Cuando entraron al cuarto del hotel, Logan caminó derecho a la licorera para servirse un rebosante vaso de cristal. Encendió un cigarrillo y dio unas vueltas por el pequeño cuarto, miró furtivamente por la ventana y cerró las cortinas. Luego se ubicó en un rincón y por fin puso su mirada en el joven de cabellos plateados que muy tímidamente estaba parado, duro y quieto, pequeño junto a la puerta por donde habían ingresado. Aunque con curiosidad miraba las cuatro paredes y el despelote de papeles que había en una mesa de luz, hasta que sus ojos se cruzaron con los serios de Logan, el hombre que de la nada había aparecido en su casa luego de que intentarán matarlo. Sonrió y se tensó al no recibir respuesta igual.
-Siéntate niño. -Le ordenó Logan mientras poco a poco bajaba el contenido del vaso. El chico obedeció velozmente y de un movimiento se tiró a la cama dando un pequeño rebote sobre el mullido colchón y nuevamente quedó duro como una roca, con las manos entre las piernas esperando más órdenes, sin quitar la mirada del musculoso hombre. -¿Ahora dime porqué esa mujer quería matarte?
-Ni idea. -Contestó de inmediato negando con la cabeza y bajando la mirada. Cambió de postura, levantando las piernas y sentándose con la posición de loto.
-¿Al menos sabes quién es? -Cuestionó ya algo irritado mientras apretaba el cigarro ya consumido contra el cenicero para apagarlo y soltando por la nariz una pequeña nube de humo.
-¡Es la primera vez que la veo! - Dijo con efusividad, moviendo las manos y levantando los hombros. Logan se agarró la cabeza y se frotó la frente aún más exaltado y molesto.
-¡Ya deja de mentir! No te atreves a decirme ni una mentira más. ¿Comprendes? -Luego de que Pietro moviera la cabeza afirmativamente prosiguió con el cuestionario. -¿Traes contigo la memoria externa con los archivos? -Y mirando fijamente los ojos castaños del menor frunció la nariz cuando el chico elevó las cejas y medio sonrió haciéndose el desentendido.
-No tengo idea de que me estás hablando. -Era el colmo y el límite de la paciencia del estoico Logan.
-Mira pequeño Maximoff...
-Peter. Sólo dime Peter. -y le ofreció una amplia sonrisa que alteró los nervios del mayor, haciéndole crispar los pelos de la nuca.
-Como sea niño. ¿Entiendes que estás en peligro por andar de delincuente en las noches? Esa mujer va tras de ti por algo que tienes y se muy bien que ese ALGO es la información que robaste de la casa del congresista McCoy.
-mmm...no, me debes de estár confundido con alguien más. Yo soy un santo, no sería capas de sacarle ni un caramelo a un bebé. - Logan lo miró sin saber cómo responder mirando la amplísima sonrisa del joven que ni paraba de mirarlo poniéndolo desgraciadamente incómodo.
Bufó y sin decir más nada cruzó la habitación y se metió en el baño dando un portazo, abrió la ducha y se quitó la ropa. Cuando el agua tibia mojó su desnudo cuerpo, una sensación agradable lo reconfortó. Se paró bajo el agua dejando que ésta lo empapara y se deslisara hacia el suelo. Suspiró con cansancio. ¿Qué estaba haciendo allí? Habia escapado a esa vida y ahora se veía arrastrado hacia todas esas situaciones que había evitado. ¿Que debía hacer? Como nunca las dudas lo invadían... Peter... había algo en él que lo confundía. Una fuerte sensación de protección hacia el joven lo peturvó, él no era niñero.
Cuando salió con la toalla envuelta en su cintura y el pelo chorreando agua, Pietro aún estaba sentado en el mismo lugar y en la misma posición. De reojo vio como movía las manos nerviosamente, tal vez en ese tiempo sólo le había caído la ficha de todo lo que pasaba y de todo en lo que se encobtraba involucrado. No andaba con ganas de hablar más, estaba cansado y el baño lo había relajado lo suficiente como para querer dormir. Aunque beber un trago primero era mejor idea. Se sirvió y antes de beber agarró de uno de los dos cajones del último mueble que había un boxer y un jean, no tenía nada más cómodo. Entró al baño y salió vestido. Agarró el vaso y dejó que el líquido se deslizara por su garganta. Y entonces cayó en la cuenta de que tan sólo había una sola cama. Después de todo no esperaba pasar ni esa ni ninguna noche junto a nadie. Luego miró a Peter y este parecía estar pensando en lo mismo. Con resignación suspiró y se terminó el licor.
-Ya duérmete. -Dijo Logan con búsquedas, el joven lo miró con insistencia y luego bajó la mirada hacia la cama. El mayor comprendió y se frotó la nariz. -Me quedaré vigilando. Sólo duerme de una vez.
El más joven tituveó un poco y con duda comenzó a quitarse la chaqueta, las zapatillas, la camisa y la remera. Cuando Logan, que se había distraído observando por la ventana, se giró para ver si ya estaba acostado, se topó con el delgaducho y casi completamente desnudo de Peter. Pestañeó un par de veces y sus miradas se cruzaron.
- ¿Que rayos haces? -preguntó elevando una de sus cejas, sin poder evitar relojear el cuerpo entero del joven. Su piel blanca. Forzó su vista para mirar a los ojos de una avergonzado Pietro, para no seguir sintiéndose extraño ante su inesperado interés en ese cuerpo adolescente.
- Lo que me pediste, dormir. -Y sin decir ni una palabra más, abrió las sábanas y se metió dentro, sintiendo la suavidad de la tela. Y sin esperar nada, ni siquiera un regaño, apagó la luz dejando a ambos en la oscuridad de la noche. Fue ahí cuando se permitió soltar un silencioso suspiro. Por un momento había comenzado a sentir un cálido cosquilleo al verse observado por el mayor. Logan lo había mirado de una forma que lo hizo ruborizarse. Escondido en la oscuridad y con los ojos bien abiertos en dirección al mayor, se dejó llevar por los pensamientos pesimistas de lo que hubiera pasado si Logan no llegaba o no lo hacía a tiempo. ¿Estaría muerto? Esa mujer habría estado dispuesta a presionar el gatillo?...Logan le había salvado la vida. - Gracias. -Susurró con suavidad sin dejar de mirar la oscura silueta del mayor.
- ¿hmm? - Logan apenas se movió, tal vez algo sobresaltado al escucharlo.
- Por salvarme. -una sensación agradable recorrió su cuerpo al decir esas palabras. Era extraño. Se sentía completamente a salvo con Logan allí parado. No había miedo ni temor.
-No me agradezcas niño. Ahora descansa, mañana hablaremos. -Se acomodó en la silla cruzando los brazos y estirando la cabeza hacia atrás, se dispuso a dormir unos minutos. Los pocos que durará la comodidad.
-La cama es grande. No hay necesidad de que estés en vela toda la noche.
-Ya me estaba durmiendo. -Resongó el adulto entre dientes. Aunque en su interior la idea le parecía altamente tentadora.
-No dormirás ni 10 minutos en esa silla dura. Yo duermo como un tronco, y no suelo moverme mucho... -Esperó respuesta, pero ningún sonido salió del rincón donde Logan estaba. -¡Bien! Pero mañana no estés malhumorado por no haber dormido nada. -Suspiró resignado. La verdad era que se sentía tan tranquilo y protegido al tener serca a Logan que le disgustaba la idea de saber que pasaría una pésima noche por su culpa. -Si en algún momento decides dormir un poco más cómodo, no dudes en acostarte a mi lado. -Y dando una media vuelta, quedó sobre su lado derecho, dándole la espalda a Logan.
- Que descanses niño. -Soltó despacito el mayor.
-Buenas noches, Logan. -Y sonriendo ampliamente, sintió como el colchón cedía ante el peso de un cuerpo. Y escuchando un suspiro pesado y de derrota, el cuerpo de Logan quedó duro sobre la cama.
Peter se sintió aliviado y nervioso al mismo tiempo. Pero muy pronto su mente se nubló por el sueño.