Era sábado por la mañana y Jong Dae estaba pensando seriamente en qué debería usar para salir con sus amigos. No es que Jong Dae fuera siempre la persona fría y la cual no le prestaba atención a nadie. Cuando Jong Dae estaba con sus amigos él era realmente feliz, bueno, la mayoría de las veces lo era; y es que estar con sus amigos lo hacía olvidar sus problemas la mayor parte del tiempo.
Unos meses atrás Jong Dae había perdido a algunos familiares en un accidente, fue muy cruel para él y para su familia esa perdida. Aunque en ocasiones era distante con su familia eso no quería decir que no sintiera cariño por ellos. La pérdida de aquellas personas causo un gran dolor en Jong Dae, pero lo era más porque el día en que fue su velorio él no pudo estar desde que entregaron sus cuerpos; Jong Dae tuvo que esperar a que sus clases terminaran para poder ir al velatorio. Toda su familia y amigos estaban ahí, todos dándole el pésame a los familiares más cercanos, entre esos él. Jong Dae odiaba que la única manera de ver a su familia reunida y sin problemas fuera en una situación como aquella. Aquel día no lloró frente a su familia, no lloró frente a ellos al enterarse de aquella tragedia en la madrugada mientras hacía su tarea. El chico no lloró y no fue porque no sintiera nada, al contrario, él sabía que era alguien débil y en ese momento todo lo que quería era llorar, solo que nada salió de sus ojos; él aguantó porque no quería parecer débil ante su familia, él quería ser en quien su familia se apoyará tras aquella perdida.
Quien podría pensarlo, ¿no? Jong Dae queriendo ser el apoyo emocional de su familia. Era algo increíble, pues en realidad él parecía una persona egocéntrica y narcisista…tal vez lo era, tal vez en ocasiones se olvidaba de pensar en los demás, pero no en esos momentos, no cuando se trataba de sus seres queridos. Cuando se trataba de sus seres queridos Jong Dae era más frágil que el cristal, su familia y amigos lo eran todo para él, aunque no lo demostrase siempre.
Mientras se vestía, Jong Dae recordaba aquella situación tan dolorosa para él, recuerda que para ese entonces llevaba mucho sin ver a sus amigos, recuerda sentirse sólo aquella ocasión; podía recordar el vacío que sintió en esos días…él aún sentía ese vacío, pero era igual. El vacío de aquella ocasión era doloroso y triste, pero el vacío que sentía ahora era un vacío lamentable, era un vacío con el que siempre vivió, era simplemente insoportable.
- ¿A qué hora tienes que estar con tus amigos? - Escuchó la voz de su madre tras él y volteo a mirarla.
-A las 10:30, ¿por qué? - Jong Dae desconectó su celular del cargador y tomó su auricular para ponerlo en el bolsillo delantero de su pantalón.
-Pues ya son las 11:15. - Habló su madre con cara de disgusto por la tardanza de su hijo.
-Bueno, entonces creo que me lavaré los dientes y me voy. -Dijo entrando al baño de su recamara para hacer lo antes dicho a su madre.
Su madre seguía en la puerta de su habitación mirándolo. - ¿Y no piensas desayunar?
-No, allá comeré algo, ya es muy tarde. –hablo el chico saliendo con una toalla en sus manos para secar su rostro. Lanzó la toalla a la cama y tomó una mochila para salir de la habitación.
- ¿A qué hora regresarás? - Preguntó su madre caminando detrás de él.
-No lo sé, pero no creo que sea muy tarde, igual al llegar allá te llamaré.
-De acuerdo. - Dijo la madre al bajar las escaleras e ir en dirección a la cocina. Por su parte Jong Dae fue directamente a la puerta de entrada de la casa y salió, sabía que si esperaba el bus llegaría luego de media hora, así que prefirió tomar un taxi, sería mucho más costoso, peor eso se ganaba por llegar tarde.
Al estar en la acera camino hasta una avenida y tomó un taxi, claro que eso fue luego de mil señales a distintos taxis que lo ignoraban. Ya dentro del taxi sacó su auricular y se lo coloco en el oído, lo vinculó a su celular y comenzó a escuchar música.; pero todas las canciones que se reproducían eran baladas tristes, él ahora no quería escuchar nada triste, iba con sus amigos a disfrutar y no a llorar. Decidió cambiar y salió de aquella playlist tan triste, así que buscó algo acorde a su estado de ánimo y luego de unas cinco canciones por fin la encontró, la canción perfecta para su estado de ánimo. La canción comenzó algo movida y eso está bien para él, Jong Dae necesitaba estar motivado para hacer sus acostumbradas payasadas con sus amigos y qué mejor que escuchar “YOU ARE” para ponerte de buen humor.
Finalmente llegó a aquella plaza en el centro de la ciudad en la que se vería con sus amigos; pagó al taxista y bajó revisando no olvidar nada en el asiento del taxi. Mientras caminaba buscando a sus amigos por aquellas bancas de la plaza pensaba en qué harían hoy y a dónde deberían ir a comer.
- ¡Idiota! - Escuchó una voz no muy lejana y bastante conocida, se dio la vuelta y efectivamente, era su amigo Kris, su educado amigo Kris. Se dirigió hasta la banca en la que se encontraban sus amigos hablando y le dio un golpe en el hombro al más alto.
-Ya llegó por quien lloraban. –Habló finalmente Jong Dae mirando y saludando a sus cinco amigos.
-Es la primera vez en un año en la que Lay tiene tiempo para salir y tú llegas una hora tarde. - Esta vez quien tomó la palabra fue su amigo SeHun, quien estaba sentado en una esquina de la banca.
-Perdón, es que a mi familia se le ocurre mandarme a buscar las esferas del dragón cuando saben que tengo planes. –Se encogió en hombros y miró a sus amigos. - ¿Y qué comeremos esta vez? – Todos sus amigos pusieron una cara pensativa, pues cuando se juntaban solo lo hacían para comer.
-Yo quiero makis.-Habló por fin el distraído Yi Xing. Todos lo miraron y negaron.
-La última vez comimos makis.- Dijo Kyung Soo con su celular en mano, parece que estaría revisando sus mensajes.
-Pero yo no estuve esa vez. - Decía Yi Xing con un puchero, peor sabía que ninguno de sus amigos cedería a excepción de Jong Dae, pues ellos comiendo esos rollos de pescado eran imparables. – Está bien, ¿entonces qué deberíamos comer hoy?
-Habíamos quedado que sería pizza. - Chan Yeol habló haciendo que todos recordaran que lo primero para ponerse de acuerdo en sus salidas era saber qué comerían.
-Cierto. – Jong Dae asintió y sus amigos también.
-Entonces vamos ya, se hace tarde. –Habló Kris apurando a todos. Los chicos se levantaron de la banca y caminaron en dirección a la pizzería.
Al estar comiendo Jong Dae no paraba de decir tonterías y enseñarles memes a sus amigos.
Kris no podía soltar su celular, pues siempre grababa las idioteces de su amigo y las publicaba en Instagram o Facebook, ¿por qué? Nadie sabe, pero en realidad a Jong Dae no le importaba, pues eran sus amigos y nadie de sus compañeros de universidad los conocían.
Jong Dae amaba estar con sus amigos, ellos lo hacían sentir cómodo, incluso cuando jugaba con la comida; ellos no se molestaban con él si lamía una o dos rebanadas de pizza y decía que eran suyas, al contrario, ellos hacían lo mismo a veces o simplemente tomaban así las rebanadas y se las comían. Eso era amistad.