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Fanatismo ostentoso- Yuri!! On ice por algodon Sibyl

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Notas del capitulo:

Les pido disculpas ya que el anterior episodio tuvo muchos errores, no lo revisé como debía xd

Acepto críticas, me ayudan a mejorar.

¡Gracias por el apoyo!

La oficina del director, aquél lugar frío y tenebroso que Otabek había visto infinidad de veces, vaya que aquél viejo era un obsesivo de la limpieza. Absolutamente todo estaba en orden, incluso los papeles sobre el escritorio.

— ¿Y bien? —El mencionado miró a Otabek quien estaba parado tras JJ, este se encontraba sentado justo de lado de Yuuri y detrás de él Víctor yacía cruzado de brazos.

—Señor esta vez no tuve nada qué ver. —Comentó Altin con su rostro inmutable de siempre.

—Es cierto señor, yo fui, acepto la responsabilidad. —La atención de los presentes fue centrada en Yuuri, tanto los profesores como los jóvenes lo miraron perplejos, Víctor abrió los ojos como platos. —JJ sólo dijo cosas estúpidas acerca de un artista que admiro y me enojé tanto que me abalancé sobre él y lo golpeé.

El otro se quedó mudó, ¿Por qué ese cerdo querría echarse la culpa? Estaba  consciente de todas las cosas que le había hecho a Katsuki sin razón aparente, sólo por el placer de divertirse a costillas de otros como típico bully de colegio. Aunque si lo pensaba bien, en esta ocasión no había hecho gran cosa; sólo había dicho lo patético que le parecía Nikiforov, incluso se llegó a burlar de él junto con otros amigos cuando Yuuri llegó y lo confrontó.

— ¿Dijiste algo sobre Víctor?

—Sí, ¿No es gracioso que alguien tan estúpido como él pueda ser tan famoso? Si ese es el caso hasta yo puedo subir videos a internet haciendo nada. —Se cruzó de brazos cuando miró a Yuuri, este parecía bastante serio, su ceño estaba fruncido y apretaba sus puños. —No sé tú pero a mí me gustaría darle unos buenos golpes en la cara, a ver si así se hace hombre.

—JJ, no deberías decir eso, no es bueno odiar a alguien por nada.

— ¿Por qué te importa tanto? ¿Acaso eres su fan? Vaya que eres patético. —Le respondió molesto y se acercó con un aire amenazante al de lentes, quien se alejó de él con algo de temor.

—P-pero… Es que no puedes hacerlo, él no te ha hecho nada.

—Escúchate Katsuki, suenas como una puta believer. —Le alzó la voz enojado y le soltó un puñetazo en el rostro justo cuando la profesora Lilia entró al salón.

—Eso es cierto director pero, sería un mentiroso si no le dijera que yo fui quien retó a Yuuri a pelear y también quien lo incitó a pegarme, en pocas palabras soy el responsable y si me quiere expulsar o suspender lo aceptó.

Ahora las mandíbulas de todos se encontraban abiertas (excepto claro, la de Otabek) por la confesión. Así como nadie esperaba que Yuuri supiera defenderse tan bien, tampoco esperaban que JJ tuviera los pantalones para confesar algo así. El profesor Yakov rio, vaya que nunca se conocía del todo a una persona.

—Estos chicos tienen agallas, no tuvieron que culparse como normalmente se hace. —Víctor se quedó insatisfecho, por alguna razón aquellas palabras de Yuuri le resultaban falsas, para él era casi imposible que aquella violenta pelea fuera por un simple insulto ajeno.

—Bien chicos, ya que los dos tuvieron las agallas para confesar sus pecados no los suspenderé pero… —Tomó un poco de aire. —Tendrán que limpiar el aula de música, ¿De acuerdo? —Ambos chicos lo miraron aliviados, Yuuri suspiró y sonrió, mientras que JJ hizo una mueca de resignación recordando que esa tarde tendría una cita con su amada novia. —Si quieren el señor Nikiforov y Altin pueden ayudarlos.

—Paso. —Comentó Otabek.

 —Yo ayudaré.

—Bien, pueden retirarse. —Los jóvenes se dirigieron a la entrada. —Pero antes. —Todos pararon. —Señor Otabek tengo que hablar con usted a solas. —Después de esa indicación, los profesores también se retiraron.

Yakov acompañó al tercio hacia el aula, abrió la puerta y los dejó entrar dándoles indicaciones acerca de algunos instrumentos que necesitaban cuidados especiales, dejando a Víctor y a Yuuri el salón principal mientras que JJ limpiaba el pequeño cuarto de utilidades. Cuando el mayor se alejó los chicos comenzaron limpiando el polvo de algunos instrumentos.

—Yuuri… ya podemos hablar de ello. —El aludido fijó su atención en Víctor. —Sé que lo que le dijiste al director no era la verdad. —Katsuki bajó la cabeza, sonrojado, ¿Cómo es que lo podía leer tan bien? —Además tengo muchas preguntas: ¿Dónde aprendiste a pelear? ¿Qué fue lo que hizo que explotaras contra Jean?

—Víctor… llevas aquí poco tiempo, apenas me conoces y ya sabes leerme muy bien. —Suspiró. —Pero no me conoces suficiente, no quiero decir que sea alguien complejo de entender es sólo que hay cosas que ni yo mismo entiendo. —Se quedó viendo las cuerdas del bajo que limpiaba. —No pude negarme cuando JJ me retó porque sentí que eso era parte de defender mis ideales. Y sobre la pelea, mi abuelo me enseñó algo de artes marciales antes de morir, dijo que siempre debía mantenerme firme para defenderme y defender la persona que amara aunque… no creí que llegaría ese día. —Sonrió recordando a su abuelo.

Víctor lo miró algo serio, si ese era el caso, estaba seguro de que la pelea había sido su culpa –indirectamente claro está- de manera que Yuuri pudo haber estallado por algo relacionado con él.

—Fue por mí, ¿Cierto? —Decidido, se atrevió a decir sin más rodeos. El otro abrió los ojos como platos y abrazó el bajo que aún estaba en sus manos, un sonrojo se apoderó de su rostro y su cuerpo tembló.

— ¿C-cómo lo...?

—Cuando nos conocimos estabas escribiendo una canción  y tapaste la dedicatoria. —Dejó lo que estaba haciendo y sacó de su chaqueta la hoja de papel que había encontrado antes en su camioneta. —Además te pusiste nervioso cuando te enseñé esta canción.

 Katsuki no sabía qué decir o hacer, el sonrojo de su rostro no hizo más que aumentar al igual que la temblorina de su cuerpo. De repente sintió unas traicioneras lágrimas apoderarse de sus ojos, los cuales cerró fuertemente.

—Yuuri, te hice una pregunta. —La voz de Nikiforov sonaba seria, firme, la verdad es que no soportaba a las personas que ocultaban sus sentimientos. Katsuki estaba a punto de contestar cuando el sonido de su celular lo salvó; a toda prisa buscó entre sus bolsillos ante la seria mirada de Víctor.

— ¿Hola? —Respondió secándose las lágrimas y dirigiéndose a la salida, a lo que Nikiforov le siguió con la mirada y siguió con lo suyo.

Yuuri, ¿Qué te pasa? Te escuchas mal.

—Pichit, tranquilo no pasa nada. —Comentó calmándose un poco al escuchar la voz de su amigo. —Después te platicaré ¿Sí?

—De acuerdo, sólo si prometes que lo harás.

—Lo prometo. —Sonrió para sí. —Pichit rio.

—Pues bien, te llamo porque escuché que Leo se quedó en tu casa antier.

—P-pues así fue.

— ¿Y por qué a mí no me invitaste?

—Ah… bueno… sólo fue un encuentro casual, en realidad no tengo idea qué hacía Leo aquí, tal vez se volvió a perder.

— ¿Encuentro casual? ¿¡Es que ya no te satisfago!? —Comentó falsamente ofendido, cosa que Yuuri encontró divertida. —Dime quién es esa otra. —Yuuri rio.

—Lo siento Pichit, pero… él si me da lo que merezco. —Decidió seguirle la corriente con una sonrisa divertida cuando giró su cuerpo y vio a Víctor parado en la puerta de brazos cruzados, su mueca de seriedad absoluta no había desaparecido. —Emm… oye, tengo que irme, estoy castigado así que hay cosas que debo hacer.

 — ¿Castigado? —El otro se encontraba sorprendido. — ¿Escuché bien?

—S-sí, luego te explico, nos vemos. —Colgó rápidamente cuando Víctor se acercó a él.

Parecía que Yuuri se relajó bastante luego de la conversación telefónica, pensó Víctor: antes de esta se veía muy afligido.

— ¿Vas a hablar? —Le preguntó aún sin cambiar el semblante, a lo que Yuuri bajó la mirada y juntó sus manos avergonzado.

—Víctor… he sido tu fan desde que subiste tu primer vídeo a internet. —Logró decir, sin duda la voz de su amigo lo relajó bastante, se alegró por ello. —Y sí, todas las canciones que escribo son sólo cuando pienso en ti. —Explicó sin mirarlo a la cara. —No espero que me correspondas ni mucho menos, sólo… no quiero dejar de ser tu amigo. —Tomó aire sintiendo como el llanto estaba a punto de llegar. —Peleé porque JJ dijo cosas feas sobre ti, sé que es tonto pero no podía dejar que alguien dijera eso de la persona que amo. —Las lágrimas volvieron a salir de sus ojos sin poder evitarlo, esta vez sólo las limpió con las mangas de su chaqueta.

Víctor lo miró por un momento y no supo qué decir, antes había tenido un dilema moral pero ahora todo estaba claro; no debía darle esperanzas a Yuuri, no estaba enamorado de él pero aún lo apreciaba. Sabía que Yuuri era auténtico, algo le decía que su atracción por él no era simple conveniencia, era auténtica.

—Yuuri. —Se acercó y lo tomó de los hombros. —No te molestes si alguien me dice algo despectivo, no a todas las personas les agrado y es normal que algunos digan cosas así. —Yuuri lo miró con un brillo en los ojos. —Y sobre lo otro. —Dejó los hombros de Yuuri y miró a otro lado. —Realmente me alagas pero por ahora sólo podemos ser amigos ¿Sí? —Katsuki parecía más calmado, el brillo en sus ojos se intensificó y sonrió más aliviado. —Otra cosa, no dejes de escribir canciones, realmente tienes mucho talento, pero tal vez puedas inspirarte en otras personas, no sólo en mí.

—Entonces, ¿Te incomoda que te escriba canciones? P-porque si es así dejaré de hacerlo.

—No, no me malentiendas, es sólo que me gustaría leer más canciones tuyas enfocadas a otras cosas.

—Oh, entiendo. —Se quedó pensativo. —Tal vez lo haga. —Sonrió, cosa que hizo que Víctor se sintiera extraño. —Y cambiando de tema, no tienes por qué ayudarme, seguro que tienes cosas qué hacer.

—Jaja, tranquilo Katsuki, no me molesta, hoy no subo video y mi primo tiene clase de patinaje, así que no había mucho qué hacer en mi casa.

—Pues… puedes solamente relajarte en tu cuarto viendo porno…

Ambos se miraron  y rieron animadamente, felices porque aquella situación no interfirió con su amistad.

:D

Yurio miró su celular, parecía que Otabek no le había enviado mensajes. Un día antes habían intercambiado números y vaya que le agradaba ese chico, no había conocido a alguien tan genial como él en toda su vida, quería que fuera su amigo –ya que era pésimo socializando y no tenía muchos- así que decidió abrirse a él, sin embargo, parecía que Otabek estaría ocupado ese día.

—Yurio, ¿Acaso conseguiste novia y por ello no paras de ver tu celular? —Una hermosa chica pelirroja se le acercó, era Mila, una de sus únicas allegadas.

—No, es sólo que Víctor no me ha enviado un mensaje a pesar de que faltan veinte minutos para salir. —Mintió, aunque Mila tenía conocimiento sobre sus preferencias, no quería que supiera acerca de su repentino interés por un chico universitario, seguramente lo molestaría por un buen tiempo.

—Creí que Víctor no venía a recogerte los fines de semana. —La chica se cruzó de brazos y arqueó una ceja.

—S-sí pero vendrá mi abuelo y dijo que vendría por mí. —Se sonrojó. —Además no es asunto tuyo.

—Si tú lo dices… —Mila se encogió de hombros. —Pero no es razón para que te sonrojes. —Se burló la chica tocando sus mejillas con un dedo, a lo que el chico se sobresaltó.

— ¡N-no hagas eso! —Se puso aún más rojo. —Es que… estoy emocionado. —Hizo un puchero a lo que Mila sólo pudo reír y abrazarlo.

—Otabek… realmente quiero ser tu amigo… —Pensó viendo su celular.

:O

Después de unas horas de limpiar y platicar de cualquier bobada, Víctor tuvo que irse luego de un mensaje de Yurio para que fuera a recogerlo –pareciera que las circunstancias lo orillaron a hablarle para que Mila no sospechara- por lo que Yuuri se dirigió rumbo a la salida de la escuela. JJ había terminado antes para encontrarse con su querida novia, así que el campus había quedado reducido en docentes. Caminó un par de metros cuando, en el mismo parque donde su pelea había sucedido, pudo reconocer a Otabek parado viendo la puesta de sol, perdido en sus pensamientos.

Yuuri dudó un poco pero decidió acercarse, tenía algunas cosas qué decirle.

—Otabek. —El aludido se giró para mirar a Katsuki, quien sólo lo veía serio. — ¿Qué te dijo exactamente el director?

—… ¿Por qué te interesa? —Lo miró con su cara de póker de siempre. —No somos amigos.

—Porque escuché que te dieron un escarmiento gracias a lo que me hiciste el otro día. —Otabek se sorprendió ante esto. —También escuché que podrían expulsarte, y no me preguntes cómo lo sé,  son simples rumores, ¿Verdad?

— ¿A qué viene tu interés? —Volvió a preguntar sorprendido, estaba seguro de que eso no se lo había dicho a nadie, ¿Por qué de repente el cerdo lo sabía?

—A que… a pesar de todo lo que me has hecho, quiero decirte que no te guardo rencor. Sé que has pasado por mucho y…

— ¡No es así! —En todo el tiempo que llevaba conociendo a Otabek, nunca lo había visto tan perturbado. — ¿Cómo te atreves a hablarme como si mi vida fuera lamentable? —Se dirigió a él y lo tomó por el cuello de la camisa.

— ¿Y no es así? —Se apresuró a decir Yuuri, mientras lo miraba a los ojos con seriedad, Otabek parecía perturbado, al parecer le había dado en su talón de Aquiles. —Sólo tienes a tu madre, tu padre falleció cuando eras pequeño y apenas tienes para comer, estás en la universidad gracias a una beca-

— ¡¡¡Cállate!!! —Otabek lo arrojó al piso jadeando. Se hizo su cabello para atrás y colocó las dos manos en su rostro. —Tú… ¿Cómo sabes eso?

—… Eso no importa… —Contestó el otro mientras se incorporaba sobando su cabeza.

—Como sea, tú no sabes nada, no sabes lo que es preguntarte cómo vas a sobrevivir un día más, cómo es ver a tu madre llorar porque alguien que amaba se fue… —Tomó aire. —Cómo es criarse en un barrio inseguro sin saber cómo se siente comer tres veces al día... Sentirse apartado por el mundo…

Yuuri relajó su mirada, había escuchado muchas veces que los chicos violentos se vuelven así gracias a una vida dura, y vaya que tenía razón, Otabek estaba lastimado emocionalmente.

—…Otabek escucha; tal vez no me crie en la calle, pero sé un par de cosas sobre el dolor y la soledad… —El otro sólo lo miró. —Desde que era niño me molestaban por mi físico,  casi no tengo amigos. —Se levantó y se volvió a acercar a él. —Todos me trataban como una bacteria, incluyendo mis familiares. —Rio. —Pero vamos, no todo es malo, hay más razones paras sonreír que para llorar.

—Los adultos… siempre me han dicho que tenemos que seguir un camino, yo sólo quiero ir a dónde quiera. —Se sentó en una de las bancas.

—Entonces sigue tu propio camino y ve a dónde quieras. —Se sentó a su lado. —Al fin y al cabo, ¿Qué pasará con todos aquellos que te dicen qué hacer? ¿Estarán vivos mañana? —El otro lo miró. —Lo siento, a veces digo cosas extrañas.

Otabek relajó la mirada y sonrió riendo, cosa que Yuuri imitó, tal vez desde ese día ambos su relación mejoraría… incluso más de lo que creen…


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