La búsqueda había empezado justo después de haber pasado a comprar ropa con aquella generosa anciana.
Llevaba una mochila con solo lo necesario.
Habia estado pensando... en todas las probabilidades de encontrar a su antiguo paciente y es que por donde podría empezar.
Se concentro... pensó en tal vez regresar al ultimo lugar donde se vieron. Sería difícil por que a partir de ese día las cosas para el no me mejoraron.
Quiso de alguna manera olvidar lo sucedido por lo que empezó a simplemente caminar intentando recordar alguna canción para hacer el recorrido más llevadero.
E inevitablemente empezó a pensar de una forma tan desesperada mente depresiva que se sorprendió a si mismo cuando se dio cuenta de todas las locuras que había pensado. Pero es que últimamente se sentía solo, había estado con la anciana si, pero aun así sentía como que no había nadie en quien confiar.
No olvides que escapaste de un manicomio.
Ya no había efecto de la medicina en su mente por lo que esa vocecilla le comenzó a hablar. era tan molesta pero era la única que lo había acompañado en su soledad.
-Lose...-Susurro intentando no llamar la atención de las personas que caminaban a su lado. -Es por eso que debo evitar a todos, no me puedo arriesgar.
Volviendo su mirada a la banqueta, creyó haber pasado ya mucho tiempo caminando. Puesto que sus ideas habían ido tan lejos que empezó a asustarse y el sol estaba en su punto más alto rodeado me muchas nubes, pero no hacia calor, tampoco frio, simplemente era un día común con un hermoso clima que parecía no importarle a nadie.
Siguió caminando hasta que empezó a llegar a los limites del estado, donde empezó aquella zona boscosa empezando a quedarse solo en medio de aquellos grandes pinos, las nubes fueron en aumento creando pronto un cielo grisáceo que amenazaba con llover. Pronto la luz fue disminuyendo su intensidad y todo había estado bien hasta que solo quedo la luz de la luna.
Vegeta dirigió su mirada a las partes oscuras que rodeaban los pinos, y aunque estaba temblando sabía que no era de miedo, el nunca le tuvo miedo a cosas que no veía. Aunque empezó a tenerle miedo a las cosas que su mente podía crear sin aquella medicina.
Y es que parecía empezar a ver grandes ojos brillantes que lo observaban fijamente, sin perderse de ningún movimiento que Vegeta hacía.
Esto empezó a resultarle aterradora la manera en que lo veían. Se detuvo repentinamente. Tomo su cabeza entre sus manos tratando de convencerse con lo que salía de su boca.
-No son reales... No son reales-Decía mientras cerraba sus ojos deseando que solo fuera otra maldita pesadilla, pero desgraciadamente no era así pues aquellos ojos seguían ahí, enterrando su mirada en el.
Aparto las manos de su cabeza cuando empezó a ver a todos lados, aquellos ojos lo veían desde la oscuridad que rodeaba los arboles, su respiración empezó a acelerarse al igual que el ritmo de su corazón.
Corre
Tal y como aquella voz le dijo empezó a correr intentando huir de aquella tortura que su mente le había impuesto. Y es que el nunca había pedido perder parte de su cordura. Una parte suya le decía que todo aquello no existía pero la otra parte lo sentía tan real que quiso huir para evitar salir lastimado.
Seguía corriendo creyendo ese camino infinito, rezando por encontrar a alguien que lo pudiera ayudar como aquella vez con la mujer. Pero al parecer sus piernas le empezaron a fallar haciendo que se tropezara, cayo pesadamente sobre el pavimento con los altos pinos rodeándolo. Y todo oscureció después de eso.
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Vegeta despierta por favor!
Escucho una voz de fondo pero la oscuridad seguía ahí.
Despierta!
Abrió los ojos con mucho esfuerzo pero por alguna razón veía borroso, alcanzo a distinguir un rostro. Y sus ojos se abrieron enormemente.
Era Kakaroto, estaba ahí dedicandole una mirada preocupada y confusa.
-Kakaroto-Murmuro Vegeta.
Vio que este frunció el ceño y se veía más que confundido pero antes de que este respondiera Vegeta había vuelto a perder el conocimiento.