El cielo comenzaba a teñirse de tonos rojizos era un hermoso atardecer tanto que Wade se detuvo a observarlo. Por unos instantes sintió como si un déjà vu invadiera sus recuerdos, hace años que había presenciado un atardecer similar.
>> —Wade no crees que es hermoso. —preguntó Peter con una gran sonrisa.
—Tú eres más hermoso que el cielo en llamas. — dijo provocan la risa de Peter.
—Amor no está en llamas, solo es un atardecer.
— Entonces mi corazón está en llamas y quema por ti con la intensidad de mil soles.
— ¿De dónde sacaste eso?— el castaño abrazo con cariño a Wade
— De la televisión, pero yo lo modifique así que fingiremos que soy un poeta Baby-Boy. <<
Termino completamente sumergido en sus pensamientos hasta que alguien choco con él por accidente.
—Que mierdas. — susurro mientras se reincorporaba.
—Lo siento. —Se disculpó avergonzado. — ¿Wade?
—El italiano de las peleas. —Frunció el ceño al recordarlo. — Me derribaste sin ningún esfuerzo.
—Mi nombre es Fran. —le recordó el castaño.
—Lo que tú digas niño, pero que no se te suba el ego. Me derribaste por qué estaba distraído.
—Si como digas. — rodó lo ojos, al igual que Tony solía hacerlo. — ¿Que hacías parado en medio camino?
—Cosas de viejos.
— ¿Quisieras ir por un café?—pregunto Fran un poco sonrojado.
—De acuerdo. — El chico realmente le agradaba a Wade e incluso le recordaba a alguien más pero no sabía a quién. — Pero cero coqueteos, ya soy un criminal como para que me adjunten cargos de Pedofilia.
—Si como digas.
Llegaron a la cafetería más cercana, Wade preferiría haber ido a algún bar pero Fran seguía siendo menor de edad y aún que sabía que el menor ya ha entrado a lugares así, de cierta manera se sentía que debía cuidarlo y eso implicaba a tratar de comportarse como un adulto frente a él.
— ¿Que van a ordenar?—preguntó la mesera rubia.
—Pastel de chocolate y un capuchino. —dijeron ambos al mismo tiempo.
—Que miedo. —Susurro Wade. — ¿Seguro que no eres un acosador?
— ¿Y si tú eres el que me acosa?— Fran alzo una ceja esperando la respuesta de Wade.
—No gracias, ya te dije no me van los niños ¿Acaso no te gusta alguien de tu edad?— en ese mismo instante la mesera trajo sus órdenes a cada uno.
—Yo... No lo sé.—se sonrojo al recordar el beso que tuvo con Cárter.— Tú me atraes.—Wade por un momento iba a recordarle que nada de coqueteos pero el castaño siguió hablando.— Pero mi rollito de canela, me confunde.
— ¿Y el siente algo por ti?
—Hace dos días me beso. — Fran sonrió instantáneamente.
—Creo que si te gusta por qué pusiste cara de baboso al recordarlo.— soltó una gran carcajada al ver el rostro del castaño.— Ya es tarde deberías de regresar a casa o tus abuelos se enojaran, no es bueno que los ancianos hagan corajes por su salud.
—Mis abuelos no están ancianos.
—Son abuelos es normal que lo sean y se quejen de sus dolencias.
—El abuelo Tony solo se queja cuando no se puede sentar, esos dos tienen más vida sexual que yo. — dijo con un gesto indescifrable.
—Que trauma. —Wade no paraba de reír.
—El sábado por la noche haré una fiesta, en una de las casas de mi tío Harry. —Dijo anotando la dirección en una servilleta. — Me gustaría que fueras.
—Ahí estaré niño.—Por un momento pensó en no ir a la fiesta ya que estaría en medio de adolescentes pero ya le había dicho que sí, desde que salía con Peter no había ido a otras fiestas así que estaba un poco nervioso.
El sábado por la noche llegó más rápido de lo que él esperaba.
La música resonaba fuerte, algunos bailaban al ritmo de la melodía y otros solo restregaban su cuerpo de una manera obscena. Wade comenzó a caminar entre los chicos para buscar a Fran pero se detuvo al ver que el castaño estaba ocupado. Observó con una gran sonrisa al ver a Fran con su amado rollito de canela. De alguna manera se sentía orgulloso del chico.
— ¿Willson?
— ¿Osborn?— trato de reconocerlo.
—Si soy Harry Osborn, ¿Qué haces aquí?— pregunto molesto. — ¿Por qué volviste?
— A ti no te importa. —respondió Wade de mala gana.
—Wade viniste. — llegó el castaño alegremente a saludar a Wilson de la mano de Carter.
—Carter llévate a Fran a casa. — ordenó Harry.
—Pero. —trato de replicar ante la orden del amigo de su padre.
— Franie vámonos. —El moreno jalaba el brazo de su chico, no sabía que estaba pasando pero por la cara de Harry debía ser algo serio. — Franie. — volvió a insistir, hasta que ambos se fueron dejando solos a Harry y a Wade.
—Te quiero lejos de Fran.
—No le haré nada al chico. —Dijo molesto, él ha cometido varias cosas ilícitas pero jamás cruzaría la línea con un niño. — Dime dónde está Peter, sé que eres su mejor amigo. —
—No mereces saberlo, abandonaste a Peter cuando más te necesitaba. —le reclamo molesto.
— ¿De qué estás hablando?—preguntó ansioso.
—¡Púdrete Wilson! — le grito antes de irse.
Durante todos estos años Harry pensaba que Wilson siempre supo la existencia de Fran y por ese motivo había dejado su mejor amigo. En cambio Wade creé que está cerca de reencontrarse con su amado Peter cuando en realidad lo perdió hace años sin a verse dado cuenta.