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Vengeance por ValexWalker

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Notas del capitulo:

Hi

un nuevo cap, espero les guste <3

Había indicado personalmente que no lo molestasen durante toda la tarde, en ese momento lo único que cavilaba su mente era un solo nombre, un solo rostro… una sola voz; Tsunayoshi lo traía realmente loco y por más que había tratado de acallar lo que ese vampiro le hacía sentir, actuaba antes de que su mente pudiese detenerlo.


Nunca creyó que las palabras que Alaude, su padre, le dijo alguna vez, pudiesen resultar tan certeras.


“Algún día lo sentirás, Kyoya, ese dolor en el pecho del solo observar la silueta de esa persona, el deseo de fusionarte con ella para que su olor se impregne en tu piel, el impulso de abrazarla y besarla para saberte correspondido y vivo… yo lo hice al conocer a Giotto”


En ese entonces nunca comprendió como su padre podía haber congeniado con una persona como el rubio, es decir, su “madre” era muy distinta en carácter y comportamiento que Alaude… ellos no deberían congeniar en lo más mínimo. Pero contrariando todo, hasta habían tenido un hijo, “el fruto de su amor” como Giotto siempre le decía después de acostarlo en la cama. Era normal en vampiros machos que algunos pudiesen concebir, después de todo, la cantidad de hembras en esa espacie era muy reducida.


“No pensé que los echaría de menos”


En la situación en la que se hallaba cuánto le hacía falta el poder hablar con Giotto o Alaude, quizá ellos pudiesen ayudarlo a encontrar la mejor manera de acercarse y lograr que Tsunayoshi le tuviese la suficiente confianza para abrirse y contarle todo lo que lo entristecía.


Porque sí, él lo sabía, lo había observado en múltiples ocasiones con un semblante de suma tristeza, perdido en sus pensamientos y apretando los puños en señal de frustración. ¿Qué es lo que habría vivido antes de convertirse en un vampiro? ¿Acaso esa tristeza se debía a lo que vivió con el sujeto que lo convirtió?


Muchas veces había tratado de formular aquellas preguntas, pero siempre callaba a último momento; solo cuando se trataba de aquel castaño no se sentía con el derecho de hacerlo.


¿Quién era él? Cuando lo conoció le dijo al castaño que había sido osado al presentarse ante él sin saberlo.


“Un poderoso purasangre” podría ser una adecuada respuesta a la interrogante; sin embargo, si el cuestionamiento lo cambiaba a ¿Quién era él para Tsunayoshi? Sentía que podía permanecer en silencio eternamente.


Aquel castaño había llegado a su vida para derribar cada una de las barreras que había instalado frente a la puerta llamada “sentimientos” sin proponérselo en ningún momento. Primero con la forma altanera en la que lo trataba, luego mostrándole su lado vulnerable… todo de él le era malditamente necesario y hasta había dejado de lado su orgullo aquel día en el que le pidió que confiase en él.


Aseguraba que debió verse de lo más patético y que si el estúpido demonio de Mukuro se enterase, seguro lo molestaría hasta que se viese obligado a matarlo; sin embargo, eso dejaba de tener importancia cuando recordaba la expresión que Tsunayoshi le mostró en ese momento. Si le aseguraban que sería capaz de borrar aquel gesto lleno de tristeza y pánico al humillarse de la peor forma lo haría sin pensarlo, hasta ese punto se encontraba perdidamente enamorado.


……


Se encontraba recostado en la ventana que daba al balcón de la habitación de Tsunayoshi, la necesidad de verlo esa noche había podido más que cualquier intento de su mente y ahora estaba allí, observando como este dormía profundamente.


Pese a la oscuridad, por su condición de vampiro era capaz de observar su perfil y expresión relajada, además que la ventana al estar ligeramente abierta, dejaba entrar un poco de la luz de la luna y esta iluminaba hermosamente la piel del chico.


Suspiró como casi nunca lo hacía y decidió que permanecería en ese lugar; era ciertamente patético para él, pero que importaba si nadie lo descubría ¿cierto? Solo iba a mirar, no iba a hacer ningún movimiento innecesario a parte de ese.


Al pasar casi media hora, observó como el chico fruncía fuertemente el ceño y su expresión cambiaba de una relajada a una llena de sufrimiento.


Sin poder evitarlo se adentró en la alcoba y fue hasta él, vio cómo se revolvía en la cama sudando y muy agitado. No le gustaba verlo de esa manera, quería evitar a toda costa verlo sufrir así.


-Mamá…


Lágrimas se deslizaron por el rostro del muchacho y de inmediato llevó sus manos hacia sus mejillas limpiándolas.


-Todo estará bien


Utilizó el poder de sanación con el que contaban los purasangres como él y colocó su mano sobre la frente del castaño. Se mantuvo así durante prácticamente un minuto hasta que el contrario se calmó y regresó a respirar acompasadamente.


Pudo divisar una ligera sonrisa en el rostro de la persona dormida frente a él y sintió un fuerte dolor en el pecho. Eso había sido muy injusto, en ese momento lo había derrotado sin darle oportunidad de defenderse.


Regresó a su posición en la ventana y tal como se lo había propuesto en un inicio, se mantuvo toda la noche velándolo, deleitándose con su respiración y los ligeros movimiento que hacía inconscientemente.


-bonne nuit- susurró


Su madre una vez le dijo que el francés era el lenguaje del amor, no sabía si eso era cierto, pero si resultaba que sí, al menos de esa forma expresaba un poco más todo lo que sentía por él.


…..


No solía hablar con nadie acerca de sus más profundos pensamientos, después de todo, era uno de los purasangres más temidos y esas cosas sencillamente no iban con él.


Muchas veces Giotto trató de persuadirlo para que fuera más comunicativo; sin embargo, nunca fue capaz de cumplir con sus expectativas, le era muy clara su naturaleza y pese a todos los intentos de “su madre”, él no pudo cambiar.


Era entonces cuando se preguntaba “¿qué hacía hablándole a una pequeña ave amarilla acerca de Tsunayoshi?”


Todo había fluido de una manera de lo más normal, que para cuando se dio cuenta, ya le había dicho a aquella pequeña bola de plumas lo que realmente pensaba del castaño y de todo lo que le provocaba en su interior.


A simple vista le resultaba un poco tonto, porque ¿vamos? ¿Contarle tus secretos a un ave? Simplemente no tenía sentido; sin embargo, luego de meditarlo adecuadamente llegó a la conclusión de que su inconsciente lo había hecho al saber que “Hibird”, como había bautizado al pequeño pájaro, no sería capaz de contar absolutamente nada de lo que saliese de su boca.


Entendió entonces por fin que él no podía permitirse expresar e una forman sincera sus sentimientos a otras personas, solo a algun animalillo que no sería capaz de delatarlo y por supuesto, también al causante de todo su lío amoroso. Sí, definitivamente estaba seguro que frente a Tsunayoshi, podría actuar de maneras tan cursis y ajenas a su personalidad que hasta le causaba cierto temor.


-Pronto serás capaz de conocerlo y apreciar lo hermoso que es


-Tsunayoshi, Tsunayoshi


-Sí- sonrió de lado mientras acariciaba a la pequeña ave- ese es su nombre


….


Los golpes en la puerta lo desconcertaron y provocaron que frunciera inmediatamente el ceño. Recordaba haber sido claro al especificarle a Kusakabe que no quería que nadie lo molestase ese día. Mordería hasta la muerte a ese licántropo.


-Pasa-su voz sonó sumamente irritada y esperó a que el de peinado extravagante se mostrase


-Disculpe, Kyo-sama


-Pensé que había dado una orden


-P-Por supuesto- los ojos de su jefe se tornaron rojos y eso le hizo temer por su vida- pero es algo relacionado con Namimori


-¿Qué ocurre?- había estado durante mucho tiempo tratando de buscar información acerca del porqué de la presencia de Reborn aquel día y esperaba que al fin pudiesen darle una respuesta satisfactoria-  ¿averiguaron la razón?


-No es precisamente eso, tiene que ver más con el otro asunto


-Continúa- podía intuir a que se refería su subordinado y lo intrigó aún más el querer saber que habían descubierto


-Pase, Viper-sama


La pequeña bruja  vestida totalmente de negro entró flotando con una bola de cristal en las manos.


-Ha sido un tiempo


-Puedes retirarte ahora, Kusakabe


-Con su permiso- hizo una reverencia y salió de la oficina dejando a su jefe y a aquella mujer solos


-¿Qué es lo que viste?- preguntó sin vacilar


-Primero debes pagarme, lo sabes bien, Hibari


El vampiro se acercó a la caja fuerte que había detrás de un gran cuadro en su oficina, luego de teclear unos números y  tomar dos bolsas en apariencia algo pesadas, fue hacia la bruja y se las mostró.


-Es oro- dejó las monedas en el suelo debajo de ella-ahora habla


……


……


Su semblante no era el mejor de todos ese día. Vagaba absorto en sus pensamientos por la mansión desde hace ya algunas horas y no pensaba detenerse en un futuro cercano.


Sabía que su estrategia estaba en el punto cumbre, había revisado una y otra vez los horarios y agendas de los demás subordinados, no podía haber errores y eso solo le indicaba que muy pronto su venganza se consumaría.


“Él morirá”


Esa noche la mayoría de las personas que estaban bajo el mando del purasangre saldrían a resolver asuntos importantes relacionados a los negocios en el bajo mundo, incluso Kusakabe, aquel licántropo de personalidad agradable, se marcharía. Hibari era una persona que odiaba las multitudes, eso lo aprendió muy bien el tiempo que estuvo allí, por eso en la mansión solo quedarían pocos sirvientes, en su mayoría cambiaformas, los cuales no suponían ningún problema para él debido a la fuerza adquirida en los cuatro meses de entrenamiento con Reborn.


“Solo debo dar el aviso”


La razón de caminar sin rumbo fijo se debía a que aunque su mente le dijese que era lo correcto todo lo que estaba por hacer, su corazón se estrujaba y le pedía desistir.


“Es increíble lo que el amor puede hacer, maldición”


Imaginarse al vampiro desintegrándose entre las llamas provocaba en él una sensación por demás dolorosa y miles de punzadas arremetían su pecho. Lo amaba, había llegado a hacerlo de una forma tan estúpida que no fue capaz de llamar a Reborn esa mañana. Se mantuvo mirando la delgada pulsera con una piedra preciosa en el centro durante más de cuatro horas, sin poder ordenarle a su mente que hiciese lo que tenía que hacer.


“Tengo que hacerlo, yo lo sé…. es por mi madre y mi padre”


Intentaba que las imágenes que rememoraba de la muerte de sus progenitores le diesen la fuerza para poder acabar con el purasangre y después de eso, al fin poder reunirse con ellos.


Dobló en un pasillo y se dio cuenta a dónde sus pies lo habían llevado. Sonrió burlándose de sí mismo por ser de esa forma, tal parecía que hasta su inconciencia lo buscaba a él, anhelaba su voz, su tacto y su sonrisa, quería sentir sus labios una última vez antes de ser el causante de su muerte, así como el vampiro fue el causante de todo su sufrimiento.


“Solo una última vez”


Se fue acercando hacia la hermosa puerta de madera tallada con diseños renacentistas, caminó lentamente y en el instante que iba a tocar, pudo percibir gracias a su desarrollado sentido del oído, las voces del purasangre y una mujer sonando en el interior.


Trató de relajar todo su cuerpo para que así su presencia no fuese percibida fácilmente y se mantuvo pegado de espaldas a la pared contigua, por el tono que Kyoya utilizaba tal parecía que era un asunto de suma importancia


……


-Entonces ¿está vivo?


-En efecto Hibari, y no solo eso, su pueblo natal tú lo conoces muy bien


Estaba, como muy pocas veces, asombrado por lo que Viper le informaba. Estaba enterado desde hace tiempo de aquella profecía, pero no creyó que esta fuera acertada y menos que el sujeto de esta estuviese vivo.


-Namimori- habló con tono algo enojado- ahora lo entiendo todo


-Creo que con eso obtienes la respuesta que buscabas- la pelimorada lo observó fijamente por primera vez, ya que nunca podían observarse sus ojos debido a la gran caperuza negra que cubría siempre su cabeza- y espero puedas arreglar toda esta situación


-No lo dudes- sus ojos se tornaron color sangre- lo haré


……


Al escuchar el nombre de su pueblo dicho por aquella voz inmediatamente provocó que muchas lágrimas se deslizasen por sus mejillas. Esa era la prueba que buscaba, por lo que pudo intuir de la tertulia antes escuchada que Hibari había atacado su pueblo con el objetivo de matar a alguien, quizá ese fuese el favor debajo del telón que Vindice le había pedido. Todo se oía lógico y por el tono con el que habló el vampiro, supo que ni una pizca de arrepentimiento se asomaba en él.


Fue raudamente en busca de los sirvientes de la mansión, debía encerrarlos a todos y dejar enteramente a Hibari para el final. No le costó mucho trabajo someterlos con su fuerza y dejarlos inconscientes luego de succionar gran parte de la sangre de cada uno. Pensó en sí debía matarlos o no, pero como desde un inicio se había dicho, quizá no todos los que trabajaban para el vampiro estuviesen involucrados en lo que le ocurrió a su pueblo, no podía arriesgarse a dañar a inocentes, no sería igual a Hibari.


Después de asegurarlos en un almacén, corrió lo más rápido que pudo hasta su habitación. Al llegar tomó la pulsera dada por Reborn con todas sus fuerzas y se sentó de rodillas en el piso. Era en ese momento cuando tenía que dar por finalizado todo, ya había tomado la decisión y no podía aferrarse a algo como los equivocados sentimientos que habían nacido por el purasangre, pese a todo lo que luchó para evitarlo.


Con una de sus garras cortó parte de la palma de su mano y dejó que una gota cayese sobre el zafiro de la pulsera. Sus lágrimas no paraban y supo que el comienzo del final estaba escrito cuando el color de aquella gema cambio a un rojo muy oscuro.


Dirigió su vista a la ventana de la alcoba y sonrió tristemente. Tal parecía que todo estaba del lado de su venganza. La luna llena se imponía firmemente ante sus ojos e iluminaba todo bajo ella. Era ya muy noche y suponía que los principales subordinados del vampiro no estarían para ese entonces en el lugar.


....

Notas finales:

Estos dos me hace sufrir T.T pero bueno...

el próximo capítulo es el penúltimo :)

Ya estamos cerca al desenlace y ojalá les sorprenda un poco <3

Nos leemos el próximo viernes!!!


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