casa, o peor, tratar otra vez de convencerlo de que tuviera sexo con él. El sólo pensarlo le hacía tener un escalofrío por todo el cuerpo, uno desagradable y molesto. El matrimonio arreglado sólo lo acepto porque así sus padres se lo pidieron, él sólo era la marioneta a la que pensaban controlar todo la vida, pero ya no quería hacer eso. Tal vez, sólo tal vez debía seguir parte del ejemplo que Marshall había aparentando y valerse por sus propios medios, hacer algo que nunca hizo, atreverse un poco, pero no estaba seguro de ser lo suficientemente valiente para entregarse.

Sólo era cuestión de tiempo.

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