Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Flor de Almendro por Zils

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Cómo están?  Yo estoy antojada de comer pizza, cuatro carnes con mucho queso *¬*

Ok, dejando atrás antojos culinarios,  aquí está el nuevo cap. Éste es más largo que el anterior, y calculo que los siguientes serán parecidos en extensión ^w^

Estaba muy ansiosa por subirlo, así que espero que les guste tanto como a mi n.n

¡Disfruten la lectura!

La mayoría de los personajes pertenecen a Matsuri Hino.

(Y recién al cuarto capítulo recuerdo ponerlo TwT)

 

IV ¿Cita?

– ¿Un parque de diversiones?

– Un parque de diversiones.

Ok, otra vez no esperaba eso ¡Pero era genial! Las luces por todos lados, la comida y la música alegre; era increíble. Jamás había visto tantas personas en un sólo lugar –de hecho no había conocido a más personas además de los hermanos y Zero– ¡No podía esperar a subir a algún juego!

– Regalo de Mitsuki. Ella estará ocupada un tiempo, era su forma se disculparse.– Comentó el peli plateado, mirando de reojo al castaño.

La emoción de Kaname se congeló a -3 °C. La castaña era su suporte, estaba todos los días  –y noches– a su lado. Aún no se sentía listo, aún sentía miedo cuando estaba sólo.

– ¿Cuánto tiempo? –Su voz fue apenas un murmullo entre tanto ruido. Eso realmente lo había tomado por sorpresa, una mala sorpresa.

– Una semana...tal vez dos.

Zero notó el drástico cambio en el castaño; otra vez se veía frágil, como un niño perdido buscando a su madre; quizá en realidad para el castaño así era. Esa espinita de preocupación se removió inquieta en su pecho, molestándolo.

– Cuando volvamos podrás hablar con ella. Ahora disfruta. –dijo con voz neutral, acariciando nuevamente la cabeza del castaño, esta vez consiente de lo que hacía.

Kaname asintió, aún embobado por el toque. Zero tenía razón, si aquel era un regalo de castaña debía aprovecharlo ¿cierto?

Se divertiría lo más que pudiera.

 

*

*

*

 

Y sí que había tomado en serio eso de divertirse. Sólo fueron necesarios 10 minutos para que el castaño abandonara toda timidez y lo arrastrara de un juego a otro.

– ¡Wow! ¡Eso fue genial! –reía un emocionado Kaname. Sus piernas temblaban pero quería subir otra vez a esa montaña rusa.

 – Hora de un descanso. –ordenó Zero divertido por la expresión del castaño.

 

Los primeros 30 minutos fueron incómodos. Él jamás imaginó ver esa faceta tan feliz del castaño. Era extraño ver ese rostro elegante lleno de alegría infantil. No podía encontrar rastro del sangre pura en aquel castaño, y se dejó llevar por él.

Debía admitir que Mitsuki hizo un gran trabajo dejando deliberadamente en su estudio y habitación folletos del dichoso parque ¡Ah! y no olvidemos los comentarios "indirectos" que hacia respecto al tema. Era en momentos como aquellos que demostraba era hija hecha y derecha de Yuuki.

En 3 horas se montaron en 15 juegos, cada uno más extremo y alocado que el anterior. Muchos,  si no fuera por su condición vampírica, lo habrían puesto a vomitar a la primera vuelta. ¡Pero rieron como desquiciados en todos!

– Lo siento, me dejé llevar. –admitió un avergonzado Kaname, mientras avanzaban a la zona de bancas.

Se sentaron en unas bancas al lado de un carrito de algodones de azúcar. El cielo comenzaba a oscurecer, y parecía lleno de moretones. Sí, una romántica comparación.

– ¿Te diviertes? –Preguntó mientras sacaba de su gabardina una cajetilla y un encendedor. El fumar se había vuelto un mal hábito, en realidad nada dañino por su condición de vampiro.

– Sí, gracias. –le dedicó una sonrisa sincera al peli plateado.

– Entonces vamos bien...- Expulsó el humo hacia el cielo. –Comeremos algo y luego volveremos a casa.

Kaname asintió, obediente. Ya estaba cansado,  se había divertido como nunca, aunque en un principio la presencia de Zero le resultaba intimidante, al pasar los minutos cambió totalmente su percepción.

Miró de reojo al peli plata, el cigarrillo junto a su apariencia rebelde le daban un aire peligroso, más se sentía protegido. Junto a Zero se sentía seguro, a gusto, por muy inverosímil que le sonara hace 4 horas atrás.

Las luces comenzaron a ser más brillantes y llamativas, y el cazador sentía el alivio en su cuerpo al dejar de sentir el sol directamente sobre él. A pesar de esforzarse por ser llevar una vida diurna, su condición de vampiro le hacía, muchas veces, difícil el trabajo.

– ¡Oh Kiryu-sama! ¡Qué sorpresa verlo por aquí!

Ambos chicos voltearon la mirada al señor parado frente a ellos. Era un señor de unos 40 años, de mirada amable y pelo cano. Zero de inmediato se levantó.

– Buenas noches Komura-san. Es raro verlo fuera del trabajo. – Saludó con cortesía y amabilidad.

– Los niños, los niños. –Sonrió señalando a su espalda a su esposa junto a sus hijos: una pequeña rubia y un morenito muy serio.

La esposa de Komura-san, al igual que él, era  cazadora, amiga de Kaien, a quien conoció unos años después de que el castaño entrara en letargo.

Le hizo una seña al castaño para que no se moviera, y junto al cazador "mayor" fue a saludar a la mujer.

 

*

*

*

 

5 minutos y ese par no soltaba al peli plata. Ya estaba aburrido. Balanceó los pies de un lado a otro, mirando atento sus zapatos. Tenía hambre.

– Hola –Saludó una chica bajita, de mejillas regordetas y pelo morado. Parecía muy abrazable, de hecho era adorable. Se sentó a su lado sin esperar invitación. – ¿Estás solo?

El castaño se quedó unos segundos mudo. Era la cuarta persona con la que hablaba y no confiaba mucho en su capacidad para socializar.

–No, vine con él –señaló al peli plata con el dedo. –Hola, soy Kaname...Kuran Kaname. –se presentó con una sonrisa, que sonrojó a la muchacha.

– Murasaki Neith, un gusto. –sonrió y estiró una mano, que el castaño estrechó. –Y él… ¿Es tu novio?

– ¿Qué? ¡No!- negó efusivo. ¿Él novio de Zero? La idea era simplemente descabellada. ¡Ni siquiera eran amigos!...o aún no estaba seguro de eso  ¡Ni siquiera sabía qué relación tenía con él! –  ¿Qué te hace pensar eso?

– ¡Oh, bueno! No te exaltes –alzó las manos en son de paz. –Es sólo que cuando dos chicos salen a un parque de atracciones, solos...bueno...suele ser que están en una cita o que están buscando chicas, pero tú no parecías de los segundos. Perdón si te incomodé, soy un poco directa.

Kaname se la quedó mirando un momento, desvió la mirada a Zero –que continuaba en su cháchara– y la volvió a la chica.

– No te preocupes...es sólo que nosotros nos conocimos hace poco.

– Ya veo... ¡Ya sé! ¡Olvidemos eso! –sonrió animada nuevamente. Ella, en realidad, lo único que quería era animar un poco al chico frente suyo. Lo había visto sólo y un adorable chico no puede estar sólo. – Entonces ¿te gustan los juegos extremos?

Con eso comenzó una amena charla. Neith era una chica muy divertida y extraña; hacia unas muecas que le sacaron varias risas. Zero aún brillaba por su ausencia pero él ya no estaba aburrido. ¡Todo bien!

Fue cuando desvió la mirada que los vio: un niño persiguiendo a su perro, adentrándose a un callejón oscuro, y una sombra que atrapó al niño.

Su cuerpo reaccionó por sí sólo, ignoró el llamado de Neith y corrió al callejón. Ni siquiera pasaba por su mente la idea de que fuera peligroso. Lo único que pasaba por su mente era   <<Tengo que detenerlo>>

Una vez dentro se dio cuenta que no era un callejón sin salida, sino que daba a un intrincado laberinto de calles. Esperó unos segundos, tomó un fierro oxidado que estaba en medio de la basura y se quedó quieto escuchando. Ni el mismo comprendía su actuar.

– ¡Ahh!

Corrió en dirección al grito, sujetando el fierro con fuerza. Cuando llegó al origen, no lo pensó dos veces antes de golpear con todas sus fuerzas al hombre que atacaba al pequeño.

El tipo no tardo ni 5 segundos en levantarse nuevamente. Ese hombre no parecía hombre; era una criatura extraña de ojos rojos, con colmillos y garras, su rostro estaba desfigurado por cicatrices y tenía marcadas ojeras. Aterrador. Cubrió al niño con su cuerpo, y se aferró con más fuerza al fierro, dispuesto a defenderlo con garras y dientes.

Tarde se dio cuenta que no sólo había uno. Otros 3 pares de ojos brillaban ocultos en las sombras. Zero se enfurecería al notar su ausencia, seguro al verlo le gritaría con ganas.

Claro, si es que vivía para escucharlo.

 

*

*

*

 

Quería terminar esa conversación lo más pronto posible pero esos dos cazadores se lo hacían difícil. Suspiró para sus adentros, ya era suficiente.

– ¡Hey! ¡Tu! ...¡Kaname está en problemas!

El grito de una chica lo hizo voltearse, en dos zancadas la chica estuvo frente a él, su mirada tenía cierto pánico y la de él reflejo el mismo sentimiento al no divisar al castaño.

Todo pasó demasiado rápido: miró la banca donde antes estaba el castaño, y el grito de un niño retumbo en sus sensibles oídos.

No necesitó más para salir corriendo en dirección al grito. Desenfundo a Bloody Rose y se guio por los gruñidos y gritos. Un fuerte aroma a sangre le llegó de golpe cuando llegó a su destino. Tembló reconociendo el aroma, la embriagadora sangre de Kuran, por un micro segundo, lo remontó 95 años atrás.

El castaño golpeaba a diestra y siniestra a dos nivel E que intentaban atacarlo. Un tercero se levantaba relamiéndose los labios con gula.

En un movimiento casi en automático disparó directo a la cabeza de ambos vampiros, convirtiéndolos en cenizas; al tercero lo atravesó un segundo más tarde.

Corrió hacia el castaño que bajaba el brazo que sostenía su improvisada arma, y lo examinó con la mirada detenidamente. La única herida visible era una cortadura en su mejilla. Nada grave, si no fuera porque esa exquisita sangre jugaba cruelmente con su autocontrol.

Ahora sí, podía gritarle en paz.

– ¡¿Qué mierda pasaba por tu mente?! ¡Pudiste haber muerto, idiota!

Kaname soltó el aire aliviado, dejó caer el fierro que había impedido su inminente muerte, y se dejó caer de rodillas, abrazándose a sí mismo. ¡Estaba aterrado! ¡Esas cosas no paraban de aparecer y él se sentía tan débil, tan insignificante!

Su cuerpo no paraba de temblar y las lágrimas no paraban de caer. Tenía miedo, pero no podía dejar al niño sólo, no podía permitir que una vida inocente terminara en garras de esas criaturas. El sólo pensarlo le daba náuseas. Simplemente debía salvarlo... No podía permitir que otro niño muriera por su culpa.

Zero calló; Kaname lo necesitaba comprensivo, no alterado, por más que sus nervios de punta le exigiesen gritarle por su estupidez.

Se arrodilló frente a Kaname y con cautela lo rodeó con sus brazos. Acarició los castaños cabellos con suavidad, pausadamente. El mayor no tardó en aferrarse a sus costados y sollozar en silencio. Era sólo un niño después de todo, tal y como su hija había dicho: un ser inocente.

– Esta bien, ya pasó...Fuiste muy valiente. –murmuraba en el tono más amable y tranquilo posible, sin dejar se acariciar su cabello y espalda. –Esas cosas no volverán a hacerte daño, ya se fueron.

– Llamé a la asociación, cuidaré al niño mientras llegan. –informó Komura-san una vez llegó al lugar. Apenas Zero salió corriendo supo lo que ocurría y se aseguró de avisar por los posibles daños.

El peli plata asintió en silencio, no quería perturbar aún más al castaño –a pesar de que él mismo le gritó en un principio. –

El cazador tomó al niño en brazos, éste estaba en un estado de shock total, ni siquiera lloraba, sólo temblaba ligeramente. Miró a su superior una última vez antes de salir del lugar. Sentía pena y orgullo por el joven castaño.

 

*

*

*

 

Neith estaba preocupada. Caminaba de un lado a otro mordiendo las uñas de sus dedos con nerviosismo. La mujer frente a ella no la había dejado seguir al peli plata y ella estaba preocupada por Kaname.  Cuando vio al abuelito salir con un niño entre sus brazos su nivel de ansiedad aumentó un 50%.

– ¿Y los chicos? –preguntó atropelladamente.

– Están bien...No tardan en volver. –respondió Komura comprensivo.

El escuadrón de cazadores que Komura había llamado, no tardó en llegar, alterando más aun a la peli morada que se rehusaba a irse sin ver a Kaname a salvo. Por suerte no tuvo que esperar mucho más.

Zero caminaba a paso tranquilo con un dormido Kaname a cuestas.

– ¿Qué pasó? ¿Está herido? –poco le importaba que la vieran como mal educada o impertinente, a ella sólo le interesaba la salud del castaño.

– Está bien. –respondió escueto. No le daría detalles a la chica por muy oportuna que hubiera sido su llegada.

Neith miró al peli plata a los ojos, y luego al chico que descansaba en su espalda. Suspiró, y metió –sin vergüenza alguna – un papelito con su número en la chaqueta del oji amatista. Si no fuera por la atmosfera de seriedad y gravedad que los envolvía, aquella situación se hubiera malinterpretado.

– Por favor, dile que me llame cuando esté mejor. –Pidió haciendo una ligera inclinación con la cabeza, antes de marcharse.

Ese chico cuidaría del castaño con su vida si fuese necesario, lo había visto en sus ojos, aunque ni él mismo fuera consciente de ello. Y con eso ella se daba por satisfecha, al menos por ahora.

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Creen va avanzando muy rápido o va muy lento? Siempre tengo esta duda al terminar un cap. Quiero que las cosas sean poco a poco pero que tampoco vayan a paso de caracol u.u 

Bueno, muchísimas gracias por leer, me emociona mucho que tantas personitas lean mi historia :3  Un abrazo de osos especial a Kana Kyry-chan, Zeroxkaname, Zaphire, Serenity y Yamato por sus hermosos comentarios (^w^)/

Que tengan un lindo día! Un abrazo de oso y nos leemos mañana! :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).