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Saja por sugar_flamita

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Notas del capitulo:

Qué título tan largo.

Como se lo prometí a Andrea, estoy actualizando

-Jajajajaja claro, como de seguro tienes tal cantidad.- dije entornando los ojos, era obvio que ese imbécil llamado Minho quería verme la cara de estúpido.- Oye eres guapo, puedes acostarte con cualquiera sin pagar, incluso me acostaría contigo, pero necesito dinero, así que adiós. 

Cuando estaba a punto de darme la media vuelta e irme a otra parte  el chico me jaló de un brazo y me mostró un enorme fajo de billetes, eran dólares. Vi los billetes por unos instantes y después lo miré a él. 

- ¿Ahora me crees? Mi limusina nos está esperando.- me miró fijamente a los ojos, su mirada era sensual, tenía los ojos algo entrecerrados y el ceño fruncido, mordió su labio inferior, yo me relamí los labios, a decir verdad era más por sed que por alguna otra cosa, aunque de cierto modo, sentía excitación. Pero al mismo tiempo quería darle puñetazos en la cara hasta que la nariz se le volteara. 

-De acuerdo, tendremos sexo, pero si te atreves a estafarme te mato- dije golpeando mi dedo índice contra su playera. Él solo soltó una risita, miró hacia arriba y luego me miró de nuevo a mí.  

Sonreía, su sonrisa no era nada similar a la de alguna otra persona, era cálida y al mismo tiempo un poco nerviosa, podía verse en sus movimientos que lo que estaba por hacer no era nada similar a algo que hubiera hecho antes.   

Tomó mi mano, y me llevó consigo, miró hacia ambos lados para asegurarse de que no había nadie más, y seguido de esto se metió conmigo a la limusina. No soltó mi mano en ningún momento.   

-Llegaremos pronto, pedí que reservaran todo un hotel para nosotros- me quedé anonadado, no sabía por qué de repente a ese chico le importaba tanto acostarse conmigo.   

-Oye esto es extraño.- dije honestamente- bastaba con que fuera un lugar privado, incluso pudimos haberlo hecho aquí en esta limusina.   

Minho comenzó a acariciar mi mano y esbozó una sonrisa mientras miraba hacia el suelo. Me miró y comenzó a acariciar mi mano con su dedo pulgar sin soltarla.   

-Luego te explicaré el por qué de tanta discreción, por ahora solo quiero que te relajes, sé que no hay forma de que te pague para que lo disfrutes, pero es tu trabajo así que me imagino que tienes experiencia en esto.   

-Y-yo- el semblante de Minho se tornó preocupado y un poco curioso ante mi titubeo- yo soy virgen.   

-¿Qué?   

El chofer frenó de súbito, haciendo que los dos nos inclináramos hacia al frente, habría salido volando si no hubiese sido por Minho, que me sostuvo de los hombros contra el asiento.   

-¿Nunca haz...? - preguntó confundido mirándome con bastante consternación.   

-Yo... Apenas inicie en esto- Minho me soltó de los hombros y volvió a tomar mi mano llevándosela a la boca. Se tapó con ella como si fuese una extensión de su cuerpo.   

-Ya, no hay tiempo, Kang, conduce- seguido de esto el chofer aceleró de nuevo.   

Minho se quedó en silencio con mi mano tapando su boca durante todo el camino, yo tenía demasiada vergüenza porque sentía que la mano comenzaba a sudarme y ese idiota parecía no darse cuenta que la seguía teniendo en la boca.   

Cuando el auto frenó lentamente supe entonces que habíamos llegado, Minho separó mi mano de su boca. La llevó hacia su hombro y comenzó a besarme, me tomó por la cintura, sus labios se movían con un ligero temblor y los míos trataban de no temblar tanto, abracé su cuello, el beso siguió, no era un beso cualquiera, nuestras lenguas rozaban de vez en cuando, mordíamos nuestros labios muy suavemente durante intervalos pequeños, comencé a acariciar su cabello, parecíamos más bien una pareja de enamorados que un simple gigoló con un excéntrico millonario.   

El chofer abrió la puerta y Minho se separó un poco de mi, de nuevo tomó mi mano pero esta vez la jaló para que camináramos más rápido, al llegar al hotel me quitaron mi mochila y mi gorro.  

-No espera- dije tratando de recuperar el gorro pero en su lugar Minho me cargó hasta el elevador al ver que me negaba a caminar.- Minho, bájame.- ante tal acción estaba algo molesto.    Minho volteo a verme con un brillo especial en sus ojos.  

-Di mi nombre de nuevo.   

-Minho...- Posó sus labios sobre los míos por unos instantes y cuando el elevador se abrió en nuestro piso caminó hacia esa habitación que nunca en mi vida olvidaré.   Me dejó tumbado en la cama y me miró por unos instantes.   

-Prometo que tu primera vez será especial- la cama estaba llena de pétalos de rosa y al rededor de toda la habitación habían velas, vino, chocolates. Era como una habitación de ensueño. Comencé a sentirme ansioso por acostarme con él, pero a la vez sentía muchos nervios sobre lo que debería de hacer.   

-Esto es hermoso- dije en voz baja, sentía un enorme nudo en la garganta y muchas ganas de llorar ya que nunca nadie me había hecho sentir tan especial.   

-Lo es, tanto como tú- Minho se sentó a mi lado en la cama, me miró directo a los ojos, quise que ese momento se prolongara, esta vez, sí quería perder mi virginidad con él.   

Puso su mano en mi nuca y se acercó lentamente mirando mis labios para besarme, comenzamos a besarnos de nuevo, abría y cerraba sus labios lentamente yo trataba de seguirle el paso, aunque por primera vez en verdad estaba muy nervioso, el corazón me latía a mil por hora y sentía que en cualquier momento saldría de mi pecho, metió una de sus manos debajo de mi playera y comenzó a acariciar mi pecho.   

Solté un gemido, y me estremecí bastante, a decir verdad tenía muchísimo miedo.   

-Oye, lo haré con calma, lo prometo- miré a aquel chico a los ojos, nos miramos, y yo aún con las manos algo temblorosas tomé la parte de abajo de su playera y se la quité, después él hizo lo mismo.   

Se acercó a mí y mientras me abrazó comenzó a besarme el cuello de manera lenta, subiendo y bajando de mi oreja a mi hombro, la cara comenzó a arderme, pero de cierto modo se sentía muy bien.   

-Eres tan perfecto- me susurró al oído, sentí ganas de llorar, quería abrazarlo allí mismo, quería quedarme con él y escucharlo decirme eso siempre.- tu olor es delicioso, y tu piel es sumamente suave.- Minho pasó su mano a mis pantalones, comenzó acariciar mi miembro por encima del pantalón.   

Cuando hizo aquello no pude evitar arquear mi espalda por el placer que esto me producía, solté un gemido y su boca paso a mi cuello, donde comenzó a repartir besos por todo el pecho y mis pezones.   

Cuando comenzó a lamer mis pezones me tiré a la cama, sentí que me iba a volver loco del placer y que en cualquier momento me lanzaría sobre él, comenzó a mordisquear mis pezones y varios gemidos salieron de mi boca, la tapé de inmediato.    Minho me quitó la mano de la boca y me miró.   

-No, déjame escucharte.  

-¿Y si alguno de los empleados nos escucha?   

-Bendito sea el que te escuche gemir- seguido de esto volvió a bajar la cabeza para mordisquear un poco mis pezones.   

Cuando dijo lo anterior no me pude contener más y lloré un poco sin que él se diera cuenta. Cuando pude controlarme lo jalé de la muñeca para que se hincase en la cama. 

-Déjame comenzar.- dije mirándolo directo a los ojos, cuando hice esto él sólo me sonrió y me dio un beso en la frente. Después de eso bajé sus pantalones lentamente y comencé a masturbarlo, soltó unos cuantos gemidos, nos bésamos de nuevo, cuando su miembro estaba lo suficientemente duro comencé a darle sexo oral.   

El chico estaba muy bien dotado, me costaba trabajo meterlo por completo a mi boca pero lo hice en más de una ocasión al ver el placer que ésto le provocaba, comencé a sacarlo e introducirlo una y otra vez en mi boca.   

Mientras estaba en esta situación comencé a pensar en lo hermoso que era hacerlo con alguien como si fuesen novios, pensé que el sentimiento de hacerlo con alguien a quien quieres era así, pensé que me gustaría que todo lo que él estuviera haciendo por mí fuera real, pero al mismo tiempo me decía a mí mismo que los romances no inician en unas cuantas horas, y menos con un gigoló que acabas de conocer.   

Después de un rato eyaculó en mi boca presionando mi cabeza contra su pelvis y soltando un gemido de placer.   

-Me encantas tanto- comenzó a acariciar mi cara con su mano derecha, yo no pude evitar ser un imbécil y me recargué en su mano- deja que ahora sea yo quien te de el placer que te mereces.  

Seguido de esto él me hizo ponerme en cuatro en la cama, después comenzó a besar mis glúteos y seguido de esto llevó su lengua a mi entrada, sentí que me volvería loco, sabía utilizar la lengua muy bien, la movía a todas direcciones y yo no dejaba de soltar gemidos.Después comenzó a lamer mi entrada más rápido y al mismo tiempo empezó a masturbarme para hacerme correr, mis gemidos fueron subiendo de tono, sentía que la temperatura de mi cuerpo se elevaba exponencialmente, me estremecí, lancé un pequeño grito y me corrí en su mano.   

Cuando volteé a verlo comenzó a lamerse los dedos mientras me miraba de manera sensual.   

-Eres delicioso.- Me volteó hacia él, me tomó por la cintura y comenzó a besarme muy muy lento, estaba tan feliz y no entendía qué le pasaba a este chico ¿Por qué me trataba tan bien? ¿Por qué le gustaba tanto?   

Mientras mi cabeza estaba a estallar de pensamientos él me arrojó contra la cama y estiró la mano hacia la cabecera, de allí tomó un frasquito y un condón, comenzó a acariciar mi entrada con la mano llena de lubricante que sacó de aquel recipiente y abrió el condón con los dientes.   

-Siempre quise quitarte la virginidad- ¿Qué? Esto comenzaba a parecer raro, ¿por qué habla como si me hubiera conocido durante toda una vida?- Gracias por dejarme hacerlo justo ahora, no sabes lo especial que eres para mí.   

-Minho- no pude articular más palabras puesto que metió dos dedos en mi interior, todo lo que estaba pensando pasó a segundo plano siendo opacado por el placer que en ese momento estaba sintiendo.   

Sus dedos entraban y salían de mi interior, comencé a jalar las sabanas y mis gemidos fueron aumentando en volumen y en frecuencia. Cuando mi interior estaba bien preparado para él comenzó a rozar su pene contra mi entrada.   

-¿Quieres que lo haga?- Me dijo mientras me miraba a los ojos.   

-Sí- fue lo único que atiné a decir. Me sentía como en una especie de sueño, estaba completamente erizado de la piel y mi corazón iba a estallar.  

-Di mi nombre  

-Minho- cuando terminé de decirlo fue cuando su pene fue abriéndose paso a mi entrada, él me abrazó y yo comencé a arañar su espalda, cuando lo metió por completo unas lagrimas salieron de mis ojos y yo no pude evitar lanzar un grito de placer.  

Nos quedamos abrazados por varios segundos hasta que el dolor pasó a ser placer.  

-Tu interior es como lo imaginaba, me encanta sentirte así.   

-Minho- parecía que cada vez que decía su nombre activaba una especie de switch en él, comenzó a embestirme una y otra vez y yo no podía parar de gemir, sentía su miembro enorme y duro salir y entrar una y otra vez de mi interior.  

¿Con que de esto me había perdido?   

Mi primera vez estaba siendo el momento más precioso de mi vida, Minho era el maldito hombre más lindo que jamás en mi vida hubiera conocido y parecía tan interesado en mí que todo parecía mentira. Quería gritarle al mundo que me había enamorado, quería pensar que mi futuro ya estaba con él y que a partir de allí todo iba a estar mejor.   

-Minho, v-voy a correrme.- un cosquilleo infernal invadió todo mi cuerpo que comenzó a hervir de repente.   

-Te amo.   

Unas lagrimas salieron de mis ojos, escuchar esas palabras hacia mí me hicieron olvidar que acaba de conocerlo, me hicieron olvidar en qué situación estaba, maldición, simplemente quería oírlas.   

-Yo también te amo.- Eso hizo que Minho comenzara a masturbarme rápidamente y que comenzara a penetrarme aún más rápido, ya no pude contenerme más, sentí que en cualquier momento comenzaría a eyacular.

- Minho  

-Jin Ri.  

...  

Minho eyaculó y yo también.  

Me quedé atónito y me sentí como un maldito imbécil. Comenzó a darme hipo.   

Minho se puso de pie, apagó cada una de las velas sin siquiera mirarme, apagó la luz de la habitación, se acostó a mi lado dándome la espalda y se puso a dormir.   

En la obscuridad de la habitación comencé a darme golpes en la frente, comencé a arder en rabia y la confusión en mi mente comenzaba a aclararse, lloré hasta que me quedé dormido.   

**A la mañana siguiente**

Desperté volteado del lado contrario de donde estaba Minho, cuando me giré para mirarlo él ya no estaba allí, su ropa ya no estaba y las velas y todo se habían ido. Alguien tocó la puerta, yo estaba sentado en la carma mirando hacia la sábana. No me moví y tampoco hable.   

Alguien abrió la puerta y sólo hasta ese momento alcé la vista, era un mayordomo y tenía mi ropa en sus manos, doblada y limpia, mi gorro y mis zapatos.   

-El joven Choi tuvo que irse por asuntos de trabajo, pero me pidió que le diera esto y que le pagase con este cheque- me extendió ambas cosas y yo las recibí con desgane- dijo que sus servicios fueron excelentes y que por eso le dio una remuneración más. Con permiso.   

Seguido de esto el mayordomo salió de la habitación y yo me quedé solo.   

Fue ahí cuando comprendí que lo único que he sido soy y seré, es un gigoló sin importancia para nadie. Sentí ganas de llorar otra vez, pero ya había habido demasiado llanto durante toda mi vida.   

Comencé a vestirme, retoqué mi maquillaje, guardé el cheque y lo llame... y fue ahí cuando supe quién era aquel chico que me había ayudado tanto.  

Notas finales:

¿Les gustó?

Planeo actualizar pronto Hold my hand y Beautiful world. Hold my hand está por llegar5 a su fin, estén pendientes, los quiero. 

 

Gracias por leerme y esperarme 


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