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Haciendo irlandesitos. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Un dia...

 

Gwaine despertó con la necesidad de darle de comer a su turra. El campo de Portugal no era tan seco como el de España, pero aun asi, en su estado natural, no alcanzaba para satisfacer las necesidades de una turra preg, lo que explicaría porque los milesios se mudaron a Irlanda.

Una gran cantidad de bayas, agua, y un pajarito que no estaba seguro se pudiera comer, o fuera a alimentar mucho a Dom.

Lo oculto tras su trasero cuando se levanto.

-Hola amor. ¿Qué tienes ahí? – se lo mostro – Esos saben buenos rellenos de salsa de ciruelas, dorados con miel y con rebanadas de pan tostado.

-Bueno, no creo poder cocinártelo asi, aunque he mejorado mucho.

-¿Ah si? – Dom se sento con naturalidad sobre la tierra, cogiendo el primer puñito de bayas - ¿Qué les hacias a los vikingos?

-Bueno, Burton era el cocinero – Domhnall interrumpio la masticación para mirarlo con cara de no mames – y yo le ayudaba a hacer pan, estofados, asados… Will me describió varias recetas…

-¿Ah si? ¿Quién era Will?

-Mi concubina.

Domhnall dejo de masticar de nuevo, atravesándolo con la mirada.

-Pero no me acostaba con ella – se apresuro a decir – era solo un formulismo para que los vikingos no la violaran, bueno, Rollo y el rey pirata.

Dom parpadeo. Aquello de la concubina le sentaba peor que no tener su litro de leche y miel para el desayuno.

-Lo hize solo para ayudarla.

Domhnall lo miro. Sabia que Gwaine no seria capaz de prodigarle a otra las ternezas que con el compartia, pero de todos modos, eso de saber que había tenido una concubina…

-¿Cuánto tiempo fue tu concubina?

-Casi todo el regreso. Rollo no le había hecho nada, pero el rey pirata lo convencio.

-Esta bien…

Gwaine trago saliva. Mejor decirle todo de una vez, el mismo.

-Era una buena persona, aunque fuera inglesa…

-¡Inglesa!

-… y de la Armada.

-Vaya. – a Domhnall se le cayo una baya.

Gwaine le conto todo, sucintamente; el sol ya estaba en lo alto, cuando termino.

A Dom le parecía una aventura maravillosa, como todas las de Gwaine. Y mientras lo escuchaba fue procesando, en el respaldo de su mente, que el había estado casado y teniendo sexo mientras el vivía todo aquello, y en perfecta fidelidad, por el.

Gwaine vio como se entristecia, se cohibia.

-¿Qué pasa? – le pregunto al final, acariciando sus dedos manchados de jugo de baya.

-Acepte casarme con otro hombre.

Las lagrimas le escurrían de los ojos cerrados.

Gwaine lo abrazo, acariciando suavemente su espalda y nuca mientras lo dejaba desahogarse, conteniendo el su propio dolor para no incrementar el de Dom.

-No fue tu culpa… - le dijo cuando se separo.

Dom se limpio las lagrimas con el dorso de la mano, sorbiéndose los mocos.

-Yo dije que si.

Su pobre turra, envuelta en una aventura que nunca deseo, por su culpa.

-Y después…

Venia ahora, la parte que temia.

-Papa me había asegurado que no, que Al era turra…

Parpadeo.

-… pero me hizo lo mismo que tu. Al principio no sabia, pero luego… - dudaba si decir lo de Vinny, pues no era solo su secreto.

Viendo que dudaba, que sufria, por no saber, o querer, seguir adelante, lo ayudo.

-¿Al era turra?

Asintio con los ojos muy abiertos.

-Pero es un secreto. – dijo recordándolo de pronto.

-¿Te casaron con una turra? – aquello no podía ser valido, y eso lo alegraba.

-Fingia ser seme. – y lo fingia muy bien, como le constaba a sus pobres caderitas, llevadas al limite durante el viaje de bodas. – Es que es muy importante, y si se supiera que es turra, tendría problemas.

-Y si era turra no pudo embarazarte. – apunto con triunfo Gwaine, temiendo luego – Dom, ¿…

-No, no. – lo interrumpio Domhnall – El bebe es tuyo. ¿No lo sabias? ¿No te conto mi papa?

Recordo a Brendan, queriéndole hablar aparte, luego de la borrachera y antes de la partida, pero no tuvo tiempo.

-No.

-Si, por eso urgia casarme. Pero si hubiera sabido lo malo que era Al, nunca lo habría hecho.

-¿Fue malo contigo? – fruncio el ceño Gwaine.

-No. Si. Bueno, no al principio, pero después, cuando yo no quise… hacer ciertas cosas, amenazo al bebe. – se protegia la pancita solo de recordarlo – Entonces decidi escapar, buscarte, y esperaba la primera oportunidad.

Gwaine se acerco mucho a el, agarrándole la nuca y el brazo, pegándole su frente.

-Lamento mucho todo lo que has sufrido. Tu corazón es el mio y nos duele igual. – Dom se estremecio y Gwaine cerro los ojos. – Tambien yo dije si a la aventura, y todo lo que nos ha pasado ha sido mi culpa.

-Yo solo te maldeci una vez, el dia que me case con Al.

-Lo siento tanto. – lo abrazo y lloro, hundiéndolo en su cuello – Tanto, tanto. No se si podras perdonarme.

Dom le agarro el rostro con ambas manos, obligándolo a que lo mirara a los ojos.

-Yo solo quería estar a tu lado. Y ahora lo estamos.

-Ahora lo estamos. – sonrio Gwaine.

-Es todo lo que necesitamos.

-Todo lo que necesitamos.

Juntaron las mejillas con los ojos cerrados, abrazados.

Cuando se separaron, Gwaine le dijo:

-Un dia me casare contigo.

-Un dia te casaras. – le sonrio Dom, agarrándole la mano.

 

***

 

Philip despertó, cansado. No se desperazaria, pero se sentía pegostrioso, sucio, agotado. Estaba solo, dando tumbos en la estancia en la que luz se filtraba cuadriculada. Estaba en un barco, lo sabia por el molesto sonido. La cantidad de molestos sonidos, ruido. Ugh; la peste, la pobreza; todo lo que la acompañaba.

El corazón le dio un vuelco al descubrir que su equipaje no estaba con el. Las pocas cositas que se había podido traer de sus largos años de trabajo con Pacino. Salio desnudo a buscarlas, pues para el era natural, y al primero que se lo pregunto fue a un estúpido chico, mas rubio que pelirrojo, que con su estúpido gesto, y sonrojo, le recordó a la campesina.

-¡Hey, lindura…

Un vikingo ya estaba agarrándole la nalga. Se volteo como una leona, dándole un zarpaso que le dejo marcas rojas por todo el pecho, marcas que comenzaron a chorrear.

-¿Dónde están mis cosas?

Detrás del vikingo, hacia la derecha, vio a un mono ostentando uno de sus pesados collares como diadema.

Corrio hacia el y se lo arrebato. El cofresito, labrado por un escultor italiano que tambien le hacia los cálices al Papa estaba ahí abierto, tirado sobre la madera inmunda, con aquellos salvajes a su alrededor, repartiéndose el contenido.

-¡Mio, mio! – grito, quitándoles las cosas y hechandolas de vuelta al cofresito - ¿Dónde están mis pendientes de topacio azul? – a dos puños tenia agarrado a un vikingo dos veces mas grande que el por la barba y lo sacudia - ¡Dimelo o te juro que te arranco la cabeza!

-Parece capaz de hacerlo. – dijo Sparrow a Juha Pekka, con quien últimamente andaba en vista de que no podía conquistar a Rollo.

Philip lo vio y se fue sobre el como una fiera. No los pendientes de topacio azul, pero si una pulsera multicolor, una de sus joyas mas baratas, pendia del ¿turbante? Con el que el rey pirata se tocaba la cabeza.

-¡Devuelveme mi pulsera!

Sparrow conocía las mañas, todas las mañas del juego y del oficio. Lo hizo dar vueltas alrededor de Juha Pekka.

-¡Basta ya! – dijo este cuando se mareo, agarrándolas a una con cada mano.

Pero Philip se la quito de encima, azotándola.

-Se acabo lo que era gratis. – siseo mirándolo con odio porque protegia a quien no le devolvía su pulsera – El que quiera volver a tocarme tendrá que pagar mas de lo que gana en su puñetera vida.

-¿Y no hay descuentos? – le pregunto el rey pirata.

Philip bufo en su dirección.

-Vamos linda, calmate. Yo te pregunte si te estaban violando, ¿recuerdas?

-¡Si! – hubiera querido responder con mas desden, pero recordaba su prodigiosa polla, tambien – Ese no es mi reclamo, yo reclamo mis joyas, mis vestidos, mis pequeños recuerdos…

Uno de mucho valor sentimental, al haber sido fabricado en oro, refulgía en el bolsillo de Wilde.

-¡Mi pluma de oro! ¡Damela! – Wilde se hecho atrás y Burton se adelanto para defenderlo.

-Es parte del botin.

-Que parte del botin ni que mis calzones (que no traía) yo les pedi a … el – los señalaba – a el, a ellos y a el que me trajeran mis cosas al bote.

-Är det sant? – pregunto Juha Pekka.

-Han sade något på franska som jag inte förstod. – contesto uno.

-Yo le pregunte si podia ir con ustedes y dijo que si. – Philip olfateo rapidamente como protegerse.

El señalado se encogio de hombros.

-Muy bien – suspiro Juha Pekka – El invitado y sus bienes seran respetados...

-¡Ay no! ¿Ya vas a empezar? – lo jaloneo el rey pirata.

-Es la ley.

-”Es la ley” – lo arremedo sin voz Sparrow.

Juha Pekka lo miro como de ¡Ja! y el rey pirata se dio la vuelta.

-¿A donde vas con mi pulsera?

-¿Como sabes que es tu pulsera? – le reclamo con gesto bitch.

-Porque tiene mis iniciales.

-¿Como sabes que no son mis iniciales?

-¿P d’A? – lo reto bitch, cada vez mas cerca uno del otro.

-¿Petronilo d’Artagnan?

Si los vikingos esperaban que comenzaran a pelar (Burton ya hasta habia sacado la jalea que no espesaba) se llevaron un desencanto al ver que Philip reia.

-Igual no te vas a quedar con mi pulsera. – le dijo al final.

 

 

Bitch.

(Continuara... )

Notas finales:

¿con quien se quedara Philip? abran sus apuestas señores!


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