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Order Vampire por ScarlletParaise

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Notas del capitulo:

Hola! Antes que nada pido disculpas por no haber actualizado hace más de un mes, tuve problemas familiares, de salud y ninguna idea buena podía venir a mi, por lo tanto me he tomado el atrevimiento de poder cuando pueda retomar mis fanfic's. Pero, ahora que empece a estudiar un curso, se me acorto mucho el tiempo de poder pensar escenas para Order Vampire, y lo que pido es que si desean contribuir con lindas palabras de aliento, etc; son muy bien resibidas, sin más que decirles les digo que disfruten de este gran capitulo que me la he currado muchisimo.

Permanecieron unos cuantos minutos observándose encantados por la mirada del otro, ninguno parecía querer arruinar el momento por una razon que en esos momentos desconocían. Milo a duras penas, desvío su mirada para así levantarse del taburete e ir hasta las ventanas y abrirlas dejando que por primera vez el sol en cielo se filtrara por la ventana del salón.

 

- “Es tan lindo verlo así y más cuando fue el quien me rescato en la estación de aquellas criaturas, me hubiera gustado que Milo fuese así de accesible desde un principio, se que desconozco las razones… Pero todo tiene un momento para que se de… ¿No?” - Sus pensamientos fueron interrumpidos con la puerta del salón abrirse y de ella ingresase Aioria, que para su fortuna no parecía estar al tanto de la situación.

 

(Opening - Voodoo Doll de VIXX)

 

- ¿Interrumpo? - Pregunto algo aturdido Aioria, dado que su mejor amigo parecía estar embobado con la mirada de Camus que no dejaba de sonreirle, en cierta manera le traía el recuerdo de hace mucho tiempo atrás y que para su mala fortuna su mejor amigo lo saco a patadas por arruinarle la oportunidad.

 

- No Aioria, yo solamente vine hasta aquí porque algo me decía que lo hiciese, si me disculpan los dejo – Acto seguido el muchacho de largos cabellos aguamarina se retira del salón dejando a Milo que deseaba decirle algo, pero no se atrevió y esto para Aioria era el indicio de que si interrumpió.

 

- ¿Por qué me pasa esto? Dime Aioria ¡Tan idiota soy como para que me quede momia y no decirle nada! - El castaño pestañea varias veces sin entender el comportamiento tan radical de su mejor amigo que avanzo hasta el piano, se sienta en el taburete para así dejar salir un estruendo de las teclas que fueron oídas por todo el colegio a través de los parlantes en los pasillos y salones.

 

Camina hasta la consola donde el canal de los megáfonos que utiliza el director para dar los comunicados, los apaga a todos para evitar que más sonidos salgan de la sala de música - “Ah, aquí vamos de nuevo” Parece ser que tus problemas de chico enamorado regresan ¿No? - El de cabellos rubios alza su mirada haciendo morritos de estar agobiado ante su inutilidad, el castaño deja salir otro suspiro mientras se cruza de brazos y en su rostro se dibuja una sonrisa de compasión, sabiendo que era claro el cambio y que era para siempre.

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Se había encerrado en la oficina del centro de estudiantes por demás enrabiado con respecto a lo que acababa de ver y oír, jamás creyó que tan bajo pudieron caer y que su plan de bastantes años se viera afectado; pero lo más atroz era que tener la presencia de su novio lo estaba alterando, dado que el menor de los León no dejaba de desplazarse de un lado a otro, mirando cada rincón de su oficina y hasta que este se detiene para mirarlo con ese semblante de hombre de negocios.

 

- Veo que la serenata con publico y dirigida a Camus fue la mejor de todas no crees, Radamanthys – Comenta Regulus mientras recorría la oficina del presidente estudiantil, además se detiene para mirar de reojo al susodicho que parecía estarle indicando que no lo nombrara en su presencia.

 

- ¿Qué quieres Regulus? – El más chico de los León se voltea para ir hasta donde estaba él y abrazarlo por la espalda, no sin antes dibujar en sus labios una amplia sonrisa.

 

- Creo que es evidente, tu estas ocupado logrando saber como zafarte de lo que vendrá, estas con muchísimo miedo con respecto a que dentro de unos días la Orden Vampírica se presentara a la escuela e investigara lo que tu y tus hermanitos hicieron, también ni siquiera me invitas a una cita o me compras algo – Hace una pausa obteniendo que el rubio girara su silla para mirarlo a los ojos con el temor instaurandose en su destello y la curiosidad con respecto a lo que se refería con aquel recuento.

 

- ¿A donde quieres dirigirte con todo esto? - El más chico se coloca en sus piernas para besarlo con mucho amor, el de cabellos cortos y rubios corresponde la muestra de afecto, para después separarse de él.

 

- Qué me dejaras a mi dirigir todo esto, porque estoy en el medio y se que necesitas de mi ayuda – El de cabellos rubios medita aquella propuesta, pero algo en su interior le decía que no accediera porque podría salir más embarrado de lo que estaba, sin embargo, no se pudo contener dado que el más chico de los León se sentó arriba suyo para comenzar a besarlo con mucho deseo - “Parece ser que accedes a que lo maneje yo… Jaja, creo que tu y Minos son los mejores peones que tengo para obtener lo que quiero para mi solito” - Esboza una sonrisa entre besos mientras frotaba su entrepierna con la de su novio que se dejaba inundar por el placer contenido por meses.

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No dejaba de buscar a su primo que por un segundo se le perdió, pregunto en la sala de profesores quienes le avisaron que lo vieron dirigirse a la segunda planta, algo le decía que Milo tenía que ver con toda esa repentina muestra de confianza y felicidad en su primito, no obstante, a mitad de pasillo tras una de las puertas de salón pudo ver a Afrodita hablar con Shaka y se acerco a los mejores amigos de Camus.

 

- Hola chicos ¿Cómo estan? - Los dos se voltearon para así dibujar una sonrisa amarga en sus rostros, cosa que le alarmo muchísimo y podía apostar que su día a día en sus vidas privadas no iba bien.

 

- De mi parte nada bien, ando buscando donde quedarme porque me peleé con mi padre y no deseo vivir en el mismo techo – Hablo Afrodita mientras se abrazaba a si mismo tratando de evitar largarse a llorar, pero a Degel no le privo de acercarsele para abrazarlo con mucho afecto.

 

- Haz esto ven a mi casa, hablare con Camus para que duermas en su habitación y se que mi padre te dejara quedarte hasta que busquemos una solución a este problema, ¿sí? - El de cabellos celestes se lo piensa a esa idea, era la misma situación cuando hablo con Aioros, Shura y Shaka, sabiendo que los tres tenían familias, pero le costaba imaginarse que todas sus cosas entren en una casa tan pequeña o una mansión con una persona a la que te cuesta tragar ante su carácter tan pesado.

 

- No lo sé, Degel… No quiero causarles problemas y más aun que Camus necesita estar con su familia – El de cabellos verdes deja salir un suspiro ya sabiendo lo que significaba eso, hablaría con Manigoldo en el mientras buscaba a su primo, porque era con el único que podía contar para estas situaciones tan difíciles de sobre llevar.

 

- Como quieras, sabes que las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti y a los demás amigos de Camus, yo los estimo mucho y les deseo lo mejor – Shaka toma la mano de su mejor amigo para indicarle que él también estaba para lo que necesite, cosa que esos actos Afrodita podía estar más tranquilo.

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Los rumores no tardaron en esparciese con respecto ha algo que Albafica desconocía, buscaba con su mirada a Manigoldo dado que pretendía pedirle algún consejo hasta que se choca contra uno de los bravucones de su clase.

 

- Vaya, aquí esta la putita de Minos, por qué no estas cogiendo con él, ¿eh? – Le incordia Fafner mientras lo tomaba del brazo para ponerlo de pie – ahora tengo mi pregunta, ¿Es cierto que tu estas embarazado? – Aquello lo tomo de sorpresa, temía que alguien se haya percatado de eso y cuando se gira se encuentra con la sonrisa de triunfo por parte de alguien que jamas creyó capaz de hacer algo así.

 

- Maldito seras Regulus – El castaño menor de los León no pudo aguantar reírse en su cara, debía intuir que él termino con Radamanthys y gano la fuerza que tanto anhelaba, o podría ser otra cosa aun más peor.

- Yo no soy el maldito en toda esta historia, simplemente hago justicia a mi modo y tu eres uno de esos que ”adoraba” en meterse con los más débiles, hacerles pasar malos ratos, por ejemplo a Mu en su primer día de clases, a Shaka que mi pobre cuñado sufre ahora de mi parte y lo seguirá siendo, un pobre samaritano, Afrodita que de seguro planeara hacerte la vida imposible si es que se entera de algunos cuantos secretitos, y por último – Hace una gran pausa para así tomar al que era su confidente principal y amigo del rostro, lo acerca más al suyo para que este lo mirase fijamente – Camus, pobre… Debo decirles a todos los que estan aquí, que – Lo suelta brutalmente para así esbozar una sonrisa traviesa y de disfrute con respecto a lo que estaría a punto de decir - ¡Albafica fue quien coopero con el secuestro de Camus Afrontes y el que fue la pieza clave de que el joven Monthay haya muerto hace más de un siglos! - Cuando escucha las sorpresas, los murmullos, algunas risas, incordios y sobre todo las miradas de repudio de todos los estudiantes hacia su persona.

 

No sabía que hacer o como alzar su moral, sin embargo, unos brazos lo rodearon en un fuerte abrazo, Albafica alza su rostro para notar que era Camus quien le consolaba ante las burlas de todos los estudiantes, cosa que para él no le dio más consuelo que dejarse engañar por su mirada, dado que veía las hebras carmesí del quien fue su primer y único amigo – C-Ca-Ca-Camus – Rompió en llanto dejando a todos con la clara evidencia de que el muchacho que estaba allí no estaba solo, sino en compañía de Saga, Kanon y Manigoldo, este último no pudo controlarse ante sus impulsos por darle una buena abofeteada al más chico de los León ante su actitud indiferente y cruel.

 

- ¡TODOS AQUÍ NO TIENEN LA CLARA DECENCIA DE VERSE ANTE UN ESPEJO! - Todo el mundo callo abruptamente cuando el mayor de los Doria avanzo hasta la mitad del pasillo, era claro que ese chico de cabellos cortos azulados, mirada esmeralda que cambio a uno rojo fuego y que poco a poco los vidrios del colegio reventasen ante el aire suprimido por este - ¡Háganme el claro favor de desaparecer o terminare MATANDO AL QUE SE ATREVA DECIRLE ALGO O HACERLE ALGUNA MALDAD A ALBAFICA! - Acto seguido todos salieron despavoridos, pero el único en compañía de su grupo de amigos que se mantuvieron fue el de Regulus.

 

- Debo de aplaudirte Camus, nunca pensé que regresarías a este colegio “Para no decirte que me desagrada tu presencia” - El susodicho se pone de pie ayudando ha un shockeado Albafica, lo pasa a Manigoldo para que este se cerciore que este en bien mentalmente, dado que voltearse y hacerle frente a un Regulus expectante a cualquier movimiento que pudiese dar.

 

- Agradezco el sarcasmo que le das a esta bienvenida, pero no me hace gracia lo que acabas de hacer, porque mi psiquiatra me dijo que debo mantener una compostura y mostrarme firme a cualquier jugarreta de ustedes los envidiosos – El menor de los León se asombra ante las duras palabras que le dirigió Camus, y que no dudo ni un segundo en romper su postura – Por lo tanto, cuando el día llegue y que te disculpes con Albafica, se verá lo que te pasara, porque no soy nadie para doblegarte aquí mismo para que pidas disculpas por las viles acciones que andas cometiendo – Acto seguido el castaño menor alza su mano para abofetearlo, cosa que no logro hacer porque Kanon lo detuvo y con una fuerza casi sobrehumana le apretaba la muñeca.

 

- ¡Maldita sea, suéltame Kanon que me lastimas animal! - Trataba de zafarse del agarre, pero le era inútil ya que al voltear su mirada y notando que sus amigos no le ayudaban en nada, cosa que no le dio merito a que estaban espantados, vuelve a dirigir su mirada a Camus, para posteriormente fulminarlo con la mirada – Sabes que, algún día de estos te las haré pagar por la escoria inútil, cobarde e inmunda que eres, a ti y a tus queridos amigos – Le pega una patada a Kanon que lo deja tendido en el suelo, para después mirar por última vez a Albafica y posteriormente a Camus, quien no se mostró asustado ante sus palabras amenazantes; acto seguido se marcha en compañía de sus únicos amigos, quien el único de ellos se atrevió de hacerle un gesto a los demás que acompañaban al joven Afrontes, diciéndoles que también saldrían perjudicados.

 

Con verlos alejarse la tensión en el aire se mantuvo, ya que nadie comprendía esa actitud tan radical, tan malévola de parte de Regulus y de como le importo lo que pensaran de él. Camus deja salir toda la tensión que acumulo con tan solo mostrarse rancio a las constantes burlas, cosa que a Saga le sorprendió muchísimo, se le acerca para así ayudar a su gemelo y posar una de sus manos en el hombro del más chico de los Afrontes indicándole lo orgulloso que estaba por él.

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El timbre había anunciado que se todos los alumnos fueran a sus salones, Milo estaba en compañía de sus dos únicos mejores amigos que cada uno parecía tener un semblante distinto a otras posturas, gira hacia su derecha analizando a Aioria que para su buena fortuna no sabía que le sucedía o en que pensaba, lo mismo decía de Death cuando lo ve y en cierta manera podía intuir que algo malo le sucedía para que este decaído.

 

- Veo que ahora soy el único que esta contento y con ganas de no ir a clases, que opinan, ¿Vamos a la azotea? - Sus amigos dejan salir un suspiro para negar ante ese hecho, ninguno quería saltarse las clases y todo porque en sus mentes rondaban sus dos chicos favoritos.

 

- Olvídalo – Le contestaron al unisono en un claro tono de fastidio y enojo contenido, cosa que al oírlos Milo se desanimo, ya dejándose vencer por esa aura tan negativa que traían encima sus mejores amigos.

 

- ¿Qué les ocurre? Acaso Shaka y Afrodita les hicieron algo, porque si no me entero de sus vidas es porque no recurren a mi como buen amigo que soy de ustedes – Los tres se detienen a mitad del pasillo hacia su salón de clases, mientras observaban con malas pulgas a un Milo que no lograba encajar las piezas de la realidad.

 

Tanto ellos que debían lidiar con sus problemas amorosos que ya no sabían que hacer, simplemente para no herir el débil corazón y las buenas intenciones de Milo debían hacer mención de cierta pareja más experimentada – Par de tórtolas – Respondieron a las palabras de su mejor amigo que no pudo poner otra cara que una de no entender y que estaba sumergido en una confusión total e inútil.

 

- ¿Par de tórtolas? … ¿Par de tórtolas? - Comenzaba a preguntarse unas tres veces más, mientras que a su mente en blanco le llegaba las imágenes empalagosas de su hermano y cuñado, como también de Shura y Aioros, dos puntos que le hizo caer en cuenta – Mi hermano con mi cuñado y Shura con Aioros… ¿No? - Ya al oír aquello no les quedo de otra que golpearse en sus caras con sus manos, era lo que menos deseaban ver y se hubieran conformados con la otra actitud frívola de su mejor amigo.

 

- Shura y Aioros – Contestaron por última vez para así los dos voltearse e irse antes de que esos dos se separen en cierto pasillo de la escuela, Milo al verlos irse y dejarlo completamente solo, no le quedo otra que quedarse en el pasillo con la última palabra en la boca.

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Ambos estaban algo contentos de poder disponerse algo de tiempo dentro del colegio para ellos, desde que las cosas se tintaron de otros colores, no pudieron darse el lujo de hacer cosas de pareja. Aioros de vez en cuando le echaba una miradita rápida a su pareja, recordaba cada detalle la primera vez que se conocieron, de los obstáculos que tuvieron que superar sin la ayuda de nadie, y eso que él tenia muchos amigos, pero todos ellos no tenían la clara experiencia en el amor como para aconsejarle.

 

- El día de ayer fui a visitar a Lugonis y no me gusto para nada en verlo tan deprimido, sostengo que sucedió algo dentro de su casa – Comenzó hablar Shura, sacándolo de su ensoñación, en cierta manera desconocía los motivos de porque su novio visitaba al jardinero y eso que estaba al tanto que era su mentor.

 

- Yo no soy nadie para decir esto, pero Manigoldo me paso el dato de que Albafica esta tratando de que su padre le contase la verdad a Afrodita – El de cabellos cortos y azabaches se queda estupefacto ante lo que estaba escuchando, era muy evidente que Afrodita estaba decaído, sin vida y eso que Shaka le hablaba de lo que contaba su mejor amigo.

 

- Entonces debe ser eso, ya que estoy al tanto de Afrodita y Albafica son hermanos, se del duro camino que tuvo que recorrer Lugonis, a pesar de que todo no lo sé acerca de su vida privada, pero lo esencial lo sé – Aioros frunce el ceño algo confundido ante las palabras rebuscadas de Shura, era claro que los dos tendían a solucionar los problemas de los otros, pero siempre terminaban haciendo de cupidos.

 

Los dos se voltearon hacia el pasillo ya escuchando pasos acercarse les, cuando se asomaron un poco apreciaron la clara presencia de Deathmask y de Aioria, los dos solos y que lo miraban con la clara intención de buscar apoyo romántico en ellos.

 

- Podrían a… - El León del medio no pudo terminar de hablar cuando Shura le acento un coscorrón en la cabeza, se gira para observarlo algo dolido por el golpe certero y notar que estaba algo serio.

 

- Ya sabes lo que tienes que hacer Aioria, estas demasiado experimentado para tus adentros como para colocarlos en práctica lo aprendido ¿eh? - Cuestiono Shura, ya no sabiendo como lidiar con las estupideces de su cuñado, el castaño del medio buscaba replicarle, pero no se atrevió ya que la pareja de su hermano le fulmino con la mirada buscando que se marchara.

 

- ¿Por qué le haces eso a Aioria, Shura? - El de cabellos cortos azabaches, deja salir un suspiro tratando de dar tiempo a que su cuñado se marchara dejándolos a ellos solos.

 

- Seré breve contigo Death, se lo que venían los dos a buscar, pero en estos momentos podemos apoyarte a ti y eso tiene que ver con Afrodita, él no se encuentra bien y todo tiene relación a su familia – Empezó hablar Aioros para así darle un beso en la mejilla a su novio, le guiña el ojo indicándole que es momento que él se encargue de hacerlo entrar en razón y que posteriormente corrobora si en verdad surtió efecto el consejo.

 

Death mira a Shura algo confuso por la situación, era evidente que casi siempre Aioros tendía dejar solos a sus amistades con Shura y eso que desconocía la maniobra de “yo soy el que da inicio al apoyo amoroso y tu haz la magia”, pero eso de “haz tu la magia” es referente a lo que desconocía. No obstante, el de cabellos azabaches empezó a ponerlo en contexto lo que andaba pasando con Afrodita, y eso que se quedaba algo incrédulo por lo que escuchaba.

 

- Acaso Shura tratas de decirme que… - Había caído en un instante en el relato, trata de imaginarse aquella discusión, pero podía entender lo descarado e indiferente que fue con Afrodita, lo necesitaba más que nunca y eso que había estado tan ciego con respecto a su entorno.

 

- Ahora ya sabes que debes de hacer, simplemente haz movimientos inteligentes y nunca caigas en la estupidez – Death asiente ante aquellas sabías palabras de Shura, él era el más astuto de su grupo de amigos y eso que siempre fue el más aplicado, a pesar de que era alguien callado y poco confiable, pero cambio gracias a la presencia de Afrodita en su vida; todos esos cambios funcionaron para algo y eso que dentro del salón al que asistían muchos le consultaban cosas que los docentes decían y no comprendían, cosas que necesitaba recompensarle a esa persona que tanto estaba enamorado.

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Después de las clases, su mente estaba completamente ida y con los recuerdos de su niñez invadiéndole, se sentía muy mal y todo al saber que su más grande enemigo es su hermano mayor, algo que nunca llego a preguntárselo. Se mete en los vestuarios dejando salir sus lágrimas de frustración, le dolía mucho la realidad de las cosas, su felicidad se le fue arrebatada cuando su padre lo abofeteo y le dijo aquello.

 

- ¿Por qué?... ¿Por qué demonios tenia que ser Albafica mi hermano?... ¡¿Por qué?! – Se metió en una de las duchas, con su uniforme, le daba igual si faltar a las siguientes clases o asistir hecho trisas – “Dios… ¿Por qué merezco esto? ¿Hice algo que no te agrado?” – Toma las canillas para abrirlas, el agua poco a poco lo empapaba, se desploma ya cayendo derrotado a causa del gran dolor que se le instauro en el pecho.

 

No obstante, del otro lado de la ducha estaba parado Deathmask, escuchando como Afrodita lloraba a con todas sus fuerzas, desconocía los motivos y podia sentir que el agua no le ayudaba en nada. Toma las cortinas para correrlas y meterse, le importaba un comino mojarse, pero no abandonaría a Afrodita en esa tristeza en la que se estaba sumiendo. (N/A: Desde este punto comienza a sonar la canción Tocando Fondo de Ricardo Arjona)

 

- “Se qué no se nada acerca de tu vida privada, salimos una sola vez y hemos empezado una bonita amistad, pero… Siento que no es suficiente, siento que me he esforzado lo suficiente para demostrarte que estoy aquí para ti… Ya no estas solos, se que de esta manera debe de ser lo” - Pensaba Deathmask mientras se agachaba a la altura del peli celeste que se derrumbaba en el suelo derramando cada lágrima, lo toma de ambos lados de sus brazos para que lo mirase.

 

Al sentir que era tocado no pudo evitar alzar su mirada para toparse con aquellos zafiros, se estremece al apreciar que los dos estaban completamente solos y mojándose en las duchas – Death… ¿Qué haces aquí y como supiste que estaba m…? - No pudo terminar cuando sintió aquellas fuertes manos tomarle el rostro, sus mejillas rojas a causa de las amargas lágrimas que las recorrían como si fuesen quemarse al caer al suelo o en la ropa.

 

- No hay necesidad que me sigas haciendo preguntas porque ya se lo que te anda pasando y por no ser tu apoyo antes de tiempo debo pagar por esa falta, hacia tu corazón y hacia lo que yo siento por ti – Abre sus ojos asombrado por aquellas bellas palabras, en cierta manera se sentía abrumado por la situación y todo porque su corazón latía a mil por hora.

 

- Death… yo… yo… - Agacha su rostro algo dolido por darse cuenta que alguien le contó por lo que estaba atravesando, pero el gran detalles era porque le estaba confesando si nada tenía que ver con lo de ellos.

 

- No sigas hablando que no podre contenerme más, odio verte mal porque no puedes hablarlo con tus amigos más cercanos por tu dignidad, quiero que lo hagas conmigo, quiero seguir saliendo de citas contigo, quiero dibujarte millones de sonrisas en este rostro de porcelana y ser yo el único que pueda sostenerte cuando caigas de muy alto – Vuelve alzarle el rostro para así robarle un beso en aquella ducha, Afrodita estaba por demás asombrado por el contacto de sus bocas, este enrolla sus brazos tras su nuca, lo toma de la cintura para así alzarlo y pegarlo a la pared mientras los dos se besaban de forma más apasionada, fogosa y deseosa, era evidente que tanta distancia de uno al otro los heria más, ya que ambos compartían ciertos rasgos en sus personalidades y todo eso parecía unirlos en aquel primer beso de amor.

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Se quedo esperando a que primo regresase a la oficina del director, era evidente que pasarse casi un modulo entero de clases esperando era notable el agotamiento y eso que le mando un mensaje de texto a su celular. Sin embargo, cuando alza su mirada violeta a cierto pasillo pudo apreciar a Saga, Kanon, Manigoldo y Albafica siendo quienes no estaban en el salón, sino que acompañando a un Camus que no dejaba de hablar con el peli celeste.

 

- Enserio, aprecio mucho lo que haces por mi y espero que algún día podamos empezar siendo amigos, ¿No? - Le hace saber Albafica algo avergonzado por la situación tan distinta que las otras veces, apreciaba muchísimo el hecho de que Camus lo haya perdonado y que lo paso entre ambos quedase en el olvido, eran adolescentes y siempre seguirá existiendo ese lado cruel de la vida escolar.

 

- No tienes porque agradecerme, además si no hubiéramos llegado no sé que cosas horribles estarías pasando por culpa de Regulus – En ese preciso instante oyeron el grito de alguien proveniente del pasillo principal, los que estaban allí se voltearon apreciando a lo lejos a un Shaka que totalmente cubierto por una mezcla totalmente asquerosa y pegajosa.

 

Aioria lo había seguido hasta apreciar como este se detenía, no le dio ni dos segundo para reaccionar dado que a lo lejos podía ver a su hermano menor en compañía de sus amiguitos que se reían a piernas sueltas por lo que acababan de hacer. Camina hasta su novio para tomarlo del rostro, le corre los cabellos llevándose la sorpresa de que lo miraba con la impotencia tatuada en sus ojos, eso le destruyo y más aun que ni tiempo le dio para detenerlo, ya que se fue corriendo hacia lo que parecía ser los vestuarios del gimnasio.

 

- Se lo tenía bien merecido el samaritano, jajaja – Esas palabras llegaron a sus oídos, tenia unas ganas de darle un claro golpe, pero no se atrevió y todo por mantenerse firme en ignorarlo.

 

(Ending – Apology de IKON)

------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -------

(…)

Estaba en su cuarto echado en la cama, fijando su mirada en la blancura del techo y que simplemente la casta luz de los veladores modernos del cuarto lo iluminasen, no dejaba de pensar en como Shaka estaba, se sentía muy mal y eso que le invito a salir para arreglar las cosas, le lastimaba el hecho de que Regulus hiciese esa clases de cosas por simple celos.

 

- ¿Puedo pasar Aioria? - La voz de su tio lo saco de sus pensamientos, usa su poder vampírico para que la puerta se abriera, aquello a Sysipho le demostraba que sus sobrinos eran personas solitarias cuando necesitaban meditar sus acciones. Ingresa al cuarto notando que su sobrino se cubría el rostro con una almohada tratando de mitigar lo que parecía ser un dolor agudo en su corazón – Veo que no iras a tu cita ¿No? - Le cuestiono mientras se acercaba aquella cama para sentarse y tomar entre sus manos aquella almohada, veía la tristeza centellar como un fuego frío por aquellos ojos pardos, era tan evidente que como único adulto de esa familia y el tutor legal de sus sobrinos, no podía hacer ningún rol de su cuñada y de su difunto hermano.

 

- Shaka me dijo que no quería verme, me insulto, me grito y todo porque no sé con exactitud lo que paso aquella noche que ustedes vinieron para casa en la camioneta de la familia – Sysipho deja salir un suspiro agotado de las travesuras de Regulus y que este se metiese en la vida privada de Aioria, eran hermanos y repudiaba esas constantes fricciones por malas acciones del pasado.

(…)

No dejaba de pensar que haría para que Camus lo mirase con otros ojos, era evidente que hizo más mal que bien desde que este llego al instituto, si lo hizo debía recordar y asimilar que siempre mantuvo su amabilidad intacta. Bajo por las escaleras encontrándose a su hermano sentado en el suelo bebiendo sin tener en cuenta que ya se bajo más de cinco botellas de licor caro, con su mirada fija en la chimenea humeante y sin dudarlo se sentó a su lado.

 

- Si me vas a preguntar que me pasa, ustedes en el instituto deberán prepararse y eso que nosotros dos no nos salvamos de esta batalla – Milo frunce el ceño al ver que su hermano estaba actuando de una manera tan diferente de la que conoce, y eso que casi nunca le hablaba de Orden Vampírica.

 

- Si tiene que ver lo de aquella tarde, lo siento… Es que… - Suelta una risa para tomar a su hermanito de la nuca para abrazarlo contra suyo, adoraba verlo así de inocente e ingenuo, ese era su pequeño hermano que tanto anhelaba recuperar.

(…)

 

Todos los murmullos se dejaron oír, los docentes parecían estar sudando frío a causa de las noticias que el vice-director dio a conocer, algo que nunca se han esperado y todo por el hecho de que el instituto estaba bajo la lupa de la Orden Vampírica. Los del centro de estudiantes se pusieron en marcha con tener toda la asamblea institucional al margen, Radamanthys se sentía tan patético por simplemente tener en su mano derecha a Minos y que Aiacos no este, le demostraba que no podían mantener la compostura a pesar que ahora en su lugar estaba Regulus.

 

- “Espero no sufrir las consecuencias… Se que mi padre no aceptara que Regulus este a modo de auxiliar hasta que recuperemos a Aiacos, pero… ¿Sí ya sabe de que este…? No, no se atrevería a decirlo todo” - Estaba tan asustado que cuando todos en el alumnado estaban en sus lugares correspondientes a sus salones, los del centro de estudiantes se a posiciono arriba de la tarima con sus uniformes pulcros, hasta que las autoridades se presentasen.

 

Las puertas del auditorio se abrieron, personas vistiendo ropas caras, distintivas de que eran personas importantes, Degel se sentía por demás perturbado al ver como Kardia parecía no soportar hacer ese numerito diplomático, Milo temía bastante de que lo hablado la noche anterior tenga que ver con lo que sucedería. Entre los alumnos cierta persona sonreía cuan niño travieso dio por comenzado su más grande travesura y eso que pocos sabían del plan que se formulo con ayuda de su más grande consuelo, sin embargo, su mirada turquesa se posaba en cierto muchacho de largos cabellos aguamarina, ya maquinando su siguiente paso ante una evaluación minuciosa.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo en escribir este capitulo cargado de nuevas emociones, marcando cuestiones que no estaban claras y otras que se fueron agregando, desde agradezco mucho el apoyo a este fanfic que no queda poco para que termine y empiece una nueva etapa...


 


Sin más que decirles, nos leemos en el prócimo capitulo...


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