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Petricor [KaiBaek] por parku

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Petricor
Capítulo 6

  

 

Mientras veía a MinSeok pasar su brazo sobre los hombros de JongDae, BaekHyun se preguntó cómo habían terminado teniendo una tarde de películas llena de comida chatarra y dulces. Observó detenidamente a Jongin sentado a su lado, hombro con hombro. Se habían presentado los tres en su puerta, porque como JongDae tenía las llaves del edificio no era necesario tocarle el timbre, y le habían prácticamente forzado a ser un ser sociable. De fondo, el diálogo de la película lo distrajo.

“Yo no hago el amor. Yo cojo. Duro”

Y se preguntaba por qué demonios habían traído la primer película de Cincuenta sombras de Grey si JongDae odiaba esa película y BaekHyun siempre se burlaba de ella.

- Ay, ¿es en serio? Es malísimo. ¿Tenemos que ver esto?- preguntó BaekHyun, irritado. JongDae y Jongin se rieron y MinSeok, sin dejar de mirar la pantalla, respondió.
- Silencio. Aprendé del maestro Grey.- BaekHyun puso los ojos en blanco y se atiborró la boca con un enorme puñado de palomitas. Mientras tomaba un sorbo de coca cola, sintió a Jongin acercarse a su oído.
- Creo que MinSeok le está sugiriendo algo a JongDae de manera subliminal- susurró muy bajito para que sólo BaekHyun lo escuchara.
- ¿A MinSeok le gusta el sado?- susurró de igual manera, alarmado. Nadie acercaría una fusta triple a las nalgas de su preciado amigo. Ni siquiera si a este le gustaba, no señor. Jongin rió entre dientes.
- No, pero creo que ya quiere dar el siguiente paso- le guiñó el ojo y escucharon un carraspeo venir de detrás de Jongin. Ambos miraron a sus amigos, dándose cuenta que los estaban observando con una sonrisa traviesa en sus labios. Fue ahí cuando BaekHyun se dio cuenta de lo cerca que habían terminado él y Jongin en su afán por no ser escuchados por los otros dos. Jongin levemente inclinado sobre su cuerpo y sus rostros cerca para susurrar y poder conversar bajito.

Jongin le sonrió una vez más, su mirada fija en algo debajo de su nariz y se acomodó para seguir con la película, ignorando las miradas de JongDae y MinSeok. BaekHyun se abrió el cierre de la campera, repentinamente acalorado.

 

***

 

 

Jongin le pidió a BaekHyun hablar con él cuando sus dos amigos se fueron a una cita. Por suerte la tortura había terminado en Cincuenta sombras más oscuras.

- En realidad sólo quería darte algo- confesó Jongin, buscando en su mochila y sacando una caja envuelta en papel de regalo.
- ¿Para mí?- BaekHyun alzó las cejas con auténtica sorpresa. Jongin rió entre dientes.
- ¿Por qué siempre que te doy algo te ves tan sorprendido? Sí, es para vos.- sonrió, dejando la caja sobre la mesa.
- Gracias…- susurró tímido, rompiendo el papel y sacando de la caja una enorme taza. Sonrió con felicidad al ver el diseño. Tenía dibujado un pequeño vaso de café descartable con una cara tiernamente enojada y los anteojos y la cicatriz en forma de rayo de Harry Potter. Un bracito salía de un costado, sosteniendo una varita mágica y decía con letras grandes “Espresso patronum!” –Yo… gracias, de verdad- lo miró para sonreírle a Jongin esta vez, quien sintió sus piernas flaquear al recibir con fuerza semejante gesto –Es hermosa, creo que nunca lo nombré, pero Harry Potter es una de mis historias favoritas.
- Lo imaginaba- aceptó Jongin –Además, está enojadito como siempre estabas cuando nos conocimos, y está usando el hechizo contra los dementores- BaekHyun sintió la fuerza con la que dijo eso y recordó haber comparado a ChanYeol con un dementor frente a Jongin. Se sintió más que lindo saber que le prestaba tanta atención –Pero lo dice de forma linda, buscando alejar lo malo con un espresso, y vos amás el café –siguió explicando –Además de la clara magia que buscás en todos lados, con toda la fantasía que tanto te gusta.
- ¿Todo eso en una taza?- preguntó divertido el castaño, queriendo alivianar el momento intenso. Le gustaba que Jongin fuera tan atento con él, le quitaba la sensación de frío a la que estaba tan acostumbrado y se sentía extraño cuando eso pasaba.
- Sip, además de que te vi tirar una por el balcón hace tiempo, ¿te acordás?
- Eso fue vergonzoso- admitió el bajito, tapando su cara con sus manos.
- Fue adorable que mi presencia te haya descolocado tanto- dijo con su voz un poco más baja de lo normal, quitando las manos del rostro ajeno y guiñando un ojo.
- Callate, solo me sorprendí- refunfuñó. Agarró la taza contra su pecho –Ahora voy a estrenarla porque el tamaño de esta taza amerita café gigante. ¿Querés algo?
- Siempre que estamos juntos quiero algo- se encogió de hombros, siguiéndolo a la cocina.
- ¿Qué?- BaekHuyn se dio vuelta, mirándolo con sorpresa.
- Que siempre que estamos juntos quiero algo… Por ejemplo ahora, te acompaño con un café, pero hoy sí lo quiero frío, si puede ser.
- Claro.- respondió, ignorando el claro mensaje oculto que sintió en las pablaras de Jongin.

 

 

***

Como Jongin dijo frente a BaekHyun, su corazón quemaba y cada vez estaba más lejos de convertirse en hielo, como el castaño creía que sucedía si te dejabas quemar. No podía dejar de pensar en su vecino incluso cuando intentaba concentrarse en el estudio o el trabajo.

Sin embargo nada de esto lo asustaba o molestaba. Jongin era alguien sincero consigo mismo y sus sentimientos. Sólo necesitaba ser paciente, sabía que si presionaba a BaekHyun, este se asustaría más y se alejaría.

Tampoco era alguien violento o que le gustara la violencia, pero cuando escuchó la historia de ese tal ChanYeol sintió que podría molerlo a golpes si alguna vez llegaba a cruzarlo. Y estaba seguro de que BaekHyun había suavizado la historia.

Se decía que todo debía ir a su tiempo y que, tarde o temprano, se enteraría de la historia completa. De qué maneras ese hombre le hizo daño al punto de creerse roto e irreparable. Porque así habló él, como si no tuviera arreglo.

¿Es que no se daba cuenta de que cada vez eran más frecuentes sus momentos de calor? Jongin sonrió al recordar la desesperación con la que BaekHyun se abrió la campera después de estar susurrando muy cerca uno del otro durante la película.

 

 

***

 

 

BaekHyun intentó sin éxito empujar aire en sus pulmones con desesperación. No podía estar pasándole esto. No podía.

Cuando terminó su no relación con ChanYeol, BaekHyun convenció a su madre y padre para que lo ayudaran a transferirse de universidad y lo dejaran irse a vivir solo a otro barrio. No podía soportar estar ahí y menos aún quería cruzarse al alto en el lugar donde estudiaba. Su madre, triste porque no terminaba de saber qué era lo que le pasaba a su bebé, lo dejó ir confiando en JongDae como el gran sostén emocional que era. Ahora sus padres vivían solos con su hijo menor en otro barrio a un poco más de una hora y su primogénito en otra ciudad.

Ya había pasado un año y medio desde que vivía solo, y dos años desde que cortó su no relación con ChanYeol.

Y ahora… ahora le informaban que iba a celebrarse un evento donde se juntaba su universidad actual con su universidad anterior, siendo las dos más importantes del país. Su universidad y la de ChanYeol iban a festejar un evento juntas.

Lo cual implicaba que seguramente iba a ver de nuevo al alto ya que para ningún estudiante de edición esto era algo opcional. Si bien era un evento de disfrute y relaje, se les pedía asistencia a todos. Iban a haber profesionales que podrían ser sus futuros jefes, profesores e iban a estar exponiendo trabajos de todos los alumnos.

Se sentía hiperventilar de puros nervios mientras ignoraba los llamados de JongDae que, estaba seguro, acaba de recibir la noticia también.

Se dejó caer de rodillas, no quería hundirse de nuevo, no podía. Nada de esto podía pasarle cuando finalmente estaba abandonando el invierno.

Solamente quería acostarse en el suelo frío y húmedo por su sudor y permitirse sentirse patético porque se decía que había superado todo pero seguía siendo desconfiado, inseguro, y su cuerpo reaccionaba así ante la posibilidad de ver al mayor. Estaba aterrado. Apretó las palmas contra sus ojos con frustración.

El timbre sonó y, al ignorarlo, unos golpes se escucharon contra la puerta. Resignado a que su amigo era “insistente porque los de virgo son así cuando están ansiosos”, se paró y fue a abrir la puerta.

- Jong… ¿In?- dijo extrañado. El moreno le sonrió y mostró la llave de la puerta de su edificio.
- JongDae me llamó desde su trabajo y me dijo que fuera a buscar la llave y viniera a ver cómo estabas. No me explicó más. ¿Pasó algo?- preguntó, dando un paso adentro. BaekHyun se puso delante de él para impedirle entrar más, su mirada destruida sin dejar la del moreno.

Jongin lo observó detenidamente y un nudo se formó en su pecho. El castaño se veía devastado. Ojeras, ojos irritados, sudoroso y temblando probablemente por el frío. La calefacción no se sentía fuerte como normalmente sucedía en su departamento y sus labios estaban violáceos. Se veía realmente agobiado.
- No…- BaekHyun le impidió el paso y carraspeó ante su voz estrangulada. -Quiero estar solo.- aclaró.

Mentira... No te vayas. Pensó con todas sus fuerzas, esperando que de alguna manera el menor pudiera escuchar su silencioso pedido. Su silencioso, desesperado y agónico grito de soledad. Por favor… quedate. Hace demasiado frío y creo que ya no puedo aguantarlo más. Jongin lo miró fijamente unos segundos.

- Bien- respondió antes de darse vuelta e irse por donde vino. BaekHyun se quedó paralizado unos segundos antes de cerrar la puerta con pesar.

Al final Jongin no podía leerlo tan bien. Pero mucho más no podía esperar, él no decía lo que quería, lo que necesitaba y sabía que no podía esperar que siempre los demás adivinaran. La decepción igual no dejó de acudir porque hasta ese momento, Jongin siempre lo había comprendido con casi nada de palabras.

Probablemente ya se había cansado de BaekHyun siendo simplemente él. Callado, roto, helado… No quería llorar, hacía tiempo que no lo hacía y hoy no iba a ser el día… Claro que no. Pero la soledad y la falta de Jongin de pronto le calaban tan hondo que se sentía ahogado.

No habían pasado ni quince minutos desde que había prácticamente echado al moreno de su puerta cuando esta volvió a ser golpeada. Frunció el ceño, con la nariz goteando por aguantar las ganas de llorar que se negaba a dejar salir. Secó el agua con la manga de su buzo y abrió la puerta.

- Bueno, ya te dejé solo. ¿Ahora puedo pasar? Traje cosas ricas.- Jongin le sonreía desde el lado de afuera levantando una bolsa de compras llena y el nudo en la garganta de BaekHyun se deshizo en forma de lágrimas que cubrió con ambas manos. Jongin se adelantó para abrazarlo y empujarlo apenas para entrar ambos y cerrar la puerta con una mano. El castaño se deshizo en sollozos sobre el hombro ajeno y se mostró débil por primera vez en años frente a alguien que no fuera JongDae.

Llorando de felicidad porque Jongin sí lo había comprendido, porque Jongin no lo había dejado solo, había vuelto incluso cuando fue rechazado. Porque a Jongin no parecía importarle que BaekHyun estuviera roto, frío y en esos momentos llorando y llenando de moco, sudor y lágrimas su ropa. Simplemente lo sostuvo en sus brazos, acariciando suavemente su espalda y susurrando palabras dulces para relajarlo.

No lloró más de cinco minutos pero el castaño los sintió eternos. Avergonzado, se separó del moreno quien ahora acariciaba los pelos cortos de su nuca, y lo miró a los ojos.

- Volviste…- dijo lo obvio. El moreno sonrió, acariciando debajo de sus labios que ahora estaban volviendo a su hermoso rosa natural.
- Claro que volví. ¿Pensabas que con ese pedido estrangulado de estar solo iba a dejarte solo realmente? Tus ojos me gritaban “quedate”, Baek.- el bajito terminó de separarse y se secó la cara con el cuello de su buzo. –Ahora, ¿qué te parece darte un baño mientras cocino lo que traje? Después, me gustaría saber qué pasó para encontrarte en este estado.

BaekHyun asintió, si iba a pasar el rato con Jongin, realmente creía necesitar un baño después de todo el sudor que soltó en su nerviosismo. Y se sentía extrañamente relajado después de llorar y del gesto de Jongin de volver a pesar de sus palabras.

Se duchó a consciencia, enjabonando todo su cuerpo y frotando el champú con ahínco. Al salir se secó, peinó y lavó sus dientes. Se puso un pantalón de franela para andar por la casa, una remera suelta y una camperita de algodón. Abrigado y cómodo.

Volvió a la cocina siguiendo el delicioso aroma, encontrando a Jongin lavando algo que ya había usado.

- Huele bien. ¿Qué es?
- Pollo con salsa de espinacas y puré de papas.- el moreno se secó las manos y apoyó la cadera en la encimera. –En un ratito va a estar- agregó. BaekHyun asintió. -¿Estás mejor?- preguntó bajito, mirando atento que de hecho, el baño le había sentado muy bien.
- Sí… un poco.- Jongin se acercó a las hornallas para revolver lo que parecía ser la salsa de espinacas.
- ¿Puedo saber qué te puso así?- el castaño desvió la mirada.
- Mi universidad va a celebrar un evento con la universidad de ChanYeol. Entré en pánico al saber que voy a volver a verlo.- el moreno asintió, comprendiendo.
- Pero si es algo que, como me dijiste, ya pasó…
- Sí, pero eso no implica que desee verlo. Preferiría no volver a verlo nunca más después de todo lo que pasé.- explicó.
- Quiero que me cuentes bien, esta vez sin omitir detalles como el otro día… Por favor- pidió Jongin, dejando la comida a un lado para mirarlo. El castaño suspiró, ya sabía que algún día le preguntaría bien la historia.

Mientras el pollo y las papas se cocinaban procedió a contarle de la personalidad posesiva de ChanYeol, de cómo lo humillaba, lo maltrataba, lo usaba. Como le obligaba a ser suyo pero nunca se entregaba. Como le hacía saber que simplemente era uno más del montón. Cómo le reprochaba todo lo que hacía, lo que era, la manera fría y violenta de enojarse cuando BaekHyun no quería hacer algo o como lo tomaba cuando y como quería. Como lo manipuló para mantener sus encuentros en secreto incluso de sus amigos más cercanos y terminó perdiendo a todos menos a JongDae por eso.

Intentó no dejar nada sin contar, porque por primera vez quería ser comprendido por alguien.

Terminó su historia en el momento en que se cambió de universidad y se fue a vivir solo.

Observó la mano de Jongin inusualmente blanca mientras sostenía la cuchara de madera con la que se disponía a servir la cena en los platos. Sin embargo no llegó a hacerlo y con un golpe sordo golpeó la mano que sostenía la cuchara contra la encimera, salpicando papas para los costados. Se llevó la mano libre al entrecejo y respiró hondo varias veces.

- Jong…- BaekHyun sostuvo la mano unos segundos para aflojar el agarre en la cuchara que parecía que le estaba lastimando. Jongin se giró al sentirlo cerca y lo abrazó de la cintura repentinamente.
- BaekHyun, vos sabés que valés mucho, ¿no?- el castaño lo miró sorprendido, sin saber qué responder o donde apoyar sus manos. –Por Dios, te juro que no puedo entender que alguien te haya tratado tan mal- Jongin ajustó el agarre en la cintura y el bajito apoyó las manos en sus brazos.
- Jongin… de verdad es algo que pasó. Sólo puedo encargarme de mí y de deshacerme de las secuelas que dejó. Estoy trabajando en eso, relajate…- el moreno pegó su frente contra la de BaekHyun y cerró sus ojos –Respirá hondo… relajate –susurró, acariciando los antebrazos ajenos, queriendo sacarle la tensión. No le gustaba generar eso en el otro. El moreno le hizo caso y sintió los brazos aflojando el fuerte agarre en su cuerpo.
- ¿Se pueden llevar invitados a ese evento?- preguntó repentinamente.
- Yo… supongo que sí. Pero tendría que preguntar- respondió el castaño, alejándose un poco una vez que el moreno lo dejó ir para finalmente servir la comida en los platos.
- Quiero ir con vos.- declaró –Por favor, déjame acompañarte- lo miró haciendo una mueca tierna con los labios.
- Bueno… pero ponete tu mejor traje- bromeó BaekHyun, buscando alivianar el ambiente.
- Oh, no te preocupes, voy a ser la segunda cosa más sexy ahí.- ambos rieron.
- ¿La segunda?- cuestionó confundido, buscando algo para beber en la heladera.
- Sí, la primera vas a ser vos.


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