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Tu silencio por valeeop

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A primera hora de la mañana salieron de la casa de playa adecuadamente vestidos para su viaje y con una canasta llena de comida, afuera el mar estaba demasiado calmo, habían algas y conchas regadas por la playa, también algunas hojas de palmera inertes las cuales se habían desprendido la noche anterior durante aquella tormenta que quizá fue huracán, el aire estaba sumamente húmedo y el olor a arena mojada y el viento salado predominaba en el aire, también estaba el olor a selva que provenía de la jungla tropical cercana a la casa, el cielo aún estaba algo nublado pero estas nubes eran de un puro blanco, ya no estaban cargadas de agua y el firmamento se veía hermoso debido a los distintos tonos que el cielo tomaba debido al amanecer, como un maravilloso oleo de varios tonos anaranjados pintado por algún artista talentoso.


—Naruto. Abrígate, hace frio y te puedes enfermar — el niño obedeció y sacó del pequeño bolso de escalador que llevaba consigo un abrigo de montaña afelpado color blanco, se lo puso y sus mejillas se colorearon, era un abrigo muy suave.


—Listo— dijo el niño — ¿no te vas a abrigar también? — preguntó mirando al alfa quién solo llevaba unos pantalones, aquellas pesadas botas y un suéter cuello tortuga de manga larga color azul oscuro.


— Tengo un calentador — le respondió Sasuke y levantó ligeramente su suéter mostrando su barriga, era verdad, tenía uno de esos calentadores de estómago hechos de lana y era de color negro, se veía incluso más cálido que su abrigo afelpado y el deseo de abrazar a Sasuke invadió al pequeño Naruto.


— ¿Vamos a caminar hasta allá? — preguntó Naruto sorprendido viendo lo lejos que quedaba la falda del volcán extinto, Sasuke le miró sonriendo por su inocencia.


— Yendo a pie tardaríamos al menos una semana, y debemos regresar el fin de semana para la coronación — explicó el azabache— iremos en el jeep — y el pequeño rubio entonces cayó en la cuenta de la existencia de dicho vehículo estacionado unos metros más adelante, estaba pintado de rojo, sus enormes ruedas parecían inquebrantables capaces de escalar hasta la más vertical y escarpada montaña, en su tierno rostro se dibujó una mueca de emoción, él quería subir al vehículo y Sasuke notó esas ansias.



—¡es genial! — exclamó una vez estuvo lo suficientemente cerca para tocar la carrocería con sus delicadas y pequeñas manos.


—la primera parte del camino es recta y no hay muchos baches a pesar de no estar pavimentado —dijo Sasuke— te dejaré conducirlo un poco, no hay nada que puedas atropellar — mencionó con cierto deje de gracia recordando que su padre había enseñado a conducir a Itachi en ese mismo tramo del camino, pues su hermano mayor antes de saber cómo conducir era un peligro para todo lo que se moviera y lo que no, con el cerca los buzones del barrio Uchiha se podían enfrentar a una verdadera extinción.



—en serio... — el rubio lo dijo en un susurro, con los ojos bien abiertos, no podía creer lo que acababa de escuchar y cuando fue capaz de asimilar la trascendencia de esas palabras se lanzó a los brazos de Sasuke con una radiante sonrisa en el rostro — ¡te quiero Sasuke!





Tal y como lo había dicho Sasuke el inicio del trayecto fue completamente recto y plano, la calle algo húmeda no era para nada resbalosa para las llantas del jeep que ya de por si era todo terreno, durante esta parte del trayecto el alfa sentó a su omega en su regazo y le permitió tomar con sus manitos el volante mientras el controlaba la velocidad, yendo más despacio, al acercarse a la falda del volcán extinto Sasuke tomó el mando de nuevo y el largo resto del camino lo pasaron en un silencio tranquilo y apacible.

El paisaje de playa había cambiado por un paisaje boscoso y este a su vez se había transformado en un páramo de bonitas planicies y hierba verde, suelo rocoso y plantas puntiagudas, el cielo era blanco, quizá porque estaba completamente cubierto de nubes, Naruto no lo sabía, pero a pesar de la sobriedad de los colores del lugar y de lo desolado que se veía era extrañamente relajante, como estar en otro mundo, el viento era ligero y le movía los cabellos, estaba frio, por ello Sasuke le había dicho que empacara ropa abrigadora, habían subido en poco tiempo varios pisos térmicos y ya no estaban en la húmeda calidez de la costa, ahora estaban en un frio casi invernal.

— Ahí está la antigua ciudad — le dijo Sasuke cuando ya estaban cercanos al medio día, luego de varias horas de trayecto, Naruto apartó la vista de los lados para mirar al frente, después de un bello lago se podía ver una gigantesca muralla de piedra blanca. Naruto solo pudo ver todo aquello con asombro — ¿este lugar no te resulta familiar? — le preguntó el azabache apartando unos instantes la vista del camino para mirar por el rabillo del ojo a su infantil pareja.

— Yo jamás he venido aquí Sasuke — respondió Naruto extrañado ¿por qué Sasuke le preguntaba tal cosa? Sasuke suspiró y volvió sus ojos carbón al camino, no sabía porque se decepcionaba, sabía que Naruto no tenía memoria, por lo que esperar una respuesta que aclarara tantas dudas era mucho pedir.

Llegaron al lago, su belleza era extraordinaria, Naruto sacó la cabeza del auto para verlo con más claridad, él quería ir a ese lago, estaba rodeado de plantas floridas tan distintas la una de la otra que le daban una paleta de colores infinita, el lago en si era lo más sorprendente, ubicado debajo de una hilera de colinas con picos nevados, las aguas de este reflejaban el cielo como si fuese un espejo, más bien, parecía como si una parte del cielo azul repleto de nubes blancas se hubiese cansado de estar ahí arriba y hubiese bajado a la tierra a descansar, esa impresión le daba a Naruto.

— Mi madre adoraba ese lago — empezó a decir Sasuke cuando notó el detenimiento con el que el rubio miraba el lago — era su lugar favorito de la isla.

— ¿tiene un nombre? — Naruto apartó los ojos del lago y volteó a mirar a Sasuke quién trataba de recordar los nombres del lago, su padre se los había dicho, Hacia mucho tiempo, pero no sabía porque se le hacía difícil recordar, aquel lago tenía dos nombres según su padre.

—Tiene dos — empezó a decir Sasuke terminando de recordar el segundo nombre, el que le había parecido más curioso —el primero es lago cristales, debo decir que le queda perfecto, ese nombre se lo puso mi tatarabuelo, es un nombre reciente.

— y el otro nombre es…

— El otro es el nombre por el que se le han referido siempre — Sasuke miró los ojos azules de Naruto — lago ojos de zorro…



Entraron a la ciudad amurallada dejando el jeep afuera, iban tomados de la mano y Sasuke llevaba consigo la canasta con el almuerzo, el sitio era tal y como lo recordaba, enormes casas talladas en mármol estaban desde la gigantesca entrada del muro llevando por la calle central hasta el castillo, el lugar se encontraba en buen estado pero vacío, no había muebles ni objetos de otras épocas, estaba perfectamente limpio, no existía maleza alguna y las plantas de las ventanas crecían como si alguien les regara y les cuidara, se decía que el tiempo en la ciudad, al cruzar los muros, se había detenido ante la ausencia del clan que la habitaba, y esperaba con paciencia su regreso. Caminando por la apedreada calle central que llevaba al castillo hicieron un corto recorrido, los arboles de extrañas flores rojas y tipo desconocido contrastaban con las blancas paredes y las pulcras calles, mantenía un aire de otro tiempo, casi mágico, de la gran fuente cercana al castillo ubicada en el centro de una enorme plaza seguía brotando agua cristalina y pura proveniente de un manantial subterráneo.

— ¡Sasuke es un castillo mira! — exclamó Naruto brincando emocionado mientras señalaba adelante la gran estructura.

— así es. Es un castillo ¿te gusta? — dijo Sasuke con una ligera sonrisa viendo la alegría de su rubio, con tan radiante sonrisa él también se sintió contento.

— ¡si me gusta!

— entonces ¿quieres que almorcemos ahí? — le preguntó y el niño asintió efusivamente, Sasuke sonrió, era obvio que diría que si, por eso desde antes tenía decidido que almorzarían en los jardines, mas concretamente en su lugar favorito.

Al cruzar las puertas del castillo Naruto quedó maravillado por los extensos y coloridos jardines, aquella no parecía, en lo absoluto, una ciudad abandonada, un camino de piedras llevaba de la puerta de la muralla exterior defensora del palacio a la puerta principal, pero ellos no se dirigieron ahí, rodearon siguiendo la muralla exterior para después atravesar un matorral, al cruzarlo la boca de Naruto se abrió y Sasuke dibujó una sonrisa de nostalgia, el niño se separó de Sasuke y corrió hacia el estanque.

— ¡mira Sasuke hay peces! —señaló con los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas, Sasuke se acercó a él, se encontraban en un apartado jardín oculto cuyas paredes blancas tenían a diferencia de los alrededores plantas trepadoras de flores rosas las cuales parecían desprender un brillo mágico, la hierba era incluso más verde en ese jardín que al otro lado del matorral que lo ocultaba.

—Son peces koi —dijo Sasuke mirando los pececillos que revoloteaban en las aguas del estanque central, se preguntó ¿Cuánto tiempo?¿cuantas generaciones habían estado ahí aquellos pececillos y sus ancestros? Un rugido le distrajo, fue muy estridente, se trataba del estómago de su omega quién avergonzado por el gruñido se encogió sonrojado — ven Naruto, vamos a comer.


Extendieron la manta de picnic en medio del pasto, esta era la típica manta acolchada a cuadros rojos y blancos, Sasuke la había comprado aquel día que se encontraron con las geishas sorageko, se sentaron uno al lado del otro, muy juntos como estaban acostumbrados y Naruto empezó a poner los platos mientras Sasuke sacaba los sándwiches variados, la ensalada, la carne, las papas y el té verde el cual seguía humeando gracias al termo que conservó el calor, con el frio que hacia él té sería un gran acompañante, todo ese festín Sasuke lo había preparado a primera hora de la madrugada.

— que gran estatua… — susurró Naruto mirando la estatua que se alzaba en el centro del enorme estanque mientras daba otro mordisco al sándwich de atún.

—es una escultura de piedra caliza — empezó a explicar Sasuke — …bastante vieja, tiene al menos siete mil años, o eso dijeron — era una curiosa escultura tallada en piedra caliza de cuatro metros de alto, completamente blanca, en ella estaba un gigantesco y majestuoso animal parecido a un lobo, sus ojos eran dos gigantescos rubís brillantes y estaba acostado en el suelo, al lado de su gran rostro cercano a su hocico estaba otra figura más pequeña, un zorro que no llegaba a los treinta centímetros, tenía un poco más que el tamaño de un chihuahua, estaba echado al lado de las enormes fauces, sus ojos eran dos zafiros de un tono azul claro los cuales resplandecían a la par con el azul del cielo.

— Es muy bonita — susurró Naruto viéndola y debido a esto Sasuke por primera vez en mucho tiempo admiró la estatua.

—mier…— farfulló Sasuke al momento en que una migraña poderosa le invadió, se tomó la cabeza con ambas manos cerrando los ojos con fuerza, jamás había sentido un dolor similar.

— ¡Sasuke! —el chillido preocupado de Naruto y el sonido de un plato cayendo a la manta acolchada hizo que su cabeza palpitara, sintió las manos de Naruto en sus hombros, y le miró disimulando su dolor para calmarle, Naruto estaba de rodillas frente a él, entre sus piernas.

—tranquilo, estoy bien, solo me duele la cabeza —empezó a decir mirando los ojos empapados en lágrimas del niño — pasará en un momento…solo silencio —pidió con la voz contenida, el dolor era enormemente recalcitrante pero pese a ello no volvió a cerrar sus ojos, en cambio su mirada se transportó sola, en contra de su voluntad, a la estatua que estaba a un par de metros en el centro del estanque.

Ahora su mente fue transportada, a otro día, a otro tiempo, al mismo lugar pero un poco diferente, estaba sentado en el pasto, la perspectiva desde la que veía las cosas era diferente, estaba más alto, miró sus manos las cuales eran gigantescas patas, se miró en el reflejo del estanque y notó que era el gigantesco lobo de la escultura, a partir de ahí su nuevo cuerpo se movió solo alejándose del lago hasta el pasto, pudo notar que la curiosa escultura no estaba ahí, solo una monumental piedra caliza sin forma se encontraba en medio del estanque, su cuerpo se acostó en el pasto sobre las diminutas florecillas amarillas que se mecían con la fresca brisa de una primavera milenaria, escuchó con sus sensibles oídos el sonido de un matorral siendo agitado y volteó solo para ver a un pequeño zorro dorado del tamaño de un chihuahua persiguiendo a un asustado sapo que saltaba desesperado por llegar al estanque, les siguió con su vista escarlata viendo los torpes movimientos de un cazador inexperto que mostraba el zorrito, en un momento determinado el sapo consiguió llegar a la charca y sumergirse de un salto, el zorro de brillante pelaje dorado intentó ir tras de el pero Sasuke con su enorme pata le atrapó y le atrajo, le gruñó en forma de regaño y el zorro en forma de disculpa empezó a frotarse contra su hocico, terminaron ambos echados en el pasto, ahora Sasuke escuchó golpes agudos y vio como a un lado de la roca caliza un joven de tez blanca y cabello largo, negro y azulado empezaba a tallar en esta una escultura, le identificó, era Madara Uchiha, su supuesto hermano de hacía diez mil años…

— S-Sasuke —un lamento lo despertó de sus recuerdos, Sasuke miró a Naruto quién le abrazaba asustado, le acarició la espalda con cariño.

—Calma te dije que estaba bien —le tranquilizó y ambos se miraron, mientras Naruto se sorbía los mocos Sasuke le sonreía con ternura.

— ¿seguro? Y-ya se te pasó el dolor… — preguntó el niño, Sasuke asintió revolviéndole los cabellos rubios, aquellos mechones le recordaban enormemente a los mechones del zorro que perseguía al sapo.

—seguro, estoy perfecto, ahora a comer —le dijo Sasuke y Naruto asintió, mientras terminaba sus alimentos Sasuke observó con detenimiento la escultura blanca de piedra caliza, aquella que según había recordado recién, había sido tallada por el mismísimo Madara Uchiha y en ella estaban Naruto y el de aquella época, abrió los ojos sorprendidos, el rey caído se suponía que era humano, entonces ¿Cómo era posible que tuviera forma de lobo?, Naruto por otra parte era un zorro, lo más curioso de todo era, si Madara fue su hermano menor ¿porque él no tenía características animales? Cada vez las cosas se ponían más complicadas, cuando aclaraba una duda surgían otras veinte más, y cuando todo parecía claro se oscurecía al instante, aquella vez cuando estaba saciando sus instintos bajos en el baño vio su primera visión, ahí él y Naruto eran humanos entonces porque…

— ¡lo olvidé! —sus pensamientos fueron interrumpidos por aquella exclamación de Naruto.

— ¿Qué olvidaste? —preguntó con una sonrisa, ya habían terminado de comer y eran pasadas las una, pronto deberían emprender el camino de regreso si querían llegar antes de que cayera la noche, el trayecto era largo y el camino de montaña peligroso cuando el sol se ponía por las bestias del bosque.

—no he hecho ninguna tarea — dijo el niño, susurrando con un aura deprimente rodeándole.

—bueno, no es como si hubieras tenido tiempo desde que llegamos, ayer pasaste todo el día jugando y te dormiste temprano —le dijo Sasuke con una sonrisa — eres muy listo, no tardaras en hacerlas, si quieres mañana te ayudo.

— ¡si quiero! Gracias Sasuke.

—pero por ahora ayúdame a recoger, nos vamos.

— ¿ya nos vamos? —Murmuró Naruto notablemente decepcionado —yo quería quedarme otro poco para ir a jugar en el lago.

—Hace mucho frio — señaló Sasuke — no quiero que te enfermes, la próxima vez que vengamos será en la época cálida y podrás jugar en él.

— ¿volveremos otra vez? —preguntó Naruto ilusionado y Sasuke asintió recordando la conversación que había tenido con Itachi, ambos hermanos deseaban volver a crear la tradición familiar de viajar a la isla durante las vacaciones, dicha tradición la habían perdido desde que murieron sus padres, primero porque estaban muy ajetreados, Itachi tomó el cargo de general estratégico y Sasuke desde pequeño cumplió misiones para el ejército antes de convertirse en general táctico del ejercito del país del fuego, el segundo motivo era que le traían muchos recuerdos, seria doloroso ver a sus padres en cada esquina, con el tiempo, cuando las heridas se hubieron cicatrizado no volvieron, pues en parte habían olvidado esa tradición familiar.

—Por supuesto que volveremos pronto — le dijo Sasuke y Naruto pegó un brinco de alegría —vendremos con Itachi.

— ¿y con Deidara?

—con Deidara también…

— ¿y con el primo Obito?

—si él quiere venir…

— ¿y con Sasori?

—Naruto eso es multitud… —con tanta gente habría descontrol y cero relajación, suspiró, no podía hacer nada, esa era su familia, miró la escultura de piedra caliza tallada por su anterior hermano Madara Uchiha y decidió tomarle una foto para mandársela a Itachi, lo que había visto en aquel recuerdo podría ser importante.

Recorrieron todo el camino de regreso y tal como Sasuke esperaba regresaron a la casa de playa al atardecer, el cielo estaba completamente despejado y la bandada de aves marina,s las cuales posiblemente eran las que habían visto el día anterior mientras iban en lancha, pescaban cerca del desfiladero de uno de los riscos que rodeaban la playa secreta de la casa, se dieron una ducha, cenaron ligero y se acostaron temprano dispuestos a terminar los deberes escolares en la mañana para disfrutar de una agradable tarde…

A la mañana siguiente Naruto amaneció con fiebre…


Notas finales:

Buenas gente Estoy nerviosa, este domingo 27 de agosto de 2017 presentaré las pruebas de estado, del resultados depende si entraré a la universidad que deseo o no. Deseenme suerte, la necesitaré


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