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Criminal por Bleryaoi

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La noche paso lenta y pesada, llena de información que debía memorizar, planos, pasillos e incluso el tipo de rocas que cubrían la fortaleza subterránea, nunca se sabía cuando un pequeño detalle podría salvarte la vida. Al parecer, el hermano sangre abriría su fortaleza en exactamente veintitrés días para recibir un cargamento de nuevos aprendices. Un montón de jóvenes con habilidades especiales y a quienes, por supuesto, les había lavado el cerebro.

Necesito hablarle a mi equipo—Nightwing miraba la cantidad de chicos a ingresar, casi veinte, como si se trataran de simples herramientas. No podía dejar que ese hombre anciano hiciera lo que quisiera.

No—Slade contesto con severidad—Dijimos que nada de equipos, me estoy arriesgando lo suficiente incluyéndote a ti en el plan—Hablo obstinado, aún enfadado por la actitud áspera que había tenido Nightwing al llegar.

Son solo niños Slade, no puedo dejarlos así nada más—El hombre bufo cansado, mirando a la distancia y buscando su mascara para colocársela.

No hay nada que discutir, si intentas algo, prefiero arruinar el plan antes de que empiece y mates a Rose…—Advirtió el hombre y Nightwing se acerco a sujetarlo del hombro, buscando seguir con la conversación.

No dejare a esos niños a la deriva—Regreso la advertencia el más joven.

—¡Si es necesario lo harás!—Gritó el hombre lanzando un golpe, pero, después de haberse calmado, Dick pudo reaccionar, saltando atrás para esquivar el golpe.

Y creí que yo era el hostil…—Murmuró Nightwing, alejándose, pero Slade se lanzo sobre él, sujetando sus brazos—¡¿Qué mierda te pasa?!—Gritó enojado después de sentir su espalda chocar con el suelo.

Cállate y finge…—Susurro Deathstroke en su oído, para posteriormente estrellar su frente en la suya y alejarse para esquivar un disparo. Nightwing a su vez, se quejo por el golpe, pero se levanto, colocándose a una distancia prudente y observando como Red Hood aterrizaba en el mismo techo donde los dos habían estado hablando.

Red Hood…—Murmuró Dick con cierto temor en el rostro, ¿Lo había visto hablar con Deathstroke?

Así que lo conoces…—Slade le dijo y llamo la atención de Dick, quien se castigo mentalmente por haberse visto tan obvio. Sin embargo, ninguno de los dos tuvo tiempo de hablar más, pues un ráfaga de balas hizo retroceder al mercenario.

¡Si vuelves a ponerle una sola mano encima, la próxima ira a tu cabeza!—Amenazó Jason y Dick, por unos instantes no supo como reaccionar, solo alcanzo a percatarse del pudor apoderándose de la piel de sus mejillas.

Jajaja…no sabía que necesitaras guardaespaldas Nightwing ¿tanto miedo te doy?—Molestó.

No es mi guardaespaldas—Corrigió Dick y se coloco a un lado de Jason, acostumbrado a ponerse de lado de “los buenos”.

—…no lo es?…será un “amigo” entonces?—Dick chasqueo la lengua por el tono sugerente de la pregunta. Detestaba el cambio de humor tan fácil de Deathstroke, un momento estaba sereno hablando del plan y al otro se burlaba de sus compañeros, como si fuera superior a cada uno de ellos.

Cierra la boca—Ordeno Jason disparando a la rodilla del hombre, que, aunque fue esquivada, logro enfadarlo—¿Qué hace el viejo enemigo de los titanes aquí?—preguntó esta vez a Dick.

No es tu asunto Hood—Contestó Nightwing y si no trajera la mascara puesta, Deathstroke hubiera mostrado una sonrisa complacida por la respuesta.

El te iba a lastimar, eso lo vuelve mi asunto—Nuevamente las palabras de Jason mermaron la respuesta de Dick, obligándolo al silencio. Slade suspiro, no le gustaba la escena.

Me voy, no me gusta compartir la atención chico—Anunció el mercenario, lanzándose del edificio bajo la mirada de ambos, ninguno intento perseguirlo.

 

¿Se puede saber que pasa contigo?—Preguntó Dick, molesto, pero a la vez avergonzado por las palabras tan sentidas que uso Red Hood para defenderlo.

—¡Sabes lo que pasa!—Le contesto Jason, quitándose el casco y mostrando su rostro con el antifaz—ya te lo eh dicho…—Dijo más calmado, pero aún así firme en su posición. Dick tomo aire y puso una mano en su cintura, resignándose.

—¿Tan serio vas conmigo?—Pregunto el mayor de los dos, levantando una ceja. Pensó que se trataba de un juego, mejor dicho, quiso creer eso, pero Jason, a pesar de todos los defectos que cargaba, no era un mentiroso, no con su familia.

Por supuesto—La decisión en sus palabras no le daba muchas opciones, pero la repuesta la dio con cierta resignación, algo que Dick no toleraba y que le hizo preguntarse porque los “robins” eran su debilidad.

Vamos a casa…—Dijo y empezó a andar, con el muchacho tras él, sin importarle el destino de su actual aliado.

 

Al llegar a su base, Deathstroke se quito la mascara, agotado, detestaba la idea de descansar, pues no importa que tan duro se ejercitara o que tan estricta fuera su dieta, siempre, en algún punto sentía el cansancio sobre él. “Los años no pasan en vano” pensó sin complicarse demasiado, la edad no era algo que le preocupara, era un soldado, un hombre fuerte, sus habilidades eran mejores que las de muchos héroes, incluyendo a ese niño crecido que se acercaba a “Richard”.

 

Tch—Se quejó al recordar la prepotencia con que se había dirijo a él. Ese muchacho era un pensamiento molestó, detestaba tenerlo, pero a la vez le obsesionaba. Richard “Dick” Grayson, el “joven maravilla”, un apodo más que acertado para semejante criatura, era un nombre que no lo dejaba en soledad. Siempre lo quiso para sí, lo admitía, su potencial intelecto, su agilidad en combate, su versatilidad para enroscarse en cualquier persona, algo que bien podía ser llamado carisma o encanto, lo llamaba, lo deseaba. Por fortuna, el era un hombre que no se dejaba guiar por sus deseos, no siempre al menos.

 

El era un hombre de prioridades, de paciencia y de sentido común. Estaba enfocado en rescatar a su hija, una chica, que pese a no conocer en su tierna niñez, le había adoptado cariño y amor, sin embargo, su rescate no podía ser adelantado, no con tanto en juego, es por eso que su mente regresaba nuevamente a Richard, y sus manos movían el cursor del computador, abriendo una carpeta de viejos archivos cuyo titulo encriptado hacía referencia a los jóvenes titanes. Recordaba bien cuando lo conoció, impetuoso, arrogante, orgulloso…un joven que pese a sus defectos era increíble y pudo florecer bajo su mando, pero no…ese chico estaba obsesionado con su mentor de una forma que jamás se atrevería a admitir y que le impedía cruzar la línea.

 

Es por eso que estaba tranquilo, o mejor dicho, estuvo, pues ahora, ese hombre, o mejor dicho, ese “niño” encapuchado, llegaba a su territorio y lo reclamaba como si en realidad tuviera algún derecho sobre el héroe y para agravar el asunto, Nightwing lo recibía como pocas veces hacia con alguien más, quizá su mentor, quizá el kriptoniano protector de metrópolis, pero nadie más…Nightwing estaba destinado a ser un líder, un líder que solo sería pisoteado por alguien mas, un mentor, un maestro al cual venerara…

Suficiente…—Slade se ordenó a si mismo desviar los pensamientos erráticos que el chico le provocaba, pero oh vaya, su mano, su inconsciente o la bizarra fortuna guiaron el cursor hacia una fotografía vieja, una de un par de años atrás, que mostraba al casi siempre sonriente rostro de Richard de una forma totalmente opuesta.

 

Recordaba bien ese día, tenía asuntos que atender en BludHaven, asuntos que solo en una ciudad tan podrida y bien llamada el basurero de Gótica podía resolver. Había tenido un par de rencillas y como se esperaba de un hombre como él, había ganado sin dificultad, reclamando el doble de ganancia que solicitó en un principio. No esperaba que al salir, se encontraría con el chico que muchas veces robó sus pensamientos en noches solitarias.

 

Nightwing peleaba con varios hombres a la vez delante del almacén donde cerro su trato, pero era una pelea poco habitual, un hombre contra otros diez armados y entrenados. Claro, no dudaba que fuera fácil derrotarles, pero su manera de luchar era violenta y autodestructiva, nada relacionada a la acrobática y casi elegante manera de moverse del primer Robin. Un simple luchador buscando castigo, podía reconocerlo.

 

“—¡Ey…!—Fue lo que dijo antes de soltar un montón de balas a los adversarios y arrojar una bomba de humo en el centro de la batalla, llevándose al héroe con él. No tuvo intención de pelear, no más por esa noche.

—¡Suéltame!—Le había gritado un apaleado Nightwing, con moretones en los labios y mejillas que no parecían de la reciente batalla.

Si tanto quieres morirte pudiste haberte entregado a mi, yo te hubiera echo el favor...—Le había dicho con voz grave, haciéndo que el otro lo reconociera y se pusiera a la defensiva tan rápido y de manera tan torpe como un cachorro enfrente de un depredador.

Slade…—Murmuró confuso y pudo notar su mirada, se veía cansado, asustado y atormentado como pocos hombres qué el conociera. Y se vio tentando a preguntar el motivo, pero otro chico, un joven y nuevo Robin llegaba a su rescate, ahuyentando la idea de su mente.”

 

Aquella vez no preguntó más, ni siquiera pensó en eso, tenía otros negocios que atender, pero esa noche regresaban a su mente ¿Qué es lo que estuvo asediando al chico maravilla? ¿Quién o que logro sacar esa mirada triste y devastada de sus ojos?. Slade se lo pregunto una y otra vez hasta que estuvo harto de su propia mente y decidió que esa noche no dormiría, averiguaría que fue aquello que logro quebrar a su antiguo aprendiz y lo usaría para si mismo.

 

Mientras tanto, en un departamento cerca del centro y en un horario cercano a la madrugada, Dick ignoraba los pensamientos que le causaba a otro hombre, concentrándose tan solo en el muchacho sentado en su sencillo comedor. Jason estaba comiendo un tazón de cereal, lo menos escandaloso y fácil de preparar en esos momentos.

—¿Y entonces te mudaras aquí?—Dick se veía cansado, pero no como en otras ocasiones,  un par de noches con poco sueño no lograban hacerle decaer—No quiero que vuelvas a atacarme—Pidió de manera amable, recargando su rostro en una mano mientras contemplaba el hambre ajena sin recibir ninguna respuesta—Supongo que tienes más masa corporal y por eso comes como indigente—Dick también tenia su tazón a un lado, pero solo comió uno y con eso le basto, el almuerzo de la tarde y los bocadillos antes de salir del trabajo lo habían saciado por completo.

No como cómo indigente—Se defendió Jason mirándolo mal—Y no volverá a pasar, ya te lo había dicho, no quiero lastimarte—Repitió aún avergonzado por la manera en la que había actuado.

Por supuesto que no, no podrías hacerlo aunque quisieras—Sonrió Dick dando un pesado bostezo.

Soy más fuerte que tu, tu mismo lo acabas de decir, tengo más músculo—Se defendió viendo como se levantaba y se estiraba, aún llevaba el traje de Nightwing y Jason apreciaba poder verlo de esa forma, pero por mas que le gustara, no aceptaría una derrota tan fácilmente.

Si, lo acepto, eres más “fuerte”—Dijo Dick con calma—pero no todo es fuerza, mucho se trata de habilidad y experiencia—Jason levanto una ceja, sonriente.

—¿Entonces la habilidad y experiencia son mejores en un encuentro?—Preguntó con un doble sentido casi obvio, pero Grayson estaba distraído o eso parecía, pues ignoro por completo la pregunta.

Algo así…—bostezo nuevamente, pasando una mano a su espalda con una flexibilidad exquisita para liberar el zíper oculto en su traje y una vez liberado, empezó a caminar a su habitación—De momento duerme en el sillón, luego acondicionare la habitación para huéspedes—Dijo a modo de despedida.

Esta bien—Jason dio un último vistazo al muchacho que lo había recibido, admirando lo bien torneado de su figura antes de que la puerta cerrada le impidiera observar más, era fácil imaginar porque tantas chicas sucumbían ante él.

 

Dick, por su parte, se desvistió y coloco su alarma, lavándose los dientes y el rostro antes de ir a dormir, dando un vistazo a su expresión.

Esto esta bien…el lo necesita…—Se dijo así mismo tratando de convencerse  y pensando en la mejor manera de lidiar con Jason, después de todo, él también era su responsabilidad. Si lo echaba nuevamente, probablemente insistiría con más fuerza, provocándole y provocándose más problemas, y no podía cargar con la culpa de otra recaída, no después de las molestias y penas que hizo pasar a Bruce—No, no puedo dejar que vuelva a pasar…—Dick miraba su rostro, enfocándose en sus labios y como sus comisuras descendían lentamente—No puedo volver a molestar a Bruce con mi estupidez…—Dijo nuevamente y antes de que su mueca mostrara un gesto lastimero lo metió en el agua fría del lavabo, permaneciendo unos segundos sin respirar hasta que su cabeza se enfrió—Puedo manejar esto, puedo hacerlo…—Hablo una última vez consigo mismo, disfrazando aquellas palabras de suplica como un simple gesto de animo, lograría ayudar a Jason y tal vez así, esta vez, Bruce lograría perdonarlo.

Notas finales:

Hola, espero hayan disfrutado el capítulo

Nos vemos en el próximo bye


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