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—¿Gumball?
Escuchó a lo lejos.
—¿Guuumball?
Continuó escuchando, sin embargo, el sólo miraba hacia el pizaron completamente ausente, no fue hasta que sintió como lo agitaban sutilmente del hombro que salió de su extraño ensueño.
—¿Bonnie?— preguntó confundido. Una chica de cara dulce, piel blanca y con mejillas teñidas de rosa casi siempre lo miró con preocupación, era alta y de hermoso cabello castaño muy largo, ella era su mejor amiga mujer. La mayoría de las personas estaban acostumbradas a pensar que él y Bonnier03; eranr03; hermanos, y los entendía, podrían ser hermano muy fácilmenter03;, eran bastante parecidos, tenías casi la misma edad con la diferencia de que los ojos de Bonnier03; eranr03; de un color verde manzana muy hermosos, mientras que los de Gumball eran azul cielo. Pero igual, ambos se querían como los hermanos que nunca tuvieron...
— Bonnie ¿qué haces aquí?— sacudió ligeramente su cabeza, se habia quedado viéndola durante unos largos segundos.
—Lo mismo te pregunto, Gum. Aquí no hay nadie y las clase ya acabaron— habló la chica preocupada. Prince dio una rápida mirada a toda el aula, notando que sólo estabanr03; él y la chica.
—Oh, cierto...— murmuró comenzando a recoger sus cosas bajo la atenta mirada de la chica.
—Gum, ¿Qué tienes, eh?— la chica ladeó la cabeza ligeramente, Gumball apartó la mirada mientras arrugaba un poco la frente.
—Nada, es sólo... Tengo algunos problemas personales— se sonrojó muy ligeramente.
—Es una chica...— murmuró ganándose una mirada extrañada y sorprendida de parte de Gunball.
—Bonnie, ¿Qué-
— ¡Mi pequeño está enamorado!— gritó alzando los brazos, se sentó frente a él y lo miró ansiosa— Cuenta, cuenta— colocó ambas manos en sus mejillas y lo miró con emoción.
—No, Bonnie, no es eso...Bueno no eso exactamente... No, es decir, quiero decir...Mmm— comenzó a barbusear, cada vez se ponía más rojo.
—Vamos Gum, no puedes ocultarse nada, tú sabes que te conozco mejor que nadie. Cuenta qué sucede, si no es una chica dime qué otra cosa puede ser— le sonrió dulcemente— Tal vez si te enamoras de ella tus padres consideren anular el matrimonio— la chica sonrió esta con compasión, Gumball le sonrió sin muchas ganas, entre triste y feliz. Esa chica era increíble, sabía que siempre podía confiar en ella, a demás el asunto tampoco era como que le gustara alguien, sólo que esa persona opinaba completamente lo contrario de él, y no sabía por qué le interesaba tanto.
—Bien...— se rascó la nuca— Hay... Hay un chico...
—¿Eres Gay?— preguntó de la nada, poniendo mucho más nervioso a Gunball.
—¡No! Bonnie, escuchame— comenzó a contarle todo, desde cuando vio a Marshall en el escenario y sus miradas se encontraron, la admosfera que se formó en ese momento, el extraño desprecio en él al verlo tan a la ligera con cada cosa, los coqueteos del moreno tuvo hacia él, lo que el pelinegro pensaba de su persona, lo que había pasado con Ice have Unas horas y su discusión después de eso—... Y ahora no puedo sacarselo de la cabeza, él piensa que estoy vendiendo mi cuerpo para obtener más dinero para mis padres y me molesta demasiado.
—¿Cómo te sentiste cuando te dijo eso?— tomó una de las manos del pelirosa.
—Me sentí...Dolido, y no se por qué. Él no me importa, no es alguien que tenga algún espacio en mi vida, pero... Casi quise morir cuando me dijo eso...— bajó la vista otra vez, la chica se apresuró a abrazarlo y éste le correspondió.
—Gum, cálmate, todo saldrá bien. Pero ¿Seguro que no te gusta?— insistió.
—Bonnie, por favor, nos conocemos ayer, además es muy... Rebelde, es grosero, no sabe cómo tratar a las personas, su forma de vestir es inapropiada...— la mirada fija de ironía de la castaña lo hizo desviar la suya— Tiene linda sonrisa, sus ojos son muy hermosos y me parece una persona interesante...— gruñó sonrojado, odiaba ese efecto de sinceridad que esa mirada le provocaba.
—Lo vez.
—No, no lo veo. Bonniebell, él es un hombre, yo soy un hombre, lo de Ice es algo que nunca quise, además él vive en las calles, yo vino en mi inmensa casa con lujos y mayordomos y... Tontas clases de música, él es... impresionante, libre, yo soy un nerd que vive en su propia jaula— explicaba con desespero.
—¿Y eso que? Cambia eso, conviértete en lo que quieras, después de todo tus padres nunca escucharon que era lo que tú querías— Gumball abrió los ojos de repente, era verdad, siempre dependió de la decisión de sus padres, y pensó ¿por qué no sólo por ese día él podía sólo ser quien quisiera?
Se levantó y abrazó a la chica con todas su fuezas.
—Gracias Bonnie, enserio gracias— murmuró cerca de su oído antes de salir definitivamente del aula. La chica lo dejo irse, satisfecha de haber ayudado. Caminó decidido por los pasillos, pensado cómo y qué le diría a quién.
—Hey Price— Flint llegó a su lado rápidamente— ¿Qué pasó? Tardaste mucho ¿Estás bien?— comenzó a preguntar.
—Si, todo está bien, sólo hablaba con Bonniebell— le resto importancia— Escucha, necesito que por favor me ayudes con algo.
—Lo que sea amigo.
—Necesito que me cubras mientras yo salgo algunas horas por la cuidad.
—Lo que sea menos eso— arrugó la cara enojado— Gumball ¿estás loco?
—Por favor Flint~ — rogó uniendo sus manos frente a su cara— Saldré sólo un rato, estaré bien.
—¿Qué sucede, eh? Cuando le decíamos a tus padres que estarías en mi casa a estudiar y sólo veíamos películas es una cosa, esto es diferente, nunca hicimos esto— lo miró como si le estuviera dando un ataque sólo al escuchar sus palabras.
—Pues es precisamente eso, Flame. Nunca lo hice. Quiero hacer cosas nuevas y necesito que sea hoy, estoy seguro que si llego a casa Ice estará allá y no quiero verlo, si no es que ya está afuera esperando por mi. Por favoooor~— unió sus manos frente a su cara otra vez con la expresión más suplicante y necesitada que tenía.
—¿Y qué pasa con Marshall? ¿No estabas mal por él o algo así? Pensé que irías a tu casa y comitivas helado hasta reventar.
—No hablemos de él ¿si? Sólo quiero ser yo contra el mundo, divertirme, por lo menos sólo caminar por las calles y ya— dijo con ojos soñadores— Y además no estoy mal por nadie, sólo fue un ligero desliz, y aunque quisiera reventar de tanto helado, mi madre no lo permitiría— hizo un infantil puchero.
—Lo que digas, hombre— le palmeó la espalda.
— ¿Y bien?—
—...Está bien...— al decir Flint esto, Gumball sonrió realmente feliz.
—¡Te amo, Flint!— dijo entrecerrando los ojos por su gran sonrisa, cabe destacar que se veía realmente adorable por sus facciones tiernas y aniñadas
—Si, si, yo también te amo— no le dio mucha importancia al asunto, sólo siguió caminando con Gumball a su lado— ¿Qué harás entoces?
—Llamaré a mamá, le diré que ire a tu casa, quédate aquí a mi lado por si quiere hablar contigo— sacó su teléfono marcando con rapidez a su progenitora, casi al instante ella contesto— ¿Hola? ¿Mamá?
—Gumball, Hola cariño, ¿qué sucede hijo? ¿Paso algo?
—No, no pasa nada— se rascó la nuca algo incómodo, repasando en menos de un segundo lo que debía decir— Mira, te llamo para avisarte que iré ahora a casa de Flint ¿si? No llegaré a casa hasta la noche, haré un trabajo con él.
—Pero tenías clases de esgrima y francés— se escuchó un pequeño murmuró de fondo, posiblemente su padre— ¿No puedes hacerlo otro día? Habíamos preparado una cena con Ice, llegó hace algunas horas pero tuvo que irse— estás palabras logran poner nervioso a Gunball, otra vez ese hombre ¿Qué no se cansaba de su, a veces, indiferencia hacia él? Era peor que un masoquista.
—Lo sé, lo sé, pero lo colocaron hoy y es para mañana, mamá— miró a Flint por unos segundos quien escuchaba atento cada palabras de su amigo. Otro murmuró se escuchó en la otra línea.
—Gumball, escucha. Tu padre dice que está bien, tus clases serán mañana el doble del tiempo, el chófer te llevará a casa de Flint, pero llegas a la casa primero para cambiarte de ropa ¿Está bien?
Gumball sonrió gustoso de saber que su plan había funcionado, volteó a ver a Flint y asintió un par de veces con una sonrisa, el se la devolvió.
—Claro que si mamá. Nos vemos en casa.
Otro silencio y más murmullos, Gumball estaba comenzaron a desesperarse y a ponerse nervioso.
—¿Madre?
—Oh, no, no. Lo olvidé, cariño. No vendrás a casa en la noche. Ice me dijo que te llevaría a cenar hoy, y que te dijo que queria llevarte a su casa esta noche ¿lo recuerdas?
Gumball comenzó a sudar frío, su labio inferior tembló y sus manos sudaron un monton, su mano libre la limpió con su pantalón y bajó la cabeza entre frustrado y desesperado.
—S-Si... Lo recuerdo— murmuró sin ganas.
—Bueno. Pórtate bien ¿si? Sé que eres muy educado con todos pero él es diferente, debes ser lo más servicial que se pueda, él ya había prometido no hacer nada hasta la boda, llamanos si tienes algún problema, amor— la pobre ilusa de su madre parecía muy convencida de las palabras del hombre albino, Gumball estaba seguro que ir a su casa era peor que un campo minado, estar solos implicaba estar mucho más expuesto a lo que Ice quiera hacer, en su casa no había quien interrumpiera, y si al final terminaba logrando algo a la fuerza o a "voluntad forzada", lo que Ice le quitaría en ese momento no se lo devolvería nadie.
—Bien mamá... Adiós— quitó el teléfono de su oreja con rabia, se mordía el albino inferior con fuerza por la frustración, queriendo llorar a chorros, correr, patalear y golpear algo— Lo sabía... Sabía que ellos no dirían nada, sabía que lo dejarían...— murmuraba Prince casi al borde del llanto, la rabia y la frustración estaba creando grandes oleadas de sentimientos y emociones que su cuerpo reflejaba a base de lágrimas amargas.
—Gumball ¿Qué pasó? ¿Qué te dijeron?
—Lo sabía...
—Gum, en serio, estás asustandome ¿Qué pasó?— lo tomó de los hombros para que lo mirara.
—...Mis padres dejarán que Ice me lleve a su casa esta noche— susurró sin verlo aún.
—¿Ice? ¿Tu prometido?
—Si... El problema de todo esto es que... últimamente está insistiendo mucho en tema de "las relaciones íntimas"— el foco del de cabello naranja se prendió casi al instante, eso era malo, esa muy obvio— No quiero quedarme a solas con él, sé lo que intentará, y tomará la excusa de que "es mi prometido" si se le da la gana, no quiero, Flint...— suplicó viéndolo a los ojos, parecía un cachorro asustado.
—Gum, hay que hacer algo, decirles que te quedarás en mi casa o algo.
—Se trata de Ice, practicamente me obligarían a ir con él sólo por quedar bien...— se peinó el cabello hacia atrás con desesperación. Pensó un momento viendo al techo y moviendo su pie derecho incontables veces. Al fin podría salir de casa sin que sus padres supieran y la vida le daba ese extraño karma de "Si haces esto, algo peor te sucederá".
—¿Prince?
— Me quedaré en un hotel está noche— informó retomando su andar, esta vez más decidido.
— Espera, espera ¿Un hotel? Sólo quédate en mi casa, es mucho más seguro y estarás conmigo.
—Flame, somos vecinos prácticamente, será el primer lugar en el que me buscarán cuando noten que no atiendo sus llamadas— habló sacando su celular otra vez, chequeando la hora— 13:47... 54% de batería— murmuró para si, aún era temprano, bastante temprano.
—Gumball, vuelvo a pensar que es una mala idea...
—Lo lamentó Flint, pero mala idea o no, necesito hacerlo al menos una vez. En dos meses estaré casado con un hombre al que no amo y lo único que le tengo es respeto y algo de miedo, y no tendré ni tiempo ni tampoco libertar para salir a donde quiera como ahora— miró con decisión a su amigo, éste supo que no lo detendría, Gumball cuando tenía esa mirada en los ojos jamás lograría quitársela a menos que haga lo que estaba decidido.
—Iré contigo hasta tu casa, mi chófer está llevando a mamá con unas cosas y así tus padres lo creerán mejor— informó con resignación, aunque internamente estaba lleno de miedo, preocupación, angustiado, y algo de culpa por ser complice de algo que seguramente saldrá muy mal.
Terminaron de salir del instituto entre tantos parones y cortas caminatas en su ardua conversación, el chófer de Gumball esperaba pasientemente a su "joven amo" saludando cordialmente a ambos adolescentes.
—Buenas tardes, joven amo, buenas tardes joven Flame— saludó el hombre delante del votante.
—Buenas tardes Harv— dijeron ambos al mismo tiempo. Durante todo y el caminó ambos trataron de quedarse más tranquilos, pero ambos estarán casi temblando, en especial Gumball, estaba entre emocionado y nervioso. Al llegar a casa del de cabello rosa, los dos adultos estaban esperándolos, después de un saludo corto de parte de ambos hacia los mayores, Gumball y Flint subieron a la habitación del primero, el dueño de la casa se dio un baño rápido y se vistió con ropa casual, a su estilo algo forma e intelectual como era de su agrado.
—Ice te recogerá eso de las 7:30 en casa de Flint, espero lleves un cambio de ropa más adecuado para su cena.
—Si, padre, tengo todo— Gumball frente a sus padres siempre debía estar firme y verlo a la cara siempre.
—No se distraigan mucho, si terminas antes de esa hora estarás más tranquilo con lo de su trabajo— la mujer dio dos pasos hacia Gumball, quedando juntos en frente y arreglando mejor la ropa que llevara, además de su cabello, peinandose del lado izquierdo con tranquilidad, de igual forma, arreglando el collar que desde esa mañana había estado adornando su cuello.
—Claro, madre.
—Bien, vayan con cuidado. Gumball, llama si necesitas algo más, estaremos aquí— el hombre le colocó una mano en el hombro a su hijo.
—Como órdenes.
Por fin los muchachos salieron de la casa y el mismo auto los llevaría a casa de los Flame, a unos cuantos kilómetros de la de los Prince.
—¿Listo?— Preguntó del de cabello roja anaranjado.
—No lo sé, creo que si...— se sobó las manos entre sí por el nerviosismo, pero era más la emoción y felicidad que sentía que el miedo.
—Enviame algo si estás en problemas, estaré ahí en un segundo, no hables con nadie, sólo las personas necesarias, ten en cuenta de que no todas las personas son como tú o yo, no tiene el suficiente tacto para hablarles a todos con el respeto que se merecen— daba explicaciones rápidamente, sus manos temblaban.
—¿Qué eres? ¿Mi madre?— dijo con cierto tono burlesco, algo que realmente no sabia hacer del todo, por lo que salió más como un tono melancólico.
—Estoy nervioso— confesó.
—El que saldrá soy yo, amigo.
— Aún así lo estoy...
—Tranquilo, prometo que estaré bien.
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