Maldición sigo preocupado por Lambo- pensaba el estudiante de administración empresarial mientras servía vino en una fina copa para un cliente de aparentemente unos cuarenta años que lo esperaba impaciente
Terminó de vaciar todo el líquido que pudiese caber en el cristal y se acercó de manera provocativa hacia el tipo de traje negro, sonrió de una manera sensual mientras se acercaba cada vez más a este para luego sentarse sobre sus piernas.
-Perdón por la espera, aquí está el vino
El hombre de cabellos negros con algunos tonos grises por la edad se dispuso a tomar la copa pero el castaño se la llevó a los labios, bebió un sorbo y de manera rápida besó al hombre dándole de la exquisita bebida.
El beso duró varios minutos, las lenguas de los dos se entrelazaban de manera lujuriosa mientras las caricias subidas de tono, pequeños gemidos y suspiros no se hacían esperar.
El primero en cortar el beso fue el hombre de nombre Kazuma quien no pudo esperar por más y le pidió al castaño una noche con él.
-Por supuesto, Kazuma-san- Tsuna lamió la mejilla del de traje- estoy para servirte
De manera rápida el mayor se reincorporó y fue junto al castaño hacia el segundo piso del burdel a disfrutar de una placentera sesión de sexo.
Aún tengo tiempo hasta que llegue Dino…- pensó mientras tomaba del brazo a Kazuma y desaparecían por las escaleras
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-Al fin acabo este maldito proyecto- se decía un pelinegro mientras cerraba su portátil y se dirigía a su habitación en busca de ropa cómoda
Tomare una ducha y trataré de dormir, mañana tengo que terminar otro proyecto para poder al fin el viernes regresar a aquel lugar
Al recordar aquel burdel, Hibari Kyoya no pudo evitar sonreir de medio lado ya que se le vinieron a la mente las palabras que cruzó con aquel chico que últimamente ocupaba sus pensamientos.
Flash Back
-Si no es gay que hace aquí… Hibari-san- dijo Tsuna con algo de burla
-Vine acompañando a alguien, es más antes de que te acercaras a mí estaba a punto de irme- respondió el pelinegro con su usual monotonía
-Entonces, puede seguir su camino- la faceta del castaño cambió completamente- no estoy para perder mi tiempo con heteros que dudan de su sexualidad o simplemente quieren probar algo nuevo- Tsuna terminó el champagne de su copa y se levantó del sofá
Acto seguido Hibari hizo lo mismo
-Es verdad cuando dicen que una persona puede tener dos facetas… o hasta más
-Exactamente Hibari-san- Tsuna sonrió- puedo ser muy amable con mis clientes, puedo hacer que disfruten tanto como para que vuelvan siempre aquí y pidan tener sexo conmigo nuevamente, pero esa solo es una de mis tantas caras, que lastima que usted no pueda conocerlas- Tsuna giró con intención de irse cuando sintió un agarre en su brazo
Hibari no supo porque el escuchar lo dicho por Tsuna lo irritó bastante
Como un ser tan bello puede haber sido corrompido tanto
-Te equivocas, Tsunayoshi- dijo el pelinegro mientras sostenía el brazo del contrario y se acercaba al oído de este para susurrarle- soy capaz de conocer esa y muchas de tus otras facetas, no lo olvides- dijo finalmente haciendo que el cuerpo de Tsuna se estremeciera por el caliente aliento que hizo contacto con su piel
El pelinegro se giró y comenzó a caminar hacia la salida del lugar
Kyoya se detuvo por un momento para voltear ligeramente y repetir lo que antes dijo
“No lo olvides”, para luego desaparecer de la vista de Tsunayoshi
Fin del Flash Back
-Pronto te enseñare que soy capaz de conocerlas, Tsunayoshi- dicho esto el pelinegro se dirigió al baño de su gran alcoba
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-Se encontraba sonriendo coquetamente a uno de sus clientes habituales cuando sintió a alguien cogerle del brazo y arrastrarlo a un lugar poco concurrido del burdel
-¡S-Suéltame que me duele!- dijo el chico de cabellos blancos tratando de zafarse del agarre- ¡no me escuch…!
Trató de reclamar de nuevo pero unos labios se lo impidieron, Ryohei los reconoció inmediatamente y dejó de forcejear para dejarse dominar por aquel tipo de cabellos verdes que lo sostenía posesivamente
-mmm… ahh... K-Koyo- gemía entre el beso por las caricias que el más alto no había tardado en ofrecerle
-me vuelves loco… Ryohei…
El hombre que devoraba prácticamente al peliblanco no era nadie más que Koyo Aoba, un escritor famoso de novelas tanto de ficción, romance, tragedia, y muchos otros géneros, uno de los cuales incluía el erótico.
A sus 26 años ya había sido reconocido y ganado importantes premios por su “impresionantes universos de ficción” como llamaban sus críticos a las obras de Koyo pertenecientes a este género y que decir de sus novelas eróticas, no había persona que no se excitase tan solo al iniciar una de ellas… sin duda un maestro en ese arte.
Y fue por su escritura que llegó a conocer a la persona a la cual ahora sostenía y llevaba al tercer piso del burdel para disfrutarlo.
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-Koyo-sensei- llamaba su editora
-Ehh…que es lo que pasa Ayumi, estoy muy cansado- respondía cubriéndose de nuevo con las sábanas dándole a entender a la chica de cabellos ondulados negros y piel blanca que no se movería de allí
-¡Koyo-sensei! No puede quedarse todo el día allí- la chica con el ceño fruncido se acercó a él y lo destapó de un solo movimiento- tiene que apurarse a recolectar experiencias para su próxima obra no lo olvide
-Si no me equivoco ¿te comenté que quiero hacer uno erótico no? ¡Tengo una idea!-el chico de cabellos verdes jaló de la muñeca a la chica haciendo que esta cayera en la cama y se colocó sobre ella- ¿Y si me ayudas a recolectar experiencias?-susurró al oído de esta de forma provocativa pero frente a todo pronóstico la chica sonrió y le dio una patada en su entrepierna y se levantó de la cama acomodando sus lentes
-¡Deje de ser un Don juan Koyo-sensei! Y apresúrese que antes de que comience a buscar sus “experiencias” debe ir a la editorial, hay una reunión
-¡Como… diga… Ayumi-sama!- decía entrecortado el escritor por el dolor que tenía gracias al cariñito que casi todas las mañanas recibía por parte de su editora y también amiga desde la secundaria
Luego de la reunión y recibir otro golpe por parte de Ayumi al fin pudo regresar a su departamento.
-Son las 7 pm ¿recuerdas que me dijiste que querias probar algo nuevo Koyo?- dijo Ayumi mientras tomaba su celular y lo guardaba en su bolso. Cuando no estaban en horas de trabajo solía quitarle el “sensei” al nombre de su amigo.
-Si pero fue en un impulso, para ti no es tan complicado, pero para mí si Yumi
-¡No fue en un impulso! me prometiste que lo intentarías así que no te retractes ahora Koyo o es que…- la mirada de Ayumi se volvió algo sádica- ¿quieres que le diga a Cari que hoy de nuevo trataste de abalanzarte sobre mí?
El escritor pasó saliva y negó fuertemente con las dos manos
-No lo hagas Yumi-chan, haré lo que tú quieras pero no le digas por favor
“Cari me matará… ella es aún más posesiva que una madre Koala”
El terror que tenía por la pareja de su amiga era aún más fuerte que el “probar nuevas experiencias” así que se encaminó con Ayumi rumbo al estacionamiento del edificio para salir en busca del tan afamado lugar del que su amiga le había hablado
Tras unos 30 minutos llegaron al dichoso burdel, la chica y Koyo salieron del auto y se encaminaron a la gran puerta del local
-“El túnel de la ambrosía” ehh…
-Así es, los chicos más hermosos se encuentran aquí- dijo sonriendo la editora
-Pero Ayumi, yo soy un mujeriego reconocido, nunca he durado más de dos meses con ninguna chica y siempre luego de una semana ya encuentro alguna pareja…
-Yo soy la que mejor sabe de tus andanzas Koyo, no por algo te conozco desde hace más de 10 años
-Pero…
-¡No puedes retractarte!- la chica cruzó los brazos y lo miró fijamente- y entra de una vez, menos mal que llevas el traje de la reunión ya que este lugar es muy elegante y exclusivo
-¡¿No entraras conmigo?!
-¡Claro que no!... soy mujer y además tengo pareja ¿lo olvidas?- dijo la editora mostrando un anillo plateado en su dedo anular- ¡apúrate que tengo que ir a ver a Cari!
-Ok no te enfades “Me las pagaras Yumi”
El escritor cruzó el umbral de la gran puerta y entró lentamente, antes de llegar siquiera a la recepción unos hombres de traje recogieron su saco y le dieron pase de una manera muy educada
Al entrar pudo percatarse de las muchas personas que allí había y lo hermoso y elegante del lugar
“Es verdad que los chicos son muy bellos”- pensó mientras observaba a un peliplata y un castaño sonreírles coquetamente a dos hombres algo mayores para ellos mientras les servían una copa de vino tinto
Camino un poco más y se sentó en uno de los sofás de cuero negro de la estancia y suspiró cansinamente
“En lo que me has metido, Ayumi”
-Disculpe- una hermosa voz interrumpió sus cavilaciones- ¿desea que le haga compañía?
Koyo se quedó mudo por un momento observando al hermoso chico que le hablaba, sus hermosos ojos que contrastaban con el mediano cabello largo que tenía. El chico traía una prenda muy corta de tul que no dejaba nada a la imaginación, su cuerpo era trabajado ligeramente y sus pezones sobresalían de la tela dándole un aspecto por lo más erótico
-¿O-Ocurre algo?
Los pensamientos del escritor fueron interrumpidos nuevamente, Koyo tan solo sonrió y asintió al muchacho dándole un espacio para que se sentase. Grande fue la sorpresa del peli verde cuando Ryohei se sentó sobre sus piernas y le entregó una copa llena de vino con una sonrisa
-¿Deseas?- preguntó con un deje de inocencia a pesar de la posición en la que estaba y la vestimenta que llevaba puesta
-¿Cuál es tu nombre?- preguntó el afamado escritor con una sonrisa que haría rendir a cualquiera
-Ryohei, ese es mi nombre- el peliblanco estaba un poco sonrojado, aquel cliente era sumamente guapo y acariciaba su rostro lentamente
-Pues bien, Ryohei- dijo acercándose al rostro del menor, para luego tomar la copa de entre los dedos de este y darle a beber un sorbo del delicioso vino- Gracias por la oferta
El peliblanco no entendió nada hasta que su boca fue tomada por la del peliverde y un poco del néctar de los dioses se escurrió por la comisura de sus labios a medida que continuaban el demandante beso
El cuerpo del peliverde se movió por impulso y deseo, nunca había besado a otro chico pero el beso que disfrutaba en ese momento era sin dudas uno de los mejores de su vida
-ahh… nghh…- Ryohei no pudo evitar el gemir cuando sintió una de las manos del escritor masajear sus ya duros pezones y la otra acariciar sus piernas
Luego de unos minutos Ryohei tuvo que cortar el beso por falta de aire, de manera agitada se abrazó al cuello del mayor y dejó que este continuara con las caricias a su cuerpo
-Ahh… nghh…- gimió al sentir como el escritor lamía su cuello y apretaba su cintura
-Koyo… llámame así- susurró el peliverde al oído de Ryohei para luego morder su lóbulo
-Ahh… K-Koyo-san…
-Quiero tenerte Ryohei, ahora
El peliblanco se apartó del peliverde y tomó su mano con la mirada gacha y sonrojado hasta las orejas.
-S-Si...sigue…
-Lo entiendo… no digas nada hasta llegar a la habitación- Koyo besó sus labios de forma rápida y se dejó guiar por el chico
Llegaron a la habitación y todo que pasó allí fue sin duda maravilloso
Ryohei no recordaba haberse sentido tan bien hasta esa noche y para Koyo fue una experiencia muy distinta pero de lo más placentera.
El observar aquella piel perlada de sudor, el tener a aquel peliblanco jadeando su nombre y rogándole con los ojos llenos de lágrimas que lo profanase fue mucho para su libido.
El ello, esa parte de él que casi nunca dejaba que lo dominase arrasó con su autocontrol.
Lo tomó muchas veces, profano su cuerpo en diversas posiciones, lo hizo jadear y pedir por más de diferentes formas, a pesar de su falta de experiencia con hombres hizo que el peliblanco disfrutase como nunca y cuando por fin estuvieron satisfechos lo abrazó hasta que ambos se quedaron dormidos.
Pasó una hora y se levantó debido a que el peliblanco se reincorporó para tomar una ducha, no dejó que se levantara de la cama y lo abrazó por la espalda para aspirar su aroma
-Fue estupendo, Ryohei… eres sensacional
-Gracias Koyo-san, pero hora debe dejarme ir, no puedo permanecer aquí por más tiempo
-mmm...no, pagaré por ti toda la noche
-¿Qué dice? es mucho dinero ¿sabe?
-Aunque no lo parezca soy un escritor algo famoso, pagaré lo que sea
-¿Por qué quiere que me quede?- lo miró fijamente mientras que el escritor abrazaba su cintura
-No lo sé, lo único que sé es que quiero permanecer contigo por más tiempo- atrapó los labios de Ryohei, quien se dejó hacer y correspondió inmediatamente
Para Ryohei, Koyo había calado mucho en su interior, lo había hecho sentir cosas que nunca antes había experimentado, no sabía que podía ser ni en que podía convertirse aquello… lo único de lo que estaba seguro era que quería permanecer un poco más también con él
-Amo tu cabello, tan suave… y el que esté largo te hace aún más hermoso- dijo el escritor para luego comenzar un segundo beso
…
...
-¡Koyo-sensei!- dijo Ayumi fuertemente
-Ehhh... ¿qué pasa ahora? Ayumi- respondió adormilado el escritor
-Es hora de que te levantes, tenemos una reunión urgente
-mmm… está bien… ahhh lo olvidaba
-¿Qué pasó?- preguntó curiosa la pelinegra
-Gracias- dijo con una gran sonrisa el peliverde
-¿Gracias? Ahh jaja…- la chica sonrió cómplice - comprendo, no fue nada ¡ahora andando!
-Haii… Ayumi-sama- dijo Koyo para luego volar al baño de su habitación
“Me alegra que lo hayas disfrutado”- pensó Ayumi para luego ir la sala del departamento a empezar revisar uno de los manuscritos del joven escritor
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-No pensé verte hoy, Koyo-san- dijo con dificultad el peliblanco por el “ejercicio” antes realizado
-Ahhh…-suspiró el escritor- me escape del trabajo, no pude aguantar, necesitaba verte
Ryohei se sonrojó casi inmediatamente y escondió su rostro en el pecho del mayor.
-¿Estoy celoso sabes?
-¿Por qué?
-Te vi coquetear con esos tipos, me enfureció… cuando yo estoy aquí solo quiero que seas mío- dijo el peliverde mientras besaba la mejilla del menor
-nngh…
-Te gusta provocarme ¿verdad, Ryohei?
-Yo… mmm…- y así como el escritor interrumpió al peliblanco, también comenzó la segunda ronda de la noche
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