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Tu silencio por valeeop

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Notas del capitulo:

Gente en los próximos minutos publicare él siguiente capitulo :3

Para Quiénes quieran saber como son los Cerberos me los imagino como mitad perros y mitad lobos, se varios metros de alto y con los ojos rojos

Por cierto ¿y si les digo que esta es la historia de licántropos que prometí al final de aunque tenga que encerrarte como se quedan? Uouououo

 

 

— Naruto… —no sabía cómo calmarle, todo le había tomado por sorpresa y lo único que atinó a hacer fue agacharse para envolver en sus brazos a su omega el cual estaba sumido en un llanto potente y doloroso, con cada gemido de tristeza y con cada lágrima por parte de Naruto Sasuke sentía como poco a poco y cada vez más se le iba enterrando en el alma una poderosa espada, era horrible ver a Naruto llorar de esa manera, era insoportable escuchar sus gritos de desesperación y lo que más le hacía querer desaparecer era el hecho de no saber cómo calmarle, como consolarle ni cómo hacerle sentir mejor.

 

Sentía que no estaba cumpliendo su papel como alfa, que no estaba protegiendo a quién más le importaba como se debía, qué estaba fallando estrepitosamente en su misión de hacer de Naruto el omega más feliz sobre la faz de la tierra.  

— lo siento…l-lo siento…lo siento — se disculpaba el niño rubio aferrado a él con fuerza, su pequeño y tierno cuerpo temblaba de forma incociente, los recuerdos le azotaban uno tras otro.

 

— ¿Por qué lo sientes? No hay nada por que disculparse Naruto — Sasuke le acarició la cabeza enredando sus dedos en las doradas y lacias hebras, diciendo esas palabras con ternura, el también sentía unas enormes ganas de llorar, todo, producto del lazo que unía sus emociones con las de su otra mitad, debido a ello podía entender él enorme dolor de Naruto hasta cierto grado, pues sin sus recuerdos no podía saber de donde provenía tanta tristeza.

 

—Sasuke... — Naruto mencionó su nombre separándose un poco de Sasuke pero sin dar fin al cálido y consolador abrazo que Sasuke le dedicaba pues este hacia efecto, su alfa conseguía calmar su alma con solo envolverle en sus brazos, tenía el rostro empapado en lágrimas y el rosado labio inferior le temblaba, el azabache quiso consolarle más, quizá dándole aquellos besos que él pequeño solía pedirle, quizá llevándole a la cama para impregnarlos, pero Naruto frustró sus acciones diciéndole — ven p-por favor — antes de tomarle de la mano y guiarlo a aquel árbol muerto partido por la mitad.

 

— ¿Qué sucede? — preguntó Sasuke siguiendo a Naruto, dejándose guiar por el niño, en la lejanía, él desfile ya se había separado lo suficiente del palacio como para que la algarabía y él sonido de la banda de guerra se convirtieran en un murmullo lejano. 

 

— a-aquí es donde…están tus recuerdos —dijo Naruto señalándole el árbol, querían acercarse hasta que estuvieran lo suficientemente cerca como para al extender la mano pudiesen tocar él tronco — mamá es quién los guarda — el alfa deseó preguntarle al niño porque le decía mamá a aquel árbol hueco y destrozado, pero no pudo, no se atrevió, Naruto ya estaba muy triste y no deseaba entristecerle más con memorias dolorosas, el porqué de todo ya lo descubriría, pues ahí frente a él estaban sus memorias perdidas, levantó la mirada y a medida caminaba siguiendo a Naruto sentía lo esponjoso del pasto por el que caminaba a través de las botas, este estaba algo crecido, señal de que ni los jardineros del castillo se acercaban a aquel misterioso árbol de tronco dividido y carbonizado , las ramas desnudas que se elevaban a lo alto se veían muy frágiles, no entendía como era posible que no pudiesen cortarlo, según Tsunade, cuando se veía tan quebradizo.

 

— ¿Qué debo hacer para recuperar mis memorias? — preguntó Sasuke una vez se hubieron detenido en frente del árbol, Naruto volteó a verle, ahora ya no lloraba, pero sus ojos estaban muy aguados, como si estuviera aguantando las ganas de dejar salir los sollozos, como si deseara hacerse él fuerte para no preocupar más a su alfa — ¿cielo?

 

— Sasuke, pon tu frente en mamá — le dijo el niño señalando el árbol sin hojas, Sasuke le acarició una de las tiernas mejillas recorriendo con la yema del dedo pulgar las marquillas zorrunas y limpiando las lágrimas secas en su recorrido, Naruto cerró los ojos disfrutando del contacto, aquello era lo que necesitaba, aquellos mimos calentaron su corazón dolido y alejaron de él parte de sus penurias. 

 

— Lo haré — dijo Sasuke y eso hizo, de dos pasos acortó cualquier distancia con el árbol dividido y en un santiamén pegó su frente a la madera chamuscada, en cuanto su piel hizo contacto con la superficie rasposa y agrietada un inimaginablemente fuerte dolor de cabeza le atacó de repente. Se mareó enseguida y agarrándose la cabeza con ambas manos y con fuerza cayó al suelo de sentón.

 

— ¡Sasuke! — el grito lleno de miedo y preocupación de Naruto martilleó en su cabeza, el mundo daba vueltas, el solo silencio le lastimaba los tímpanos, dolía, joder que dolía, sin darse cuenta gritó, no podía pensar , ni razonar y mucho menos articular palabra alguna pues su cabeza se sentía su enemiga, podía sentir a Naruto tomándole del hombro y llamándolo preocupado y asustado pero su fuerza de voluntad no fue suficiente para hacerle frente al recalcitrante dolor, poco a poco los llamados de Naruto se oían más lejanos y sin saberlo se sumió en la inconciencia, el sol ya estaba cayendo para entonces.   

 

 

— ¿Cuánto falta para llegar hermano? — preguntó Madara Uchiha a su admirable hermano mayor, Sasuke Uchiha, el rey del reino de los cerberos, Sasuke le miró de reojo con fastidio.

 

— yo he recorrido este camino tantas veces como tu Madara — le respondió Sasuke sin aminorar el trote que mantenía su hermoso caballo semental de pelaje negro cuya melena se mecía gracias a la brisa y a los saltos que daba al galopar.

 

—pero si yo nunca he recorrido estas tierras hermano — dijo Madara extrañado y el escuadrón real que les seguía cada uno en sus propios caballos rieron.

 

—precisamente por eso Madara, así que deja de preguntar — ordenó Sasuke fastidiado, su larga capa color morada ondeaba imponente por el viento — llegaremos cuando haya que llegar —Madara bufó desviando su mirada del camino no marcado e invisible hacia el horizonte, se hacía de noche, pronto caería el sol y más adelante por lo que se apreciaba se adentrarían en el bosque, era peligroso estar en el bosque a oscuras…podrían aparecer los olz pues estaban en territorio enemigo.

 

—si hubiéramos venido en nuestras verdaderas formas en vez de a caballo ya hubiésemos llegado — bufó Madara, quién por su parte no estaba muy acostumbrado a cabalgar y por lo tanto tenia las caderas entumecidas, nunca había tenido que recorrer grandes distancias y cuando él camino era largo se transformaba en cerbero.

 

—si hubiéramos recorrido todo el camino con nuestras verdaderas formas llegaríamos al castillo del dios Namikaze amaterasu Minato sin fuerzas y sin saber si nos recibirá con los brazos abiertos o querrá nuestras cabezas en estacas — aclaró Sasuke y Madara por fin se calló dándole la razón — esperemos que sea la primera opción o estaremos en problemas…

 

En esa época, hace diez mil años los seres humanos se enfrentaban a la extinción, era una época de dioses y magia donde solo existían alfas y omegas cambia formas, o sea, humanos que podían transformarse en animales de cualquier índole, por esta época del pasado lejano en la que vivieron por primera vez Sasuke y Naruto aún no existían los betas, ellos vinieron después…

 

El territorio considerado “seguro” pues aún no se había visto ningún olz por los alrededores, era la isla al sur del continente, aquella denominada reino de los cambia formas de clase mítica cerberos, reino regido por el más poderoso cambia formas que jamás hubo existido, el rey Sasuke Uchiha.

 

Los olz eran seres de piel purpura sin mente que fácilmente podían absorber las almas de los cambia formas, se expandían rápidamente y ya casi estaban por todas partes del globo, debido a ellos la población humana se redujo en una centésima parte la cual en su mayoría habían huido a la isla del sur para protegerse bajo el yugo de los cerberos y del rey Sasuke, no había manera conocida de eliminar a los olz más que destruyendo a su creadora.

 

El problema residía en que dicha creadora no era para nada sencilla de eliminar, pues se trataba de Kaguya, esa Kaguya, aquella que era la reina de los dioses, ni siquiera los cambia formas tipo mítico como Sasuke podrían hacerle frente durante mucho, pero si recibían la ayuda del ultimo hijo vivo de la diosa Kaguya, el dios sol Namikaze amaterasu Minato las posibilidades aumentaban significativamente y en la situación que se encontraban, donde a los cambia formas simplemente les quedaba esperar con paciencia su extinción lo mejor era tomar acciones sin pararse a pensar en el riesgo con el fin de sobrevivir.

 

Debido a todo eso el rey Sasuke en compañía de su hermano menor y una diminuta comitiva real de tan solo cuatro guardias emprendieron el viaje a territorios peligrosos invadidos de olz en busca del castillo de Minato amaterasu, si en un pasado al rey Sasuke alguien le hubiese dicho que haría un viaje de tal magnitud a territorio desconocido sin mapa y solo siguiendo las indicaciones de una canción infantil antigua le hubiese mandado a cortar la cabeza, pero tan preocupante era la situación que precisamente eso estaba haciendo.

 

— hemos llegado al bosque al fin del prado —dijo Sasuke deteniendo su caballo, este relinchó ligeramente cuando halaron de sus riendas — ¿Cuál es la siguiente estrofa?

 

—la siguiente estrofa es “ven, que ya llegamos, ven, que estamos cerca, a través del bosque el dios amaterasu espera” —citó uno de los guardias, el cual se llamaba Jirobo, un alfa fornido de pesada armadura, cabello naranja y mirada férrea, él corcel sobre él que estaba era un poderoso animal tan fornido como su jinete, era color caoba y mirada penetrante.

 

—entonces debemos atravesar el bosque —agregó Madara una vez Jirobo hubo terminado.

 

—su alteza — empezó a decir Tayuya, una alfa atractiva de cabello rosa que dependiendo de la luz se podía asemejar al rojo sin problema, su caballo era gris manchado— estamos muy agradecidos de que haya dejado en claro lo obvio, pero su majestad Sasuke no se ve muy contento.

 

—y no lo estoy —le contestó Sasuke a la alfa mientras observaba el frondoso bosque con el ceño fruncido, Madara seguía sonrojado por la torpeza que había cometido, por favor, ya era un alfa hecho y derecho de veinte años que aspiraba a ser tan solemne como su honorable hermano mayor Sasuke, no estaba para andar comentando redundancias —esas indicaciones solo nos dicen que debemos adentrarnos en el bosque, no mencionan en que parte... ni siquiera un punto de referencia…

 

— la siguiente línea tampoco dice mucho — mencionó Sakon quién estaba posicionado sobre su propio caballo a un lado de su hermano gemelo Ukon quien a su vez cabalgaba su corcel.

 

— ¿Qué dice? — preguntó Sasuke volteándoles a ver y Ukon, con el cabello tan blanco y la piel tan pálida como la de su gemelo respondió. 

 

—”al atravesar el espejo que refleja aquello a nuestras espaldas, el dios amaterasu nos da esperanzas” —citó Ukon antes de suspirar pesadamente —si esa es toda la indicación que tenemos estamos perdidos, esa es la última frase de la canción —todos se miraron los unos a los otros en silencio antes de pasar su atención al bosque el cual con su verdor resaltaba a través de los sobrios pastos de hierba seca de las planicies en las que aún se encontraban.

 

—explorar todo el bosque nos llevaría mucho tiempo, no podemos tardar —recordó Tayuya despues de analizar el bosque de la lejanía, los arboles eran gigantescos producto del paso de los siglos, y la maraña de follaje seguro se extendía más allá de donde pudieran alcanzar sus ojos — nuestra gente nos necesita su majestad —aquello lo mencionó Tayuya mirando a Sasuke con gesto suplicante, para emprender ese viaje y cuidar a su rey había dejado atrás a dos hermanos omegas que necesitaban de su protección, ella deseaba volver lo antes posible.

 

—tienes razón — admitió Sasuke sintiéndose en cierta parte derrotado, pero aún no podía ver el castillo de Minato amaterasu el cuál según los relatos se extendía hasta los cielos más lejanos, si era una estructura de tal magnitud seguro podrían verla desde distancias considerables, pero, ni si quiera con su sharingan había podido ver algo similar a una estructura r13;pero igual recorramos el bosque sin adentrarnos demasiado, al menos para que el viaje no haya sido en vano…

 

—sí, su majestad —respondieron los guardias y Madara al unísono con sumisión y los caballos echaron a andar.

 

Sasuke temía por sus súbditos, se habían avistado olz cerca de la frontera del reino con el terreno neutral, cosa que significaba que aquel terreno ya no era tan neutral, ya había sido tomado por los olz, y estos habían arrasado una de las aldeas bajo su jurisdicción, la única manera de alejarlos del reino era mandar señuelos vivos, muchos alfas se habían sacrificado voluntariamente para mantener a esos seres alejados de los omegas y los cachorros, en este preciso momento quizá un alfa cabeza de familia se estaba sacrificando exiliándose del reino solo para ser devorado por los olz y entretenerlos para darle unos días más a la paz artificial de la frontera del reino de los cerberos, solo pensarlo, tan solo pensarlo le dolía a Sasuke en el alma, porque el reino heredado de sus progenitores era su responsabilidad y debía protegerlo. Pero el solo no podía, los olz eran inmortales y no se les podía herir o espantar porque solo pensaban en devorar a los cambia formas, además de eso no pareciera que pensaran en nada más…si es que pensaban y no era por el mero instinto.     

 

Llevaban dos horas merodeando el bosque sin encontrar señales de cualquier tipo de estructura y Sasuke ya había perdido cualquier esperanza, se estaba convenciendo a si mismo que lo más realista era volver a su reino y proteger incluso con su vida a su pueblo hasta el final.

 

Su vida…Sasuke pensaba que su vida no había sido la gran cosa, ser coronado joven le había privado de la oportunidad de disfrutar de muchas cosas, debió estar desde temprana edad ahogado en responsabilidades de las cuales no había escapatoria, pues si el fallaba su gente sufriría, todo había sido tan monótono, entrenamiento, papeles, estudio, papeles, entrenamiento y a dormir para empezar un nuevo día. Tampoco había podido encontrar a su destinado, a su omega el cual ya había comprobado quizá no estaba en el reino, quizá su omega ya estaba muerto sin tan siquiera él hubiese podido conocerle, o quizá incluso su omega podía pertenecer a los clanes andantes, pequeñas comunidades que sobrevivían en territorio de olz durmiendo en los árboles y bajo tierra, cambiando de asentamiento constantemente, viviendo con miedo a morir en cualquier instante, no deseaba eso para su omega.

 

— ¡un olz! —exclamó Madara y Sasuke despertó de sus pensamientos.

 

— ¡Ya saben que hacer! — gritó Sasuke y todos de un solo movimiento desmontaron de los caballos las provisiones y saltaron a los árboles, los caballos siguiendo su entrenamiento corrieron en dirección al olz y la bestia humanoide de piel purpura se mostró confundido cuando los corceles empezaron a correr alrededor de él, aprovechando la distracción Sasuke junto a su hermano y los guardias saltaron a través de los arboles sin transformarse a sus formas animales pues era mejor desaparecer y escabullirse que llamar la atención de quizá media horda de olz.

 

— ¿nos sigue aún? — preguntó Sakon susurrando sin detenerse, todos miraron para atrás y como si de una pesadilla se tratase ahí estaba el olz siguiéndoles vigorosamente a una enorme velocidad, con la carne de gallina y las manos congeladas de miedo en el caso de Madara aumentaron el ritmo a todo lo que dieron sus cuerpos pero aún así no le perdían, a que a bestia era veloz y ágil, se movía de rama en rama con mas habilidad que cualquier primate, el olz rugió y Sasuke temió que estuviera llamando a más de los suyos. 

 

— ¡su majestad yo me quedare, aprovechen y huyan! — exclamó Jirobo con mirada decidida y las manos echas puños, decidido a quedarse atrás pero una mirada gélida del rey Sasuke le hizo desistir de su decisión.

 

— ¡no! No te quedarás, nadie se sacrificará hasta que sea estrictamente necesario ¡es una orden de su rey así que acátenla! — Jirobo volvió a aumentar el paso temiendo por la vida de su rey, pero Sasuke creía que aún no estaban en esa situación en la cual uno debía hacer de señuelo, él sabía que Jirobo muy profundo en su subconsciente deseaba morir pues ya no le quedaba nada, los cachorros y la omega de Jirobo habían muerto durante el avistamiento del olz en la frontera, fueron las únicas víctimas, por eso el alfa fornido no le tenía mucho apego a la vida, deseaba morir pero su orgullo como guerrero le impedía hacerlo de forma cobarde, inconscientemente buscaba una excusa para morir como un valiente y sacrificarse por su señor y sus camaradas era la excusa perfecta…

 

Buscando despistar al olz que con movimientos inhumanos se movía entre las ramas altas de los arboles igual que ellos Sasuke y su séquito bajaron al suelo boscoso inundado de hojarasca y se decidieron a seguir huyendo, pero fueron tragados por la tierra, exclamaron maldiciones confundidos cuando en un parpadeo estaban en un sitio desconocido, estaba muy oscuro y húmedo, sobre ellos ya no se veía el cielo de ramas verdes de los aboles que luchaban fervientemente por luz solar, Madara iba a gritar para encontrar a su hermano y a los guardias pues aunque estuvieran muy cerca, casi uno al lado del otro no les veía por la espesa y misteriosa oscuridad, pero fue callado por una mano desconocida y reprendido por una voz que nunca había escuchado...


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